Un juez federal frena las protecciones de Obama a las personas trans
Un juez de Texas ha puesto en pausa la protección contra la discriminación en los servicios médicos de las personas trans (y otros colectivos) porque los cristianos fundamentalistas dicen que les van a obligar a realizar reasignaciones y abortos como si no hubiera un mañana.
El otro día te explicábamos que un grupo católico había presentado una demanda contra la administración Obama por haber aprobado una ley que protegía a varios colectivos frente a la discriminación que podían encontrar a la hora de someterse a un tratamiento médico. La ley, evidentemente, no obliga a nadie a realizar un aborto o una reasignación de sexo; pero sí obliga al que ya los hace a no negarse a hacerlo por motivos de sexo, identidad de género, raza o cualquier cosa por la que se puede discriminar a alguien.
Los cristianos fundamentalistas, evidentemente, no lo entienden así y dicen que Obama va a obligar a los pobres médicos religiosos a hacer abortos y hacer vaginoplastias…
Pues resulta que había otra demanda, presentada por los estados de Texas, Wisconsin, Kentucky, Nebraska y Kansas, la Asociación Cristiana de Médicos y Dentistas y la Alianza Franciscana (todos bajo el amparo del grupo de presión Becket Fund), que buscaba exactamente lo mismo y un juez federal de Texas la ha admitido a trámite y ha ordenado que la norma de Obama para garantizar el derecho a no ser discriminado se ponga en pausa.
Según el juez Reed O’Connor, de Texas, la norma de Obama puede “forzar a los demandantes a violar sus creencias religiosas o a mantener políticas que parecen entrar en conflicto directo con la norma, arriesgándose a severas consecuencias.” Dice el juez O’Connor que esa medida “parece violar” el Acta de Protección de la Libertad Religiosa, y que “presiona a los demandantes a realizar reasignaciones o abortos.”
Da igual cuántas veces digas que esa norma no les iba a obligar a nada salvo a no discriminar a los pacientes y ofrecer un servicio a unos sí a otros no; ellos están empeñados en que el gobierno quiere reemplazar el “mejor juicio clínico de un doctor por agendas e interferencias burocráticas“, han dicho desde el Becket Fund. Y claro… demandar al gobierno para que te deje discriminar no es una interferencia burocrática. ¡Qué va!
Desde la Casa Blanca una portavoz ha dicho que esta decisión es un paso atrás, pero que con suerte será algo temporal dado que “todos los americanos, independientemente de su sexo, identidad de género u orientación sexual, deben tener acceso a tratamientos médicos asequibles y de calidad libres de discriminación“.
El mismo juez, por cierto, ya bloqueó hace cuatro meses la norma que obliga a los colegios públicos a permitir que los estudiantes transgénero utilicen el baño correspondiente a su identidad de género.
Pues la cosa puede ser aún peor. Porque todo este tema de las protecciones contra la discriminación se acabará resolviendo, como siempre se resuelven estas cosas en EE.UU., en el Tribunal Supremo. Y dentro de unos días Estados Unidos tendrá un nuevo presidente, Donald Trump, que además de tener un gabinete formado única y exclusivamente por personas que en algún momento han mostrado su LGTBfobia, ha dicho por activa y por pasiva que quiere poner en el Supremo a jueces que revoquen todas las leyes que protegen e igualan al colectivo.
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