Una pareja de mujeres es expulsada de un bar de Bilbao por sus muestras de afecto en público
Una publicación de Facebook ha cosechado más de 100.00 difusiones en menos de 24 horas, la de una pareja de lesbianas que mientras se encontraban de juevintxo en el centro de Bilbao sufrieron homofobia por parte del personal de un bar, siendo supuestamente instadas a abandonar el local sin ser atendidas tras profesarse varias muestras de cariño. Tristes, frustradas y enfadadas salieron a la calle y decidieron no dejarlo pasar y publicarlo en las redes, explicando los hechos y dando los datos del local, para informar a su posible clientela de la política discriminatoria del establecimiento. Como dice la autora, es increíble que estos hechos se sigan dando en pleno siglo XXI y más en una ciudad tan abierta y tolerante como Bilbao.
Una pareja de mujeres denuncia que fue expulsada del bar Baserri de Bilbao por mostrar su afectividad en público. Una de ellas ha narrado, a través de las redes sociales, unos hechos que le hacen sentir “triste, frustada, enfadada”. La encargada del establecimiento ni siquiera fue capaz de demostrar su profunda homofobia en persona, sino que delegó en una de sus empleadas para que, avergonzada, cumpliese con su orden. La justa indignación que ser víctima de la discriminación LGTBfoba produce se resume perfectamente en estas palabras de la denunciante: “He luchado mucho en mi vida para ser aceptada, por lo que no me puedo permitir esta falta de respeto hacia mi dignidad, por mi inclinación sexual”.
Patricia Salvador García denunciaba este pasado viernes, a través de su cuenta de Facebook, que ella y su pareja habían sido expulsadas del bar Baserri, ubicado en la calle Gordoniz 19 de Bilbao. Las dos habían decidido tomar unos pintxos en ese establecimiento, debido a que una de ellas necesitaba comer algo antes de tomar una medicación. Pero cuando la camarera del Baserri se dirigió a su mesa no fue para tomarles nota, sino para comunicarles que “ha recibido instrucciones de su ‘jefa’ para que seamos invitadas a abandonar el local, alegando como motivo nuestras muestras de cariño, asimismo la camarera manifiesta su desacuerdo con las directrices de su ‘jefa’”.
Es decir, se les expulsaba del local por mostrar un comportamiento absolutamente natural en cualquier pareja, y que no habría sido objeto de ningún reproche si hubiera estado compuesta por un hombre y una mujer. Patricia, con justa indignación, quiere dar a conocer la discriminación sufrida, afirmando con contundencia que “he luchado mucho en mi vida para ser aceptada, por lo que no me puedo permitir esta falta de respeto hacia mi dignidad, por mi inclinación sexual. Recordando que ante todo soy PERSONA”.
Una demostración más de que la LGTBfobia está profundamente arraigada en nuestra sociedad, a pesar de los avances legislativos y de la supuesta aceptación mayoritaria de las diversas orientaciones sexuales. La muestras públicas de afectividad de las parejas LGTB son el talón de Aquiles de esa tolerancia, pues, lamentablemente, no deja de ser común que obtengan como respuesta la intolerancia y la discriminación, cuando no la agresión física.
Pero en una actualización del sábado pasado a las 16:40, EstoyBailando publicaba esta entradilla:
Parece ser que el bar ha reculado, quiere limpiar su imagen o hacerse de ambiente porque nos acaban de enviar esta foto:
La realidad era otra, en otra actualización de AmbienteG se avisaba, publicando la misma fotografía de que:
Se ha convocado una besada popular como protesta por la discriminación sufrida en la puerta del establecimiento, el mensaje que se está difundiendo es el siguiente:
Ante la agresión sufrida por dos compañeras lesbianas en el bar Baserri, convocamos una besada popular mañana sábado 24. Nos vemos a las 19,00h en la plaza del bombero Etxaniz (zona indautxu) para ir juntxs a besarnos.
Ante la lesbofobia,
Nuestros besos
Por su parte, el bar ha respondido inmediatamente colocando un cartel invitando a una caña a todos los clientes que se besen en su comercio, independientemente de su sexo (sic). Una inteligente y rápida reacción para frenar las posibles consecuencias, no obstante y como más vale tarde que nunca, creemos que deberían ir acompañadas de una disculpa.
Actualización 2:
Añadimos una entrevista realizada hoy mismo a la dueña del establecimiento en la que asegura que no se trata de homofobia, sino de respeto a los demás (sic) – frase que incluso empleó en un cartel colocado en la entrada que curiosamente ha sido retirado -, que ella no es homófoba ya que tiene una empleada lesbiana y que además cuando sucedieron los hechos asegura que se encontraba de viaje, siendo una clienta la que le llamó por teléfono para llamar al orden.
Fuente Facebook/Dosmanzanas/EstoyBailando/AmbienteG
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