El colectivo homosexual gana visibilidad en Turquía, de la mano de políticos.
Leemos en La Vanguardia:
Dogan Tilic
Ankara, 8 feb (EFE).- En medio de las más recientes turbulencias políticas y los cambios en la sociedad civil a raíz de las protestas del parque Gezi de Estambul, las comunidades homosexuales de Turquía han ganado en los últimos meses una notable visibilidad.
Los primeros signos han llegado con las candidaturas de dos destacados miembros del colectivo LGTB turco (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) para las elecciones municipales de marzo.
Can Çavusoglu (2ª fotografía), un activista homosexual educado en Estados Unidos, y la transexual Öykü Evren Özen (3ª fotografía) se presentarán a estos comicios, considerados clave para el futuro político del país, donde la homosexualidad es legal pero la discriminación sigue muy extendida.
Como miembro de una lista independiente, Çavusoglu, de 43 años, aspira a ser el primer alcalde gay del país, en la ciudad costera de Bulancak, situada en el noreste de Turquía.
Mientras, la candidatura de Özen, de 41 años, a la municipalidad de Osmangazi (oeste) viene respaldada por el principal grupo opositor, el histórico Partido Republicano del Pueblo (CHP).
Para un partido tradicional como el CHP socialdemócrata aceptar a una persona del colectivo LGTB ha supuesto una auténtica revolución, y sus líderes incluso han dicho que aceptarían más candidaturas en grandes ciudades como Ankara, Estambul y Esmirna.
Mientras que para los partidos más nacionalistas y conservadores esto sigue siendo impensable, otras formaciones de izquierda, como el prokurdo Partido de la Paz y Democracia (BDP), ya tuvieron antes contacto con la comunidad LGTB.
Esto da cuenta del cambio progresivo que está viviendo la sociedad turca, a pesar del giro conservador y religioso que está imponiendo el gobernante partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) liderado por el primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan.
Los avances en la normalización no son fáciles en un país de aplastante mayoría musulmana entre sus 77 millones de habitantes, pese a que en los últimos años también ha habido otros llamativos gestos de vanguardia.
Así, en 2009, el árbitro de fútbol Halil Ibrahim Dinçdag (4ª fotografía), suspendido por la Federación Turca de Fútbol por declararse gay, fue a juicio para recuperar su silbato y recibió importantes muestras de apoyo, si bien la sentencia no se sabrá hasta marzo.
Pero muchos homosexuales turcos tienen que enfrentarse al dilema de identidad que les plantea su fe religiosa y su orientación sexual.
“Este dilema aparece al principio, pero la mayoría de los homosexuales construyen su propio balance interno a tiempo y se sienten en paz siendo musulmanes y homosexuales al mismo tiempo“, explica a Efe Ali Erol (5ª fotografía), presidente de Kaos GL, la asociación LGTB más influyente de Turquía. “El tradicional sistema secular de Turquía, a la vez que lucha contra la corriente hegemónica del islam, ha adoptado el mismo enfoque homófobo que la religión”, critica Erol. En todo caso matiza que, en contra de lo que dicen los círculos religiosos, “la comunidad homosexual (turca) no es homogénea y hay homosexuales también entre todas las comunidades religiosas”.
Un reciente estudio de la Universidad de Ankara, que entrevistó a 600 varones homosexuales, revela que la creencia de que “la homosexualidad es un pecado y que los homosexuales serán castigados” sigue muy extendida y que los homosexuales turcos son conscientes de que su religión no tolera su orientación sexual.
Según la investigación, un 70 % de los encuestados afirmaron que eran homosexuales porque “Dios los había creado así” y, mientras que el 51 % no creía que Dios fuera a castigarles, el 44 % estaba convencido de que Dios les castigaría por tener relaciones sexuales con otros hombres.
En ese sentido, la activista lesbiana Nevin Oztop (6ª fotografía), cuenta a Efe que “la percepción de que un área de la vida tan valiosa como la religión puede ser inaccesible para nosotros no nos provoca más que un sentimiento de asfixia”.
Así, queda todavía un largo camino por recorrer en Turquía, pero el progreso en la esfera política y en la vida diaria alienta el optimismo para pensar que, quizá en un futuro cercano, hablar de homosexualidad en público dejará de ser un tabú en este país.
A pesar de que siguen apareciendo en las noticias historias de homosexuales asesinados por sus propios familiares, Turquía está atrayendo a homosexuales de numerosos países musulmanes donde son perseguidos por ley, como es el caso de Irán.
Selcuk Candansayar, profesor de Psiquiatría de la Universidad Gazi de Ankara, destaca que numerosos miembros del colectivo LGTB de Irán se han refugiado en Turquía en los últimos meses. “La vida (en Turquía) está cambiando con el neoliberalismo hacia la modernización, también para las personas creyentes, lo que hace crecer la concienciación de la defensa de los derechos humanos” en el país eurasiático, concluye Çandansayar..
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