El silencio.
Del blog de la Communion Béthanie:
¿Por qué el viento en los pinos, la tempestad sobre la arena, la borrasca sobre el mar tendrían que estar en silencio y no el apisonamiento de las máquinas en el taller, el estruendo de los trenes en la estación, el ruido de los motores en la encrucijada?
Estas son aquí como allí como las grandes leyes que juegan, rumor de la creación que nos aprieta.
¿Por qué el canto de una alondra en los trigos, el crujido de los insectos por la noche, el zumbido de las abejas en el tomillo alimentarían nuestro silencio y no los pasos de la muchedumbre en la calle, las voces de las mujeres en el mercado, los gritos de los hombres en el trabajo, la risa de los niños en el jardín, las canciones que salen de los bares?
Todo es ruido de las criaturas que se adelantan hacia su destino, todo es eco de la casa de Dios ordenado o en desorden, todo es señal de la vida al encuentro de nuestra vida.
El silencio no es una evasión, sino encuentro de nosotros mismos en el interior de Dios.
El silencio no es una culebra que a la que ahuyenta el menor ruido, es una águila de fuertes alas que sobrevuela la algazara de la tierra, los hombres y el viento.
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Madeleine Delbrel
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