Las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido alertan contra las “terapias” para “curar” la homosexualidad.
Organizaciones profesionales de psicoterapeutas del Reino Unido han elaborado un documento conjunto en el que critican con dureza las “terapias reparadoras” de la homosexualidad e insisten en los graves daños que estas pueden producir. El documento ha sido elaborado a petición del Departamento de Salud del Reino Unido, y viene a sumarse a las tomas de postura que ya otras organizaciones profesionales han hecho antes.
Las organizaciones que han consensuado el documento son el UK Council for Psychotherapy (Consejo de Psicoterapia del Reino Unido, entidad que ha asumido el liderazgo en su elaboración), British Psychoanalytic Council (Consejo Psicoanalítico Británico), Royal College of Psychiatrists (Real Colegio de Psiquiatras), British Association for Counselling and Psychotherapy (Asociación Británica de Counselling y Psicoterapia), British Psychological Society (Sociedad Psicológica Británica) y National Counselling Society (Sociedad Nacional de Counselling). Al documento también se han adherido Pink Therapy (una organización de psicoterapeutas comprometidos con la atención a las personas LGTB) y la organización LGTB Stonewall.
El documento, que puedes descargar en PDF pinchando aquí, expresa la postura de dichas organizaciones sobre las “terapias” dirigidas a modificar la orientación sexual de las personas. Dos son las ideas generales que se extraen del documento: no hay evidencia científica consistente de que funcionen y además pueden causar un daño considerable a la salud mental de las personas. “A menudo este tipo de aproximaciones se basan en interpretaciones religiosas sobre la sexualidad más que en un entendimiento de la orientación sexual basado en la información y en la investigación”, expresa el texto.
Las organizaciones firmantes también critican que los partidarios de las terapias “reparadoras” o “de conversión” sugieran a las personas vulnerables que acuden a ellos que su sexualidad es la raíz de sus problemas, algo que consideran “engañoso y basado en prejuicios”, y recuerdan que aunque las personas LGTB pueden sufrir por su orientación sexual o identidad de género problemas específicos (como acoso, rechazo, discriminación, ansiedad por el modo en que su entorno puede reaccionar, presión familiar, aislamiento, sentimientos de culpa y vergüenza, confusiones sobre la propia sexualidad o conflictos con otros aspectos de su personalidad y creencias) insisten en que el abordaje de estas situaciones debe hacerse desde un punto de vista desprejuiciado y ayudando a la persona a entender sus sentimientos acerca de su orientación e identidad bajo premisas de seguridad y confidencialidad.
El documento también incluye interesantes enlaces a recursos y material sobre la materia, descargable en buena parte en formato PDF.
En la línea de otras organizaciones
No se trata, como hemos insistido en ocasiones anteriores en que nos hemos referido a este tema, solo de que la homosexualidad dejara hace años de ser considerada un trastorno por las sociedades médicas y por la OMS. Se trata de que este tipo de intervenciones pueden ser tremendamente peligrosas, como ya han advertido antes otras organizaciones como la Asociación Americana de Psicología (APA) o la Asociación Médica Británica.
La APA, tras una completa revisión de la evidencia disponible, concluyó por ejemplo que no es posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Sobre la problemática que suponen las personas homosexuales que movidas por su fe religiosa acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, la APA recomendaba ser honestos con ellos sobre la eficacia de tales prácticas. El objetivo en estos casos debe ser favorecer la aceptación de la propia realidad sin imposiciones.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario. Hay países en los que incluso estas prácticas están castigadas por los organismos reguladores (en el caso de Brasil, por ejemplo, las prohíbe el Consejo Federal de Psicología, pese a que diputados evangélicos han intentado, por el momento sin éxito, acabar con dicha prohibición) y ya hay dos estados de Estados Unidos (California y Nueva Jersey) que han aprobado leyes prohibiendo su uso en menores.
Fuente Dosmanzanas
Comentarios recientes