La Corte Suprema de Brooklyn acusa de un delito de odio a Antoine Thomas, de 27 años de edad y residente del barrio de Flatbush, en Brooklyn (Nueva York), por un un incidente que incluye acoso, amenazas y agresión física a una pareja de lesbianas, llegando a dejar inconsciente a una de ellas. El acusado se ha declarado inocente de todos los cargos en la primera sesión, este lunes, 3 de julio.

Según la versión del fiscal, el 21 de mayo, alrededor de las 19:30 horas, el acusado se sube en Union Square a un vagón de la línea Q, con sentido Brooklyn, sentándose al lado de las que después serían sus víctimas. Sin provocación previa por parte de la pareja, cuando el tren hace una parada inesperada entre dos estaciones, comienza a insultarles al grito de «mariconas» y «tortilleras». La pareja le pide que se tranquilice, pero cuando el tren vuelve a detenerse en la parada de la avenida Dekalb, Thomas comienza a golpearlas, hasta que una de ellas pierde el conocimiento, emprendiendo la huida por los vagones del tren, hasta que es detenido por un oficial de la policía de tránsito, ya en la siguiente estación después de que el conductor del tren diera la alarma.

La víctima agredida, de 24 años de edad, es trasladada al New York-Presbyterian Brooklyn Methodist Hospital, donde es tratada por una contusión, la nariz rota y una conmoción cerebral, además de recibir hasta nueve puntos de sutura por unas heridas alrededor del ojo. «Brooklyn es un modelo de inclusión y diversidad donde el prejuicio y el fanatismo no son tolerados (…). Las presuntas acciones de este acusado fueron un ataque al derecho de toda persona de ser quienes son, y de amar a quienes eligen. Ahora será responsable por este presunbto ataque que dejó inconsciente a una mujer», declara Eric Gonzalez, fiscal interino de Brooklyn.

A pesar de que Thomas no niega que la agresión tuviera lugar, se declara inocente alegando que la pareja es la que le provocó. «Le di un puñetazo porque me estaba incitando», declara el acusado que, de ser declarado culpable por el delito de crimen de odio, es decir, si el fiscal consigue demostrar que la agresión está motivada por la orientación sexual de las víctimas, se enfrenta a una pena de hasta 15 años de prisión.