Jugador de rugby gay consigue el asilo tras 5 años de lucha después de que el Ministerio del Interior intentara deportarlo a la Kenia homofóbica
El jugador de rugby gay Kenneth Macharia ganó su lucha por obtener asilo de cinco años, luego de que el Ministerio del Interior intentara deportarlo a la Kenia homofóbica.
El jugador de Bristol Bisons ha estado luchando contra la deportación a Kenia, donde el sexo gay se castiga con hasta 14 años de prisión, desde octubre de 2016.
Macharia ha vivido en el Reino Unido durante 12 años e inicialmente llegó al país en 2009 con una visa de estudiante para estudiar ingeniería mecánica.
Tenía múltiples visas extendidas, pero finalmente decidió buscar asilo ya que regresar a Kenia significaría enfrentar violencia y persecución como un hombre abiertamente gay.
A pesar de que una campaña de petición para detener su deportación alcanzó más de 180.000 firmas y el apoyo inequívoco de sus compañeros de equipo, en 2019 le dijeron que su solicitud de asilo había sido rechazada y que debía salir del país “sin demora”.
Dos años de incertidumbre después, el viernes (16 de julio), finalmente le dijeron a Macharia que el Ministerio del Interior había abandonado su caso en su contra y que le habían concedido asilo en el Reino Unido, según Sky Sports.
El mes pasado, un tribunal dictaminó que el jugador de rugby gay debería recibir el estatus de refugiado, y ahora se anunció que el Ministerio del Interior no apelará el fallo.
Kenneth Macharia dijo que le tomará tiempo “creer que esta pesadilla ha terminado”
En un comunicado emitido a través de sus abogados, Kenneth Macharia dijo:
“Cuando le cuento la noticia a personas cercanas a mí, están saltando de alegría y emoción, pongo una sonrisa y pretendo compartir el mismo nivel de entusiasmo. Ha sido una lucha muy larga, desde 2016. Mis esperanzas han sido aplastadas demasiadas veces. No puedo evitar preguntarme qué saldrá mal. La tristeza no se ha ido. Solía ser optimista. Pasará un tiempo antes de que vuelva a estar “.
Continuó: “Estoy muy agradecido por todo el apoyo que he recibido. Mucha gente vino en mi ayuda en mi momento de necesidad. La lista es muy larga, algunas las conozco, otras no. Gracias a todos y cada uno de ustedes. Me llevará un poco de tiempo creer realmente que esta pesadilla ha terminado y estar al mismo nivel de entusiasmo que tú”.
La situación legal de la homosexualidad en Kenia
Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza». El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».
Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.
No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.
Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.
Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».
Fuente PinkNews/Cristianos Gays/Dosmanzanas
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