El presidente checheno Ramzan Kadyrov
Un nuevo reportaje del Novaya Gazeta, periódico que destapó la persecución a hombres gays en Chechenia, asegura que se ha creado un campo de concentración en el que están retenidos y son torturados sistemáticamente.
Siguen apareciendo más informaciones sobre la persecución organizada de las autoridades chechenas contra su población homosexual. La semana nos hacíamos eco de la investigación publicada por el periódico ruso Novaya Gazeta que señalaba al gobierno de Chechenia como responsable de una purga de hombres gays en la región. Aunque las autoridades lo negaron basándose en que “no se puede perseguir lo que no existe en la república“, varios organismos internacionales le dieron veracidad a la información por la cantidad ingente de testimonios e informes que estaban recibiendo de personas en el terreno. La semana pasada un hombre que había sido detenido aseguraba que le habían atado a una rudimentaria silla eléctrica y fueron soltándole descargas para que delatara a otros hombres.
Ahora el mismo periódico publica que, según sus informaciones con el mismo objetivo parece que se constituyó un ilegal campo de concentración de prisioneros gais en la ciudad chechena de Argún, a unos 15 kilómetros de Grozni (la capital de la república). Según recoge Novaya Gazeta (el mismo diario ruso que destapó el escándalo sobre los secuestros, torturas y homicidios de homosexuales en la república rusa de Chechenia), el campo se ubica en un antiguo complejo militar, oficialmente sin uso desde hace años y en el que se está reteniendo a cientos de hombres gays y bisexuales (sólo se ha confirmado esto, no se sabe si hay también mujeres lesbianas o personas trans). Los detenidos son víctimas de abusos y torturas y de violentos interrogatorios en los que se les obliga a confesar los nombres y localizaciones de otros hombres gays. El mismo medio también deja claro que no es el único centro de detenciones que las autoridades chechenas mantienen en secreto.
Según el Novaya Gazeta el propio Portavoz del Parlamento de Chechenia habría visitado la instalación, en la que se está sometiendo a los hombres gays a descargas eléctricas y palizas; e incluso parece que se utiliza a alguno de ellos para extorsionar a sus familias y sacarles dinero en forma de rescate. Y todavía más, el propio Ramzán Kadýrov, presidente de la República de Chechenia, habría podido visitar esta prisión secreta, acompañado por un grupo de funcionarios (un extremo que no se ha contrastado aún). En todo caso, Kadýrov es un aliado estratégico de Vladimir Putin en la región (con el objetivo de contener el movimiento separatista checheno). No en balde, el presidente checheno es miembro de Rusia Unida y está en posesión de uno de los mayores reconocimientos nacionales: “Héroe de la Federación de Rusia” (una condecoración recibida de manos del propio Putin). Paradójicamente, Kadýrov también cuenta con distinciones por el mantenimiento del “orden público”.
Lugar en el que, según el Novaya Gazeta, se ha creado el campo de concentración para gays en Argún
Como la mayoría de representantes públicos de Rusia Unida, Ramzán Kadýrov y Vladimir Putin comparten una aversión sin tapujos por la comunidad LGTB y sus derechos más fundamentales. Desde que el Parlamento ruso aprobara en 2013 la prohibición de informar positivamente sobre relaciones sexuales “no tradicionales” a menores, se ha ido agudizando de facto la persecución del colectivo LGTB, cometiendo toda clase de injusticias y persecuciones sociales y políticas contra cientos de activistas. Pero las “fuerzas de seguridad” chechenas, con el presunto beneplácito del propio presidente de la república, han decidido ir todavía más lejos.
Aunque en España el caso de Chechenia está quedando en una tercera línea informativa, estamos atentos a las fuentes internacionales para poder seguir narrando las atrocidades cometidas, principalmente, contra hombres gais (sin descartar otras posibles víctimas LGTB). Estas actividades al margen de la legalidad, supuestamente estarían auspiciadas por las autoridades de esta república de la Federación de Rusia (que hasta el momento se han negado a reconocer los hechos). El argumentario oficial se sostiene en la premisa de que “no puedes detener a personas que no existen en nuestra república. Si personas así existieran en Chechenia, las fuerzas de orden público no tendrían que preocuparse de ellas: sus propias familias se encargarían de enviarlas donde no pudiesen volver”.
Hasta el momento, “más de 100 personas han sido detenidas por razones arbitrarias en cárceles no oficiales, donde las víctimas están siendo torturadas mediante corriente eléctrica, cruelmente golpeadas y obligadas a difundir los contactos personales de otros hombres homosexuales en Chechenia”, tal y como ha denunciado desde ILGA-Europa (la rama europea de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales).
Estos hechos están mereciendo la condena internacional (incluyendo a las autoridades europeas y organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional o Human Rights Watch). También han reclamado una “investigación” países como los Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania y el Parlamento Europeo, y han exigido al Kremlin que realice una investigación para saber con certeza qué está ocurriendo y quién es el responsable. Desde el Kremlin se comprometieron a llevar a cabo esa investigación, aunque no parece que esté sirviendo de mucho.
Como explicábamos en nuestra anterior entrada, la comisionada para de Derechos Humanos en Rusia, Tatiana Moskalkova, ha enviado una solicitud oficial al Fiscal General sobre la persecución de personas homosexuales en Chechenia. Moskalkova decía que “no importa la raza, el género, las tendencias [sexuales] o las creencias religiosas. El secuestro es un delito”. Mucho nos tememos, a tenor de las últimas informaciones publicadas (así como por el historial de LGTBfobia de Estado de los últimos años), que el Gobierno del Kremlin está más preocupado por silenciar a la oposición política que por velar a favor de los derechos humanos en todo el territorio ruso.
Tanya Lokshina, de la Human Rights Watch, ha emitido un comunicado en el que da veracidad a los informes y testimonios y denuncia los secuestros, palizas y torturas a los que se está sometiendo a los hombres gays. Además añade que “estos días, muy poca gente en Chechenia se atreve a hablar con los vigilantes de los derechos humanos o con periodistas, incluso anónimamente, porque el clima de terror es abrumador y se ha intimidado a la población para que guarden silencio. Presentar una queja formal contra las autoridades locales es extremadamente peligroso, pues las represalias son prácticamente inevitables. Es difícil exagerar lo vulnerable que es la población LGTB en Chechenia, donde la homofobia es intensa y está muy extendida. Las personas LGTB están en riesgo no sólo de ser perseguidas por las autoridades sino también de ser víctimas de un “asesinato por honor” a manos de sus propias familias por haber manchado el honor familiar.”
Fuente | Pink News, vía EstoyBailando/Dosmanzanas
General, Homofobia/ Transfobia.
Argun, Campo de Concentración, Chechenia, Human Rights Watch, Novaya Gazeta, Tanya Lokshina
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