Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Año C’

Epifanía, un camino iniciático. La vida como peregrinación

Viernes, 8 de enero de 2016
Comentarios desactivados en Epifanía, un camino iniciático. La vida como peregrinación

10891437_384157861761412_7447576746602788487_nDel blog de Xabier Pikaza:

Se han hecho y se siguen haciendo otras peregrinaciones famosas (las que llevan a la Meca o Santiago de Compostela, Roma o Benarés…),

pero en verdad, según el evangelio, la primera y más importante de todas, es la de estos Magos que van hacia Jesús guiados por el canto y la llamada de su Estella (la Estrella de Dios, la Estrella de cada uno).

Este es la Gran Peregrinación que habían prometido los profetas (por ejemplo en Isaías cap. 2 y cap. 60), como un camino que lleva hacia la Nueva Jerusalén de la Paz y de la vida. Pero, según el evangelio de Mateo, esa Peregrinación de la Luz no lleva a Jerusalén (ciudad dominada por el mal Rey Herodes), sino a Belén, que es la Casa del Pan, la Casa de la Luna que alumbra a los humanos en la noche…

Ésta es tu peregrinación, tu misma vida, entendida como camino iniciático de descubrimiento de la verdad (de tu propia verdad, del valor divino de tu vida). Repito este motivo:

imagesLa Epifanía es la gran Fiesta Iniciática del “descubrimiento de la propia luz”, es decir, de la Luz del Dios de Jesús en nuestra propia vida. Peregrinos somos, pero no en guerras de estrellas (star-wars) como quieren y dicen algunos con mucha propaganda y quizá menos profundidad (sobre todo la num. 7), sino en un camino mesiánico que lleva al oro, el incienso y mirra de Belén, que es el signo de la verdad de la vida.

Buen día todos. FELICIDADES A LOS NIÑOS.

Una peregrinación que sigue abierta

Epifanía es la fiesta de la “estrella de Dios”, que ilumina el camino de los hombres. Por eso no hay que preguntar a los astrónomos, pidiéndoles que estudien cuándo pudo haber aparecido por aquellos días una “estrella nueva” o algún tipo de asteroide, como el que parece evocarse en la historia de los magos (cf. Mt 2, 9-10).

La luz que aquí importa es la tuya, es decir, la de Dios, que ilumina el camino de tu vida, que lleva hacia Jesús y con Jesús te lleva al Reino de Dios, que es la plenitud de tu propia vida. Esta es la Luz que alumbra a todo hombre, como dice el Evangelio de Juan, la luz de Dios que llevamos cada uno en nuestro corazón.

Por eso, en el sentido más profundo somos Phos-Phoros (Phos-Phorontes), portadores de luz, lámparas de Dios en el universo, cada uno una estrella de Dios, en el inmenso mar de las constelaciones. Somos luz de Dios, porque Dios es nuestra luz, la lámpara de siete luces que es única luz de verdad (Menora) en nuestra existencia.

‒ La Estrella de los magos es el mismo Jesús, cuya luz a brotado en Belén, para alumbrar desde allí a todos los hombres. Por eso, los magos del relato de Mateo 2 eran y son buenos (necesaios), si es que ayudan a descubrir la luz, pero una vez que encontramos a Jesús y le tenemos con nosotros, nosotros mismos somos luz, somos Cristo, hecho epifanía de Dios en la tierra. Nosotros somos los magos, miles, millones de hombres y mujeres de luz, estrellas de Dios en el Universo del Cristo.

‒ El regalo de los magos (oro, incienso, mirra) es nuestra propia vida, hecha don de Dios para nosotros mismos y para los demás … Somos oro, el valor más grande, pero no en forma de capital monetario para comprar y vender, sino como belleza de la vida que se regala y comparte… Somos incienso, el mejor de todos los olores de la navidad, el perfume más precioso… Somos mirra, ungüento de amor, como el que empleaban los novios, ungüento de vida con el que se despide a los muertos esperando la resurrección. Nuestra misma vida es un regalo, que venimos a ofrecer a Dios, es decir, a los demás, en el transcurso de la noche luminosa de nuestra vida, dirigida hacia Jesús.

‒ Los magos son signo de la gran misión pagana, es decir, de la misión del evangelio que se abre como don a todos los pueblos y culturas de la tierra, no para conquistar a nadie, no para destruir otras culturas, sino para ofrecer a todos los pueblos una experiencia de gratuidad. Por eso, desde antiguo, los tres magos representan los tres continentes entonces conocidos de la tierra: Asia, África y Europa. Por eso, ahora que los continentes son/somos cinco debería haber cinco magos, como signo de todas la tierras y culturas abiertas a la gracia de Dios.

‒ Tú mismo eses el “mago”, hombre o mujer que busca a Dios, en gratuidad, en reverencia, en constante sorpresa… Por eso, desde la Edad Media los Magos aparecen como signo de reverencia amorosa, en el camino iniciático que hemos de llevar, cada uno de nosotros, hacia el encuentro de nuestra propia verdad. Estamos en camino hacia Jesús, es decir, hacia Dios, es decir, hacia nosotros mismos… Buscamos nuestra verdad, buscando a Cristo, la verdad interna del gozo y amor, del sentido de la vida, en un mundo en que la mayoría sólo parecen buscar cosas externas, alejándose de sí mismos.

‒ En un mundo de pobreza, como portador de la riqueza de Dios, del amor hecho regalo… Sólo podrás encontrar tu verdad en Jesús si la encuentras en Belén, es decir, en aquel no ha sido recibido en la ciudad, entre los extranjeros y proscritos (evangelio de Lucas); sólo le encontrarás, sólo te encontrarás, cuando sepas unirte a los perseguidos, a los niños que son manipulados (como Jesús, perseguido por Herodes).

‒ Una Epifanía política, una Epifanía religiosa. En el centro del relato de los magos está la oposición del Rey Malo (Herodes) que mata a los niños y a todos los inocentes para reinar él (en exclusiva) y los cientos y miles y millones de “magos” que, a pesar de todo (a pesar de Herodes) siguen buscando la verdad de Dios en los niños y en los perseguidos. Por eso los Magos son “reyes”, pero reyes de un modo distinto: Por la realeza del corazón, por el misterio de la vida (la luz en la noche), por la peregrinación hacia la verdad que ellos encuentran en Belén.

‒ Conclusión. Epifanía no es sólo hoy, epifanía es siempre, es tu vida. Frente al Rey Herodes y frente a todos los Reyes y Sacerdotes del poder establecido que sólo buscan el dominio sobre los demás (que son capaces de matar, porque no tienen riqueza alguna) emergen en esta historia de Mateo 2 los hombres magos… que realizan el camino iniciático que lleva a la verdad de su propia vida, la verdad del Dios de los pobres, la verdad de Belén.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Relato desconcertante”. Epifanía del Señor – C (Mateo 2,1-12) 06 de enero 2016

Miércoles, 6 de enero de 2016
Comentarios desactivados en “Relato desconcertante”. Epifanía del Señor – C (Mateo 2,1-12) 06 de enero 2016

9_Epifanía-del-Señor_C-283x300Ante Jesús se pueden adoptar actitudes muy diferentes. El relato de los magos nos habla de la reacción de tres grupos de personas. Unos paganos que lo buscan, guiados por la pequeña luz de una estrella. Los representantes de la religión del Templo, que permanecen indiferentes. El poderoso rey Herodes que solo ve en él un peligro.

Los magos no pertenecen al pueblo elegido. No conocen al Dios vivo de Israel. Nada sabemos de su religión ni de su pueblo de origen. Solo que viven atentos al misterio que se encierra en el cosmos. Su corazón busca verdad.

En algún momento creen ver una pequeña luz que apunta hacia un Salvador. Necesitan saber quién es y dónde está. Rápidamente se ponen en camino. No conocen el itinerario preciso que han de seguir, pero en su interior arde la esperanza de encontrar una Luz para el mundo.

Su llegada a la ciudad santa de Jerusalén provoca el sobresalto general. Convocado por Herodes, se reúne el gran Consejo de «los sumos sacerdotes y los escribas del pueblo». Su actuación es decepcionante. Son los guardianes de la verdadera religión, pero no buscan la verdad. Representan al Dios del Templo, pero viven sordos a su llamada.

Su seguridad religiosa los ciega. Conocen dónde ha de nacer el Mesías, pero ninguno de ellos se acercará a Belén. Se dedican a dar culto a Dios, pero no sospechan que su misterio es más grande que todas las religiones, y tiene sus caminos para encontrarse con todos sus hijos e hijas. Nunca reconocerán a Jesús.

El rey Herodes, poderoso y brutal, solo ve en Jesús una amenaza para su poder y su crueldad. Hará todo lo posible para eliminarlo. Desde el poder opresor solo se puede «crucificar» a quien trae liberación.

Mientras tanto, los magos prosiguen su búsqueda. No caen de rodillas ante Herodes: no encuentran en él nada digno de adoración. No entran en el Templo grandioso de Jerusalén: tienen prohibido el acceso. La pequeña luz de la estrella los atrae hacia el pequeño pueblo de Belén, lejos de todo centro de poder.

Al llegar, lo único que ven es al «niño con María, su madre». Nada más. Un niño sin esplendor ni poder alguno. Una vida frágil que necesita el cuidado de una madre. Es suficiente para despertar en los magos la adoración.

El relato es desconcertante. A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Cuando los Magos se hicieron Reyes. Una historia viva

Miércoles, 6 de enero de 2016
Comentarios desactivados en Cuando los Magos se hicieron Reyes. Una historia viva

vendran_orienteDel blog de Xabier Pikaza:

Mañana a la noche salen a la calle, en procesión o cabalgata, los magos que fueron antaño a postrarse ante Jesús, según el evangelio. Pero la “escena ha cambiado mucho”; los magos se han hecho Reyes, y en general ya no buscan a Jesús, sino que que representan el gozo de la fiesta de la vida, que se abre con ilusión para los niños.

Para muchos sigue siendo (en España y en otros países del mundo católico) la fiesta más importante del año. Es la fiesta de la fantasía, día de gran gozo de los niños, y así sobrevive con los camellos y la arena del desierto (y sobre todo con los regalos, que son para Jesús, que son para los niños…), a pesar del reno y la nieve que vienen con el Papa Noêl del Norte…

La llegada de los Magos está vinculada con el oriente y el desierto, con estrella en la noche, y la luz de la vida que lleva hacia el niño que nace, para llevarle regalos y enriquecer su vida con la Magia de la Vida más alta que nos envuelve y sobrepasa.

Pero, en los últimos tiempos (y en especial este año) han surgido por doquier voces de crítica y de crisis, con de replanteamiento de la fiesta, no sólo porque ha tomado más fuerza la Navidad del Papa Noêl, sino otras razones:

1. Es fiesta de magos, no de reyes…. La Biblia no habla de Reyes (con el simbolismo de ese nombre), sino de magos, es decir, de sabios que buscan a Jesús (rey bueno), en contra de Herodes (rey malo). Estos magos no sabios que se ocupan de Dios (del sentido del mundo), leyendo su camino en las estrellas. Quiero insistir en ello: El único que cuenta esta historia (que es verdadera en el sentido más profundo del término) es Mateo 2, y no habla de Reyes, sino de Magos, es decir, de sabios-astrónomos-videntes (¡grandes maestros!) que buscaron a Jesús alumbrados por su estrella.

2. ¿Abandonar el nombre de Reyes? El primero que pensó que estos magos podían ser reyes fue Cesáreo de Arlés (en el siglo VI, en la actual Francia), pero sólo en el siglo XII los magos se volvieron básicamente reyes, personajes poderosos, que mantienen el orden de la tierra (aunque nunca pierden su rasgo de magos). Esa visión de los magos como reyes triunfó en tiempo de las cruzadas, cuando Barbarroja, el gran cruzado alemán, llevó los pretendidos “restos” de los magos (que habían sido traídos de Oriente) desde Milán a Colonia. Pienso que ha llegado el tiempo de retornar al evangelio, recreando el sentido de la fiesta, con magos, no con reyes, pues de lo contrario la fiesta cristiana se nos pierde.

3. He visto estos días en la prensa varios estudios de astronomía-astrología, queriendo demostrar que en tiempo de Jesús hubo una supernova, un planeta errante que se hacer a la tierra… o una conjunción de Marte con Jupiter… Todo el tema de la fiesta y de la estrella de los magos debería resolverse pues astronómicamente. Algo he debido estudiar sobre el tema, evocando los trabajos de Kepler y Newton (¡sabios grandes, si los hay!). Pero el sentido de esta fiesta no está en los astros exteriores, sino en la estrella interior que guía nuestra vida hacia la Verdad de Dios (hacia el Dios de Jesús).
12510266_534264703417393_4139665019929845445_n
4. El tema acaba siendo de política social. En mi niñez no había entre nosotros más cultura (permitida) que la cristiana, ni más fiestas que las de la Iglesia…Pero con el paso de los años las “procesiones/cabalgatas” de Reyes se han independizado del evangelio y de la iglesia, y es normal que pongan una o tres “magas” en vez de reyes… O que llamen a las magas con los nombres de la Rev. Francesa: Igualdad, Libertad, Fraternidad… La procesión de la víspera de Reyes no es ya pues una procesión cristiana, sino civil… laica (y a veces anticlerical). No se trata de ir en contra de la cabalgata de los magos/magas ni en Madrid ni en Valencia, ni en otros lugares, pues se trata ya de una fiesta civil. El tema está en si nosotros, los cristianos, que hemos dado esta fiesta de los “reyes” al mundo, podemos volver al sentido fuerte de los magos del evangelio.

Ante estos y otros temas semejantes puedo ofrecer una “pequeña” (es decir, larga) iluminación bíblica.
Llevo más de 20 años preparando un Comentario de Mateo (donde está en pasaje de los Magos), y así he podido leer muchas cosas que se han escrito sobre el tema, y pensar sobre ellas. En esa línea me parece esencial el estudio de U. Luz, Comentario de Mateo 1, Salamanca 2010, y así ofrezco después de las mías, unas reflexiones suyas. Siga leyendo quien quiera saber lo que es la fiesta de los Magos, quá sentido tuvo al principio, cómo ha cambiado después. Buen día a todos.

Imagen 1. Maximino Cerezo, magos: toda la humanidad
Imagen 2. Cabalgata de Rreyes, fiesta civil. Madrid
Imagen 3. ¡Fiesta de magas, experiencia humana, África!
Imagen 4. Magos persas (Ravenna, siglo VI)
Imagen 5. Arqueta con restos de magos en Colonia (siglo XII)

1. Evangelio del día de los Magos (Mt 2, 1-12)

1 Nacido Jesús en Belén de Judá, en tiempo del rey Herodes, llegaron unos magos de oriente a Jerusalén 2 y dijeron: «¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos? Porque hemos visto salir su estrella y hemos venido a adorarle». 3 Cuando el rey Herodes oyó esto, se sobresaltó, y con él toda Jerusalén. 4 Y convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo y se informó por ellos del lugar donde había de nacer el Mesías. 5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judá; porque así está escrito por los profetas:
6 ‘Y tú, Belén, tierra de Judá,
en modo alguno eres el menor
entre los principales clanes de Judá,
porque de ti saldrá un jefe
que será pastor de mi pueblo, Israel’».
7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y se informó cuidadosamente acerca del tiempo de la aparición de la estrella, 8 los envió a Belén y dijo: «Id y averiguad exactamente qué hay de ese niño. Si lo encontráis, notificádmelo para que yo también vaya a adorarlo». 9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino. Y he aquí que la estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella sintieron mucha alegría. 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre. Y postrándose, le adoraron y abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. 12 Y avisados en sueños de que no volvieran donde Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

SENTIDO BÁSICO (XABIER PIKAZA)

Vienen los magos a Jerusalén porque han visto en oriente la estrella del Rey de los judíos…

Ese tema nos sitúa en el centro de una extensa tradición astro-lógica (-nómica) que vincula al ser humano (y especialmente al salvador) con un (=el) Astro del cielo: es como luz en el firmamento y futuro de la historia. Por eso, allí donde ha nacido el Rey de los judíos ha debido encenderse una luz, se expande una esperanza de salvación sobre la tierra. Esa luz atrae a los “magos”, que vienen hacia Jerusalén, iniciando la marcha de los pueblos hacia el futuro de su plena humanidad, como indicará al final del evangelio Mt 28, 16-20.

Mateo afirma que “Jesús nació en Belén de Judea, en los días del rey Herodes” y añade que “unos magos vinieron a Jerusalén… preguntando por el lugar del nacimiento del rey de los judíos”. Lógicamente, los sacerdotes responden que en Belén, según la profecía de Miqueas (cf. Mt 2, 1-6). Mateo destaca así, en sentido simbólico de Belén (que físicamente debió nacer en Nazaret), como lugar del rey verdadero, de la línea de David, en oposición a Herodes, rey ilegítimo. La historia de su nacimiento de Jesús está contada desde las profecías, como muestran las citas de cumplimiento que jalonan el evangelio de la infancia: “esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho…” (cf. Mt 1, 22-23; 2, 5-6.15.18.23).

Tenemos aquí una “lucha de reyes”: Herodes rey malo quiere matar a Jesús, rey niño bueno…
Y tenemos unos magos que descubren la verdad de Jesús, no la de Herodes…

A Mateo no le importan los sucesos externos sin más, sino la verdad de lo sucedido, como cumplimiento de la Escritura, pues ella define el sentido de Jesús…. Por eso sitúa en el nacimiento de Jesús la “estrella de Dios”, que ilumina el camino de los hombres. Por eso carece de sentido preguntar a los astrónomos, pidiéndoles que estudien cuándo pudo haber aparecido por aquellos días una “estrella nueva” o algún tipo de asteroide, como el que se evoca en la historia de los magos (cf. Mt 2, 9-10).

El autor de estos capítulos (Mt 1–2) no está interesado por datos astronómicos, ni por la exactitud externa de los hechos. No vino a Belén o a Nazaret, para investigar lo que pasó físicamente, sino que fue a la Biblia, para descubrir lo que estaba prometido y lo que debió pasar. De esa forma dijo su verdad, la verdad del evangelio, para anunciar con ella el sentido de Jesús según las esperanzas de Israel. Quien diga que Mateo mintió no entiende la historia. No estamos ante unos hechos brutos, sino ante la verdad del sentido de los hechos .
images1
Los magos preguntan por el mesías en Jerusalén, pero no lo encuentran allí (en la ciudad del templo, donde habita un rey de este mundo), sino en Belén, capital donde se centran y cumplen las promesas. De esa forma, este segundo capítulo de Mt, con su procesión de pueblos buscando al mesías, puede entenderse ya como anuncio de la culminación pascual del evangelio:

– La “evangelio” de los magos brota de la tradición israelita: los pueblos paganos de Oriente vienen hacia Jerusalén, para adorar al Rey de los judíos, que ha nacido ya, pues ha surgido su Estrella. Ellos, los magos, son signo de un camino de búsqueda y fe universal, que desborda el nivel israelita, tanto por su origen como por su meta.

Por su origen: la fuerza que les lleva hacia Jesús no es la ley de Israel, sino la luz o estrella de su propia religión (de su paganismo).
Por su meta: tras adorar a Jesús no quedan allí, para formar parte del pueblo judío, sino que vuelven a sus tierras, como indicando que el camino y luz del Rey israelita ha de interpretarse desde sus propias tradiciones religiosas y culturales. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Los reyes magos somos nosotros. Fiesta de la Epifanía.

Miércoles, 6 de enero de 2016
Comentarios desactivados en Los reyes magos somos nosotros. Fiesta de la Epifanía.

images21Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El autor del primer evangelio (el de Mateo), que probablemente vive en Antioquía de Siria, lleva años viviendo una experiencia muy especial: aunque Jesús fue judío, la mayoría de los judíos no lo aceptan como Mesías, mientras que cada vez es mayor el número de paganos que se incorporan a la comunidad cristiana. Algunos podrían interpretar este extraño hecho de forma puramente humana: los paganos que se convierten son personas piadosas, muy vinculadas a la sinagoga judía, pero no se animan a dar el paso definitivo de la circuncisión; los cristianos, en cambio, no les exigen circuncidarse para incorporarse a la iglesia.

Mateo prefiere interpretar este hecho como una revelación de Dios a los paganos. Para expresarlo, se le ocurre una idea genial: anticipar esa revelación a la infancia de Jesús, usando un relato que no debemos interpretar históricamente, sino como el primer cuento de Navidad. Un cuento precioso y de gran hondura teológica. Y que nadie se escandalice de esto. Las parábolas del hijo pródigo y del buen samaritano son también cuentecitos, pero han cambiado más vidas que infinidad de historias reales.

La estrella

Los antiguos estaban convencidos de que el nacimiento de un gran personaje, o un cambio importante en el mundo, era anunciado por la aparición de una estrella. Orígenes escribía en el siglo III:

“Se ha podido observar que en los grandes acontecimientos y en los grandes cambios que han ocurrido sobre la tierra siempre han aparecido astros de este tipo que presagiaban revoluciones en el imperio, guerras u otros accidentes capaces de trastornar el mundo. Yo mismo he podido leer en el Tratado de los Cometas, del estoico Queremón, que han aparecido a veces en vísperas de algún aconteci­miento favorable; de lo que nos proporciona numerosos ejemplos” (Contra Celso I, 58ss).

Sin necesidad de recurrir a lo que pensasen otros pueblos, la Biblia anuncia que saldrá la estrella de Jacob como símbolo de su poder (Nm 24,17). Este pasaje era relacionado con la aparición del Mesías.

El bueno: los magos

De acuerdo con lo anterior, nadie en Israel se habría extrañado de que una estrella anunciase el nacimiento del Mesías. La originalidad de Mt radica en que la estrella que anuncia el nacimiento del Mesías se deja ver lejos de Judá. Pero la gente normal no se pasa las noches mirando al cielo, ni entiende mucho de astronomía. ¿Quién podrá distinguirla? Unos astrónomos de la época, los magos de oriente.

La palabra “mago” se aplicaba en el siglo I a personajes muy distin­tos: a los sacerdotes persas, a quienes tenían poderes sobrenaturales, a propagandis­tas de religiones nuevas, y a charlatanes. En nuestro texto se refiere a astrólogos de oriente, con conocimientos profundos de la historia judía. No son reyes. Este dato pertenece a la leyenda posterior, como luego veremos.

El malo: Herodes, los sumos sacerdotes y los escribas

La narración, muy sencilla, es una auténtica joya literaria. El arran­que, para un lector judío, resulta dramático. “Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes”. Cuando Mt escribe su evangelio han pasado ya unos ochenta años desde la muerte de este rey. Pero sigue vivo en el recuerdo de los judíos por sus construcciones, su miedo y su crueldad. Es un caso patológico de apego al poder y miedo a perderlo, que le llevó incluso a asesi­nar a sus hijos y a su esposa Mariamme. Si se entera del nacimiento de Jesús, ¿cómo reaccionará ante este competidor? Si se entera, lo mata.

Un cortocircuito providencial

Y se va a enterar de la manera más inesperada, no por delación de la policía secreta, sino por unos personajes inocentes. Mt escribe con asombrosa habili­dad narrativa. No nos presenta a los magos cuando están en Oriente, observando el cielo y las estre­llas. Omite su descubrimiento y su largo viaje.

La estrella podría haberlos guiado directamente a Belén, pero entonces no se advertiría el contraste entre los magos y las autoridades políticas y religiosas judías. La solución es fácil. La estrella desaparece en el momento más inoportuno, cuando sólo faltan nueve kilómetros para llegar, y los magos se ven obligados a entrar en Jerusalén.

Nada más llegar formulan, con toda ingenuidad, la pregunta más compromete­do­ra: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo”. Una bomba para Herodes.

El contraste

Y así nace la escena central, importantísima para Mt: el sobresalto de Herodes y la consulta a sacerdotes y escribas. La respuesta es inmediata: “En Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas”. Herodes informa a los magos y éstos parten. Pero van solos. Esto es lo que Mt quiere subrayar. Entre las autori­dades políticas y religiosas judías nadie se preocupa por rendir homenaje a Jesús. Conocen la Biblia, saben las respuestas a todos los proble­mas divinos, pero carecen de fe. Mientras los magos han realizado un largo e incómodo viaje, ellos son incapa­ces de dar un paseo de nueve kilómetros. El Mesías es rechazado desde el principio por su propio pueblo, anunciando lo que ocurrirá años más tarde.

Los magos no se extrañan ni desaniman. Emprenden el camino, y la reapari­ción de la estrella los llena de alegría. Llegan a la casa, rinden homenaje y ofrecen sus dones. Estos regalos se han interpretado desde antiguo de manera simbólica: realeza (oro), divinidad (incienso), sepultura (mirra). Es probable que Mt piense sólo en ofrendas de gran valor dentro del antiguo Oriente. Un sueño impide que caigan en la trampa de Herodes.

Los Reyes magos no son los padres, somos nosotros

A alguno quizá le resulte una interpretación muy racionalista del episodio y puede sentirse como el niño que se entera de que los reyes magos no existen. Podemos sentir pena, pero hay que aceptar la realidad. De todos modos, quien lo desee puede interpretar el relato históricamente, con la condición de que no pierda de vista el sentido teológico de Mt. Desde el primer momento, el Mesías fue rechazado por gran parte de su pueblo y aceptado por los paganos. La comunidad no debe extrañarse de que las autoridades judías la sigan rechazando, mientras los paganos se convierten.

La mitificación de la estrella

La estrella ha atraído siempre la atención, y sigue ocupando un puesto capital en nuestros naci­mientos. Mt, al principio, la presenta de forma muy sencilla, cuando los magos afirman: “hemos visto salir su estrella”. Sin embargo, ya en el siglo II, el Protoevangelio de Santiago la aumenta de tamaño y de capacidad lumínica: “Hemos visto la estrella de un resplandor tan vivo en medio de todos los astros que eclipsaba a todos hasta el punto de dejarlos invisibles”. Y el Libro armenio de la infancia dice que acompañó a los magos durante los nueve meses del viaje.

En tiempos modernos incluso se ha intentado explicarla por la conjunción de dos astros (Júpiter y Saturno, ocurrida tres veces en 7/6 a.C.), o la aparición de un cometa (detectado por los astrónomos chinos en 5/4 a.C.). Esto es absurdo e ingenuo. Basta advertir lo que hace la estrella. Se deja ver en oriente, y reaparece a la salida de Jerusalén hasta pararse encima de donde está el niño. Puesta a guiarlos, ¿por qué no lo hace todo el camino, como dice el Libro armenio de la infancia? ¿Y cómo va a pararse una estre­lla encima de una cuna? Para Dios «nada hay imposible», pero dentro de ciertos límites.

El número y nombre de los magos

En el Libro armenio de la infancia (de finales del siglo IV) se dice: “Al punto, un ángel del Señor se fue apresurada­mente al país de los persas a avisar a los reyes magos para que fueran a adorar al niño recién nacido. Y éstos, después de haber sido guiados por una estrella durante nueve meses, llegaron a su destino en el momento en que la Virgen daba a luz… Y los reyes magos eran tres hermanos: el primero Melkon (Melchor), que reinó sobre los persas; el segundo, Baltasar, que reinó sobre los indios, y el tercero, Gaspar, que tuvo en posesión los países de los árabes”. Para Mt, el dato esencial es que no son judíos, sino extranjeros.

            Según Justino proceden de Arabia. Luego se impone Persia. En cuanto al número, la iglesia siria habla de doce.

El contraste entre la primera lectura y el evangelio

La liturgia parece ver en el relato de los magos el cumplimiento de lo anunciado en el libro de Isaías (Is 60,1-6).

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz;

la gloria del Señor amanece sobre ti!

Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos,

pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.

Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.

Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti;

tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.

Entonces lo verás, radiante de alegría;

tu corazón se asombrará, se ensanchará,

cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar

y te traigan las riquezas de los pueblos.

Te inundará una multitud de camellos,

de dromedarios de Madián y de Efá.

Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro,

y proclamando las alabanzas del Señor.

            Sin embargo, la relación es de contraste. En Isaías, la protagonista es Jerusalén, la gloria de Dios resplandece sobre ella y los pueblos paganos le traen a sus hijos, los judíos desterrados, la inundan con sus riquezas, su incienso y su oro. En el evangelio, Jerusalén no es la protagonista; la gloria de Dios, el Mesías, se revela en Belén, y es a ella adonde terminan encaminándose los magos. Jerusalén es simple lugar de paso, y lugar de residencia de la oposición al Mesías: de Herodes, que desea matarlo, y de los escribas y sacerdotes, que se desinteresan de él.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“¿Qué familia?”. Sagrada Familia – C (Lucas 2,41-52)

Domingo, 27 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en “¿Qué familia?”. Sagrada Familia – C (Lucas 2,41-52)

06_Sagrada-Familia_C-293x300Hoy es el Día de la familia cristiana. Una fiesta establecida recientemente para que los cristianos celebremos y ahondemos en lo que puede ser un proyecto familiar entendido y vivido desde el espíritu de Jesús.

No basta defender de manera abstracta el valor de la familia. Tampoco es suficiente imaginar la vida familiar según el modelo de la familia de Nazaret, idealizada desde nuestra concepción de la familia tradicional. Seguir a Jesús puede exigir a veces cuestionar y transformar esquemas y costumbres muy arraigados en nosotros.

La familia no es para Jesús algo absoluto e intocable. Más aún. Lo decisivo no es la familia de sangre, sino esa gran familia que hemos de ir construyendo los humanos escuchando el deseo del único Padre de todos. Incluso sus padres lo tendrán que aprender, no sin problemas y conflictos.

Según el relato de Lucas, los padres de Jesús lo buscan acongojados, al descubrir que los ha abandonado sin preocuparse de ellos. ¿Cómo puede actuar así? Su madre se lo reprocha en cuanto lo encuentra: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús los sorprende con una respuesta inesperada: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?».

Sus padres «no le comprendieron». Solo ahondando en sus palabras y en su comportamiento de cara a su familia, descubrirán progresivamente que, para Jesús, lo primero es la familia humana: una sociedad más fraterna, justa y solidaria, tal como la quiere Dios.

No podemos celebrar responsablemente la fiesta de hoy sin escuchar el reto de nuestra fe.

  • ¿Cómo son nuestras familias? ¿Viven comprometidas en una sociedad mejor y más humana, o encerradas exclusivamente en sus propios intereses? ¿Educan para la solidaridad, la búsqueda de paz, la sensibilidad hacia los necesitados, la compasión, o enseñan a vivir para el bienestar insaciable, el máximo lucro y el olvido de los demás?
  • ¿Qué está sucediendo en nuestros hogares? ¿Se cuida la fe, se recuerda a Jesucristo, se aprende a rezar, o solo se transmite indiferencia, incredulidad y vacío de Dios? ¿Se educa para vivir desde una conciencia moral responsable, sana, coherente con la fe cristiana, o se favorece un estilo de vida superficial, sin metas ni ideales, sin criterios ni sentido último?

 

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Domingo 27 de diciembre de 2015. Sagrada Familia

Domingo, 27 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Domingo 27 de diciembre de 2015. Sagrada Familia

06-sagradafamilia (C) cerezoLeído en Koinonia:

Eclesiástico 3, 2-6. 12-14: El que teme al Señor honra a sus padres.
Salmo responsorial: 127, 1-2. 3. 4-5: Dichosos los que temen al Señor.
Colosenses 3, 12-21: La vida de familia vivida en el Señor.
Lucas 2, 41-52: Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros

Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Los textos de la liturgia hacen referencia a temas familiares. En la primera lectura, tomada del libro del Eclesiástico, escuchamos los consejos que un hombre, Ben Sirac, que vivió varios siglos antes de Jesucristo, da a sus hijos. El respeto y la veneración de éstos hacia sus padres es cosa agradable a los ojos de Dios, que éste no dejará sin recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a su vez por sus propios hijos. Todos estos consejos, aún conservando hoy plena validez, parecen insuficientes, puesto que están dados desde una mentalidad estrictamente rural, en donde otros aspectos de la vida familiar no son tenidos en cuenta. No sólo importa hablar hoy del respeto que los hijos deber a los padres, sino de la actitud de éstos con relación a los hijos. Esta insuficiencia resulta particularmente notable en momentos como los actuales, cuando la familia tiene planteados problemas de pérdida de sus funciones.

Desde una perspectiva cristiana, la familia continúa teniendo una función insustituible: ser una comunidad de amor en donde los que la integran puedan abrirse a los demás con una total sinceridad y confianza. Dejando aparte los consejos que en último lugar da San Pablo, y que son puramente circunstanciales y muy ligados a las costumbres y mentalidad de la época, la exhortación a la mansedumbre, a la paciencia, al perdón y, sobre todo, al amor, es algo realmente básico para la familia de nuestro tiempo.

El evangelio de Lucas en el que se nos cuenta la pérdida del niño Jesús en el Templo, fue escrito probablemente unos cincuenta años después de este suceso. Doce años es, aproximadamente, la época en que los niños comienzan a sentirse independientes. Para Lucas, esta primera subida de Jesús a Jerusalén es el presagio de su subida pascual y por ello, estos acontecimientos hay que leerlos a la luz de la muerte y resurrección del Señor.

La sabiduría de Cristo ha consistido para Lc en entregarse desde su joven edad “a su Padre”, sin que esto quiera decir que supiera ya adónde le llevaría esa entrega. Pero en ella va incluida ciertamente la decisión de anteponer su cumplimiento a toda otra consideración. Sus padres no tienen aún esa sabiduría. María parece que llega a presentirla. Pero, de todas formas, respetan ya en su hijo una vocación que trasciende el medio familiar. Y esto es algo muy valioso para cada una de nuestras familias. La educación de los hijos tiene que comenzar por una actitud de sincero respeto. Si no, es imposible que surja la compresión y el amor.

Pablo da algunos consejos para la convivencia con otros. Se requiere humildad, acogida mutua, paciencia. Y si fuese necesario, perdonar. Así procede Dios con nosotros. Su actitud debe ser el modelo de la nuestra (v.12-13). Pero, “por encima de todo”, está el amor, de Él tenemos que revestirnos, dice Pablo empleando una metáfora frecuente en sus cartas (v.14). De este modo “la paz de Cristo” presidirá en nuestros corazones (v.15).

Si el amor es el vínculo que une a las personas, la paz se irá construyendo en un proceso, los desencuentros irán desapareciendo (los enfrentamientos también) y las relaciones se harán cada vez más trasparentes. En el marco de la familia humana, esos lazos son detallados en el texto del Eclesiástico (3,3-17).

Lucas nos presenta a la familia de Jesús cumpliendo sus deberes religiosos (vv. 41-42). El niño desconcierta a sus padres quedándose por su cuenta en la ciudad de Jerusalén. A los tres días, un lapso de tiempo cargado de significación simbólica, lo encuentran. Sigue un diálogo difícil, suena a desencuentro; comienza con un reproche: “¿Por qué nos has hecho esto?”. La pregunta surge de la angustia experimentada (v. 48). La respuesta sorprende: “¿Por qué me buscaban?” (v. 49), sorprende porque la razón parece obvia. Pero el segundo interrogante apunta lejos: “¿No sabían que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”. María y José no comprendieron estas palabras de inmediato, estaban aprendiendo (v.50).

La fe, la confianza, suponen siempre un itinerario. En cuanto creyentes, María y José maduran su fe en medio de perplejidades, angustias y gozos. Las cosas se harán paulatinamente más claras. Lucas hace notar que María “conservaba todas las cosas en su corazón” (v. 51). La meditación de María le permite profundizar en el sentido de la misión de Jesús. Su particular cercanía a él no la exime del proceso, por momentos difícil, que lleva a la comprensión de los designios de Dios. Ella es como primera discípula, la primera evangelizada por Jesús.

No es fácil entender los planes de Dios. Ni siquiera María “entiende”. Pero hay tres exigencias fundamentales para entrar en comunión con Dios: 1) Buscarlo (José y María “se pusieron a buscarlo”); 2) Creer en Él (María es “la que ha creído”); y 3) Meditar la Palabra de Dios (“María conservaba esto en su corazón”). Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Navidad: Lo que sabemos de Jesús

Domingo, 27 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Navidad: Lo que sabemos de Jesús

historia-de-jesus---epubDel blog de Xabier Pikaza:

Con ocasión de este domingo de la Sagrada Familia (27.12.15) quiero ofrecer una una reflexión de base sobre la realidad de Jesús:

— Lo que sabemos de ella con seguridad,
— lo que puede cuestionarse en un plano de historia,
— lo que podemos decir en un plano de fe.

Salen estos días en la prensa noticias extrañas, y algunos afirman incluso que Jesús nació 5.000 años antes de su nacimiento, pues todo lo que de él se dice sería puro mito, sin fundamento histórico alguno. Otros afirman que no sabemos nada…

Pues bien, en ese contexto, podemos y debemos afirmar, en esta Navidad, algunas cosas importantes de la vida, empezando por su nacimiento (sabiendo siempre que la fe en Jesús como hijo de Dios se sitúa en un otro plano, que no puede demostrarse):

1. Es indudable que Jesús nació, en torno al año 6 a.C. en algún lugar de Judea o Galilea, aunque los datos concretos de su nacimiento han sido recreados simbólicamente, para así indicar mejor la importancia que ellos tienen para los creyentes.

2. También es indudable que fue un hombre significativo, que planteó unos problemas y abrió unos caminos de importancia en la sociedad de su entorno judío y romano, aunque (¡por eso!) las autoridades oficiales del judaísmo de Jerusalén no le aceptaron y el gobernados romano le condenó a morir en una cruz (hacia el año 30 d.C.).

3. Los discípulos de Jesús crearon “iglesias”, o grupos de “creyentes mesiánicos”, apoyándose para ello en la certeza de que él estaba vivo (=había resucitado), impulsándoles a recrear su misión, no sólo en Israel, sino entre todos los pueblos. Ciertamente, se puede discutir la “realidad” y/o sentido de esa resurrección, pero es indudable que los primeros cristianos creyeron en ella y así continuaron y recrearon la obra de Jesús (entre el 30 y 60 d.C.) y fueron uniéndose hasta crear entre el 100 y 120 d.C. la Gran Iglesia (la comunidad unitaria de los creyentes de Jesús).

El nacimiento y vida de Jesús abre así una pregunta, a la que podemos responder de tres maneras:

(a) Jesús nació, y tuvo cierta importancia, pero ya no es significativo para nosotros, de manera que no podemos llamarle Hijo de Dios, ni Cristo o Mesías. Más aún, el testimonio de las iglesias creadas en su nombre resulta actualmente poco edificante, incluso escandaloso. Quizá sería mejor olvidar a Jesús.

(b) Jesús nació y tuvo importancia durante casi dos mil años, y aún puede servirnos de ejemplo, pero ya no decide el sentido de la historia. Por eso podemos recordar su nacimiento como sólo como un dato simbólico o folklórico, igual que podríamos recordar el nacimiento de Buda o Muhammad (o de otros personajes significativos).

(c) Por el contrario, los creyentes pueden seguir y siguen afirmando que Jesús es Hijo de Dios, de manera que su Navidad (su Nacimiento) es una revelación sagrada del sentido y la tarea “divina” de la vida.

Así dejo el campo abierto para la reflexión histórica y creyente, indicando a continuación lo que de verdad sabemos sobre Jesús. Buen día a todos.

Un personaje significativo

En nuestra cultura no hay quizá personaje más popular, y le recordamos incluso al contar los años: Antes o después de Jesucristo. Se conoce bastante bien su vida, aunque sigue habiendo en ella huecos fascinantes (¿por qué hizo lo que hacía, por qué se dejó matar?), de manera que algunos han dicho que no pudo existir, que fue sólo un mito condensado como historia: Un faraón judaizado, un héroe griego incardinado en Galilea, la avatara palestina de un Dios indio…. Pero tras veinte siglos su vida real resulta más sorprendente y rica que las fantasías o dogmas posteriores.

Muchos cristianos le han llamado y le llaman Hijo de Dios, Señor Celeste, Segunda Persona de la Trinidad… Pero él sigue siendo un rabino y carismático judío de Galilea, ajusticiado en Jerusalén en la Pascua de Primavera del 30 d. C. Fue un hombre de pueblo, que recogió y quiso cumplir con su mensaje la tradición israelita, condensada de un modo especial en la Biblia.

Se llamaba Jesús (=Dios Salva), como Josué/Jesús, un antiguo conquistador judío, y sus seguidores le han llamado Cristo (Mesías), dándose así un nombre compuesto: Jesucristo.

Debió nacer el 6 a. C., porque un tal Dionisio (470–544 d.C.), apellidado Exiguo (por su poca perspicacia), que fijó la fecha de su nacimiento, erró por seis años y llamó año 1 al que debía ser el 6 d. C. La trayectoria “oficial” de su vida ha estado modelada y manejada por teólogos y sacerdotes cristianos, pero en los dos siglos, empezando en Alemania y siguiendo en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, miles y miles de historiadores neutrales han fijado al detalle su figura.

No hay en el mundo personaje más estudiado, y aunque se publican cada año cientos de libros sobre su vida, unos divulgativos, otros muy científicos, escritos por especialistas cristianos o no cristianos, él sigue ante nosotros un enigma.

Un enigma en parte conocido, con preguntas que siguen abiertas

Cuando más se le conoce más preguntas plantea. Unos le llaman rebelde fracasado, otros anarquista, vidente o profeta ejemplar, hijo de Dios, mago sanador, alquimista oculto, poeta, amante o gnóstico asesinado… La mayoría le tiene como bueno y añaden que su influjo a través de la Iglesia o fuera de ella ha sido positivo, aunque otros contestan que la Iglesia ha manipulado su figura para mal…

No conocemos el día de su nacimiento, pues la Navidad (25 de Diciembre, solsticio de invierno en el hemisferio norte) es una armonización simbólica de la liturgia cristiana (Jesús = Sol naciente…). Su vida parece sencilla, pero resulta enigmática.

Era un hombre de pueblo (artesano), sin formación especializada, pero se sintió enviado por Dios, como los antiguos profetas de Israel, y así comenzó a proclamar la llegada del Reino de Dios, lo que implicaba el fin y cumplimiento de todos los restantes reinos, incluido el de Roma. Con ese convencimiento inició una marcha mesiánica en Galilea, pero fue rechazado en Jerusalén por los sacerdotes judíos y ajusticiado por el gobernador romano. .

Fue y sigue siendo un hombre de muchos testimonios. Como es normal, su historia ha sido recogida en la memoria y en los textos de sus seguidores, que formaron la Iglesia Cristiana, en la que se recordó siempre la historia de Jesús, empezando por las cartas de San Pablo (49‒57 d.C.), y siguiendo por los evangelios de Mateo y Marcos, Lucas y Juan (70‒100 d.C.).

Esos evangelios son biografías religiosas, es decir, confesionales, para uso de la Iglesia, pero insisten en su historia, recogiendo los recuerdos de su vida, las causas de su muerte. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Fiesta de la Sagrada Familia. Ciclo C

Domingo, 27 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Fiesta de la Sagrada Familia. Ciclo C

Sagrada_Familia_iconoDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Dos lecturas que encajan

En una fiesta de la Sagrada Familia, esperamos que las lecturas nos animen a vivir nuestra vida familiar. Y así ocurre con las dos primeras.

El libro del Eclesiástico insiste en el respeto que debe tener el hijo a su padre y a su madre; en una época en la que no existía la Seguridad Social, “honrar padre y madre” implicaba también la ayuda económica a los progenitores. Pero no se trata sólo de eso; hay también que soportar sus fallos con cariño, “aunque chocheen”.

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

La carta a los Colosenses ha sido elegida por los consejos finales a las mujeres, los maridos, los hijos y los padres. En la cultura del siglo I debían resultar muy “progresistas”. Hoy día, el primero de ellos provoca la indignación de muchas personas: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Cuando se conoce la historia de aquella época resulta más fácil comprender al autor.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21

Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

¿Un evangelio impropio?

Después de los consejos anteriores, que animan a obedecer y respetar a los padres, lo que menos podíamos esperar es un evangelio en el que Jesús parece ofrecer un pésimo ejemplo de falta de respeto.

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: 

− Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. 

Él les contestó: 

− ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? 

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. 

No sólo el hecho de quedarse en el templo sin avisar, sino también la respuesta tan chulesca que da a María, le habrían merecido una bofetada en cualquier cultura anterior a la nuestra. Mal ejemplo para una fiesta de la familia. ¿Qué quiere decirnos Lucas con este extraño episodio que solo cuenta él?

Lo que quiere decir a María y de María

En el relato inmediatamente anterior se ha contado que Simeón, al tener a Jesús niño en sus brazos, además de hablar de su futuro anunció a María que una espada le atravesaría el alma. Jesús no iba a ser para ella puro motivo de alegría, sino también de angustia y preocupación. Saltando por alto doce años, la visita al templo le sirve a Lucas para ejemplificar esa espada que atravesaría a María durante toda su vida: sufrimiento y desconcierto (porque, aunque Jesús se explique, “ellos no comprendieron lo que quería decir”). Cuando hablamos de los sufrimientos de María, de sus “dolores”, pensamos casi siempre en la pasión y muerte de Jesús. Sin embargo, Jesús hizo sufrir a María toda su vida, no solo al final. La hizo sufrir con su actividad y sus palabras, que suscitaban la oposición y el rechazo de mucha gente y que terminarían provocando su muerte.

Lo que quiere decir de Jesús

¿Qué pensaba Jesús de sí mismo? ¿Era simplemente un buen israelita que, un día, acudió a que Juan lo bautizara y después tuvo la experiencia de que Dios le hablaba y le encomendaba una misión, como parece sugerir el comienzo del evangelio de Marcos? Lucas quiere corregir esta imagen. La estrechísima relación de Jesús con Dios no empieza en el bautismo, se da desde siempre.

Este episodio se comprende mucho mejor si se recuerda la historia del profeta Samuel. Consagrado por su madre al templo, ha pasado toda su vida junto al sacerdote Elí. Hasta que, a los doce años (según Flavio Josefo), una noche Dios lo llama: “Samuel, Samuel”. Naturalmente, no puede imaginar que Dios lo llame y va corriendo junto al sacerdote Elí. Este le dice que no lo ha llamado, que vuelva a acostarse. Pero la escena se repite al pie de la letra, y el narrador se siente obligado a comentar: “Samuel no conocía todavía a Yahvé”. Lleva doce años en el templo, viviendo con el sumo sacerdote, asistiendo al culto, pero “no conocía todavía a Yahvé”. Jesús, en cambio, a los doce años, sabe perfectamente cuál es su relación con él: “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Dios es su Padre, y ese conocimiento se lo ha comunicado ya a José y María con anterioridad. Estas palabras contrastan no solo con la ignorancia de Samuel sino también con lo que le ha dicho María: “Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.” Para Jesús, su único Padre es Dios. Y su misión la ha recibido mucho antes del bautismo.

Lucas, tan buen conocedor de la Escrituras, cuando dice que Jesús asombraba a todos los maestros con su sabiduría, es posible que esté aludiendo al Salmo 119: “Soy más docto que todos mis maestros porque medito tus preceptos. Soy más sagaz que los ancianos porque observo tus decretos” (vv.99-100). Aunque Jesús no pondrá nunca el acento en la letra de los preceptos y decretos, sino en la entrega plena a la voluntad de su Padre.

María y nosotros

Lucas tiene especial interés en presentar a María como modelo del cristiano. Con pocas palabras (“He aquí la esclava del Señor”), con el silencio (como en el caso de los pastores y de Simeón) y, sobre todo, con su actitud de reflexionar y meditar todo lo que se relaciona con Jesús. María no es tan lista como los teólogos, y mucho menos que los obispos y papas. Ella no entiende muchas cosas. Jesús la desconcierta. Pero conoce el gran remedio para el desconcierto: la oración. Cuando estamos a punto de recomenzar el contacto con la actividad de Jesús, es muy bueno acordarnos de ella e intentar imitarla.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“La Nostalgia de la Navidad”. Navidad – C (Juan 1,1-18)

Viernes, 25 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en “La Nostalgia de la Navidad”. Navidad – C (Juan 1,1-18)

05_Día-de-Navidad-C-287x300La Navidad es una fiesta llena de nostalgia. Se canta la paz, pero no sabemos construirla. Nos deseamos felicidad, pero cada vez parece más difícil ser feliz. Nos compramos mutuamente regalos, pero lo que necesitamos es ternura y afecto. Cantamos a un niño Dios, pero en nuestros corazones se apaga la fe. La vida no es como quisiéramos, pero no sabemos hacerla mejor.

No es solo un sentimiento de Navidad. La vida entera está transida de nostalgia. Nada llena enteramente nuestros deseos. No hay riqueza que pueda proporcionar paz total. No hay amor que responda plenamente a los deseos más hondos. No hay profesión que pueda satisfacer del todo nuestras aspiraciones. No es posible ser amados por todos.

La nostalgia puede tener efectos muy positivos. Nos permite descubrir que nuestros deseos van más allá de lo que hoy podemos poseer o disfrutar. Nos ayuda a mantener abierto el horizonte de nuestra existencia a algo más grande y pleno que todo lo que conocemos.

Al mismo tiempo, nos enseña a no pedir a la vida lo que no nos pueda dar, a no esperar de las relaciones lo que no nos pueden proporcionar. La nostalgia no nos deja vivir encadenados solo a este mundo.

Es fácil vivir ahogando el deseo de infinito que late en nuestro ser. Nos encerramos en una coraza que nos hace insensibles a lo que puede haber más allá de lo que vemos y tocamos. La fiesta de la Navidad, vivida desde la nostalgia, crea un clima diferente: estos días se capta mejor la necesidad de hogar y seguridad. A poco que uno entre en contacto con su corazón, intuye que el misterio de Dios es nuestro destino último.

Si uno es creyente, la fe le invita estos días a descubrir ese misterio, no en un país extraño e inaccesible, sino en un niño recién nacido. Así de simple y de increíble. Hemos de acercarnos a Dios como nos acercamos a un niño: de manera suave y sin ruidos; sin discursos solemnes, con palabras sencillas nacidas del corazón. Nos encontramos con Dios cuando le abrimos lo mejor que hay en nosotros.

A pesar del tono frívolo y superficial que se crea en nuestra sociedad, la Navidad puede acercar a Dios. Al menos, si la vivimos con fe sencilla y corazón limpio.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

¿Eran tontos los pastores? Día de Navidad 2015

Viernes, 25 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en ¿Eran tontos los pastores? Día de Navidad 2015

Nat-Adoration-bergers-02-Lc-2--15-19Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

La liturgia católica celebra tres misas el día de Navidad: la de la noche, la del alba y la del día. En las dos primeras se lee el evangelio de Lucas; en la tercera, el prólogo de Juan. Ya que el prólogo vuelve a leerse en el segundo domingo después de Navidad, me limito a las lecturas de Lucas. La de la noche recuerda el nacimiento de Jesús y el anuncio del ángel a los pastores; la de la aurora, la visita de los pastores al niño.

¿Pasó desapercibido el nacimiento de Jesús?

Desde un punto de vista histórico, el nacimiento de Jesús debió de pasar totalmente desapercibido fuera del ámbito familiar y de las amistades más cercanas. Como ocurre con el nacimiento de cualquier niño en un pueblecito pequeño.

Sin embargo, cuando se escriben los evangelios, unos cuarenta años después de su muerte, Jesús no es para sus seguidores un hombre cualquiera: es el Mesías prometido, el salvador, el enviado de Dios, el camino la verdad y la vida… De acuerdo con la mentalidad de algunos historiadores paganos de la época, el nacimiento de un personaje excepcional no puede pasar desapercibido. Suetonio habla de los prodigios ocurridos en el cielo cuando nace un futuro emperador romano. Algo parecido ocurre en los evangelios de Mateo y Lucas. Ellos quieren indicarnos la importancia que tuvo el nacimiento de Jesús. Pero lo hacen con dos puntos de vista muy distintos.

Mateo, admirado de que Jesús esté teniendo tanto éxito entre los paganos, mientras su propio pueblo no lo acepta mayoritariamente, retrotrae ese contraste a la venida de los magos de oriente, que realizan un largo viaje para adorar al Mesías, mientras Herodes, los sacerdotes y los escribas, que saben dónde tenía que nacer y estaban a solo nueve kilómetros de distancia, no dan un paso en su busca, e incluso intentan matarlo.

Lucas elige un enfoque muy distinto: quiere indicar desde el primer momento que el cristianismo no es una religión para intelectuales, poderosos y ricos. Y toma como punto de partida a un grupo de pastores, de vida muy dura (pasan la noche a la intemperie, vigilando el rebaño) y odiados por los campesinos. Ellos no ven una estrella, como los magos de Mateo, se les aparece un ángel y les transmite un mensaje desconcertante: ha nacido el Mesías, pero no está en un palacio, sino acostado en un pesebre.

Al lector moderno, la aparición del ángel y la posterior aparición de una legión del ejército celeste cantando “Gloria a Dios en el cielo…” le resulta más cercana a un cuento de Navidad que a la realidad histórica. Pero hace veinte siglos la forma de contar era distinta, y para Lucas esta es la mejor forma de sugerir que el nacimiento de Jesús es algo maravilloso.

El ejemplo de los pastores

                En la misa de la aurora el protagonismo es por completo de los pastores. Hablan entre ellos, cuentan lo dicho por el ángel, se vuelven alabando a Dios. María y José no dicen una palabra. Pero lo más admirable es el comentario de Lucas: “Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho”. ¿Qué han visto y oído? Oído, nada. Visto, un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

                Las casas populares de la época tenían a menudo una habitación amplia, en la que se guardaban los animales por la noche, y otra en la que dormía la familia. Cuando la casa tenía dos plantas, en la de abajo quedaban los animales y en la de arriba las personas. La posada de la que habla Lucas debía ser algo parecido. Y el evangelista sugiere que María, por ser pobre, tuvo que dar a luz junto a los animales y acostar a su hijo en un pesebre. La escena no difiere mucho de las que observamos a menudo en televisión a propósito de familias migrantes. A todos nos inspiran compasión, todos pensamos: “No hay derecho a que esta pobre gente padezca esta situación inhumana”. Sin embargo, la reacción de los pastores es muy distinta: se vuelven dando gloria y alabanza a Dios por lo que han visto y oído. ¿Son tontos los pastores? ¿Son insensibles ante las necesidades ajenas?

                En la obra de Lucas (Evangelio y Hechos de los apóstoles) los pastores son los primeros misioneros. Adviértase la curiosa frase: “Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores”, sugiriendo que tenían un auditorio mucho más amplio que el de José y María. Y estos misioneros anuncian, como los ángeles, una inmensa alegría, pero en medio de la mayor debilidad y pobreza. Algo muy difícil de entender y de creer. Por eso, Lucas nos propone también el ejemplo de María, que “conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Navidad, tener misericordia de Dios en un mundo de muerte

Viernes, 25 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Navidad, tener misericordia de Dios en un mundo de muerte

nassterea-dlui Del blog de Xabier Pikaza:

Navidad es tiempo de gozo… Pero es un gozo en medio del gran dolor de los que mueren (en especial de los niños). Navidad es un tiempo para empezar a llevar la Cruz en el doble sentido de la palabra:

(a) Dios lleva la cruz de los hombres. En Navidad celebramos la historia del Dios que se ha encarnado para compartir nuestra cruz (la cruz de los asesinados, y en especial de los niños que mueren), y así podremos contemplarlo en la próxima Pascua de la Pasión y resurrección de Jesús.

(b) Debemos llevar la Cruz de Dios. Pero, al mismo tiempo, los hombres (con Jesús) pueden y deben llevar la cruz de Dios, teniendo misericordia de él,, pues, en un sentido muy profundo, es quien más lo necesita. Com-padecer a (y con) Dios: Ésta ha sido una de las tareas más honda de la espiritualidad cristiana.

http://www.secretariadotrinitario.org/revistas/326-revista-estudios-trinitarios-suscripcion.html (cf. de Trinidad y Liberación (XII, 2015)

— Éste misterio de la Navidad lo muestra claramente el icono tradicional del nacimiento: Jesús nace bajo tierra, en una tumba; y su cuna es ya un sepulcro. Es como si la liturgia quisiera decir que Jesús nace en (con) todos los niños y mayores que mueren.

— Nadie, que yo sepa, ha destacado mejor este misterio (esta experiencia) que E. Hillesum, una judía, amiga de Jesús, asesinada en Auschwitz por ser fiel al legado de sus padres judíos y a la experiencia más honda del evangelio.

Se trata de compadecer a/con Dios, en sentido espiritual (de oración más honda) y en sentido social y personal: ¡Ayudar al Dios que sufre en los hombres, como sabe Mt 25, 31-46!.

Dios ha tenido misericordia de los hombres; nosotros hemos de tener misericordia del Dios que nos empieza a decir en Navidad: Tenía hambre, era extranjero, estaba enfermo o en la cárcel….

LLEVAR LA CRUZ DE DIOS

Una estación del Via-Crucis presenta a Simón de Cirene llevando la cruz de Jesús hasta el Calvario (Mc 15, 20-21), indicando así que también nosotros podemos y debemos llevar la Cruz de Dios.

1. Un mundo de cruces.

Dios ha creado hombres libres, personas llamadas a ser y responderle en libertad, pero capaces de pecar, convirtiendo el mundo en una gran Cruz. De esa forma se ha arriesgado con nosotros. ¿Por qué lo ha hecho, permitiendo que nos matemos unos a otros desde Caín y Abel? ¿Quizá no nos ama? ¡Al contrario! Él nos ama infinita¬mente y quiere que podamos responderle en amor y dialogar con él, acompañándole en su tarea de crear el mundo.

Sólo en este contexto podemos hablar de la misericordia de Dios y con Dios, y lo hacemos con palabras y experiencias que provienen del Antiguo Testamento.

Como Padre que nos quiere, nos ha puesto Dios en una tierra austera, bella, fuerte y frágil, y ha previsto, sin duda, nuestros fallos: El rechazo cotidiano de pensarnos dueños de todo, y, en especial, el deseo de dominar a otros hombres con injusticia… Todo eso está vinculado a la Cruz de su hijo Jesús, y las cruces de los hombres.

Dios lo ha tenido en cuenta, ha previsto los miles de millones de cruces hambre y epidemia, de asesinatos y guerras… y a pesar de eso ha querido hacernos libres. ¿Por qué? ¿Porque no le interesamos?

¡Al contrario! Porque le interesamos muchos, y quiere que vayamos caminando, y lo hace él con nosotros, encarnándose en la historia de muerte de la tierra, aunque muchos perezcan en la marcha… sabiendo que él mismo ha de morir (sera matado) también en ellos. No quiere que marchemos solos, y así va nosotros, para sostenernos en nuestras caídas, esperando que también nosotros le sostengamos, pues siendo omnipotente él se ha vuelto creatura frágil y misericordioso, como han dicho de manera impresionante los profetas como Isaías.

2. E. Hillesum. Tener misericordia de Dios.

De todas formas, por mucho que Isaías clame, el Dios del Antiguo Testamento sigue estando de alguna forma lejos: No ha sufrido nuestra historia, no ha sentido nuestra angustia, no ha vivido en nuestra carne, no ha luchado ni anhelado en esta masa de tensiones, esperanzas y rupturas que formamos sobre el mundo, de manera que no sabe lo que es vivir en desgarro, morir en cruz siendo inocente… Por muy cercano que sea, ese Dios no puede acompañarnos del todo, ni ser acompañado por nosotros.

Pero los cristianos confesamos que ese mismo Dios ha dado su paso final en Jesucristo, haciéndose plenamente humano, de manera que ha sufrido en la Cruz el máximo abandono, y ha preguntado desde allí al mismo Dios: ¿Por qué me has abandonado? (Mc 15, 34).

¿Por qué “abandona” Dios a los que sufren, a millones y millones, condenados al hambre o a la cámara de gas por la maldad de otros “hermanos”? Entre las propuestas de respuesta que se han dado a esa pregunta destaca la E. Hillesum (1943-1943), condenada a muerte, en un campo de concentración:

Te ayudaré, Dios mío, para que no me abandones, pero no puedo asegurarte nada por anticipado. Sólo una cosa es para mí cada vez más evidente: Que tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte a ti, y así nos ayudaremos a nosotros mismos (cf. Una vida compartida, Anthropos, Barcelona 2007, 142)
.

“Te ayudaré para que no me abandones”. Así dice esta judía enamorada del Dios de Jesús, desde un campo de exterminio nazi, descubriendo su vocación de acompañar y de ayudar con su misericordia al mismo Dios de la misericordia.

Ella ha visto así que Dios se ha encarnado y sufre en la entraña de de unos hombres y mujeres empeñados en matarle, descubriendo su más alta vocación, que es consolar al Dios que sufre, desde una infame cárcel de muerte. Éste ha sido y sigue siendo un signo supremo de la misericordia, y sólo una mujer, como Hillesum, ha podido descubrirlo, para que también otros podamos compartir su ejemplo.

3. Una tarea de Dios.

E. Hillesum ha descubierto y proclamado de esa forma una experiencia y tarea que sólo algunos grandes cristianos, como Juan de la Cruz (¡y Unamuno!), habían puesto de relieve, al decir que podemos y debemos tener misericordia de Dios, como él la tiene de nosotros, haciendo así en él (por él) lo que él hace en nosotros (Comentario Cántico Espiritual B, 39). Ciertamente, él nos consuela, sufriendo con nosotros. Pero nosotros debemos también consolarle, caminando a su lado en amor, muriendo incluso por él y con él, como Jesús.

Muchas veces tenemos miedo, y queremos desertar de esta misión de consolar a Dios, pero Jesús nos invita a realizarla, tomando su cruz (la nuestra, la de aquellos que sufren), para acompañar y “animar” de esa manera al mismo Dios, como dijo de forma admirable san Pablo, afirmando que él quería “completar” en su carne los sufrimientos de Cristo, que son los de Dios (Col 1, 24). A veces queremos desertar, pero el Dios de Jesús pide que nos mantengamos, caminando con él, en la obra de su vida.

No nos saca de este mundo, no nos quita el dolor, pero nos ofrece la certeza de que está con nosotros, con su misericordia, queriendo que le acompañemos, acompañando a los que sufren, como decía otro testigo y mártir del Holocausto nazi, hermano cristiano de E. Hillesum, la judía:

“Siendo infinitamente grande, no te encuentras infinitamente lejos, sino cerca de nosotros. Y cuando estamos derrotados, tú no quieres asentarnos en tu fuerza, sino en la debilidad de tu Hijo Jesucristo. Por eso… ya seamos justos o injustos, enfermos o fuertes en la vida, nos arrojamos completamente en tus brazos… ¿Cómo hundirnos en el fracaso cuando superamos con tu Hijo la prueba del desierto? ¿Cómo orgullecemos en el triunfo si llevamos con el Salvador la cruz de nuestras culpas? (cf. D. Bonhöffer, Resistencia y sumisión).

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Navidad, Buena Noticia 2015-2016 ¡Que no os roben la fiesta!

Viernes, 25 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Navidad, Buena Noticia 2015-2016 ¡Que no os roben la fiesta!

12391435_529610237216173_3672702960567264176_n“Robamos”esta preciosa felicitación del blog de Xabier Pikaza:

Quiero anunciaros con Chanti la buena noticia: Ya veis, tres seres felices en su casa, Jesús con María y José, dos animales. Ha nacido en Belén, que es todos vosotros…

Y el deseo de que podáis superar la mala noticia: Nos pueden robar la Navidad, gentes que no creen en Dios ni Jesús, pero se aprovechan de la fiesta para vender y seguir oprimiendo, como si Jesús naciera de las tiendas ricas, de las colonias caras, de las armas eficaces y las guerras, en un mundo donde todo parece a la venta y se vuelve objeto de conquista

Con esta imagen queremos felicitaros la Navidad a todos los familiares y amigos, físicos y virtuales, todos reales, desde esa casa de San Morales donde Mabel se parece mucho a la Virgen María (algo asustada y muy feliz)… y donde el Niño es nuestra propia vida, que os ofrecemos, con un perrito que se asusta, y que se llama Zury…, y los pájaros que vienen con un signo de paz y un ramito de vida a la ventana…

Yo, el que voy tomando nota, me llamo Xabier, algunos ya me (nos) conocéis. Y así, con Mabel y con toda la casa, incluído el perrito y los pájaros, os deseo/deseamos una Navidad de Amor… Que no os la robe nada ni nadie, porque en vosotros también ha nacido y nace Dios.

Una buena noticia

Ciertamente, hay malas, como en la infancia de Jesús, con guerras y amenazas de Oriente y Occidente, a pesar de que Augusto (año 19 a.C.) tras vencer a los cántabros hispanos había decidido clausurar el Templo de la Guerra en Roma, pues decía que no habría ya más guerras.

Pero las hubo en aquel tiempo en que nació y vivió Jesús, con José y María. A pesar de ello, los tres abrieron un oasis de vida y esperanza en una casa de pueblo, como recuerda Mateo,con el perro en el suelo y el ave en la ventana

Así queremos que todos vosotros seáis un campo verde de paz. No necesitamos mucho, algo de amor (mucho, si se puede), un contexto sencillo, sin grandes regalos ni fiestas externa. En nuestra casa tenemos un perrito, unos pájaros, amor. Nos lo ha dado Jesús, os lo queremos ofrecer.

Todos los que estamos

Dicen que había nacido en una cueva-pesebre de pastores, con mulas y ovejas, y con ángeles del cielo en medio de la noche. pero ahora viven en una sencilla casa de pueblo, los tres con un perro amigo miedoso y fiel, con un ave de paz en la ventana.

El perro se llamaba Zury (blanco), aunque es negro por fuera, como tantos otros. Es un perro que piensa que su Dios le ha confiado la tarea de protegernos, aunque le dan algo de miedo los meneos de José con el niño, de manera que aparece asustado, aunque muy contento.

El pájaro de la ventana es, más bien, un “rebaño de pájaros” y se llaman Sifor, como tantos otros pájaros de la Biblia. Éste que veis tenía guardado desde el tiempo de Noé un ramito de olivo, para la Casa de la Paz, cuando llegara el niño, y había venido a traerla.

La madre era y es María, claro se ve. Estaba contenta loca de amor por el niño, y era feliz con José, pero a veces le daba la impresión de que era algo bruto con sus juegos, y tenía algo de miedo de que se le cayera al suelo. Por eso miraba y protegía…

Ciertamente, vendrán algunos otros… y nosotros iremos a la casa de otros, familiares, amigos… pero lo importante es lo que cabe en esta imagen-postal de Chanti, que os ofrecemos a todos.

José

En el centro de la escena está José. No pudo comprarle juguetes al niño, ni un tiovivo volador, pues no había dinero en la caja; los Magos no habían llegado… y los Pastores no pudieron dejarles casi nada. Por eso y, sobre todo, porque era un hombre feliz y bueno decidió educar al niño a su manera, con muchísimo cariño, con abrazos y voleas por el aire.

Era algo arriesgado. Le decían: ¡Vas a hacer daño al pequeño! Pero el pequeño, que se llamaba Jesús, estaba feliz de que su padre jugara con él de esa manera y le enseñara a reír, que tiempos peores vendrían más tarde…

Con esta imagen de Jesús os dejo, para que sigáis pensando, gozando y rezando, todo en uno, porque lo mejor que se le puede dar a Jesús (a todo niño) en Belén o en el mundo entero es muchísimo amor… y gestos de inmenso cariño, porque la medida del amor es no tener medida, y la medida de la paz empezar a cultivarla en la propia casa

Podían venir más, pero eran suficientes… los tres, todo el mundo, con perro y con pájaro

Los tres, la tierra entero en su casita de amor, una Navidad…un signo y principio de felicidad para todos los hombres y mujeres del mundo

Tuvo suerte Jesús, con su Madre y José, con el pájaro de la ventana y el perro esperándole en el suelo, para seguir jugando.

Os dejo con el letrero de San Agustín, que algo supo de Jesús… dicendo que la medida del amor es amar sin medida, como aprendió Jesús en casa de José y María.

(La imagen es de Chanti: Santiago González, Mendoza/Argentina, 1970
Sitio oficial: www.chanti.com.arhttp://mundochanti.blogspot.com/

Con un epílogo, García Márquez, Estas Navidades siniestras
http://elpais.com/diario/1980/12/24/opinion/346460406_850215.html

Hace 35 años, en la Navidad del 1980 publicó Gabo García Márquez en varios periódicos un trabajo entrañable sobre las Navidades Siniestras. Tenéis el link para leerlo, pero quiero ofreceros unas cuantas líneas:

Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad. Hay tantos estruendos de cometas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David.

954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran. Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero les gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo al revés para que nadie lo siguiera creyendo.

((Éste es el riesgo de la Navidad…, que se nos puede convertir en fiesta para no creer en el Dios de Jesús… Una navidad donde parece que Jesús nace del Gran Comercio, en algún lugar escondido de las multinacionales de la ventas…, que lo mismo venden luces de color y renos voladores que armas reales que matan a la comerciando con con el hambre de millones de niños de la tierra)).

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.