Se me presentó
No lo busqué, me topé con él y me “persiguió” durante todo el retiro; me quería hablar, moverme el corazón, hacerme partícipe de su vida, su misión, su callado pero contundente mensaje.
Un árbol, similar a tantos otros de la finca donde hemos estado de retiro desde el sábado hasta el miércoles, pero éste estaba enfrente de la ventana de mi habitación y me invitaba a mirarle, es más, me embelesó desde el primer momento.
Vi un tronco, un cuerpo, y al final una cabeza inclinada como han pintado los artistas a lo largo de los siglos al crucificado. Me impactaron desde el principio las ramas, como brazos en posición vertical, queriendo llegar al cielo, en actitud de oración, ramas fuertes, robustas. Pero mi sorpresa fue que estaban acompañadas por otras dos en la misma posición y muy similares, en seguida me di cuenta que eran los míos.
Seguí mirando hacia arriba y esas ramas continuaban creciendo, se multiplicaban ahora en ramas claramente más jóvenes, más verdes pero con todo el potencial de seguir creciendo hasta el infinito haciendo posible el nacimiento de las hojas en la copa del árbol, desplegando vida en abundancia, sombra, oxígeno para nuestros pulmones…
No me cabe duda que las raíces eran profundas y tenían suficiente agua y nutrientes para alimentarse bien y para ayudar en la nutrición de todos los árboles de la finca, ayudando a los más débiles, como nos dicen los expertos, que en esa gran red que es un bosque hay una comunicación entre unxs y otrxs, especialmente con aquellos que lo necesitan más.
¡Qué gozo saber quién soy, cual es mi sitio y a qué me siento llamada a vivir! Tu vida y la mía tienen brotes vivos, verdes quizá, pero brotes que reciben la savia a través de ti y de mí y que a su vez son vehículo de vida y salud para otrxs.
Tierra y sol, agua y luz no nos pueden faltar… ni un solo día pase lo que pase y estemos como estemos, porque somos parte de un inmenso bosque que en este momento de nuestra historia es vital para oxigenar tantos espacios con mala calidad de aire.
Ojalá este verano encuentres momentos para dejarte sorprender por la vida que eres. Ha sido un privilegio hacerlo en comunidad y escuchar la experiencia de cada persona que, muy sencillamente pero con mucha sinceridad, nos ha compartido su experiencia día tras día.
Ahora nos toca hacerlo con los más cercanos, en nuestra rutina diaria. Florece ahí donde estás plantadx. No te olvides, no estás solx. Mucho ánimo para el camino.
Carmen Notario, sfcc
Fuente fe Adulta
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