El bibliotecario ruso que se negó a destruir libros LGTBI podrá seguir más tiempo en el albergue de A Coruña
Vladímir Kosarevsky
Vladímir Kosarevsky huyó en enero de su país por amenazas y fue acogido en el albergue Padre Rubinos, mientras el Concello y entidades sociales tramitan la búsqueda de un alojamiento
El bibliotecario ruso Vladímir Kosarevsky, que a mediados de febrero fue acogido por el albergue de Padre Rubinos tras huir de su país por recibir amenazas al negarse a destruir libros de autores o contenido LGBTI, podrá permanecer más tiempo en las instalaciones de la institución benéfico social coruñesa, de la que debía marcharse hoy. El Concello y entidades sociales de la ciudad (entre ellas la ONG Accem, especializada en la atención de personas refugiadas y migrantes), trabajan para “buscar la mejor solución” para que Vladimir “no esté desamparado” y, mientras tanto en proporcionarle una solución inmediata de alojamiento, a la espera de que goce de protección internacional, por lo que podrá seguir en Padre Rubinos “el tiempo necesario”, apuntan fuentes municipales.
Kosarevsky, de 39 años, es el director de la biblioteca pública Anna Akhmatova de Moscú, donde trabaja desde hace catorce años. Con la implantación en noviembre pasado de una ley que prohíbe promover en Rusia lo que considera propaganda gay en medios de comunicación y equipara la homosexualidad a la pedofilia, el hombre empezó a sufrir presiones y amenazas en su trabajo y las autoridades le exigieron que retirase de la biblioteca los volúmenes de temática LGBTI, a lo que se negó.
Según contó, Kosarevsky pidió la excedencia laboral, y ante el temor de ser llamado a filas para combatir en la guerra contra Ucrania, escapó de su país en enero y viajó a España, donde pidió un visado.
Primero huyó a Armenia y de ahí llegó a Ferrol, donde conocía a compatriotas huidos. Al no poder estar más tiempo en un hostal, contactó con colectivos sociales gallegos y Les Coruña y Casco lo ayudaron con una plaza en Padre Rubinos. Kosarevsky sigue esperando protección internacional.
“Un gay se integra en España, en Rusia es la escoria de la sociedad”
Dice Vladimir Kosarevsky que es “una persona feliz”, pero que en Rusia no lo puede ser. “Vivir en mi país ahora se ha vuelto insoportable y peligroso. Si no apoyas al régimen, te conviertes en un enemigo”. Y peor es que seas gay. “En España, por ejemplo, un gay es un miembro integrado en la sociedad, pero en Rusia eres la escoria de la sociedad, y eres objeto de ataques, vives con miedo todos los días”, lamenta. Su vida, por su orientación sexual, ha estado salpicada de episodios desagradables. “Desde que era muy joven, me han ridiculizado, humillado, insultado y atacado físicamente. En una comisaría, una vez en Moscú, un policía me acosó, quiso tener sexo conmigo y me chantajeó amenazándome de muerte”, recuerda. Pensar en su país, y ahora debido a la guerra con el patriotismo como argumento, le causa desesperanza: “Se ha asesinado a muchos gays y esos casos no se han querido investigar o han tenido penas leves. Se nos viola con botellas en comisarías de policía, se nos golpea la cabeza y se nos agrede hasta la muerte en sótanos, como ocurría en Chechenia. Estos son casos reales. Así es Rusia hoy”.
Fuente Agencias/El Diario
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