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“Las bendiciones que brotan de la vida sin necesidad de mediación eclesial”, por Consuelo Vélez.

Martes, 23 de enero de 2024
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IMG_2247De su blog Fe y Vida:

“La mayoría sigue su vida sin prestar atención a polémicas y alejándose más y más de la Iglesia”

Para algunos, el Decreto Fiducia Supplicans es un escándalo porque parece cambiar la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio la cual no admite, ni situaciones irregulares y, mucho menos, que el matrimonio no sea entre un varón y una mujer

Para otros, el Decreto es una concreción de los cambios promovidos por Francisco que no suponen modificar la doctrina sino promover una apertura pastoral

Mucha tinta ha corrido comentando el Decreto “Fiducia supplicans, publicado el pasado 18 de diciembre, por el Dicasterio la Doctrina de la fe sobre la posibilidad de dar una bendición a parejas que conviven y no están casadas por la iglesia y a parejas del mismo sexo.

Para algunos, el Decreto es un escándalo porque parece cambiar la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio la cual no admite, ni situaciones irregulares y, mucho menos, que el matrimonio no sea entre un varón y una mujer. Además de considerar que la única forma de ejercer la sexualidad cristiana es en el contexto del matrimonio. Para otros, el Decreto es una concreción de los cambios promovidos por Francisco que no suponen modificar la doctrina sino promover una apertura pastoral, campo en el cual, no se puede negar ninguna bendición. Hay un sector de iglesia que, aunque tienen una mentalidad tradicionalista y han defendido a “capa y espada” lo que siempre se ha dicho de la moral cristiana, están intentando estar del lado de Francisco y por eso hacen “malabares” para apoyar una declaración de este tipo, sin renunciar a lo que siempre han defendido. Algunos de los escritos en este último sentido tienen tales recovecos en su argumentación para mantenerse en esa cuerda floja que, personalmente, me dan pena tantos esfuerzos inútiles, ya que, en el fondo, son incapaces de soltar la ley que les da seguridad en su vida cristiana, para abrirse a la misericordia inherente a la Buena Noticia del Reino.

Cuántos clérigos y religiosos/as vienen de hogares -llamados por la Iglesia “irregulares” (a los que se les dice “que viven en pecado”), pero, curiosamente, algunos de estos mismos miembros de la Iglesia siguen negando la comunión a quienes no han recibido el sacramento del matrimonio

Ahora bien, mientras corren estas argumentaciones en diversos espacios eclesiales, la mayoría de personas siguen su vida sin prestar ni un mínimo de atención a polémicas de este tipo, sin entender siquiera de qué es lo que se habla, pero lo más grave, alejándose más y más de la Iglesia como institución. Basta salir a las calles y comprobar que parejas del mismo sexo inundan nuestras ciudades, viviendo cada vez con más libertad sus opciones. Ya muchísimas familias cuentan en su seno con miembros de la diversidad sexual y, aunque haya algunas que los rechacen, muchas más los acogen con todo amor y respeto, aceptando esas nuevas situaciones con la mayor naturalidad. Las personalidades públicas ya no tienen reparos en hablar de su orientación sexual y, en muchos países, ya tenemos gabinetes conformados por parejas de muy distintos tipos. En los colegios, los jóvenes exigen ser respetados en sus derechos y las instituciones ya autorizan que una niña vaya con uniforme (u otras prendas o modificaciones externas) de niño (o viceversa) porque está haciendo la transición al otro género. Más de un docente es homosexual o lesbiana o transgénero y son muy respetados y valorados por los estudiantes. Y esto sin contar con que la conformación de las familias desde siempre han sido de lo más variadas. Cuántos clérigos y religiosos/as vienen de hogares -llamados por la Iglesia de “irregulares(a los que se les dice “que viven en pecado”), cuantos más no son hijos de madres solteras o sus familias han tenido la más diversa conformación: abuelas, tías, primos, etc. Pero, curiosamente, algunos de estos mismos miembros de la Iglesia siguen negando la comunión a quienes no han recibido el sacramento del matrimonio.

Algunos miembros de la Iglesia, al mirar la realidad como ella se presenta, endurecen sus posturas y se creen poseedores y defensores de la doctrina recta, considerando que todo lo que se da en la sociedad es relativismo y origen de todos los males. Pero olvidan que también del legalismo religioso y del tradicionalismo anquilosado han venido muchos males que se han infringido a los que se salen de lo establecido: penas de muerte, excomuniones, exclusiones, condenas, caza de brujas, cruzadas, colonialismo, entre muchas otras situaciones que han sido apoyadas por la Iglesia y que han sido fuente de males para la humanidad. Juan Pablo II pidió perdón por la violencia, persecución y errores por parte de la Iglesia contra los judíos, herejes, mujeres, gitanos, culturas originarias, lo mismo hizo Francisco por los crímenes cometidos contra los pueblos originarios y, así, en algunos momentos se ha reconocido el mal que también la institución ha generado, pero no parece que se aprendiera demasiado de esa memoria histórica. Hay demasiado empeño en no aceptar la complejidad del mundo de la vida y en disponerse a entenderlo, comprenderlo y ayudarlo para que tenga su mejor desarrollo, sino que seguimos aferrados a una doctrina que ya no tiene ninguna recepción, a una tradición que ha sido superada con creces de muy diversas formas en la vida ordinaria, a una fundamentación bíblica literalista o acomodada que no tiene nada que ver con la exégesis ni con los desarrollos actuales de la teología moral.

Hay mucha más bendición en la vida concreta de la gente con sus complejidades y diversidades que en la reflexión eclesial sobre si dar o no la bendición

Ojalá fuéramos capaces de mirar a las personas y sus situaciones de vida con los mismos ojos con los que Jesús miró a los publicanos, a los enfermos, a las mujeres, a los niños, a las prostitutas, a los samaritanos, en definitiva, a todos los personajes que aparecen en el evangelio de los cuales prácticamente ninguno (ni siquiera los apóstoles) cumplían con lo establecido por el judaísmo de aquel tiempo y, a los que Jesús les anunció la Buena Noticia del reino, o en otras palabras, la misericordia infinita de Dios, secundando así la vida concreta de sus contemporáneos y permitiendo que la bendición divina se hiciera presente en todos ellos.

En definitiva, hay mucha más bendición en la vida concreta de la gente con sus complejidades y diversidades que en la reflexión eclesial sobre si dar o no la bendición, si darle en 3 segundos o en media hora, si en decir una palabra o esta otra, si darla en el templo o en la calle, si corriendo o pausada, si con ornamentos o sin ellos. La bendición es la gracia de Dios que vive entre nosotros, permitiendo que haya tanto bien en el mundo, no dependiendo de que la institución eclesial la quiera dar o no. Pero que bien haría la gente de iglesia si entendiera el mundo de hoy y no le negara nada de la gracia divina de la cual ella no es dueña sino mediadora, no es juez sino enviada por el único dueño de la gracia: Dios mismo que ya, de antemano, ha bendecido a toda la humanidad con una medida buena, apretada, remecida, rebosante” (Lc 6, 38).

(Foto tomada de: https://www.obedira.com.py/la-bendicion-de-dar-2/)

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Para situar Fidutia Supplicans. Bendición y maldición en el AT.

Sábado, 20 de enero de 2024
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IMG_2359Del blog de Xabier Pikaza:

La bendición de homosexuales  y de otros tipos de parejas que se suponen “irregulares” se ha vuelto objeto de durísima polémica en los últimos días, a partir del documento de la Congregación de la D. de la fe (Fidutia Supplicans: 8.12.2023),  y de un responsum anterior de la misma Congregación ( 22.2. 2021) como he puesto de relieve en mi última “postal” de RD y FB del pasado 8.1.24 (vuestra casa quedará desierta).

Quedaba al fondo el tema de la “bendición”, con el que comenzaban ambos documentos, con rasgos que, a mi juicio, han de ser mejor desarrollados, sobre todo en referencia a la “pareja” benditos-malditos.

¿Los no bendecidos son malditos? ¿Qué significa no bendecir a homosexuales y otros tipos de irregulares? ¿Tiene la iglesia el poder de no-bendecir/maldecir?

Benditos y malditos en Mt 25, 31-46

Este es un tema que estudié en mi tesis sobre Mt 25, 31-46 donde el pastor acoge a las ovejas diciendo “venid benditos de mi Padre” y se rechaza a las cabras diciendo “apartaos de mí malditos”. Este tema es uno de los más importantes de la iconografía y espiritualidad cristiana, que habla por un lado de  benditos/buenos/ovejas que van al cielo y por otros de  malditos/malos/cabras que son arrojados al infierno ardiente.

Parece que, según muchos críticos del documento de la Congregación de la fe, a los mal-casados se les quiere mandar sin bendición ipso facto al infierno. El tema no es tan simple, pero exige cierto discernimiento.

No pretendo ni puedo resolverlo, pero quiero plantearlo, para que otros sigan pensando y amando. En esa línea recojo aquí unas páginas mi tesis (Hermanos de Jesús y servidores de los más pequeños), que fueron publicados en una nota crítica de la revista Salmanticensis 26 (1979) 277-286). Otro día ofreceré, Dios mediante, una aplicación al tema de la bendición o no bendición de parejas “irregulares”

Introducción

Mt 25, 31-46 se ha convertido en uno de los textos decisivos del N.T. En las páginas que siguen intentamos estudiar el trasfondo veterotestamentario de sus palabras clave: benditos y malditos. De esa forma pensamos contribuir a un mejor conocimiento de la escena del juicio, iluminando la misma temática de la bendición en el mensaje del Jesús y el N.T.

Las palabras de -benditos» y «malditos» (Mt 25, 34.41) se sitúan dentro de un contexto que va del «venid» a «heredad el reino» y del «apartaos de mí» a «al fuego eterno». Son como un pequeño paréntesis, una definición que determina el sentido de cada grupo de los juzgados. “Hoi eulogemenoi” significa «vosotros, los benditos», como una clase absoluta, un tipo definitivo de personas. Hoi kateramenoi lo mismo, pero con el sentido opuesto. Estos vocativos enmarcan, por lo tanto dos tipos, dos formas definitivas del ser humano [1].

Un primer acceso al sentido de esas palabras lo constituye su diferenciación respecto de otro antagonismo clásico del N.T. Junto a la bendición-maldición (eulogemenoi-kateramenoi) de nuestro caso, el N.T. ha desarrollado la pareja bienaventuranza-malaventuranza/ayes (makarios-ouai, Lc 6, 20-26) que encuentra también sus raíces en el A.T. y tiene un sentido diferente.

 La bienaventuranza significa una forma de felicitación en la que se supone o se constata la dicha de algo que ya está realizado (lo opuesto es el ay). La bendición es, sin embargo, una palabra eficaz y creadora; no supone que ya exista la dicha sino que la crea. La bienaventuranza deja abierta la posibilidad de un cambio; la bendición, en cambio, realiza lo que en ella está expresado.

Estas precisiones nos parecen importantes para distinguir, al menos de una forma provisional, las bienaventuranzas mesiánicas de Mt. 5, 3-10 de la bendición escatológica de Mt. 25, 34.  Con el fin de dar un cierto valor de conjunto a nuestro estudio comenzamos presentando el tema en general para tratar después de aquellos elementos que pueden haber influido más poderosamente en Mt. 25, 34.41.

Lo primero que descubrimos es que la dualidad de bendición-maldición pertenece a un campo de experiencia religiosa que desborda el mundo israelita, pudiendo hallarse unida al plano de la magia (utilización de la divinidad) o al campo del encuentro libremente personal de la experiencia religiosa.

No podemos tratar del planteamiento genérico del problema. Aquí nos interesa la experiencia israelita. También la experiencia israelita de la bendición pertenece al campo de la  historia de las religiones. De una forma genérica, dentro de la concepción israelita pueden distinguirse tres estratos o momentos [2]:

  1. Un primer estrato, determinado por la religiosidad popular, sitúa la bendición en el campo de la magia: la palabra pronunciada por un hombre dotado de poderes tiene influjo necesario y automático de tal forma que se cumple inexorablemente Io que dice. En un estadio de ese tipo se sitúan numerosos relatos de la historia patriarcal antigua o de los primeros tiempos de Israel (Gen 27, 1-46;32, 26-32; Num. 22, 67).
  2. Un segundo estrato, determinado por la experiencia cúltica, sitúa la bendición en ámbito de encuentro religioso; dejando de ser palabra autónoma que cumple fatídicamente Io que dice y puede ser manipulada mágicamente, la bendición se convierte en elemento de un culto, que está regulado y sistematizado para la protección del individuo y del conjunto del pueblo; en esto contexto se sitúan los salmos de bendición o los textos de carácter cúltico (SaI. 21, 4ss. 118, 26; 8-9; 115, 12-15; Dt. 27, 12-13).
  3. c) Unido a este segundo estrato se encuentra a veces un tercer tipo de bendición que viene a estar determinado por una experiencia profética: la bendición o maldición de Dios no se liga a una liturgia sino a la vida moral de los hombres. En este tercer plano se hallaría el camino que conduce al NT; un camino que se manifiesta por e.j., en Prov. 3, 33 cuando se afirma que la maldición de Dios amenaza a la casa del malvado mientras que el hogar del justo es bendecido (cfr. Job 31, 30); la actitud cristiana desembocaría así en un puro intento de bendición, del que toda maldición quedaría desterrada (cfr. Lc 6, 28).

Comenzaré, muy brevemente, con una presentación de los aspectos cúlticos del tema,- sea en una forma mágica, sea en modelos más desarrollados y más cuidadosos respecto a la transcendencia de Dios, la bendición se halla unida al culto: forma parte de una experiencia de Dios que se cultiva y se desvela en la El olvido de esto nos puede llevar al olvido del carácter transcendente y gratuito de la bendición de Dios.

 En un segundo momento trataré de la bendición como elemento integrante de la visión histórica de Israel, en contexto de pacto: Dios como fuente de bendición es quien escoge a Israel, le bendice y le convierte en mediador de una bendición universal que se identifica con la promesa de salvación para la historia (Gen 12, 1-3).

 Finalmente, dentro de la estructura de Israel como pueblo del pacto, la bendición se incluye dentro de un compromiso de fidelidad. Recibir la bendición de Dios Israelita significa, según eso, alcanzar la plenitud de la vida en armonía, la paz que no se rompe, la justicia y transparencia Por la bendición que viene desde el principio (Gen. l, 28; 9, 1) Dios ha hecho al hombre portador de vida, ser que vive en la gracia de la comunicación, de una manera creadora, abierta hacia el misterio [3].

Bendición-maldición en contexto cúltico.

Más que abordar directamente el problema del culto nos importa situar la bendición en un contexto transcendente, como algo que se enraíza en Dios y brota de su misma vida y fuerza. Sólo Dios es en verdad Señor y dueño de la bendición; la religión israelita, en el proceso de profundización del monoteísmo, va descubriendo cada vez con mayor nitidez el carácter exclusivamente divino de la bendición: proviene de Dios y no existe ningún tipo de origen diferente para ella. Cada vez de una forma más clara, la bendición se identificará con la presencia creadora y transformante de Dios en medio de los hombres de su pueblo.

El problema consiste en el cómo se expresa o actualiza esta bendición entre los hombres. Un lugar fundamental en ese aspecto lo ha formado siempre el culto. La actualización y cercanía de la bendición de Dios en el ritual cúltico constituye uno de los primeros elementos de la experiencia religiosa; por eso, uno de los objetivos fundamentales del servicio del templo en Israel consistirá en asegurar, transmitir y aumentar la bendición de Dios entre los hombres de su pueblo. Una de las tareas originales de los levitas Israel consiste en «bendecir en nombre de Yahvé  (Dt 10, 8)12. Uno de los textos más antiguos y valiosos de bendición sacerdotal Io ofrece Núm. 6, 23-26:

“Di a Aarón y a sus hijos: Así bendeciréis a los israelitas: El Señor te bendiga y te guarde, el Señor te muestra su rostro radiante y tenga piedad de tí, el Señor te muestre su rostro y te conceda la paz. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”.

 Nos encontramos ante una institución bien fijada (Aarón y sus hijos tienen que bendecir asl); una institución cúltica cuya finalidad consiste en transmitir la bendición de Dios para los hombres. Es normal que el gesto se realice dentro de un servicio cúltico. Así Ío indican de diversas formas numerosas salmos que aluden a la bendición del sacerdote sobre la comunidad (SaI 115, 11 s.; 118, 26: etc.) o sobre un individuo (Sal 91,121). En esta mediación cúltica de la bendición de Dios ocupa un lugar básico el templo. El templo se convierte en ámbito donde se hace presente la  bendición de Dios (cfr. 1 Rey 8), lugar de donde se difunde sobre todo el resto del pueblo y de la tierra.

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La experiencia LGBTQ+ como desafío eclesiológico

Viernes, 19 de enero de 2024
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IMG_2300La publicación de hoy es del miembro principal del New Ways Ministry, Brian Flanagan (él/él).

La declaración “Fiducia Supplicans: Sobre el significado pastoral de las bendiciones ofrece muchos motivos de alegría. Publicado justo antes de Navidad, da un paso pequeño pero importante hacia una Iglesia que dé la bienvenida a los católicos que viven en matrimonios entre personas del mismo sexo y otras situaciones llamadas “irregulares”. Para los católicos LGBTQ+ y otras personas que no se han sentido bienvenidas en su propia Iglesia, sin duda será de gran consuelo. Esto puede ser particularmente cierto en espacios donde las personas LGBTQ+ no tienen, o no sienten que tienen, opciones para la afirmación de sus relaciones fuera de la Iglesia Católica.

Y, sin embargo, desde su publicación, junto con el regocijo hubo una corriente subyacente de leve decepción, o abierta ira, entre algunos católicos LGBTQ+ por la pequeñez de este paso. Esta apertura hacia una mayor acogida conlleva muchas restricciones. El documento establece que la bendición no debe parecerse en modo alguno al matrimonio sacramental, sin “ninguna vestimenta, gesto o palabra propia de una boda”; También advierte de que “la forma de [las bendiciones] no debe ser fijada ritualmente por las autoridades eclesiales”; Las bendiciones pueden ofrecerse espontáneamente en respuesta a las necesidades pastorales de una pareja en particular, pero los obispos y las conferencias episcopales no deben desarrollar formularios estándar para la bendición de parejas del mismo sexo comparables a los que se encuentran en otras iglesias. El clero debe tener “cuidado de que [estas bendiciones] no se conviertan en un acto litúrgico o semilitúrgico, similar a un sacramento”. Para los católicos LGBTQ+, esto hace que este documento sea más ambiguo, especialmente en comparación con otros católicos en relaciones heterosexuales elegibles para el matrimonio sacramental, incluso cuando a veces tampoco están a la altura del ideal completo de la enseñanza católica sobre la actividad sexual.

¿Por qué el Papa Francisco enviaría un mensaje tan contradictorio?

Para encontrar una respuesta, debemos considerar las cuestiones LGBTQ+ no sólo como una cuestión de teología moral o derecho canónico, sino también como una cuestión de eclesiología: ¿cómo mantiene su unidad una iglesia cada vez más dividida por cuestiones de sexualidad e identidad de género?

Fuera de la Iglesia Católica, podemos ver los desafíos recientes que nuestros hermanos de la Comunión Anglicana y la Iglesia Metodista Unida han enfrentado al tratar de mantener la unidad entre diferentes ideas sobre la sexualidad. El método actual del Papa para afrontar estas tensiones es equilibrar dos de los aspectos principales del ministerio papal: mantener la unidad de la Iglesia católica y, al mismo tiempo, garantizar que todos los católicos reciban una atención pastoral adecuada.

Para mi doctorado en teología, escribí sobre el pensamiento del difunto P. Jean-Marie Tillard, O.P., quien estudió el papado como parte de su trabajo en el diálogo ecuménico. Muchos reconocen que redactó secciones importantes de la encíclica de 1995 del Papa Juan Pablo II sobre el ecumenismo Ut Unum Sint. Tillard sostiene que si bien el Papa tiene una descripción de trabajo extensa como cualquier obispo, el papel más distintivo del pontífice es la preservación de la unidad eclesial. Esta tarea incluye mantener la iglesia actual en comunión con la tradición y al mismo tiempo esforzarse por mantener la comunión entre los católicos contemporáneos en diferentes ubicaciones geográficas y espacios culturales. Tillard nombra al Papa “centinela de la unidad”, llamado a estar atento a cualquier cosa que amenace la unidad de la Iglesia de Cristo.

Una de las principales razones de las restricciones descritas en Fiducia Supplicans es el juicio del Papa de que las acciones de algunos obispos e iglesias que abogan por una mayor aceptación de las relaciones entre personas del mismo sexo (así como de los católicos divorciados y vueltos a casar) amenazan la unidad de la iglesia. Por ejemplo, el tipo de rituales estandarizados que prohíbe la Fiducia Supplicans son precisamente las formas que están considerando los obispos de Alemania y Bélgica, y precisamente el tipo de paso unilateral que llevaría hasta el límite, si no romper, la comunión entre los obispos de esos países. y los de otras partes del mundo, como muchos en Estados Unidos.

La falta de consenso de la iglesia con respecto a la sexualidad y la identidad de género quedó de manifiesto en la Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad celebrada en octubre pasado, cuando los participantes pudieron ponerse de acuerdo sobre qué decir sobre muchos temas, pero no sobre cómo abordar las cuestiones LGBTQ+. Parte de lo que el Papa está haciendo, en esta declaración y en su enfoque sinodal general, es mantener a los católicos en conversación sobre estas diferencias y evitar un cisma más peligroso y duradero en la Iglesia.

Al frenar los intentos episcopales de regularizar las relaciones entre personas del mismo sexo y al dejar sin cambios la enseñanza católica sobre el matrimonio sacramental y la moralidad de la actividad sexual entre personas del mismo sexo, el Papa está ejerciendo una de las principales responsabilidades de su papel como pastor universal: no dejar que una parte del rebaño avance tan lejos en su propia dirección que se desconecte del resto del rebaño.

Lo que es nuevo y diferente en el ministerio del Papa Francisco es que este pontífice no ha considerado que preservar la unidad consista sólo en prevenir demasiada innovación, sino también en prevenir demasiado estancamiento eclesial frente a nuevos conocimientos, nuevas iniciativas y nuevas posibilidades aún por discernir. El Papa no ha intentado cambiar la enseñanza de la iglesia sobre la sexualidad y la identidad de género, pero tampoco ha intentado detener la conversación que se produce en toda la iglesia sobre cuestiones LGBTQ+.

IMG_2308En el logo del Sínodo sobre la Sinodalidad, la figura del obispo/papa está ubicada, intencionalmente, en el centro del pueblo peregrino de Dios, no sólo evitando que algunos católicos vayan demasiado por delante del rebaño, sino también atrayendo a aquellos católicos que enfatizan la seguridad de las prácticas pasadas como baluarte contra los peligros de nuevos caminos.

La invitación sinodal a escuchar y dialogar con otros católicos es otra forma amable de orientación con la que el Papa espera mantener la unidad de la Iglesia en medio de sus divisiones. Como “centinela de la unidad”, el Papa no sólo debe evitar que algunos católicos se alejen demasiado rápidamente de otros católicos, sino también evitar que cualquier católico, incluidos los más cautelosos con el cambio y el desarrollo eclesial, se quede atrás.

Todo esto está guiado, por supuesto, no sólo o principalmente por teorías eclesiológicas abstractas, sino por un segundo aspecto importante del ministerio papal, que es trabajar por el cuidado pastoral de todos los miembros de la Iglesia. Como dijo Francis DeBernardo del New Ways Ministry en un ensayo reciente en el National Catholic Reporter:

El pontífice también reconoce que las personas son valiosas en sí mismas, no por lo bien que se adhieren a las enseñanzas de la iglesia. La relación de un individuo con Dios es una dinámica mucho más compleja de lo bien que se siguen todas y cada una de las reglas de la iglesia”.

Ahora vivimos en una iglesia donde no sólo los propios católicos LGBTQ+, sino también sus familias, pastores, obispos, amigos y críticos están en el comienzo de una discusión más amplia, más formal y más abierta sobre el significado de la sexualidad y el género en nuestra vida cristiana. Ese diálogo requerirá paciencia de todas las partes.

El Papa reconoce correctamente que no podemos forzar conclusiones a este nuevo diálogo antes de que haya alcanzado un consenso sinodal más firme. Y la iglesia tampoco puede esperar hasta que todos estemos de acuerdo antes de preocuparnos por las personas reales afectadas por las decisiones eclesiales. En Fiducia Supplicans, el Papa cumple con la responsabilidad de su ministerio al hacer que las necesidades de los católicos reales y de las parejas reales en situaciones irregulares de todo tipo sean el centro de la respuesta de la Iglesia.

Algunos católicos LGBTQ+ consideran que esto es menos que sus esperanzas; Algunos católicos tradicionales se preocupan por las posibles consecuencias de este paso pastoral. Dadas las tensiones eclesiales en las que se encuentra el Papa y el doble papel del Obispo de Roma como “centinela de la unidad” y garante del cuidado pastoral para todos los fieles, Fiducia Supplicans intenta proporcionar una salida al actual desorden de nuestra iglesia peregrina.

—Brian Flanagan (él/él), New Ways Ministry, 8 de enero de 2024

Fuene New Ways Ministry

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James Alison: “La genialidad de la Fiducia supplicans es que sale del laberinto ‘por arriba’

Viernes, 19 de enero de 2024
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james-alisonLas nuevas reglas del juego de ‘Fiducia supplicans’: La Iglesia es para los pecadores“

“Percibo que hay dos ‘cosas’ sucediendo simultáneamente en los asuntos LGBT en la Iglesia. Una de ellas implica acciones procesuales; la otra, acciones de gobierno”

“Los cambios en las relaciones, que tienen lugar en tantas culturas diferentes y a diferentes velocidades, no pueden saltarse imponiendo nuevas enseñanzas sin grave riesgo de cisma”

“La genialidad de la Fiducia supplicans es que sale del laberinto ‘por arriba’, utilizando una reflexión sobre las bendiciones para elaborar una presentación práctica católica de la abundancia de la gracia. Que luego la extiende en el grado máximo posible: a todos nosotros”

“Pronto veremos si el cardenal Víctor Manuel Fernández y sus colegas están a la altura de la promesa de Fiducia supplicans”

(The Tablet).- Me quedé bajoneado al recibir la noticia de un documento más del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) que me afecta a mí y a aquellos entre los que ejerzo mi ministerio directamente, todos nosotros en situación precaria dentro de la vida de la Iglesia. El DDF no tiene por meta elaborar nuevas doctrinas, sino que nos brinda el statu quo de maneras más o menos bien logradas.

Su último intento fue tan mal logrado que opté por satirizarlo como berrinche en Religión Digital para disminuir el nivel de escándalo causado a muchas personas homosexuales y a quienes nos aman. ¿Tendría que volver a hacer lo mismo esta vez? Decidí no involucrarme en las reacciones inmediatas, sino esperar a que se calmaran un poquito.

Hay que pensar despacio para “escapar de los laberintos por arriba”, una práctica que el Santo Padre recomendó en su discurso anual a la Curia días después de la publicación de Fiducia Supplicans. Así que, siguiendo su consejo, y desde una cierta “vista de helicóptero“, percibo que hay dos “cosas” sucediendo simultáneamente en los asuntos LGBT en la Iglesia. Una de ellas implica acciones procesuales; la otra, acciones de gobierno.

 Lenta pero silenciosamente – y mucho más a través de las relaciones personales que de la enseñanza oficial– se dan acciones puntuales y empujones que nos están llevando hacia un lugar en el que el conocimiento antropológico sobre quiénes somos se vuelve no controvertido: aprendimos que las personas LGBT no somos personas heterosexuales defectuosas y, por lo tanto, que los intentos de categorizar quiénes somos y cómo vivimos mediante deducciones negativas a partir del acto matrimonial abierto a la procreación, son erróneos y perjudiciales. Este es el camino “sinodal” en proceso.

Llevará tiempo, porque los cambios en las relaciones, que tienen lugar en tantas culturas diferentes y a diferentes velocidades, no pueden saltarse imponiendo nuevas enseñanzas sin grave riesgo de cisma. Pero el movimiento va claramente en una dirección: la de aprender que las personas LGBT estamos diciendo la verdad al compartir de manera fehaciente lo que hemos aprendido sobre nosotros mismos y que, en nuestro camino de conversión para llegar a ser hijos e hijas de Dios, la gracia nos alcanza a partir de lo que somos, y no a pesar de ser lo que somos.

El reciente Sínodo avanzó en este proceso pidiendo, por amplia mayoría, una reconsideración de nuestra antropología tradicional para incluir lo que estamos aprendiendo inductivamente sobre el ser humano. Para ello, los delegados propusieron reuniones de alto nivel con garantías de confidencialidad para que pueda hablarse con franqueza. Reuniones en las que algunos de nosotros podríamos hablar en primera persona como testigos. Porque, como es obvio, no puede haber un verdadero debate “sobre nosotros” sin nosotros.

IMG_2304Al mismo tiempo que acontecen estas acciones procesuales, también tenemos actos de gobierno, de los que Fiducia Supplicans es un ejemplo especialmente afinado. Estos últimos actos tienen una finalidad por encima de todo: fomentar la unidad y evitar el cisma. En este sentido es como acojo de manera cálida el nuevo documento. Recordemos que no hay ningún organismo cristiano importante que haya sido capaz de tratar este asunto sin la amenaza, o la realidad, del cisma. Los que se han negado a encarar este tema han tenido que renunciar al cristianismo básico y aliarse con expresiones violentas de “los poderes de este mundo“, incluyendo la criminalización e incluso las ejecuciones, para mantener una pretendida pureza que sólo a ellos mismos engaña.

Viendo, por tanto, cómo los asuntos LGBT se han convertido en una cuestión “barómetro“, un “punto álgido hermenéutico” para toda una serie de otras cuestiones –cultura, psicología, historia colonial, cambios en la estructura familiar– me he preguntado durante mucho tiempo ¿llegado el momento, cómo ejercería el sucesor de Pedro su ministerio de unidad en este ámbito? Ese ministerio es intrínseco a la catolicidad de la Iglesia y, si se ejerce bien, tendrá efectos mucho más allá de las estructuras visibles de la Iglesia católica.

Ahora tengo la respuesta a mi pregunta. Aunque el proceso de aprender la verdad en este asunto avance demasiado despacio para quienes vivimos en algunos países, y demasiado rápido para quienes viven en otros, ciertamente avanzará. Y el DDF ha establecido una especie de toldo andante bajo el que todos estamos invitados a emprender el proceso de trabajar las conciencias: las “reglas del juego” para garantizar la unidad y evitar el escándalo, con la promesa de que lo disciplinario se ejercerá con un toque ligero.

Primero: establecer una presentación firmemente conservadora de la enseñanza tradicional. Segundo: estirar casi hasta el límite todo lo permisible dentro de esa enseñanza.

Y esta es, en mi opinión, la genialidad de Fiducia Supplicans, y la razón por la cual es fiel al pensamiento del Papa Francisco tras Amoris Laetitia (cosa que manifiestamente no lo era el Responsum del DDF de 2021): sale del laberinto “por arriba“, utilizando una reflexión sobre las bendiciones para elaborar una presentación práctica católica de la abundancia de la gracia. Que luego la extiende en el grado máximo posible: a todos nosotros.

¡Qué privilegiado soy por haber realizado mis estudios formales de teología en Brasil! Ejercí mi ministerio en parroquias en las que una ínfima parte de la población vivía en un primer matrimonio “debidamente formalizado“. Un cardenal conservador me instó a que anduviera con mucha soltura en temas canónicos y evitara cualquier enseñanza moral que no fueran los Diez Mandamientos, para no agobiar a los fieles. Todo esto estaba muy lejos de las tentaciones de fariseísmo, tan fuertes en los países anglófonos. La Reforma ha dejado una fuerte impronta en nuestra recepción del cristianismo; y nuestros líderes religiosos, incluso los católicos, se dejan seducir muy fácilmente por representaciones moralistas y legalistas de la “bondad.

Fiducia Supplicans ofrece, pues, las “reglas del juego” según las cuales se debe vivir la catolicidad para mantener su unidad: la Iglesia es para los pecadores. Todos vivimos en el fango y, sin embargo, todos somos capaces de quedarnos transformados en diamantes partiendo de donde estamos. Deja la enseñanza oficial donde está, al menos por el momento, pero nunca la utilices para juzgar a los demás, porque ése es el camino al infierno. Mientras tanto, aprende a percibir a las personas que podrías haber despreciado como “bendecibles” en lugar de “reprobables“, y luego deja que la sutil gracia de Dios opere la eficacia de la bendición en sus –en nuestras– vidas, y en lo que podemos aprender unos de otros sobre quiénes somos realmente.

Así pues, una comprensión católica totalmente tradicional de la Gracia, que no se preocupa demasiado por el pecado, que se hace visible a través de un rico repertorio de bendiciones, todo ello con mano suave en lo que respecta a la disciplina: esta es la vía para mantenernos unidos en el proceso de aprendizaje que los asuntos LGBT están provocando en todo el mundo.

Hay que decir, sin embargo, que sí se ha tocado una nueva nota al insistir en que las parejas del mismo sexo son “bendecibles” en lugar de “reprobables.

IMG_2305Imaginen, si quieren, que viven en un reino insular, quizá en algún lugar del Mar del Norte. Imaginen que a sus costas llegan personas en pateras. Algunos los llaman “inmigrantes ilegales“, otros “solicitantes de asilo“. En el primer caso, se presume que no son “nosotros” y que nunca podrán serlo, por lo que deben ser tratados como delincuentes y deportados. En el segundo caso, sea cual sea su estatus, vengan de donde vengan y hayan llegado aquí como hayan llegado, todo debe resolverse lenta y pacientemente, ya que su deseo de ser “de los nuestros” puede ser real y legítimo y, al menos inicialmente, debe suponerse que lo es. Con el tiempo, puede que no sólo sean “de los nuestros“, sino incluso de los “mejores” entre nosotros.

Sin embargo, a diferencia de cualquier fantasía del Mar del Norte, en el Reino de Cristo todos los residentes son de hecho también inmigrantes, y se manifiesta la autenticidad de su residencia al extender hacia abajo escaleras para otros que puedan llegar a sumarse, en lugar de recogerlas en contra de otros a los que temen. Y al hacerlo, descubren que incluso las reglas bien establecidas del Reino por el que viven empiezan a cambiar a medida que su “nosotros” deja de definirse frente a un “ellos” del que saben muy poco. Empiezan a ser “contagiados” por un mayor deseo de bendecir, y un reconocimiento de que han sido bendecidos por aquellos de los que se atrevieron a hablar bien.

Pronto veremos si el cardenal Víctor Manuel Fernández y sus colegas están a la altura de la promesa de Fiducia supplicans: ¿Serán ecuánimes a la hora de repartir codazos a los distintos sectores de la Iglesia? ¿Serán tan firmes a la hora de sacar a las jerarquías africanas de su reticencia a apoyar la despenalización (sin la cual la idea de “bendecible” en lugar de “reprobable” no tiene ninguna posibilidad) como lo son a la hora de frenar a los alemanes en su camino hacia los ritos escritos formales para las bendiciones? En los próximos años habrá muchas oportunidades de poner a prueba la declaración Fiducia Supplicans en su rol de ayuda al gobierno en la unidad, muchas ocasiones de ver esta aventura en acción mientras nuestras conciencias se esfuerzan por llegar a una veracidad compartida.

Cuando era joven, me entusiasmaba el relato de Chesterton llamado Ortodoxia. Ahora, al leer atentamente Fiducia Supplicans, al ser testigo del proceso del Espíritu y de los actos de gobierno en constante evolución que sirven a ese proceso, percibo algo de lo que Chesterton quería decir con el “carro celestial” que lleva la “verdad salvaje, tambaleante pero erguida“. ¡Que empiece el juego!

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Vuestra casa quedará desierta…. Esta iglesia no bendecirá, pues nadie pedirá su bendición

Jueves, 18 de enero de 2024
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IMG_2310Del blog de Xabier Pikaza:

El problema se planteó  el año 2021 cuando algunos cristianos “preguntaron” a la Congregación si había una bendición para los “matrimonios homosexuales” y la Congregación, presidida por el Card. Ladaria respondió que no (del 15.02.2021; cf.   Responsum   (imagen: Arco y ruinas de Gerasa, donde Jesús fue a echar demonios).

No han pasado ni tres años y la misma Congregación ha matizado aquel documento, con otro titulado Fidutia Supplicans (del 8.12.2023), afirmando que en determinadas circunstancias las parejas homosexuales pueden ser bendecidas.

Debe tratarse de un tema grave, con un cambio significativo de opinión del mismo Papa Francisco, antes a través de L. Ladaria y ahora a través del Card. V.M. Fernández. Expondré el tema de la bendición en los próximos días.  Aquí me limito a situarlo en la perspectiva Mt 23, 38: Vuestra casa quedará desierta.

Vuestra casa quedará desierta

23 37 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! 38 He aquí que vuestra casa quedará desierta. 39 Porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Jesús ha querido impedirlo,  pero no lo ha logrado, porque Jerusalén (la iglesia oficial) lo ha impedido.  El tema es claro:

-Jesús como gran ave materna ha querido reunir a todos los polluelos sus alas,  todos los expulsados sociales, a los excluidos a los oprimidos… y en nuestro contexto a los homosexuales(Mt 25, 31-46).  Pero los jerarcas de la antigua Jerusalén y de la reciente iglesia se han negado; no orecen bendición ni lugar de vida para los homosexuales (y otro tipo de personas estigmatizadas.)

He aquí que vuestra casa quedará desierta. Este es el final de las grandes lamentaciones de Jesús (Mt 23, 13-33). Jesús no maldice a nadie (ni a los jerarcas de un tipo de Jerusalén o de Iglesia), pero se lamenta, su duele: ¡Ay de vosotros”. El tema de fondo está tomado Dt 32, 22 y de la gran tradición profética. Jesús, como último de los grandes profetas anuncia la ruina de Jerusalén y de un tipo de iglesia que se niega a ofrecer su bendición a los “polluelos” de Dios (entre  ellos a los homosexuales).Jesús actúa así como defensor divino de los pobres y excluidos de Jerusalén.

 – El tema no son por tanto los homosexuales (los polluelos amenazados de diverso tipo), pues tienen en Dios su protector, el autor de bendición… El problema no son ellos, es Jerusalén, la gran iglesia que va a quedar (que está quedado). Mateo se muestra así convencido de que no hay remedio (al menos por un tiempo…) para la vida y culto de Jerusalén y de su templo, para un tipo de iglesia como la nuestra… aunque hay una posible conversión.

‒ Y ya no me volveréis a ver hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (23, 39). Jesús no habla aquí solo a los escribas y fariseos del judaísmo rabínico, que optan por su ley en vez de optar por los pobres y excluidos. Como saben todos los lectores de Mt  23, esta palabra (vuestra casa quedará desierta) se dirige de un modo especial a aquellos “jerarcas de la iglesia” que no cuidan, acogen y bendicen a los oprimidos y expulsados. Los que vienen en nombre del Señor son los hambrientos, sedientos, desnudos, expulsados, encarcelados de Mt 25, 31-46.Una iglesia que no es bendición para hambrientos, expulsados, homosexuales y encarcelados (enfermos) se destruye a sí misma.

Vuestra casa quedará desierta… El templo de Jerusalén, la gran casa clerical de una iglesia triunfante que no acoge ni bendice a los pobres y excluidos… Cerrada en sí misma, no siendo bendición para homosexuales y expulsados de la tierra de la vida se destruye a sí misma.

 Mateo no ha inventado ese dicho, sino que lo ha recogido y situado en este lugar clave de su evangelio. Él sabe que la condena de Israel no es (no puede ser) definitiva, como lo sabía Pablo, treinta años atrás, cuando anunciaba que al final se convertirían (se volverían) los judíos, de manera que “todo Israel será salvado” (Rom 11, 26).

Desde una perspectiva israelita (que después no aparece retomada expresamente al final del evangelio, dirigido desde el Monte de Galilea a todos los pueblos (28, 16-20), Mateo supone aquí que Jesús como Mesías de Israel volverá a Jerusalén, en la línea de eso que suele llamarse la “segunda venida”, que debe integrarse en el esquema apocalíptico de Mt 24, en las parábolas del juicio de Mt 25 y sobre todo en la misión universal de la pascua Mt 28.

 Reflexión posterior. Tres concreciones

En un plano general, hoy por hoy, pienso que el matrimonio “oficial”, entre un varón y una mujer, debe dejarse como está, tal como fue establecido en la Edad Media, con papeles especiales, con una bendición  solemne.  Antes de la Edad Media hubo otras formas de celebrar el matrimonio, sin papeles ni ordenamientos jurídicos,  dentro de la tradición de cada iglesia. Pero lo que entonces hizo la Teología y el Derecho, al “canonizar” un tipo de matrimonio ha sido bueno,  y así es bueno que quede. De todas formas, eso que hizo entonces y sigue hoy haciendo la iglesia no es único, pues hay otras bendiciones, como la de Esaú al lado de la Jacob, en el Pentateuco.

Al lado de ese matrimonio canónico que viene del medioevo, desde su raíz de evangelio y de experiencia actual, la iglesia puede y debe ofrecer también su bendición a las parejas homosexuales que lo pidan (para que ella, la Iglesia entera reciba también la bendición del evangelio homosexual). Algunos no le llamarán “matrimonio”, sino bendición de amor.

Quizá no será necesario abrir unos libros distintos de “comuniones homosexuales”; no es necesario que haya nuevos papeles canónicos (como los de un tipo de la sociedad civil), pues los “papeles” de la Iglesia son la palabra el testimonio del amor celebrado en comunidad, con la bendición de la vida. En esa línea, me parece absolutamente necesario que la iglesia acepte como “parejas bendecidas” a las parejas de homosexuales cristianos que así lo pidan y que sean aceptados así como bendición… por el resto de los cristianos.

Lo que importa no es “la canonicidad” de ese rito, sino la bendición de la vida, la bendición del amor del que son transmisores los homosexuales cristianos que (a pesar de todo) aman a la iglesia: Que los homosexuales que se sientan cristianos no pidan bendición por obligación, sino porque lo quieren y se quieren como pareja ante la iglesia, pidan una bendición de Iglesia y que ella se la ofrezca, no por imposición, sino por gozo y tarea de amor. Los que más dan son en este caso los homosexuales que se amen en clave de libertad, de generosidad de evangelios…

Ese “matrimonio entre homosexuales” no es un “octavo sacramento”, distinto de los anteriores, sino una forma externamente distinta, internamente complementaria, de celebrar la unión de amor de dos personas, como un modo intenso de vivir el amor cristiano.

Homosexualidad y gracia, superar la ley. Pablo (Rom 1-2) condena la homosexualidad si es que ella es ley de un deseo que destruye al otro, si no arranca al hombre (varón o mujer) de su egoísmo, sino que le cierra en un plano de talión, de manera que cada uno se busca a sí mismo en el otro, sin salir de sí, sin experimentar la alteridad como gracia, sin convertir la vida en encuentro de fe, de apertura gratuita. Por eso, cuando Pablo se refiere a la homosexualidad está hablando en el fondo de un tipo de auto-erotismo, es decir, de un tipo unión sin gratuidad, de pareja como reino del puro egoísmo. Pablo no condena la homosexualidad como forma de amor, sino un tipo de homosexualidad (y de heterosexualidad) entendida como dictadura de unos sobre otros, sin fe, sin comunión personal de vida.

Al situarse en ese nivel, Pablo está planteando un tema que es mucho mayor que el de la homosexualidad físico-biológico; está planteando el tema de un erotismo sin respeto personal, como esclavizamiento de unos sobre/contra otros, una forma de buscarse uno a sí mismo no al otro ni en el otro. Pues bien, el tipo de mal erotismo puede darse no sólo en las relaciones homo-sexuales, sino también (e incluso mucho más) en las hetero-sexuales donde el varón domina y esclaviza a la mujer. 

La gracia de la homosexualidad. La homosexualidad (y la hétero-sexualidad) se opone al evangelio si es que niega el valor de la alteridad (la existencia y vida del otro) y destruye por tanto la gracia. Sólo así se pude afirmar que ella es pecado,  con los otros dos «pecados» que Pablo condena en Rom 1, 19-31: la idolatrízación  de uno mismo y la lucha de todos contra todos demás ).

Ciertamente, el  tema resulta complejo en plano psicológico y social, de manera que es difícil ofrecer en este plano unas respuestas que agraden a todos. Pero el intento de condenar toda forma de homosexualidad física desde la antropología bíblica y en especial desde Rom 1, 24-27 (donde se asume y culmina para los cristianos lo dice el Antiguo Testamento sobre el tema) carece de sentido y acaba siendo contrario al argumento de Pablo. Condenar la homosexualidad por ley implica caer en la peor de las leyes que Pablo ha querido superar en todo su evangelio.

Homosexualidad evangélica. Ser homosexual para ser cristiano. En la línea anterior,  si mantienen y desarrollan el principio y experiencia de la gracia, muchas uniones homo-sexuales pueden ser y son más evangélica (más paulinas) que aquellas uniones hetero-sexuales en los que cada uno se busca a sí mismo en el otro, e incluso en los hijos. Partiendo de estos principios se podría elaborar también una antropología del celibato (cf. 1 Cor 7), poniendo de relieve que la vida del célibe sólo tiene valor cristiano en la medida en que aparece como posibilidad de apertura a los demás en cuanto distintos (personales) y al Dios que es principio de toda alteridad amorosa.

Allí donde el celibato se vuelve expresión de clausura de un hombre o mujer en sí mismos (de auto-erotismo más o menos espiritualizado) va en contra del ideal cristiano. El ese sentido, el celibato cristiano como trascendimiento positivo (no de simple negación) del amor intersexual puede vincularse a un tipo de homosexualidad, que no se entienda sólo como pura negación de alteridad sexual, sino como búsqueda de otros tipos de comunicación personal y gratificante con los otros.

El problema no está por tanto en el sexo de aquellos que se aman (varones y/o mujeres), sino en la forma de relación personal que establezcan, en línea de alteridad, de manera que cada uno no se busque a sí mismo en el otro, sino que busque y encuentre al otro como distinto y así en el otro, con el otro, pueda compartir la vida como gracia, superando las diversas formas de imposición y dominio económico, social y personal que Pablo entiende como idolatría o negación de Dios. Por eso, todo lo que Pablo dice en Rom 1 sobre homosexualidad ha de reinterpretarse desde lo que va diciendo en Rom 1-3 (pecado universal) y desde lo que dice sobre el pecado y la gracia de Dios, a lo largo de la carta a los Romanos.

La «condena» de la homosexualidad greco-romana de Rom 1 forma parte del argumento retórico de Rom 2, donde Pablo condena la «no-homosexualidad egoísta» de aquellos que se cierran en su soledad soberbia para condenar a los otros, como ciertos cristianos que niegan la bendición de Dios y de la videa a los homosexuales.   Por eso, entender esa condena de la homosexualidad de un modo objetivista, como algo ya resuelto al comienzo de la carta, olvidando que se trata de un argumento retórico, que se invierte y recrea a través del desarrollo y, sobre todo, al final del espléndido despliegue de gracia y amor que ofrece Romanos (culminando en Rom 12-13), significa negarse a entender a Pablo. Vuestra casa quedará desierta… El único defecto de esta sentencia es que se queda corta…. Hoy, desde occidente, no podemos decir “quedará desierta”, sino que ha quedado ya… Se nos está quedando desierta la “casa de la iglesia”, pero no por el presunto pecado de los homosexuales, sino por el de aquellos que niegan el pan y la (la bendición) a los homosexuales.

En el camino tomado por la Congregación de la fe…, al menos en Europa y el mundo, occidental, está llegando la hora en que la iglesia no podrá bendecir a nadie, homo- o hétero-sexual, pues nadie pedirá su bendición.

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El documento de bendición del Papa Francisco revoluciona toda la atención pastoral

Miércoles, 17 de enero de 2024
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IMG_2186(Vatican Media)

El director ejecutivo del Ministerio New Ways calificó la aprobación por parte del Vaticano de bendiciones para parejas del mismo sexo como una “revolución pastoral” que ayuda “no sólo a las personas LGBTQ+ sino a cualquiera que haya resultado herido” por un enfoque “policial” de la atención pastoral que prosperó bajo la dos papados anteriores.

En un ensayo para The National Catholic Reporter, Francis DeBernardo identifica el párrafo 25 de Fiducia Supplicans, el nuevo documento que aprobó las bendiciones, como significativo porque “advierte que ‘un análisis moral exhaustivo no debe ser una condición previa para conferir’ una bendición… El párrafo dice que la iglesia debe evitar ‘basar su praxis pastoral en la naturaleza fija de ciertos esquemas doctrinales o disciplinarios’”.

DeBernardo proporcionó un contexto histórico para enfatizar la importancia del párrafo 25:

“El párrafo 25 es revolucionario porque anula el enfoque pastoral dominante que la Iglesia Católica ha adoptado a lo largo de los siglos, un enfoque que enfatizaba la vigilancia de la ortodoxia doctrinal y exigía obediencia estricta en lugar de ofrecer bienvenida y extender misericordia. Este enfoque llegó a ser casi un fetiche durante los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Si bien muchas personas sufrieron debido a este enfoque, desde principios de la década de 1980 hasta la elección del Papa Francisco, las personas LGBTQ+ a menudo fueron seleccionadas para un “análisis moral exhaustivo” antes de que se las considerara elegibles para participar activamente en la vida de la iglesia”.

Durante este tiempo, la doctrina fue utilizada como herramienta de exclusión, afirma:

“Si bien la homofobia tradicional y tradicional puede haber desempeñado un papel en tales actitudes pastorales prejuiciosas y discriminatorias hacia las personas gays y lesbianas, debemos recordar que la forma en que se justificaron estas actitudes y prácticas fue a través del apoyo de la doctrina de la iglesia. Los teólogos pro-LGBTQ fueron censurados. Los ministros pastorales solidarios fueron excluidos de los programas de la iglesia. Y, por supuesto, las personas LGBTQ+ no sólo no fueron bendecidas, sino que a menudo fueron directamente rechazadas de los espacios católicos, incluidas las parroquias”.

Y DeBernardo continúa ilustrando que tales actitudes todavía están activas en algunas áreas de la iglesia:

“Lo único que los líderes católicos parecían poder decir a las personas LGBTQ+ era ‘No’. Esta actitud de responder a las personas LGBTQ+ sólo a través de una lente de doctrina (que ha sido cada vez más cuestionada por más y más teólogos y obispos) continúa este día. Es lo que apoya a los líderes de la iglesia que despiden a personas LGBTQ+ de sus trabajos en escuelas y parroquias católicas. Está detrás de la manía de las cláusulas morales en las instituciones eclesiásticas. Respalda las políticas restrictivas sobre conformidad de género que muchas diócesis han instituido. Y es la base de las leyes que apoyan los obispos y que criminalizan a las personas LGBTQ+”.

El nuevo documento intenta detener esta utilización de la doctrina como arma:

Fiducia Supplicans pone fin a la era de la vigilancia doctrinal, una política que Francisco ha estado promoviendo desde el comienzo de su papado. La política de Francisco no era sólo para las personas LGBTQ+ sino para cualquiera que fuera herido por las aplicaciones draconianas del “cuidado pastoral”. Este nuevo documento cita el primer documento oficial del pontífice, la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, en la que instruía a evitar “una actitud narcisista”. y el elitismo autoritario, según el cual en lugar de evangelizar se analiza y clasifica a los demás, y en lugar de abrir la puerta a la gracia, se agotan las energías en inspeccionar y verificar.’

La conclusión de DeBernardo es que Fiducia Supplicans representa un cambio revolucionario hacia una forma nueva y más acogedora de cuidado pastoral. Este nuevo enfoque es beneficioso no sólo para las personas LGBTQ+, sino para todos aquellos a quienes los ministros pastorales puedan haber perjudicado por su rigidez doctrinal:

“El Papa Francisco está poniendo fin a las prácticas excluyentes de los dos pontífices anteriores al afirmar que la misericordia de Dios no es algo que los humanos puedan limitar. … Esa es una buena noticia no sólo para las personas LGBTQ+, sino para cualquiera que haya sido marginado o excluido por políticas diseñadas para justificar las reglas de la institución”.

Para leer el ensayo completo de DeBernardo, haga clic aquí.

—Robert Shine, New Ways Ministry, 2 de enero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Los obispos alemanes y flamencos acogen calurosamente la declaración del Vaticano sobre las bendiciones

Martes, 16 de enero de 2024
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Deutsche-Bischofskonferenz_Logo

El obispo Georg Bätzing (dcha), presidente de la Conferencia Episcopal Alemana con el cardenal Reinhard Marx

Desde hace varias semanas, Bondings 2.0 cubre la recepción de Fiducia Supplicans, la declaración del Vaticano sobre las bendiciones que permitía a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo y a otras personas en situaciones “irregulares”.

La cuestión de tales bendiciones surgió principalmente debido a las demandas formales e informales de los católicos alemanes de reconocer el amor queer en la Iglesia. Y, en una entrevista reciente, el prefecto del dicasterio doctrinal del Vaticano, el cardenal Víctor Manuel Fernández, reconoció que Fiducia Supplicans era una “respuesta clara” a los alemanes.

Entonces, ¿cómo han respondido los líderes de la iglesia alemana al nuevo documento? La publicación de hoy presenta sus reacciones, así como la de los obispos flamencos.

El obispo Georg Bätzing de Limburgo, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, emitió un comunicado diciendo que “daba una gran bienvenida” a Fiducia Supplicans y estaba “agradecido por la perspectiva pastoral que requiere”. Bätzing, quien dirigió el proceso del Camino Sinodal de Alemania que terminó con un documento que alentaba las bendiciones para las parejas del mismo sexo y las apoya personalmente, agregó (a través de Google Translate):

“Es bueno que ahora se esté sacando a relucir este tesoro [de] diversos modelos de vida. . La declaración Fiducia supplicans aborda las cuestiones que han quedado claras recientemente sobre el tema de las peticiones de bendiciones, y lo hace desde una perspectiva pastoral y en un lenguaje teológicamente moderado y tranquilo. La Declaración aplica categorías y términos teológicos de manera responsable. Traza una línea clara entre la fidelidad inquebrantable a la enseñanza de la Iglesia y las exigencias pastorales de una práctica eclesial que quiere estar cerca de las personas. Aquí se describe un ámbito de acción pastoral que ilustra la práctica responsable de la iglesia.

“Al final de la declaración se enfatiza expresamente: el marco establecido aquí es lo suficientemente claro como para dar a los ministros ordenados la seguridad necesaria para actuar”.

El obispo Heinrich Timmerevers de Dresde-Meissen se mostrómuy feliz y muy sorprendido” porque “nunca antes en la historia de la Iglesia había sucedido este hito que el Papa ahora está haciendo posible aquí”. Este desarrollo surgió en parte porque la Iglesia Católica es “un poco culpable” porque no sólo “unió a la gente a través de nuestra enseñanza moral sino que también la marginó”. Permitir más bendiciones “no es sólo un regalo de Navidad, es más que eso”, añadió el obispo.

America informó sobre las respuestas positivas de varios otros obispos alemanes:

“El cardenal Reinhard Marx de Munich dijo el martes que estaba un poco sorprendido. No esperaba “que tal señal llegara tan rápido“. Marx dijo que era un primer paso que puede parecer pequeño para los católicos en Alemania, “pero para algunos en la Iglesia Universal, es enorme escuchar que esto debería ser posible“… Marx dijo que la doctrina sexual católica debe seguir desarrollándose”.

“El futuro arzobispo de Bamberg, Herwig Goessl, también celebró la decisión. “Esto cumple un deseo importante de muchos creyentes, expresado también en el Camino Sinodal”, afirmó. Sin embargo, no hay que pasar por alto que la declaración distinguía entre bendición y matrimonio. Goessl dijo que veía nuevas posibilidades para la atención pastoral”.

El obispo Stefan Oster de Passau publicó una declaración larga y más moderada que enfatizaba que las enseñanzas de la iglesia permanecían sin cambios y que las bendiciones para las parejas “irregulares” no podían formalizarse, con lo cual parecía estar de acuerdo. Sin embargo, Oster también comentó:

“Por tanto, agradezco esta explicación porque puede ayudarnos de varias maneras en los debates polarizados sobre este tema. Hace dos años comencé un nuevo puesto en la diócesis de Passau para la pastoral de las personas queer. Como Iglesia católica, por lo general tenemos una gran incomprensión con estas personas en el camino pastoral y, con demasiada frecuencia, apenas tenemos capacidad para hablar en el ámbito pastoral. Ahora se amplía el alcance del camino pastoral común. Una oración pidiendo la bendición de Dios y su buen espíritu en el espíritu de la iglesia ya no tiene por qué estar en contradicción con la iglesia. Y en este sentido, el nuevo documento sobre la bendición puede ser una bendición para aquellos que honestamente buscan orientación en la pastoral y al mismo tiempo quieren permanecer fieles a la Iglesia en su tradición”.

Un obispo alemán fue más negativo. El cardenal Gerhard Müller, ex director de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe y crítico abierto del Papa Francisco, como era de esperar dijo que Fiducia Supplicans era “autocontradictoria” y apeló a los obispos a no convertirse en “cómplices” de “estos actos sacrílegos”, optando en cambio por prohibir tales bendiciones.

IMG_2330Los católicos laicos en Alemania también acogieron a la Fiducia Supplicans. Birgit Mock, vicepresidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), que copreside el grupo de trabajo sobre moralidad y relaciones sexuales en el proceso del Camino Sinodal de Alemania, concedió una extensa entrevista a Katholisch.de. Mock describió la declaración como un “gran avance”, ya que permitió una nueva forma de abordar las tensiones entre la enseñanza de la iglesia y la práctica pastoral existente, es decir, que tales bendiciones ya están ocurriendo. Ella explicó:

“Creo que esta declaración ofrece una gran oportunidad para la iglesia global. Al fin y al cabo, y así lo dice explícitamente el texto, responde a diversas peticiones. Al final, las iglesias locales pueden decidir por sí mismas si quieren aprovechar esta oportunidad o no. Pero el hecho de que se esté abriendo es, en mi opinión, verdaderamente innovador y nos ofrece la oportunidad de seguir siendo juntos una buena iglesia mundial”.

Mock también confirmó que la iglesia alemana continuará sus esfuerzos para dar una estructura a las parejas del mismo sexo que bendicen, incluido un folleto sobre cómo celebrar tales bendiciones con “textos de oración que sean adecuados para [estas bendiciones] y fácilmente accesibles”, de modo que los ministros pastorales estén no quedarse sin recursos.

Irme Stetter-Karp, presidenta del ZdK, dijo en parte en un comunicado:

“[El Dicasterio] se toma en serio la bendición. Libera la decisión de dar una bendición de una superestructura sacramental que antes parecía un revés para los afectados. Ahora finalmente el cuidado puede venir a través de la bendición – ¡gracias a Dios!… Resulta que la honestidad teológica y el sentido de fe son hitos importantes en el camino hacia el cambio en la iglesia. Simplemente obedecer una prohibición no es católico”.

America informó además:

La Federación de Mujeres Católicas Alemanas (KDFB) y la Asociación Alemana de Mujeres Católicas (KDF) también saludaron la decisión del Vaticano. La presidenta federal del KDF, Mechthild Heil, lo calificó como “un paso bueno, pero también necesario desde hace mucho tiempo”. La presidenta del KDFB, Anja Karliczek, dijo que la decisión era una señal a favor de una mayor diversidad y tolerancia en la Iglesia”.

IMG_2329En Bélgica, los obispos también dieron la bienvenida a la Fiducia Supplicans, y algunos de sus miembros flamencos habían emitido previamente directrices y una liturgia para bendecir a las parejas del mismo sexo. Los obispos flamencos emitieron un comunicado diciendo que la declaración del Vaticano era “una confirmación del enfoque pastoral” que habían adoptado. Los obispos explicaron, en parte:

“Fiducia Supplicans se considera un gran paso hacia el reconocimiento de las relaciones homosexuales fieles y duraderas. Como persona LGBTI+ eres plenamente aceptado e incluso ahora puedes bendecir tu relación. . .

“El discernimiento comunitario a través de la conciencia formada ya era preferido en la enseñanza social de la iglesia. El hecho de que la conciencia formada ahora también tenga prioridad en la ética sexual es ni más ni menos que un cambio sísmico en el discurso y el pensamiento de la iglesia. La declaración de la iglesia mundial también tiene un impacto significativo en el pensamiento de los países donde la homosexualidad todavía está criminalizada hoy.

“Para aquellos que se han preguntado durante los últimos dos años si la encuesta mundial de creyentes [el Sínodo sobre la Sinodalidad] en la Iglesia Católica cambiaría algo: pueden llamar con seguridad a la declaración del lunes un fruto temprano de ese proceso. El deseo de una Iglesia acogedora y abierta es cada vez más entusiasta en todas partes. La vida vivida no puede enjaularse en reglas inquebrantables”.

Los obispos flamencos, sin embargo, no sólo celebraron la Fiducia Supplicans. Lo entienden como un punto de partida para un mayor diálogo sinodal, que finaliza con una invitación aplicable a los católicos de todo el mundo:

“A quienes no estén de acuerdo, sólo nos queda repetir el llamado a entrar en diálogo. Estamos preparados para hablar con todos desde los puntos de contacto. Si realmente caminamos hacia una Iglesia que escucha y guía y que tiene espacio para todos, esto se aplica a las parejas homosexuales que desean una bendición, pero también a quienes votan en contra. Invitamos cordialmente a todos a una conversación abierta, en un “espacio seguro” y preferiblemente lo más lejos posible de todas las cámaras de eco de las redes sociales”.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 9 de enero de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Espejismos: La basílica de San Pedro, abierta a acoger bendiciones de parejas gay, y Francisco “aclara” que… “se bendicen las personas, no el pecado“

Lunes, 15 de enero de 2024
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IMG_2391Y Francisco “aclara” lo que estaba clarísimo: “Las bendiciones a parejas homosexuales van dirigidas ‘a las personas’ y no cambian la doctrina”

La basílica de San Pedro, abierta a acoger bendiciones de parejas gay

“Nos movemos siguiendo la estela del Magisterio. Intentaremos mostrar el rostro materno y paterno de la Iglesia en la atención a las personas, a cada persona en el estado en que se encuentre”, recalcó el arcipreste de la basílica

¿Podría la basílica de San Pedro acogrer bendiciones para parejas homosexuales? Sí, aunque por el momenot no ha llegado ninguna petición. Esta fue la respuesta del cardenal Mauro Gambetti, arcipreste del mayor templo de la Cristiandad, al ser preguntado por los medios durante la presentación de la restauración del Baldaquino de Bernini, tal y como señala Il Messaggero.

Unas bendiciones que, tal y como señaló Gambetti, buscan “mostrar al mundo el rostro materno de la Iglesia y en la estela de lo que ha pedido el Papa“. Eso sí, por el momento, los canóniogos de San Pedro no han recibido ninguna petición.

No me consta que hayan llegado informes”, apuntó el arcipreste de San Pedro, quien no obstante aseguró, en la misma línea que el cardenal Cobo en Madrid, que “nos moveremos en la línea del surco trazado” por Fiducia Supplicans. “El tema de fondo es la cercanía de la Iglesia a las personas en cualquier situación en la que se encuentren”, insistió.

Nos movemos siguiendo la estela del Magisterio. Intentaremos mostrar el rostro materno y paterno de la Iglesia en la atención a las personas, a cada persona en el estado en que se encuentre“, concluyó Gambetti. “La cercanía de la Iglesia a cualquier persona, sea quien sea, es el camino a seguir”.

***

Francisco aclara: “Las bendiciones a parejas homosexuales van dirigidas ‘a las personas’ y no cambian la doctrina”

El Papa responde al clero romano en una reunión a puerta cerrada en San Juan de Letrán

El papa (…) ha aclarado un poco la situación. La intención es bendecir a las personas”, resumió al final del encuentro el obispo vicario de Roma, Angelo De Donatis, sobre el documento ‘Fiducia supplicans

Sobre las reticencias del clero africano, Francisco respondió que “ese debate ya ha sido aclarado al cardenal congoleño Fridolin Ambongo”

La Diócesis de Roma ha precisado que se trató de “un diálogo abierto y familiar en un clima de cordialidad”

Esta histórica apertura del papa Francisco ha suscitado dudas y ciertas divisiones ya que parte del clero de todo el mundo, su facción más conservadora y obispos como los africanos, con Robert Sarah a la cabeza, lo han tachado de “herejía” y se niegan a impartir la bendición

Fuente Religión Digital

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“Confianza suplicante, bendición asegurada”, por Gabriel Mª Otalora

Sábado, 13 de enero de 2024
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IMG_1983De su blog Punto de Encuentro:

Leo con interés la declaración Fiducia supplicans (confianza suplicante) sobre el sentido pastoral de algunas bendiciones. Y lo hago también con pena por algunas reacciones que parecen salidas de quienes leen el Evangelio al revés poniendo por delante las normas a las actitudes. Estamos ante un texto doctrinal, o lo que es lo  mismo, un texto que trata sobre las verdades del Evangelio bajo el precioso título “Confianza suplicante”, tan ligado al salmo 27: Dios da paz y alivio especialmente en los momentos más duros de la vida. Y la dura exclusión no es menor en el caso que nos ocupa.

Jesús se acercaba decididamente y sin exclusiones a las periferias poniendo amor y deseando de corazón y con hechos el bien de todos. Especialmente en el caso de los excluidos por cualquier causa. El Evangelio está plagado de esta actitud de bendición (desear activamente el bien), igual que lo está de lo contrario: el rechazo a bendecir y sanar por parte de quienes ostentaban las esencias de la Ley de Dios. Ahora es el caso de las personas del mismo sexo, a los católicos vueltos a casar civilmente sin haber recibido una anulación…

Esta Declaración, en palabras del propio texto, “implica una evolución real de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia”. Y remacha afirmando el valor de ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones. Esto amplía y enriquece la comprensión clásica de las bendiciones, encorsetada en la expresión litúrgica. El propio documento es su punto 9, afirma que “desde un punto de vista estrictamente litúrgico, la bendición requiere que aquello que se bendice sea conforme a la voluntad de Dios”. ¿Y en qué texto bíblico aparece que la voluntad de Dios es excluir la bendición a quienes en verdad se aman?

El texto comienza con el recordatorio del Papa Francisco: “Es una bendición para toda la humanidad”, sin exclusiones. De lo contrario, ¿cómo encajar algo más radical, como es amar a nuestros enemigos y a quienes nos persiguen? Si no podemos desear el bien a parejas homosexuales, ¿cómo vamos a cumplir el mandato de bendecir a quienes nos persiguen? Si reducimos lo esencial de la bendición al rito litúrgico, es imposible captar el sentido pastoral basado en el espíritu evangélico, creador de fraternidad humana. La liturgia es expresión de la doctrina vivida, y no al revés.

Cuánta necesidad de un Dicasterio de la Ortopraxis, como lo he señalado en alguna otra ocasión. Tan severos en la ortodoxia, se nos va la verdadera esencia de Cristo por el sumidero de la arrogancia, la exclusión, el adoctrinamiento y la falta absoluta de compasión.

Si con la exhortación Amoris laetitia el Papa clamaba por una pastoral familiar en clave de escucha, discernimiento y misericordia, y le tildaron de hereje, esos mismos censores inmisericordes no iban a quedarse callados. Hereje, sí, acusado de propagar nada menos que 7 posturas heréticas en la Correctio filialis de haeresibus propagatis (Müller, Burke…) a la que obispos como Sanz y Munilla aplauden, y otros muchos a favor de la línea de Francisco callan por una cobardía teñida de prudencia; esta es otra forma de escandalizar, que conste.

En definitiva, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe afirma en la nota introductoria de Fiducia supplicans que “se puede bendecir a parejas en situación irregular y a parejas del mismo sexo sin validar oficialmente su estatus ni cambiar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio”. Un avance, pues en 2021 se decía que sólo era posible bendecir a los individuos por separado. ¡No me imagino a Cristo puntualizando estas disquisiciones! Se bendice a las dos personas, y se pide para esa pareja salud, trabajo, paciencia, y que puedan vivir cada vez con mayor fidelidad al Evangelio. Es decir, con amor verdadero.

Qué no decir si esas parejas son personas cristianas, o con sensibilidad cristiana, que ven el Evangelio como la puerta al amor y la misericordia desde su opción honesta, pero que han tenido que vivir en la clandestinidad evangélica: la Buena Noticia inclusiva no era para ellos.

POSDATA – Merece la pena leer, en clave de todo lo anterior, el capítulo quinto de Los Hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievsky. Se titula “El gran inquisidor”. Así podremos entender lo que subyace en esta cada vez menos soterrada beligerancia contra el Papa Francisco y su defensa del amor de Cristo. Una parábola que no deja indiferente a nadie, digna de su relectura. Está publicada también como separata en Alianza Editorial.

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Juani y Ana, una pareja sobre las bendiciones del Vaticano: «queremos el matrimonio»

Viernes, 12 de enero de 2024
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IMG_2189En 2018 surgió el amor. Juani tenía 58 y Ana tenía 53 (si no tiene novia y sientes que se te está pasando la vida, ya ves que no, que el amor viene en cualquier momento). Ambas eran católicas y están integradas en el seno de la iglesia.

“Nos casamos por lo civil en 2020, en plena pandemia. Y dos años después hicimos la celebración creyente, en la que estaban un cura ‘oficial’, otro sacerdote por el celibato opcional y una mujer con vocación de sacerdote, que fueron quienes nos bendijeron”, cuenta Juani El Español.


El periódico entrevista a esta pareja sobre la decisión publicada por el Vaticano sobre bendecir a las parejas del mismo sexo. No es un equivalente al matrimonio, para nada, pero es un paso.

Ellas habían acudido a la sede en Madrid de Crismhom, la organización homosexual de carácter ecuménico cristiano. “La familia de Ana es más tradicional, pero para mí, que creo en una Iglesia horizontal y abierta, lo que nosotras hicimos ya tenía todo el valor del matrimonio. La decisión del Vaticano, sí, es un pequeño pasito, pero yo no quiero eso, yo quiero una Iglesia de iguales”, asegura Juani.

Que nos bendicen, pues cómo no nos van a bendecir… Si ya bendicen a los perros, a los gatos y a los pájaros el día de San Antón. Si bendicen un barco y a un avión, pues digo yo que me bendecirán a mí también como persona. Pero bueno, yo soy de las que piensa que no quiero ser menos que nadie. Vengo de las comunidades de base desde hace 50 años. Y si las uniones heterosexuales son consideradas un matrimonio, pues nosotras exactamente igual, ni más ni menos”, expresa la mujer.

Juani cree que el Papa quiere hacer cambios reales, pero que detrás de él hay un séquito que intenta impedir estos avances en igualdad. Es una de las razones por las que hace unos meses tuvo una reunión con Jeannine Gramik, monja activista que lucha por la inclusión y la diversidad en la Iglesia.

Fuente El Español

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“Maldiciones para tod@s”, por Beto Vargas.

Miércoles, 10 de enero de 2024
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De su blog Dios en minúscula:

“Lo único intrínsecamente desordenado es su homofobia”

Odian saber que muchos de ellos también son gais

Odian reconocer que fueron formados por muchos gais.

Odian recordar que la historia de la iglesia está atestada de personalidades gais.

El día en que un documento del Papa o de cualquier oficina de la Santa Sede diga que se le puede dar el saludo de paz a las personas diversas sexualmente van a decir que no.

El día en que en una homilía el Obispo de Roma o de cualquier otra diócesis diga que está bien orar por las peticiones de una persona que se reconoce L, G, B, T , I ó + también van a decir que no.

El día en que en una audiencia o entrevista de esas de los vuelos, el sucesor de Pedro insinúe que está bien hacer algo bueno por alguien que no sea heterosexual van a decir que no.

Van a decir que no el lunes, y también el martes. Van a gritar que no el miércoles y especialmente el jueves, y no van a parar el fin de semana de decir en la calle, en los templos, en sus canales y sus podcast que no, que absoluta y definitivamente no. Porque les odian

Odian su esencia, su existencia, su materia, su forma, su sustancia y sus accidentes. Odian todo de las personas que no se ajustan a su relato mediocre y excluyente, odian a todos los que no caben en su diminuta y precaria comprensión de lo humano. Odian su manera de vestir, de hablar, de expresarse, odian su forma de amar y, lo peor, odian su forma de creer. El odio les brota por los poros cuando pronuncian tan premeditadamente aquel “intrínsecamente desordenado y se les hace rabia líquida en los colmillos cuando dicen “sodoma”, como quien se imagina una tortura ajena y la disfruta.

Odian saber que muchos de ellos también son gais, odian reconocer que fueron formados por muchos gais, odian recordar que la historia de la iglesia está atestada de personalidades gais. Y predican ese odio.

No tiene que ver con la doctrina, porque saben bien que la doctrina no ha cambiado ni una, ni veinte, sino cientos de veces en estos 20 siglos, aunque mientan a diario al negarlo, con tal de justificar su odio. Tampoco con la tradición, que hipócritamente defienden como algo estático e imperturbable, cuando ninguno de ellos podría vivir cinco minutos como lo hacían en su anhelado siglo XIII, y rogarían a gritos volver a Francisco si les tocara vivir a un papa como Inocencio o alguno de los primeros Benedictos, pero lo desprecian para alimentar su odio. Y si hay algo maldito entre el cielo y la tierra, es ese odio.

Lejos de la imaginería estrafalaria de lo maldito como algo oscuro y sangriento, la maldición bíblica es el desprecio, el deseo de ruina, la petición de una desgracia que caiga sobre el otro. Un deseo que se hace realidad en los actos de quien lo alberga, de quien lo consiente. La maldición no es una fuerza invisible que provoca daños, sino la ruptura real, consciente y cotidiana con aquello que le hace bien al otro, es una abstinencia de la misericordia, y a eso se han dedicado desde siempre, a enterrar el talento, a cosechar su cizaña y ofrecerla como trigo. Entonces, la maldición sucede, y llega, y muchas personas siguen siendo discriminadas, marginadas, violentadas y exterminadas a causa de su condición sexual, en una cultura que todos los días se nutre también de ese odio envuelto en numerales de catecismo.

Desde hace unos días que han desatado cualquier pudor que les quedase para dedicarse a maldecirles, y al hacerlo, también están maldiciendo a todos los heterosexuales de la iglesia, pues sentados sobre la cátedra de su credibilidad les anuncian en videos de cuantas horas sea posible (qué idea puede tener un youtuber de su audiencia si les hace video tras video de más de una hora cada uno) que está bien odiar así, disimuladamente, diciendo que se ama la verdad, que no ven, mientras desprecian a sus herman@s a los que sí ven. Y cuando a muchos les han obligado a tomar partido, y han ofrecido el cisma y el sacrilegio como excusa para odiar, han hecho maldita esa porción suya de la iglesia que – como todas – nació para hacer benditas a todas las personas de la tierra. Les han decretado ayunar de compasión y borrar toda obra de misericordia que no sea corregir al que se equivoca en aquello en lo que yo estoy bien.Y esa es otra vieja maldición.

No saben lo insignificantes que se ven cuando odian. Pero el señor, que nos ve a todos, y sobre todos hace brillar el sol, sabrá curarles. Porque lo único intrínsecamente desordenado es su homofobia.

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La homosexualidad como tarea eclesial: Bendito sea Dios y bendito sea el hombre

Lunes, 8 de enero de 2024
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IMG_1983“Ya no es ni sabio ni lícito confinar las tendencias homosexuales en la cárcel del pecado” 

“A la Iglesia le está costando mucho reconocer a fondo y con todas las consecuencias la humanidad que anida en todos los comportamientos humanos”

“Para mí está muy claro que la Iglesia católica no está para rechazar ni condenar a nadie, mucho menos para dar con su puerta en las narices a quien llama a ella en busca de amparo al pedir su bendición”

“Si se bendicen los coches y los barcos y los edificios, ¿cómo no se va a poder bendecir a un homosexual o a una pareja de seres humanos, sean cuales sean su orientación sexual y sus compromisos sociales, que precisamente demandan de la Iglesia católica comprensión y amparo?”

“Me atrevería a enviarle una palabra de aliento al actual papa Francisco para que no se amilane a la hora de contemplar toda la humanidad de los hombres y asumirla como tarea de incesante mejora”

RD entrevista al prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Víctor Manuel Fernández: “Se bendice a dos personas que están en pareja (…) Se ve que es un tema que provoca urticarias”, por Jesús Bastante

En su mensaje con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los CristianosLos obispos piden a las parroquias “una inmensa capacidad de acogida” y perdón a quienes se han sentido excluidos, por José Lorenzo

Fiducia supplicans: El amor de Dios es inclusivo siempre, por Joaquín Sánchez Sánchez

La bendición de parejas del mismo sexo: “Los cristianos somos verdaderamente tales cuando somos más humanos”, por Gregorio Delgado
Fiducia supplicans: “No es lo que cambia, sino el pánico a los pasos que puedan seguir”, por José Mª Rojo G

Malitia supurans’: Sobre algunas críticas a ‘Fiducia supplicans’. “O no han leído la declaración o les importa una higa lo que diga”, por Bernardo Pérez Andreo

Dada la trayectoria de las publicaciones que vengo haciendo en RD y desde mi convencimiento de ser un buen católico que trata de aquilatar y vigorizar su fe, lo primero ante Fiducia Supplicans es reconocer que se trata de un documento valiente, aunque de suyo no sea más que un pasito hacia adelante.

La razón principal es que a la Iglesia le está costando mucho reconocer a fondo y con todas las consecuencias la humanidad que anida en todos los comportamientos humanos. En nuestro tiempo ya sabemos que la procreación no depende de un determinado comportamiento del hombre y de la mujer, pues se han abierto otros caminos que la coyunda conyugal. Por otro lado, ya no es ni sabio ni lícito confinar las tendencias homosexuales en la cárcel del pecado. ¡Cuánto queda todavía por recorrer para que la Iglesia oficial reconozca la densidad de humanidad que hay en todos estos ámbitos!

Si de bendiciones se trata, no me cabe la menor duda que la más honda y determinante bendición del hombre es su propia existencia como tal, con las potencialidades y condicionamientos que sus genes predeterminan. Nada existe ni persiste que no haya sido bendecido antes por Dios.

Siguiendo esta pauta, para mí está muy claro que la Iglesia católica no está para rechazar ni condenar a nadie, mucho menos para dar con su puerta en las narices a quien llama a ella en busca de amparo al pedir su bendición. Si se bendicen los coches y los barcos y los edificios, ¿cómo no se va a poder bendecir a un homosexual o a una pareja de seres humanos, sean cuales sean su orientación sexual y sus compromisos sociales, que precisamente demandan de la Iglesia católica comprensión y amparo?

Lo de menos es si un enlace homosexual puede ser considerado un matrimonio al estilo de los matrimonios que reconoce y celebra la Iglesia católica, pues matrimonios hay fuera de su seno y de sus condicionantes que son, objetivamente, mucho más sanos, consolidados, hermosos y hasta sacramentales que los que ella acepta y bendice. Lo importante es saber que nada, absolutamente nada de lo humano, cae fuera de su ámbito misional. Y, pónganse como se pongan algunos pastores, obispos y teólogos, la homosexualidad es humana y, como tal, debe ser asumida, valientemente, por la Iglesia de un Jesús que desenredó todos los zarzales en que quisieron meterlo y dejó meridianamente claro que nuestra única obligación es “hacer el bien”.

Si algún eco tienen estas columnas y de algo vale cuanto en ellas se dice, desde ellas me atrevería a enviarle una palabra de aliento al actual papa Francisco para que no se amilane a la hora de contemplar toda la humanidad de los hombres y asumirla como tarea de incesante mejora. Llevamos tanta porquería en nuestra mochila que nos doblega las espaldas y no nos permite contemplar de frente el hermosísimo horizonte panorámico de un amor divino creativo, que demanda nuestra colaboración en tan importante y reconfortante tarea. De ahí que, cuanto más logre acercar el papa Francisco la Iglesia católica que gobierna a los seres humanos de nuestro tiempo, es decir, cuantos más consiga que llamen a Dios “padre” y se propongan hacer el bien, más la embellecerá y más gozosa será su tarea de evangelización.

No es necesario entrar aquí a valorar las enormes lagunas que hay en la doctrina de la Iglesia para analizar y comprender como es debido la sexualidad humana. Es ese un ámbito en el que hay mucha tela que cortar. Bástenos saber que la homosexualidad es algo que nos da la naturaleza de por sí y, precisamente por ello, algo que debemos asumir con todas sus consecuencias. Quien no vea la diferencia que hay en que una pareja de homosexuales se ponga a blasfemar o demande la bendición de la iglesia, que se rasgue las vestiduras para su propia vergüenza y desnudez.

Si yo tuviera alguna responsabilidad pastoral, no solo no dudaría un instante en bendecir a una pareja de homosexuales que me lo pidiera, sino que iría mucho más lejos ofreciéndoles mi apoyo para seguir llamando “padre” a Dios y haciendo el bien a todos sus semejantes. Es esa una postura o visión del tema que no me impide aplaudir con fervor al papa Francisco en los pequeños pasos que tan valientemente va dando en la buena dirección. ¡Chapeau, santo Padre!

Fuente Religión Digital

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10 segundos y sin Ritual ni Bendicional: Así es el ejemplo de bendición pastoral que propone Tucho Fernández

Viernes, 5 de enero de 2024
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IMG_1897Cuanto más lo explican, se ve que es más absolutamente insultante. ¿Alguien se imagina a Jesús haciendo esta estupidez discriminatoria? El Jesús que hacía todo a la luz del día rompiendo moldes y leyes ¡10 segundos, a escondidas y sin signo alguno! Ni necesitamos esto ni lo pedimos, ni lo queremos… Lo dicho, va a ser mejor ser dos “mariquitas” y acudir a las bendiciones por San Anton…

Las bendiciones pastorales que acoge FS “ante todo deben ser muy breves”, bendiciones “de pocos segundos, sin Ritual ni Bendicional”, que “no deberían realizarse en un lugar destacado del templo o frente al altar”

El sacerdote puede decir una simple oración semejante a esta: ‘Señor, mira a estos hijos tuyos, concédeles salud, trabajo, paz, ayuda mutua. Libéralos de todo lo que contradice tu Evangelio y concédeles vivir según tu voluntad. Amén’. Y finaliza con el signo de la cruz sobre cada uno de los dos”

Son 10 o 15 segundos”, explicita el texto aclaratorio, quien finalmente se pregunta si en esas condiciones “¿tiene sentido negar este tipo de bendiciones a esas dos personas que la suplican?

Además de llamar al orden a quienes Fiducia Supplens (FS) ha soliviantado hasta el punto de negarse a aplicarla en sus diócesis y parroquias, la nota de prensa sobre la recepción de esa declaración doctrinal hecha pública este mediodía por el Discasterio para la Doctrina de la Fe busca un claro efecto pedagógico “dado que algunos han expresado que les cuesta entender cómo podrían ser estas bendiciones” y se escudan en ello para no aplicarla.

Por eso, “la verdadera novedad” de FS, lo que aún no se ha querido entender desde que vio la luz el pasado 18 de diciembre, ”no es la posibilidad de bendecir parejas irregulares”, sino la invitación a distinguir entre dos formas diferentes de bendiciones: ‘litúrgicas o ritualizadas’ y ‘espontáneas o pastorales’”, señala el texto de Doctrina de la Fe.

Y estas últimas, las pastorales, “ante todo deben ser muy breves”, bendiciones “de pocos segundos, sin Ritual ni Bendicional”, que “no deberían realizarse en un lugar destacado del templo o frente al altar y mediante la cual el oficiante “sencillamente se pide al Señor paz, salud y otros bienes para esas dos personas que la solicitan” y “que puedan vivir en plena fidelidad al Evangelio de Cristo, para que el Espíritu Santo pueda liberar a esas dos personas de todo lo que no responda a su voluntad divina, de todo lo que necesite purificación”.

El ejemplo a seguir

IMG_1901“Dado que algunos han expresado que les cuesta entender cómo podrían ser estas bendiciones, veamos un ejemplo concreto: imaginemos que en medio de una gran peregrinación una pareja de divorciados en nueva unión, le dicen al sacerdote: ‘Por favor, denos una bendición, no conseguimos empleo, él está muy enfermo, no tenemos casa, la vida se nos vuelve muy pesada, que Dios nos ayude’“, señala la nota, firmada por el prefecto de dicasterio, el cardenal Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández y Armando Matteo, secretario para la Sección Doctrinal del mismo.

En ese caso -prosigue el ejemplo-, el sacerdote puede decir una simple oración semejante a esta: ‘Señor, mira a estos hijos tuyos, concédeles salud, trabajo, paz, ayuda mutua. Libéralos de todo lo que contradice tu Evangelio y concédeles vivir según tu voluntad. Amén’. Y finaliza con el signo de la cruz sobre cada uno de los dos”. 

 “Son 10 o 15 segundos”, explicita el texto aclaratorio, quien finalmente se pregunta si en esas condiciones “¿tiene sentido negar este tipo de bendiciones a esas dos personas que la suplican? ¿No vale la pena sostener su fe, poca o mucha, auxiliar su debilidad con la bendición divina, dar un cauce a esa apertura a la trascendencia que podría llevarlos a ser más fieles al Evangelio?”.

 

Fuente Religión Digital

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“¿Cuál es nuestro status? ¡Ya estamos bendecidxs!”, por Enrique Vega-Dávila

Miércoles, 3 de enero de 2024
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IMG_1981De Lupa Protestante:

¿Cuál es nuestro status? ¡Ya estamos bendecidxs!

-Una lectura crítica y de género a las bendiciones afirmadas por la Declaración Fiducia supplicans de El Vaticano-

Rev. Dr. Enrique Vega-Dávila [1]

El documento vaticano, firmado por el cardenal Víctor Fernández el 18 de diciembre, ha tenido varias reacciones. Los sectores más entusiastas -religiosos o no- ven en él un paso adelante en materia de inclusión y otros sectores seguro sentirán una traición a su tradición religiosa. Tengo la seguridad de que reacciones conservadoras se harán oír en varias instancias y será interesante seguir las líneas interpretativas que manejen. Como premisa en esta reflexión sostengo que las diferentes medidas tomadas en el documento vaticano son paliativas y no de fondo. En la presentación de la Declaración y en uno de sus numerales se habla de no validar nuestro status de vida, desde allí quisiera preguntar y responder por nuestro estatus: Ya estamos bendecidxs [2] y somos bendición. A continuación, desarrollo tres puntos que espero ayuden a matizar el entusiasmo y, al mismo tiempo, nos ofrezca posibilidades de sostener críticas.

I

El documento en contexto

 La Declaración Fiducia supplicans es la continuación teológica de una respuesta ante las dudas planteadas por los cardenales conservadores Burke, Brandmuller, Sandoval, Sarah y Zen Ze-Kiun. Tales Dubia se las plantearon a Francisco, sumo pontífice del catolicismo romano (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023). Es importante recordar que ese pontificado ha sido muy cuestionado por sectores conservadores y ultraconservadores que han querido deslegitimar su autoridad dentro de esa denominación. No puede olvidarse que el “giro pastoral” realizado ha tenido como intención cuestionar la rigidez doctrinal en esa iglesia, lo que ha llevado al argentino Bergoglio a brindar mensajes que, siendo verdaderos, no necesariamente generan cambios hacia dentro de la denominación, ya que siendo una institución altamente jerarquizada quienes detentan el poder necesitan documentos que validen esos cambios.

Aunado a lo anterior, este texto sería la otra cara de la moneda frente al Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un dubium sobre las bendiciones de las uniones de personas del mismo sexo (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023). Frente a la pregunta “¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?” la respuesta es negativa y brinda una nota explicativa firmada por el jesuita Luis Ladaria, quien sería el responsable de ese Dicasterio.

Lo anteriormente mencionado es un camino que viene dándose desde aquel “Si una persona es gay ¿quién soy yo para juzgarlo?” a su regreso de la Jornada Mundial de Jóvenes en Brasil (Francisco 2013) y que se ha concretado en una Declaración por parte del brazo doctrinal de la autoridad católico-romana. No puede olvidarse que después de esas palabras, el mismo Francisco retoma lo planteado en el Catecismo de la Iglesia Católica insistiendo en que “No se debe marginar a estas personas por eso, deben ser integradas en la sociedad” (Francisco 2013). He aquí uno de los problemas que vengo visibilizando, la frase muy potente de Francisco se popularizó rápidamente, pero no resulta más que un cambio de narrativa pública, porque no existe cambio doctrinal, además, se debe cuestionar esa mirada paternalista acerca de la integración o inclusión.

Teniendo en cuenta lo mencionado, me parece importante distinguir que, tanto teológica como políticamente, no es igual una homilía o una conferencia de prensa que una Constitución apostólica, como tampoco una Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe a cualquier otro texto. El tipo de documento es importante, ciertamente, en el marco institucional que les rige, porque tiene pesos y vinculaciones distintas.

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II

Algunas distinciones

 En este segundo apartado me interesa presentar algunos puntos clave en el documento, se trata de la idea de matrimonio, acerca de las bendiciones y lo que implica pedir una bendición.

Matrimonio

Un primer punto que quisiera resaltar es que para el catolicismo romano el matrimonio tiene rango sacramental, es decir, lo considera como un medio de transmisión de la gracia divina, medio -según esta iglesia- eficaz. Esto es diferente en muchas formas de protestantismo quienes no lo reconocemos como tal. Esta distinción muestra la insistencia de no equiparar una bendición con el matrimonio, ni que permita confusión entre una y otra. A las personas de la diversidad se nos podría bendecir, pero no casar en esa iglesia.

La definición que posee el catolicismo romano sobre el matrimonio se mantiene: “unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 4). Es decir que todo lo afirmado después en ese mismo texto debe examinarse a la luz de no querer considerar matrimonio cristiano las uniones entre personas del mismo sexo y las uniones “irregulares”, personas divorciadas vueltas a casar o unidas solo civilmente.

En esa misma línea no deja de llamar la atención el clericalismo en el texto, ya que coloca al ministro ordenado (obispo, presbítero o diácono) como la persona que brinda la bendición, cuando según su propia doctrina son quienes contraen matrimonio ministrxs del sacramento y la persona que recibe ese consentimiento en el ritual se trata de un testigo cualificado, que también podría ser un laico (Iglesia Católica Romana 1983, c. 1112).

Bendiciones

Las bendiciones como recuerda el documento forman parte del mundo de los sacramentales, es decir, no son sacramentos, sino que se encuentran ordenados hacia ellos; es decir, guardan relación y supuestamente preparan para la recepción de tales. Las bendiciones pueden ser o litúrgicas, dentro de un ritual de bendición, o espontáneas, las que están abiertas a muchas posibilidades.

Resalta el documento dos formas de bendición: una es la ascendente, que implica la disposición de una persona para alabar a la Divinidad y otra es la descendente, que es una gracia ofrecida por la Divinidad a los seres.

Esta distinción permite en el documento saber que toda persona puede ser bendecida, pero lo que denunció el mismo Francisco al inicio de su pontificado vuelve a aparecer: la Iglesia se convierte en una aduana de la gracia (Francisco 2023) afirmando que “lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 11). E insiste que la Iglesia Católico-Romana “no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 11).

Esto último mencionado reitera que las uniones entre personas del mismo sexo no puedan ser considerados matrimonios, tampoco las uniones civiles de personas heterosexuales que no están “bendecidas” por la Iglesia y que se encuentran divorciadas vueltas a casar. De modo aún más explícito, el documento afirma que las bendiciones litúrgicas no pueden ser brindadas para estos grupos. No hay una aprobación de bendiciones para personas del mismo sexo, lo que hay es recibir el mismo trato que un auto o una guitarra, de hecho, para bendecir un coche sí existe un ritual.

No es menos importante el esfuerzo por no querer reducir la bendición a lo litúrgico, situación que es más que cierta dado que la bendición se encuentra mucho más allá de las esferas rituales y clericales, incluso emplean las Escrituras consideradas sagradas por muchos cristianismos, pero no tiene presente que la espontaneidad y creatividad en el campo pastoral ha sido visto con cierta sospecha durante años. Si es cierto el tópico latino lex credendi, lex orandi (la ley de lo que se cree es la ley de la oración) se podría abrir una gama de posibilidades, pero la misma Declaración lo descarta.

Pedir la bendición

En muchos momentos como monaguillo escuché a clérigos negar una bendición solicitada porque ya la habrían dado en la misa. Estas bendiciones podrían ser a personas en particular o recuerdos de las misas por aniversarios de difuntos. Entiendo que se coloque la bendición a uniones de personas del mismo sexo en el campo de la pastoral, porque la pastoral es la que ha negado vida y posibilidades de acceder a la gracia. En ese sentido, el documento recuerda que “quien pide una bendición se muestra necesitado de la presencia salvífica de Dios en su historia, y quien pide una bendición a la Iglesia reconoce a esta última como sacramento de la salvación que Dios ofrece.” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 20).

Pedir una bendición no es un problema tanto como saber que te la rechazarán. De hecho, muchas personas se abstienen de pedirla personalmente o asisten a espacios voluminosos donde todo el mundo la recibe sin más y donde el control clerical no puede colocar resistencia. Pero lo que se está colocando en materia de discusión es que, como se mencionó anteriormente, podríamos personas unidas con otras del mismo sexo recibir una bendición solo en el marco de lo no litúrgico. Es decir, estamos en la misma situación que antes o, peor aún, nos reconocían mucho menos antes de la Declaración.

La Iglesia Católica no ha negado la bendición ni ritual ni espontánea a dictadores como Pinochet o Fujimori, tampoco dejó celebrar el funeral de otro dictador como lo fue Morales Bermúdez, pero sí niegan que expresiones de amor sean bendecidas como lo que son: vínculos de cuidado, de reciprocidad, de compromiso. En sentido, se nos está diciendo de manera implícita que más vale un dictador heterosexual que una pareja de personas del mismo sexo que se aman. En ese mismo sentido, pueden bendecirse vasos litúrgicos o vestimentas con rituales ofrecidos en el Bendicional, pero no puede ser bendecido de manera ritual el esfuerzo por llevar una vida de compromiso, pasión e intimidad.

Insisto que, bajo mi percepción, para salvaguardar los ánimos y dar gestos de apertura, coloca las bendiciones a personas homosexuales en la espontaneidad o en la piedad popular (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, nn. 24-25), donde no hay regulación. Para muchas personas eso puede ser un alivio, para otras es invitarles a hacer un camino donde se sigue sin reconocer nuestras identidades como bendición. En la piedad popular entra casi todo, desde los rosarios hasta los nueve domingos de san José y las consagraciones a la Virgen o los rezos a san Judas Tadeo o a san Antonio. Si alguien quiere quedarse ahí está en su derecho, pero es importante recordar que nadie tiene que estar donde no se le acepta como es.

Me parece significativo recordar que esas prácticas de bendición ya se han hecho, muchos clérigos católicos han bendecido parejas a espaldas de sus obispos o, incluso también, con su venia o conocimiento. El texto más que para quienes quieren vivir en libertad su sexualidad es una llamada de atención para quienes viven en la rigidez. Por eso, desde mi parecer, se trata de migajas institucionales, no se trata de una apertura, sino de un llamado de atención al rigorismo clerical/ritual/sacramental de los sectores conservadores de esa iglesia.

Aunque ya es conocido y trabajado, lo expresado en la Declaración se sostiene a partir de lo que esa denominación afirma acerca de la sexualidad, la que se ejercería de manera privilegiada en el matrimonio, al que no podemos acceder las personas del mismo sexo, por lo que la vivencia de nuestra sexualidad siempre sería pecado o, peor aún, siempre es “intrínsecamente desordenada” (Iglesia Católica Romana 1997, n. 2357). La perspectiva católico-romana acerca de esto no solo es heterosexual, en el sentido que las personas que lo vivirían lo sean, sino que es heteronormada con todo lo que esto implica (Rich 1996): basarse tanto en la procreación como en la genitalidad. La declaración afirma que “las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 4).

Siguiendo su argumentación, se mantiene la firmeza con la que se ha visto a las homosexualidades (Congregación para la Doctrina de la Fe 1975) y se considera el ejercicio de nuestra sexualidad no como un bien mayor, sino como antinatural, inadecuada y no plenamente humana. Como he afirmado en otro espacio siguiendo a Butler, nuestras vidas no valen lo mismo que las heterosexuales dentro de las iglesias (Vega-Dávila 2022). Más importa su doctrina que nuestras vidas que claman, razón que le lleva a ejercer un supuesto derecho “de evitar cualquier tipo de rito que pueda contradecir esta convicción o llevar a cualquier confusión” (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023, n. 5).

No puedo dejar de darle la razón al documento cuando en el numeral 27 (Congregación para la Doctrina de la Fe 2023) siguiendo a su pontífice afirma:

Es Dios que bendice. En las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones. Dios bendice, pero también los hombres bendicen, y pronto se descubre que la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios […]. Así nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos. Una experiencia intensa es la de leer estos textos bíblicos de bendición en una prisión, o en un centro de desintoxicación. Hacer sentir a esas personas que permanecen bendecidas no obstante sus graves errores, que el Padre celeste sigue queriendo su bien y esperando que se abran finalmente al bien. Si incluso sus parientes más cercanos les han abandonado, porque ya les juzgan como irrecuperables, para Dios son siempre hijos (Francisco 2020, 1.4)

Las personas de la diversidad sexogenérica somos una bendición al existir. Nuestras luchas, nuestros sueños, nuestras caricias son muestra ya de una Divinidad cuir que se goza en la diversidad y en el placer. Es cierto que esto que enuncio forma parte de una teología distinta a la católico-romana, y lo realizo con total intencionalidad, porque no puedo formar parte de una institución que queriendo hacernos un bien nos sigue describiendo de modo negativo. Y es obvio que lo hace para cuidar las formas con sectores conservadores. Evitar un nuevo cisma es más importante que nuestras vidas.

III

A modo de conclusión

Por eso, para ir finalizando, me gustaría insistir en algunos puntos. Para empezar, que la Iglesia Católica Romana acepte o rechace los matrimonios igualitarios no significa que no sean buenas e importantes estas relaciones en el campo social donde muestran parte de la diversidad y de la lucha por los derechos; tampoco puede aceptarse de ningún modo que la Iglesia Católica Romana tenga la pretensión o el monopolio de bendecir o reconocer bendición nuestras relaciones afectivas. Existen ya diferentes denominaciones cristianas que son fieles a Jesús siendo fieles a la diversidad humana y se han abierto desde hace algunos años a reconocer nuestras identidades como bendición.

Entiendo que hermanas y hermanos pertenezcan y luchen dentro de esta denominación. Valoro las pastorales que existen y las personas que han encontrado allí un refugio, pero no puedo dejar de afirmar que sin cambios estructurales todo lo demás solo son medidas paliativas. Y esto no es justo para nadie. Ningún cambio estructural ciertamente viene rápido y vienen desde las bases, pero no creo que tengamos que esperar dentro que estos sucedan. En esa misma línea, comprendo que tal Declaración no constituye un cambio sustancial.

La Iglesia Católica Romana es una institución monárquica, a pesar de eso no es de ningún modo uniforme. Existen personas ciertamente a favor de nuestros derechos, como otras totalmente opuestas, tanto fuera como dentro de la iglesia. Ambos grupos cohabitan esa denominación y, desde mi perspectiva, quienes se nombran católicxs luchando por los derechos le hacen un gran favor a esa institución con su presencia. Más allá de las creencias personales -que a veces se encuentran alejadas de la institucionalidad- me parece importante criticar la estructura de modo permanente, para que podamos dejar fluir la Ruaj divina que habla de distintos modos y a través de distintas corporalidades.

La Declaración tiene límites claros y no se trata de que el Vaticano “autoriza” bendiciones como dice France24 o El Reforma, ni tampoco que las “acepta” como dice La República ni mucho menos las “permite” como afirma Deustche Welle, por colocar algunos ejemplos. Lo que hace es buscar otras vías para colocar el tema, aunque siento que falte la franqueza de proponerlo como tal. En todo caso, me parece necesario matizar los titulares con los que ciertos medios de comunicación vienen informando; el documento no impide bendiciones espontáneas, las fomenta, pero niega rotundamente las bendiciones litúrgicas, las que para esa denominación valen formalmente.

Desde otras declaraciones como la Dominus Iesus puede notarse que sigue presentándose como la poseedora de la verdad. Por tal razón me interesa insistir que existe un cristianismo hegemónico (Vega-Dávila 2023) que desea presentarse como único y absoluto y que, como tal, subalterniza a los otros; pero hay más posibilidades de vivir la fe sin negar nuestra humanidad mucho menos nuestra sexualidad. En todo caso, lo que la Iglesia Católico-Romana pueda decir es para sus fieles, quienes nos encontramos fuera de su jurisdicción no podemos alegrarnos con esas migajas de gracia que ofrecen.

Al afirmar que podemos ser bendecidas las personas homosexuales sin un ritual y sin equipararlo con un matrimonio o que esa bendición no ritual no se dé en el marco de una celebración civil solamente mantiene la crítica de que esa institución es homolesbobitransfóbica porque no nos considera con los mismos derechos dentro de su institución. Nuestro status no depende de la institucionalidad de esa denominación, nuestras vidas diversas son ya una bendición y bendecimos a las comunidades con nuestras diversidades. No necesitamos la bendición de una institución que sigue considerando nuestras relaciones como inferiores o pecaminosas. Leer más…

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La Iglesia puede bendecir a las parejas queer. Pero ¿qué es realmente posible?

Miércoles, 3 de enero de 2024
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IMG_1983La publicación de hoy es de Lisa Fullam, D.V.M., Th.D., colaboradora de Bondings 2.0, profesora emérita de la Escuela Jesuita de Teología de la Universidad de Santa Clara. Las publicaciones anteriores de Lisa en el blog están disponibles aquí.

Mi primera reacción ante el permiso formal del Vaticano para que los sacerdotes bendijeran a parejas del mismo sexo en Fiducia Supplicans fue de escepticismo. Una amiga me envió un mensaje de texto sobre el nuevo documento y le respondí “Migas...” Su respuesta fue “Mejor que el habitual palo afilado en el ojo”. Tiene razón, aunque todavía tengo mis dudas, especialmente porque el documento afirma explícitamente las enseñanzas actuales sobre el matrimonio. Pero en lugar de estar de mal humor, comencé a pensar en lo que PODRÍA ser posible a la luz de esta nueva enseñanza. Entonces, con un espíritu de esperanza adventista, quiero hacer algunas preguntas sobre lo que está permitido con esta nueva enseñanza.

Primero, la regla: tal bendición no puede ser una cuestión de ritual formal, no puede realizarse en conjunto con una ceremonia de unión civil, “Tampoco puede realizarse con ninguna vestimenta, gesto o palabra propia de una boda”… Entonces…

¿Puede esta bendición tener lugar dentro de una iglesia? ¿Por qué no? Después de todo, una persona puede bendecir un rosario dentro de una iglesia.

¿Podría la gente invitar a amigos? ¿Por qué no? Una persona que se dirige a una peregrinación puede pedir la bendición de un sacerdote antes de partir y puede invitar a sus amigos a esta despedida.

¿Pueden disfrazarse los futuros benditos? ¿Por qué no? Solía ser estándar que la gente se vistiera más formalmente para ir a la iglesia. Según el documento, no podían usar un vestido de novia completo o un esmoquin, pero seguramente un buen traje estaría bien.

¿Se pueden bendecir los anillos? ¿Por qué no? Un escapulario puede ser bendecido, por lo que seguramente se pueden bendecir los anillos. Infiero que no podrían colocarse ritualmente en el dedo de la otra persona, pero aun así bendecirse. Y no veo por qué dos personas no podrían intercambiar esos anillos entre sí, de la misma manera que se podrían intercambiar tarjetas de oración.

¿Podría haber flores en la iglesia? ¿Por qué no? Hay flores de Pascua y flores de Navidad y todo tipo de flores en la iglesia durante todo el año. Sería una hermosa contribución a la iglesia por parte de la futura pareja bendecida y sus amigos.

Me pregunto si, digamos, un laico podría estar teniendo un servicio de oración en la iglesia (sucede todo el tiempo) y un sacerdote pasa por allí y bendice a la pareja de paso. Si entrara dos veces, una vez bendiciendo los anillos en su camino y otra haciendo una pausa para bendecir a la pareja, y en el medio, no lo sé, podría estar jugando en la sacristía o tal vez siendo un congregante en la laica… servicio de oración dirigido. ¿Por qué no?

Alternativamente, podría haber una misa diaria regular y, después, tal vez algunos refrigerios ligeros. Entonces, la bendición informal podría ocurrir no relacionada con la liturgia, sino como un evento separado posterior, como, por ejemplo, en la oración. un coro en una temporada litúrgica muy ocupada podría cantar en una misa y luego quedarse para su ensayo no litúrgico. ¿Por qué no?

Esto no es una simple imposición de normas jesuítica (¡en el mejor sentido!), ni una simple sarcasmo por mi parte; quiero ver cómo este nuevo permiso puede extenderse para afectar la vida de la Iglesia de manera más amplia. Si este nuevo permiso se toma en serio, puede fomentar un mayor cambio en la Iglesia hacia la eventual verdadera igualdad de las personas LGBTQ+, una igualdad que les corresponde por derecho como hijos de Dios. Después de todo, lex orandi, lex credendi: cómo oramos forma o construye cómo creemos; hay catequesis literal y espiritual en la práctica misma de la oración. Cuando una pareja se reúne en la iglesia, tal vez un poco disfrazados, tal vez con algunas flores y tal vez anillos para ser bendecidos, para orar y pedir la bendición de Dios a un ministro de la Iglesia, con el tiempo tales eventos pueden ayudar a cambiar la Iglesia en general. hacia la justicia y la solidaridad, hacia el día en que el amor se celebre por igual.

Y ésta es una esperanza específicamente adventista. En esta temporada notamos el ya pero aún no del reino de Dios. En los días que se alargan esperamos el nacimiento de la luz y la salvación en nuestro mundo, comenzando con el nacimiento de un bebé pequeño y aparentemente insignificante en lo que hoy es Cisjordania. Abrimos nuestros ojos a la presencia del reino de Dios dentro de nosotros y ya entre nosotros, aunque de manera incompleta. Anhelamos que se cumpla la esperanza de Dios para el mundo y nos comprometemos nuevamente a trabajar por ella.

¿Qué es el Adviento aquí en Fiducia Suplicans? Hasta la fecha, ha habido muy poco en la categoría “ya” con respecto a las personas LGBTQ+ en la enseñanza magisterial. Pero la Iglesia es todo el Pueblo de Dios. La Iglesia, al menos en algunos lugares, puede ver ese “ya” en las vidas, los amores y el testimonio de los católicos queer, construyendo comunidad, forjando familias y desafiando a la Iglesia en general –incluso al magisterio– a ver el Espíritu obrando en su coraje y esperanza frente a la condena y el desdén oficiales.

Esto ya está en acción cuando los católicos queer se ponen de pie y piden la bendición de Dios en una Iglesia imperfecta, confiando en que la gracia de Dios les dará fuerza en sus asociaciones y que su resistencia para ser bendecidos puede cambiar la Iglesia a cambio. Seguramente el “todavía no” de la verdadera igualdad todavía espera ante nosotros, pero el brillo en la oscuridad de este cambio en la enseñanza es un indicador de las posibilidades que nos aguardan si continuamos con nuestro trabajo y nuestra oración. ¿Puede la enseñanza oficial de la Iglesia llegar a reconocer y valorar las vidas y los amores de los católicos queer? ¿Por qué no?

—Lisa Fullam, 23 de diciembre de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Padre Damián: “Las parejas en situaciones irregulares y del mismo sexo han vivido demasiado tiempo en un pesebre frío y escandaloso”

Sábado, 23 de diciembre de 2023
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IMG_1970“Ocupar el lugar de Dios negando su bendición a quien la busca sería de una soberbia escandalosa”

“Muchos creyentes, hijos amados del Padre, acudían más con temor y temblor a la casa de Dios que con la esperanza de saberse amados y abrazados en la realidad que les habita. No por Dios, que siempre fue y será Amor, sino por nosotros, sus ministros, que durante demasiado tiempo nos hemos sentido poseedores de su bendición y la hemos administrado como si fuésemos dueños, ocupando el lugar de Dios”

“El padre de la parábola no pregunta nada, casi no deja que el hijo hable, solo abraza, conoce la verdad de su corazón. Ese abrazo silencioso y lleno de ternura es el que muchos pedían a la Iglesia. ¡Qué menos!”

Hacia una Iglesia que quiere ser de todos, por Cristhian Josué Alvarenga López (*)

James Martin, sj: “La declaración del Vaticano es un gran paso adelante en el ministerio de la Iglesia a las personas LGBTQ”

Jesús Martínez Gordo: La bendición de parejas del mismo sexo: quedan otras por venir.

Juan Masiá SJ: Bendición eclesial de situación “irregular”: La cuarta vía de Francisco. Bendición no canónica, podría (debería) ser sacramento

Jesús Donaire: “¿Nos merecemos sólo las ‘migajas’ bendicionales de la iglesia católica? Esta Declaración es insuficiente, continúa desestimando a las personas LGBTIQ+”

Bendiciones, conversión pastoral y el riesgo de querer codificarlo todo, por Andrea Tornielli

Las parejas en situaciones irregulares y las parejas del mismo sexo no tenían sitio en la «posada» de las bendiciones según su comprensión clásica, estrechamente vinculada a la perspectiva litúrgica. Han vivido demasiado tiempo en un pesebre frío y escandaloso. Esa era la realidad hasta hace pocos días, pero la Gracia de Dios, su misericordia y la acción de su Espíritu siempre sorprenden.

Lo cierto es que muchos creyentes, hijos amados del Padre, acudían más con temor y temblor a la casa de Dios que con la esperanza de saberse amados y abrazados en la realidad que les habita. No por Dios, que siempre fue y será Amor, sino por nosotros, sus ministros, que durante demasiado tiempo nos hemos sentido poseedores de su bendición y la hemos administrado como si fuésemos dueños, ocupando el lugar de Dios.

Ahora, el Papa Francisco nos recuerda a todos los que hemos consagrado nuestra vida al servicio del Evangelio que nuestra tarea sigue siendo la de aprender del padre misericordioso de la parábola que sale al encuentro de su hijo pequeño y que, antes de hablar, de pedirle explicaciones o de reprender su conducta, lo abraza, lo besa, le devuelve la dignidad y lo invita a una fiesta. El padre de la parábola no pregunta nada, casi no deja que el hijo hable, solo abraza, conoce la verdad de su corazón. Ese abrazo silencioso y lleno de ternura es el que muchos pedían a la Iglesia. ¡Qué menos!

Es evidente que los sacerdotes no podemos ni debemos ser otra cosa que instrumentos del Amor y la bendición de Dios. Somos mediadores, no poseedores. Ocupar el lugar de Dios negando su bendición a quien la busca sería de una soberbia escandalosa. Ciertamente, algunos corazones necesitan un profundo ejercicio espiritual para dar paso de la soberbia a la humildad que supone dar, amar o bendecir, sin pedir nada a cambio. Confío en que el Niño Dios, al obligarnos un año más a mirar hacia abajo esta Navidad, nos haga descubrir la grandeza de hacernos servidores, «simples servidores de la viña del Señor».

Reconozco que en mi vida sacerdotal la misión me ha configurado mucho en este sentido cuando me ha llevado por derroteros que desconocía, cuando me ha hecho callar y sentarme a contemplar el rostro de quienes se encontraban cansados, heridos o perdidos en las calles, en las chabolas o en los hogares de nuestro mundo.

¡Misión es lo que nos falta! En esas calles, en esas chabolas y en esos hogares di mi bendición a cuantos me la pidieron, vinieran solos o acompañados, tomados de la mano o abrazados a su mascota. También la di, y la doy, en mi parroquia, sin preguntar «para qué» o «por qué». De eso se encarga Dios. Lo que sí sé, porque lo he experimentado, es que la sola bendición sin aditivos, ni presupuestos, ni más palabras que las necesarias, supone para muchos una experiencia única de ese Amor de Dios que sale a su encuentro. Quizá nos sirva esta simple fórmula: «Bendice, Señor a tus hijos N. y N. que se acercan juntos a tu casa pidiendo tu luz y tu abrazo. Acógelos con tu amor. Que el Señor os bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»; ni más, ni menos…

«Bendice, Señor a tus hijos N. y N. que se acercan juntos a tu casa pidiendo tu luz y tu abrazo. Acógelos con tu amor. Que el Señor os bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»; ni más, ni menos…

Pronto, en la tierra, nace el Amor, y es muy esperanzador saber que la «posada» de la bendición ha ensanchado su capacidad de hospedaje. ¡Qué gran noticia os trae el Salvador!

Fuente Religión Digital

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Obispo Strickland: Tenemos que decir “no” a la bendición de parejas homosexuales. Y cómo no, Munilla en la misma senda.

Miércoles, 20 de diciembre de 2023
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IMG_1914El expulsado obispo Joseph Strickland llama a todos los católicos, y especialmente a los obispos, a rechazar las “nuevas” bendiciones para las parejas homosexuales en la Declaración “Fiducia Suplicans” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que dirige el cardenal Víctor Manuel Fernández, sobre el significado de las bendiciones y firmada por el Papa Francisco.

En comentarios compartidos  con LifeSiteNews a través de video, el obispo Strickland alienta a “mis hermanos obispos a que todos nos unamos con una voz de fortaleza y alegría en el Señor en estos últimos días de Adviento y digamos ‘no’ a este último documento. Simplemente necesitamos ser una voz unida que diga: ‘no’, afirma Strickland. “No incorporaremos esto a la vida de la Iglesia porque simplemente debemos decir ‘no’. Y debe ser una voz unida”.

Desde la publicación de la declaración  sacerdotes ultracatólicos han mostrado públicamente su malestar ante esta nueva medida del Papa.

El propio jefe editorial de Vatican News (medio oficial de la Santa Sede) Andrea Tornielli, reconoce en un editorial publicado en dicho medio que ”la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe sobre el significado de las bendiciones, abre la posibilidad de bendecir a parejas irregulares, incluso del mismo sexo, aclarando claramente que bendecir en este caso no significa aprobar sus opciones de vida, y reiterando también la necesidad de evitar cualquier ritualización u otros elementos que puedan imitar remotamente un matrimonio”.

El conocido cura ultra Páter Góngora,  sacerdote de la diócesis de Almería ha escrito lo siguiente en sus redes sociales: “Tras leer íntegramente el documento, afirmo:Primero. A la luz de la Tradición de la Iglesia, el principio de no contradicción y el discernimiento en conciencia como sacerdote de Jesucristo, bendigo a la persona que busca la gracia de Dios y la conversión continua que todos necesitamos por medio de los sacramentos y la Palabra de Dios.

Segundo. Conmigo no cuenten para bendecir parejas de personas en estado de pecado mortal. Jamás impartiré pública o privadamente ninguna bendición, que de forma ambigua al carecer explícitamente de ritual (n. 38), pueda dar a entender que se justifiquen situaciones vitales en pecado mortal entre adúlteros o sodomitas practicantes, tal y como explicita el documento.

Tercero. La comunión en la Iglesia brota de la fidelidad al depósito de la fe que Cristo confió a los apóstoles. La Tradición viva que busca la salvación de las almas, no el compadreo con una sociedad imbuida en la disolución de la familia y la ideología de género.

Cuarto. Recemos”.

 

Y no podía faltar el verborrágico obispo de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla, sostiene que “el Evangelio nos invita a que bendigamos a cuantos se abren al don Dios, incluidos quienes viven en situaciones afectivas irregulares; mientras que no nos otorga potestad alguna para bendecir sus uniones contrarias al designio de Dios

La caridad pastoral es una llamada a que todos los pecadores podamos ser bendecidos, pero no a bendecir nuestro pecado… Este fue el proceder de Jesús de Nazaret, quien “dijo-bien” de la mujer pecadora a quien querían apedrear, pero no por ello bendijo sus relacionesTampoco yo te condeno, vete y no peques más» Jn 8, 11)”, sostiene Munilla en sus redes sociales.

“En consecuencia, el Evangelio nos invita a que bendigamos a cuantos se abren al don Dios, incluidos quienes viven en situaciones afectivas irregulares; mientras que no nos otorga potestad alguna para bendecir sus uniones contrarias al designio de Dios“, finaliza Munilla, remitiéndose a una reflexión del pasado mes de octubre sobre la petición de la Iglesia alemana de bendecir a este tipo de uniones.

Fuente LifeSiteNews/Agencias/Religión Digital

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Declaración del Vaticano: “Se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y del mismo sexo”

Martes, 19 de diciembre de 2023
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IMG_1897IMG_1901Sin embargo, la Iglesia Católica aún debe responder si todavía considera tales relaciones como un “pecado grave contra la ley de Dios”.

En resumidas cuentas, seguimos siendo cristianos de segunda… al final va a ser mejor y más digno acudir a las bendiciones del Día de San Antón…

“Se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”

“No cabe esperar otras respuestas sobre cómo regular los detalles o los aspectos prácticos relativos a este tipo de bendiciones”, sostiene la declaración, firmada por el Papa Francisco y preparada por Doctrina de la Fe

“No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”

Lee aquí la histórica declaración del Vaticano

New Ways Ministry: La aprobación de las bendiciones del Papa es un regalo anticipado de Navidad para los católicos LGBTQ+

Bendecir a las parejas LGBTQ+ es un “verdadero desarrollo” en la enseñanza de la Iglesia, dice el Vaticano

James Martin, sj: “La declaración del Vaticano es un gran paso adelante en el ministerio de la Iglesia a las personas LGBTQ. Ahora estaré encantado de bendecir a mis amigos en uniones del mismo sexo

Un corazón de pastor que nunca cierra la puerta, por Andrea Tornielli

Rocco Buttiglione: “¿No cambia nada, entonces? No, cambia mucho, es casi una revolución. Esta declaración ofrece una primera respuesta, a la vez coherente con la tradición y abierta a lo nuevo

Una bendición de “crecimiento”, no de “reconocimiento”: Así han acogido los episcopados la nota de Doctrina de la Fe

Silencio episcopal en España: sólo Munilla se revuelve contra la norma vaticana: “No vamos a bendecir el pecado”: la ‘fachosfera digital’ se planta contra la decisión del Vaticano de bendecir a uniones de hecho y parejas gay

Los colectivos LGTBI, divididos: Entre “un regalo de Navidad” y las “bendiciones apartheid”

MOVILH:”Papa autoriza bendiciones apartheid para parejas del mismo sexo y heterosexuales no unidos en matrimonio

Presidente de CRISMHOM, sobre el ‘‘ del Vaticano a la bendición de parejas homosexuales: “Es un pequeño avance pero todavía no se nos considera iguales”

Comunicado de CRISMHOM, ante la declaración del Vaticano: “Estamos tan dentro de la Iglesia como los demás”

Se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio“. Declaración histórica de la Santa Sede, que acaba de ser dada a conocer, “presentada al Santo Padre, que la aprobó con su firma”, y que permitirá, a partir de ahora, que sacerdotes puedan bendecir a una pareja del mismo sexo o a un matrimonio civil, o una pareja de hecho. 

En la declaración “‘Fiduci supplicans’ sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, la Santa Sede abre una puerta hasta ahora cerrada, sin necesidad de reformular la doctrina, ni de elaborar nuevas normas. “No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”

Como ya ocurriera en las famosas últimas Dubia a los cardenales, “la presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión”.

“No obstante“, añade la declaración,que “implica un verdadero desarrollo de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia“, se ofrece “una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones”, que “permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica”.

Una declaración que, según la introducción firmada por el prefecto de Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, “quiere ser también un homenaje al Pueblo fiel de Dios, que adora al Señor con tantos gestos de profunda confianza en su misericordia y que, con esta actitud, viene constantemente a pedir a la madre Iglesia una bendición”.

La parte más innovadora de la Declaración, que le dedica una buena parte del texto, es sobre Las bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo”. “En el horizonte aquí delineado se coloca la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo, cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio”, se lee.

¿Por qué? Entre otras razones, porque “la Iglesia acoge a todos los que se acercan a Dios con corazón humilde, acompañándolos con aquellos auxilios espirituales que permiten a todos comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su existencia”. Una bendición que “aunque no se incluya en un rito litúrgico“, sí “une la oración de intercesión a la invocación de ayuda de Dios de aquellos que se dirigen humildemente a Él”.

Y es que, señala el escrito, “¡Dios no aleja nunca al que se acerca a Él!”. Este gesto, el de la bendición, “no pretende sancionar ni legitimar nada, las personas pueden experimentar la cercanía del Padre que desborda los méritos y deseos”. Por ello, el Vaticano reclama que “la sensibilidad pastoral de los ministros ordenados debería educarse, también, para realizar espontáneamente bendiciones que no se encuentran en el Bendicional”, para que “dejen de ser un simple gesto” y “evitando que se conviertan en un acto litúrgico o semi-litúrgico, semejante a un sacramento”.

Eso sí, aclara: “Las decisiones que, en determinadas circunstancias, pueden formar parte de la prudencia pastoral, no necesariamente deben convertirse en una norma. Esto es: “no es conveniente que una Diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos“, porque “el Derecho Canónico no debe ni puede abarcarlo todo”.

Por esllo, “no se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición”. Con todo, “para evitar cualquier forma de confusión o de escándalo, cuando la oración de bendición la solicite una pareja en situación irregular, aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. Esto mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo“.

En cambio, añade el documento, “tal bendición puede encontrar su lugar en otros contextos, como la visita a un santuario, el encuentro con un sacerdote, la oración recitada en un grupo o durante una peregrinación”. ” Lo que se ha dicho en la presente Declaración sobre las bendiciones de parejas del mismo sexo, es suficiente para orientar el discernimiento prudente y paterno de los ministros ordenados a este respecto“, culmina el capítulo, que aclara que “no cabe esperar otras respuestas sobre cómo regular los detalles o los aspectos prácticos relativos a este tipo de bendiciones”.

Por su parte, Francis DeBernardo, director ejecutivo del New Ways Ministry afirma en una declaración sobre la última declaración del Vaticano sobre las bendiciones que “abre el camino para que las relaciones de las personas LGBTQ+ sean bendecidas en la iglesia”. Y continúa:

“El Papa Francisco dio a los católicos LGBTQ+ un regalo de Navidad anticipado este año al aprobar bendiciones para parejas del mismo sexo. La afirmación anterior de la oficina doctrinal del Vaticano de que “Dios no bendice el pecado” ha sido desarraigada por la nueva exhortación: “¡Dios nunca rechaza a nadie que se le acerca!”

No se puede subestimar cuán significativa es la nueva declaración del Vaticano. Aprobar bendiciones para parejas del mismo sexo es ciertamente monumental. Pero el Papa Francisco va más allá al afirmar que las personas no deben ser sometidas a “un análisis moral exhaustivo” para recibir una señal del amor y la misericordia de Dios. Semejante declaración es un paso más que el Papa Francisco ha dado para revertir la dura vigilancia del cuidado pastoral, tan común bajo sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVIl.

En cambio, el Papa Francisco desea una pastoral en la que, como dice la declaración, “cada hermano y cada hermana puedan sentir que, en la Iglesia, son siempre peregrinos, siempre mendigos, siempre amados y, a pesar de todo, siempre bendecido.” Al abrir bendiciones a parejas del mismo sexo, la iglesia institucional ahora amplía las formas en que los católicos LGBTQ+ pueden conocer el amor de Dios. Y esta declaración beneficia no sólo a las parejas bendecidas, sino a toda persona queer y aliado que haya tenido una relación difícil con la iglesia.

Esta declaración es una prueba de que la enseñanza de la iglesia puede cambiar (y de hecho cambia). El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha revocado por completo su declaración de 2021 que prohibía las bendiciones queer porque, afirmó, “Dios no bendice el pecado”. ¿Y cómo se produce el cambio? La aprobación formal en la enseñanza a menudo reconoce lo que la gente ya está haciendo pastoral y teológicamente. La práctica precede a la enseñanza. Lo mismo ocurre con las bendiciones LGBTQ+.

Durante décadas, los laicos, junto con algunos religiosos y clérigos, han pedido una mayor inclusión de las parejas del mismo sexo. En los últimos años, este llamado se ha vuelto más fuerte en lugares como Alemania, donde el proceso del Camino Sinodal aprobó tales bendiciones a principios de este año. La cuestión de las bendiciones ha sido un punto polémico en Alemania, provocando críticas del Vaticano e incluso del Papa Francisco. Su decisión ahora de aprobar las bendiciones muestra que el Papa está dispuesto a escuchar, aprender y responder significativamente al pueblo de Dios, algo que todo líder de la iglesia debería hacer.

Cuando tuve el honor de reunirme con el Papa Francisco en octubre pasado, una de sus declaraciones que más me impresionó fue que lo que más le molesta en la iglesia son los sacerdotes que castigan a la gente en el confesionario. Ese tiempo, dijo, debería ser un tiempo de bienvenida, amor y misericordia, no un castigo. Esta nueva declaración sobre la bendición de parejas del mismo sexo es un ejemplo de ese tipo de actitud pastoral.

Los católicos LGBTQ+ de todo el mundo dan la bienvenida a este regalo anticipado de Navidad, que los acerca mucho más a ser miembros plenos e iguales de la Iglesia que tanto aman.

Fuente Religión Digital/New Ways Ministry

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Entre la alegría y el miedo al cisma: La Iglesia de Inglaterra bendice por primera vez a parejas del mismo sexo

Martes, 19 de diciembre de 2023
Comentarios desactivados en Entre la alegría y el miedo al cisma: La Iglesia de Inglaterra bendice por primera vez a parejas del mismo sexo

logo_of_the_church_of_england_454x372Welby no realizará esas bendiciones para mantener la unidad de los anglicanos en el mundo

Hito histórico (todavía no se sabe con qué consecuencias finales debido a la división que este asunto acarrea en su seno) en la Iglesia de Inglaterra, que acaba de oficiar el pasado domingo la primera bendición de una pareja del mismo sexo, en este caso, además, formada por dos reverendas, Catherine Bond y Jane Pearce, celebrada en la iglesia de San Juan Bautista, en Felixstowe, donde ambas desarrollan su ministerio

Aunque la asamblea nacional de la Iglesia anglicana votó en febrero pasado permitir la bendición de las uniones de parejas del mismo sexo que hayan celebrado bodas o uniones civiles, se trata de una cuestión que, sin embargo, sigue provocando un amplio rechazo entre las iglesias de esa confesión en otras latitudes, fundamentalmente en África

Hito histórico (todavía no se sabe con qué consecuencias finales debido a la división que este asunto acarrea en su seno) en la Iglesia de Inglaterra, que acaba de oficiar el pasado domingo la primera bendición de una pareja del mismo sexo, en este caso, además, formada por dos reverendas, Catherine Bond y Jane Pearce, celebrada en la iglesia de San Juan Bautista, en Felixstowe, donde ambas desarrollan su ministerio.

“Gracias por Catherine y Jane, por el amor y la amistad que comparten, y por su compromiso mutuo al presentarse ante ustedes en este día”, dijo el celebrante mientras sostenía con sus manos las cabezas de la pareja.

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Las dos reverendas, las primeras en recibir la bendición en la Iglesia anglicana RD

Las palabras utilizadas para estas bendiciones, conocidas como oraciones de amor y fe, fueron aprobadas por la Cámara de Obispos de la Iglesia anglicana el pasado martes y son la plasmación de un compromiso alcanzado tras cinco años de debates al respecto.

Rechazo en África

En febrero, el Sínodo General anunció que seguiría impidiendo que los sacerdotes ordenaran matrimonios entre personas del mismo sexo, pero que en su lugar se ofrecerían bendiciones. Aunque la asamblea nacional de la Iglesia anglicana votó en febrero pasado permitir la bendición de las uniones de parejas del mismo sexo que hayan celebrado bodas o uniones civiles, se trata de una cuestión que, sin embargo, sigue provocando un amplio rechazo entre las iglesias de esa confesión en otras latitudes, fundamentalmente en África.

En este sentido, aunque los líderes mundiales de la confesión anglicana se disculparon por no haber acogido a las personas LGBTQ, respaldaron la doctrina de que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.

En Inglaterra, los sacerdotes anglicanos no están obligados a realizar bendiciones a personas del mismo sexo si no están de acuerdo con ellas. De hecho, el patriarca anglicano y arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha dicho que no bendecirá personalmente a ninguna pareja del mismo sexo porque su trabajo es unificar a los 85 millones de anglicanos del mundo, lo que habla de las tensiones que la cuestión de las bendiciones entre parejas homosexuales sigue concitando.

Anglicanismo: una comunión dividida por la inclusión de las personas LGTBI

La aceptación de la homosexualidad en la Comunión anglicana es desigual entre sus diferentes jerarquías e iglesias. La Iglesia episcopaliana, rama estadounidense de los anglicanos, es sin duda la que abrió camino. Ya en 2003 eligió al primer obispo abiertamente gay, Gene Robinson. Y en 2010 fue la primera en romper con la moratoria autoimpuesta durante varios años por la comunión anglicana tras el nombramiento de Robinson y comenzar a ordenar de nuevo obispos y obispas abiertamente homosexuales. En 2012 aprobaba también la ordenación de personas transexuales. También, como ya hemos señalado, fue la primera iglesia anglicana en celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.

La Iglesia anglicana de Canadá también se ha caracterizado por su afán inclusivo. Así, por ejemplo, tras sumarse a la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo, enspués elegía obispo a Kevin Robertson, abiertamente gay y padre, junto a su pareja, de dos hijos. Roberston se convertía así en el primer miembro de una familia homoparental en ostentar esta dignidad en una iglesia anglicana.

En el otro extremo se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas de ellas virulentamente homófobas. Una situación inestable que en la última década ha colocado al anglicanismo al borde de un cisma que no ha llegado a producirse, y que obviamente es una de las razones por las cuales la principal de las iglesias anglicanas, la de Inglaterra, y a la espera de que su Sínodo confirme en febrero la decisión de la mayoría de sus  obispos, no tiene el valor de dar el paso.

La Iglesia Católica comparte la aprobación de las bendiciones para parejas del mismo sexo… 

A principios de octubre, grupos LGBTQ+ elogiaron al Papa Francisco por decir que las parejas del mismo sexo podrían bendecir sus uniones. “Cuando pides una bendición, estás expresando una petición de ayuda a Dios, una oración para poder vivir mejor, una confianza en un padre que puede ayudarnos a vivir mejor”, escribió el Papa, en respuesta a una pregunta formulada. por cinco cardenales sobre la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo.

Sin embargo, la Iglesia Católica aún debe responder si todavía considera tales relaciones como un “pecado grave contra la ley de Dios”.

Fuente Religión Digital/Cristianos Gays

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Mientras la Iglesia debate cuestiones LGBTQ+, las hermanas católicas siguen adelante

Sábado, 9 de diciembre de 2023
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Bendición de parejas a las puertas de la catedral de Colonia (RD/Agencias)

El diálogo de la Iglesia Católica sobre cuestiones LGBTQ+ ha avanzado mucho bajo el Papa Francisco, pero se sigue discutiendo y debatiendo si brindar acogida e inclusión y cómo hacerlo. Como ha sido a menudo el caso, las religiosas no esperan para hacer actividades de extensión. La publicación de hoy destaca cómo algunas hermanas católicas están avanzando en la inclusión LGBTQ+.

Después de que el Papa Francisco expresara su disposición a bendecir a parejas del mismo sexo, CBS News  describió a una hermana que ya brindó tal bendición:

IMG_1019Hermana Anna Koop, SL

Cuando la hermana [de Loretto] Anna Koop bendijo a una pareja del mismo sexo hace 15 años, parecía natural hacerlo. La pareja, una de ellas amiga de Koop, estaba muy enamorada y “Jesús no dijo que el amor fuera limitado”, dijo Koop, que ahora tiene 85 años. La monja católica romana sabía que podría enfrentar consecuencias por parte de la iglesia, pero siguió adelante con la decisión. bendición privada, no un matrimonio sacramental, señaló, de todos modos. Ella simplemente ‘bendijo el amor que celebran’. . .

Koop, que se hizo monja a finales de los años 60, pasó casi toda su carrera en Denver centrándose en cuestiones de vivienda y personas sin hogar mientras ministraba a los pobres. Se mantiene en contacto con la pareja del mismo sexo, que todavía está junta y tiene dos hijos. Koop dijo que nunca experimentó consecuencias por parte de la iglesia por sus acciones”.

Koop, ex miembro de la junta directiva del New Ways Ministry, concluyó que no se arrepiente: “Lo hice una vez y lo volvería a hacer”.

En Italia, la hermana Ángela de San Giovanni in Persiceto felicitó a una pareja del mismo sexo que acababa de contraer una unión civil en la ciudad de Reggio Emilia, según informó el Quotidiano Nazionale  (a través de Google Translate) sobre la unión entre Marco Righi y Fabio Valenti, activistas del grupo italiano LGBTQ+ Arcigay:

IMG_1710Marco Righi y Fabio Valentini se casaron, el discurso de su prima monja

“La monja, durante la ceremonia celebrada por el concejal Darío De Lucía, habló con confianza, leyendo las palabras que había escrito en un papel. . .

“Me pidieron que dijera algunas palabras. Me sentí un poco avergonzada, sin saber ante qué público estaría hablando – reveló, originaria de la zona boloñesa como su primo y novio –: ahora veo un público heterogéneo y numeroso. Y yo jugaba en casa, como dicen, así que me inspiré en la Biblia. En el Antiguo Testamento, si alguien sabe, hay algunos libritos interesantes para la vida cotidiana, entonces pensé en el libro de Tobit. Es la historia de un anciano padre judío que tiene que enviar a su hijo a una ciudad muy lejana para recuperar dinero y conseguir una novia; luego el padre le proporciona un compañero de viaje; quien luego resultará ser un ángel enviado por Dios”.

“Su discurso continuó, casi como una bendición para los dos estimados profesionales. . .’Aquí hoy estos dos hermanos inician un camino – concluyó sor Ángela – y yo, como el viejo Tobía, les deseo que hagan un buen camino juntos, sin darse por vencidos y que sean consuelo, ayuda, apoyo, consuelo, pero también corrección para cada uno. otro otro. Y en un libro antiguo está escrito: es mejor ser dos que uno solo. Porque obtendrán una mejor compensación por su esfuerzo: de hecho, si uno cae, uno levantará al otro. Así que de todo corazón les deseo un buen viaje juntos”.

El apoyo de las religiosas a las personas LGBTQ+ se remonta a décadas. Art and Pepe, un nuevo documental de este año, cuenta la historia de una pareja, Art Johnston y Pepe Peña, que eran líderes de los derechos de los homosexuales en Chicago, además de propietarios del bar gay Sidetrack. En declaraciones a MSNBC sobre el documental, Johnston contó una historia de cómo las hermanas católicas ayudaron en sus esfuerzos hace décadas:

“Cuando intentábamos aprobar leyes básicas por las que no se podía despedir a la gente ni negarles vivienda debido a su orientación sexual, nos enfrentamos a un concejal que dijo: “Soy católico y tengo un barrio católico. No puedo votar por esto”. Así que contactamos a monjas activistas, muchas de las cuales habían liderado el trabajo por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos y se habían establecido en Chicago con refugios para mujeres. Estas monjas radicales se convirtieron en nuestras mejores aliadas.

“‘Buscaríamos una monja de la misma orden que le había enseñado al concejal cuando estaban en la escuela. Cuando el concejal decía: “No puedo votar por esto porque soy católico”, la monja decía: “Espera un momento. Yo también soy católica”.

“‘Las monjas se convirtieron en nuestras aliadas. Nos preguntamos, ¿por qué no sabemos sobre esto? Eso es porque las monjas no se promocionan a sí mismas. Muchas de las monjas que nos ayudaron fueron posteriormente clausuradas por el Vaticano por su apoyo a los homosexuales. Pero marcaron la diferencia en Chicago. Nos dijeron una y otra vez que Chicago nunca aprobaría los derechos de los homosexuales. Les demostramos que estaban equivocados con la ayuda de las monjas católicas’”.

Same-sex couples take part in a public blessing ceremony in front of the Cologne Cathedral in Cologne, Germany, Wednesday, Sept. 20, 2023. Several Catholic priests held a ceremony blessing same-sex and also re-married couples outside Cologne Cathedral in a protest against the city's conservative archbishop, Cardinal Rainer Maria Woelki. (AP Photo/Martin Meissner)

Parejas del mismo sexo participan en una ceremonia de bendición pública frente a la Catedral de Colonia, Alemania, el miércoles 20 de septiembre de 2023. Varios sacerdotes católicos celebraron una ceremonia de bendición a parejas del mismo sexo y también a parejas que se volvieron en una protesta contra el arzobispo de la ciudad, el cardenal Rainer Maria Woelki. (Foto AP/Martin Meissner

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 5 de diciembre de 2023

Artículos relacionados

América, What LGBT couples might look for in Catholic blessings“ (“Lo que las parejas LGBT podrían buscar en las bendiciones católicas”)

Fuente New Ways Ministry

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