El flaco favor que hacen los estereotipos positivos a los hombres gais
Los hombres homosexuales son frecuentemente identificados en los medios de comunicación como ”listos y con estilo’‘, una representación reduccionista de la diversa naturaleza del colectivo que fomenta una baja autoestima en los hombres que no responden a estos patrones estereotipados de imagen y conducta
En no pocas ocasiones hemos tratado la irreal imagen que se difunde de las mujeres en los medios de comunicación de masas. Un inalcanzable ideal que, interseccionado con la desventaja social que fomenta el machismo, produce distorsiones en su equilibrio emocional y autoconcepto.
Esta práctica reduccionista también afecta a los hombres homosexuales, que en la gran mayoría de ocasiones son presentados en reportajes, películas y series como gente de indudable elocuencia, gusto en el vestir y gran accesibilidad emocional.
¿Pero de qué manera puede hacer daño la identificación del colectivo con atributos considerados positivos? Este es el objeto de estudio de la tesis de la investigadora Ashley Brooks de la Anglia Ruskin University de Cambridge -Reino Unido- en el que se encuestará a 1.000 hombres británicos heterosexuales mayores de 18 años.
La psicóloga que lidera el estudio quiere acotar los límites de lo que llama el ”homoprejuicio ambivalente” y que no es otra cosa que la presión que sienten algunos hombres homosexuales por estar a la altura de un estereotipo atribuido a su colectivo.
Según su proyecto de tesis, esto es debido a que los estereotipos aparentemente positivos son potencialmente perjudiciales al definir de manera unidimensional a los hombres homosexuales, algo que interpone obstáculos sociales a la hora de mostrar la verdadera personalidad.
De la misma manera, la doctoranda Brooks defiende que la adopción de estos convencionalismos tendenciosos pueden coexistir con los prejuicios negativos asociados a la visibilidad -que responden a pensamientos del estilo ”esos gais hablan demasiados de sus derechos y exhiben demasiado sus sexualidad”-.
Esta representación sesgada de la diversa naturaleza del colectivo de hombres gais provoca en un gran número de ellos falta de autoestima y depresión al pensar que nunca serán valorados socialmente por sus ”atributos y cualidades homosexuales”.
Entre los ejemplos de la ficción que se nombran en el proyecto se encuentra el papel de Rupert Everett en ‘La Boda de mi mejor amigo’ o el personaje de Stanford Blatch de ‘Sexo en Nueva York’, así como otros personajes televisivos del elenco de ‘Will & Grace’ o el personaje de Marc St. James en la adaptación norteamericana de ‘Ugly Betty’.
En palabras de Ashley Brooks:
Estamos acostumbrados a ver cómo se representa ”al mejor amigo gay” en los medios de comunicación, y esto es algo que frecuentemente se reproduce en las interacciones reales entre homo y heterosexuales. Debido a su identificación con valores positivos, su representación goza de una aceptación generalizada, permaneciendo sin respuesta a pesar de su potencial peligro a largo plazo. […] Este fenómeno puede ser especialmente perjudicial para jóvenes y adolescentes, que pueden estar menos seguros de su identidad y pensar que han de vivir según el estereotipo que se les atribuye “.
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