David Palmieri,

La publicación de hoy es del colaborador invitado David Palmieri, profesor de teología en la escuela secundaria Xaverian Brothers en Westwood, MA. Es el fundador de Without Exception, (Sin Excepción), una red de base de educadores secundarios dedicados a discernir el arte del acompañamiento de estudiantes LGBTQ+ en escuelas secundarias católicas, y recibió un premio de la Asociación Nacional de Educación Católica en 2021.

Los Estados Unidos. La conferencia de obispos emitió recientemente una “Nota doctrinal sobre los límites morales de la manipulación tecnológica del cuerpo humano“ para establecer pautas para los servicios católicos de atención médica sobre la atención de afirmación de género. Como la legión de políticas diocesanas que le precedieron, este documento busca “emplear criterios que respeten el orden creado inscrito en nuestra naturaleza humana” (n. 1). Pero ausente de la estrategia está la ternura del cuidado pastoral.

Estos documentos eclesiales se han convertido en una letanía de prohibiciones, como círculos de alambre de púas que protegen las trincheras del orden y la disciplina católicos. Por ejemplo, en lugar de escuchar las necesidades de las personas transgénero, la nota doctrinal prohíbe a los servicios de salud católicos “cualquier intervención tecnológica que no esté de acuerdo con el orden fundamental de la persona humana como unidad de cuerpo y alma” (n. 20). . Esta política promoverá el “auténtico bien” de la persona humana (n. 22). Pero eso es un juicio de lejos, no una invitación a la cercanía que encarna Jesús.

El nuevo documento establece: “Con respecto a aquellos que se identifican como transgénero o no binarios, hay una variedad de cuestiones pastorales que deben abordarse, pero que no pueden abordarse en este documento” (nota al pie 34). De hecho, casi nunca es abordado por los líderes de la iglesia. ¿Cuánto tiempo debemos esperar una respuesta pastoral cuando un día nunca llega?

Un lema familiar de los opositores LGBTQ+ es “decir la verdad con amor”. Afirman que la respuesta más amorosa al “desorden” LGBTQ+ es promover el auténtico florecimiento humano al guiar a las personas hacia la verdad objetiva. Pero amor es la palabra equivocada en este caso. El amor requiere un corazón abierto, para que la alegría, la paz y la misericordia fluyan libremente como la gracia de Dios.

Podría ser más preciso que los opositores digan que “dicen la verdad con simpatía”. Brené Brown, experta en inteligencia emocional, escribe que la simpatía es una “respuesta no deseada, superficial, basada en la lástima”. Eso es exactamente lo que experimentan las personas LGBTQ+ y sus aliados cuando leen estos documentos. Es amor expresado como simpatía, no como alegría, paz y misericordia. Es el amor que pierde la marca.

Y hablando de verdad, ¿cómo definimos la verdad cuando hablamos de realidades que no son nuevas pero que recién ahora se están entendiendo mejor? En este caso, tenemos la responsabilidad de emplear los dones del Espíritu Santo: fe, entendimiento, asombro, valor, sabiduría, conocimiento y consejo. La fe que busca la comprensión no se trata solo de la alineación de la mente con el mundo objetivo, sino también del encuentro con el Dios vivo que dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14:6). La verdad no es sólo una idea, sino también una persona a la que hay que amar con alegría, paz y misericordia.

Algunas personas LGBTQ+ y aliados a menudo responderán que sus oponentes son odiosos. Si bien los datos respaldan que algunas personas realmente desean el mal físico y moral sobre la comunidad LGBTQ+, la mayoría de los católicos que se oponen al ministerio LGBTQ+ no son verdaderamente odiosos.

Una descripción más precisa podría ser que estos oponentes son santurrones, una cualidad que Jesús condenó en los fariseos (Mt 23:1-36). Brené Brown dice: “Las personas que exhiben esta emoción [moralidad moral] ven las cosas en blanco y negro; tienden a ser de mente cerrada, inflexibles, intolerantes con la ambigüedad y menos propensos a considerar las opiniones de los demás”. Esta descripción parece describir con mayor precisión el comportamiento de quienes se oponen al ministerio LGBTQ+.

Ansiedad, miedo, pavor, tristeza, ira, desprecio, disgusto, resentimiento, decepción, frustración, desánimo, arrepentimiento, vergüenza. Estos son los costos de un conflicto alimentado por la distancia emocional. Es hora de que los líderes de la iglesia inviten a las voces LGBTQ+ a la mesa, no como muestras o lecciones objetivas, sino como miembros de la familia en el Cuerpo de Cristo. Sólo desde esta cercanía podemos empezar a aprender lo que significa ofrecer una respuesta pastoral que sea más que una simple nota al pie.

—David Palmieri, 1 de abril de 2023

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Fuente New Ways Ministry

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica Brené Brown, Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB, Homofobia/Transfobia, Iglesia Católica, Personas trans