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El oficio de cuidar: Un grupo de personas trans se prepara para los cuidados en la vejez

Miércoles, 18 de mayo de 2022
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DSC_4535-1200x600Foto: Ariel Gutraich.

Alrededor de 30 personas trans se capacitan para aprender el cuidado de mayores.

BUENOS AIRES, Argentina. Un curso de cuidadorxs de personas mayores busca brindar más posibilidades de inserción laboral al colectivo travesti trans y resignificar este tramo de la vida. Se trata de una formación dictada por la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (Dinapam), la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), Cruz Roja y la Asociación de Fomento Federico Lacroze, en articulación con el Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis. ¿Su objetivo? Repensar las vejeces desde la diversidad sexual y funcionar como puente para el acceso a un empleo formal.

Desde el 14 de febrero de este año, un grupo de 30 personas, de las cuales el 80 por ciento pertenece al colectivo travesti trans, van a cursar tres veces por semana, cinco horas cada vez.

Lo hacen en un espacio brindado por la Asociación Federico Lacroze del barrio porteño de Chacarita y se espera que culminen sus estudios a mediados o fines de mayo.

“Del curso tengo como expectativa aprender, conocer y lograr una salida laboral a futuro totalmente plena. Este trabajo tiene que hacerse con dedicación. Espero que salga algo bonito, ya sea una salida laboral o recibirme y conocer a les viejes en más profundidad: sus cuidados, tratos y derechos”, dice Luciana Micaela Méndez, una mujer trans de 33 años, oriunda de la localidad bonaerense de Ciudadela, que asiste a la formación.

Repensar los cuidados

Desde la Mocha Celis resaltan que este curso trabaja en dos líneas necesarias. Por un lado, la cuestión laboral y, por otra, pensar a las vejeces desde una mirada con perspectiva de género y de diversidad.

“Ellas terminan y se les entrega un certificado oficial, además de quedar anotadas en el Registro Nacional de Cuidadores. Implica, entonces, un acceso real a un trabajo formal y pensarse como profesionales con saberes específicos”, explica, por su parte, Agustina Ayub, integrante del equipo de Acceso a Derechos del bachillerato y coordinadora del curso de cuidados para personas mayores.

Agustina trabaja en equipo con Andrea García, que es trabajadora social. Sobre pensar la vejez, suma a las palabras de su colega que se trata de una temática “súper importante” y con poca visibilidad.

“Lo que pasaba antes es que la expectativa de vida del colectivo travesti trans era de 35 años. Ahora se empezó a extender y con eso empiezan a aparecer el pensar cómo van a ser cuidades. Nunca había estado esa posibilidad porque con una expectativa de vida tan corta, era difícil pensar en un futuro. Es una oportunidad ahora de poder entenderse viejas y con la posibilidad de una buena calidad de vida y un buen envejecer”, dice Andrea.

Mónica Navarro, integrante del programa Ancestras de UNTREF, agrega: “Es importante que pensemos, deconstruyamos y performemos otras vejeces fuera del modelo heterosexista patriarcal”. Además, señala que desde su equipo buscan “ese cambio cultural, por vejeces dignas y diversas”.

Luciana, por ejemplo, contó a Presentes que desea para su vejez “tranquilidad”. “Quiero a determinada edad descansar, no ser vaga, pero no trabajar. Despegarme un poco de la locura de la ciudad. Estar en una casita, muy tranqui, en algún terreno grande”, imagina.

El curso le hizo pensar en la importancia que tiene dar apoyo a las personas mayores para que puedan desarrollarse de la mejor manera. Y en este punto, la labor de las cuidadoras se vuelve fundamental. “Les viejes con les que hablo están muy solites. Las cuidadoras son una gran ayuda para la compañía, para tratarlos. El rol de ellas es muy importante, por eso creo que debería ser más valorado, más reconocido o más conocido”, sostiene.

Las palabras de Luciana coinciden con datos del panorama actual. El 10% de las personas mayores de 60 años (alrededor del 743 mil) se encuentran en una situación de dependencia básica, es decir, no pueden realizar por sus propios medios actividades esenciales como alimentarse, bañarse o vestirse. Así lo grafica la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores del INDEC realizada en 2012.

Al mismo tiempo, la población de Argentina se encuentra envejeciendo por lo que la necesidad de cuidados será cada vez mayor. Para el año 2040, la población de 60 años y más crecerá en casi 3,5 millones de personas, mientras que la población de hasta 19 años se mantendrá igual, según proyecciones del INDEC.

Cuidar es una cuestión de Estado

En línea con la necesidad de reconocer la labor de los cuidados, el Poder Ejecutivo nacional envió esta semana al Congreso el proyecto de ley conocido como “Cuidar en Igualdad”.

En principio, este proyecto busca crear un Sistema Integral de Políticas de Cuidados de Argentina (SINCA) con perspectiva de género. Esto implica “un conjunto de políticas y servicios que aseguran la provisión, la socialización, el reconocimiento y la redistribución del trabajo de cuidado, entre el sector público, el sector privado, las familias y las organizaciones comunitarias y entre todas las identidades de género para que todas las personas accedan a los derechos de cuidar y ser cuidadxs en condiciones de igualdad”.

Además, entre otras cuestiones, reconoce y promueve el trabajo de cuidados remunerado. En este sentido, obligaría al Poder Ejecutivo Nacional a crear un registro nacional de trabajadorxs del cuidado remunerado en pos de facilitar la instrumentación del SINCA. También buscaría promover “la capacitación, la certificación de conocimientos, la remuneración adecuada y el reconocimiento de profesiones, tareas y oficios considerados trabajo de cuidados”.

Un lugar de aprendizaje y encuentro

En el salón amplio donde se dicta la formación en cuidados hay un pizarrón con el mensaje “Bienvenides!!!” escrito en fibrón. Rodean dos mesas blancas de plástico les alumnes, entre quienes se encuentra Tamara Mori con cuaderno y lapicera en mano. Tiene 42 años, es peruana y hace 15 años se casó con un argentino, lo que la motivó a instalarse en el país. Vive en el barrio porteño de Balvanera y es decoradora de eventos, pero con la pandemia tuvo que cerrar su microemprendimiento. Por esa razón comenzó a buscar capacitaciones “donde pueda volver a insertarse en el mercado laboral”.

“Me avisaron de este curso de cuidadoras y dije bárbaro, porque es algo que además me gusta. Durante mucho tiempo cuidé a mi abuela y lo acepté con gusto”, cuenta a Presentes. Además, destaca el entorno en el cual se dicta la instrucción: Me gusta que sea dado en un lugar del colectivo LGBT en el cual me siento cómoda y no mirada ni juzgada quizá como sí hubiese sido en otro lado”.

Para ella, si bien el curso está enfocado en los cuidados del adulto mayor, también nos sirve a nosotras para ver cómo vernos más adelante, en la vejez. No solo cómo vernos sino cómo cuidarnos, cómo estar preparadas para afrontar esa etapa de la vida. Por suerte, gracias a leyes que se han generado a favor del colectivo, sumado a la existencia de lugares donde una puede asistir no solamente a asesorarse sino a obtener un tratamiento de salud, se ha permitido que esos 35 años de esperanza de vida se extiendan para muchas de nosotras. Aunque sigue habiendo muchas necesidades”, dice.

El viernes 27 de abril dieron presente en una hoja que circulaba por el aula ocho personas que fueron a la clase dictada por Florencia Cascardo, docente e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Social de la UNTREF, sobre cooperativas de trabajo. Andrea García cree que por el frío esta vez no pudieron ser todes les estudiantes, que son alrededor de 30 personas.

Para Florencia, “la creación de un sujeto colectivo, que es la cooperativa, fortalece la labor de cuidados” sobre todo porque “es un trabajo que al desarrollarse al interior de los hogares está expuesto a situaciones de vulnerabilidad o de explotación”. Además, considera que es una organización de trabajo interesante de explorar en el marco de la inserción laboral para travestis y trans dadas las dificultades de acceso al empleo que suelen tener.

“¿Quién solventa lo económico en las cooperativas?”, pregunta una estudiante que participa mucho a lo largo de la clase. La docente no tarda en responder, explicando que depende de cada cooperativa, pero que algo en común es que se trata de “otra forma de pensar lo económico que está centrada en las personas y no en el capital”.

Las historias

La alumna es Freditica Murillo y tiene 53 años, “aunque mucha gente no lo crea”, aclara. “Yo soy una persona grande, aunque por fuera se me ve muy joven. Llevo por dentro el peso de la edad”, dice a Presentes. Lleva puesta una campera de jean, una bufanda color mostaza y bebe de una taza con la bandera de Brasil, aunque no condice con su origen dado que hace 10 años llegó a la Argentina desde la capital de Perú.

En los primeros meses en el país del sur del continente se desempeñó en supermercados, hasta que tuvo la posibilidad de trabajar, gracias a otras compañeras trans, en la cooperativa textil Estilo Diversa LGBT. Allí estuvo hasta que “lamentablemente tuvo que cerrar durante la pandemia”, cuenta.

“Este curso me salió como una bendición porque aprendo más, me capacito más y me gusta. Ojalá que yo y mis compañeres tengamos la suerte de tener alguna oportunidad de experimentarlo con una salida laboral para que este aprendizaje se exprese en la práctica”, desea Freditica.

En línea con ella se expresa Paris Donatella Del Valle, para quien este curso “es una fuente de trabajo”. Paris viene de familia de militares y a los 15 años dejó su hogar porque no aceptaban su identidad de género. También llegó a la Argentina desde Perú y hace 13 años que vive en el país.

Actualmente se encuentra desempleada. “Yo soy estilista, pero acá no pude construir trabajo. Me presentaba, pero ya todo estaba completo, no necesitaban personal. Por eso no trabajé, he dejado de lado mi profesión”, cuenta y cree que le “costó conseguir trabajo por ser trans”. “A nosotras nos catalogan como lo peor”, sostiene.

Actualmente está por iniciar el primer año de la secundaria en el Bachillerato Mocha Celis. Luego, le gustaría estudiar periodismo y dedicarse a la sección de Espectáculos.

Al curso llegó para aprender el cuidado de adultos mayores. “Me interesa bastante, es mi primera vez”, dice, y anhela: “Dios quiera que al terminar el curso podamos conseguir un trabajo”.

Fuente Agencia Presentes

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Argentina: Anunciaron una línea de apoyo económico para travestis y trans mayores de 50 años

Martes, 17 de mayo de 2022
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Diez años de la Ley de Identidad de Género argentina, un hito que cambió la vida de miles de personas

 Durante el acto por los diez años de la Ley de Identidad de Género se anunció una ayuda para las personas travestis y trans que no tengan trabajo registrado, hasta tanto se trate la ley de reparación histórica.

BUENOS AIRES, Argentina. Las personas travestis y trans mayores de 50 años que estén en situación de vulnerabilidad podrán acceder a una línea de apoyo económico para la protección social.

La iniciativa la anunció la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, el lunes 9 de mayo al cumplirse diez años desde la sanción de la Ley de Identidad de Género.

La política pública contempla la entrega de seis salarios mínimos vitales y móviles para personas travestis y trans mayores de 50 años que no posean un trabajo registrado.

Fue gestionada por la Subsecretaría de Políticas de Diversidad, cuya titular es Greta Pena, y se da en el marco del Programa de Fortalecimiento de Acceso a Derechos para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero.

El universo de alcance de la medida es de alrededor de mil personas. Se brindará una vez y en dos semanas se publicará el formulario para que puedan registrarse, estiman desde la Subsecretaría de Políticas de Diversidad.

“El objetivo es mejorar la calidad de vida hasta tanto el Congreso pueda sancionar o se pueda lograr una solución estructural para las vejeces trans”, afirmó a Presentes Greta Pena.

En esta línea advirtió que “necesitamos revertir la expectativa de vida brutal e indignantemente baja respecto a la media que tiene la población trans. Eso requiere no solo un apoyo económico, sino un acompañamiento”. Por esto, la medida implica la línea económica y contempla “un acompañamiento y asistencia integral por parte de nuestro equipo interdisciplinario”, detalló Pena.

La iniciativa será compatible con programas sociales y no lo será con el trabajo registrado.

Una urgencia por reparar

La presidenta de OTRANS Argentina y doctora en Comunicación Social, Claudia Vásquez Haro, recibió con entusiasmo la iniciativa.

“Hay personas que creen que esto es un parche. Creo que quienes venimos de la militancia, sabemos que tenemos que ir construyendo los consensos. Sabemos que siempre se genera lo que es el antecedente, la jurisprudencia”, dijo a Presentes.

Y agregó: “Por supuesto que son años de olvido, que son años que el Estado tiene que reparar y que no hay más tiempo para esperar porque las compañeras travestis y trans se mueren”.

En este sentido, Pena consideró que no se trata de una reparación porque esta “implica muchísimas otras cuestiones”. Sin embargo, sostuvo que la iniciativa “sí implica entender que necesitamos aplicar políticas públicas de manera urgente para las vejeces trans para garantizar una autonomía mínima en lo económico y en la asistencia”.

“Desde el Ministerio apoyamos y propiciamos que el Congreso de la Nación pueda encontrar ojalá una reparación, una pensión o una jubilación anticipada”, agregó.

Decada-LIG-Matanza-MMGyD-09.05-9-1La ministra de las Mujeres de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta junto a la diputada Claudia Macha y militantes duraten el acto por los diez años de la Ley de Identidad de Género. Foto: Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación.

El proyecto

En mayo del año pasado, la diputada nacional Gabriela Estévez presentó en el Congreso el proyecto de ley denominado “Pensión Reparatoria para Personas Mayores Travestis y Trans”.

La iniciativa fue impulsada por Liga LGBTIQ+ de las Provincias y la Convocatoria Federal Trans y Travesti Argentina.

Su objetivo es favorecer la inclusión de las personas travestis y trans mayores de 40 años en el sistema de la seguridad social. Busca garantizarles la percepción de ingresos «reparatorios», equivalentes al menos a la Pensión Universal para Adultos Mayores de $ 16.456,80.

El proyecto, denominado Ley de Reparación para Personas Mayores Travestis y Trans, establece la creación de una “Pensión Reparatoria para Personas Mayores Travestis y Trans”. Es decir, se trata del otorgamiento en carácter vitalicio de una percepción a todas las personas travestis y transexuales de más de 40 años, hayan o no realizado la rectificación registral del acta de nacimiento y DNI.

Así, el proyecto «busca reparar la violación de derechos humanos básicos que implica una expectativa de vida de 35 a 40 años (entre las personas que integran esos colectivos); normas que criminalizaban y ‘patologizaban’ esas identidades; la sistemática violencia institucional y la falta de acceso a la salud, educación, vivienda y trabajo registrado», según detalla en sus considerandos.

Además, organizaciones de la diversidad sexual vienen exigiendo por una indemnización para personas travestis y trans mayores de 50 años por los derechos vulnerados por parte del Estado Nación.

En septiembre del año pasado, travestis autoconvocadas realizaron un acto frente a la Casa Rosada para presentar una nota pidiendo una audiencia al presidente Alberto Fernández para exigir indemnización y reparación.

“Estamos pidiendo indemnización a las mayores de 50 años por el terrorismo de Estado y el delito de lesa humanidad agravado por la temporalidad. Aparte, exigimos una reparación histórica que prevea los daños efectuados y a efectuar a la población travesti, transgénero, transexuales”, dijo a Presentes la activista travesti Lara Bertolini en ese momento.

Fuente Agencia Presentes

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Siete de cada 10 personas no binarias y varones trans sufrieron discriminación en la salud

Sábado, 30 de abril de 2022
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WhatsApp-Image-2022-03-29-at-13.28.54-2-1200x600Un estudio reveló que 7 de cada 10 trans e identidades no binaries sufrieron discriminación. Las historias de Carolina e Iván.

BUENOS AIRES, Argentina. La primera vez que fui al ginecólogo fue a los 15. Volví a los 37.” Iván Puhlmann tiene ahora 42 años. Es un varón trans y el acceso a la salud sexual en su vida fue difícil, tuvo muchos baches. Pero no es el único.

De acuerdo a una investigación realizada por Fundación Huésped y ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros), 7 de cada 10 masculinidades trans e identidades no binaries vivieron situaciones de discriminación o un trato negativo relacionados con su identidad de género en los servicios de salud. Y, entonces, muchxs dejaron de ir. 

En 2019, estas dos organizaciones buscaban conocer el estado de salud de masculinidades trans y personas no binaries de Argentina. Para eso, hicieron una encuesta cualitativa y cuantitativa a 415 personas y preguntaron sobre acceso a la salud, salud sexual y reproductiva, identidad de género y expresión social de género, abandono del hogar y deserción escolar y situaciones de abuso y violencia.

Los resultados, que dieron a conocer esta semana, muestran una realidad que tiene que modificarse.Es necesario formar a profesionales de la salud para que puedan brindar una atención ajustada a las necesidades de la población de masculinidades trans e identidades no binaries”, explicó Inés Aristegui, coordinadora de Investigación Social y Participación Comunitaria de Fundación Huésped.

Que nos vean

“Era necesario hacer este estudio sobre la población trans masculina y sus diversidades porque la gente desconocía que existíamos”, dice Iván, hoy militante e integrante de ATTTA Capital. Recién en 2018, a partir de la novela 100 días para enamorarse, donde aparece el personaje de Juani, un chico trans personificado por la actriz Maite Lanata, la sociedad argentina empezó a nombrar las masculinidades trans.

Iván sabe que nombrarse y que lo nombren es importante. De joven vivió en la calle y estuvo internado en centros de rehabilitación. Pudo salir cuando se descubrió. En la calle recuerda que había un instante en que se sentía cómodo: “Cuando me confundían con un varón”.

En el año 2001 empezó a descubrir todas las variantes de sexualidad. “La construcción es única e irrepetible. Nadie nunca debe decirte cómo debes construirte”, dice Iván.  

Ese mismo año, Caro Mattie Dumas, de 43 años, profe de música, integrante de ATTTA Tucumán e identidad no binarie, se fue a vivir a España con su familia. Allá escuchó hablar por primera vez de personas no binarias. “Lo que pasa que cuando vine aquí no había más”, dice ahora desde su ciudad natal.

Uno para nombrarse tenía que hacerlo en relación con otres”, dice Caro. Y eso lo logró cuando conoció la historia de Sasa Testa, escritorx del libro “Soy Sabrina, Soy Santiago: Género fluido y nuevas identidades”. Se identificó con Sasa, y eso fue clave.

“En Tucumán todavía las casas están de hombre o de mujer. Cuando voy a comprarme el pantalón de vestir para la escuela, mucha de la ropa que compro es ropa de hombre. Los empleados no saben cómo atenderme”, dice Caro. Los cambiadores, los baños públicos, todo sigue siendo binario. Y eso es complejo en su cotidiano. 

“El informe es muy importante sobre todo para los médicos, para las familias, porque va visibilizando y le va dando lenguaje, poniéndolo en boca de las personas. Cuando lo leen empiezan a adquirir el vocabulario. Se va poniendo en boca. Todo lo que se haga que se comparta públicamente va visibilizando. Sobre todo, la Fundación Huésped que tiene su prestigio”, apunta Caro.

El (no) acceso a la salud

En los 22 años que Iván no vio ningunx ginecólogx, hizo lo que pudo para que su cuerpo lo acompañe: se inyectó toda medicación que en el prospecto dijera “masculinizante”. Pero eso le trajo muchas complicaciones: “Mi cuerpo no funcionaba como debía. Estaba dañando mi hígado, me llenaba de acné. Porque no lo hacía con los tiempos de descanso correctos y desconocía los efectos adversos”.

“La mayoría va por primera vez al médico porque se quiere hormonizar. Es el primer paso para volver al sistema de salud que dejaron en la pediatría”, sabe Iván.

A pesar de que más de la mitad de las personas encuestadas para el informe de Fundación Huésped y ATTTA declararon que tenían una cobertura de salud prepaga u obra social, la mayoría opta por la atención en servicios públicos. Esto se debe, posiblemente, explica el informe, a la presencia de mayor disponibilidad de servicios inclusivos dentro del sistema público.

“Como coordinador de ATTTA he tratado de abrir otros espacios de salud en espacios públicos. Y los médicos me han dicho: `me viene alguien con uñas pintadas que se quiere hacer una mastectomía´”, explica Iván sobre el sistema de salud, que define como uno de los sistemas más violentos y que erradica más a la población trans.

“Desde esa raíz cuesta mucho salir al sistema. Esa lectura ambigua llega a un grado de discriminación enorme”, apunta.

Caro se hizo la histerectomía total por una cuestión de salud a los 40 años. Tiene endometriosis: el tejido que normalmente recubre el útero crece fuera de él. Durante los cinco años anteriores se la pasó rodando por un montón de ginecólogxs que ni siquiera planteaban la posibilidad de personas trans no binaries.

“Aquí en Tucumán está la doctora Fabiana Reina. A través de conocer personas trans llegué a su consultorio. Ella es médica ginecóloga y endocrinóloga. Me dijo: ‘no hay nada que hacer, esto va mal, cada vez peor’. Vamos a sacar todo. Para mí fue un golpe”, cuenta Caro.

Ahora colabora en la Fundación Transformando Familia, de la doctora Reina, y por eso sabe: “En los cuerpos gestantes y cuerpos vulvares hay poca sensibilidad de parte de los ginecólogos”.

Caro tuvo suerte de encontrar ese consultorio que fue el primero en llevar adelante el programa de hormonización tras la sanción de la Ley de Identidad de Género. Ahora tiene cerca de 500 pacientes. 

De a poco, Caro se convirtió en la persona que acompaña a quienes se realizan la mastectomía, en el tiempo de reposo, en el estar. “He acompañado a muchos compañeros que ocultaban su realidad. Los he cuidado. Y no veo que el médico tenga un compromiso. He visto compañeros con infecciones terribles”, relata.

El mes en reposo sin trabajar, los gastos en gasas, cremas, hace que para muchas personas esto sea mucho más difícil. Pero también el costo de esconderse: “Un chico de 40 años tuvo un desmayo, la familia lo levantó de los brazos y desgarró toda la herida. Me llamó a los dos días: estoy internado de nuevo. La familia no tenía información. Y el médico tampoco tenía el compromiso”.

Autolesión y suicidios

“Más de la mitad (58%) reportó haber tenido al menos un intento de suicidio en su vida que aconteció generalmente en la adolescencia”, dice el informe. 

Iván conoce estas situaciones por su militancia en ATTTA: “En las masculinidades trans hay una gran prevalencia de autolesión o suicidio. Eso tiene que ver con la no contención, las violencias, las correcciones. Un compañero trans fue violentado hasta con una rama”.

En su infancia y adolescencia, a Caro la música le contuvo mucho. Pero sabe que no todos los casos son así. Sus amigues fueron echadxs de sus familias, se intentaron suicidar. Estaba muy presente la “violación correctiva”, el intento de varones heterosexuales por “modificar” la orientación sexual (en el caso de las lesbianas) o la identidad de género violando a la persona. A lo que Higui sobrevivió, eso era moneda corriente en la adolescencia de Caro.

Violencia: en casa y en la escuela

A Iván su madre lo acompañó, pero sabe que no en todos los casos es así. De hecho, el informe muestra que más de la mitad sufrió violencia familiar y el 58% por parte de alguna pareja. Además, 6 de cada 10 sufrieron alguna experiencia de abuso sexual en su vida, la mayoría durante la niñez o la adolescencia. 

Por otra parte, con relación al abandono del hogar, el 53,5% indicó que abandonó su hogar en la adolescencia. El motivo principal estuvo relacionado con su identidad de género: 48,5% por experiencias de discriminación debido a su identidad y 35,6% por cómo se sentían con su identidad. 

Además, el 33,7% abandonó la escuela en la adolescencia por motivos asociados a experiencias de discriminación debido a su identidad de género (16,4%) y a cómo se sentían con su identidad (15,7%). La mayoría -8 de cada 10- sufrió acoso escolar.

La Educación Sexual Integral, sancionada en 2006, no existió en la infancia ni en la adolescencia de Iván o de Caro Mattie.

En la escuela de Iván cuando se hablaba de salud, se hablaba de menstruación: cómo ponerse bien la toallita, cuál era el período de gestación, etc. “Educación sexual, la líbido, el deseo, el no es no, no existía”, cuenta. Y afuera de esa clase, el panorama no mejoraba. La discriminación era constante.

Caro se acuerda que en su colegio (religioso) en Tucumán les pasaron un video que decía que si les gustaban las mujeres o los animales -estaban al mismo nivel-, tenían que ir a confesarse.

Yo ya sabía que mi gusto era hacia las mujeres. Yo decía: en cualquier momento me van a empezar a gustar los animales.

¿A quién me parezco? La falta de referentes

A los 24 años Caro le dijo a su familia que era lesbiana. Todavía no tenía referentes para entender qué sentía y cómo quería vivir. “Mi mamá me decía: podés ser lesbiana, pero vestite mejor. Ahí ella me denominó como unisex. Decía: mi hija es muy unisex”, se ríe hoy.

Cuando salió el debate sobre el lenguaje inclusivo, Caro estaba tomando mates con su cuñada.

¿Cómo me ves vos? ¿Yo soy una señora? -preguntó Caro Mattie.

-No.

– ¿Soy un señor?

-No.

– ¿Entonces qué soy?

-Y… vos sos Caro.

-Por eso, cuando hay una persona que vos no lo podés ver como varón y mujer, está elle. 

“Lo entendió un poco más por ese lado”, dice ahora.

El problema, explica Caro, es la falta de referentes: “Un gran número de chiques pasan un poco esa etapa de autolesión. Pero cuando ves que otre pudo desarrollar su vida te ayuda”.

Hoy su trabajo es en el sistema educativo estatal, dando clases de música en jardines y en primaria, también en una clínica de salud mental. “Por mi aspecto no tengo posibilidades de entrar al sistema de educación privada”, indica. Así, también su identidad no binarie le limita el futuro laboral.

Lo que tiene que cambiar

Para mejorar la situación de salud de masculinidades trans e identidades no binaries, Fundación Huésped y ATTTA cierran el informe con seis recomendaciones, que se reflejan en los pedidos de Iván y de Caro: visibilizar a las masculinidades trans e identidades no binaries e incluirlas explícitamente en programas y políticas públicas, no asumir las prácticas y necesidades de esta población, incluir e implicarles en acciones preventivas en salud sexual, e implementación efectiva de ESI.

Otros dos puntos indican la necesidad de formar profesionales de la salud e incrementar la oferta de servicios de salud mental transafirmativos.

“Hace falta la sensibilización del personal administrativo, de cada persona que trabaja en el hospital. Porque si no cumplimos con la lectura masculina o femenina somos discriminadxs”, dice Iván. Y lo demuestra: en el Hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires, uno de los pioneros en atender personas trans, en laboratorio en un hall con más de 100 personas les preguntan a los varones trans cuándo están menstruando.

En la carrera de medicina tendría que haber abordaje con la población trans para que comprendan el por qué uno necesita el acceso a la salud”, concluye.

Fuente Agencia Presentes

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Mujer trans fue abusada en una comisaría de Ciudad de Buenos Aires en una revuelta

Lunes, 11 de abril de 2022
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D0932D0B-849B-4F91-ACD3-DDB461C6B537En medio una protesta en una comisaría, un grupo de detenidos abusaron sexualmente de una mujer trans, que debía haber sido trasladada a la alcaidía de mujeres.


BUENOS AIRES, Argentina. 
La madrugada del 24 de marzo en medio de una protesta dentro de la comisaría 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un grupo de hombres que estaban detenidos abusaron sexualmente de una mujer trans, que debía haber sido trasladada a la alcaidía de mujeres.

El reclamo realizado por 22 detenidos había comenzado el día anterior y duró todo el jueves. Pero en la noche se tornó más violento. Exigían mejores condiciones en su detención: había sólo 11 colchones, el lugar no tenía agua y los baños estaban destruidos.

A ese escenario la policía agregó a una detenida: K, una mujer trans que vive en la Argentina desde hace siete años, oriunda de Ecuador. La habían detenido por una supuesta contravención y, según contaron las fuentes a este medio, la trasladaron a la comisaría cuando el conflicto había escalado. En ningún momento los policías que la detuvieron mencionaron la posibilidad de llevarla a la alcaidía de mujeres.

“Llegué y todas las celdas estaban llenas”, recuerda K en diálogo con Presentes. “A mí me pusieron con dos chicos gays, y los otros estaban todos amontonados en las celdas. No había comida, agua, no había baños. Venían de hacer quilombo todo el día”.

La mujer relata que alrededor de las ocho de la noche el clima se puso aún más violento. Alrededor de las 22, los policías apagaron todas las luces y los presos comenzaron a romper todo. Fue allí cuando, entre otras cosas, gritaron que iban a abusar de K.

“Los tipos rompieron los candados y salieron. Yo no me moví de mi celda, era la única trava en esa comisaría. Ellos entraron, me pegaron y amenazaron con cuchillos”, detalla K. Cuando la situación pudo ser más o menos controlada por la policía, la mujer avisó que había sido violada y entonces la trasladaron a un hospital de donde luego, salió en libertad.

“Los presos no querían hacer ningún trato con la policía. En realidad, pedían derechos. Pedían comida, pedían agua, pedían comunicarse. Cuando los policías comenzaron a pasarle todo eso, solos volvieron a sus celdas”, dice K. En las últimas semanas, la acompañaron las organizaciones Otrans y Abrigar Derechos.

Es común que a las trans nos abusen en cárceles y comisarías”

La zona de la comisaría es conocida por K. Es trabajadora sexual en los alrededores y nunca había vivido una experiencia similar. “La policía jode, nos molesta toda la noche y no te dejan trabajar. Pero hay que salir porque entonces, de qué vivo. La única forma de vivir es trabajar en la calle, ganarme el pan”. 

“Ahora estoy recuperándome. Es un horror lo que me pasó y sé que tengo que salir adelante, no me queda otra. Pero es común que a nosotras las mujeres trans nos abusen en las cárceles y en las comisarías, dijo K a Presentes.

D3C58AD9-1A60-47BF-9CCA-B63A1019ABC9Ilustración: Florencia Capella

La Ciudad de Buenos Aires tiene que dar explicaciones

Marcela Tobaldi es fundadora de la Asociación Civil La Rosa Naranja e integra el Frente Orgullo y Lucha. Al enterarse de de lo sucedido con K se contactó con diferentes organismos.

No se respetó su identidad de género, dice a Presentes. “Es un desastre. Ya sabemos lo que hay en el sistema penitenciario, no podemos hacernos las tontas. Esto parece que va a seguir sucediendo. Las organizaciones que trabajan a favor de las organizaciones travestis trans que están presas hacen informes. Hay informes hermosos por ahí, pero no tenemos respuestas por ahí. La Ciudad de Buenos Aires tiene que dar explicaciones de estas cuestiones.

Tobaldi destaca: “Por más que nosotras pongamos muchísima voluntad y que somos militantes y que somos travestis, somos trans… Pero seguimos viviendo estas cosas. Hace poco tiempo fue el Día de la Visibilidad Trans y mirá de lo que estamos hablando. Y hace poco un grupo de personas trans-excluyentes (TERF) pusieron un amparo contra el Censo 2022 para preguntarles a los organizadores por qué habían incluido la identidad de género. Es terrible, ni siquiera quieren registrarnos”, lamenta Marcela.

Pico de detenciones en Ciudad de Buenos Aires

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales, Macarena Fernández Hofmann (investigadora del equipo Política criminal y violencia en el encierro) dice que el caso que denunciaban los detenidos en la Comisaría 3 no es el único ni es nuevo. “En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hoy el número de personas detenidas en alcaidías y comisarías es altísimo y llegó a su pico máximo: 811 personas”.

Ese número desmedido de casos tiene como uno de los supuestos motivos la reducción de ingresos en las cárceles federales. Pero también existe un aumento de detenciones y la excesiva penalización.

Y es la Ciudad la que tiene el problema más grande. Las personas detenidas en comisarías pasan mucho tiempo en espacios inhumanos. Espacios que están pensados para unas horas de detención. A raíz de este colapso, hace algunos años se crearon las alcaidías que hoy tampoco dan abasto”, afirma Fernández Hoffmann. “Esto para empezar a hablar del tema. A partir de ahí comienzan las situaciones de violencia a un colectivo que está sistemáticamente criminalizado como las travestis y las trans y que deben enfrentarse diariamente a violencias de este tipo.”

La ley de identidad de género no se cumple

Además del abuso que sufrió en la comisaría, K también fue víctima del abuso policial en el momento de su detención. No se respetó su identidad de género, protegida por la ley que este año cumple 10 años de vigencia.

Por un lado está el incumplimiento a la ley de identidad de género, así como también la ausencia de medidas de protección de integridad física para personas trans y travestis que eviten situaciones de abusos y violencias”, explica a Presentes, Josefina Alfonsín integrante del Equipo de Género y Diversidad Sexual de la Procuración Penitenciaria de Argentina. 

Alfonsín destaca que debería garantizarse el derecho a la consulta sobre el espacio de alojamiento, de acuerdo a lo que piden los Principios de Yogyakarta, una serie de principios sobre cómo se aplica la legislación internacional de derechos humanos a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Pero ninguna institución del sistema penal garantiza esta instancia de consulta, explica.

“En otro orden, entendemos que el hacinamiento y la sobrepoblación en comisarías debe ser cuestionado en términos de política criminal, teniendo en cuenta las disposiciones judiciales de aplicación excesiva y automática de la prisión preventiva. Y más en los casos de encarcelamiento de personas travesti trans por delitos vinculados a la ley de estupefacientes. Tal como hemos señalado en distintas oportunidades, sufren de manera desproporcionada la aplicación de la prisión preventiva con porcentajes mayores a los que se presentan en personas cis, ya sea varones o mujeres”, dice Alfonsín.

Este último es el caso de K cuya detención no tuvo demasiados fundamentos para su concreción.

E63242C0-164B-4086-98A1-361B5D4DD093Marcela Tobaldi, De la Rosa Naranja. Foto: Ariel Gutraich/Archivo Presentes

La cárcel, último eslabón del circuito de violencias 

Desde el Equipo de Género y Diversidad Sexual de la Procuración Penitenciaria afirman que a lo largo de años de trabajo detectaron que persisten graves violaciones a los derechos humanos de las personas travestis y trans.

“Es importante destacar que la cárcel dentro de las trayectorias de vida de la gran mayoría de las personas travesti trans se presenta como el último eslabón del circuito de desplazamientos, segregaciones y violencias estatales estructurales que afecta a este colectivo. Hay una falta de cumplimiento de la ley de identidad de género, un acceso limitado la salud integral con perspectiva de diversidad sexual, existen hechos de violencia institucional y discriminación estructural por motivos de identidad de género, entre otros”.

A pesar de que el contexto legislativo mejoró, se observan muchos incumplimientos. “El abordaje de políticas penitenciarias respetuosas de la diversidad y las disidencias requiere un cambio más profundo dentro de las instituciones, el cual debería contemplar una ruptura del paradigma cisnormativo en todos los órdenes institucionales, expresa Josefina Alfonsín.

“En nuestro país, los sistemas penitenciarios son muy variados. En el caso particular del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en los últimos años, se han adoptado una serie de medidas y disposiciones respecto al tratamiento de personas travesti trans. Pero aún no existe una política de géneros y diversidad sexual transversal a toda la institución penal”.

A pesar de las limitaciones, en los últimos diez años, evalúa Alfonsín, el SPF avanzó en buenas prácticas. “Un ejemplo de ello es que identidades travestis y trans puedan ser alojadas en cárceles originalmente diseñadas para mujeres cis, como es el Complejo Penitenciario Federal IV de Ezeiza”, ejemplifica.

Desde 2016, según aporta Alfonsín, el SFP cuenta con un programa específico de abordaje de tratamiento para personas trans. “La creación de este programa resulta una buena práctica institucional, aunque seguimos advirtiendo una serie de limitaciones en su efectivo cumplimiento”

Resta saber si el personal policial que trasladó a K a una celda donde fue abusada está siendo investigado, cómo sigue y cuál es la cadena de responsabilidades que le competen a esta violencia hacia una persona trans en la Ciudad de Buenos Aires.

FuenteAgencia Presentes

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Censo 2022: la pregunta por identidad de género, un avance en la mira de las Terfs

Sábado, 9 de abril de 2022
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Qué casualidad que una de ellas sea profesora de la Universidad de Navarra, ligada al Opus Dei…

La pregunta por la identidad de género, que por primera vez se hará en el censo en la Argentina, viene a saldar una deuda. Grupos trans-excluyentes buscan frenar este avance.

La pregunta por la identidad de género, que por primera vez se hará en el censo de este año en la Argentina, es una victoria para los colectivos LGBTTTNB+ del país. Viene a saldar, además, una deuda con las organizaciones que durante todos estos años aunaron esfuerzos por registrar a sus comunidades. Sin embargo, grupos que se consideran feministas buscan frenar este avance en materia de derechos.

En materia de géneros, el gran avance en este 11° censo de la Argentina es la incorporación de la pregunta 3 en el apartado de «Población» sobre la identidad de género. 

Antes de llegar a esta pregunta, el cuestionario interroga sobre el “sexo asignado al nacer” y ofrece tres opciones de respuesta: mujer/femenino; varón/masculino y x/ninguna de las anteriores.

Luego viene la pregunta: cómo se considera la persona de acuerdo a la identidad de género. La respuesta tiene ocho opciones: mujer; mujer trans/travesti; varón; varón trans/masculinidad trans; no binario; otra identidad/ninguna de las anteriores; prefiero no contestar; ignorado.

Ambas preguntas están destinadas a la totalidad de la población censada.

«Me parece un gran avance. Es algo que va en consonancia con las leyes y normas que tenemos en la Argentina. Es consecuencia de todo el aparato legislativo anterior», dijo a Presentes SaSa Testa, activista no binarie y magíster en Estudios y Políticas de Género.

Cómo se llega a la pregunta por la identidad de género

En el censo del 2010 se realizó la pregunta dicotómica que arrojaba como opciones si la persona censada era varón o mujer. Fue un paso importante: se detallaba que no importaba lo que las personas censistas opinaran, se debía respetar lo que la cada quien respondiera. Así lo indicaron a Presentes fuentes cercanas al proceso censal. En instancias anteriores a 2010, en cambio, les censistas marcaban por observación la opción que “creían” adecuada.

Esta pregunta se aplicó en 2010 a la totalidad de la población y arrojó como resultados más de diecinueve millones y medio de varones (19.523.766) y más de veinte millones y medio de mujeres (20.593.330), según datos del INDEC.

El censo de este año, que se demoró dos a causa de la pandemia, no podía ignorar la historia: la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y la Ley de Identidad de Género (2012).

Muchos estudios demográficos, base de las muestras y encuestas posteriores a los censos, se basan en la variable de sexo binario. Por lo tanto, cómo incorporar la pregunta por la identidad de género fue un debate al interior del proceso censal. Así se definió continuar con la pregunta por el «sexo» agregándole «asignado al nacer», que permite establecer una comparabilidad con los resultados de censos anteriores. A ella se le suma, luego, la pregunta por la identidad de género.

“Necesitamos saber”

475131B0-CD95-4F7C-B996-B58AC62A8E66-768x610Alejandra Silvestre es una mujer trans-travesti de 32 años, oriunda de Gualeguay, Entre Ríos, y presidenta de Mujeres Trans Argentina. También es profesora de Ciencia Política e integra el consejo asesor del observatorio de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación de la Nación. Ella considera esta pregunta «es necesaria» para conocer la situación del colectivo travesti trans y a fin de que se desarrollen políticas públicas que garanticen derechos.

«Primero es importante marcar los objetivos que tiene un censo poblacional. No es solo saber cuántas personas hay en un determinado territorio, sino muchas cosas más: conocer el nivel socioeconómico que tiene la población, la accesibilidad a los servicios públicos, el nivel educativo, etc. Esos datos van a dar una perspectiva al Estado para las políticas públicas que deben llevarse a cabo«, planteó.

Partiendo de esa base, dijo: «Nos parece sumamente necesaria la pregunta de cuál es la identidad de género de la persona. Necesitamos saber cuántas personas travestis y trans hay en el país, donde están distribuidas, cuántas han migrado de las provincias, qué nacionalidades tienen, cómo viven«.

Además resaltó: «son las organizaciones las que tuvimos que estar rastreando y censando dónde estaban las travas lugar por lugar» todo este tiempo.

Presentación judicial contra esta pregunta

Pese a este progreso en materia de derechos, un grupo de mujeres que se consideran dentro del movimiento feminista presentó una cautelar que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12, a cargo de la Jueza Macarena Marra Giménez, que busca modificarla, en la Ciudad de Buenos Aires.

La presentación judicial apunta a quitar las categorías «mujer» y «varón» en la pregunta por la identidad de género porque las consideran categorías del sexo. Por lo tanto exigen que  «se sustituya la opción mujer trans por feminidades trans» y «se elimine la opción varón trans (quedando como opción la ya existente masculinidades trans)».

En la medida cautelar, las mujeres se presentan «en tanto mujeres (hembras de la especie humana, seres humanos y personas adultas del sexo femenino)». Y se consideran «habilitadas para reclamar tutela efectiva para evitar la disolución de la categoría mujer que se va consumando silenciosamente a través del dictado de normas que aparentan ser secundarias pero que todas juntas y simultáneamente conduce a ese resultado: la anulación jurídica de la categoría mujer».

Entre las firmantes hay funcionarias públicas e investigadoras de instituciones de renombre. Ellas son María José Binetti, doctora en Filosofía por la Universidad de Navarra, España e investigadora del CONICET con sede en el Instituto Interdisciplinario de Estudio de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y Graciela Tejero Coni, historiadora, directora del Museo de la Mujer e integrante del Consejo Asesor ad honorem del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades.

También Valentina Cruz, profesora de filosofía y licenciada en Psicología; Marisa Andrea Piumatti, directora del Instituto de Estudios Legislativos del Colegio de Abogados de La Plata e integrante de la agrupación “Mujeres en la Abogacía”; y Julieta Luisa Bandirali, presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires.

«Son personas que están inmersas en los temas de género y algunas de ellas incluso en lugares del funcionariado público. Y desde ese lugar están cuestionando una política pública porque el censo es una acción que permite pensar políticas públicas a futuro. ¿Qué clase de políticas públicas se pueden pensar cuando un sector de la sociedad no se encuentra incluido? Todo lo que se produzca pecaría de parcialidad», cuestionó Testa.

Para la presidenta de Mujeres Trans Argentina, además, no se puede «volver a debates biologicistas de que si tenés pene sos hombre y si tenés vagina sos mujer«. «Esos debates ya los dio el órgano más democrático que tenemos que es el Congreso de la Nación. Tenemos una Ley de Identidad de Género en cuyo artículo 2 dice que la identidad de género va a ser de acuerdo a cómo las persona se autoperciba», arremetió.

Repudio y convocatoria a juntar firmas

También se posicionó contra esta presentación judicial el Frente Orgullo y Lucha, junto a otras organizaciones del país. Este Frente que nuclea a organizaciones de la diversidad sexual de todo el país inició una convocatoria alertando: Censo 2022: El derecho a la identidad de género es una libertad de todxs y está bajo ataque”.

Desde el frente consideraron que el censo 2022 es «un paso fundamental para terminar con el binarismo cis-hetero-sexista  en los registros estadísticos que invisibilizaron históricamente la existencia de otras identidades y expresiones de género que no se encuadren en el binomio varones/mujeres«.

“Expresamos nuestro apoyo a la pregunta por identidad de género del Censo 2022, y repudiamos por reaccionaria e infundada la presentación judicial en su contra que tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12. Hemos conquistado el derecho a la identidad de género, registrada y respetada por el Estado y todas las instituciones, y no daremos ni un paso atrás”, dice el texto donde invitan a sumar firmas.

En caso de que el Poder Judicial dé lugar a la medida cautelar,Frente Orgullo y Lucha, (26.743)», apuntaron.

También cuestionaron los argumentos planteados por el grupo de mujeres. «Bajo la defensa de la categoría mujer como biológica y cromosómica, se constituye un acto de profundo transodio. Es un absurdo y una falacia absoluta sostener que el reconocimiento de las identidades de género de todas las personas, incluidas las personas trans, borre la identidad ‘mujer’ o que entre en conflicto con un instrumento totalmente armónico con este derecho como es la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)».

La pregunta: en torno al acceso a derechos

Desde Mujeres Trans Argentina, consideran que la herencia patriarcal binaria y heteronormativa se desarrolló con gran “naturalidad” adoptando el sexo como registro de las personas, como una categoría de ciudanía, donde se inscriben derechos, servicios y políticas desarrolladas para la población basada en estas varones y mujeres. Y ejemplifican: «El impacto y el daño sobre la comunidad LGBTTTNB+ es enorme. Por ejemplo, en el contexto en que se desarrolló la pandemia del VIH, las políticas sanitarias en torno a la prevención, abordaje y desarrollo de la pandemia de VIH no tuvo en cuenta la población trans, y la falta de datos, de desarrollos específicos hizo que las organizaciones locales y a nivel mundial sean las primeras en dar el alerta sobre que la invisibilización implica la muerte directa de uno de los sectores más empobrecidos por un sistema cisbinario heterosexista que piensa solo en varones y mujeres».

Desde la misma organización de mujeres trans explican que, a medida que se visibilizaron los planteos de la comunidad LGBTTTNB+, de la implicancia en la ausencia de políticas públicas, se busca ampliar el registro de las personas en virtud del diseño, prevención y abordaje en políticas públicas. «Es decir, la pregunta del Censo 2022 sexo fue problematizada en torno al acceso a derechos, en virtud del ejercicio de derechos de ciudadanías. El censo de poblaciones busca esto, registrar a las poblaciones en nuestro país. El problema del grupo TERF en Argentina es que busca restringir derechos, no ampliarlos, el interés de ellas no es preservar la categoría de las mujeres sino que no se amplíe el concepto de mujeres respecto al acceso a las políticas públicas«.

Los pendientes del censo

Sin bien la incorporación de la pregunta por la identidad de género es un enorme avance, quedan pendientes y críticas.

Para Testa, por ejemplo, «a pesar de que tenemos la posibilidad de hablar de nuestras identidades, la categoría de sexo asignado al momento del nacimiento sigue siendo una categoría binaria«.

«El sexo asignado al nacer es para mi un hecho performativo que se produce sobre la observación de la genitalidad externa de la personas. Pero nada dice de repente de su constitución cromosómica. Esa pregunta me hace ruido», dijo Testa.

Además, consideró que «si hay una palabra para masculino y femenino es raro que no haya una para la ‘x’, como podría ser ‘intersex’. Ahí de nuevo hay un borramiento».

También el campo «mujer trans/travesti» trajo inquietudes en el colectivo dado que muchas personas que se consideran travestis no se consideran mujeres trans.

Sin embargo, hay algo que queda claro para el Frente Orgullo y Lucha. «El Censo 2022 es el primero que releva la identidad de género en todo el país, constituye un hito para deshacer mecanismos patriarcales que violentan nuestros cuerpos e identidades».

Fuente Agencia Presentes

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Travesticidio en Concordia: Fernanda tenía 33 años y fue apuñalada

Jueves, 7 de abril de 2022
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ED41A8DF-033A-4C9A-B4A0-368F46B2B31BEl crimen de odio de Fernanda López en Concordia se suma al de Silvio Diez. Piden que se investigue como travesticidio.

Fernanda López era una travesti de 33 años y vivía en Concordia, una ciudad al noreste entrerriano, a orillas del Río Uruguay, donde fue víctima de un ataque de arma blanca.

De acuerdo a los primeros datos de la Jefatura Departamental de Policía, el hecho se perpetró alrededor de la hora 5.30 del miércoles 30 de marzo, en las inmediaciones de las calles Tala y Urdinarrain. Fernanda residía cerca de allí, en la zona de Parque Ferré.

Fueron les vecines quienes advirtieron a la policía que una persona herida yacía en el piso. Fernanda fue trasladada al hospital Delicia Masvernat. Pero allí constataron que había llegado sin vida.

Qué se sabe hasta ahora

Las organizaciones sociales, militantes y activistas denuncian que en Concordia el colectivo travesti y trans es víctima de una profunda exclusión y vulneración de sus derechos, un problema estructural de la ciudad. Reclaman la necesidad de perspectiva de género a la hora de abordar este crimen. Y demandan que la causa sea caratulada como travesticidio: es decir un crimen de odio.

En diálogo con Agencia Presentes, el fiscal de Género y Abuso Sexual, Juan Pablo Giambattista, al ser consultado sobre la carátula de la causa, explicó: “No tenemos acreditado si fue un ataque en base a una razón de odio, en base a una razón por su identidad género u orientación sexual. Todavía no lo sabemos”. Y deslizó que incluso pueda ser otra la calificación.

Sobre el proceso de investigación, el fiscal informó: “Estamos investigando el homicidio, obviamente con intervención de la Fiscalía de Género desde el primer momento, como para tener esa mirada y esa perspectiva, para que no se escape nada y se trate como se merece”. La misma fuente no quiso entrar en detalles hasta tener más avances. Se sabe hasta ahora que fue una persona, «que aún no está identificada”.

Darío Pérez, responsable del Área de Diversidad Sexual, dependiente de la Dirección Preventiva y Promoción de la Secretaría de Salud municipal, dijo a este medio que la causa ingresó por la Fiscalía Penal y luego tomó intervención la Fiscalía de Género. A partir de ahí se habilitaron dispositivos que tienen que ver con el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad para acompañar, sostener y asistir a familiares. También adelantó que se está articulando con quiénes le “den una mano”, ya sea desde el Gobierno provincial, Nacional, como el municipal.

“Queremos respetar en dolor de la familia, para cuando estén fortalecidos. Y acompañar el proceso penal de la manera más amplia en el sentido de Justicia posible, con perspectiva de género y diversidad sexual”, indicó el funcionario municipal.

Repudio al tratamiento policial

Periodistas y profesionales feministas de la comunicación en Entre Ríos repudiaron a través de un documento la divulgación de una gacetilla policial con datos sobre el hecho donde no se respetó el derecho a la identidad, intimidad y protección integral de Fernanda. Una de las causas de esta vulneración se debe al desconocimiento y falta de capacitación.

“Como profesionales de la comunicación hacemos un llamado a la consideración de la información que se vierte en los partes policiales que vulneran los derechos de las personas”, expresaron las periodistas. Y destacaron: “cada vez que se filtran datos que no respetan el derecho a la identidad, la intimidad, y la protección integral de las víctimas, ocurre un hecho sistemático de revictimización”.

Por ello, exigieron que la Policía “como fuente de información oficial, indispensable para el acceso a la información pública” brinde datos basados en los principios que establecen las leyes, “respetando la garantía plena de los derechos, en un plano de protección integral de las víctimas”.

Por su parte, el fiscal de la causa dijo que en el marco de su competencia se encuentra trabajando en base a las cuestiones de cómo se las identifican a las personas travestis y trans, cómo se dan las noticias en las plataformas virtuales y la libertad que se atribuyen para herir. “Nuestra intervención no solamente está abocada para que se investigue lo que pasó y cómo pasó, sino para cuidar el contexto, es decir, en cómo dar la noticia”, aclaró. “Estamos trabajando en base al trato digno en el marco de la Ley de Identidad de Género, para que sea respete la normativa que no se acató. Empezamos a presentar notas de rectificación para que aquellos medios gráficos, radiales y televisivos que hicieron un manejo imprudente de la información, pueda corregirlo”.

«En tres meses nos han matado a dos compañeres LGBT»

El funcionario de Diversidad municipal contó que desde su rol están haciendo “lo humanamente y lo institucionalmente posible con escasos recursos, pero con mucha buena fe”. Y expresó: “Esta cuestión de los escasos recursos que tiene el municipio debido a que han sido destinados posteriormente a la pandemia, otras cuestiones y con otros criterios como la obra pública”.

“En Concordia lamentablemente si te toca ser puto, gay, trava, lesbiana y encima pobre y de la periferia, la verdad que no la estás pasando bien. A Fernanda no la pudimos acompañar en vida. No quiso hacerse el cambio de identidad, tampoco el cambio de nacionalidad, considerando que ella era uruguaya. Lamento que en vida no hayamos podido tener un abordaje más integral”, confesó.

Consultado sobre el trabajo desde la cartera a su cargo, posterior al asesinato de Fernanda, dijo: “En tres meses nos han matado a dos compañeres del colectivo LGBT como Silvio Diez y Fernanda López. Estamos tratando de acompañar desde las cuestiones más básicas como lo fue el sepelio, para que la compañera tuviera una despedida con la familia en un ambiente confortable. Además, junto a ellos, acompañamos la demanda paraponer en la agenda que fue un travesticidio. Una vez que se introduzca ese concepto creemos que se habilitarán otras discusiones”.

Victoria Mendoza, trans concordiense de 45 años, respecto al accionar del Estado, aseguró: “No veo un Estado presente, si no, no estaríamos hablando de estos hechos. El colectivo travesti y trans es un colectivo muy vulnerado, desprotegido y en una situación de riesgo gravísimo. Las compañeras perciben un programa social y eso no alcanza, es insuficiente. Los medios de todos lados cubrieron el asesinato y por lo que está pasando la comunidad en tan corto tiempo”.

“El crimen impactó profundamente en Concordia. Es muy fuerte para la comunidad y para el colectivo porque no suelen pasar estos hechos con semejante alevosía. Queremos poder movilizar, queremos manifestarnos para entregar un petitorio, haciendo un pedido de justicia, para tener mayor seguridad que nos permita a todas estar más seguras, no solo para las chicas que están en situación de prostitución, manifestó con congoja.

Consultada por el reclamo de las organizaciones y la demanda de la familia para que la causa sea investigada como travesticidio, dijo: “Tenemos que leer que desde la Jefatura de Policía digan que no fue un crimen de odio. Yo quisiera saber cuál es el concepto de odio que tienen porque nos están matando por estar existiendo. Todavía no hay mucha información de la causa o por lo menos la comunidad travesti no está al tanto. No hay detenidos”.

Si no se discute por qué los discursos y las políticas no se materializan, qué sucede con eso y cuáles son los riesgos que corre la comunidad travesti y trans, difícilmente en la organización colectiva se elaboren saberes críticos, que permitan señalar al Estado y a quienes están sentados en el sillón de la responsabilidad.

Es importante que el Estado y los gobiernos inviertan las prioridades: no pueden tener como objetivo en primera instancia asegurarse un buen tratamiento de las situaciones violentas, sino que deben generar políticas para evitarlas. La justicia sólo estará dada cuando se garanticen las condiciones de vida de las travestis y trans y no acompañando sus muertes para redimir culpa.

Fuente Agencia Presentes

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Cuál es la situación de las mujeres y la población LGBT en las cárceles tras la pandemia

Martes, 5 de abril de 2022
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CARCEL3-600x300Denuncian que se incrementó la violencia y el abandono. Tampoco hay acceso a la salud.

BUENOS AIRES, Argentina. La “nueva normalidad” que deja a su paso la pandemia de coronavirus también deja mucho para analizar en los espacios de encierro. En las cárceles, el vendaval pandémico no hizo más que agravar problemáticas preexistentes. Y expuso con crudeza cómo esas prácticas sistemáticas afectan más a las minorías intramuros: mujeres y disidencias.

Son pocas en relación al total de la población presa -685 mujeres cis y 31 trans en el Servicio Penitenciario Federal, sobre un total de 10.491 personas presas a fines de febrero-. Pero muchas veces se llevan la peor parte en materia de vulneración de derechos.

Estigmatizadas como el resto de la población carcelaria pero aún más invisibilizadas, mujeres y disidencias de distintas cárceles lograron en los últimos meses dar cierta difusión a reclamos puntuales ante situaciones acuciantes. Lo hicieron mujeres cis y trans presas en el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza, así como personas intersex detenidas en Los Hornos, provincia de Buenos Aires, o en la cárcel de Bouwer, en Córdoba. Falta de agua, insuficiencia de comida, no acceso a tratamientos y atención médica –incluso cuando había síntomas o diagnósticos confirmados de Covid- fueron algunos de los asuntos por los que alzaron la voz. La respuesta, en casos como el de Córdoba, llegó en forma de represión.

Situaciones que forman parte de un todo del que aún resta mucho por conocer.

También hay escasez de datos

Recién desde 2015 el Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena (SNEEP) registra la población trans/travesti privada de su libertad.

El salto poblacional desde entonces fue marcado: de 33 personas ese año a 124 en 2020. El Servicio Penitenciario Bonaerense aloja al 77% de esta población. Y la Ley 23.737 –Ley de Drogas- representa la principal causa de encarcelamiento de mujeres trans/travesti, sobrerrepresentadas en las prisiones en comparación con otros grupos.

En 2017, un 43 por ciento de las mujeres (1.561) y el 70 por ciento del total de personas trans (89) estaban encarceladas por estos delitos, según consignó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en su informe de 2019: “Guerra contra el narcotráfico, guerra contra los pobres”.

De acuerdo al informe anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) presentado en 2020, la evolución de la población de mujeres cis y personas trans encarceladas registra un “claro aumento” desde hace décadas. De todos modos, sigue siendo muy minoritaria.

Según los datos de la Dirección Nacional de Política Criminal, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, hacia fines del 2019 había más de 4.500 mujeres cis y personas trans detenidas en Argentina: un 5% de la población penal total.

Este crecimiento se da a nivel global: entre 2000 y 2017 la población carcelaria femenina aumentó en un 53.3 por ciento, mientras que la de los hombres aumentó en un 19.7 por ciento, según datos citados en el informe “Mujeres Trans privadas de su libertad: la invisibilidad tras los muros, impulsado por la PPN, junto a organizaciones regionales.

La cárcel pesa y agobia a toda la población, pero sobre todo a la población femenina, a mujeres y diversidades”, remarca Josefina Ignacio, del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura (CNPT)Porque la cárcel está construida, fue concebida, para varones. Desde lo edilicio, los tratamientos, la lógica carcelaria. Las mujeres se tuvieron que ir adaptando a eso. La cárcel tiene una lógica muy patriarcal, está gobernada por una institución absolutamente verticalista y eso hace que sea muy machista. La mujer trans o cis que llega a la cárcel en general ya ha sido vulnerada y en la mayoría de los casos ha sufrido violencia de género. Casi todas. Lo encontrás en cada uno de sus testimonios. Y lo siguen padeciendo ahí adentro”.

Menos salud

“Todo está atravesado en este momento por la pandemia. Las cárceles traen muchos problemas estructurales, de trato, desde siempre. Pero la pandemia lo puso más visible y profundizó muchas de estas cuestiones”, dice Verónica Manquel, Coordinadora del Equipo de Género y Diversidad de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN).

Resalta también que un punto que preocupa especialmente tiene que ver con el acceso a la salud. “En 2020 y 2021 el problema del acceso a la salud fue cada vez más crítico. Y eso afectó de manera diferencial a los distintos colectivos. Sobre mujeres y población trans, el acceso a controles en general y en particular sobre salud sexual y reproductiva o no fueron puntos muy sensibles. Durante mucho tiempo en el SPF no contábamos con fallecimientos de mujeres y trans y en 2020 hubo casos, por temas no directamente vinculados con Covid sino por deficiencias, demoras en el acceso a la atención que terminaron en situaciones críticas”.

Para Manquel, “la pandemia se apoyó sobre sistemas sanitarios intracarcelarios que ya eran críticos y eso se sumó a que todos los sistemas de salud estaban en crisis a nivel nacional. Se cortó o fue más difícil acceder a intervenciones extramuros. Todo dependía de la atención intramuros y eso fue un problema”.

“Aun manifestando tener síntomas de Covid y volando de fiebre, no acceden a tomarte la temperatura e hisoparse”, contaba a fines de enero desde el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza una detenida que optaba por el anonimato. La falta de garantías sanitarias descritas por Whatsapp incluían carencia de agua potable “desde Navidad” y “una plaga de ratas que no exterminan y su justificativo es que no tienen presupuesto para comprar veneno”. Recién en a mediados de febrero el panorama comenzaba a modificarse.

“Hay una dificultad con el acceso a la salud en todas las unidades, y más en las de mujeres, que necesitan cosas más específicas respecto a la salud: la cuestión ginecológica, obstétrica, con el Covid y la pandemia hubo mucha demanda de asistencia psicológica. Hubo intentos de suicidio. Para las personas encarceladas, sobre todo para las mujeres sin visitas de hijos, fue muy dura la pandemia. Estuvieron mucho más tiempo que nosotros sin contacto”, compara Ignacio, del CNPT.

Para Victoria Darraidou, Coordinadora del equipo Seguridad democrática y violencia institucional del CELS, “esta población padece problemas de salud con mayor incidencia que la población general. Entre las patologías más comunes se encuentra el VIH-sida. Los tratamientos y asistencia suelen verse interrumpidos o demorados durante el encierro. Por otra parte, en la mayoría de los casos se ven suspendidos los tratamientos hormonales ocasionando problemas para la salud física y psicológica de las personas. Además, las personas trans/travestis denuncian un trato desigual y discriminatorio por parte del personal médico penitenciario y una demora excesiva entre el pedido de asistencia médica y la concreción de la atención requerida”.

Más sujeción

Adriana Revol se define como “militante anticarcelaria” y habla desde Córdoba para denunciar la situación de las mujeres cis y trans presas en Bouwer, prisión que depende del gobierno provincial. Coincide en que “la pandemia ha venido a agudizar problemas existentes históricamente” y advierte que la asistencia médica “no es poca, es inexistente”.

La ola de calor de enero encontró a las presas de Bouwer casi sin agua. “Se las cortaban al mediodía y volvía a las 12 de la noche, cuando estaban encerradas bajo llave en las celdas, sin poder salir a bañarse. La comida no era suficiente, porque era para 10 personas -el cupo que tiene ese lugar de aislamiento- pero había 19. Pedían un paracetamol, ibuprofeno, para bajar la fiebre de las mujeres, porque ahí estaban las positivas de Covid. Pedían lo básico y no les daban. De asistencia médica, ni hablar. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. ¿Cuál fue la respuesta del estado? La represión. Entran las fuerzas de seguridad especiales del Servicio Penitenciario con balas de goma”.

Revol cuenta que en el marco de esa represión “a algunas personas las llevaron a las camas de sujeción, donde las atan de pies y manos, a veces del torso. Las horas o días hasta que se curen, dicen ellos, porque esta receta la firma el médico. Córdoba es la única provincia donde existen. Estamos peleando contra esto, pero está avalado por el Poder Judicial, que sería el cómplice de la tortura. No existiría si el Poder Judicial no la avalara”.

Según la militante anticarcelaria, “esa medida de sujeción, como los psicofármacos y chalecos químicos, las sufren más las mujeres. Como somos locas, histéricas, sufrimos más ese tipo de represión”.

Fue el 9 de enero cuando las protestas dieron paso a las camas de sujeción. Un día antes, un grupo de detenidas había recibido el resultado positivo del test de coronavirus. Para aislarlas, las enviaron a un sector reducido, sin ventilación ni heladera, en días con temperaturas agobiantes. La cuarentena no incluía atención médica. Tras más de 24 horas en ese encierro dentro del encierro, quemaron un colchón a modo de reclamo. Los matafuegos no alcanzaron y las mangueras llegaron tarde. Una mujer tuvo que ser internada con quemaduras graves. Para las demás, llegó el castigo: sujeción o traslados.

Menos visitas

Otra forma de “torturas”, dice Revol, son los traslados. Porque, en el caso de las mujeres cis y trans y ante la menor cantidad de espacios de encierro disponibles para ellas, los traslados implican más lejanía. Y más lejanía implica menos visitas, en colectivos que ya de por sí son menos visitados que los masculinos.

“Está estudiado que hay menos visitas a mujeres. En muchos casos porque las cárceles de mujeres están alejadas de centros urbanos y eso hace más difícil el acceso. Muchas veces no cuentan –sobre todo en el caso del colectivo trans- con familiares que puedan acercarse. Ahí las organizaciones cumplen ese rol”, explica Manquel, de la PPN.

Ese tipo de redes las tendió en Bouwer el colectivo Solidaridad Anticarcelaria, del que participa Revol. Pero aclara que quienes ponen el cuerpo son “un grupo de pibas que llevan paquetes a mujeres trans que no reciben visitas, las más abandonadas”. Desde que comenzó la pandemia, les acercan medicamentos, ropa, calzado, yerba, galletas. “Vamos una o dos veces al mes. El gasto es muchísimo”, dice Revol, y acota que “el Servicio Penitenciario pone todos los obstáculos habidos y por haber. Sólo permite a cada una dejar cosas para tres personas, entonces tienen que viajar varias. Ellas y elles son quienes están poniendo el cuerpo, comprando, bancando horas y horas de espera”.

“La visita para las personas detenidas cumple una doble función, que no es solo el contacto y sostenimiento afectivo, sino también lo material. En las mujeres y trans, encima de que son poco visitadas en relación a los varones, la pandemia las dejó más aisladas aún. Eso recrudeció un montón la vida al anterior de la cárcel. En 2021 se retomaron las visitas de forma progresiva, pero siguen teniendo algunas dificultades. También porque el Covid sigue circulando y se aíslan muchos pabellones. Hay un rebrote importante de muchas cárceles, en particular de mujeres, como en el Complejo 4”, detalla Manquel.

Desde allí, una detenida describe que “el salón de visita no se encuentra en condiciones para recibir a nuestros familiares y amigos. Los trámites que exigen para comprobar vínculo son una burocracia casi imposible de completar y los cupos de amigos son solo tres”. El deterioro de las condiciones edilicias –como las del salón de visita- también empeoró en pandemia, cuentan las especialistas que volvieron a recorrer los pabellones en 2021.

“La mujer que llega a la cárcel es mucho más estigmatizada en la familia, en el barrio, que el varón que llega a la cárcel. No recibe visitas, no recibe alimentos, cosas de higiene personal. El encierro es mucho más gravoso para la mujer. Muchas eran jefas de familia, contenedoras del grupo familiar. De hijos, padres, familiares enfermos. Al ir a la cárcel eso se rompe y le pesa a la mujer”, describe Ignacio. La destrucción del vínculo materno-filial es señalada como una “pena añadida a la condena”, y extiende el castigo sobre hijos e hijas de mujeres presas.

El informe anual presentado en 2019 por el CNPT ante la Comisión Bicameral de la Defensoría del Pueblo advertía que “todas estas penas añadidas que sufren las mujeres encarceladas se acentúan en el caso de un colectivo emergente en las prisiones de la Argentina, como es el de las extranjeras, que representan un alto porcentaje en las cárceles federales, en su gran mayoría acusadas de violaciones a la ley de drogas. En la medida en que la legislación y las prácticas penitenciarias no contemplan las singularidades y problemas específicos, las mujeres cis y trans sufren en mayor grado violaciones de sus derechos fundamentales y se constituyen en uno de los grupos más vulnerados”.

Más discriminación

En septiembre de 2020, el tribunal Oral Federal de Posadas emitió un dictamen favorable para que pudiera acceder a la prisión domiciliaria una joven trans alojada en el CPF IV de Ezeiza, por encontrarse en una situación de desprotección en el marco de sus condiciones de detención.

Según difundió entonces la PPN, la joven de 19 años “sufría sistemáticamente actos discriminatorios y violencia psicológica en virtud de su identidad de género. Asimismo, el argumento transversal del pedido fue la falta de un espacio de alojamiento adecuado, ya que “el SPF no dispone de unidad que aloje personas mujeres transgénero menores de edad. En consecuencia, ante la falta de opciones respetuosas del derecho a la identidad de género de la detenida, la única vía a disposición, compatible con el respeto a la integridad personal y que permitirá el cese de las situaciones discriminatorias, será mediante el uso de la prisión domiciliaria”.

La falta de alternativas para el alojamiento de acuerdo a la identidad de género, y los episodios de discriminación y violencias que eso genera, forman parte de las problemáticas específicas de este colectivo en prisión. El criterio no es unificado: por lo general en la Argentina las mujeres trans son alojadas con mujeres cis, también hay pabellones específicos y poca claridad para situaciones como los procesos de transición que se dan intramuros.

Josefina Alfonsín, responsable del proyecto sobre LGTB+ en contexto de encierro de la PPN, está trabajando en un relevamiento diagnóstico mediante entrevistas con personas trans encarceladas. Se decidió encarar el proceso previo a la pandemia, pero luego el Covid-19 obligó a postergarlo y reconstruir los objetivos de ese mapeo, que hoy analiza también los efectos de la pandemia en este colectivo.

El análisis contempla cuestiones como las condiciones de vida previas a la detención, el momento en sí, las situaciones de selectividad penal y el impacto de la Ley de Identidad de Género en las comisarías. Uno de los aspectos que emerge, aunque el trabajo aún está en curso, tiene que ver con el “derecho a la consulta” en torno al lugar de alojamiento.

“Hay un consenso, ni desde el Poder Judicial ni desde el Servicio Penitenciario consultan sobre el lugar de alojamiento. Lo que termina pasando es que hay situaciones de discriminación tanto por personal penitenciario como por el resto de las detenidas”, plantea Alfonsín. Y sostiene que “deberían existir mayores espacios de alojamiento para personas de la diversidad y fortalecer el derecho a la consulta sobre su régimen de vida dentro de la prisión. Falta trabajar una línea de diversidad sexual en todo el Servicio Penitenciario Federal”.

Qué pasa con la población trans luego del encierro

Otro de los puntos del diagnóstico, vinculado a las condiciones de vida previas, también está exponiendo un universo común para gran parte de las personas trans detenidas. Falta de oportunidades laborales y desarraigo familiar forman parte de un combo que vuelve a repercutir en el después, tras el encierro. “Hay que pensar políticas postpenitenciarias para este colectivo –insta Alfonsín- y señala que las dificultades por los prejuicios existentes dentro del Poder Judicial niegan por ejemplo arrestos domiciliarios porque estas mujeres no tienen una casa. Sufren dificultades a medidas alternativas al encierro carcelario y faltan políticas para el momento de recuperar la libertad”, resume.

“Es muy común que no se respete el género autopercibido de las personas travestis y trans. Este acto de discriminación por lo general queda plasmado en las actas policiales y luego es arrastrado en los expedientes judiciales. Los malos tratos y hechos de torturas ejecutados por el personal penitenciario, que son moneda corriente en la población general, asumen una connotación sexualizada y más extendida cuando se trata de población trans/ travesti”, compara Darraidou, del CELS.

Nada de esto es exclusivo de Argentina. Y si bien, cada país de la región tiene sus particularidades al analizar la situación de las personas trans, “el patrón cultural de la criminalización está”, afirma Alfonsín. “Recién en estos últimos años se empezó a producir información sobre qué pasa con estas personas en las cárceles. En cada país va variando según las problemáticas locales, en El Salvador o México hay problemas con el crimen organizado, pero sí es una población altamente criminalizada. Y si analizás las condiciones de vida previas a ser capturadas por el sistema penal, también se encuentran con una realidad muy parecida a la Argentina. Acá la Ley de Identidad de Género es de vanguardia, pero dentro de los penales, si bien se avanzó un poquito en pensar alguna política penitenciaria desde otro enfoque, no resulta suficiente. Falta mucho”.

Fuente Agencia Presentes

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Récord de denuncias en la Defensoría del Público por discursos de odio en los medios argentinos

Sábado, 2 de abril de 2022
Comentarios desactivados en Récord de denuncias en la Defensoría del Público por discursos de odio en los medios argentinos

amalia-granata-radiomitre-2-1024x576La diputada “provida” Amalia Granata

Se recibieron 750 reclamos en los últimos días contra los dichos de la diputada Amalia Granata, la actriz Carmen Barbieri y la conductora Viviana Canosa.

 BUENOS AIRES, Argentina,

La Defensoría del Público de Argentina recibió 750 reclamos en los últimos días contra opiniones realizadas en programas de televisión vinculadas a los feminismos, la violencia de género y los derechos de la población LGTBIQ+.

Las denuncias repudian los dichos al aire de la conductora de televisión, Viviana Canosa; la diputada por la provincia de Santa Fe, Amalia Granata; y la actriz Carmen Barbieri sobre el colectivo travesti trans y feminista.

“Ya no nos posicionamos como víctimas, sino que tomamos una parte activa en el pedido de justicia y reparación por este tipo de ataques”, afirmó a Presentes la comunicadora travesti Victoria Stéfano.

Entre los ataques, la legisladora provincial sostuvo en una entrevista en el programa “Mañanísima” (Ciudad Magazine) y “LAM” (América TV) una serie de opiniones que “promueven o incitan el trato discriminatorio», remarcaron las denuncias en la Defensoría del Público.

“Hay chicos que no comen, que están en la pobreza absoluta, hay prioridades. El trans no está incapacitado para trabajar, tiene pies, manos, cerebro. Los trans tienen privilegios», había dicho Granata durante el programa conducido por Ángel de Brito el 16 de marzo.

Además, apuntó: “sos trans, no tenés ninguna incapacidad para ir a trabajar y pagarte por tus propios medios tu tratamiento de hormonización. Nosotros desde el Estado no podemos pagarles cuando ellos pueden ir a trabajar tranquilamente».

“Como mamá le digo que no es un privilegio ser trans”

Graciela Puchetta es la mamá de Tiziana, una niña trans de 14 años, y secretaria de familias e infancias de la Liga LGBTIQ+ de las Provincias. Cuando escuchó los comentarios de la diputada quiso repudiarlos.

“Ella (Tiziana) es beneficiaria -si se puede decir así- no de las hormonas, pero sí de los inhibidores. A pesar de que ella tiene todo nuestro apoyo, nosotros como papás no podríamos pagarle ese tratamiento como pretende Granata. Soy una simple ama de casa y su papá es un trabajador independiente. Para nosotros es imposible de costear”, dijo a Presentes.

Y quiso dirigirse a la legisladora: “Como mamá le digo que no es un privilegio ser trans. Lo que sufren las identidades trans usted parece que no tiene conocimiento de lo que luchamos y lo que sufrimos. Es para que las próximas generaciones de identidades trans no lo sufran como lo hizo mi hija, que no fue nada en comparación con las generaciones anteriores”.

En “Mañanísima”, Carmen Barbieri tuvo una conversación con la diputada por la que luego pidió disculpas. En ella dijo que el colectivo travesti trans “cobra sueldos” por ser trans y les dan “pasajes”. Granata sumó que reciben “viviendas gratis”.

Viviana Canosa, pionera del odio 

Estos discursos se sumaron a los que la conductora de A24, Viviana Canosa, emitió en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. “Empiecen por darse un baño, depilarse e ir a laburar”, les dijo a quienes fueron a marchar.

Ante estos dichos, cientos de usuarios convirtieron a Viviana Canosa tendencia en Twitter con críticas a la conductora. Además, la Defensoría del Público recibió 750 reclamos contra los discursos de Granata, Berbieri y Canosa.

La cifra es muy significativa. El organismo creado por la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual para recibir y canalizar las consultas recibe alrededor de 1600 reclamos por año.

Para la comunicadora Stefano, “hemos evolucionado en reconocer ciertos tipos de violencia, como en este caso la violencia mediática.

En este sentido, resaltó que se vive un proceso en el cual hay un nuevo posicionamiento ante las agresiones: “ya no van a ser ni gratuitas ni olvidadas. Ya no nos posicionamos como víctimas, sino que tomamos una parte activa en el pedido de justicia y reparación por este tipo de ataques”.

Las denuncias subrayan que las opiniones de las conductoras y conductores televisivos «promueven o incitan el trato discriminatorio», así como el odio y la violencia contra el colectivo LGTB.

Por esto, les reclamantes consideraron que los programas de televisión deberían no sólo pedir disculpas a las mujeres y a las personas travestis y trans, sino también fomentar la participación de esos colectivos, para fomentar el diálogo y erradicar estereotipos.

De forma pública también se pronunciaron en contra de estos discursos Tani “Dihzy” Fernández Luchetti; la actriz y comediante, Flor de la V; y el periodista Franco Torchia, entre otres.

“Que alguien les avise a las dos (Granata y Barbieri) que todavía les trans se mueren a menos de la edad de ellas y muchos trabajos se les niegan solo por no ser cis”, respondió Dyhzy.

En tanto, Flor de la V hizo pública su devolución durante “Intrusos”, el programa que conduce en América TV y dijo que se trata de “discursos de odio”.

“Cuando hablan de privilegios es no tener conciencia de que nuestro colectivo tiene un promedio de vida de 35 años”, sostuvo la conductora, y agregó que “el 80% de las personas trans son expulsadas de su casa a muy corta edad” y luego del sistema educativo.

“El Estado no nos está haciendo un favor, el Estado lo que está haciendo por primera vez, en más de 40 años, es una reparación histórica”, agregó.

Afrenta a la libertad de expresión

Por su parte, el periodista Franco Torchia dirigió sus críticas a la conversación entre la legisladora de la provincia de Santa Fe y Carmen Barbieri.

«Todo lo que se esgrimió allí es totalmente falso. Y esto corre por mi estricta cuenta: es totalmente adrede”, afirmó en declaraciones a “Todas las tardes”, de Canal 9. Además, reconoció que los dichos violan la Ley de Identidad de Género y la Ley Antidiscriminatoria y “los pactos preexistentes en la constitución nacional y los pactos internacionales que rigen el respeto a los derechos humanos”.

“Ninguna mujer trans percibe un sueldo por el mero hecho de ser una persona trans. Ninguna identidad trans de la Argentina tiene una casa gratis», agregó.

Y detalló: «En su abrumadora mayoría son completamente despedidas de sus casas desde el día que nacen o algunos años después, o cuando están entrando en la adolescencia y comienzan a transicionar. Automáticamente quedan afuera de todas las casas, aún todavía hoy en Argentina”.

Ante su respuesta, la legisladora publicó este lunes a través de Twitter que inició acciones legales por “calumnias e injurias” contra el periodista.

“Se trata de una funcionaria pública amedrentando a un periodista y silenciando a un ciudadano”, replicó Torchia, en diálogo con Presentes.

Viejas narrativa, nuevas plataformas

Para Stefano, “estamos frente a un fenómeno comunicacional muy propio de esta época, donde este tipo de discursos reaparecen con una fuerza bastante interesante en términos de la virulencia que provocan en redes sociales”.

“Es una narrativa bastante vieja -agregó-, que poco tiene que ver con el momento histórico en el que nos encontramos”. Sin embargo también reconoció que no se trata de un hecho aislado.

“Ya venimos lidiando con este tipo de personajes. Hago referencia puntualmente a Agustín Laje, a Viviana Canosa, a distintos personajes que mediante traer discursos bastante viejos y reaccionarios vuelven a posicionarse públicamente, logran una presencia social muy fuerte y luego van por carreras políticas”, concluyó.

Fuente Agencia Presentes

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Absolvieron a Higui de Jesús, atacada por lesbiana, acusada por defenderse

Jueves, 24 de marzo de 2022
Comentarios desactivados en Absolvieron a Higui de Jesús, atacada por lesbiana, acusada por defenderse

HIGUI_RETRARO_GUTRAICH_DSC_2243-936x468NOTICIA ACTUALIZADA*

Los jueces Gustavo Varvello, German Saint Martin y Julián Descalzo del Tribunal Oral en lo Criminal Número 7 de San Martín absolvieron a Higui de Jesús del cargo de «homicidio simple». Higui es lesbiana, tiene 47 años. El 16 de octubre de 2016 había ido a visitar a su hermana Mariana en Lomas de Mariló (San Miguel) y sufrió un ataque en un pasillo del barrio por parte de un grupo de hombres que la hostigaban por su expresión de género y su orientación sexual. En el ataque se defendió e hirió de muerte de a uno de ellos. Sin acceso a la justicia, estuvo presa durante ocho meses y luego con prisión domiciliaria, hasta hoy.


Video: Cobertura Presentes/Marìa Eugenia Ludueña

Hoy se realizó la tercera audiencia y no se esperaba que se diera a conocer el veredicto. El activismo que viene apoyándola desde hace cinco años, cuando empezó a construir la campaña por la absolución de Higui, estuvo en la puerta del tribunal durante estos tres días. Al cierre de esta actualización festejaban en las calles con cantos y bombos frente al Tribunal que en todo el proceso no accedió a que los medios entraran a la sala.

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La abogada de Higui, Chiqui Conder -de la Gremial de Abogados y activista de ddhh- habló con Presentes al terminar el juicio. «Esta es una victoria nuestra, no del sistema judicial. Nos tienen que creer cuando denunciamos un abuso. Acá no se investigó nada de lo que le hicieron a Higui. Lo único que se ve en los fiscales es criminalizar a Higui por ser mujer, negra, pobre y lesbiana. Lo primero que hace el Estado con Higui, que ha sufrido múltiples violencias, es encerrarla y meterla presa. Eso habla de un Estado ausente», dijo a Presentes la abogada de Higui, Chiqui Conder.

La tercera audiencia

Higui llega a los tribunales de San Martín en medio de aplausos y más cantos. Lleva en una mano la pelota de fútbol (con mensajes de las pibas de la Villa 31), cual amuleto, y con la otra una remera con la foto de sus perritos, que cada tanto llena de besos. Sube en el ascensor hasta el décimo piso , donde le toca sentarse en el banquillo de lxs acusadxs.

Se la acusa de homicidio simple por haber defendido en octubre de 2016 de un ataque sexual perpetrado por un grupo de varones. Quisieron violarla para “corregir” su lesbianismo. Higui se defendió con un cuchillo de jardinería que tenía encima: llevaba mucho tiempo sufriendo agresiones por su orientación sexual y su expresión de género.  

La sala C, donde transcurren las audiencias, es diminuta. Hay lugar para cuatro personas de cada parte. La falta de espacio aumenta la tensión. Higui está acompañada de su psicóloga y de sus abogadas, Chiqui Conder y Claudia Spatocco. Está además la otra parte, que nadie sabe bien cómo llamar, la que va por Cristian «Pino» Espósito, el fallecido, 28 años, uno de los agresores que atacó a Higui y a quien ella al defenderse hirió de muerte.

Lo volvió a relatar hoy con detalles ante el tribunal que la juzga. Es el Tribunal Oral en lo Criminal Número 7, y lo integran Gustavo Varvello, Germán Saint Martin y Julián Descalzo.

Por la familia del fallecido entró a la sala la madre, que se apoya en muletas y lleva una remera con la cara de Espósito y una leyenda: En el cielo nos vemos hijo. Las otras mujeres que la acompañan usan remeras de Justicia por Pino. Y han pegado en el edificio algunos carteles que lo defienden. En las paredes del tribunal conviven los pedidos de absolución para Higui con las fotos y los pedidos de Justicia para decenas de pibes y pibas, todes muy jóvenes, todes pobres, todes de los suburbios.

En la audiencia de hoy estuvieron además la fiscala, Liliana Tricarico, fundadora y presidenta de la Asociación de Fiscales de la provincia de Buenos Aires. También la veedora Indiana Guereño por parte del ministerio de la provincia de Bs As y Romina Chiesa, directora de protección del Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad. También Viviana Figueroa, militante de la organización lésbica Las Safinas que llegó desde Rosario junto a otras compañeras. Higui estuvo toda la audiencia muy cerca de su psicóloga, Raquel Disenfeld. Fue un día difícil.

Piden cambiar de sala

El periodismo no pudo en los tres días entrar a la sala. Por un lado por falta de espacio pero también por una resolución emitida por el tribunal que dijo que no se podían publicar los dichos de los testigos. Alegaron proteger el proceso como si los años que pasaron no hubieran existido. Hay numerosos pedidos de organizaciones de comunicación y de ddhh que solicitaron al tribunal dos cosas: llevar el proceso a una sala más grande para que pueda ser cubierto por los medios, que también son pocos. Y otro para que los alegatos sean televisados. Esto tampoco ocurrió, ya que al terminar la audiencia se comunicó que los alegatos serían esta tarde a partir de las 17hs.

 Qué dijeron quienes atendieron a Higui

Hoy declararon tres personas que atendieron a Higui. Sus dichos fueron contundentes. La primera, una policía que llegó al lugar de los hechos aquella noche. Esa policía contó que cuando acudió, a partir de un llamado al 911, encontró a Higui muy herida y golpeada, con la ropa rasgada y sucia, con aliento a alcohol. Estaba muy asustada y se había hecho pis. La policía dijo que no la podía cambiar de tan golpeada que la encontró, y que creyó que podía tener fracturas. Relató que en el lugar estaba también un flete llevando al hospital a Espósito.

En la audiencia de hoy se extrajeron de una bolsa algunas prendas recolectadas como supuesta prueba. Entre ellas, la ropa de Higui de aquella noche, que fue exhibida ante las partes y los jueces, como el pantalón de jogging azul que vestía.

La segunda testigo fue la primera psicóloga que la atendió cuando quedó detenida. Todos los dichos de la psicóloga apuntaron a un punto: «Higui no está mintiendo, lo que está diciendo Higui es cierto», repitió. Y habló desde las pericias psicológicas realizadas en aquel momento. Cuando la testiga llegó a este punto del relato Higui tuvo una crisis de angustia y pidió retirarse de la sala. Salió a tomar aire y fuerzas y volvió a entrar poco después.  

La tercera testiga fue una psiquiatra que la atendió. Su testimonio fue muy breve.

Tras un cuarto intermedio, Higui pidió declarar y hacerlo sin público. En la sala solo quedaron su psicóloga, sus abogadas, los jueces, la fiscal y personal del tribunal. La madre de Espósito se quejó. “Ella tiene derechos”, le respondió un policía que custodiaba la entrada a la sala.

La declaración fue larga. Muy parecida a lo que dijo en su declaración indagatoria, donde repasó aquella noche violenta. Pero hoy lo contó con muchos detalles, de manera vívida, ilustrando ante el tribunal con su propio cuerpo cómo fue cada tramo del ataque y de su defensa. «Casi me quiebro pero me acordé de mis perritos», dijo Higui a Presentes.

Luego fue el turno del Enrique Stola. Citado como testigo conceptual, Stola había sido perito de parte y hoy declaró por videollamada desde España. Se centró en explicar qué es el estrés postraumático.

A eso de las tres de la tarde Higui salió del tribunal. “Quería declarar, tenía muchas ganas de hacerlo. Me siento mejor”, dijo a Presentes. Se la veía más aliviada. Sus abogadas acababan de recibir la noticia de que en dos horas, a las 5 de la tarde, serían los alegatos.

Higui absuelta

Higui fue recibida con aplausos y cantos en la calle. Durante todo el día, el sonido de ese acompañamiento crucial del activismo de la diversidad sexual y ddhh organizado -los cantos, la música, algún bombo, los gritos- llegaba lejano pero persistente hasta la sala del décimo piso. Parecía que era lo único que podía filtrarse hasta el piso 10. Higui lo escuchaba y eso alcanzaba. Esos sonidos eran de los pocos hilos conectores entre lo que parecen  dos mundos diferentes. La justicia blindada sobre sí misma, patriarcal, donde hay que ponerse de pie cuando entran los jueces y acatar. la Justicia que decide que un juicio con esta relevancia no puede transmitirse ni cubrirse periodísticamente. Una justicia sin perspectiva de género, que hasta hoy no investiga el ataque a una lesbiana como un delito de odio.

Y esa justicia es también la que decidió absolverla. Antes de que el veredicto se conociera y cuando empezó a oscurecer, más y más personas se fueron acercando al tribunal. Primero para acompañar los alegatos. La defensa pidió, lógicamente, la absolución. La fiscalía, la detención inmediata de Higui y diez años de cárcel, en un alegato sin perspectiva de género. Ahí empezó a correr el rumor de que hoy se podía conocer el veredicto. Hubo tambores y música en la radio abierta, una asamblea y cada vez más personas sumándose.

Los escenarios no estaban claros y el aire estaba pesado. En la sala C, antes de que el tribunal diera el veredicto, Higui dijo que lamentaba y sentía mucho lo que había pasado.

Cerca de las ocho llegó la noticia a la calle, donde seguía llegando gente. Gran parte del activismo estaba ahí desde antes de las 9 de la mañana. ¡Absolución! se gritó saltando, cantando, abrazando. Por fin Higui salió del tribunal y corrió sonriente a la calle, a pleno festejo de la victoria, tras una lucha que llevó más de cinco años. La absolución a Higui pasó de consigna a realidad.

«Las quiero abrazar a todas», dijo. «Gracias guachas por no bajar los brazos». Caminó rápido hacia el micrófono que la esperaba en un lugar seguro que se había armado en una carpa. Agregó: Gracias a mis abogadas. Ahí adentro de la sala me decían «Higuis» y ellas le llamaron la atención al tribunal. Me enseñaron a respetar mi nombre».

Fueron más de cinco años de lucha contra un sistema judicial patriarcal, heterocisexista, desigual en su trato, por momentos absurdo. Un proceso complejo y difícil, lleno de vueltas y de sobresaltos, de demoras e injusticias. Y en cada uno de estos momentos en los que el apoyo y la organización de activistas de la diversidad sexual fue crucial, Higui se construyó también a ella misma como una activista. La que pidió: «Justicia para todos: para los chicos trans, para las travas encerradas en las cárceles, para los pibes pobres del gatillo fácil. Que aparezcan los nietos! Y que digan dónde está Tehuel»

Fuente Agencia Presentes

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Perpetua para el asesino de Evelyn Rojas: primera condena de crimen de odio en Misiones

Miércoles, 23 de marzo de 2022
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eve-5pt2d4g4ugt0A Evelyn la mató a golpes Ramón Da Silva, su pareja en 2016. La condena fue por “femicidio y crimen de odio de género y expresión”.
Agustina Ramos
David Melnik

El Tribunal Penal N°1 de Posadas condenó a Ramón Da Silva a prisión perpetua por homicidio por femicidio y crimen de odio de género y expresión hacia Evelyn Rojas. A Rojas la asesinó a golpes quien fuera su pareja en octubre de 2016. “Es un precedente importantísimo, sobre todo para la diversidad: un antes y un después acá en Misiones”, dijo el fiscal del Tribunal, Martín Rau, a Presentes.

Esta es la primera sentencia por crimen de odio de la provincia de Misiones y la segunda del país, luego de la condena por el travesticidio de la activista Amancay Diana Sacayan el 18 de junio de 2018. Allí el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 4 de la Capital Federal condenó a prisión perpetua a Gabriel David Marino.

La abogada querellante, Florencia González, señaló a Presentes que se trata de una “sentencia ejemplificadora y restaurativa de todas las vulnerabilidades estructurales que sufre la comunidad trans”.

“Esto también invita a la justicia a replantearse la necesidad y la importancia de incorporar la perspectiva y la conciencia de género y disidencias no solamente a la hora de investigar este tipo de crímenes, sino también a la hora de juzgarlos”, agregó.

F350CFE9-C9C4-4FD3-BAEF-D1C41DD6C70ADesde el activismo también celebraron la sentencia por la que vienen luchando desde hace años. “Entendemos que hoy pudimos hacer historia”, afirmó Adam Yan, presidente de la organización Somos Diverses.

En este sentido, el activista se mostró satisfecho y alegre por “llevarle un poquito de paz a la familia de Evelyn para que nuestra compañera trans descanse”, a la vez que reconoció que “todo este proceso fue un trabajo de mucha militancia y lucha”.

Evelyn Rojas fue asesinada el 27 de octubre de 2016 en una estación de servicio abandonada, ubicada en la intersección de la avenida Uruguay y la calle Bouchardo, de la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones.

“Evelyn fue asesinada a golpes y la mayoría fueron focalizados en su rostro. Además, tenía el pelo largo hasta la cintura y se lo rebanaron antes de matarla. Todos los insultos y la violencia de él hacia ella se dirigían hacia su orientación sexual e identidad de género: no caben dudas de que hubo un crimen de odio”, aseguró la abogada Florencia González en una nota anterior para Presentes.

La condena perpetua tiene una duración en Argentina de 35 años para la libertad condicional, en tanto y en cuanto la sentencia quede firme.

Tanto la querella como la fiscalía consideran que hubo “falencias en etapas anteriores” del proceso judicial, pero están de acuerdo con la actuación del Tribunal.

6AD109A7-7691-4424-8FBD-24E6D0576170“Desde el Tribunal hubo una amplitud para la presentación de la prueba, tanto por parte de la querella, la fiscalía como del defensor. Todas las partes pudimos ofrecer la prueba que pretendimos producir y el Tribunal la incorporó. Fue un proceso del todo cristalino, lo cual suma más puntos al logro conseguido”, sostuvo el fiscal Rau.

Durante el juicio “se pudo demostrar la violencia previa” que sufría Evelyn por parte de quien era entonces su pareja, Ramón Da Silva, conocido como “Junior” o “Ramoncito”, y “los peritos policiales y médicos marcaron el nivel de brutalidad de las agresiones que recibió”, concluyó.

Fuente Agencia Presentes

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Tehuel: elevan a juicio la causa por crimen de odio

Viernes, 18 de marzo de 2022
Comentarios desactivados en Tehuel: elevan a juicio la causa por crimen de odio

Tehuel-sin-logo-grisSe juzgará a los dos acusados por homicidio agravado por odio a la identidad de género contra Tehuel De la Torre.

*NOTICIA ACTUALIZADA 12 de marzo, 13:54*

El juez de Garantías de Cañuelas, Martín Rizzo, resolvió elevar a juicio la causa por homicidio agravado por odio a la orientación sexual e identidad de género contra Tehuel De la Torre, al cumplirse un año desde que el joven trans de 21 años fue visto por última vez.

Los dos imputados son Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes, ambos detenidos y procesados. Se los juzgará por el homicidio de Tehuel (artículo 80 del Código Penal) con el agravante de odio a la identidad de género. Es decir, que se juzgará como un crimen de odio (inciso 4).

El juzgado también aceptó el desdoblamiento de la causa, con el objeto de continuar con la búsqueda del joven trans desaparecido. Ayer se notificó a las partes involucradas, entre ellas a la fiscala Karina Guyot, quien se encuentra a cargo de la investigación y continuará a cargo de la búsqueda. 

En la misma resolución, el Juzgado de Garantías Nro. 8 Departamental rechazó el planteo de sobreseimiento pedido por la defensa de Oscar Alfredo Montes y tampoco hará lugar al cambio de calificación solicitado por la defensa del mismo imputado.

De esta manera, comienza la etapa de preparación del juicio que se le sigue a los imputados Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes por el delito de «Homicidio agravado por odio a la orientación sexual y a la identidad de género (trans odio)» en los términos del art. 80 inc. 4° del Código Penal.

Qué se probó hasta ahora

De acuerdo a los elementos recabados en la investigación, la Fiscalía concluyó que “en el lapso aproximadamente comprendido entre las 21:00 horas del dia 11 de Marzo de 2021 y las 4:33 horas del día 12 del mismo mes y año, en el interior del domicilio ubicado en la calle Mansilla 1203 de la localidad de Alejandro Korn del Partido de San Vicente, dos personas de sexo masculino, mayores de edad e identificados en autos como Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes causaron intencionalmente la muerte de Tehuel De La Torre-quien se autopercibia varón – motivados por el odio a su identidad de género y orientación sexual, utilizando métodos aún no determinados, en virtud de haber logrado los imputados ocultar sus restos mortales hasta el día de la fecha…».

En el escrito judicial se deja constancia de que el hecho de que no se hallara el cuerpo de Tehuel no es impedimiento para avanzar con el juicio de Ramos y Montes por homicidio agravado “frente al resto de las evidencias colectadas que conforman motivos de sospechas suficientes e indicios vehementes tanto de la comisión del hecho como su responsabilidad en los mismos”.

Además se hace mención especial a la incorporación del agravante por crimen de odio por identidad de género y se marca: “Debo una vez más señalar que, concebir de esta forma al asesinato aquí investigado, permite una compresión más profunda de sus causas y alcances, entre ellas el componente que se mencionó (socio/cultural) que acentúa la idea de que las manifestaciones de violencia hacia la población que la victima integraba están entrelazadas en relaciones de asimetria de poder y en discursos de odio, en un discurso machista y de dominación”.

Luego de reafirmar el desdoblamiento de la causa para que continúa la búsqueda de Tehuel de la Torre; el juez determinó no dar lugar a los pedidos de sobreseimiento y de cambio de carátula -por falso testimonio simple- de ninguno de los imputados. “Si bien en un principio la evidencia apuntó a ello, lo cierto es que el análisis efectuado permite concluir que los hechos por los cuales hoy la fiscalía mantiene su acusación deben ser remitidos a la etapa de juicio oral bajo la figura agravada de homicidio”, expresó en el escrito judicial.

Las contradicciones de los imputados

El juez Rizzo enumera en sus fundamentos las contradicciones en las declaraciones de los detenidos.

– Ramos negó haber sostenido comunicaciones posteriores al 11 de marzo con Montes (el otro imputado); mientras que el informe de Telefónica sobre los registros de llamadas entrantes y salientes de su teléfono indica que lo llamó el 11 de marzo de 2021 a las 13:56:43 hs, el día posterior a las 14:09:17 hs y el día 13 de marzo del 2021 a las 17:49:20 hs.

– En las filmaciones del Centro de Monitoreo de San Vicente como del informe proveniente de la red Link, emergieron otros datos contradictorios a los referidos por el imputado Ramos, que se suman al informe telefónico de donde se desprende que pudo haber existido intercambio de comunicaciones entre el encausado este último y Tehuel De La Torre el jueves 11 de marzo del corriente año entre las 19:28 hs. y las 19:34 hs., en contraposición a lo declarado.

– Montes aseguró en primera instancia que desconocía y que nunca había visto a Tehuel De La Torre, pero que sí conocía a «Luigi» (Luis Ramos) resultando ser un vecino del barrio. También manifestó que la última vez que vio a «Luigi» fue el jueves 10 de marzo de 2021 en su casa al mediodía con quien compartió unas cervezas. Sin embargo, según las pericias realizadas sobre el teléfono celular perteneciente a Ramos, se observan 28 fotografías cuya fecha de creación data del día 11 de marzo del corriente año, siendo que en la creada a las 20:42 hs., puede observarse a ambos encausados junto a Tehuel de la Torre presumiblemente en el que luego se determinara se trataba del domicilio del imputado Montes.

– En el mismo teléfono celular –según el informe preliminar de la UAID– obra una línea de tiempo con los archivos multimedia, todos ellos del día 11 de marzo de 2021, de donde emerge a más de la foto mencionada, otras como así también filmaciones que dan cuenta del encuentro de Montes y Ramos tanto en la vivienda de uno como del otro, que habían sido suprimidas de dicho aparato.

Más evidencias que incriminan a los acusados

Con las pruebas que se destacan en la elevación a juicio queda en claro que Tehuel salió de su casa, tomó el colectivo y llegó a Alejandro Korn. Así se confirma con información de la tarjeta SUBE y a partir del informe y pericia parcial que da cuenta de la geolocalización de su celular a unos 70 metros aproximadamente del domicilio de Luis Alberto Ramos, donde se registró su última conexión a las 00.24 del 12 de marzo de 2021. Allí, además, en uno de los allanamientos se encontraron pedazos de celular de Tehuel que pudieron ser identificados por el número de IMEI.

En ese mismo lugar, se encontraron manchas de sangre sobre una de las paredes. A partir de la pericia que comparó la muestra con una del hermano biológico de Tehuel se llegó a la conclusión de que son coincidentes.

La última de las pruebas que se indica es el hallazgo de un retazo de tela quemado. Se comprobó que es similar a la campera del joven trans. Además, si bien no se comprobó el uso de ningún combustible derivado del petróleo, sí quedó confirmado que la tela fue quemada en el lugar.

Odio hacia la identidad de género y contexto

En sus consideraciones para la elevación al juicio, Rizzo remarca en varias oportunidades las vulneraciones que sufren las disidencias y reafirma la consideración del agravante por crimen de odio hacia la identidad de género. De esa manera, también contextualiza la situación en la que estaba Tehuel al momento del crimen.

“En efecto, fueron consideradas situaciones que tienen que ver con el proyecto de vida y el acceso a derechos de esta población, de la cual insisto Tehuel se encontraba incluido, como así también la situación de discriminación histórica, social, cultural y estructural en la que en muchos casos se ven inmersa las personas que integran éstas minorias, que son en muchos casos el caldo de cultivo de las situaciones de violencia que experimentan y que como concluiré solidificaron las bases de su muerte por el odio de los imputados”, marca en una parte del documento.

Marcha por el aniversario de búsqueda

Al cumplirse el primer aniversario de búsqueda, ayer hubo numerosas manifestaciones y concentraciones en numerosas ciudades del país. La mayor convocatoria se produjo entre San Vicente y Alejandro Korn; con familiares, amistades y personas autoconvocadas.

Las actividades en ese punto comenzaron con la presentación del colectivo de mujeres “Mosaico Urgente”, que recordó el aniversario con un mosaico que se colocó en la Estación Cultural San Vicente, más conocido como el Predio Ferial Vieja Estación, ubicado en avenida Sarmiento al 1.100, en San Vicente.  El mosaico mide un metro de alto por 50 centímetros de ancho y fue hecho con azulejos y cerámica en frío por un total de 10 artesanas.

A las 17 comenzó la marcha en Alejandro Korn, encabezada por familiares de Tehuel, desde el Cruce de la Ruta 210, hasta el Centro Cívico. De esta última participó incluso Greta Pena, subsecretaria del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

Fuente Agencia Presentes

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El obispo Gustavo Zanchetta, condenado a cuatro años y medio de prisión por abuso sexual

Jueves, 10 de marzo de 2022
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1CB2C3AC-288F-4971-8326-08EFE0F4859CTras el fallo, el prelado fue esposado en la sala de juicio y trasladado a la Unidad Regional N 2

La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, en Salta, condena al exobispo a cuatro años y seis meses de prisión efectiva por abuso sexual continuado agravado contra dos exseminaristas y ordenó su inmediata detención

Tras el veredicto del tribunal, integrado por María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos, Zanchetta fue esposado en la sala de juicio y trasladado a la Unidad Regional N 2

Durante el juicio Zanchetta declaró y negó todas las acusaciones en su contra, mientras que las dos víctimas (Seminaristas) ratificaron sus denuncias y sus declaraciones formuladas durante la etapa investigativa

Zanchetta renunció como Obispo de la Diócesis de Orán el 31 de julio de 2017, tras argumentar problemas de salud, y se instaló en España, donde fue nombrado por el Papa como asesor

Habla una de las víctimas de abusos espirituales en el grupo de Karadima. Francisco Prochaska: “Karadima fue un líder sectario, con un liderazgo tóxico”

El PSOE no cede a las peticiones de sus socios y sólo admitirá que sea el Defensor del Pueblo quien investigue los abusos

Infancia Robada apoya la propuesta de PSOE y PNV y se pone “a la entera disposición del Defensor del Pueblo”

(Télam).- La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, en Salta, condenó este viernes al exobispo de esa localidad Gustavo Zanchetta a cuatro años y seis meses de prisión efectiva por abuso sexual continuado agravado contra dos exseminaristas y ordenó su inmediata detención y traslado a una unidad carcelaria.

Se trata de la misma pena que había solicitado el jueves la Fiscalía en su alegato, con argumentos basados en los informes psicológicos y psiquiátricos realizados al exobispo en el juicio oral y público que comenzó la semana pasada en Orán.

Tras el veredicto del tribunal, integrado por María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos, Zanchetta fue esposado en la sala de juicio y trasladado a la Unidad Regional N 2, que pertenece a la provincia, hasta que haya un cupo en la Unidad Carcelaria de Orán, informaron a Télam fuentes judiciales.

Durante el juicio Zanchetta -que estuvo acompañado por los abogados canónicos Javier Belda Iniesta y Francesco de Angelis-declaró y negó todas las acusaciones en su contra, y aseguró que tres sacerdotes le habían dicho que la denuncia en su contra se trataba de una venganza. mientras que las dos víctimas ratificaron sus denuncias y sus declaraciones formuladas durante la etapa investigativa.

En una audiencia realizada la semana pasada, varios testigos habían complicado la situación del exobispo, ya que de sus testimonios surgió que ejercía tratos inapropiados con algunos seminaristas y que se le encontraron fotos con contenido pornográfico en su teléfono celular, entre otros detalles.

Un joven denunció los episodios de contenido sexual que sufrió por parte de quien fuera obispo de la Diócesis de Orán, a partir de 2017.

Según la denuncia, estos abusos tuvieron como escenario el edificio del seminario Juan XXIII, de Orán, ubicado a 270 kilómetros al norte de la ciudad de Salta, y en un domicilio particular de la localidad de Los Toldos.

Luego, se sumó la denuncia de un segundo seminarista, que el 13 de febrero de 2019 relató haber sufrido episodios de significación sexual y conductas inapropiadas “frente al público y en el ámbito privado”.

Estos hechos habrían ocurrido desde 2016, en la casa parroquial San Antonio, en el edificio del seminario Juan XXIII y la casa del Obispo.

Esa misma tarde, tarde, el actual obispo de Orán, Luis Scozzina, emitió un comunicado para renovar su “solidaridad y cercanía para con las víctimas y con todos los que se sintieron afectados durante todo el proceso judicial”, y explicó que “junto al pedido de perdón a las víctimas y a los seminaristas, quiero llamar a la comunidad diocesana a una sincera reconciliación ante las heridas provocadas por los gestos y actitudes de autoritarismo y de abuso de poder”.

Por su parte, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), los obispos Oscar Ojea y Alberto Bochatey, también manifestaron su “cercanía con las víctimas” y les expresaron “un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia”.

“Estos dolorosos acontecimientos nos renuevan en la tarea comprometida y urgente de erradicar este tipo de conductas abusivas y continuar trabajando arduamente por la implementación de las medidas que la Santa Sede ha pedido a las Diócesis de todo el mundo, en la búsqueda de la verdad y la justicia”, sostuvieron, tras lo que le pidieron a consuelo para “el inmenso dolor de las víctimas y sus familias”.

Zanchetta renunció como obispo de la Diócesis de Orán el 31 de julio de 2017, al argumentar problemas de salud, tras lo que abandonó la Argentina y se instaló en España, donde fue nombrado por el Papa Francisco como asesor del ente para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, que gestiona los bienes y propiedades de la Curia Romana.

El Papa había asignado a Zanchetta dentro de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica en 2017

A la causa por abuso sexual, se le suma otra que investiga la Justicia salteña, por una posible estafa al estado o administración fraudulenta, cuando Zanchetta era el obispo de Orán, por lo que el 7 de noviembre de 2019 fue allanada la sede del obispado de esa ciudad, que está a 270 kilómetros al norte de la capital salteña.

Para llevar adelante la investigación que permitió la condena del exobispo, el Ministerio Público Fiscal de Salta (MPFS) creó una Unidad Fiscal compuesta por los fiscales Soledad Filtrín Cuezzo y Pablo Rivero, quienes a lo largo de todo el juicio presentaron pruebas y testimonios que derivaron en la condena dada a conocer hoy.

En el mismo fallo, los jueces ordenaron su inmediata detención y determinaron que, una vez firme la sentencia, sea inscripto en el Banco de Datos Genéticos.

En los alegatos, pronunciados ayer, el defensor oficial Enzo Giannotti solicitó la absolución de Zanchetta.

El juicio fue prorrogado en septiembre de 2021, por solicitud de Giannotti, quien argumentó que el expediente canónico que fuera solicitado como prueba por la defensa y también por la Fiscalía, no había sido recibido a la fecha.

En la oportunidad, los voceros detallaron que dicha prueba se tramitaba por vía diplomática ante la Santa Sede, por lo que los magistrados decidieron posponer el inicio del juicio -que había sido fijado para los días 12 al 15 de octubre- para los días 21 al 25 de febrero de 2022 y finalmente se extendió hasta hoy.

Alrededor de 40 testigos pasaron por el juicio contra el religioso.

Este mediodía, familiares y allegados de las víctimas manifestaron su descontento por considerar injusto el fallo e insuficiente la pena otorgada al ex obispo.

El 8 de julio de 2021, los jueces de la Sala IV del Tribunal de Juicio de Salta condenaron a la pena de 12 años de prisión al sacerdote Rubén Agustín Rosa Torino por abuso sexual gravemente ultrajante agravado, en perjuicio de dos víctimas, y abuso sexual simple en perjuicio de una tercera víctima.

De esta manera, Zanchetta se convierte en el segundo miembro de la Iglesia Católica condenado en Salta, por causas vinculadas a abusos sexuales.

Fuente Religión Digital/Infobae

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Violencia en boliches: Advierten sobre el aumento de ataques homoodiantes

Sábado, 5 de marzo de 2022
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En los últimos meses se conocieron varias denuncias de agresiones. Todas suceden ante la mirada del personal de seguridad y la policía, quienes, en todos los casos, avalan esos ataques. La preocupación de las organizaciones LGBTI.

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BUENOS AIRES, Argentina. Daniel, Simón, Brian y Manu tienen algo en común: son personas del colectivo LGBT+ que vivieron o tienen une allegade que vivió una situación clara de violencia en un boliche bailable, un lugar de distención y dispersión junto a amigues.

“La discriminación y violencias de este tipo son sistemáticas”, apuntan activistas LGBT+ que conversaron con Presentes sobre las agresiones vividas en boliches o a la salida de ellos.

Agredides y desprotegides

Calchaquí es una pequeña ciudad en el norte de la provincia de Santa Fe, de las que crecieron con La Forestal y donde aún todes se conocen.

Uno de los boliches más conocidos del lugar es El Gigante y es un conocido escenario de agresiones. En diciembre, a la salida de ese local asesinaron a golpes a dos hombres.

El viernes 11 de febrero, Brian Blanco fue con su amigo Juan a bailar. En un momento deciden ir al baño. “Había un tipo en los mingitorios y Juan se puso al lado. Yo me quedé esperando y, cuando se desocupó un cubículo con inodoro, entré”, reconstruye Brian en diálogo con Presentes. Y continúa: “En ese momento mi amigo sale del baño y este hombre se me mete adentro del cubículo. Abre la puerta, conmigo adentro de espaldas. Yo lo miro y él se me queda mirando fijo a los ojos y cierra la puerta. Ahí yo pensé: ‘Este tipo me viola’”.

Brian forcejeó con él, lo empujó, abrió la puerta y logró salir el baño. Pero ahí no terminó la situación. En el boliche había cinco policías prestando servicio. “Les conté la situación y se rieron. Me dijeron que como me había defendido no pasaba nada. No fueron capaces de fijarse si el tipo seguía en el baño, si había agarrado a otra persona”, recuerda. Tampoco le ofrecieron acompañarlo a hacer la denuncia a la comisaría. Cuando se iba, mientras se reían, le recomendaron: “Sopapealo”.

Ante esa respuesta, Brian decidió no denunciar. “Esto es un pueblo chico. ¿Qué voy a denunciar al tipo o a los agentes? Después lo tengo que ver en todos lados”, lamentó, al tiempo que sostuvo que lo que vivió fue un ataque directamente hacia su integridad.

Después de haber vivido esas situaciones, los jóvenes –todavía en shock– decidieron irse. Estaban subiéndose a la moto cuando un hombre que también salía del boliche se les acercó, le pegó una piña en la cara a Juan y le gritó: “¡Por puto!”. “Mi amigo voló de la moto como dos metros y comenzó a hinchársele la cara”, contó Brian.

La urgencia de un cambio cultural

Mariano Espinosa, director de Promoción de Derechos para la Igualdad de la provincia de Santa Fe, fue consultado por este caso. “En todos los espacios se necesita romper esas barreras que dificultan la restitución de derechos desde, por ejemplo, un trámite administrativo o una denuncia. Se necesita desterrar prejuicios y seguir capacitando. Hay leyes que nos han permitido avanzar en pos de la igualdad, pero seguimos pensando políticas públicas para que no ocurran más estos hechos”.

Además, explicó que al conocer este caso se activó “el protocolo”. Eso implica que desde su área se contacten con las autoridades locales y desde ahí se articule una intervención “comunicándose primero con la persona que sufrió violencia por su orientación sexual o identidad de género” y definiendo estrategias para acompañarla.

Más allá de las acciones y plazos puntuales en cada caso por parte de distintos niveles estatales, se repite en todo el país el hecho de que las situaciones de violencia repercuten siempre primero en las organizaciones vinculadas al colectivo –mucho antes de llegar al ámbito institucional.

Ese caso no fue la excepción. “Frente a estos hechos, desde el Espacio Nacional de Diversidad del PS queremos expresar nuestra profunda preocupación por lo acontecido y exigimos a las autoridades municipales, provinciales y judiciales que tomen las medidas necesarias para que estos hechos no vuelvan a ocurrir (…) Instamos a la sociedad a solidarizarse y no naturalizar esta violencia odiante”, expresaron desde la organización en un comunicado.

Un episodio que se repite

Los actos violentos en boliches a personas de la diversidad sexual quedaron en evidencia en el último tiempo. Fue a partir de la agresión homoodiante que recibió el joven queer de 28 años, Daniel Callejas, en un boliche de la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires.

Daniel Callejas es odontólogo, paramédico, modelo y llegó al país desde Venezuela en el 2016. También es sobreviviente de un ataque homoodiante que sufrió en la madrugada del lunes 31 de enero a la salida de la fiesta Río Electronic Music, en Punta Carrasco, al norte de la ciudad de Buenos Aires.

Ese día hizo pública su situación en un video que compartió en su cuenta de Instagram y rápidamente se volvió viral. “Esto que me pasó a mí es lo más horrible que me ha pasado en la vida”, dijo a Presentes.

En un principio, el joven fue expulsado del boliche por guardias de seguridad porque algunos clientes se habían quejado de la forma en la que bailaba. Una vez afuera del lugar, dos hombres se acercaron y comenzaron a golpearlo, mientras le decían insultos homoodiantes.

“Me empezaron a decir ‘puto de mierda, te vamos a matar’. Yo pensé que iban a matarme, porque me empezaron a pegar tan fuerte en la cara que quedé inconsciente”, dijo.

Cuando se despertó, se acercó, “lleno de sangre”, al personal de seguridad. “Les pedí ayuda porque se supone que en el lugar tenía que haber un médico. No me dieron asistencia médica ni llamaron a la ambulancia, me ignoraron y me trataron de loco”, señaló Callejas y subrayó: “Ellos no hicieron nada”.

Ante este hecho, Daniel presentó una denuncia en la Comisaría Vecinal 14 C, ubicada en República Árabe Siria 2961, en el barrio porteño de Palermo, y desde el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) se pusieron a disposición.

A partir del caso de Callejas, la legisladora por la ciudad de Buenos Aires del Frente de Todxs, Claudia Neira, presentó un pedido de Informes ante la Legislatura para exigir “información al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sobre los prestadores del servicio de seguridad privada, la capacitación recibida y la existencia o no de sanciones previas”.

“Nos parece importante contar con toda esta información porque vemos hechos de discriminación y violencia como algo sistemático en la seguridad privada, sobre todo de los boliches”, explicó Neira a Presentes. Y advirtió que “el Ministerio de Seguridad no está cumpliendo en enviar los informes que debería estar remitiendo periódicamente sobre la seguridad privada en la Ciudad”.

También insistió en la necesidad de una puesta en funcionamiento del Consejo de Seguridad Pública porteño, “un órgano creado por la Constitución, que tiene una ley que lo regula y que sin embargo no ha sido conformado”, detalló la legisladora y consideró que ese “debería ser el ámbito donde se podrían estar discutiendo estas cuestiones”.

Las denuncias

En el 2021, hubo 2.567 denuncias realizadas ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), de las cuales tres fueron efectuadas por personas LGBT+ en el ámbito de locales bailables.

“Estos dos últimos años bajó la cantidad de denuncias no porque hayan dejado de existir, sino porque por la pandemia los boliches cerraron”, informó a Presentes Demian Zeyat, director de Asistencia a la Víctima del INADI.

Desde el 2015 hasta la actualidad, el año que más denuncias hubo, en relación con el total, fue el 2017 con 24 denuncias sobre 2.495, lo que equivale a un 0,96% del total. El resto de los años -con excepción de los pandémicos-, el porcentaje osciló entre 0,60% y 0,65%.

“En general las temáticas vinculadas con las personas LGBT+ está entre el 3% de las denuncias que recibimos y las agresiones en boliches superan el 0,6 por lo que es bastante relevante”, agregó Zeyat.

Sobre el tipo de denuncias, explicó las que más reciben “no son agresiones físicas en boliches, sino sobre todo de personas trans a las que no se les respeta su identidad de género”.

Quiénes y dónde se denuncia

Sin embargo, muchos casos no son denunciados ni a través de mecanismos judiciales, ni ante el INADI.

“Realizar una denuncia de este carácter, sobre todo cuando es algo tan movilizador como un caso de violencia implica un desgaste que está puesto en sobrellevar la situación de agresión que se recibió”, manifestó Manuel Ferreiro, activista y coordinador de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) en la ciudad de Buenos Aires.

Desde la RAJAP denunciaron a través de sus redes sociales un “hecho de violencia, discriminación y violación de la confidencialidad de diagnóstico” efectuado por parte del personal de seguridad del salón de eventos Palacio Alsina de la ciudad de Buenos Aires. El hecho ocurrió el 5 de febrero de este año, en el marco de la Fiesta Dorothy.

“Cuando estaba por ingresar al salón de Palacio Alsina, el personal de seguridad encontró las pastillas de la medicación antirretroviral entre las pertenencias de la persona violentada, y lo acusaron de que eran drogas ilícitas. En ese marco, lo amenazaron con que si no las descartaban iban a mojarlas y disolverlas en agua para garantizar su eliminación”, contó Manuel, que fue quien habló con la persona afectada.

Y continuó: “para conservar la medicación, la persona tuvo que exponer su diagnóstico, no solamente a la persona de seguridad, sino que también lo escucharon las personas que estaban a su alrededor. Finalmente, la persona resolvió decir que las iba a descartar y logró esconderlas en la calle para luego recuperarlas”.

“Son las estrategias que tiene que desplegar una persona que vive con VIH si tan solo quiere salir a un lugar a bailar”, sostuvo.

Agresiones permanentes

Simon-FacioSimón Facio fue brutalmente agredido a la salida de un boliche, en Palermo.

La violencia no solo se vive puertas para adentro. El 11 de febrero de este año, Simón Facio salió de la fiesta Plop, ubicada al límite entre los barrios Chacarita y Colegiales de la ciudad de Buenos Aires, junto a sus amigos. Se despidió de ellos para tomar el colectivo que lo llevaría a su casa.

Una vez en la parada que se encontraba en la esquina del lugar, Simón fue atacado por dos personas hasta dejarlo inconsciente. Cuando despertó, no tenía ninguna de sus pertenencias.

“Me dejaron la nariz, la boca y el ojo todo hinchado, con moretones, me partieron un diente, pero no tuve ninguna secuela tremenda”, contó a Presentes.

Simón no sabe si catalogarlo como un ataque homoodiante porque durante la agresión “no hubo diálogo”. Sin embargo, aclaró que “pasa todo el tiempo”. “Cuando lo puse en Twitter mucha gente me contó que al menos a la salida de la Plop es algo que pasa todos los fines de semana”, dijo.

Desde Santa Fe, Brian, en nombre de muches, concluyó: “Yo quiero que esto se conozca para que de forma urgente se instauren políticas públicas LGBT concretas que nos cuiden, que nos protejan y que garanticen nuestra salud, el acceso a la vivienda y, sobre todo, seguridad”.

Fuente Agencia Presentes

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Ayelén Acevedo es trans, tiene 38 años, vivió en la calle casi diez y busca romper con el estigma de morir antes de los 40

Viernes, 25 de febrero de 2022
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índiceAyelén Acevedo es una de las protagonistas del documental Sueños, sobre el mundo onírico de las personas en situación de calle, pero acaba de mudarse a un cuarto en Mataderos. Lo que más quiere es vivir; tiene la edad promedio en la que muchas de sus compañeras mueren. Escribe poemas, estudia Historia, y solo pide una cosa: un trabajo digno

Mercedes Funes
13 de Febrero de 2022
Entrevista a Ayelen Acevedo

“Estábamos en un boliche, justamente en ese entorno en donde lo conocí. Estábamos chamuyando, tomando unos tragos. El me tomaba de la falda, yo tenía una pollera. Y bueno, me declaraba que quería tener algo conmigo, pero que quería que fuéramos de a poco. Y al despertar me largué a llorar, porque fue una sensación muy real. Yo me desperté en las cuatro paredes de la Costanera, o sea, fue un sueño nada más”.

Cada vez que vuelve a verse en la película, Ayelén Acevedo se emociona. Fue un largo recorrido hasta la estabilidad con la que empieza soñar ahora. Anoche lloró de nuevo en la proyección de Sueños en el Centro Cultural San Martín. Es una de las protagonistas del documental de Marcos Martínez que cuenta los sueños de las personas en situación de calle –disponible en Cinear.play Estrenos–, pero desde hace un mes vive en un cuarto en Mataderos.

Es un cuarto amplio, con piso de cemento y una ventana desde la que habla con los vecinos, en una casa chorizo de construcción humilde que habitan unas veinte familias. Tiene pocas cosas: una cama, una mesa de madera con dos sillas, un mueblecito en donde guarda algunos elementos de cocina, una pava eléctrica, una radio a pilas, y un mate al que siempre le agrega el contenido de un saquito de té de hierbas. También una foto de Tini Stoessel recortada de una revista, que decora la pared junto a algunos discos viejos.
Entrevista a Ayelén Acevedo

No es mucho, pero ella está contenta: logró tener un cuarto propio. Alquila, sí, pero es de ella, tiene un techo, pudo salir de la calle. Al menos por ahora. Sus sueños siguen siendo los mismos: un amor que la quiera así, de a poco, que se atreva a quererla y no se vaya; conocer a Tini Stoessel y a María Laura Santillán, sus ídolas –dice que lee Infobae por las notas de la periodista y conductora–; un trabajo digno y una vida estable. Sobre todo eso, una vida. Con 38 años, sabe que la pesadilla que termina con las de muchas de sus compañeras antes de los 40 todavía está cerca, la ronda. No quiere eso para ella. Para nadie.

Por eso para Ayelén fue tan importante participar de la película, que la escucharan: “Era la oportunidad de mostrarle a la gente que también hay otras formas, que hay otra mirada posible. Que nos vean desde otra perspectiva, saliendo un poco del estigma de la prostitución, poder contar esto de que una chica trans puede trabajar de otra cosa y desenvolverse de otra manera en la vida”.

Ayelén entendió desde chica que una casa es algo que se puede perder y que, ahí nomás, está la calle: “Yo nací en Avellaneda, vivíamos en una casilla humilde en González Catán. Con la famosa debacle del 2001, a mi familia, como a tantas, le fue mal, y perdimos la casa. Cuando tenía 16 años, a mis padres les surgió una oportunidad de trabajo en Río Gallegos, y nos fuimos para allá buscando tener una mejor calidad de vida. Ellos todavía viven en el Sur”.

De Río Gallegos se fue cuando terminó la secundaria. Como muchas chicas trans, sólo pudo abrazar su identidad yéndose del hogar familiar. “Con mi vieja funcionamos de muchas maneras, y ella a veces es muy cruel –cuenta–. No es una mamá como otras, es dura; y mi viejo es un hombre de pocas palabras. Entonces a mí no me quedó otra que pelearla, en todo sentido. Yo quería estar en Buenos Aires, porque además allá es todo muy chato, estás a 3000 kilómetros de lo que pasa. La gente, por el frío, o vaya a saber por qué, es mucho más distante. Y yo estaba en plena adolescencia, donde uno necesita contacto y todo lo social influye”.

Así que me decidí a tomar las riendas de mi vida de manera autónoma y en pos de lo que siento, de lo que soy: quería estar acá en Buenos Aires con mi espacio, mi alquiler, poder invitar amigos, amigas… Porque allá era siempre la mirada de mi vieja: ‘Ay, mira ese, la cara que tiene’, o ‘¿Por qué tiene el pelo largo?’, o ‘¿Por qué tiene esa remera?’. Me acuerdo de la vez que me vio con el ojo delineado, me dio con una chancleta de corcho: ‘Sacate eso que te va a ver tu papá’. Y nada, la pasé… Entonces acá era la puerta para yo vivir libre en cuanto a eso, porque estar allá era sometida.”

Ayelén es un nombre por el que nunca la llamaron sus padres, pese a que tiene DNI femenino desde 2013. Para que pudiera transicionar, tuvieron que pasar diez años desde que dejó Río Gallegos y una ley que garantiza su identidad de género, pero su familia todavía no la acepta; cuando los ve, tiene que esconderla, como cuando iba al colegio. No les guarda rencor. “Ya están grandes, son mis padres; vos no te vas a poner a discutir o a decirles cosas que los hagan sentir mal. Creo que hicieron lo que pudieron y hay cosas que ya no las van a entender”, dice.

En Sueños, Ayelén recita uno de sus poemas, en los que mezcla humor con erotismo. Comienza con el estribillo de una canción de Tini: “Llevas tiempo imaginándome, imaginándonos, y yo seré tu princesa”. Dice que sabe que es frívola, pero es lo que quiere: un príncipe azul que la rescate. En otro habla de lo difícil que es conseguir un baño prestado siendo trans. Siempre le gustó escribir, y siguió haciéndolo en la calle: hace tres años publicó un fanzine que presentó en la Noche de los Museos.

índiceEn 2020 empezó a estudiar Profesorado de Historia en el Alicia Moreau de Justo y cursó algunas materias en modalidad virtual con su teléfono. Su meta es retomar de manera presencial. Pero lo que más le importa es trabajar. Le gusta cocinar y, antes de quedar “en la calle, literal”, se las arreglaba vendiendo mermeladas y escabeches que hacía ella misma. También fue vendedora en la feria de Solano e hizo tareas domésticas en un hogar y en casas de familia.

Al hablar con ella uno se pregunta cómo alguien con tantos recursos pudo quedar tan marginada de todo. La respuesta es una sola: la soledad y la perdida de una red de contención, sí; pero sobre todo, la discriminación. De todos: la sociedad, el Estado y su familia. Le pregunto en qué momento comenzó el desamparo, ¿cuándo llegó a Buenos Aires? “En el vaivén de venir y poder disfrutar de mi identidad y mi sexualidad, nunca tuve un lugar fijo –dice–. El común denominador siempre fue la falta de techo”.

¿Tenías un lugar donde parar cuando llegaste?

–Al principio cuando vine era a quedarme en lo de amigos, vivir de prestado un tiempo. Después había conseguido en Floresta un puesto de ayudante de cocina en un bodegón, y me alquilé una piecita en Flores que era como el pasillito este (señala), o un poquito más grande, pero ya no dependía de mi madre. Porque ella te ayuda, pero te somete a sus reglas, ¿no? O sea, en cuanto ella ve que vos te estás saliendo, bueno, ahí te suelta también con lo económico.

–¿Te acordás de la primera vez que dormiste en la calle?

–Fue en Solano, ya ahí no tenía dónde estar. Mi vieja cuando me vio después de transicionar, me dejó de pagar el alquiler. Yo ya estaba rubia. Me maquillaba, tenía una calza o una mini. Quizás ahora porque me visto más como señora, pero, sí, yo a raíz de eso empecé a dormir en el Hospital de Solano. Tenía una red de conocidos que me ayudaban a lo mejor con alimentos o, durante el día, una amiga me dejaba usar su casa para que me pudiera higienizar y todo eso. Esa fue la parte más cruda, ahí me golpearon, me trataron de violar. Las mujeres en la calle son siempre más vulnerables, y siendo trans también se sufre la discriminación, las cosas que te dicen, las que te hacen. Acá en Capital, si bien vos estás en situación de calle, es diferente; en provincia es mucho más complicado, por el lugar y el contexto. Cuando yo quedé en la calle, recién había salido la Ley, y se empezaba a visibilizar. Por ende, nosotras nos empezábamos a ver, a interactuar con la gente. Éramos como un bicho raro, y la gente te ayudaba, pero hasta por ahí nomás. En provincia, en ese entonces, era todo mucho más difícil. Y la pasé feo, la pasé bastante feo.

–¿Cuánto hace ya de esa primera noche afuera?

–Y… hace mucho. Prácticamente desde que obtuve mi identidad. Antes de eso, estaba viviendo en la casa de amigos, pero el último tiempo la cosa se puso heavy, porque mi proceso hormonal empezó a dar resultado, y la novia de mi amigo empezó a flashear cosas. Y bueno, me tuve que ir a otro lugar, hasta que una referente de una agrupación de provincia me comentó de un programa en Capital. En el Hogar Azucena Villaflor me recibieron por primera vez, y no solo una vez, sino muchas; o sea, es raro decir que es como mi casa, pero las veces que yo necesité del lugar me han recibido, me conocen hace mucho.

Hablabas antes de una red, los amigos, el entorno, ¿eso se rompió también?

–Es como que mi grupo de gente no es siempre el mismo, porque una va cambiando, las personas van cambiando. No es sólo que una ya se siente desplazada de la familia, del sistema, sino que gente que vos considerabas que era tu familia, también te suelta la mano. Entonces no tengo un grupo de pertenencia fijo, son contadas con los dedos de las manos las personas que están siempre. Me quedaron algunos amigos de Río Gallegos con los que me sigo mandando mensajes; uno que era metalero y ahora nada que ver, una chica que tuvo un hijo y ayer me dio like en una publicación que puse en Instagram.

–En todo ese tiempo sin tener trabajo ni un lugar donde vivir, ¿la prostitución nunca fue una alternativa para vos?

–Nunca la ejercí. Una sola vez me pasó con un camionero. Me acuerdo que yo tenía la heladera vacía literal y fue la primera y única vez. Pero no como lo pueden hacer otras compañeras que ya se dedican a eso netamente. Yo nunca bajé los brazos, sabía que podía y que podemos todas hacer otra cosa que no sea eso. A mí a lo mejor se me allanó el camino y encontré la gente que me dio la oportunidad de empleo, o de manejarme de otra manera, de vender en la feria. Lamentablemente, muchas otras chicas del colectivo no. Con mi participación en la película y con mis poemas, lo que yo quiero visibilizar es eso: que una chica trans puede ser kiosquera, verdulera, actriz… Porque la estigmatización sigue estando. Yo no juzgo a las compañeras que lo hacen, repito, a lo mejor a mí el camino se me hizo diferente. De hecho, yo estuve conviviendo –porque me mandó la Defensoría– en el Gondolin, que es un hotel en Villa Crespo de todas chicas trans que ejercen, y fue muy gracioso, porque la primera noche, cuando estaba por acostarme, ya me había agarrado sueño, y me dicen: “¿Y, amiga? ¿Vos no vas a ir a chambear? Le digo: “No, yo escribí un libro”. Y me miraban, no entendían nada. Estuve menos de una semana, porque ellas no entendían cómo yo siendo trans o “trava”, digamos, no ejercía la prostitución.

imagesAyelén con el equipo de Sueños durante el rodaje: Matías Iaccarino, Adriana Acosta, Daniela D’Urbano, y el director de la película, Marcos Martínez

–En el sueño que narrás en la película, hablás de un hombre que te elige, pero quiere ir despacio. ¿Es difícil el amor siendo trans y viviendo en la calle?

–Es todo un tema. Con mi última pareja, cuando llegó el momento de comprometernos, se asustó y se fue, y encima se me llevó el celular. Él tenía problemas de consumo, pero el día que lo conocí yo estaba tan embelesada, que ese dato como que me lo olvidé o inconscientemente no me lo quería acordar. Estuvimos en un hotel por acá cerca, y nos echaron, fue justo en plena pandemia. Nos echaron, pero en el lugar había otras parejas; a lo mejor no éramos el tipo de pareja que concebía la dueña. Entonces fue un claro hecho de discriminación. Y me acordé de acá (acá es este inquilinato de Mataderos), acá si vos te manejás bien y venís bien con el alquiler, al dueño no le importa mucho eso. Entonces vinimos y estuvimos un tiempo, prácticamente un mes. Y yo cometí el error a lo mejor de querer avanzar un plano más y mostrarme a la familia tal cual soy, ¿por qué tengo que estar siempre camuflándome?

–¿Y qué pasó entonces?

–Se ve que se asustó, porque, a la mañana, me despierto y no estaba. Se me llevó el celular, mis cosas: en ese tiempo yo tenía una olla eléctrica, la pavita esa, que la sigo teniendo. Pudo haber sido más malo si hubiese querido… Pero, dentro de todo, me marcó mucho por su forma de manejarse: muy caballero, muy dulce. Y si en la calle alguien nos decía algo, lo enfrentaba. O sea, duró poco, pero lo bueno es que duró, y yo tengo un buen recuerdo. Si me pongo a pensar más allá de que traicionó mi confianza, fue un hombre muy caballero y a lo mejor, digamos, lo que lo que toda mujer trans termina soñando. Justamente estamos hablando de los sueños, ¿no?

–Bueno, estás cumpliendo otro sueño, ahora tenés un lugar para vos. ¿Cómo conseguiste un cuarto de nuevo?

–Yo antes estaba en el parador. Ahí por un programa empecé a trabajar en una empresa de monitoreo de alarmas. Pero sufrí bullying por parte de mi jefe, y me dijeron que no fuera más. Me pagaron lo que correspondía, y con eso me vine a alquilar acá adelantando dos meses, y pude comprar algunos utensilios de cocina y la cama para poder estar más cómoda.

–¿En algún momento de tu vida sentiste que tenías estabilidad?

–No, fue un constante tambaleo. Y al tambalear unas cosas, también se tambaleaban otras. A eso sumale que a los que les corresponde hacer algo, no lo hacen, entonces estuve siempre muy en el aire.

–¿Y tenés identificado cuándo era que, después de ese tambaleo, te terminabas cayendo?

–Sí, por ejemplo, cuando tuve que dejar todas mis cosas en Flores porque no tenía plata para que me las guardaran; perderlas, ver como el sacrificio que había hecho para tener algo se esfumó. Tener una comodidad y de repente no tenerla más, eso me ha sucedido muchas veces. Acá mismo estuve antes, y después volví a la calle. Ahora, gracias a Dios, pude adelantar unos meses, pero en otra época no tenía. En definitiva, aunque está el subsidio habitacional, y con la ciudadanía porteña yo tengo mi tarjeta de alimentos que me sirve mucho, pero al no tener un trabajo estable, que no te paguen a tiempo, eso el dueño nunca lo entiende porque hace su negocio, y donde me voy yo, vienen tres. Es muy diferente a saber que en tal fecha vas a tener tu sueldo y vas a poder pagar, ahí la cosa cambia. Yo tuve esta experiencia en la empresa que pensé que iba a ser un salto cualitativo en mi vida, no sólo económico, sino en muchas cosas, porque al estar activa también te llenas más de proyectos. Pero no duró ni dos meses.

–¿Cómo es tener tu lugar después de haber estado sin nada?

–Es un alivio. Porque una piensa que va a poder seguir construyendo, porque una tiene ideales, tiene proyectos, pero el contexto y el sistema, que no nos da la cabida suficiente en cuanto a lo laboral, no ayudan. Si bien yo di con esta empresa, que a lo mejor justo tenía una política inclusiva, a veces siento que se la pasan hablando de inclusión y no existe realmente, porque si existiera, la mayoría de las chicas del colectivo no estaríamos en esta situación. Yo dentro de todo, al tener otras herramientas, como decía hace un rato, al tener la secundaria y haber crecido en una familia en donde leer un libro era más importante que ver la tele, me puedo defender y a lo mejor hacer pie más que otras compañeras. Pero en cuanto a la igualdad de oportunidades, estamos todas igual. La inclusión no es sólo hablar con la “e”. El sistema constantemente es perverso y esa ilusión no existe. Y sin embargo, hoy por hoy siento que tengo cierta estabilidad y estoy disfrutando de este momento. Porque fue todo un aprendizaje y un recorrido.

–Vos en la película contás tus sueños oníricos, ¿cuáles son tus sueños en la realidad, tus deseos?

–Básicamente tener una estabilidad, que el sistema realmente nos reconozca y nos resguarde, porque eso no está sucediendo. Si bien hay planes, hay programas, no se trata sólo de eso. Es una cadena que arranca desde lo psicológico, en todo sentido hay escasez. Mi sueño sería una estabilidad, no tener que estar todos los meses con el corazón en la boca por si cobraré o no. Y por qué no, a futuro, formar una familia con el hombre que elija, ¿no?

–¿De qué manera pensás que la gente que hoy se entera de cuáles son tus sueños te puede acompañar para que los logres?

–Y… yo tengo entendido que los medios de comunicación llegan a muchas partes y a lo mejor una toca la fibra de alguien o de alguna autoridad. Yo lo que pido es un trabajo digno, genuino, que yo me pueda ganar el pan todos los días, porque tengo dos piernas, tengo dos brazos: puedo ganármelo y ser autogestiva. Y creo que el trabajo digno, el techo digno, es un derecho básico para cualquier persona. Es lo único que pido para salir adelante.

Fotos: Franco Fafasuli

Video: Matías Arbotto

Edición: Carolina Villanueva y Rocío Klipphan

Fuente Infobae

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Rechazaron un proyecto de la científica trans Fran Bubani por no considerarla mujer

Jueves, 17 de febrero de 2022
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fran-Bubani-en-el-laboratorio-tres-1200x600El reglamento donde se presentó Bubani junto a dos colegas exige que el 50% del equipo esté integrado por mujeres. Luego de denunciar, aceptaron evaluar el proyecto.

BUENOS AIRES, Argentina. La investigadora trans Fran Bubani presentó un proyecto junto a tres colegas ante una Agencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Uno de los requisitos para ser admitido era que contara con el 50% de mujeres en el grupo responsable. A los días se enteraron que había sido rechazado.

“El proyecto fue considerado no admisible, y está en el dictamen, porque no cumple con el requisito de 50% de mujeres. Y eso es porque soy una mujer trans. Y para la persona que hizo la verificación de admisibilidad no consideró que soy mujer”, explicó Fran a Presentes.

El dictamen dice, textual, lo siguiente: “Por la presente cumplimos en informar que de acuerdo a la DI-2021-36-APN-DNFONCYT#ANPIDTYI de fecha 1º de diciembre de 2021, su proyecto presentado en la convocatoria PICT Aplicados 2021, Categoría I Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica de Aplicación Intensiva –bajo el código PICT-2021-CAT-I-00072 – fue declarado No Admisible según la siguiente observación: El proyecto presentado no cumple con el criterio que indica que ‘al menos la mitad de los integrantes del Grupo Responsable deberán ser mujeres’”.

El proyecto se llama “Desarrollo de bombas de calor geotérmicas basadas en materiales elastocalóricos: tecnología clave para mejorar la habitabilidad en zonas patagónicas». Según lo explicó Bubani, tiene impacto social y ecológico: busca calefaccionar residencias en la Patagonia usando energía geotérmica, sacando calor del suelo. La idea es desarrollar la tecnología para calentar los espacios sin quemar combustible ni gas, sin liberar dióxido de carbono. Lo presentaron a esa convocatoria para conseguir recursos y así poder desarrollarlo.

El CUIL o la discriminación

Al enterarse de que el proyecto no se admitió por “no cumplir con los requisitos”, Fran decidió quejarse. Llamó al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y también a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, que le estaba negando la admisión del proyecto.

Consultada por Presentes, el área de comunicación de la Agencia dependiente del Ministerio de Ciencia indicó que “hubo un error administrativo ya que el software vigente tomó como parámetro el campo de los CUIL de postulantes, en el marco de las acreditaciones de más de 3500 proyectos en diferentes convocatorias de todo el país que recibimos desde el último trimestre del año pasado hasta febrero de este año”.

Para Fran no es tan simple: “Siempre que sucede algún evento discriminatorio aparece alguna excusa, alguien diciendo que el problema fue el sistema. Nadie nunca reconoce que hubo discriminación”, contó.

Desde la Agencia explicaron que se está trabajando en sistemas informáticos y las instancias de control que “se ajusten a las nuevas políticas de inclusión” y están siendo actualizados “para acompañar las políticas de género”.

¿Hace falta que llegue a la presidencia para que digan: ‘sí, es una mujer’?

Para resolver el problema tuvieron que intervenir las autoridades de la Agencia. “Me llamaron de la presidencia de la Agencia pidiendo perdón, y admitiendo que soy una mujer. Me dijeron algo que tiene que ver con el número de cuil para establecer el género”, contó Fran Bubani a Presentes.

Lo mismo explicaron desde la Agencia: supieron del problema el martes 8 de febrero y al día siguiente “se resolvió favorablemente para el grupo de investigación, por vías extraordinarias dado la relevancia del tema”. 

El proyecto finalmente fue admitido. El siguiente paso es que el organismo analice, junto al resto de los proyectos, cuáles recibirán la financiación.

“Ahora, -se pregunta Fran- ¿hace falta que llegue a la presidencia para que digan: ‘sí, es una mujer’? Hace 10 años que está la ley (de identidad de género)”.

Su camino en la investigación

Fran Bubani nació en 1980 en Belo Horizonte (Brasil), se graduó en Ingeniería Mecánica y en 2008 llegó a la Argentina para hacer un doctorado en el Instituto Balseiro, uno de los más importantes en el ambiente científico del país.

Ahora es investigadora adjunta del Conicet y docente en el Instituto Balseiro, en Bariloche. Su transición empezó en 2015, y para enero de 2020 ya había rectificado los datos de su DNI para que concordaran con su identidad de género.

Cuando se enteró que no habían admitido el proyecto, no lo podía creer. Pero sabía lo que pasaba: “Por ser trans tengo que comprobar una y otra vez que soy una mujer. Qué pelea, todo el tiempo tengo que pelear porque soy una mujer. Va mucho más allá de tener un DNI o haber pasado por cirugías”. 

El 11 de febrero, días después de esta serie de situaciones que vivió Fran fue el día de la mujer y la niña científica. En el país se realizaron una serie de actos y homenajes al respecto.

En mayo de 2020, Fran contaba a Presentes que era la primera trans visible, -en el ámbito científico- de su lugar de trabajo: “Decir que soy la primera trans visible significa que seguro hay más personas que no se identifican con el género asignado al nacer, pero que deciden no hacerlo público porque no se sienten protegidas. Tampoco conozco a nadie más que haya hecho una transición social y cambiado su DNI aquí adentro”.

Fuente Agencia Presentes

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Un paciente VIH denunció por discriminación a un médico que cuestionó su homosexualidad

Miércoles, 2 de febrero de 2022
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1544FE47-2C27-4807-A2D8-F3DE77903BC2Diego es activista y desde 2017 se atienda en el hospital de Melchor Romero.

Un médico llamó “impío” a un hombre VIH que acudió al hospital de Melchor Romero para el seguimiento de la infección. La institución anunció que mantendrá una charla con el profesional.

LA PLATA, Argentina. Diego de Jesús Arias es activista por los derechos del colectivo LGTBQ+ y presidente de la organización Mateadas por la diversidad. En la última semana, denunció por discriminación y homofobia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo a un médico del hospital Alejandro Korn, de la localidad platense de Melchor Romero, por haberle dicho que “Dios reprueba su homosexualidad y que por esta acción impía estaba viviendo esa situación de salud”.

En diálogo con Presentes, Diego contó que ya había vivido una situación similar con este médico hace cuatro años y que sintió como un deja vu.

“Para mí fue muy fuerte que nos dijera que él no estaba en contra de lo que nosotros hacíamos, pero que íbamos en contra del camino del señor y de lo que dictaba la biblia. En esa primera oportunidad nos levantamos y nos fuimos”, cuenta.

“Luego conocimos a su colega, que nos trata con otro valor humano y es con quien nos atendimos durante estos cuatro años. Por las vacaciones caímos nuevamente en este infectólogo, quien nos recibió y de golpe empezó a darnos una charla que nuevamente comenzó a ir hacia lo religioso”, detalla Diego.

“La charla podría haber seguido durante horas. La conclusión era que todos mis problemas eran porque yo no sigo el camino de dios porque soy homosexual. Después de esto no lo volvimos a ver”.

Para que no vuelva a suceder

Diego decidió hacer pública su denuncia ante el INADI porque considera que debe haber muchas personas que están pasando por lo mismo y no se dan cuenta.

“Estás yendo a una consulta médica por una patología que, si bien no es una enfermedad, es muy compleja y el médico tiene que acompañar. Este médico nos hizo sentir muy incómodos y no nos puede decir lo que nos dijo. No nos puede decir que todo lo que nos está pasando es porque somos homosexuales. Tal vez se lo dice a otra persona y esta baja la cabeza porque tiene miedo que la familia se entere o le tiene miedo al estigma del VIH”.

La respuesta del hospital

El domingo por la tarde, al enterarse por los medios, desde el Hospital Alejandro Korn se comunicaron con él para pedirle disculpas. Se comprometieron a hablar con el médico para ver qué determinaciones tomaban, ya que repudiaban su accionar.

En el comunicado que se emitió desde el hospital para los medios de comunicación, expresan que al enterarse de la situación de discriminación sufrida por Diego de Jesús se comunicaron con él.

“La Dirección de Salud Mental a cargo de la doctora Belén Maruelli se puso en contacto con él, se le ofreció un espacio de reunión con todo el equipo directivo para poder conversar y comenzar un proceso de reparación activa. De la misma forma nos pusimos en contacto con el profesional en cuestión, el cual en este momento se encuentra aislado con covid, para llegar a fondo y dar una solución a esta situación. Por otro lado, consideramos que es un tema institucional por eso nos comprometemos al debate para poder garantizar el acceso al derecho y a la no discriminación”.

Desde la Defensoría del Pueblo explicaron que un proceso de reparación activa implica que el profesional de la salud tenga que disculparse y capacitarse. De lo contrario, si no acepta el hecho de la reparación, va a tener que dejar su cargo. Esto es parte del monitoreo que la Defensoría ofreció como capacitación y concientización a los médicos cuando se pusieron a disposición del hospital ante esta situación.

Una falta profesional

El doctor Gustavo López, coordinador del Área Jurídica de NEXO AC y Asesor Legal de INADI, explica a Presentes que la mayoría de los infectólogos e infectólogas trabajan con VIH y hepatitis. Agrega que hay una gran cantidad de pacientes que son de la diversidad sexual, y que, en general, no hay tantas denuncias.

“En este caso, al ser Diego un activista, tenía los medios para denunciar. Me preocupa lo que pueda pasar por la cabeza de pibes y pibas que se infectaron con HIV, que van a hacer una consulta y se encuentran con una persona que le dice esas cosas”, explica López.

“Para nuestro derecho civil no hay una diferenciación por orientación sexual, sino que somos todas y todos iguales. Que venga un médico y te diga que lo que estás atravesando viene en función de tu homosexualidad me parece que no corresponde. Estás metiendo a la religión en el terreno de la ciencia. Pero, además, está exponiendo información falsa, que es lo realmente preocupante. El VIH se transmite más allá de la orientación sexual y de la identidad de género, es una cuestión de intercambio de fluidos, sangre o semen. Que un profesional médico diga esas cosas es grave”.

López considera que estos constituyen discursos de odio. “Hay un odio a la diversidad sexual particularizada hacia los hombres que tienen sexo con otros hombres. El odio es preocupante. Nosotros desde el INADI trabajamos la parte del estigma. ¿Cómo el estigma hizo creer que una persona por ser gay tiene VIH? Me preocupa la ignorancia de algunos médicos y médicas. Han llegado casos al INADI de personas que les daban el último turno en el dentista porque tenían VIH. Cuando llamábamos y preguntábamos por qué el último turno, nos decían que era para que el ambiente esté más desinfectado y esterilizado”.

Es urgente una nueva ley VIH

El martes 25 de enero el Proyecto de Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, Infecciones de Transmisión Sexual y Tuberculosis ingresó en quinto lugar en el temario para las sesiones extraordinarias del Congreso, que comenzarán a partir del 1 de febrero.

Este proyecto había quedado sin tratamiento en las sesiones ordinarias del 2021 y de no tratarse y lograr la media sanción perdería nuevamente estado parlamentario.

Son incontables los hechos de discriminación sufridos por quienes viven con HIV. Gustavo López explica que, si bien la ley de 1990 fue muy valiosa al tiempo de su sanción, es necesario adaptarse a los nuevos paradigmas de derechos humanos que se incorporaron a partir de la modificación de la Constitución Nacional en 1994, en el artículo 75 inciso 22, los Pactos Internacionales de Derechos Humanos.

https://twitter.com/presenteslgbt/status/1486149390775447552?s=21

Una ley para evitar la discriminación

El dictamen de las comisiones de Acción Social y Salud Pública y de Presupuesto y Hacienda de 2021 aconsejó la sanción del proyecto que en el capítulo II de Derechos y Garantías establece que toda persona con VIH, hepatitis virales, otras ITS y TBC deberán acceder al derecho a recibir asistencia integral; a recibir un trato digno y respetuoso, sin discriminación de ningún tipo, en todos los ámbitos; al resguardo de la confidencialidad, privacidad e intimidad, en acuerdo a la Ley de Protección de los Datos Personales N° 25326; a no declarar su diagnóstico y/o estadio de su infección; y a derechos laborales, educativos, asistenciales, de seguridad social, y de toda índole, sin ningún tipo de discriminación o demora para el acceso.

Si querés poner por delante la religión, hacelo en tu vida privada, familiar, pero no en el ámbito profesional”, dice Gustavo López. “Si el médico no quiere creer lo que la propia ciencia dice, al menos que cumpla con unas normativas del Ministerio de salud, del hospital y de lo que tiene que ver con el reconocimiento de los derechos humanos de las personas”, enfatiza.

“En este país hace muchos años que la homosexualidad dejó de considerarse una enfermedad. Vivís en un país donde no se puede hacer un señalamiento prejuicioso sobre las personas por su identidad sexual o por su identidad de género. Lo que estás haciendo es prejuzgar al decir ‘tenés HIV porque sos gay’».

Diego está seguro de que hay muchos casos. “No es algo que me pasó solo a mi junto con mi pareja. Lo sabemos porque es algo lógico. Es importante que estos casos salgan a la luz para que la gente denuncie estas cosas y que no sufran. Yo milito no solo por los derechos de nuestro colectivo sino también por los Derechos Humanos. Quiero que al médico lo eduquen, lo capaciten”.

Fuente Agencia Presentes

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“Vivo con VIH, soy capricorniano, puto y activista por la cura”: el joven que lucha contra el tabú del virus

Sábado, 29 de enero de 2022
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1D017E17-083E-40DE-8273-61E9B091BCA3Lucas Fauno retratado por el fotógrafo @Pablogomezsamela

Lucas “Fauno” Gutiérrez tenía 27 años cuando recibió su diagnóstico positivo. En ese momento se dio cuenta de que no sabía nada del tema. Su único referente era Tom Hanks en la película “Philadelphia”, en la que “moría de sida”. Trece años más tarde, trabaja para desmitificar y lograr una nueva Ley de VIH

Por
Lara Lukaszewicz
15 de Enero de 2022

Activista, periodista, puto, marica, persona viviendo con VIH, capricorniano. Así se define Lucas “Fauno” Gutiérrez cuando le pido que se presente. Remarca que es periodista por accidente, casi sin darse cuenta. Si bien nunca estudió formalmente para ejercer la profesión, la vida (y el virus) lo obligaron a “ponerse el traje” de comunicador.

Autor junto con Jon Amarillo del cómic humorístico “El Bicho y Yo”, que ilustra la realidad del VIH y de quienes conviven con él, denuncia a través de su cuenta de Instagram -con más de 40 mil seguidores- y de la Agencia Presentes, los obstáculos para acceder a la medicación, las fallas del sistema de salud público y la demora del tratamiento del proyecto de Ley de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS; que si no es incluído por Alberto Fernández en las sesiones extraordinarias de enero y febrero perderá el estado parlamentario por tercera vez en seis años y deberá volver a presentarse en 2023.

“Lo primero que recuerdo sobre el VIH tiene que ver con una cultura del miedo, con unas publicidades de los años 90 que te asustaban. Era eso, miedo. Siempre era un castigo, siempre era de personas marginales”, cuenta. A pesar de los años, afrima, el paradigma no cambió demasiado desde esas publicidades-

“Se habla mucho de prevención, como en el sentido de ‘cuidate de esto’, pero poco sobre las personas que sí vivimos con el virus”, explica. “Obviamente, no está mal. Necesitamos mucha más comunicación de prevención, pero todo tiene que convivir con información que le hable a las personas que sí vivimos con el virus”.

Lucas es un libro abierto sobre las luchas de las personas VIH positivas. En una de las paredes de su casa tiene una bandera LGBT+ gigante, parte esencial de su identidad, y en su mano sostiene un papelito con estadísticas sobre ITS del Ministerio de Salud. Cada tanto se disculpa por ser, a su entender, “muy verborrágico”, aunque todo lo que explica es interesante.

En medio de su discurso, abre un paréntesis para aclarar algunos términos malentendidos por el común de las personas. Por ejemplo, el VIH no se contagia, se transmite. “Tampoco somos portadores, portar se portan armas”, afirma. También enfatiza que “indetectable es igual a intransmisible”.

“Una persona VIH positiva indetectable es una persona que está siguiendo su tratamiento antirretroviral y alcanza la indetectabilidad del virus en su cuerpo. Es decir, tenés tan pocas copias del virus en tu cuerpo que no lo detectan los exámenes. Entonces, no es que te curás, sino que si sostenés esa indetectabilidad, no transmitís el virus en un encuentro sexual”, desarrolla. Es un concepto muy simple, pero poco difundido.

-¿A qué prejuicios se enfrentan quienes son VIH positivos?

-El más común es que vivir con VIH solamente le puede suceder a determinadas personas. De repente le decís a una persona: ”Che, ¿vos te testeás regularmente?”. Y te contestan: “No, si yo no soy puto” o “no, si yo no me drogo con inyectables”. Además, seguimos pensando que el VIH reside en situaciones sociales, reside si es mi pareja o es un encuentro de una sola noche, en ese sentido digo social.

¿Cuáles son los mayores reclamos?

-Nosotros somos activistas por la cura. Yo lo que busco es la cura, lo que pasa es que para llegar a ella tenemos que llegar con vida. ¿Quién puede llegar con vida a la cura? No hay que olvidarse que para tomar la medicación tenés que tener un techo, tenés que tener un vaso de agua. Para levantarte todos los días también tenés que tener afecto y una familia, nuclear o elegida. Por eso es tan importante el proyecto de Ley de VIH, porque es un proyecto de calidad de vida. Me acuerdo que hace un tiempo una persona me escribió y me preguntó en qué ciudad cercana a la suya se podía hacer un testeo, porque si lo veían en su pueblo lo iban a discriminar. Imagínate que una persona llega a un diagnóstico de sida simplemente por no testearse para evitar que las personas del pueblo la bardeen. Si esa persona muere, ¿de qué muere? ¿De sida o de una sociedad odiante y retrógrada?

-¿Hay obstáculos a la hora de acceder a la medicación o a herramientas de prevención?

-El VIH es un virus que se ha objetificado. Hablamos de VIH y automáticamente pensamos en un preservativo y en una pastilla. Se le ha negado la dimensión humana. Las personas que están en una vida sexual activa, ¿tienen acceso al preservativo? ¿lo pueden comprar? ¿lo pueden retirar si está en un espacio público? ¿hay un factor que por ahí estás en una edad joven y te da vergüenza o no querés que te miren mal al ir a comprarlo? Pensar en el preservativo sin dialogar y sin accionar para las personas que lo usan, es el gran problema.

Con la medicación pasa los mismo…

-La medicación antirretroviral, ¿quien la puede ir a buscar al hospital? ¿quién tiene acceso a esa medicación? ¿qué tipo de medicación nos dan? ¿Nos dan la que mejor le hace a mi cuerpo o nos dan la más barata? Cuando hablamos de preservativos, cuando hablamos de medicación, también estamos hablando de factores económicos, de decisiones, de un sistema de salud. Jamás, cuando he hablado de VIH, he estado hablando del virus. Estoy hablando de un sistema de salud que, por algún motivo, no está funcionando. Entonces que caiga ahora el proyecto de Ley VIH me parece muy problemático. Necesitamos una ley de VIH para seguir avanzando hacia la cura.

-¿Podrías explicar las diferencias entre la actual ley de ITS y el nuevo proyecto de Ley?

-La ley actual de Argentina es una ley del año 1990, que en su momento fue una ley bastante innovadora, con un enfoque biomédico y bioético. La ley que estamos exigiendo ahora, que perdió estado parlamentario y lo va a terminar de perder si no entra a extraordinarias, habla de derechos humanos, de un enfoque de género, habla de calidad de vida. Uno de los ejemplos más claros es que en el año 1990 no se pensaba que las niñas, niños y niñes que nacían con el virus pudieran vivir mucho tiempo. Hoy en día esas infancias y adolescencias necesitan derechos, necesitan una medicación especial, necesitan que se contemple su derecho a la confidencialidad.

Es un proyecto que incluye nuevas realidades.

-Este proyecto de ley también contempla hepatitis y tuberculosis, habla y fomenta la producción nacional de medicación y de suministros, lo cual es importantísimo teniendo en cuenta que su precio varía todo el tiempo porque depende del dólar. También enfatiza en prohibir los exámenes preocupacionales, que es tan terrible para las personas que vivimos con VIH. Yo durante muchos años busqué solo trabajos no registrados porque me daba terror enfrentarme a un examen preocupacional y que me preguntaran si yo tomaba alguna medicación, o que el examen de VIH me diera positivo.

Hay un lema del activismo VIH positivo que dice “liberen las patentes”. ¿Lo podrías explicar?

-Las patentes determinan qué medicación se puede hacer y a qué costo. Eso hace que los estados puedan o no comprar tal medicamento. Los antirretrovirales no son una pastilla única que todos tomamos la misma, hay distintos. Con cada antirretroviral hay distintos esquemas, según los efectos secundarios y lo que vos necesites. Pero, ¿cuál me dan? ¿Me dan el más barato? Todo eso depende de las patentes. Hace años las personas que vivimos con VIH venimos hablando de los esquemas de patentes. Cuando llegó la pandemia por COVID-19 dijimos “de esto hablábamos”. Si hubiésemos llegado al principio de esta pandemia habiendo escuchado, no solo las personas VIH positivas, si no a las personas de un montón de situaciones de salud, hubiésemos encarado esta otra pandemia de una manera muy distinta.

-¿Hubo faltante de medicamentos al principio de la pandemia?

-Sí, no solo que hubo faltante de medicamentos, sino que se profundizó la dificultad de acceder a la medicación, de hacer los testeos, de los controles. Nosotros nos tenemos que hacer los controles de cómo está nuestra carga viral, cantidad de virus en sangre y defensas, cada cuatro o seis meses, dependiendo de la persona. Los sistemas de salud estaban desbordados. Se complicó, pero no fue exclusivo de las personas que vivimos con VIH. Todas las situaciones crónicas de salud se vieron completamente afectadas por esto.

¿Y actualmente?

-Sigue habiendo situación de faltantes. Un faltante no es solamente que no tengas la medicación en tu mano, es que no tengas la medicación que menos efectos secundarios te da, que no tengas en tu mano la mejor medicación para tu tratamiento. ¿Es lo mismo que otros años? No, pero tampoco estamos en una situación soñada. Sigue habiendo deudas pendientes para con las personas con VIH.

Cuando te diagnosticaron, ¿sabías lo que implicaba vivir con ese virus?

-Yo fui diagnosticado hace 13 años, en 2008. Si bien era una persona que se movía en ámbitos LGBT+ y culturales, cuando a mí me dieron el diagnóstico positivo, me di cuenta que no sabía nada, que no tenía a ninguna persona VIH positiva cerca, que no tenía a quién preguntarle, que no tenía más referentes que Tom Hanks en “Philadelphia”. Imaginate lo que es crecer en un mundo donde no te encontrás, donde no existís y solamente existís para morirte, para ser villano o para ser lo peor. Así llego yo a mi diagnóstico VIH positivo. Me acuerdo que en ese momento fue una inmensa soledad. Fue un tornado de soledad.

-¿Pudiste compartir tu diagnóstico con tu familia?

-No, y nunca sentí que hubo una comprensión como hubiese querido. Con los años aprendí a dialogar y abrazar la manera en la que mi familia nuclear lo pudo procesar. Está muy lejos de ser la manera en la que yo lo necesité en su momento y la manera que hoy quisiera. Asumo que también es difícil para madres, padres y tíos que se criaron en una comunicación donde era todo silencio y muerte. Lo que pasa es que en el momento en el que me diagnosticaron lo que necesitaba era una red. Hay 140 mil personas VIH positivas en Argentina. No es que no conozcas ninguna, solamente que no lo comparten. Pero, ¿por qué? Porque hay una sociedad odiante, morbosa, temerosa, que nos expulsa. Yo con el tiempo fui construyendo mis propias familias, mis espacios, mis otras maneras de construir una mesa navideña.

-¿Cómo son los vínculos románticos para una persona con VIH?

-En un momento me causaba mucha gracia, entre un millón de comillas, cuando en Grinder o aplicaciones de citas ponían “acá sano, ¿vos sos sano?”. ¿Cuál es tu concepto de sanidad? ¿Yo por vivir con VIH ya no soy sano? Y si no soy sano para tu idea de sanidad, ¿quedo expulsado? ¿ya mi capital erótico no se comercializa? Sería utópico decir que la vida sigue igual. Obviamente hay un cambio, pero por otro lado no quisiera que una persona VIH positiva que fue recientemente diagnosticada piense que terminó su vida sexoafectiva. No, tomá otros caminos, otras dificultades. A mí cuando me diagnosticaron VIH antes de pensar en si iba a vivir, si iba a morir, si me iban a contratar o no me iban a contratar, la primera pregunta fue ¿y ahora quién me ama? Yo no soy solamente un diagnóstico. Si alguien me dice “yo no quiero estar con vos porque tenes VIH”, me va a doler seguramente; pero, ¿yo quiero estar con una persona que solo ve en mí un diagnóstico?

-¿Vos le contás a las personas con las que salís que vivís con VIH?

-Siempre prefiero decirlo pero porque me da tranquilidad a mí, no porque considero que sea una obligación. Pero igual medio va en el pack de cosas que prefiero decir de antemano. Vivo con VIH, soy capricorniano, fan de Sailor Moon. Listo. Ya está, si me querés, quereme así. He tenido encuentros de todo tipo, hasta con personas que me dicen “no, mirá, no me animo a estar con una persona que vive con VIH”… y ahí es como “bueno, me parece que está bien, pero por otro lado te invito a informarte”.

-¿Tenés alguna anécdota de alguna persona que te haya agradecido tu activismo?

-Hace poco me escribió una persona que amo muchísimo y que hoy en día es mi amiga diciéndome: “Cuando yo estaba en el hospital internado por causas relacionadas al SIDA, lo que hacía era escuchar mucho tu charla TED”. Y lo que le dije fue: “Yo te lo tengo que agradecer a vos porque si no existiese este comentario yo no entendería para qué hago lo que hago”. Hago mi activismo y hago mi comunicación para encontrar interlocutores. Yo no quiero estar en un podio. Yo hago activismo para estar menos solo, y no es para encontrar a otras personas positivas, es para encontrar a otras personas que estén atravesadas por estos diálogos.

-¿Cómo cambió tu relación con el diagnóstico desde 2008 hasta ahora?

-Como comunicador y activista, mis últimos 13 años se basan mucho en temas relacionados al VIH. Entonces a mí también me cuesta a veces distanciarme del diagnóstico. Con los años, de a poco, creo que lo voy logrando. Se va volviendo más amable mi relación con el virus. Pasé de olvidarlo a tenerlo ya en una situación de “nos está tocando por este periodo de tiempo compartir un cuerpo”. Si yo lo niego y dejo la medicación, más adelante va a ser peor porque lo más probable es que mi defensas no puedan resistir y terminé avanzando en una situación de sida. Hoy en día mi relación es estable, nunca va a estar bien. Vivo con un virus y me sigue doliendo, pero a la vez también y sin romantizar, es una situación de salud que me construyó de una manera activista, que me acercó a muchas personas valiosísimas, que también hizo que muchas personas en mi vida reconstruyan visiones y se vuelvan más valiosas todavía.

-¿Podés explicar qué es el orgullo VIH?

-Mi orgullo no es vivir con VIH. Mi orgullo es cómo hemos vivido todo este diagnóstico a través de los años con todo mi grupo cercano, mi orgullo son los logros como sociedad, mi orgullo son los diálogos, mi orgullo son los encuentros, mi orgullo es encontrarnos o esto de esta persona diciéndome “che, vi la charla Ted”. Ese es mi orgullo bichoso. Muchas veces me putean y ponen: “¿Cómo alguien puede estar orgulloso de ser VIH positivo?”. Yo no estoy orgulloso de eso. No me hace feliz vivir con VIH, pero sí me da orgullo el recorrido que nos hizo tener hasta ahora a mí y a quienes me rodean.

Fuente Infobae

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Se acentúan las agresiones y la discriminación hacia las diversidades sexuales en la Argentina.

Jueves, 27 de enero de 2022
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Argentina and Gay Pride flag En las últimas semanas se detectaron diferentes casos de ataques a la comunidad LGBT. Preocupación por los discuros de homoOdio.

BUENOS AIRES. Argentina. “La violencia ha escalado en el último tiempo”, dijo a Presentes Pablo Terrera, dueño de Maricafé, el bar y LGBT Book Store ubicado en Honduras al 4200 de la ciudad de Buenos Aires.

El domingo 16 de enero, el local sufrió un atentado durante la madrugada: dos hombres lanzaron una almohada prendida fuego a las puertas del local.

Sobre el hecho, sus trabajadorxs afirman que se trata de un acto de odio hacia la diversidad sexual porque no ocurrió en ningún otro comercio.

“Nuestra comunidad está con agresiones constantemente y muchas no son denunciadas. Yo decidí hacerlo porque no voy a legitimar esto”, dijo Terrera. Para él, los hombres actuaron “con alevosía” contra su local -que abrió en 2018. Por eso lo denunció ante la Comisaría N° 2, en el barrio de Palermo. Ante esto se abrió una investigación que la lleva adelante la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°1, especializada en violencia de género.

La llegada del verano vino de la mano con una serie de violencias contra la comunidad LGBTIQ+ en la Argentina. Desde la vandalización al mural del Bachillerato Trans Mocha Celis, la rotura de carteles que anuncian la futura Plaza de la Diversidad en Las Flores, la desvinculación de una futbolista de Rosario Central por besarse con su pareja, hasta el ataque a un bailarín y dos transfemicidios en menos de una semana.


El registro del Estado

“Las denuncias han aumentado”, confirmó a Presentes Victoria Donda, la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), en cuanto a los casos de discriminación de vive el colectivo. Y continuó: “No sabemos si es porque aumentaron los casos de discriminación o porque venimos trabajando desde el INADI. Cuando entramos en el 2019 el sistema de estadística se había destruido, la sociedad no sabía que existía el INADI, prácticamente”.

Donda considera que actualmente proliferan discursos de odio hacia la población LGBT+. Esos discursos, afirma, “no solo se escuchan de boca de candidatos o personas del sistema político, sino también en los medios de comunicación”, y construyen “un ideario desde donde la violencia es correcta”.

Agresiones al Mocha Celis

En tanto, el 4 de enero, otro ataque a la diversidad se produjo en el barrio porteño de Once.

Estudiantes, egresades y docentes construyeron el mural del Bachillerato Travesti Trans Mocha Celis, durante una jornada de la que participó Presentes el 2 y 3 de diciembre. Fue una bienvenida de la escuela al barrio a principios de diciembre. Un mes después, y en circunstancias que aún se desconocen, el dibujo fue vandalizado con mensajes de odio hacia la diversidad sexual.

“Entendemos que la violencia es una constante y una latente en nuestra existencia, incluso cuando lo que queremos es construir. Lamentablemente debo decir que es una de las cosas más que nos pasan. En los últimos años los atropellos de las fuerzas de seguridad no han parado ni los desprecios, las malas caras, las burlas. Esta es una marca más que estamos llevando como colectivo”, dijo en su momento a este medio Manu Mireles, secretaria académica de la Mocha.

En contra de la diversidad

En la localidad de Las Flores de la provincia de Buenos Aires, personas rompieron el cartel que anuncia el proyecto de construcción de la Plaza de la Diversidad.

La iniciativa fue aprobada por el Concejo Deliberante “con la intención y necesidad de contar con un espacio que sea símbolo de reconocimiento a un colectivo históricamente discriminado como es el LGBTI+”. Así lo indicaron desde el Espacio de Géneros Hablemos, entidad que hizo público el hecho a través de sus redes sociales.

Además, denunciaron que la agresión ocurrió a pocos días del Festival Hablemos, organizado “para incluir y visibilizar la lucha de la comunidad LGBT”, que tendrá lugar el sábado 22 de enero en la Confitería de La Laguna del distrito.

Para Mercedes Crego, de 28 años, licenciada en Turismo y militante del espacio, “la discriminación, la violencia y el odio hacia las personas LGBTI+, ya sea explícita o implícita, es lo que nos expulsa de las ciudades chicas como la nuestra”.

“Ante estos hechos reafirmamos la necesidad de nuestra militancia, de visibilizarnos y hacernos escuchar como colectivo. Mientras estos actos sigan ocurriendo, nosotrxs seguiremos más unidxs y fuertes luchando”, afirmó.

Discriminación directa

Además de ataques materiales, en diciembre y enero se registraron graves violencias hacia personas de la comunidad.

Luego de una reunión con la dirigencia del fútbol femenino y las altas autoridades del club Rosario Central sin buenos resultados, las jugadoras del plantel de fútbol femenino del club decidieron denunciar ante el INADI a mediados de diciembre los múltiples maltratos que vienen atravesando.

Las situaciones van desde amenazas, comentarios inapropiados y sobreexigencia deportiva, hasta la expulsión de una de las defensoras del equipo profesional, Maira Sánchez, “por besarse con otra chica”.

“A mí me encantaría que el club pueda tener gente realmente capacitada para que esté al mando de un equipo profesional. No sólo por nosotras sino por las chiquitas que vienen atrás”, dijo, entonces, Maira a Presentes.

También a mediados de diciembre, el bailarín de ritmos latinos y profesor de baile Roberto Tito Costilla, de 27 años, sufrió un ataque homoOdiante que le quebró la pierna.

Tras un allanamiento, solicitado por la Fiscalía Penal 3 y ordenado por el juez de Garantías 2, el 14 de diciembre detuvieron a Ignacio Colombo, padre e hijo, acusados del delito de lesiones graves calificadas por odio a la orientación sexual.

Dos transfemicidios en 2022

Finalmente, el 2022 inició con dos transfemicidios en menos de una semana. La cifra es alarmante si se tiene en cuenta que en las primeras dos semanas del año ocurrió el 20 por ciento de los crímenes de odio hacia travestis y trans que hubo en el 2021.

En este sentido, según la organización La Rosa Naranja, el año pasado se registraron 10 asesinatos a travestis y trans.

El primer transfemicidio del año fue el de Aldana Lorenz, una mujer trans de 35 años, que murió el 4 de enero, luego de haber estado internada durante 10 días tras haber recibido un ataque en la víspera de la Nochebuena en el barrio La Ranita, al noroeste de Santa Fe capital.

Recién cuando se conoció su muerte se dio intervención a la policía y se notificó al Ministerio Público de la Acusación (MPA).

A fines de la semana pasada, se conoció el segundo transfemicidio del año en la localidad de Beccar, del partido de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires.

Se trató de una mujer trans de 46 años que fue encontrada asesinada a cuchilladas en una vivienda del distrito.

Actualmente, el crimen es investigado por personal de la fiscalía en turno del Departamento Judicial San Isidro, a cargo de la fiscal Carolina Asprella.

“En todo proceso de avance sobre la conquista de derechos también hay momentos de retroceso. Creo que, sin lugar a dudas, se está verificando en todo el país un avance de sectores socialmente conservadores y violentos. Estos hacen eco de los discursos de odio que se construyen en usinas más pensadas para las carreras electorales, como pueden ser lo que expresa Javier Milei o Patricia Bullrich”, concluyó la titular del INADI.

Fuente Agencia Presentes

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Argentina: Dos transfemicidios en las primeras semanas de 2022

Martes, 25 de enero de 2022
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movilh-transfobia-820x394Hallaron a una mujer trans asesinada en la localidad de Beccar. Se trata del segundo transfemicidio en el país.

 BUENOS AIRES, Argentina. En la segunda semana desde el inicio del 2022 ocurrió el segundo transfemicidio del año en la Argentina.

Policías de San Isidro hallaron el jueves 13 de enero a una mujer trans de 46 años y apellido Giacobbi asesinada a cuchilladas en una vivienda de la localidad de Beccar, en el partido de San Isidro de la provincia de Buenos Aires, según informó el parte policial del distrito.

Tras tres días sin tener conocimiento del paradero de la mujer y alarmades por un “fuerte olor”, vecines de la zona dieron aviso a la policía. Al llegar a la casa ubicada en calle América al 2400, entre Gobernador Udaondo y Padre Acevedo, encontró su cadáver y pisadas con manchas de sangre.

La investigación sobre el caso la lleva adelante personal de la fiscalía en turno del Departamento Judicial San Isidro, a cargo de la fiscal Carolina Asprella.

Qué se sabe del caso

El cuerpo de la mujer fue examinado por médicos forenses que constataron que la muerte ocurrió entre 36 y 48 horas antes del momento en el que fue descubierto el cuerpo.

“Es como que la sociedad argentina no registra el travesticidio y el transfemicidio. No hay forma. Solamente la comunidad LGBTIQ+ le da cierto valor. La travesticidad siempre queda en el último escalón”, dijo a Presentes Marcela Tobbaldi, presidenta de la Asociación Civil La Rosa Naranja.

Para ella, “la violencia que existe por parte de los masculinos es muy fuerte” y considera que “el crimen de Beccar es un crimen de odio”.

Según el registro que lleva adelante La Rosa Naranja desde hace cinco años en todo el país, el año pasado hubo 67 muertes de mujeres trans, travestis y transgénero, y 4 de varones trans. De elles, 10 fueron asesinadas.

Una violencia que no desciende

El segundo transfemicidio del 2022 ocurrió con una diferencia menor a una semana del anterior, el de Aldana Lorenz, una mujer trans de 35 años. En este panorama, ya ocurrió el 20 por ciento de los crímenes hacia mujeres trans y travestis que tuvieron lugar el año pasado.

En lo que va del año, la asociación registró ocho muertes de compañeras travestis y trans por travesticidio o transfemicidio social -es decir, aquellas que se encuentran vinculadas al abandono estatal, judicial y social- y dos asesinatos.

“Es una aberración que nos sigan matando de esa manera. Esto nos afecta a todas”, dijo Erika Moreno, referenta de la Red Diversa Positiva de la provincia de Tierra del Fuego.

Sobre esto, amplió: La comunidad travesti trans siempre somos las personas relegadas, sudacas, que no tenemos realmente oportunidades. Algunas tenemos posibilidades, otras muchas no. Las adultas mayores viven en situaciones paupérrimas, donde estamos carentes de un montón de cosas”.

Por eso, concluyó: Necesitamos urgentemente una reparación histórica, una indemnización, que se nos tenga en cuenta realmente”.

Fuente Agencia Presentes

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Un beso dejó al descubierto las violencias que se viven en el fútbol femenino

Miércoles, 19 de enero de 2022
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central-4-1200x600Quince jugadoras del plantel profesional de Rosario Central denunciaron hostigamientos y discriminaciones en el club. Una de ellas fue desvinculada por besarse con su pareja, las demás fueron licenciadas.

ARGENTINA, Rosario. Comentarios inapropiados, maltratos, amenazas, sobreexigencia deportiva y restricciones en la comunicación. Esas son algunas de las acciones que llevaron a un grupo de 15 jugadoras de fútbol de Rosario Central a realizar una denuncia colectiva contra el club en el Inadi.

Días antes, Maira Sánchez, una de las defensoras del equipo profesional, fue desvinculada “por besarse con otra chica” en el predio deportivo.

“La denuncia que hicimos es colectiva. Si bien hay puntos como el mío que se destacan el reclamo es colectivo”, remarca Maira en diálogo con Presentes y agrega: “Teníamos muchos destratos por parte de la DT y las personas a cargo del femenino en Rosario Central”.

Un encuentro con el club

El 11 de noviembre, después de meses de sufrir distintas situaciones, las jugadoras convocaron a una reunión a todo el cuerpo técnico, la dirigencia del fútbol femenino, el área de género y a las máximas autoridades del club. Del encuentro participaron el vicepresidente, Ricardo Caldoni, y la representante del fútbol femenino, Carla Facchiano, pero nadie del equipo técnico.

En el encuentro se expusieron las situaciones que venían padeciendo las jugadoras y se marcó el caso puntual de Maira. A mí la DT me había comunicado que iba a quedar por fuera del plantel profesional porque un dirigente le dijo que no podía seguir en el club porque me habían visto besarme con una compañera dentro del complejo donde entrenamos”, cuenta la ex defensora de Central y agrega que en el momento le remarcó la directora técnica que ella nunca incumplió con su trabajo.

“Ella me dijo que no era su decisión, que era una bajada de línea pero no me quiso dar el nombre de la persona que dio la orden. Cuando lo hablamos en la reunión con el vicepresidente del club, él dijo que no estaba al tanto de esto, que le parecía una falta de respeto”, recuerda Maira.

Sin embargo, no se decidió dar marcha atrás con la medida.

Después de escuchar todos los reclamos de las jugadoras, la dirigencia definió darle licencia a quienes habían firmado la nota pero el resto del equipo siguió entrenando y las personas denunciadas también continuaron con sus tareas habituales. “Se comprometieron a darnos una solución antes de que termine noviembre pero eso nunca sucedió, no se volvieron a comunicar”, recuerda Maira.

 

La violencia de la inacción

La situación se volvió angustiante para las jugadoras. Fueron apartadas de los entrenamientos y muchas quedaron sin respuesta sobre su continuidad en el grupo. En ese escenario, a mediados de diciembre, deciden contactar al Inadi para que pueda mediar y accionar en el caso.

El de Maira no es el único hecho que se denuncia. Forma parte de una crónica de situaciones que venían pasando desde principio de 2021. En ese andamiaje, y entendiendo que en virtud de todas estas situaciones algunas jugadoras iban a quedar desvinculadas a partir del 31 de diciembre, se decide la intervención el Inadi. Son un grupo de jugadoras y ex jugadoras que denuncian una serie de discriminaciones y acoso”, indica en diálogo con Presentes, Paula Saini, delegada de Inadi Santa Fe.

Saini reconoció que lo que las jugadoras vivieron fueron “situaciones pequeñas que día a día constituyen una situación de acoso, hostigamiento y discriminación. Entendemos que se dan por su condición de género pero también apelamos a la interseccionalidad de la discriminación. Son demasiados obstáculos dentro del fútbol femenino”.

central-3Maira Sánchez fue desvinculada del club este año.

La delegada también reconoció que Rosario Central es uno de los clubes con mayor trayectoria en la incorporación de planteles femeninos y en la creación de una Secretaría de Género y Diversidad, pero remarcó que la falta de respuestas de la institución constituyó también una situación de violencia hacia las jugadoras y ex jugadoras.

Para ella las medidas adoptadas por el club tienen “fundamentalmente impacto en lo psicológico, moral y anímico de las jugadoras. Desde ese momento no saben qué va a pasar con sus contrataciones ni cómo va a ser su relación con el club en 2022. De hecho, hay jugadoras que tienen contrato por un año más y tampoco saben cuál es la situación en la que están”.

El martes hubo una reunión con las autoridades del club que mostraron buena predisposición para trabajar junto al organismo nacional en la búsqueda de una solución a los problemas que plantearon las jugadoras. Hasta ahora no hubo avances concretos y estaba prevista un nuevo encuentro con las denunciantes.

La respuesta del club

Un día después de que se conociera la denuncia de Maira al Inadi, la Secretaría de Género y Diversidad del club emitió un comunicado. Allí señalaron: “Queremos manifestar nuestra preocupación ante el hecho de gravedad institucional que en las últimas horas se hizo público. Al tomar conocimiento de la denuncia de un hecho homo-odiante se activó el Protocolo de Prevención y Actuación ante situaciones de violencia de género y discriminación para realizar el abordaje correspondiente”.

Más adelante remarca el apoyo a Sánchez y a todo el plantel. También aclara: “Creemos importante recalcar que señalar a la secretaría y culparla por todos los hechos de violencia patriarcal que suceden en el club es desconocer nuestra función y trabajo cotidiano, que con muchísimo esfuerzo realizamos. Seguimos construyendo este espacio colectivamente, espacio abierto a todas las personas que quieran formar parte”.

Luego de su denuncia, la jugadora mantuvo una reunión con la subsecretaria de Políticas de Igualdad, Pilar Escalante, y la subsecretaria de Políticas de Diversidad, Alba Rueda, del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

Cambiar las reglas

Maira y sus compañeras siguen de cerca las actuaciones del Inadi. Esperan que el club tome las medidas que corresponden para mejorar la situación del fútbol femenino que, en todo el país sigue en situación de desigualdad con el masculino.

“No quisimos hacer un reclamo laboral a Central”, resalta Sánchez pero aclara que las acciones fueron con la intención de mejorar las condiciones del fútbol femenino.

Para ella, que comenzó a jugar al fútbol cuando tenía 13 años fue un sueño llegar a Central a los 24, el club del que es hincha desde que nació. “Soy muy hincha de Central. Es difícil cuando tenés que separar sentimientos de los actos que tienen estas personas. Pero la pasión por los colores no cambia. Nunca me imaginé que iba a ser profesional y a vestir la camiseta de mi club. Fue un sueño”, remarca.

Y cierra: “A mí me encantaría que el club pueda tener gente realmente capacitada para que esté al mando de un equipo profesional. No sólo por nosotras sino por las chiquitas que vienen atrás. Queremos que puedan tener la mejor forma de trabajar, que no por ser mujeres tengamos que seguir sufriendo estos tipos de abusos. Ni siquiera podés hablar porque sino quedás afuera”.

Fuente Agencia Presentes

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