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“ Oh, ¡feliz culpa!” de Ivan León

Sábado, 2 de abril de 2022
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«Si no se habla de ello, no existe».

Y así, en el silencio, viven infinitud de historias que esperan una oportunidad para ser contadas. Como ocurre con las terapias de conversión hacia las personas LGTBIQ+. Pero ¿existen en nuestro país? Y, sobre todo, ¿qué es lo que sucede en esas sesiones? ¿Es un mero acompañamiento, como sostiene la Iglesia Católica, o se trata de algo más? ¿Cómo se afronta una vida después de tanto tormento emocional?

Esta historia, sincera y cercana, recoge un testimonio de lo sucedido en aquellas supuestas sesiones de acompañamiento, presentando las experiencias y el desarrollo vital de uno de sus participantes, y, lo más importante, su posterior adaptación a un mundo nuevo, diferente a todo lo que había conocido antes.

«El miedo obliga al ocultamiento, persuade de guardar la historia en un cajón, a modificar la voz, la persona y el texto. […] Oh, ¡feliz culpa! es una reflexión honesta sobre la relación con los fantasmas, sobre cuánto puede llegar a determinar el daño y qué podemos hacer con él». Del prólogo de Víctor Mora.

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Ficha Técnica

Editorial: Egales
ISBN: 978-84-18501-63-0
Fecha de edición: 2022
Idioma: Castellano
Encuadernación: Rústica
Dimensiones: 14 cm x 20 cm
Nº páginas: 158
Precio: 17,95€
Materias: Autoayuda / Biografía/Memorias/Diarios/Cartas/ Ensayo / Narrativa Masculina / Religiones /

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Entrevista con Iván León, autor de ‘Oh, feliz culpa!’

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

Oh, feliz culpa! es la primera novela de Iván León, y es también el primer testimonio sobre las llamadas “terapias de conversión” que, dentro de la Iglesia Católica, se realizan a personas del colectivo LGTBI+. Este libro es una experiencia novelada, un relato del presente que expone hechos, situaciones y consecuencias que, erróneamente, muchos creen que forman parte únicamente del pasado. Hablamos con su autor.

– ¿Qué nos vamos a encontrar los lectores en ¡Oh, feliz culpa!?

Creo que una de las notas principales de este relato sería su normalidad. Y ese, precisamente, es su punto fuerte. Me explico. Cuando se habla de estos temas (terapias de conversión y cosas por el estilo) solemos pensar en cosas terriblemente obscenas: campamentos al estilo norteamericano, terapias de aversión de los años cincuenta y cosas así. Y es un error. A día de hoy estas cosas suceden entre bambalinas, discretamente. Son, en la mayoría de casos, machaques constantes, discursos funestos y una fuerte presión social. Por eso, creo que cualquiera que se acerque a este relato podrá comprobar como, sin apenas darse cuenta, ha ido introduciéndose en un bucle del que es difícil salir. Otra característica es que, partiendo de esa misma normalidad, genera una gran intimidad. ¿Quién no ha experimentado la incertidumbre en sus propias carnes? ¿O quién no se ha enfrentado a un cierto cuestionamiento? En ese sentido, creo que es fácil que haya una cierta empatía entre narrador y lector, lo que facilita mucho la tarea de inmersión. Y, por supuesto, eso mismo permite definir imágenes mucho más vivas para que también sea posible disfrutar del relato.

– ¿Qué te llevó a decidirte a escribir tu historia?

Supongo que el independizarme, en sentido amplio. El salir de casa me exponía a grandes preguntas. Ya no era un yo metido en una estructura, sino que me enfrentaba en soledad a un montón de experiencias nuevas.Necesitaba construir un relato que respondiese a quién era. Un relato que me permitiese tomar posesión de mí mismo y presentarme ante el mundo. Un relato sobre el cual poder edificar. Y eso pasaba por integrar algunas experiencias complejas. El escribir sobre esta etapa fue, por decirlo así, algo providencial. Durante una visita a la UCM, donde me formé, estuve charlando con un profesor y le comenté lo que me rondaba por la cabeza, las dudas sobre ese proceso de construcción de la identidad. Y su respuesta fue sencilla: “Escribe. Somos filólogos, ¿no? La formación que os proporcionamos no es únicamente académica, sino que podéis aprovecharla para vuestra vida.” Y realmente aquella conversación fue lo que, durante el confinamiento, me animó a escribir toda esta historia.

– ¿Cómo fue el proceso de escritura?

Terrible. Algo más en serio, diría que ha sido un proceso complejo, lleno de baches. Uno de los primeros problemas fue encontrar el tono adecuado. ¿Desafiante? ¿Lastimero? ¿Algo más neutro? Sin embargo, una tarde, durante una charla, se me ocurrió una idea sencilla: presentar mi experiencia subjetiva como una suerte monólogo interno. Algo así como permitir al lector acceder a mis vivencias, aunque con la distancia que proporciona la retórica. En términos algo más mundanos, hubo días y días. Algunos días fueron una auténtica catarsis y otros, simplemente, rellenar el espacio literario. Supongo que, para entendernos, debe ser similar al proceso de creación de una pintura: hay días que das vida a la figura principal y otros, te limitas a iluminar el fondo. En resumen, ha sido un proceso largo, aunque he contado siempre con ayuda y referentes.

– Hablas en varias ocasiones de la tentación de ceder al olvido, ¿crees que eso es posible? Creo que en tu novela hay un enlace muy bonito entre la historia personal y la memoria colectiva, sobre todo para quienes entendemos que la memoria es algo vivo, es decir, que afronta problemas y situaciones que aún están lejos de haber quedado atrás. ¿Qué piensas sobre este tema?

Olvidar. En cierto sentido, olvidar sería algo similar a negar. Negar un hecho o una experiencia concreta. Y negar no es más que una forma, respetable, de gestionar algún aspecto concreto de la realidad. Aquí que cada uno gestione como pueda, que bastante tenemos con lo que tenemos. Aunque creo que, en la medida de lo posible, hay que afrontar las experiencias vitales con cierta osadía. Tratando de hacerlas nuestras para poder sacar algún partido de ellas, si es que fuese posible. Y si no, para, al menos, poder revisitar aquellos lugares sin aquel terrible estrés que provoca el trauma. Por otra parte, creo que la relación entre el individuo y la colectividad es muy estrecha. Uno no puede ser si los demás no le ayudan a ser. Y, por supuesto, la colectividad no puede constituirse si cada uno de los individuos no se integran en ella. Hay que acabar con el mito del self-made-man, porque nos aísla y nos impide establecer vínculos de confianza y apoyo. Y, precisamente, sin estos vínculos, sin esta confianza, creo que nos veríamos abocados al desastre porque una de las principales estrategias de supervivencia siempre ha sido la comunicación de saberes. Algún humano comunicaba a otro tal o cual saber, o amenaza, y así el grupo podía valerse de ese conocimiento para sobrevivir. Creo que aquí ocurre algo similar: la experiencia personal de cada uno puede ayudarnos no sólo a constituirnos como colectividad, como sociedad, sino que además puede ayudarnos a desarrollar estrategias adaptadas a la realidad que se nos presenta.

– “Yo tampoco sé ser un hombre, pero ¿a quién le importa?” Cuánto pesan los estándares del género, cuánta violencia pueden crear… algunas ideas presentes en tu novela. ¿Es que lo hacemos mal, es que no lo somos, o es que nadie tiene la potestad de decir quién es qué salvo uno mismo?

Creo que habría que empezar por el principio y preguntarse qué es eso de ser un hombre. Porque dependiendo de quién plantee la pregunta, fijará un estándar u otro. Y, en cualquier caso, creo que ese estándar seguiría sin ser universalmente válido. Porque definir un ideal así resulta extremadamente complejo Algunos podrían apelar a los cánones y cosas así, pero, ¿a qué cánones nos apegamos? Porque hay tantos hombres como momentos históricos y grupos culturales, cada uno de los cuales tiene una pretensión de verdad y universalidad que resultan soeces en conjunto. Así que, ¿con qué hombre nos quedamos? En cualquier caso, creo que muchas veces es una obsesión social más que un problema real. Si uno es funcional y consigue articular un relato que le sirve para encarar la realidad, ¿cuál es el problema? Creo que la verdadera preocupación debería ser el poder construir relatos cercanos y prácticos y que tengan un gran potencial explicativo para la propia persona. Tratar de definir una masculinidad y una feminidad hegemónicas e inmutables me parece un burdo intento de categorizar y cauterizar la realidad para poder etiquetarla y hacerla manejable.

“Aquel pasillo parecía no tener fin. Avanzaba penosamente, sin tener aún claro qué sucedería a continuación. Y, sobre todo, seguía sin tener la completa certeza de que aquello fuese a funcionar.” Así comienza “Vorágine”, la primera parte de tu libro, unas líneas que marcan el inicio de aquellos encuentros… desde el ahora, ¿qué te gustaría decirle a tu yo de ese entonces?

Creo que no sabría bien qué decirle. Seguramente lo mirase en silencio con cierta simpatía y lo dejase marchar. Aunque es probable que le viniese bien saber que, en realidad, todo va mucho menos en serio y mucho más en serio de lo que aparenta. Sería, simplemente, una cuestión de afinar la comprensión. Pero claro, eso es algo que te da el tiempo. Así que es normal que cometamos ciertos errores de ese tipo.

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Oh, feliz culpa! de Iván León, editada por Egales y con prólogo de Víctor Mora, ya disponible en librerías y en la web de la editorial.

Fuente: Blog Uno de cada 10, 20Minutos

Biblioteca, General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Lutero: V centenario de la Reforma Protestante (y III)

Viernes, 3 de noviembre de 2017
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monumento-lutero-wittenberg-alemaniaDesde el cisma hacia la unidad cristiana

“Tenaz en su carácter y obsesivo en sus ideas, Lutero las vivió apasionadamente”

(Saturnino Rodríguez).- Martín Lutero es una figura crucial de la Edad Moderna en Europa, la influencia del conjunto de sus teorías y doctrinas (que suele denominarse luteranismo) se extendió, más allá de la religión, a la política, la economía, la educación, la filosofía, el lenguaje, la música y otros espacios de la cultura. Martin Lutero obtuvo gran popularidad entre el pueblo, y también su considerable influencia en el clero. La contribución de Lutero a la civilización occidental se consideran más allá del ámbito religioso. Sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción y el desarrollo de la lengua.

La obra escrita

Las obras escritas por Lutero desde 1517 a 1530 suman 50, siendo más abundantes de 1524 a 1528. Algunas de las cuales fueron al menos esbozadas por algunos de sus amigos, como Melanchthon. Lutero también escribió sobre la administración civil y eclesiástica y sobre el hogar cristiano. El estilo literario de Lutero era polémico, llegando incluso a insultar a sus oponentes cuando el tema le apasionaba. Al igual que otros reformadores era muy intolerante con otras creencias y con los puntos de vista opuestos al suyo, lo cual pudo contribuir a exacerbar la Reforma protestante en Alemania.

Las obras más destacadas

Por su traducción de la Biblia, Lutero es considerado además uno de los fundadores de la literatura en alemán. Hasta la publicación definitiva de la Biblia completa traducida en 1534 Lutero iba trabajando en ello, escribiendo y publicando partes dela misma desde el año 1521 que comenzó en su destierro del castillo de Warbuirg hasta 1530. Tanto la Reforma protestante como la consecuente reacción católica, la Contrarreforma, supusieron un importante desarrollo intelectual en Europa, por ejemplo: mediante el pensamiento escolástico de los jesuitas en el caso del catolicismo.

Martín Lutero articuló su doctrina básica en sus primeros escritos: “De la libertad cristiana “(1519), “A la nobleza cristiana de la nación alemana” (1520), “El cautiverio babilónico de la Iglesia” (1520), “De la esclavitud del arbitrio” (1525)- y sus publicaciones más conocidas y populares “Catecismo Mayor” y “Pequeño catecismo” (1529) donde expone la teología de la Reforma evangélica comentando brevemente, en forma de preguntas y respuestas: los Diez andamientos, el Credo Apostólico, el Padrenuestro, el Bautismo y la Eucaristía.

Las secuelas de la doctrina de la Reforma protestante tendría sus secuelas inmediatas en Alemania y en los países europeos donde se extendió. En los territorios luteranos disminuyó grandemente el poder absoluto de los reyes. Católicos y protestantes sostuvieron entre sí terribles guerras religiosas. Un siglo después de las “protestas” de Lutero, una revuelta en Bohemia provocó la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto entre católicos y protestantes que arrasó gran parte de Alemania e implicó a CASI TODA Europa hasta la Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos.

Lutero fue la primera persona que imprimió un libro: la Biblia alemana, traduciendo de un manuscrito sagrado a la lengua materna de Alemania. Cuando la mayoría de la sociedad era analfabeta y adquiría sus conocimientos a través de la transmisión oral, la memorización y la repetición de los textos bíblicos, la Iglesia tenía el control del conocimiento y sus miembros eran estudiosos y educados. Lutero hizo posible el acceso al conocimiento, la información y la educación, desmitificando la Biblia con el fin de lograr la búsqueda de la verdad.

Cabe destacar que Lutero, personalmente, no fundó la iglesia luterana como institución, ni planeaba llegar a una nueva “denominación cristiana”. Por el contrario, expresó que eso no ocurriera: “Ruego por que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos ‘luteranos’, sino Cristianos. ¿Quién es Lutero?, mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por nadie…Dejen, mis queridos amigos, de aferrarse a estos nombres de partidos y distinciones; fuera a todos ellos, y dejen que nos llamemos a nosotros mismos solamente cristianos, según aquel de quien nuestra doctrina viene”.

A pesar de ello, en la historicidad de la reforma protestante, se fue designando el apelativo “luterano” y “luteranismo” para referirse a la doctrina interpretativa y enseñanzas que Lutero hizo acerca del cristianismo.

Lutero es reconocido en el calendario litúrgico de la Iglesia Luterana que celebra la festividad de la Reforma el 31 de octubre (fecha en que clavó las 95 tesis). La iglesia Episcopal de Estados Unidos celebra la fiesta el 18 de febrero como su día litúrgico.

La “justificación” tema clave en la obra de Lutero

Dicho en cuatro palabras la doctrina de la “justificación” ( o” justicia de Dios”) supondría, conforme confesaba la Iglesia, que el hombre se hiciera justo. Pero ese supuesto – pensaba Lutero- era imposible porque al hombre le separa un abismo infinito de Dios que también con infinito amor le “justifica” a través de Jesucristo, con lo que el hombre no necesita para ello de las “mediaciones” de la Iglesia. Y es en este punto central en el que se ha dado un acercamiento casi total entre la iglesia católica y la reformada en el camino del ecumenismo, como veremos en la 4ª parte de esta serie al hablar sobre el camino del Ecumenismo. Buena parte de las otras “diferencias” derivan de ésta fundamental.

Desligado de la obediencia romana, Martín Lutero emprendió la reforma de los sectores eclesiásticos que le siguieron y que conformaron la primera Iglesia protestante, a la que dotó de una base teológica. El luteranismo se basa en la doctrina de la “justificación” (inspirada en escritos de San Pablo y de San Agustín de Hipona) de que el hombre puede salvarse sólo por su fe y por la gracia de Dios, sin que las buenas obras sean necesarias ni mucho menos suficientes para alcanzar la salvación del alma; en consecuencia, expedientes como las bulas de indulgencias que vendía la Iglesia no sólo eran inmorales, sino también inútiles e incluso la mediación y poder jerárquicos de la Iglesia.

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Cuadro de Lucas Cranach explicando la doctrina clave de Lutero de “la justificación por la fe”

Este retablo del pintor Lucas Carnach- el gran pintor de Lutero refleja el pensamiento de Lutero de que la salvación sólo se adquiere con la fe personal y la lectura directa de la Sagradas Escrituras. Las imágenes llevan un número que aclaramos aquí:

1. Lutero con una Biblia en la mano señalando un pasaje de la II epístola de San Juan “La sangre de su hijo Jesús nos purifica de todo pecado”

2. Un chorro de sangre de Jesús crucificado cae sobre la figura del pintor Lucas Cranach padre

3. Personificación de los verdaderos creyentes que reciben sin ninguna mediación por parte de la jerarquía católica

4. A su lado San Juan Bautista señalando a Cristo, y al pie de la Cruz vemos a Jesús como el “cordero de Dios” que quita el pecado del mundo

5. A la izda. de la Cruz aparece Cristo resucitado…

6. Clavando el asta de su bandera al demonio. Al fondo, a la izquierda muestra la escena de la expulsión del hombre del Paraíso…

7. Fuente del pecado original y a su derecha Moisés maldice a los que no cumplen los mandamientos

Como consecuencia de esta primera fundamentación Lutero negaría otras prácticas asumidas por la Iglesia católica a lo largo de la Edad Media, como la existencia del Purgatorio o la necesidad de que los clérigos permanecieran célibes y para dar ejemplo él mismo contrajo matrimonio con una antigua monja con la que tuve cuatro hijos. De los sacramentos católicos, Lutero sólo consideró válidos los dos que halló reflejados en los Evangelios: En su obra “Sobre el Cautiverio Babilonico de la Iglesia” (1520), rechaza el “sacramentalismo de la Iglesia”, diciendo que en las Sagradas Escrituras solo se distinguen dos sacramentos: ll Bautismo y la Eucaristia (la “cena del Señor”), rechazando los demás como tales “sacramentos”. Leer más…

Iglesia Católica, Iglesia Luterana , , , , , ,

Lutero: V centario de la Reforma protestante (II)

Viernes, 27 de octubre de 2017
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monumento-lutero-wittenberg-alemaniaSu biografía y las dietas de Carlos V

“Lutero no fundó la iglesia luterana como una institución, ni planeaba una nueva denominación cristiana”

(Saturnino Rodríguez).- Continuamos con la figura de Lutero y la Reforma protestante cuyo V Centenario (31 octubre 1517) celebran por primera vez unidas las iglesias cristianas Católica, Ortodoxa y Reformada (Evangélica o protestante), en esta 2ª parte continuando la 1ª parte de la Biografía las “Dietas” del emperador Carlos V y un breve Resúmen de la Teología y pensamiento de Lutero,que seguirá en la 3ª parte para acabar con una 4ª sobre “Ecumenismo camino de la Unión”.

El Edicto de Worms -del que hablamos- no respetaba el acuerdo del salvoconducto entregado a Lutero para acudir a la Dieta de Worms garantizándole un regreso seguro sino que en contra de ello ordenaba que Lutero fuese “prestamente arrestado y condenado”. Por ello y con el fin de protegerle, el príncipe Federico de Sajonia III “el Sabio” – que era un “humanista” católico aunque fuese su protector – organizó un secuestro simulado cuando Lutero regresaba a Wittemberg en el camino a casa y le escondió en el castillo de Wartburg en Eisenach. En su «desierto» o «Patmos» del castillo de Wartburg (como le llamaba Lutero en sus cartas), perteneciente al príncipe Federico III de Sajonia, Martin Lutero estuvo recluído cerca de 10 meses. Fue el comienzo de un periodo constructivo de su carrera como reformador durante el cual comenzó con el Nuevo Testamento la traducción de la Biblia al alemán que sería publicada en 1522. La Biblia completa sería impresa en 1534.

La argumentación de Martín Lutero en su escrito “La libertad cristiana” (1520) encontrarían eco en Ulrico Zuinglio en Zúrich (Suiza) y Thomas Müntzer en Allstedt (Sajonia, Alemania) que difundieron las tesis de que todos los hombres podían encontrar, sin necesidad de intermediarios el camino hacia Dios y lograr la salvación de sus almas. Y con ello el movimiento luterano se iba extendiendo por Alemania y también en el exterior.

En 1522 aparecía en Zurich y se extendía por toda Suiza una nueva corriente reformadora liderada por el clérigo, doctor en teología y profesor alemán Ulrico Zuinglio (1484-1531) aque fundaría la Iglesia Reformada Suiza, de la cual se desprendía a su vez otra corriente más radical como lo era laanabaptista fundada por el también clérigo y teólogo alemán Thomas Müntzer. (Allsted, Sajonia, en Alemania).

El fundador del anabaptismo, escisión del luteranismo Tomás Munzer, (1489-1525) también clérigo y teólogo alemán, fue contemporáneo de Lutero e inicialmente su seguidor. Mantuvo con él una extremada polémica política y teológica, aunque basaba sus demandas en los escritos de Lutero que aunque apoyaba sus aspiraciones políticas consideraba falsos sus argumentos teológicos. Fue el líder revolucionario de la “Guerra de los campesinos alemanes” que se propuso lograr el advenimiento del “Reino de Dios” impulsando una vigorosa reforma social como veremos.

Erasmo de Roterdam no conoció personalmente a Martín Lutero, ni se adhirió a la Reforma protestante, sin embargo, Lutero dijo en muchas ocasiones que una de sus fuentes de inspiración era la traducción que Erasmo había hecho del Nuevo Testamento. Erasmo pasó los últimos años de su vida acosado por católicos y reformadores que querían hacerle militar de su parte, cosa que él nunca admitió. El protector de Lutero Federico III elector de Sajonia conocido como “El sabio”, era también católico y un destacado “humanista” que había fundado en 1502 la Universidad de Witemberg hoy Univ. Martin Lutero donde estudió y fue profesor y decano Martín Lutero.

Merece una atención especial por su tesón en la “causa ecuménica” Philipp Melanchthon (1497-1560) reformador religioso, humanista y erudito alemán. Cursó estudios en las universidades de Heidelberg y Tubinga y catedrático en Witemberg.

Filósofo, teólogo, astrónomo, gran humanista y hombre pacífico y piadosos es el primer teólogo que sistematizó las ideas de Lutero, las defendió en público y las convirtió en la base de la teología luterana de quien era su gran amigo.

Su discurso de ingreso en la cátedra de griego en Witemberg llamó la atención de Lutero que ya era catedrático de Teología Bíblica desde 1512 y le remplazó como líder de esta causa en Wittenberg cuando su mentor fue confinado en el castillo de Wartburg. Participó, con otros 27 delegados, en la unificación de las constituciones de las iglesias reformadas de Alemania.

Fue myu destacada su participación en la Liga de Espira en 1529 en que acompañó al príncipe Juan de Sajonia siendo uno de los principales firmantes de la “Protesta de Espira”.

Philipp Mellanchthon. En 1530 presentó las “Confesiones de Augsburgo”, 28 artículos de fe redactados en colaboración con Lutero. El tono de este credo era tan conciliador, que sorprendió incluso a los católicos. Debido a su intención de lograr un entendimiento entre protestantes y católicos o, al menos, entre las distintas facciones protestantes, los seguidores más estrictos del luteranismo consideraron heréticas sus opiniones. Murió orando por la unión de las Iglesias “en Cristo” y quejándose por “la rabia de los teólogos” de su propio campo. Su nombre figura entre las celebraciones del Calendario de Santos Luterano. Su carácter “humanista” fue muy criticado por los teólogos luteranos ortodoxos, veteranos de las primeras batallas. Así y todo, logró reunir gran cantidad de discípulos que mantuvieron, propagaron e incluso perfeccionaron sus propuestas.

Otro personaje importante y muy cercano a Lutero, aunque menos conocido popularmente, es Johannes Bugenhagen (1485-1558), a quien Lutero llamaba Dr. Pomeranus porque introdujo la reforma en Pomerania, Dinamarca.

Fue un sacerdote católico que tras conocer a Lutero se convirtió en su consejero. Fue un teólogo luterano alemán profesor de Teología de la Universidad de Witenberg, en 1539. Como magnífico organizador que era fue nombrado superintendente de la Iglesia de Sajonia. Después de la muerte de Lutero, se hizo cargo de la viuda y sus hijos. Su nombre figura en el Calendario de Santos Luterano.

Felipe I de Hesse, apodado “El Magnánimo”, que creó la Universidad de Marburg fue uno de los Príncipes más destacados del Renacimiento prestando su apoyo a la Reforma luterana. Convocó con fines políticos personales junto a en 1531 la Liga de Esmalcalda contra Carlos V que ordenó apresarle pasando cuatro años en la cárcel. Las consecuencias socio-políticas de la teología reformada irían conduciendo a las “Guerras de Religión”.

Así como el luteranismo era una escisión del catolicismo romano, a su vez se dividió en múltiples corrientes, al aparecer disidentes radicales en la propia Alemania (como Thomas Münzer) y al extenderse el protestantismo a otros países europeos aparecieron reformadores locales que crearon sus propias Iglesias con doctrinas teológicas diferenciadas como en Suiza Ulrico Zuinglio (1484-1531), en Francia Juan Calvino (1509-1564) o en Inglaterra Enrique VIII(1509-1547).

El 5 de mayo de 1525 muere Federico de Sajonia . El 13 de junio de ese mismo año 1525 Lutero se casa con Catalina von Bora, una exreligiosa proveniente de la nobleza alemana que se convierte en su colaboradora en la reforma. Lutero tuvo con ella tres hijas y tres hijos nacidos en Witemberg entre 1526 y 1534.

En Alemania, el enfrentamiento entre príncipes católicos y protestantes terminó en un conflicto militar abierto: la Guerra de Esmalcalda; mientras que previamente habían estallado movimientos sociales como la “Guerra de los campesinos alemanes” o los anabaptistas, perseguidos sangrientamente por ambos bandos, con la aceptación expresa tanto del Papa como de Lutero.

Aunque la nueva idea de Iglesia que proponía la Reforma opuesta a la Iglesia jerárquica y mundanizada de Roma era una iglesia espiritual compuesta por todos los integrantes de la verdadera fe, sin intermediarios ni vicarios, con una relación directa entre los hombres y Dios, las consecuencias también fueros otras eran otras.

Las proposiciones derivadas de la doctrina de Lutero resultaban atractivas tanto a los príncipes y nobles como a los burgueses, porque ponía en sus manos el destino y la administración del país, sin intervenciones foráneas de la Iglesia. Proposiciones por tanto encontradas con la idea de “cristiandad” perseguidas por el Emperador del Sacro Imperio Carlos V.

La extensión de la doctrina luterana y especialmente de sus derivaciones sectarias daría lugar a la «Guerra de los campesinos alemanes” o “Revolución del hombre común” (en alemán) que enfrentaron a católicos y protestantes entre los años 1524 y 1525. Guerras en las que si bien es cierto que las que diferencias eran religiosas también fueron el pretexto para canalizar luchas de poder entre los Príncipes y los intereses políticos, económicos y estratégicos que impedían la unidad del Sacro Imperio como deseaba y buscaba el Emperador Carlos V.

La “libertad cristiana” escrito por Lutero en 1522 , que es un hito en el paso de la Edad Media a la Moderna, plantea una revolución en la tradicional relación entre religión y libertad que tuvo repercusión en la “Guerra de los campesinos alemanes” porque lo que Lutero empleaba en lenguaje teológico era entendido por los campesinos como su liberación del vasallaje y rechazo de los privilegios que aducían los Príncipes como decían en postularon en la publicación “Los 12 artículos”. También es cierto que Lutero se distanciaría de las revueltas campesinas con su escrito de 1525 titulado “Contra las hordas ladronas y asesinas de los campesinos”.

El empeño de Lutero por reformar el cristianismo, desafiando al papado y al Imperio, no perseguía en absoluto lo mismo que sus seguidores más radicales alimentando la revolución social. Lutero no sólo no lo admitió sino que lo reprobó tajantemente en sus prédicas y en sus escritos. La “Guerra de los campesinos” recordaba la “Guerra de los Husitas” un siglo antes en Bohemia de las ” (1420-1434), movimiento creado por Juan Huss, sacerdote, teólogo y filósofo checo, rector de la Universidad Carolina de Praga.

Los desórdenes provocados en Wittenberg por los seguidores radicales de Lutero le obligaron a volver a la ciudad en marzo de 1521. Lutero sin pretenderlo se vio implicado en la “Guerra de los campesinos” desatadas en el Sacro Imperio Romano Germánico en los años 1524 y 1525 alentada por teólogos y predicadores luteranos radicales y anabaptistas.

Guerras que desencadenaron sangrientas revueltas tanto económicas como religiosas que se han considerado como la mayor revolución hasta la Revolución Francesa en 1789. Guerra que fue duramente reprimida con el resultado de decenas de miles de muertos.

No confundir las “Guerras de los campesinos alemanes” -que aunque también de alguna forma eran religiosas – eran distintas de las Guerras de religión de Francia que fueron una serie de enfrentamientos civiles que se desarrollaron entre los años 1652-1598 (hasta ocho guerras), si bien la violencia fue constante durante todo el período. El detonante de las Guerras de Religión fueron las disputas religiosas entre católicos protestantes calvinistas, conocidos como hugonotes. Juan Calvino (1509-1564) teólogo francés, hombre muy religioso, considerado como uno de los padres de la Reforma Protestante, la rama “calvinista”.

Las Dietas del Sacro Imperio Romano Germánico – El Emperador Carlos V ante el luteranismo

Inspirado en Hutten, caballero y humanista- imbuído de una especie de protonacionalismo alemán, Martín Lutero escribe el “Manifiesto a la nobleza cristiana de la nación alemana” (1520), donde se incita a la rebeldía de la nación contra el papado expoliador. Convierte de esta forma a los príncipes, el poder y la fuerza políticos, en defensores de la “libertad cristiana”. También afirmaba que todos los cristianos eran el estado eclesiástico, que las diferencias solo son de función, y que el bautismo hace a todos los cristianos sacerdotes.

El Águila Quaternio es una de las composiciones heráldicas del Sacro Imperio más conocidas creación de David de Negker en Augsburgo hacia 1510. Sobre las alas del águila bicéfala se muestran 56 blasones de Estados imperiales, rodeando la figura de Cristo crucificado. En la primera fila figuran los escudos de los siete príncipes electores. Los blasones de los principados eclesiásticos – Tréveris, Colonia y Maguncia – están situados en la derecha (la izquierda para el espectador y los seculares – Bohemia, Palatinado, Sajonia y Brandeburgo – en la izquierda

La Dieta y “La Protesta de Espira” (1529)

El Sacro Imperio Romano Germánico se veía amenazado por el Imperio Otomano, dirigido por Suleiman Kanuni, que había conquistado Hungría y se preparaba para atacar Austria (octubre 1529), le llevó al emperador Carlos V a abandonar temporalmente el conflicto religioso interno. Leer más…

Espiritualidad, Iglesia Católica, Iglesia Luterana , , , , , ,

Lutero: V centenario de la Reforma protestante (I)

Jueves, 26 de octubre de 2017
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monumento-lutero-wittenberg-alemaniaBIOGRAFÍA Y PENSAMIENTO TEOLÓGICO”

Su contribución a la civilización occidental se considera más allá del ámbito religioso

“No quiero ni puedo retractarme, porque es penoso y peligroso ir contra la conciencia. ¡Dios me ayude! Amén”

(Saturnino Rodríguez).-Este año por primera vez las iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, como fruto de los esfuerzos ecuménicos por alcanzar la Unidad de las iglesias cristianas, celebran conjuntamente el V Centenario de la “Reforma” protestanteque nació tras el 31 de octubre de 1517 en que el sacerdote agustino Martín Luteroclavaba en la Iglesia de Todos los Santos del castillo de Witemberg las 95 tesis contra “las indulgencias” decretadas por el papa León X a favor de quienes contribuyesen con sus donativos a la construcción de la basílica de San Pedro en Roma.

El V centenario del nacimiento de Lutero se celebró ya el año 1983. En esta presentación comenzamos con la biografía y pensamiento teológico de Lutero para continuar en otras dos más con lo que fue la Reforma protestante y la llamada “contrareforma” de la Iglesia católica y Avances del Ecumenismo cara a la unidad con lo que fue la “reforma” así como en los avances del movimiento ecuménico de las iglesias católica, ortodoxa y protestante o “reformada”.

Biografía de Martín Lutero

Martín Lutero, o Martin Luder, después cambiado a Martin Luther, como es conocido en alemán, nació en Eisleben, (Turingia,,Alemania) el 10 de noviembre de 1483 y falleció en la misma localidad el 18 de febrero de 1546. Fue un teólogo y monje católico agustino que lideró una reforma religiosa en Alemania, y en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante en general y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo de la que derivarían otras denominaciones “protestantes”.

Sus padres Hans y Margarita preocupados por su formación intelectual le llevaron a las escuelas den Mansfeld en 1484, Magdeburgo en 1497 y Eisenach en 1498. En 1501, a los 18 años, Lutero ingresó en la Universidad de Erfurt licenciándose el 7 de enero 1501. Quiso estudiar Derecho, como su padre deseaba, pero en el verano de 1505 abandonó de pronto sus estudios e ingresó en el Monasterio de los Agustinos de Erfurt el 17 julio 1505 contrariando a sus padres.

En 1506 profesa sus votos y el 3 de abril de 1507 es ordenado sacerdote agustino conciliándose con su padre. En 1508 estudia Teología y Biblia y da clases de Biblia y en el curso siguiente en el convento de Erfurt.

La vida de Lutero era de un cumplimiento conventual estricto, de oración y de reflexión profunda, lo que le llevó al Vicario General de los agustinos von Stanpitz a destinarle a una vida más activa y también a un formación académica superior comenzando en 1510 a estudiar en la Universidad de Wittenberg (fundada en 1502 por Federico III der Sajonia en 1502, que sería su protector).

En 1511 regresa a Witemberg y en octubre de 1512 se doctora en Teología y asumiendo la cátedra de Teología Bíblica siendo recibido como miembro del Senado de la Facultad de Teología que conservaría hasta su muerte. En 1515 fue nombrado por un trienio Vicario de su orden agustiniana quedando a su cargo once monasterios y Decano de la Facultad de Teología, explicando las Cartas de san Pablo a los romanos y a los gálatas.

En noviembre de 1510 para resolver una disputa monástica surgida en la orden agustiniana entre uno corriente más “observante” y reformista y otra más “conventual” y conservadora liderada por Johannes von Staupitz el prior de Erfurt, el Vicario General de la Orden de los Agustinos le encargo la misión de viajar a Roma en representación de siete monasterios agustinos y como hombre piadoso y cumplidor como lo era de sus deberes religiosos, invitase al Prior General de la orden agustiniana, Egidio de Viterbo para que anulara las reformas.

En su viaje a Roma en 1510 Lutero quedó impactado por la “mundanidad” en la que vivía gran parte del clero (especialmente las altas como se sabe por sus escritos a su regreso de Roma) y aunque su fe católica se mantuvo inquebrantable, fue este aspecto el que en realidad le llevó a Lutero a sus críticas decisiones posteriores cuyo detonante sería especialmente que se concretarían en el conocido asunto de la bula de las Indulgencias que vamos a detallar.

De la mano de los escritos de san Agustín de Hipona y de san Pablo en la Epístola a los Romanos encontró respuesta a sus angustias sobre la salvación en esta doctrina de la “justificación por la fe” enseñando que la salvación es un regalo exclusivamente de Dios, dado por la gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe. Y ese salvación gratuita no necesita las mediaciones del poder eclesiástico, que pasó a constituir el eje fundamental de su teología y enseñanzas.

Las ansias de obtener la verdad le llevaron a Martín Lutero a estudiar las Sagradas Escrituras en profundidad. Por otro lado su vocación humanista de “ir a las fuentes”, le sumergieron en el estudio de la Biblia y de la Iglesia primitiva llegando a la convicción de que la Iglesia había perdido la visión de varias verdades centrales que el cristianismo enseñaba en las Escrituras, siendo una de las más importantes de ellas la doctrina de “la justificación por la fe” .

Siendo ya profesor comenzó a criticar la situación en la que se encontraba la Iglesia católica. En 1515 fue nombrado vicario de su orden, quedando a su cargo once monasterios. El año 1516, se convirtió en párroco de la Iglesia de Wittenberg, destacando como predicador popular, oponiéndose a la venta de las Indulgencias sobre lo que hablaremos a continuación.

La venta de “indulgencias” fue el detonante

El Papa había convertido al Príncipe Alberto de Brandeburgo, de 23 años de edad en arzobispo de Magdeburgo y administrador de la diócesis de Halberstadt y nombrándole después arzobispo de Maguncia y primado de Alemania, lo que llevaba anejos unos beneficios políticos y económicos extraordinarios. Para obtener las dispensas necesarias para tal acumulación de cargos, debió pagar al Papa la elevada suma de 24 000 ducados que le fue adelantada por la banca Fugger. Para facilitarle el pago de la deuda, el Papa le autorizó la venta de indulgencias en sus territorios, tarea que el Príncipe encomendó al fraile dominico Johann Tetzel.

Estas bulas eclesiásticas eran una concesión del Papa que teóricamente concedían indulgencias a los creyentes por los pecados cometidos y que se convirtieron en objeto de un tráfico puramente mercantil. Donativos que iban con destino a la construcción de la Basílica de S. Pedro en el Vaticano, obra de los papas Julio II y León X. Con esa venta de indulgencias el príncipe Alberto de Maguncia devolvía al Papa los 24.000 ducados adelantados por la banca Fugger por la concesión de los nombramientos que había recibido. Esto provocó la indignación de Martín Lutero, que publicó a raíz de estos sucesos las 95 tesis que iniciaron la llamada “reforma” protestante.

Johann Tetzel fue el fraile dominico a quien Alberto de Branderburg arzobispo de Maguncia subcomisario para la venta de indulgencias en la provincia eclesiástica de Magdeburgo. Su actuación se cuenta entre los factores que decidieron a Martín Lutero para iniciar su “Reforma”. Con el dinero obtenido por dicho medio, se esperaba financiar la edificación de la basílica de San Pedro en Roma, Italia, y comprar un obispado para Alberto de Hohenzollern.

Todo ello confirmaba al fraile agustino Martín Lutero en la idea de que la Iglesia había abandonado sus principios hasta el extremo de que el 31 oxtubre 1517, víspera de la fiesta de Todos los Santos, clavó 95 tesis contra las indulgencias en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Tesis enviadas antes al arzobispo Albertio de Maguncia y que se divulgaron rápidamente por Alemania y Europa gracias a la imprenta recién descubierta y que pronto serían impresas bajo el título “Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias” convirtiéndose en el inicio de la llamada Reforma protestante.

Las críticas de Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media por otros reformadores que se pueden considerar predecesores del luteranismo, como el inglés John Wycliffe (siglo XIV) o el bohemio Jan Hus (siglo XV).

Las 95 tesis de Lutero causaron una gran conmoción y que traducidas al alemán lograron una amplísima difusión. La prédica de indulgencias fue denunciada ya anteriormente por el teólogo inglés John Wiclef (1320-1384) y también por el teólogo y filósofo checo Jan Hus (1369-1415) que cuestionaron los abusos que su práctica originaba.

El conocido humanista, filósofo, filólogo y (1466-1536) próximo a la “Devotio moderna” y ordenado sacerdote de los Canónigos Regulares de San Agustín en 1490 envió una carta a Lutero en la que le decía, entre otras cosas: “No puedo describir la emoción, la verdadera y dramática sensación que provocan”.

Y cuando, un poco más tarde el elector de Sajonia Federico le preguntó a Erasmo su opinión sobre Lutero, le respondió con una sonrisa: “Nada me extraña que haya causado tanto ruido, porque ha cometido dos faltas imperdonables: haber atacado la tiara del papa y el vientre de los frailes“.

Católicos y luteranos intentaron traer a su causa al humanista Erasmo de Rotterdam pero él no cayó nunca en la trampa. La Iglesia lo acusó con una frase célebre: “Usted puso el huevo y Lutero lo empolló”, a lo que el teólogo respondió con la no menos conocida ironía: “Sí, pero yo esperaba un pollo de otra clase”. Los seguidores de Erasmo pretendían renovar la vida espiritual ejercieron notable influencia en la primera mitad del siglo XVI. En España concretamente el avance del erasmismo se frenó cuando la Inquisición interrogó en 1533 a Juan de Vergara, amigo personal de Erasmo y experto en lenguas clásicas.

Aún en la misma Roma las tesis de Lutero no fueron recibidas tan mal como pudiera pensarse. Cuando el censor del Vaticano, Silvestre Prierias, aconsejó al papa León X (1513 a 1521) que le declarase un hereje, el Papa replicó: “Este hermano, Martín Lutero, tiene un grande ingenio, y todo lo que se dice contra él no es más que envidia de frailes”.

21 a 26 abril 1518. Así las cosas, el Papa León X envió una carta a Gabriel de la Volta, general de los Agustinos en Alemania, pidiéndole que pusiese fin a esta controversia y que reprendiese a Lutero. Se propuso entonces una reunión en la Universidad de Heildelberg (la más antigua de Alemania). Allí se le dio la oportunidad de presentar una defensa de sus tesis, para cuyo fin Lutero preparó 28 propuestas que llamó “Paradojas”, apoyándose en la Biblia y en las enseñanzas de Agustín de Hipona. En vez de condenar a Lutero, la impresión que causó en Heidelberg fue muy favorable.

Martin Bucer, representante de la Orden de los Dominicos (OP), escribió: “Lutero posee una gracia muy especial para responder a las preguntas que se le hacen, y también una inalterable paciencia para escuchar… y como ya dijo Erasmo, habla con libertad y sin pretenciones”. revoltoso. Bucer era un teólogo dominico que tras conocer a Martín Lutero en 1518 anuló sus votos monásticos y comenzó a trabajar en favor de la Reforma siendo excomulgado. Poco a poco Lutero fue ganando simpatizantes que vieron en él un estudioso de las Escrituras y no simplemente un rebelde.

Pero sería Silvester Mazzolini dominico italiano confesor del Papa, el primer teólogo “campeón” del Romano Pontífice que en sus escritos atacó públicamente las doctrinas de Martín Lutero, apoyando la condena de Joham Maier Eck contra el monje agustino. Lutero respondió a los argumentos de Mazzolini y ambos publicaron réplicas manteniendo una controversia regular entre ellos. Leer más…

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‘La historia de una vida’ fue la primera autobiografía gay de EE UU

Viernes, 22 de septiembre de 2017
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historia_vida_gayAparte de su libro no existe ni un sólo dato que arroje alguna luz sobre quién fue este hombre ni lo que sucedió con él una vez publicada la autobiografía.

La historia de una vida‘, de Claude Hartland, constituye un excepcional documento que permaneció olvidado durante casi un siglo.

Se trata de la primera autobiografía escrita en Estados Unidos por parte de un hombre homosexual que no ocultaba su orientación. Apareció en el año 1901 publicada de forma privada (lo que hoy llamaríamos autoedición).

Su autor, un joven de treinta años, utilizó el seudónimo de Claude Hartland para preservar su anonimato. Nunca llegó a conocerse la verdadera identidad de quien se escondía tras ese nombre, ni tampoco lo que sucedió con él a partir del momento en que concluye la autobiografía.

Pero por el contrario, gracias a estas páginas conocemos bastante bien lo que fue su vida desde su nacimiento en algún lugar rural de la América profunda en 1871, hasta el día 22 de febrero de 1901, que es cuando finaliza su relato.

Pero ahí termina todo lo que de él se sabe, pues aparte de su libro no existe ni un sólo dato que arroje alguna luz sobre quién fue este hombre ni lo que sucedió con él una vez publicada la autobiografía.

El seudónimo y las precauciones que utilizó a la hora de dar nombres de personas o lugares, hicieron que su verdadera identidad siga siendo un misterio.

La aparición de esta obra significó una ruptura con el realismo victoriano imperante en las autobiografías de entonces, pues era la primera donde abiertamente se relataba la vida de un homosexual; y lo hacía con una franqueza y un candor que debe haber resultado muy impactante para cualquier lector contemporáneo.

El texto, que constituye un raro fresco sobre la época y un documento extraordinario sobre la vida de un hombre homosexual en una época en que resultaba muy difícil vivir la vida de acuerdo con esta manera de sentir, está dirigido por su autor a la comunidad médica, a la cual, mediante el relato pormenorizado de su caso, deseaba ayudar a encontrar la “cura” para gente como él; objetivo que era a la vez inalcanzable e indigno de ser perseguido, aunque él no lo supiese.

Nunca hasta ahora, casi 120 años después de su publicación, había sido editado en español y lo hace de la mano de la editorial Amistades Particulares.

Fuente Cáscara Amarga

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Celebrando una vida

Jueves, 11 de febrero de 2016
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Aunque un poco tarde, traemos este recuerdo leído en el blog Amigos de Thomas Merton:

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 Thomas Merton nació el 31 de enero de 1915 en Prades, Francia, hace hoy 101 años. Termina la celebración de su centenario, pero lo más importante continúa. Él sigue acompañándonos a buscar, a preguntarnos, a encontrar respuestas que quizás den paso a nuevas búsquedas. Por eso seguimos celebrando y escuchándolo.

08

“Hay una cosa en la vida cuyo valor es ilimitado, una virtud que no necesita practicarse con ninguna moderación. Esa cosa es el amor: el amor de Dios y el amor hacia las demás personas en Dios y por Él. No hay ninguna razón para menguar en tu interior el amor a Dios o por los demás, pues el amor es en sí un fin, el amor es por lo único que fuimos creados. El amor es la única razón por la que existimos.”

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Thomas Merton. Las Aguas de Siloé.

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Asediado por los mismos problemas y angustias que afligen a los seres humanos de nuestro tiempo, Thomas Merton accedió, y lo hizo en profundidad, a ‘una sabiduría diferente’ de los misterios cristianos y su capacidad sanadora, iluminadora y transformadora. Su pasión consistía en compartir esta sabiduría con cuantos nos encontrábamos al otro lado de los muros de su monasterio. No es que él hubiera encontrado respuestas, sino que había discernido una forma de explorar las cuestiones más radicales que desde siempre han inquietado a los buscadores espirituales. Comprendió que su vocación consistía en ser un servidor de la búsqueda humana de sentido, trascendencia y comunión, capaz de adentrarse en terrenos del corazón humano que pocos de nosotros se atreven a explorar. En esa inhóspita región del alma, descubrió Merton no solo el yo que había perdido en el laberinto del mundo moderno, sino su más escondida fuente: las insondables cálidas profundidades del misterio divino. Al recobrar su propia alma, se descubrió a sí mismo en toda su integridad y lucidez y se sintió capaz de mostrar el acceso a esta integridad fundamental, descubierta gracias al despertar de la mente contemplativa. El que en otro tiempo se había sentido desorientado en medio de la desoladora angustia y confusión del mundo y de sí mismo, llegó, con el tiempo, a conocer la paz de quien ha encontrado su camino a casa: a Dios, al mundo y a sí mismo“.

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Kathleen Deignan.
El Libro de las Horas con Thomas Merton, Prólogo. (Fragmento)

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(Fotos de pertenencias de Merton de The Thomas Merton Center at Bellarmine University)

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Santa Teresa de Jesús, de Kate O´Brien,

Miércoles, 15 de octubre de 2014
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www.vasoroto.comCualquier persona puede acceder fácilmente a las Obras Completas de Santa Teresa de Jesús, por eso, quiero hoy, día de su Fiesta, traer al blog esta joyita que acaba de ser publicada po primera vez en español y que pude comprar en la última visita a Zaragoza. La recomiendo vivamente:

El libro  
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Publicada originalmente en 1951, esta biografía de santa Teresa de Jesús nos ofrece un retrato de cuerpo entero de la gran reformista, escritora y mística española. Un retrato que no se queda en el simple relato de los años y los hechos de una vida sino que nos ofrece la visión, la interpretación que de la santa hace la novelista y dramaturga irlandesa Kate O’Brien (1897-1974), para quien Teresa de Ávila fue «una mujer genial […] Su escritura brillante y a veces trascendentalmente maravillosa nos ha dejado el testimonio de la vida vivida por un genio». El resultado es una lectura apasionante, un nuevo y conmovedor acercamiento a una de las grandes figuras de nuestra historia.

«Este libro es una apología de la constante admiración que he sentido hacia Teresa de Ávila». (KATE O’BRIEN)
«Kate O’Brien no solo escribe sobre sus personajes sino que tiene el talento de dejarles hablar, de hacer que se expresen por sí mismos». (SEAMUS HEANEY)
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La autora
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Escritora irlandesa Kate O’Brien (Limerick, Irlanda, 1897 – Canterbury, Irlanda, 1974), cursó estudios universitarios en el University College de Dublín y más tarde fijó su residencia en Inglaterra donde trabajó en el periódico The Guardian. Sus novelas, que gozaron de gran popularidad no exenta de polémica, reflejan a menudo los conflictos de la clase media irlandesa.

Entre su amplia obra narrativa cabe destacar los volúmenes Sin mi capa (1931), reconstrucción de la vida provinciana en la Irlanda de principios de siglo; 
Esa dama (1946), historia de la princesa de Éboli adaptada a la televisión y al cine;Mary Lavelle (1936), The Flower of May (1953), As Music and Splendour (1958) y My Ireland (1962). Su biografía de Santa Teresa (Teresa de Ávila) se publicó originalmente en 1951.
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