Un estudio holandés avala el bloqueo de la pubertad en menores transexuales
Importante estudio el publicado en Pediatrics, que avala la estrategia de utilizar bloqueadores reversibles de la pubertad en menores transexuales hasta que estos confirmen su voluntad de iniciar el proceso de reasignación de sexo. Se trata de la primera evaluación conjunta a largo plazo de este tratamiento, que revisa la situación de 55 personas transexuales (22 mujeres y 33 hombres), ya en la edad adulta, en los que se utilizó esta estrategia siendo adolescentes. Las conclusiones no pueden ser más positivas: estos jóvenes disfrutan de una situación emocional equivalente, si no mejor, a la de otros jóvenes no transexuales de su misma edad.
El bloqueo de la pubertad facilita a los menores transexuales el no tener que pasar por la desagradable experiencia de ver cómo tu cuerpo se desarrolla en una dirección contraria a la de tu identidad de género. Es además un tratamiento reversible, que permite “congelar” el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (vello, barba, pechos…) durante unos pocos años hasta que el menor está legalmente capacitado para tomar la decisión de afrontar su proceso de reasignación.
Los jóvenes incluidos en el estudio comenzaron el bloqueo de la pubertad a una edad media de 13,6 años, mientras que se sometieron a la cirugía de reasignación a una edad media de 20,7 años (tras el correspondiente tratamiento hormonal, que comenzaron a una edad media de 16,7 años). Fueron evaluados tanto en los momentos intermedios como un año después de la cirugía. Los resultados finales son indiscutibles: los índice de ansiedad, distrés emocional y preocupación por la propia imagen corporal fueron similares o mejores a los de la población no transexual de su misma edad. También los indicadores de calidad de vida y felicidad. Ninguna de las personas se arrepintió del proceso seguido.
“La supresión de la pubertad es una intervención médica completamente reversible, lo que permite tanto a los adolescentes como a sus familias disponer de tiempo para explorar sus sentimientos relativos a la disforia de género y tomar una decisión definitiva sobre el tratamiento de reasignación de sexo”, ha expresado la autora principal del estudio, Annelou de Vries, psiquiatra infantil de la Unidad de Disforia de Género de la Universidad Libre de Ámsterdam.
Más allá del legítimo debate sobre si este tipo de estudios no vienen sino a reforzar el enfoque patologizante de la transexualidad, creemos que se trata de una buena noticia, dadas las reticencias que establishment médico y autoridades sanitarias -de quienes en último término depende el acceso a este tipo de tratamientos- han venido presentando hasta ahora. Hasta la evidencia científica más ortodoxa avala ya una realidad sobre la que desde hace tiempo insisten las familias de los menores transexuales: el inicio de la pubertad supone un punto de inflexión que puede sumir al que hasta entonces era un niño u una niña feliz en un auténtico infierno que es sin embargo perfectamente evitable.
Fuente Dosmanzanas
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