Kenia se dispone a introducir una cruel ley contra la homosexualidad
Los actos entre personas del mismo sexo en Kenia ya se castigan con hasta 14 años de prisión.
Kenia está a punto de introducir una legislación que criminalizaría identificarse abiertamente con la comunidad LGBTQ+ o apoyarla, con castigos que incluyen la pena de muerte.
Etiquetado como Family Protection Act (Ley de Protección de la Familia), el proyecto de ley del país de África Oriental vería una prohibición total de las actividades que “promuevan la homosexualidad”, incluida la identificación abierta como LGBTQ+ o el uso de emblemas del Orgullo.
Aquellos que infrinjan la ley enfrentarán un mínimo de 10 años de cárcel, mientras que los declarados culpables de realizar actos con personas del mismo sexo enfrentarán un mínimo de 14 años.
Además, cualquier persona declarada culpable en virtud de una cláusula de “homosexualidad agravada”, definida como participar en “actos homosexuales con un menor o una persona discapacitada y transmitir una enfermedad terminal a través de medios sexuales”, podría ser ejecutada.
El proyecto de ley refleja en gran medida el proyecto de ley contra la homosexualidad de Uganda, que se convirtió en ley a principios de este año.
También se están proponiendo proyectos de ley similares en Tanzania y Sudán del Sur, mientras que el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, ha señalado que allí se está proponiendo un proyecto de ley anti-LGBTQ+, aunque desconfía de su “constitucionalidad”.
El parlamentario George Peter Kaluma, quien dirigió el proyecto de ley en el parlamento de Kenia, dijo que él y los proponentes de los proyectos de ley quieren prohibir “todo lo que tenga que ver con la homosexualidad”. Le dijo a la BBC: “El proyecto de ley propondrá una prohibición total de lo que Occidente llama prescripciones y procedimientos de reasignación de sexo y prohibirá todas las actividades que promuevan la homosexualidad”. Agregó que esto incluiría desfiles del Orgullo, espectáculos de drag, usar colores y banderas del arcoíris y usar abiertamente “emblemas del grupo LGBTQ+”. Los actos entre personas del mismo sexo ya están prohibidos en Kenia.
En respuesta, una coalición de grupos LGBTQ+ y de derechos humanos ha instado a la administración Biden en los EE. UU. a imponer sanciones a Kenia si se promulga el proyecto de ley. En una carta abierta publicada el lunes (17 de julio), al menos 50 organizaciones sin fines de lucro instaron al gobierno a eliminar la Asociación Estratégica de Comercio e Inversión (STIP) de Kenia hasta que se elimine el proyecto de ley.
La carta pedía a las personas que firmaran una petición para “detener las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Kenia hasta que el presidente [William] Ruto se comprometa a vetar la legislación que criminaliza a la comunidad LGBTQI+”.
Además, el sacerdote de Zambia y académico de la Universidad de Boston, Kapya Kaoma, le dijo a la BBC que creía que proyectos de ley como este son parte de los esfuerzos de cabildeo de los grupos de derecha para imponer la “homofobia militante” en África. “Una cosa es decir: ‘No estoy de acuerdo con que seas gay’, pero los políticos ahora dicen: ‘Vas a la cárcel de por vida, vas a la cárcel por hablar sobre ser gay'”.
Annette Atieno, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas, calificó la legislación de odiosa y agregó que hará que la vida de los kenianos queer sea insoportable.
Una encuesta de 2019 del Pew Research Center, un grupo de expertos estadounidense no partidista, encontró que el 83 por ciento de los kenianos piensan que la sociedad no debería aceptar la homosexualidad.
Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado
Son varios los artículos del Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza». El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».
Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.
Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».
Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).
El pasado mes de enero, era asesinado el activista LGBTQ Edwin Chiloba, y conocíamos que Varias personas trans de Kenia buscaban refugio en medio de las represalias tras la muerte de dicho activista.
Fuente PinkNews/Cristianos Gays,
Cristianismo (Iglesias), General, Homofobia/ Transfobia., Islam
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