Cientos de fieles protestan contra la pretensión de Munilla de convertir la diócesis “en un negocio hotelero”
Denuncian la venta orquestada de edificios diocesanos para el turismo, y no para los pobres
Lamentan la “actuación autoritaria” del prelado, que deja “gravemente herida la comunión diocesana”
J. Bastante/Agencias).- Mientras el Papa predica una Iglesia pobre y para los pobres, algunos prelados, también en nuestro país, compran y venden inmuebles de la diócesis para destinarlos a complejos turísticos u hoteleros, mientras miles de personas no tienen una cama donde dormir, o un lugar en el que ser acogidos. Esta es la denuncia que un colectivo de fieles de la diócesis de San Sebastián hace de la actuación de José Ignacio Munilla.
Unas trescientas personas se han concentrado este mediodía frente a la catedral del Buen Pastor -que había cerrado cuidadosamente sus puertas- bajo el lema “No de espaldas de la diócesis”-, para denunciar la “actuación autoritaria del Obispado“ y la decisión de “embarcarse en el negocio hotelero” al transformar dos edificios de su propiedad en apartahoteles con “una ausencia total de criterio evangélico”.
Al término de la concentración, el colectivo ha leído un manifiesto (que pueden leer al final de esta información) en el que lamentan “el rumbo descaminado que está tomando la dirección del obispado”.
Tras unos carteles en los que se podía leer “Por una iglesia al servicio de los pobres, no a una iglesia turística hotelera”, los convocantes han querido poner de manifiesto la actuación autoritaria del Obispado, que ha dejado hace mucho, dicen, sin eficacia real al Consejo Presbiteral Diocesano y al Consejo Pastoral Diocesano.
En concreto, critican el proyecto de transformar el edificio de la curia diocesana en 26 apartamentos con licencia de hotel y el propósito de hacer algo similar con el inmueble que actualmente sirve de residencia al obispo, José Ignacio Munilla, y a algunos sacerdotes jubilados.
Este colectivo alude también a un plan para derribar la parroquia de Todos los Santos, situada en el barrio de Intxaurrondo, y construir una residencia, “privada, no pública”, para mayores. Al mismo tiempo, también está previsto algo similar con el edificio de la calle Urdaneta 10, actual residencia del Obispo y de algunos sacerdotes jubilados.
“Todo esto está sucediendo en una diócesis donde todas las noches duermen a la intemperie casi 150 personas y a donde están llegando continuamente migrantes devueltos por Francia por la frontera de Irún”, lamentaron los convocantes, que sostienen cómo, mientras “en otras diócesis comienzan a promover ‘pisos sociales’ para los sin techo escuchando las repetidas llamadas del papa Francisco, nuestra diócesis se embarca en el negocio hotelero aprovechando el boom turístico de la ciudad de San Sebastián”.
Señor, danos la gracia de la austeridad y la templanza… pic.twitter.com/npuU7RpjvO
— Jose Ignacio Munilla (@ObispoMunilla) 14 de diciembre de 2018
Manifiesto:
“Los que nos reunimos hoy aquí, ante la Catedral de nuestra diócesis, no lo hacemos para enfrentarnos a nadie. Solo nos mueve la preocupación por el futuro de esta diócesis que en pocos años se va deshaciendo sin que esté en nuestras manos el poder evitarlo. No somos muchos. Sabemos que nuestro gesto es sencillo e insuficiente, pero queremos poner voz a todos los que en nuestras comunidades cristianas sufren desconcertados al experimentar cada vez más el deterioro de nuestra Iglesia de Gipuzkoa.
Entre nosotros la comunión diocesana está gravemente herida, y nadie sabe quién podrá sanarla. La actuación autoritaria del Obispado ha dejado hace mucho sin eficacia real al Consejo Presbiteral Diocesano y al Consejo Pastoral Diocesano como órganos indispensables para la reflexión y la consulta en temas decisivos para la diócesis. Por otra parte, la reestructuración de los arciprestazgos, introducida sin atender a la necesidades reales ni respetar la identidad de las zonas, lejos de aunar fuerzas y reavivar la acción pastoral, la está obstaculizando y entorpeciendo todavía más.
No solo es eso. Se han suprimido, sin explicación alguna, las Jornadas Pastorales anuales en las que participaban más de 300 agentes de pastoral. Ha desaparecido cualquier tipo de atención a las laicas y laicos a quienes se les habían confiado responsabilidades laicales en las zonas. Ha desaparecido el Instituto de Teología y Pastoral sin que sepamos nadie por qué. En nuestra diócesis ya no es posible orientar una verdadera acción pastoral inspirada en un modelo claro de Iglesia. Mientras tanto, se van introduciendo iniciativas extrañas, peregrinaciones, devociones piadosas… y siguen llegando de cualquier parte presbíteros y religiosas sin ninguna relación previa ni conocimiento o sintonía con la realidad y la vida de nuestra diócesis. Así seguimos caminando año tras año sin saber a dónde nos llevará todo esto.
Pero lo que nos hace salir hoy a la calle es un hecho que pone al descubierto el rumbo descaminado que está tomando la dirección del Obispado; la falta de respeto a los cristianos que, desde el origen de la diócesis en 1950, han contribuido a crear y sostener el patrimonio diocesano; y, sobre todo, la ausencia total de criterio evangélico. Todos hemos podido saber por los medios de comunicación que el Obispado transformará en apartotel el edificio que ha sido hasta ahora la sede de la curia diocesana desde la que se promovía la acción pastoral más importante de la diócesis, para crear 26 apartamentos con licencia de hotel. Al parecer, también está previsto algo similar con el edificio de la calle Urdaneta 10, actual residencia del Obispo y de algunos sacerdotes jubilados. Hemos podido saber también que la parroquia de Todos los Santos ubicada en Intxaurrondo (Donostia) será destruida para construir una Residencia para Mayores, no pública sino privada, para lo que el Obispado cuenta con un inversor: el edificio de la residencia tendrá 6 plantas y un parking de 4 pisos. De igual modo es motivo de preocupación la supresión arbitraria de algunas parroquias.
Todo esto está sucediendo en una diócesis donde todas las noches duermen a la intemperie casi 150 personas y a donde están llegando continuamente migrantes devueltos por Francia por la frontera de Irún. Cuando en otras diócesis comienzan a promover “pisos sociales” para “los sin techo” escuchando las repetidas llamadas del papa Francisco a las Iglesias locales, a las parroquias y monasterios de Europa a acoger a quienes vienen huyendo del hambre y de la guerra, nuestra diócesis se embarca en el negocio hotelero aprovechando el “boom” turístico de la ciudad de San Sebastián. Podemos pensar de manera diferente y promover estilos pastorales distintos, pero lo que no podemos es ir en contra del Evangelio de manera tan manifiesta. En nuestras comunidades los cristianos, mujeres y hombres, están hablando estos días de un escándalo de la Iglesia, difícil de entender.
Quienes estamos aquí no sabemos qué acogida tendrá este gesto. Ignoramos si alguien se está preocupando realmente de esta pequeña diócesis en Roma o en la Conferencia Episcopal Española. Si hemos venido hoy aquí, ante la Catedral de nuestra diócesis, es porque somos cada vez más los que vemos que entre nosotros se está jugando ya el futuro de la fe cristiana en nuestro pueblo. No queremos que nadie nos recuerde un día como espectadores pasivos que no supieron reaccionar en momentos tan críticos. Seguiremos trabajando por una Iglesia de Gipuzkoa más evangélica.
Ante la Catedral del Buen Pastor
15 de Diciembre de 2018
Colectivo “No a espaldas de la Diócesis – Elizbarrutiarekin batera” Taldea
El colectivo #NoaEspaldasdelaDiócesis reclama una Iglesia «en servicio de los pobres, no turístico hotelera» https://t.co/io4xYoJET2
— teledonosti (@teledonosti) 15 de diciembre de 2018
Fuente Religión Digital
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