Una pastilla a la semana, nuevo avance en el tratamiento contra el VIH
Este tipo de sistema de administración mejoraría la adherencia de los pacientes a su programa de tratamiento y también podría emplearse por personas en riesgo de exposición al VIH para ayudar a prevenir que se infecten, según sus creadores.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y del Hospital Brigham y de Mujeres (BWH, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, han desarrollado una cápsula que puede administrar una semana de medicamentos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en una sola dosis.
Este avance podría facilitar a los pacientes cumplir con el estricto programa de dosificación requerido para tomar los cócteles de medicamentos utilizados para combatir el virus, dicen los investigadores.
La nueva cápsula está diseñada para que los pacientes puedan tomarla solo una vez a la semana y la medicación se liberará gradualmente a lo largo de la semana. Este tipo de sistema de administración no solo podría mejorar la adherencia de los pacientes a su programa de tratamiento, sino que también podría emplearse por personas en riesgo de exposición al VIH para ayudar a prevenir que se infecten, dicen los creadores.
“Una de las principales barreras para tratar y prevenir el VIH es la adherencia –dice Giovanni Traverso, investigador afiliado al Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer del MIT y gastroenterólogo e ingeniero biomédico en el Hospital Brigham y de Mujeres–. La posibilidad de hacer que las dosis sean menos frecuentes mejora la adherencia y tiene un impacto significativo a nivel del paciente“.
Traverso y Robert Langer, profesor del Instituto David H. Koch en el MIT, son los autores principales del estudio, que se detalla en un artículo publicado este martes en ‘Nature Communications’. Otros coautores principales del artículo son el investigador postdoctoral del MIT Ameya Kirtane y el académico visitante Omar Abouzid.
Aunque la tasa de mortalidad general del VIH ha disminuido significativamente desde la introducción de terapias antirretrovirales en la década de 1990, hubo 2,1 millones de nuevas infecciones por VIH y 1,2 millones de muertes relacionadas con el VIH en 2015.
Varios grandes ensayos clínicos han evaluado si los medicamentos antirretrovirales pueden prevenir la infección por el VIH en poblaciones sanas, pero han tenido un éxito mixto y uno de los principales obstáculos para el tratamiento preventivo es la dificultad para lograr que las personas tomen las píldoras necesarias todos los días.
El equipo de MIT/BWH creía que una cápsula de administración de medicamentos que desarrollaron en 2016 podría ayudar a resolver este problema. Su cápsula consiste en una estructura en forma de estrella con seis brazos que pueden cargarse con medicamentos, doblados hacia adentro y envueltos en una capa lisa. Después de que se ingiere la cápsula, los brazos se despliegan y liberan gradualmente su carga.
En un estudio previo, los científicos encontraron que estas cápsulas podrían permanecer en el estómago hasta por dos semanas, liberando gradualmente el medicamento para la malaria ivermectina. Luego, los investigadores se propusieron adaptar la cápsula para suministrar medicamentos contra el VIH.
En su versión original, la forma de estrella completa estaba hecha de un polímero que proporciona soporte estructural y transportaba la carga útil del fármaco. Esto hizo que fuera más difícil diseñar nuevas cápsulas que liberaran fármacos a diferentes velocidades, porque cualquier cambio en la composición del polímero podría alterar la integridad estructural de la cápsula.
Para superar eso, los investigadores diseñaron una nueva versión en la que la columna vertebral de la estructura de la estrella sigue siendo un polímero fuerte, pero cada uno de los seis brazos puede llenarse con un polímero diferente cargado con un fármaco. Esto hace que sea más fácil diseñar una cápsula que libera medicamentos a diferentes velocidades. “De alguna manera, es como poner un pastillero en una cápsula. Ahora tienes cámaras para cada día de la semana en una sola cápsula”, dice Traverso.
Las pruebas en cerdos mostraron que las cápsulas pudieron alojarse con éxito en el estómago y liberar tres medicamentos diferentes contra el VIH durante una semana. Las cápsulas están diseñadas para que, una vez que se suministre todo el medicamento, las cápsulas se desintegran en componentes más pequeños que pueden pasar a través del tracto digestivo.
Trabajando con el Instituto para el Modelado de Enfermedades en Bellevue, Washington, los investigadores trataron de predecir cuánto impacto podría tener un medicamento semanal para prevenir las infecciones por el VIH. Calcularon que pasar de una dosis diaria a una dosis semanal podría mejorar la eficacia del tratamiento preventivo del VIH en aproximadamente un 20 por ciento. Cuando se incorporó esta cifra a un modelo informático de transmisión del VIH en Sudáfrica, el modelo mostró que podrían prevenirse de 200.000 a 800.000 nuevas infecciones en los próximos 20 años.
“Una formulación oral de acción más prolongada y menos invasiva podría ser una parte importante de nuestro arsenal futuro para detener la pandemia del VIH/sida”, dice Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que financió en parte la investigación.
“Se ha logrado un progreso sustancial para avanzar en terapias antirretrovirales, lo que permite a una persona con VIH lograr una esperanza de vida casi normal y al resto, reducir el riesgo de contraer el VIH. Sin embargo, la falta de adherencia a la terapéutica una vez al día para las personas infectadas y la profilaxis previa a la exposición (PrEP) para las personas en riesgo no infectadas sigue siendo un desafío clave. Se necesitan herramientas nuevas y mejoradas para el tratamiento y la prevención del VIH, junto con una implementación más amplia de enfoques nuevos y existentes, para poner fin a la pandemia del VIH tal como la conocemos. Estudios como éste nos ayudan a acercarnos a lograr este objetivo”, subraya Fauci.
El equipo de MIT/BWH ahora está trabajando para adaptar esta tecnología a otras enfermedades que podrían beneficiarse de la dosificación semanal de fármacos. Debido a la forma en que los investigadores diseñaron los brazos de polímero de la cápsula, es bastante fácil intercambiar diferentes fármacos dentro y fuera, aseguran los autores.
“Poner otros medicamentos en el sistema es mucho más fácil porque el sistema central sigue siendo el mismo”, dice Kirtane. cambie cuán lento o cuán rápido se liberará. “Todo lo que tenemos que hacer es cambiar la lentitud o la rapidez con que se suministrarán”, concluye.
Fuente Agencias, vía Cáscara Amarga
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