Un pueblo de Oregón se vuelve locopor una bandera LGTB+ en el instituto
Una bandera LGTB+ en clase de sociales desata una guerra en un pequeño pueblo de Oregón porque algunos padres creen que se trata de un intento de imponer a los estudiantes la temida “agenda gay”.
Sam Munda, de 16 años, es estudiante del instituto de Banks, en Oregón. Es un pueblo pequeño, de unos 2.000 habitantes. Y Sam, que se identifica como una persona de género fluido, pensó que era buena idea colgar una bandera LGTB+ en el aula de sociales para que los jóvenes LGTB+ del centro supieran que, por muy cerrada que sea su comunidad, tienen un apoyo.
Al profesor de la clase le pareció fenomenal y como la bandera que trajo Sam era un poco grande y no cabía en las paredes la colgaron junto a la bandera americana. No fue la única clase. Otras tres aulas tienen una bandera LGTB+ junto a la americana.
Pero, como no podía ser de otra manera, a algunos padres no les ha parecido bien la idea. Una madre preocupadísima llamó a un popular programa de radio del pueblo para explicar que en el instituto habían quitado la bandera americana y la habían sustituido por una del orgullo gay. ¡Fake News! Eso cabreó al presentador del programa que dijo que seguramente la había puesto ahí un profesor gay o bisexual “o lo que sea“; y que lo hacía para promover una “agenda política“.
Y a partir de ahí, la guerra. Medio pueblo peleándose por las banderas sin pararse a comprobar que no la puso ningún profesor, que no se quitó ninguna bandera americana… Y menos aún parándose a pensar que los derechos LGTB+, al igual que la lucha contra el racismo o el machismo, no son una agenda política.
El follón ha sido tal que un grupo de padres ha presentado una queja formal a la junta escolar, se ha creado una petición online para que se retiren las banderas (porque crean “un entorno de aprendizaje hostil“) y el centro tuvo que emitir un comunicado de prensa explicando la situación. Pero Sam, eso sí, no ha tenido problema en dar la cara. “La bandera es para los estudiantes, para que sepan que el Instituto Banks les apoya. No era mi intención enfadar a los padres. No es lo que quería en absoluto“, explica en una entrevista.
Sam explica que cuando comenzó a definirse como alguien de género fluido pidió a todo el mundo que utilizaran pronombres neutros. “Perdí algunos amigos. Solía ir a la iglesia pero me echaron porque no iba a cambiar. Querían que fuera una chica heterosexual.” Sam explica que su intención al poner la bandera en clase no era empezar una guerra (aunque haya empezado igualmente) sino mostrar a los estudiantes LGTB+ que tienen apoyo: “Algunos de esos estudiantes me han dicho que tienen miedo de salir del armario con sus amigos o su familia por si les hacen bullying o no les aceptan o les tratan de forma diferente. Poner la bandera es una forma de decirles que el instituto es un lugar seguro para ellos, un sitio que apoya a la comunidad.”
¿Y qué ha hecho el instituto? Pues aparte del comunicado corrigiendo la historia de la señora de la radio… nada de nada. Las banderas siguen donde están y la dirección ya ha dicho que no tiene ninguna intención de quitarlas. El superintendente del centro, Jeff Leo, ha explicado a la prensa que la ley estatal “permite a los profesores mostrar ese tipo de símbolos puesto que son una muestra de apoyo a un grupo de personas protegidas por la ley de Oregón y por la ley federal.”
Y es que en las escuelas públicas de Oregón está prohibida la discriminación por orientación sexual o identidad de género.
Así que la bandera se queda donde está.
Fuente | The Oregonian, vía EstoyBailando
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