Putin estrena su ofensiva contra el “extremismo” LGTBI con la detención de dos trabajadores de un bar de drags
Se trata del primer caso penal con este cargo desde que el movimiento LGTBI fuera declarado extremista en el país el pasado noviembre
La Justicia rusa ha dictado prisión preventiva para dos personas que trabajan en un bar para homosexuales –encargadas de la dirección artística y la administración– tras acusarlas de extremismo, el primer caso penal con este cargo desde que el movimiento LGTBI fuera declarado extremista en este país.
Según el portal EAN News, la vista judicial en un tribunal de la ciudad de Oremburgo se llevó a cabo este miércoles a puertas cerradas y los periodistas pudieron acceder a la sala solo durante la lectura del fallo. Podrían enfrentarse a hasta 10 años de prisión si son declarados culpables, según apuntan varias informaciones.
“El tribunal adoptó una medida preventiva para el director artístico y el gerente del bar Pose”, dice el tribunal en un comunicado, en el que detalla que permanecerán bajo custodia hasta el 18 de mayo. Según informa el Moscow Times, el director de arte está acusado de seleccionar artistas drag para sus actuaciones y el gerente del bar de grabar dichas actuaciones. Los medios rusos identifican a los detenidos como un hombre y una mujer, Alexander Klimov y Diana Kamilyanova.
The manager Diana Kamilyanova & art manager Alexander Klimov of gay bar Pose were arrested & sent to pre-trial detention today for “organising an LGBT movement cell”. They might get up to ten years imprisonment under the law on extremist organisations pic.twitter.com/6BYdSoMeO8
— OVD-Info English (@ovdinfo_en) March 20, 2024
Este mes, la policía efectuó una redada en un bar, donde se celebraban espectáculos drag. Más tarde el Ministerio del Interior informó de haber “frustrado la actividad de un club nocturno, donde se reunían representantes de un movimiento prohibido en Rusia”. Las autoridades afirman que en el establecimiento “se hacía propaganda del movimiento LGTB, prohibido en Rusia”.
Durante la redada, la policía y miembros de un grupo nacionalista local, que habían informado sobre el club, obligaron a los clientes e invitados a tumbarse boca abajo en el suelo y a las drag queens que actuaban las mantuvieron semidesnudas mientras les confiscaban sus trajes y pelucas, explica Amnistía Internacional.
Ofensiva anti-LGTBI
El Tribunal Supremo de Rusia ilegalizó en noviembre de 2023 al “movimiento LGTBI internacional”, que describe de manera vaga, al considerarlo una “organización extremista” a petición del Ministerio de Justicia. La medida prohíbe la propaganda, la publicidad, el generar interés y animar a integrar las filas del movimiento LGTB, recoge la Agencia EFE. Según denuncia Amnistía Internacional, las redadas policiales en establecimientos de ambiente LGBTI, incluidos bares, clubes y saunas, han aumentado en Rusia después de esta sentencia.
“Lo que las personas LGBTI y los activistas de derechos humanos temían desde finales del año pasado se ha hecho realidad. Las fuerzas del orden rusas, envalentonadas por la vergonzosa sentencia del Tribunal Supremo que declaró ‘extremista’ a un inexistente ‘movimiento internacional LGTBI’, han abierto su primer caso de ‘extremismo’ relacionado con lo LGBTI”, denuncia Natalia Zviagina, directora de Amnistía Internacional Rusia.
“La comunidad internacional debe pedir a las autoridades rusas que revisen la homófoba sentencia del Tribunal Supremo y pongan fin de inmediato a la persecución de las personas LGTBI. Es imperativo garantizar que todos los derechos humanos sean disfrutados por todos sin excepción”, dice.
En noviembre de 2022, la Duma (cámara de diputados) aprobó una ley que prohibía totalmente lo que denomina la propaganda LGTB y el cambio de sexo. Además, en junio prohibió las operaciones quirúrgicas de cambio de sexo, lo que provocó una gran alarma entre la comunidad trans.
Como telón de fondo, el Kremlin ha intensificado aún más la retórica ultraconservadora desde que lanzó su invasión de Ucrania, presentando el conflicto como una batalla contra Occidente y sus valores liberales.
Las autoridades rusas alegan que no hay discriminación ni persecución de la comunidad homosexual en el país y que la prohibición de las manifestaciones públicas de dicho colectivo responde a los valores morales de Rusia.
La situación legal del colectivo LGTBI en Rusia
Con el inestimable apoyo de la Iglesia ortodoxa, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó por primera vez una ley que prohíbe la llamada “propaganda gay” en Rusia en junio de 2013: la llamada ley contra la «propaganda homosexual ante menores». La ley buscaba aparentemente “proteger a los niños” de cualquier “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, como se establece en el texto de la ley. La nueva ley extiende las restricciones no solo a los niños sino también a los rusos de todas las edades. Desde entonces, la legislación rusa ha seguido empeorando respecto a la situación de las personas LGTBI. La ley se ha utilizado principalmente para silenciar a organizaciones activistas, eventos, sitios web y medios de comunicaciónLGBTQ+, así como para separar familias y acosar a maestros. También ha sido rotundamente condenado por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, los grupos de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, así como activistas de derechos civiles en todo el mundo.
El objetivo siempre ha sido invisibilizar la lucha por los derechos LGTBI y la mera existencia del colectivo. Cualquier información positiva sobre las orientaciones sexuales “no tradicionales” o de las distintas identidades de género quedaron marcadas como ilegales, se reprimieron y se castigaron con fuertes multas económicas. La marcha del Orgullo quedó prohibida, las banderas arcoíris o trans fueron vedadas en público y sus portadores fueron detenidos, sancionados e incluso temporalmente encarcelados.
Los observadores de derechos humanos dicen que la ley, que también prohíbe que las personas compartan “ideas distorsionadas sobre el valor social igual de las relaciones sexuales tradicionales y no tradicionales”, se ha utilizado para reprimir la libertad de expresión de las personas LGBT +, y alimentó un aumento en retórica homofóbica en el país.
En 2017, Putin afirmó que es su “deber” evitar que las personas homosexuales se casen para que las personas normales tengan más bebés. En ese mismo 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que la ley es discriminatoria. Los jueces escribieron: “Al adoptar tales leyes, las autoridades reforzaron el estigma y los prejuicios y alentaron la homofobia, que era incompatible con los valores de una sociedad democrática”.
El mismo tribunal también determinó que Rusia estaba violando los derechos humanos de las personas LGBT + por la prohibición de los eventos de Orgullo en 2018 y por las acciones para bloquear el registro de grupos LGBT + en 2019.
En 2018, un informe de la Human Rights Watch confirmaba que la ley contra la “propaganda gay” de Rusia es un peligro.
Pero todo empeoró en diciembre de 2022, cuando Putin firmó una ley que amplía la prohibición del país de la “propaganda” LGBTQ+. La ley recién firmada prohíbe efectivamente cualquier expresión pública de la vida LGBTQ+ en Rusia al prohibir “cualquier acción o difusión de cualquier información que se considere un intento de promover la homosexualidad en público, en línea o en películas, libros o publicidad”, informó Reuters.
La ley fue aprobada por unanimidad en las dos cámaras del Parlamento ruso. Se eliminaba el requisito de que la “propaganda” fuera realizada ante menores y, de ese modo, se prohibió cualquier manifestación, información o creación que mostrase “relaciones no tradicionales” de manera no derogatoria, así como la información sobre las identidades de género a menores. Cualquier libro, película, espectáculo, canción, obra de arte, muestra de afecto, afirmación de la propia orientación sexual ante testigos, información positiva de la homosexualidad, bisexualidad o condición trans fueron castigados con fuertes sanciones. De hecho, la reforma de la ley supuso la total invisibilización y el enmudecimiento social de las personas LGTBI, a quienes desde medios o instituciones gubernamentales se consideraron “agentes extranjeros” o traidores a la patria, en una situación de guerra tras la brutal invasión de Ucrania.
El siguiente ataque a los derechos LGTBI fue dirigido específicamente y con absoluta crueldad contra el colectivo más vulnerable: las personas trans. El 31 de mayo de 2023, fue presentado un proyecto de ley en la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso) en el que se establecía la prohibición de cualquier tratamiento médico, tanto farmacológico como quirúrgico, para la reasignación de género. El proyecto de ley fue aprobado en la cámara el 19 de julio, tras las tres lecturas pertinentes, por unanimidad de los representantes, dejando patente una vez más que el supuesto pluripartidismo del régimen autocrático ruso es una mera pantomima. Ese mismo día, se sometió a votación en el Consejo de la Federación (la cámara alta del Parlamento). Se habían introducido varias enmiendas al texto inicial, que incluían la anulación de los matrimonios en los que uno de los cónyuges hubiera cambiado su sexo registral, así como la prohibición de que estas personas pudieran adoptar o acoger a niños. Tan solo unos días después, el 24 de julio, la ley era promulgada por el presidente Vladimir Putin. Desde esa fecha, las personas trans rusas dejaban de existir legalmente.
Finalmente, el 30 de noviembre de 2023, en una sesión a puerta cerrada, el Tribunal Supremo ruso falló a favor de la demanda del Ministerio de Justicia que acusaba al “movimiento LGTBI” de incitar a la discordia social y religiosa. La sentencia del alto tribunal calificaba al “movimiento LGTBI internacional” como “organización extremista”, poniendo en peligro cualquier forma de activismo o visibilidad de las personas LGTBI rusas. La legislación penal rusa castiga con hasta 12 años de cárcel el hecho de participar en una organización declarada como extremista, así como su financiación. Cualquier persona que exhiba símbolos de tales grupos se enfrenta a hasta 15 días de detención en la primera ocasión y hasta cuatro años de prisión si es reincidente. Existe una «lista de extremistas» en la que las autoridades incluyen a las personas sospechosas de estar implicadas en ese tipo de organización. Sus cuentas bancarias pueden ser congeladas y se les prohíbe presentarse a cargos públicos.
Como el supuesto “movimiento LGTBI internacional” no existe en realidad como organización, las corruptas autoridades judiciales podrán procesar arbitrariamente a cualquier persona por cualquier actividad relacionada con los derechos LGTBI. Si la ley contra la “propaganda homosexual” establecía fuertes sanciones administrativas a la visibilidad LGTBI, la sentencia del Tribunal Supremo la convirtió en un delito grave penado con dureza.
En esta coyuntura, no podemos olvidar el papel fundamental que está ejerciendo la Iglesia Ortodoxa Rusa. Y ponemos dos ejemplos:
Recientemente, el patriarca Kirill llamaba a Rusia a luchar contra Occidente, al que calificaba como el “Anticristo”: la ideología de género, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo y la “propaganda a favor del cambio de sexo”,
El patriarca Moscú, Kirill I, ha llamado a Rusia a luchar contra el “mal” de Occidente. “Es muy importante que nuestro país sea capaz de liderar la resistencia contra -diré ahora una palabra increíble- el Anticristo“, afirmó el líder de la Iglesia ortodoxa rusa en la cámara alta del Parlamento, el Consejo de la Federación. Hay que defenderse de la llegada del “mal”, aseveró quien se ha convertido en uno de los principales aliados del presidente Vladimir Putin.
Según Kirill, las élites de los países occidentales se basan en valores anticristianos y están embarcados en lo que considera un proceso para disolver la herencia cristiana. “Hoy en día, las élites occidentales están librando una guerra contra la institución de la familia tradicional, por supuesto con el pretexto del respeto a los derechos humanos y la libre elección”, afirmó el jerarca, criticando, como ya ha hecho en otras ocasiones, la ideología de género, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo y la “propaganda a favor del cambio de sexo”, según informa Katholisch.
“La casa europea, para decirlo con palabras del Evangelio, se parece cada vez más a un ataúd pintado, que se ve hermoso por fuera, pero por dentro está lleno de huesos de un hombre muerto y todo tipo de suciedad“, abundó en su descripción del declive de Occidente, en su opinión. El edificio impresiona por su lujo, “pero los cimientos son irremediablemente débiles y los muros de carga están al borde del colapso”.
En febrero de 2023 la Iglesia Ortodoxa Rusa rompía con las «iglesias» que aceptan el matrimonio o la bendición de parejas homosexuales. La Iglesia Ortodoxa Rusa ha cortado los lazos con las iglesias occidentales que han aprobado el matrimonio o la bendición de parejas homosexuales. Entre ellas figura la Iglesia de Inglaterra, de donde nació la comunión anglicana. comunidades de las iglesias luteranas de Suecia, Noruega y la Iglesia Episcopal de EE.UU., de base anglicana.
General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Ortodoxa, Iglesias Reformadas (Calvinistas)
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