Uruguay da asilo a un refugiado gay ruso por ser “permanentemente discriminado y acosado”
La Secretaría Permanente de la Comisión de Refugiados no se manifestó en relación al asunto debido a las normativas internacionales de privacidad que rigen en esta materia y cuyo objetivo es evitar represalias hacia la persona refugiada.
Uruguay concedió asilo territorial a un ciudadano homosexual ruso de 35 años que consideraba que era “permanentemente discriminado y acosado” en su país debido a su orientación sexual, según informó hoy la Asociación de Familias LGBT y Homoparentales del país suramericano.
“Huí de mi país debido a la condena social a la homosexualidad. Por otra parte, yo no tenía posibilidades de vivir sin miedo con mi pareja en Rusia”, aseguró el refugiado en declaraciones a la citada asociación.
El ciudadano ruso, del cual no ha trascendido su identidad para preservar su intimidad, “posee documentación uruguaya, está estudiando y trabaja en una empresa privada” en el país, asegura la institución en un comunicado.
“Desde que nací, para la sociedad rusa yo cumplo con el estereotipo que ellos tienen de los gais. Las estructuras del Estado me reconocieron como tal y desde ese momento sufrí discriminación y acoso“, manifestó el asilado, que estará amparado por las leyes uruguayas mientras viva en el país.
El comunicado de la Asociación de Familias LGBT y Homoparentales destaca que el ciudadano ruso se mostró satisfecho y agradecido “por el status que le otorgó el Gobierno uruguayo” y señaló que se “siente libre”. “En Rusia se habla mucho de la homosexualidad, pero siempre de forma negativa. Socialmente se condena que dos personas del mismo sexo que formen una pareja vivan juntas”, declaró el refugiado. “En mi país se acostumbra a decir que en nuestro territorio no se persigue a los homosexuales, pero que en Rusia jamás habrá matrimonio igualitario. La persecución sí existe y se nota en todas las capas sociales, a pesar de que el Estado ruso internacionalmente niega el problema”, añadió.
En 2013, Rusia prohibió la propaganda de la homosexualidad entre los menores de edad, una iniciativa que las minorías sexuales consideran una flagrante violación de su libertad de expresión y que alude a la difusión de “las relaciones sexuales no tradicionales”.
La norma estipula multas para los particulares que la infrinjan de entre 50 y 70 euros y hasta 700 euros para los cargos públicos. De igual forma, las personas jurídicas que quebrantes la ley mencionada deberán pagar 14.000 euros.
Sobre ello, el ciudadano asilado en Uruguay señaló que después de la aprobación de esa ley no podía vivir normalmente con su pareja y que por ello decidió irse de su país, según el comunicado de la organización.
Este no es el primer caso en que un país de la región otorga asilo, ya que en 2014 una pareja de mujeres rusas contrajo matrimonio en Buenos Aires y pidió el estatus por discriminación en su país.
Por otro lado, el pasado febrero, la Cámara de diputados del país euroasiático rechazó un proyecto de ley presentado por comunistas que proponía multar económicamente con entre 50 y 60 dólares a aquellos que expresasen públicamente su homosexualidad.
El proyecto recibió el apoyo de 101 parlamentarios, muy lejos de los 226 escaños necesarios para su aprobación.
Rusia, donde la homosexualidad se castigaba con la cárcel hasta 1993, ha reprimido cualquier intento de celebrar el Orgullo y prohíbe la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga
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