“Proteger a la Comunidad de lecturas sexualmente explícitas”

Las bibliotecas públicas de Arlington, en el norte de Texas, se encuentran en el centro de un enfrentamiento interreligioso por la exhibición de libros LGBTQ+.

La literatura queer ha sido objeto de críticas en todo el país en los últimos años. La presión conservadora para separar a la comunidad LGBTQ+ de la juventud del país ha llevado a que títulos para jóvenes adultos como Being Jazz, de Jazz Jennings, y Genderqueer, de Maia Kobabe, sean objeto de protestas activas.

“Pedimos que no se permitan esas exhibiciones en nuestra biblioteca municipal. No están en consonancia con los valores familiares y religiosos de la mayoría de los padres de Arlington y, de hecho, están diseñados para influir en los niños en ese estilo de vida“, decía el mensaje.

“Para ser claros, no estamos interesados en crear un espectáculo público, ni en ponernos en contra de la comunidad LGBTQIA+… Nuestro objetivo en esta conversación solicitada es proteger a nuestra comunidad contra la literatura sexualmente explícita y sugerente que se exhibe abiertamente en nuestras bibliotecas públicas dirigida a los niños/adolescentes de esta ciudad.”

Por muy “desinteresados que estén en el espectáculo público“, este argumento contra la literatura queer llegó a ocupar ocho horas de tiempo en sólo dos reuniones de la junta directiva este otoño.

Uno de los autores de la carta, el pastor Gary Hutchison, de la Grace Community Church, acudió a la Junta Consultiva de la Biblioteca Pública de Arlington con advertencias de que estos libros conducen a un “camino de dolor”.

“Parte de ello se debe a que no se les acepta ni se les incluye en el amor y eso es horrible, pero otra parte se debe simplemente a que van por ese camino“, declaró, aparentemente ajeno a que personas como él son las que hacen más dolorosos los caminos de los jóvenes LGBTQ+.

Mientras tanto, la Inclusive Faith Coalition (Coalición de Fe Inclusiva) de la zona está luchando contra la retórica religiosa basada en el odio de los pastores.

La cantora Sheri Allen, miembro de la IFC y madre de un hijo trans, lleva mucho tiempo hablando de la necesidad de incluir a los jóvenes LGBTQ+. En un ensayo publicado en la publicación independiente judía Forward, la cantora rechazó la noción de la religión como base de la queerfobia.

“En este momento, la vida de mi hijo está siendo amenazada”, escribe. “Creo que la Torá afirma claramente que todos los seres humanos están hechos a imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto, la plena inclusión de los congregantes LGBTQ debe ser una prioridad no negociable en nuestros espacios sagrados”.

La fuente de Queer North Texas Dallas Voice informa que la Junta de la Biblioteca ha llegado a un compromiso para los dos grupos, en el que se permitiría la exhibición del Orgullo en las secciones de adolescentes y adultos, pero no en la sección de niños. Los libros LGBTQ+ también tienen un espacio dedicado en cada sección de rango de edad.

Al parecer, este compromiso cuenta con la oposición de voces fundamentalistas de la zona, que amenazan con hacer que el ayuntamiento rechace el compromiso propuesto.

La reverenda local Katie Hays escribió una apasionada carta al Ayuntamiento de Arlington, pidiendo que no se permita a esta ruidosa minoría de voces conservadoras dictar las acciones y creencias de la ciudad.

“Mi iglesia sigue a Jesús abrazando a las personas más marginadas, temidas y despreciadas entre nosotros, que en este momento cultural son las personas LGBTQ+ y sus familias”, escribe.

“Reciba la posición de compromiso alcanzada en la reunión del Consejo Asesor de la Biblioteca del mes pasado, y no pida a sus electores que sigan discutiendo sobre la dignidad humana básica de todos los hijos de Dios”.

Fuente Queerty

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En respuesta a las declaraciones transfóbicas de dos obispos, un popular teólogo franciscano ha pedido a la iglesia que escuche a las personas transgénero en lugar de utilizar abstracciones para deshumanizar a la comunidad trans.

P. Daniel Horan, OFM, colaborador habitual del  National Catholic Reporter, escribió en esa publicación sobre el enfoque de los obispos Michael Burbidge de Arlington y William Joensen de Des Moines hacia las cuestiones transgénero. Burbidge emitió políticas diocesanas anti-transgénero a principios de este año, mientras que Joensen atacó a las personas trans en una publicación en el sitio web diocesano.

Horan comenta en NCR:

“En ambos casos, estos obispos, cuyas intenciones creo que son sinceras, pero cuyos conocimientos, experiencia y competencia pastoral en esta área son dolorosamente deficientes, recurren al cansado hombre de paja de la ‘ideología de género’ como el capullo de todo lo que asusta o confunde. sobre las personas transgénero o aquellas que de otra manera no se ajustan al género “.

El franciscano agrega que la “ideología de género” es “conveniente para aquellos que buscan un fantasma ideológico o un espectro aterrador para atormentar a las congregaciones hacia una mayor transfobia”. El término, señala, “no tiene un significado universalmente acordado” y se usa de manera despectiva.

Horan desafía a los obispos sobre la vacuidad de sus afirmaciones:

“Burbidge y Joensen afirman que basan su transfobia en la ‘verdad’ de la enseñanza de la iglesia. . .lo que llama la atención sobre este supuesto recurso a la verdad es la absoluta ausencia de hechos o pruebas invocadas para sustentar sus preocupaciones sobre las experiencias e identidades de los seres humanos reales en el mundo ”.

Horan explica:

“La forma en que estos obispos hablan de la verdad es con un abstraccionismo platónico que no se molesta en tomar en consideración la multiplicidad de experiencias de personas reales que viven en el mundo. Lamentablemente, hemos visto esta desconexión entre el deseo de algunos líderes de la iglesia por la verdad y la verdad que en realidad se basa de hecho en el curso de la historia de la iglesia “.

Horan cita la historia de la iglesia de antisemitismo, misoginia y complicidad con la esclavitud como ejemplos de la deshumanización que puede resultar cuando los líderes de la iglesia usan abstracciones para evitar preguntas sobre cómo proteger la dignidad humana de las personas reales.

¿Son las personas transgénero un problema? No, dice Horan, escribiendo “el problema real son los líderes de la iglesia que ejercen una especie de arrogancia intelectual y epistemológica que los lleva a concluir que su experiencia de estar en el mundo es una medida auténtica de la experiencia de todos de estar en el mundo”.

Horan concluye con un llamado a la humildad intelectual y la apertura a la guía del Espíritu Santo. Escribe que Cristo nos pide que comencemos con “algo tan simple como dirigirnos a otros seres humanos con un respeto básico”. Esto comienza con el mandamiento de “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”.

Para responder adecuadamente a las necesidades humanas reales de nuestros hermanos transgénero en Cristo, debemos prestar atención a la evidencia de su propia experiencia, más que a nuestras abstracciones. Aferrarnos con demasiada firmeza a las concepciones abstractas del mundo puede hacer que ignoremos a las personas que están frente a nosotros. El amor de Cristo exige humildad y atención a las necesidades reales de las personas transgénero para que podamos amarlas en la forma en que necesitan ser amadas.

—Madeline Foley, New Ways Ministry, 30 de septiembre de 2021

Fuente New Ways Ministry,

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica Arlington, Daniel Horan, Des Moines, Homofobia/Transfobia, Michael Burbidge, Obispos, OFM, William Joensen