El viernes 15 de julio un grupo de militares iniciaba un frustrado golpe de Estado en Turquía. Como resultado del mismo fallecían unas 300 personas, en su mayoría civiles, y otras 1.400 sufrían heridas de distinta consideración. La comunidad internacional, de forma prácticamente unánime, condenaba estos hechos y defendía la legitimidad democrática turca. Sin embargo, en estos momentos crece la preocupación indisimulada por las medidas autoritarias que pueda establecer la administración que encabeza el presidente Erdogan. El colectivo LGTB, estigmatizado y ninguneado por el Gobierno durante los últimos años (cuando no directamente perseguido), se enfrenta en adelante a un todavía peor escenario.
Los que pensaban que las aguas volverían a la calma relativa tras la intentona golpista en Turquía se equivocaban. La “limpieza” de Recep Tayyip Erdoğan no puede darse por concluida. A los 29 coroneles y 5 generales que han sido destituidos (hasta aquí, lo que se podría considerar razonable en relación a los hechos) se han sumado, entre otros, cerca de 3.000 jueces. También hay 36.000 profesores, fiscales, más de 1.500 decanos de facultad, otros 1.500 funcionarios del Ministerio de Finanzas, una veintena de medios prohibidos… Cuesta determinar la relación de estos funcionarios con el fallido golpe de estado, por lo que ser apartados de sus cargos, justo después, parece un pretexto para ejecutar un plan trazado con anterioridad…
Son decenas de miles de personas las que se ven amenazadas por el auge del autoritarismo presidencial. Se acaba de declarar el “estado de emergencia” en Turquía durante 3 meses y miles de personas están siendo arrestadas. Una actitud que, a pesar de todo, no es nueva o excepcional: el pasado 19 de junio la Policía turca cargaba con violencia contra los activistas LGTB que decidieron manifestarse en la plaza Taksim de Estambul este para reivindicar el Orgullo Trans. El gobernador había prohibido las distintas celebraciones del Orgullo, aduciendo problemas de “seguridad”.
A pesar de la prohibición del gobernador, la plaza fue ocupada pacíficamente por valientes activistas LGTB, encabezados por mujeres y hombres transexuales que no querían renunciar a expresar sus reivindicaciones. Precisamente, la Marcha del Orgullo Trans debía ser la que diese inicio a los actos que tendrían lugar del 19 al 26.
Una semana más tarde, la Policía ejercía una nueva demostración de fuerza contra los activistas que intentaban celebrar el Orgullo LGTB en Estambul, pese a la mencionada prohibición. Al menos 19 personas fueron detenidas (entre ellas varios políticos alemanes, miembros de Los Verdes). Y si esto ocurría antes del fracasado golpe de estado, ahora el Gobierno erdoganista tiene la excusa para justificar sus posturas LGTBfóbicas y para silenciar a colectivos incómodos o críticos (por más que no tengan ninguna vinculación con el golpe). Pero no todo vale, ni todo es justificable.
Apoyo a la diversidad turca desde la FELGTB
Hemos querido recoger el mensaje de solidaridad de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) con el activismo y la comunidad LGTB turca. En declaraciones a dosmanzanas, el presidente de la organización igualitaria más importante de España, Jesús Generelo, se ha lamentado de que “las minorías LGTB siempre son especialmente vulnerables cuando se produce una situación de crisis como la de Turquía”.
Asimismo, Generelo ha dejado claro que “desde España vamos a instar a la diplomacia española para que la libertad de orientación sexual e identidad de género sean una prioridad en cualquier debate o discusión relacionados con los derechos humanos”. La FELGTB, en este sentido, se mantendrá “alerta” para apoyar cualquier iniciativa que fortalezca y defienda los derechos de la comunidad LGTB turca.
Finalmente, el activismo LGTB español confía en que la Unión Europea “incluya la perspectiva LGTBI a la hora de abordar diplomáticamente los derechos humanos en Turquía”. Sobre todo, teniendo en cuenta que “Turquía está haciendo el trabajo sucio para Europa en cuestiones relacionadas con los refugiados”.
Turquía: puente entre Europa y Oriente Medio, salvoconducto de refugiados y personas LGTB
Los países de Oriente Medio vecinos de Turquía, como Siria, Irán o Irak, viven una situación de LGTBfobia absolutamente insoportable. Hace un mes publicábamos la historia del mulá gay Taha. Peligrando su integridad física, e incluso su vida, Taha se veía obligado a abandonar Irán. En un primer momento se refugió en Estambul, una ciudad en la que buscan refugio muchas personas LGTB que consiguen escapar de países de cultura islámica con sociedades más intransigentes. Sin embargo, el objetivo último de Taha es conseguir el asilo en Canadá.
No obstante, aunque la realidad de esos países sea aún más dramática que la de Turquía, no es motivo suficiente para permanecer impasibles (especialmente teniendo en cuenta que Turquía es candidata a la adhesión a la Unión Europea). En 2015, el programa para refugiados de Iranian Queer Organization (IRQO), grupo iraní de defensa de los derechos LGTB radicado en Canadá, denunciaba el incremento de las agresiones que sufren los refugiados LGTB iraníes en Turquía. Muestra de ello es la que padecieron dos hombres gais por parte de un oficial de policía en enero de ese año, por el simple hecho de dar a conocer su condición de pareja.
IRQO apuntaba también que la confusa nueva Ley de Extranjería y Protección Internacional turca, que entró en vigor en 2013, está aumentando la inseguridad y la violencia contra los refugiados LGTB. La situación adquiere mayor gravedad al ser Turquía el destino preferente de los cada vez más numerosos refugiados LGTB iraníes que sufren en su país una represión política y social creciente.
LGTBfobia social y política en Turquía
La violenta represión del Orgullo Trans y el Orgullo LGTB de Estambul este año, desgraciadamente, no es la única. En 2015, por ejemplo, se volvieron a repetir las lamentables escenas de violencia policial exagerada contra los manifestantes, así como detenciones arbitrarias y difícilmente justificables. Según los organizadores del Orgullo, la marcha fue “prohibida de repente por la oficina del Gobernador de Estambul a causa del mes de Ramadán sin ningún aviso”. Pero este deterioro de las libertades sociales del colectivo LGTB se ha intensificado en los últimos años.
Otra de las extrañas coincidencias es que las prohibiciones, las dificultades y la represión contra la comunidad LGTB se hiciera más evidente tras la exitosa manifestación del Orgullo de Estambul de 2013, en la que participaron unas 15.000 personas. Ese año, la marcha del Orgullo LGTB de la metrópoli turca coincidía con las grandes movilizaciones populares contra el Gobierno de Recep Tayyip Erdoğan, en las que el colectivo LGTB jugó un papel relevante.
Pero el ninguneo político de los afines de Erdogan viene de antes. En 2012 se oponían a la inclusión de una mención explícita en la nueva Constitución de Turquía a la orientación sexual y a la identidad de género en el artículo referido a la igualdad. Así lo habían solicitado dos partidos de la oposición, el Partido de la Paz y de la Democracia (BDP) y el Partido Republicano del Pueblo (CHP). Un diputado del partido de Erdogan dijo entonces que “no consideramos correcto incluir una mención expresa a los homosexuales en ninguna parte de la Constitución”.
En 2011 Amnistía Internacional hizo público un informe en el que acusaba a las autoridades turcas de no actuar contra el acoso, la violencia y la discriminación de las personas LGTB. Todo ello por no hablar de los asesinatos y los delitos de odio LGTBfóbico, a menudo ignorados o minimizados por el Gobierno y por la policía. Sirva de ejemplo el fallecimiento de una mujer trans en Estambul, tras ser brutalmente agredida por la policía en 2013.
Pero esas mismas autoridades también han tenido que asumir políticas igualitarias en materias que se negaban a implementar. En marzo de 2015, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que el requisito de infertilidad permanente vinculado a una cirugía de reasignación de género, que pretendía imponer Turquía, es una “violación del derecho a la intimidad”, garantizado por el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos.
La relación de Erdoğan con la justicia
La relación de Erdoğan con la justicia no siempre ha sido muy buena que digamos y, como dice el refranero popular, “donde las dan, las toman”. El actual presidente turco, que lleva más de dos décadas en la primera línea política, fue condenado a prisión por “intolerancia religiosa”, después de pronunciar una conferencia en la ciudad anatolia de Siirt. Corría 1998 y se le acusó de violar el artículo 312/2 del Código Penal, que castiga la “incitación a la enemistad por razón de clase, raza, religión, sexo o diferencias regionales”.
Erdoğan leyó un “poema” de carácter islamista y nacionalista de Ziya Goekalp en el que se asegura que “la democracia es solo el tren sobre el que subimos para alcanzar el objetivo. Las mezquitas son nuestros cuarteles, los minaretes son nuestras bayonetas, las cúpulas nuestros cascos, los creyentes nuestros soldados”. Entonces se encontraba al frente de la alcaldía de Estambul (un cargo que ostentó entre 1994 y 1998) y se le prohibió ocupar cualquier puesto en la administración pública durante varios años.
Algunos dieron por concluida su carrera política, pero esta no había hecho nada más que comenzar. Más tarde, otros se preguntarían si un islamista es la persona más adecuada para liderar la modernización del país. En 2001 fundó el partido “Justicia y Desarrollo” (AKP), con el que llegó a primer ministro en 2002. Un aspirante a futbolista se convertía en presidente del Gobierno. No obstante, debido a la condena que pesaba sobre él, tuvo que esperar varios meses para poder acceder de forma efectiva al cargo, ya en 2003. Y en él se mantuvo hasta 2014, para “asumir” la presidencia de la República de Turquía.
El islamista que “escondía” a su propia familia
Turquía es una república con una trayectoria laica que se remonta a principios del siglo XX, a pesar de que la mayoría de la población profesa la fe musulmana (concretamente el 90 %, del cual el 75 % se adscribe a la rama sunita). Curiosamente, al ejército se le ha considerado garante de la secularidad del estado turco. Y, con todo, el intento golpista del pasado 15 de julio no es el primero al que se ha enfrentado el país (ya lo hizo antes en 1960, en 1971, en 1980 y en 1997).
Como Erdoğan ha sido un defensor tradicional del uso del pañuelo por las mujeres y su propia esposa e hijas, que lo vienen utilizando, han tenido que lidiar con la prohibición de acceder con esta prenda a los edificios públicos de Turquía. Por ello, en la medida de lo posible, Erdoğan solo aceptaba su participación en recepciones de estado en las que no se exigiera la asistencia de su familia. Del mismo modo, sus hijas estudiaron en los Estados Unidos para evitar el dilema del pañuelo.
Pero en 2013 Erdoğan aprovechó una visita a España para anunciar el “acuerdo” mediante el que se ponía fin a la prohibición del velo islámico (se empezó por las universidades). Por supuesto, no sin el enfado de los laicos turcos, que salieron a la calle para protestar.
El machismo y otras “lindezas” de Erdoğan
Tan solo hay que remontarse al mes de junio para recuperar las declaraciones machistas del presidente turco, en las que calificaba a las mujeres sin hijos como “deficientes” e “incompletas”. En palabras del presidente turco, “rechazar la maternidad significa renunciar a la humanidad”. Asimismo, considera que la legitimidad de la mujer para desarrollar sus propias carreras no debería ser un “obstáculo” para tener hijos. “Al menos tres”, añadió.
No menos llamativas fueron sus palabras del pasado mes de marzo sobre el uso del preservativo: “nadie puede interferir en la obra de Dios. El primer deber aquí pertenece a las madres”. Ninguna familia musulmana, siguiendo su discurso, debería someterse a la planificación familiar. Anteriormente ya había espetado que el condón es una “traición” a la Patria y al Islam. La lista completa de exabruptos y salidas de tono excede las posibilidades de este artículo.
Casualidad o no, únicamente una mujer se encuentra al frente de un ministerio actualmente en Turquía: Fatma Betül Sayan Kaya. Su cartera es la de Familia y Políticas Sociales.
Las dos caras de la Unión Europea
Turquía, tras años de acuerdos económicos con las instituciones de Europa, solicitó su adhesión a la Unión Europea en 2005. Pero, a pesar de que el ingreso turco en la Europa comunitaria es uno de los objetivos programáticos del presidente desde hace más de una década, mientras estuvo al frente de la alcaldía de Estambul defendió lo contrario, definiéndola como “la unión de cristianos, en la que Turquía no debe buscar nada”.
Ahora, los Gobiernos se atropellan al exigirle a Erdogan que no utilice el golpe de estado como arma arrojadiza para una criba que menoscabe la integridad democrática de Turquía, el estado de derecho y las libertades civiles. Por su parte, el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, le ha advertido de que la reacción al fallido golpe “no puede ser un cheque en blanco”. A los líderes europeos les preocupa que Erdogan cumpla su anuncio de reinstaurar la pena de muerte. Incluso la propia canciller alemana, Angela Merkel, llamaba el lunes al presidente turco para dejarle claro que esta medida es incompatible con la entrada en la UE.
Pero resulta difícil olvidar, por otro lado, el acuerdo del pasado mes de marzo entre los 28 y Turquía por el que se calificaba de “irregulares” a los solicitantes de asilo sirios. Según dicho acuerdo, se permitía devolver a Turquía a las miles de personas llegadas masivamente a Grecia a partir de ese momento. A cambio, la UE prometía acelerar la liberalización del visado para los nacionales turcos e impulsar el apoyo financiero para la población de refugiados de Turquía. Un caramelo envenenado que, para muchos críticos, supuso la ruptura de la Unión Europea con sus propios estándares humanitarios y con las políticas sobre personas refugiadas, que venía exportando por todo el mundo.
Y no son las únicas nubes que amenazan los derechos humanos en el país. Turquía volvía a bombardear objetivos kurdos por primera vez tras el golpe. Un grupo de aviones F-16 de las Fuerzas Armadas ha abierto fuego en Hakurk, al norte de Irak y en medio del Kurdistán, una región que abarca territorios de Irán, Irak, Siria, Armenia y Turquía, cuyo objetivo es la independencia.
Reacciones políticas desde España
Lo que escribía Mariano Rajoy:
Desde Jueces para la Democracia han exigido al presidente en funciones a intervenir ante los intentos de Erdogan de comprometer la independencia de la justicia. “Con posterioridad al intento de golpe de estado ocurrido en Turquía, hemos recibido noticias sobrecogedoras de nuestros colegas jueces/as y fiscales, incluidos los miembros de la asociación profesional YARSAV”, aseveran en una carta los responsables de esta asociación de jueces progresistas. Así se expresaba el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez:
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, lanzaba el siguiente mensaje:
Finalmente, recogemos un tuit de Albert Rivera, líder de Ciudadanos:
Fuente Dosmanzanas
General, Homofobia/ Transfobia., Islam
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