Adela Cortina: “Salir de la pobreza es un derecho”
La catedrática de Ética abre el 38 Congreso de Asociación de Teólogos y Teólogas JUAN XXIII
Juan José Tamayo: “¿Tiene sentido seguir haciendo teología en un mundo de miseria y opresión?”
(Jesús Bastante).- Mística y política, “¿pueden ir juntas o ser paralelas?”. Esta fue la gran cuestón que trató de desentrañar la catedrática de Ética y Filosofía Adela Cortina. Cortina abrió de forma magistral la 38 edición del Congreso de la Asociación de Teólogos y Teólogas ‘Juan XXIII’, que como todos los años se celebra en el salón de actos de CCOO en Madrid.
“No se puede reducir la mística a la espiritualidad”, trazó Cortina ante más de 700 personas, que se dieron cita en esta cita de la teología progresista de nuestro país. ‘Mística y liberación’ es el lema del congreso de este año. La mística es algo más, tiene que ver con el misterio, con aquello que no se puede alcanzar.
“Es una actividad humana espiritual que aspira a la unión con la divinidad”, indicó la teóloga. Un conocimiento “intuitivo, y no a través de las mediaciones, que pueden ser la Iglesia, la política… Llegar directamente a Dios. Precisamente por eso, los místicos han sido muy críticos de las instituciones”.
Lograr el éxtasis, salir de sí mismo, una constante en todas las culturas, religiones y filosofías. El místico es un fenómeno global. Entonces, preguntó, “¿os parece que los místicos deben gobernar el mundo?”. La respuesta no se hizo esperar: “Dios nos libre”, denunció Cortina, quien trazó los ejes de la mística: es inefable, insondable, pasiva… “una experiencia que cambia radicalmente la vida, y exige acción”. Y “no nos deja indiferentes”.
Lograr el éxtasis, salir de sí mismo, una constante en todas las culturas, religiones y filosofías. El místico es un fenómeno global. Entonces, preguntó, “¿os parece que los místicos deben gobernar el mundo?”. La respuesta no se hizo esperar: “Dios nos libre”, denunció Cortina, quien trazó los ejes de la mística: es inefable, insondable, pasiva… “una experiencia que cambia radicalmente la vida, y exige acción”. Y “no nos deja indiferentes”.
¿Ha influido la mística en la política? “Por supuesto, dando nuevos modelos, abriendo nuevas visiones del mundo”, recalcó la catedrática, quien mencionó a varios místicos, comenzando por Jesús de Nazaret.
San Pablo y la Carta a los Corintios; Francisco de Asís y su Canto al hermano Sol; Teresa de Jesús, que “ha influido, y mucho, en la política”, como Ignacio de Loyola o Bernardo de Claraval, como fundadores; Martin Luther King; Teresa de Calcuta y “la noche oscura”, similar a la de san Juan de la Cruz; o Simone Weill, que “han ayudado a mirar la política y el mundo de otro modo”.
“No es lo mismo que haya habido unos místicos u otros”, reseñó, defendiendo la experiencia de Dios como éxtasis, que “no es un fenómeno dedicado sólo a unos pocos, santos o neuróticos. Es salir de sí, encontrar al radicalmente Otro, al Dios viviente. Solo el encuentro con el Otro es capaz de destruir la tendencia a la violencia y la esclavitud”.
¿Qué es la política? “Es lo que nos permite dialogar juntos sobre lo justo y lo injusto. No iluminados, sino hablándolo. Eso es la comunidad política: todos los ciudadanos, conjuntamente”, trazó Cortina, quien negó que la política deba estar en manos de ‘místicos’. Por eso, “los ciudadanos y ciudadanas deberíamos tener algo de místicos, mucho más que el Gobierno o la oposición”.
Hay que bregar, “en la política y en la comunidad religiosa, por un contenido igualitario, exige eliminar la pobreza y corregir las desigualdades“, señaló la creadora del término ‘Aporofobia’. “¿Nos molestan los extranjeros, o los extranjeros pobres?”. “Nos molestan los que vienen del otro lado, pero porque son pobres. Los otros extranjeros, los ricos, no nos molestan, al contrario”. Frente a eso, una verdad radical, un derecho global: “Salir de la pobreza es un derecho“.
Adela Cortina flanqueada por Juan José Tamayo y Federico Pastor
La presentación del congreso corrió a cargo de Juan José Tamayo, quien quiso recordar a los grandes teólogos místicos de nuestro tiempo, desde Gustavo Gutiérrez a Johan Baptist Metz, pasando por Casaldáliga, Kung, Dorothe Sölle o Leonardo Boff. “todos ellos ellas han hecho realidad la afirmación de Karl Rahner que dice que el piadoso de mañana, bien será místico, o no será nada”.
“¿Tiene sentido seguir haciendo teología en un mundo de miseria y opresión?” se preguntó el teólogo, citando a Gustavo Gutiérrez. “¿Tiene sentido dedicar un congreso de teología a “Mística y liberación” en tiempos de secularización, de crisis de Dios y de fundamentalismos? ¿Se trata de una búsqueda de una “nueva espiritualidad” o, más bien, de una especie de “tapa-agujeros” en una época post-religiosa?”, asumió Tamayo.
La pregunta se torna más urgente y radical todavía tras las dramáticas imágenes que vemos a diario en televisión de personas migrantes, refugiadas y desplazadas que quieren llegan a nuestras costas o saltar las vallas con concertinas y mueren en el intento por la insolidaridad de la Europa llamada “cristiana”.
Para Tamayo, “el cristianismo ha sido históricamente una religión más sensible al pecado que al dolor de las víctimas”, pero abogó por luchar, desde la fe, contra esa “cultura del descarte de la que tanto habla el Papa Francisco”. Una religión, el cristianismo, “mística no sólo como experiencia espiritual, sino como experiencia política”.
“Es, por tanto, un Congreso abierto a las personas y colectivos interesados en la propuesta de un nuevo paradigma religioso que puede aportar horizontes liberadores a nuestra sociedad”, concluyó el secretario de la ‘Juan XXIII’.
El programa del Congreso, aquí:
Fuente Religión Digital
Comentarios recientes