La lucha por el cambio de nombre y sexo legal de una niña transexual
“El problema es el desconocimiento y el confundir identidad con genitalidad”
La familia de una niña transexual de seis años intenta conseguir una autorización judicial que permita a la menor, nacida como Mario y a quien sus compañeros de clase ya llaman María, un cambio registral de nombre y sexo.
“Yo voy a ser una chica, y lo voy a ser y me voy a llamar María”, le dijo la menor a su madre al enseñarle un dibujo de ella misma.
Madre de cinco hijos, “cada uno diferente”, Ana Navarro asegura que, desde que ellos recuerdan, Mario “se ha manifestado como una niña”, se pintaba las uñas y jugaba con princesas: “Sus roles de juego siempre eran ser mamá, maestra, doctora…”, y con casi 6 años les dijo: “Quiero ser niña y me quiero llamar María”.
“Yo voy a ser una chica, y lo voy a ser y me voy a llamar María”, le dijo la menor a su madre al enseñarle un dibujo de ella misma.
Comenzó a expresar su sentimiento de forma verbal, a decir que era una niña y que de mayor quería ser “mamá y tener seis hijos”, señala Navarro, quien comenzó entonces a buscar información sobre la transexualidad y descubrió un artículo de África Pastor, presidenta de la Fundación Daniela, sobre la experiencia de su hija transexual.
“Es muy importante que María exprese su identidad y solo puede hacerlo si sabe que es posible”, afirma Navarro, que explica que abordaron con sus cinco hijos el tema “con naturalidad” y de forma coloquial: “Les propuse redecorar sus habitaciones y hacer un autorretrato, y Mario se dibujó como una niña y firmó como María”.
Tras enseñarle el dibujo, le dijo: “Yo voy a ser una chica, y lo voy a ser y me voy a llamar María”. Tras esa afirmación, los padres comenzaron a comunicar a su entorno la realidad de su hija.
También lo hicieron en su colegio, donde, según su madre, la reacción de la directora fue “muy positiva”. “Nos dijo -recuerda- que era una experiencia de enriquecimiento como modelo educativo”.
Eso ocurrió un viernes y el lunes siguiente acudió con su uniforme de niña. “Lloraba porque quería ir con uniforme y fue un logro vestirla de acuerdo con su identidad”, explica Ana, quien recuerda el buen recibimiento que tuvo por parte de sus compañeros, que le llaman María.
“El problema es el desconocimiento y el confundir identidad con genitalidad”, remarca Navarro. Ahora quieren iniciar un proceso legal para pedir el cambio registral de nombre y de sexo.
Para ello, según El País, se acogerán al precedente de dos juezas del Registro Civil de Valencia que, entre diciembre y febrero, autorizaron por primera vez el cambio registral de nombre y sexo a dos menores sin necesidad de acreditar el tratamiento médico de dos años que exige la ley española.
Mientras inician este proceso legal, espera que la Generalitat valenciana apruebe el anteproyecto de Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género, que reconoce, entre otros aspectos, que el menor tenga su nombre y sexo en un DNI provisional aunque solo válido para esta región.
“Ojalá se cambie la ley a nivel estatal y se regule el cambio de nombre y sexo en el registro”, afirma Navarro, que señala que un DNI en el que figura que es otra persona “genera desasosiego y que tenga que dar explicaciones y justificaciones”. Ese cambio tiene, a su juicio, mucha relevancia para su bienestar.
La abogada que consiguió estos dos fallos, Ana Cañizares, del despacho valenciano Ana Cañizares,explica aque aunque los padres de María aún no se han puesto en contacto con ellos, “en principio” no tendrían problemas en lograr el cambio registral “si el menor cumple todos los requisitos legales”.
Fuentes de la Generalitat informan de que el anteproyecto de Ley “garantizará la protección y atención necesarias para promover el libre desarrollo” de la personalidad y el desarrollo integral del transexual.
En el ámbito educativo, deberán dirigirse a la persona “por el nombre que haya elegido, se respetará la imagen física y la libre elección de su indumentaria, y se garantizará el acceso y uso de las instalaciones de acuerdo con la identidad de género sentida, incluyendo los lavabos y los vestuarios”.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga
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