Argentina: Brutal ataque homofóbico en la estación de Quilmes
Una pareja de jóvenes que caminaba de la mano cerca de la estación de trenes de Quilmes fue víctima de un ataque homofóbico, cuando dos varones que, previamente los habían insultado, comenzaron a golpearlos en plena calle, sin que nadie interviniera aunque eran cerca de las 7 de la mañana. Luego de recibir y tratar de detener el ataque y ya ensangrentados por los golpes, Matías Villalba y Ariel Croce (foto), de 26 y 25 años respectivamente, pidieron ayuda en la estación, pero el guardia de seguridad los echó por causar “disturbios”.
El pasado sábado 24 de marzo cerca de las 7 de la madrugada, Matías Villalba y Ariel Croce caminaban de la mano hacia la estación de Quilmes volviendo de la Fiesta Relax, un espacio diverso que se celebra todos los meses. Mientras caminaban, dos hombres comenzaron a seguirlos insultándolos y arrojándoles cerveza en la espalda.
La contestación de Matías, cansado de las agresiones, con un insulto para que dejaran de molestarlos, fue suficiente para que los homofóbicos comenzaran una golpiza contra ambos. Uno de ellos golpeó a Matías en la nuca y luego propició varios golpes en el rostro que le ocasionaron un derrame en un ojo. El otro pateó a Ariel, dejándolo tirado en el suelo. “Todo esto ante la mirada de varios testigos que decidieron no ayudarlos”, señaló en su relato Joey Jansat, amiga de los chicos.
En medio del ataque, Croce cayó al piso por los golpes. “Me preocupé, porque si había una patada más, si de un golpe quedaba inconsciente, no sabíamos cómo podía terminar todo. Lo pude agarrar a Ariel, cruzamos corriendo la plaza, y fuimos a la estación para pedir ayuda”, añadió el joven. Mientras ellos corrían hacia allí, los hombres que los habían atacado se esfumaron.
Villalba esperó en la plaza, “adolorido, con un ojo hinchado”, y Croce ingresó en la estación para pedir ayuda. “La chica que estaba atendiendo en la boletería, cargando la Sube, lo trató mal. Lo vio con la cara ensangrentada y lo hizo esperar, después llamó a un interno y apareció un guardia de seguridad, que cuando ve a mi novio le pide que se retire, porque estaba ocasionando disturbios”. Desde la misma plaza, un rato después, llamaron al 911. “Llamamos varias veces, porque queríamos que quedara registrado que estábamos allí, porque los de la estación nos habían dejado en la intemperie, con los agresores por ahí, no sabíamos si no iban a volver. Estábamos lastimados, no con algo de tanta gravedad como para recibir asistencia médica pero sí necesitábamos sentirnos cuidados”, recordó Villalba. El patrullero llegó hora y media después. “Y no nos dio ninguna solución”.
Finalmente fueron socorridos por sus familiares y lograron volver a sus casas y tratar las heridas. “Mis amigos fueron victimas de discriminación, odio, hostilidad, abandono, desinterés, falta de solidaridad y falta de compromiso de los testigos de esta situación”, cuenta Joey.
“Los policías no nos dieron ninguna solución, nos preguntaron si necesitábamos asistencia médica, dijimos que no. Después dijeron que iban a ir a hablar con la gente de la estación de tren, pero se retiraron. Y nos dejaron ahí. Yo sólo atiné a llamar a mi viejo, que vive en Bernal. Nos vino a buscar, a socorrer. Necesitábamos sentirnos cuidados”, detalló Villalba en diálogo con Página 12.
“Nunca habíamos padecido un ataque físico. Creo que lamentablemente el homosexual acá, en Argentina, está acostumbrado a lo que es el insulto verbal, el ‘eh, puto, qué onda’, pero nunca pensás que puede llegar a la violencia física. Y cuando estás de ese lado no entendés nada, no entendés por qué pasa, por qué estás en ese momento. No entendés nada. Yo solamente estaba pasando por el lugar equivocado en el momento equivocado, con las personas equivocadas alrededor”, dijo Villalba. Tanto él como Croce, señaló, confían en que las actuaciones judiciales que comiencen una vez que radiquen formalmente la denuncia, el martes, próximo día hábil, tengan “un efecto concreto” y se pueda hallar a los dos agresores que los golpearon el 24 de marzo en la mañana. “Sabemos que en el lugar donde nos atacaron hay cámaras de seguridad, la fiscalía puede pedir el material y revisarlo”, añadió.
Este contexto en el que se repiten los ataques homofóbicos se ve agravado ante un Estado en retroceso en materia de derechos humanos y de políticas públicas inclusivas hacia la diversidad sexual. Sin ir más lejos, este lunes la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación publicó una peligrosa campaña: “la heterosexualidad es parte de la diversidad sexual”. Hay que decirlo y reivindicarlo: lo hétero no es diverso. Si bien las voces oficiales salieron a aclarar que se trata de una malinterpretación del mensaje, es necesario que los goberantes escuchen, interpreten e instrumenten de una vez por todas lo que que en las calles se ve, se escucha y se vive: las violencias siguen cayendo sobre las minorías: las mujeres y el colectivo LGBT+.
Fuente: CPB Noticias, Página 12, vía SentidoG
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