Triunfa la Inquisición y la homofobia eclesial: El pregonero de la Juventud Cofrade pide perdón y considera sus declaraciones ´inoportunas´.
La cofradía de la Humildad, organizadora del acto, se desvincula “total y absolutamente de las afirmaciones realizadas por Gutiérrez” en su pregón
M. Ferrary / I. A. Castillo
Miguel Gutiérrez Jansen, pregonero de la Juventud Cofrade, abrumado por la polémica surgida en torno a su pregón pronunciado el pasado sábado, ha pedido perdón “por lo inoportuno de las declaraciones vertidas y mi manifiesta torpeza para matizar mediante la palabra el contenido del pregón referente a la postura de la iglesia”.
Gutiérrez Jansen, en un escrito enviado esta misma tarde, mostró su preocupación por que se vincule a la cofradía con el contenido del pregón, en el que defendía el matrimonio homosexual por la Iglesia y criticaba que se apartara de su cargo de hermano mayor a personas divorciadas. Así, el pregonero insistió en que “en ningún momento mi pregón fue sometido a supervisión alguna por parte de mi Cofradía de la Humildad y, por ende, ésta queda desligada de cualquier postura u opinión vertida”.
“Jamás, reitero, jamás, pretendí aportar un prisma destructivo sobre cuestiones morales cordialmente discutidas y valoradas en el seno de la comunidad católica”, subraya el pregonero de la Juventud Cofrade, quien solicita “perdón por el malestar causado en la autoridad eclesiástica, que es la mía como miembro incondicional del redil del cual es Jesús nuestro pastor”.
Miguel Gutiérrez apuntó que espera que el Señor de la Humildad “sepa iluminar a los destinatarios de este escrito para brindar el perdón que siempre ofreció sin condiciones, enterrando el rencor bajo el peso de su amor fraterno”, ya que insiste en que “jamás fue mi intención cuestionar los dogmas irrefutables que vertebran la doctrina católica”.
Aclaración de la Humildad. La cofradía de la Humildad quiso apartarse del contenido del pregón de Miguel Gutiérrez Jansen. A través de un comunicado, la corporación “se desvincula total y absolutamente, y en todos sus términos, de todas aquellas afirmaciones que atenten contra la doctrina moral y la doctrina dogmática de nuestra Santa Madre Iglesia”.
La hermandad victoriana aclaró que “la redacción del texto del pregón es un acto, libre y consciente por parte del pregonero, en el cual quedan constatadas sus propias ideas y pensamientos, sin que estos en ningún momento representen o identifiquen el sentir o el ideario, ni de la Junta de Gobierno, ni de la Hermandad como institución”.
Por último, reiteró su obediencia al Papa, al obispo y a toda la jerarquía eclesiástica, así como su defensa férrea de la teología, la moral y el magisterio de la Iglesia.
Fuente La Opinión de Málaga
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