Seguimos sin ser tan optimistas como nuestro querido amigo Xabier…
Del blog de Xabier Pikaza:
Para muchos ha sido difícil ser homosexual y católico a la vez, especialmente en estos últimos decenios (desde un documento de la Cong. de la Doctrina de la Fe, 1975), en los que había parecido encenderse en la Jerarquía una especie de Cruzada contra de la homosexualidad.
Pues bien, la Exhortación Postsinodal del Papa Francisco (AL: Amoris Laetitia 250-251) nos permite abrir una puerta (un gran arco iris) de amor homosexual en línea de evangelio.
Se han escritos muchos libros titulados Teología de las Realidades Terrestres, Teología del Matrimonio etc. ¿Por que no un libro que dijera Teología de la homosexualidad?
.
Pienso que ha llegado el momento de hacerlo y , para ello, hay que abrir la puerta (con el Papa Francisco) y pasar al otro lado, superando los cuarenta duros años de Cruzada Anti-homosexual, propuesta por el Documento de 1975 (Cong. de la Fe, Sobre algunas cuestiones de ética sexual), y el Catecismo de la Iglesia Católica (1983), que parecían fundarse en dos pseudo-razones:
(a) El deseo de mantener un tipo “control” sexual (de la Iglesia) sobre el conjunto de los cristianos precisamente cuando había comenzado a el cambio acelerado de los tiempos y de las actitudes, por lo menos en la cultura de Occidente.
(b) La problemática del mismo clero católico, integrado por una cantidad muy grande de homosexuales en general muy honrados pero amedrentados, a los que se acusaba de un tipo pederastia, que estaría vinculada con la homosexualidad.
Muchos esperaban que la nueva Exhortación Apostólica del Papa Francisco, cambiaría radicalmente las cosas, en un nivel externo; pero no ha sido así, como puse de relieve en mi postal de hace dos días (09.04.14). Las cosas de palacio van despacio… La iglesia católica no cambia a bandazos, sino con mucha paciencia, para ver y decidir las cosas en la línea anterior, pero cambiándolo en otra línea todo.
Más aún, en un sentido parece que nada ha cambiado, como han dicho, con un grito enfadado, algunos cardenales, poco amigos del Papa Francisco, indicando que todo sigue igual. Pues bien, precisamente ese grito es una prueba de que las cosas han cambiado.
Con toda inteligencia, el Papa Francisco ha preferido abrir una puerta, para indicar que las cosas se puedan ver también del otro lado, como intentaré mostrar en lo que sigue.
— En un plano, desde un nivel externo, se podría decir que las cosas siguen como estaban, y así lo dicen muchos
— Pero en otro plano todo puede ser diferente, pues el Papa nos ha dado instrumentos e impulsos para pensar y actuar de un modo distinto.
El que quiera puede hacerlo, como indicaré en lo que sigue, de un modo minucioso comentando esos dos números de la Exhortación.
— Empezaré con una nota personal (con el testimonio de un homosexual y cristiano ejemplar, que se llama Antonio);
— presentaré después los dos números, y los comentaré a partir de los documentos ya citados, la Declaración del 1975 y el Catecismo de 1983;
— y sacaré, al fin, algunas consecuencias del documento de Francisco.
Imagen 1: Arco y camino de arco iris, en torno a Salamanca
Imagen 2: Logotipo de Cristianos.Madrid.Homosexuales (CrisMHom)
Imagen 2: Un Cristo que es de todos
DOS CARTAS, UNA AMIGA, UN AMIGO
Para mí, este es un tema “de teólogo” y cristiano, hombre de Iglesia, que vive en una situación de tranquila y amistosa independencia, bien casado, con mujer querida. Pero tengo varios y grandes amigos homosexuales, algunos muy cristianos, que me escriben cada vez que pasa algo de esto.
Una querida lesbiana;
El año 1975, tras la Declaración de la Congre. de la Doctrina de la Fe, me escribió Regina, cristiana en la frontera, escritora famosa, lesbiana:
Ves, Xabier. Es imposible ser cristiana y lesbiana. Tu Iglesia nos ha condenado al 50% de las mujeres, y al 60% de los curas, que son homosexuales, te lo juro. Yo me desapunto. Pídeme cualquier cosa, pero no me hables de Iglesia
Yo le contesté que la iglesia no les condenaba… y que quizá las lesbianas no eran el 50% ni los curas homosexuales el 60% de la población, que bajara algo los números y la condena… Que la Congregación de la Doctrina de la Fe ni era la Biblia.
Mi amigo Antonio
Ahora, el pasado 10 mes me ha escrito Antonio, amigo nuestro, muy cristiano, procedente del clero, de una conciencia clara, de gran caridad, al que Mabel y yo conocimos y queremos, por su inmensa talla cristiana y humana, Así me ha escrito:
Hola, Xabier, aprovecho para mandaros un saludo.
Habrás visto ya la mala redacción, la mala sintaxis del párrafo 251 de la Amoris Laetitiaa (volveré al tema al final de este post…).
Del fondo del texto no te digo apenas nada. No tengo fuerzas. Sigo aplastado por el voluminoso Catecismo, por aquella doctrina de los “actos objetivamente desordenados” del Documento de la Congregación de la Fe, que me hacen quedarme marginado, en los márgenes de este andamiaje inmisericorde (¡¡¡ni siquiera aprecian en otros amores una analogía remota!!!, y eso en el año de la misericordia).
Éste es un ejercicio de poder sobre las conciencias de los creyentes, y está dirigido por personas que deciden cuál es y cuál no es el “designio de Dios” sobre la familia. Así, con toda humildad. Yo creía que los designios de Dios eran inescrutables. ¿Realmente hacía falta pisar de esa manera el terreno a los sociólogos y a los psicólogos para anunciar y vivir el Evangelio?
Seguid con salud. Un fuerte abrazo, Antonio
Le respondí inmediatamente (10 abril 2016)
Gracias, Antonio. Voy a escribir sobre eso… Todo el número sobre la homosexualidad es internamente problemático, lo que indica una falta de seguridad (o de convencimiento) de los redactores… Creo que el Papa Francisco no ha logrado decir lo que quería, pero ha dejado una puerta abierta. Te mandaré lo que escriba… Un abrazo, y dale gracias a Dios… porque como dice Mt 11 “esto no lo entienden los sabios e inteligentes…”. Xabier
Contestación de Antonio:
Gracias, Xabier. Así que nos dicen que familia cristiana en uniones homosexuales, como que no. ¡No hay ni siquiera, dicen, una analogía remota con la idea del matrimonio y de la familia de la Biblia!
Pero luego llamamos familia (religiosa, eso sí) a las comunidades de las órdenes y congregaciones compuestas exclusivamente por varones o por mujeres. Y ahí están como pez en el agua y tienen todas las bendiciones del cielo. Por lo visto eso es el designio de Dios llevado a la perfección. Castamente, eso sí.
Hacen con la Biblia lo mismo que muchos musulmanes hacen con la lectura del Corán. Lo que no está allí no vale. Espero que no prohíban un día el campeonato europeo de fútbol (¡por ser cosa de solo varones…!).
Ya había leído en tu blog que tú tampoco estabas del todo contento con el documento. Si ves algún sentido en lo que te dije o te digo aquí puedes usarlo como si fuera tuyo. Las ideas son de todos, y las mías habrán visto la luz leyendo tus obras. Pero protégete de futuros inquisidores. Nunca se sabe…
Seguiremos meditando la Amoris laetitia y agradeciendo las laetitiae amoris (las alegría del amor) que Dios nos ofrezca en la vida.
Sin rencor ni resentimiento. Pero tampoco se nos puede pedir colaborar con estas estructuras que parece que nos quieren, además de cornudos, apaleados.
Feliz primavera salmantina. Un abrazo, y gracias por todo. Antonio.
No quiero ni puedo comentar estas palabras del Antonio, que viene del clero, que sabe teología, que ama a la Iglesia, pero que se siente negado y perseguido, sin misericordia. A él van dedicadas en parte las páginas que vienen, en las que quiero mostrar que no todo sigue igual. A pesar de que algunos digan que no, a pesar de que parece que ha dejado las cosas como estaban, Francisco ha sabido abrir la puerta, y eso lo saben muy bien los que le critican.
RELACIÓN FINAL DEL SÍNODO (2015), AMORIS LAETITIA Y CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE (2015)
Empezaré citando los dos números de AL sobre la homosexualidad, pero a fin de entender lo que dicen quiero y debo citar las palabras de la Relación Final del Sínodo (http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20151026_relazione-finale-xiv-assemblea_sp.html), que son las que en principio debería haber asumido el Papa. Pero, como el lector verá, no las ha asumido al pie de la letra. Compárense las palabras que se mantienen y las que cambian:
Tema previo. Relación final de las conclusiones del Sínodo 2014-2015 (Texto de las conclusiones sinodales)
Relación final 2015. 76. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción (cf. MV, 12). Con respecto a las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, la Iglesia reafirma que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar«todo signo de discriminación injusta» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4). Se debe reservar también una atención específica al acompañamiento de las familias en las que viven personas con tendencia homosexual. En cuanto a los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio,«no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia» (ibidem). El Sínodo considera en todo caso totalmente inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.
Éste es el texto de la Exhortación del Papa (2016). Véanse las omisiones y los cambios respecto a la relación del sínodo
250. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción[275]. Con los Padres sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos. Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta»[276], y particularmente cualquier forma de agresión y violencia. Por lo que se refiere a las familias, se trata por su parte de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida[277].
251. En el curso del debate sobre la dignidad y la misión de la familia, los Padres sinodales han hecho notar que los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, «no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»[278].
[275] Cf. Bula Misericordiae vultus (11 abril 2015), 12: AAS107 (2015), 407.
[276] Catecismo de la Iglesia Católica, 2358; cf. Relación final 2015, 76.
[277] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2358.
Cambios básicos del papa respecto a la Relación final 2015
‒ En contra de la Relación Sinodal del 2015, el Papa no cita la Declaración de la Cong. Para la Doctrina de la Fe, Sobre ciertas cuestiones de ética sexual (1975), lo que indica que no está de acuerdo con ella, al menos en algún punto importante http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19751229_persona-humana_sp.html).
Ese documento del año 1975 era una declaración vergonzosa y vergonzante… que no fijaba cuales son los actos sexuales “intrínsecamente desordenados”, desde abrazo y caricia con beso, hasta formas de excitación genital con posible penetración etc. Aquel documento se quedaba en un plano físico de los actos homosexuales, sin entrar en su sentido personal, en su posible amor profundo.
Pues bien el Papa no cita el documento de la Congregación para la Doctrina de la fe del año 1975, que la Relación del 2015 ha puesto ante su firma…, lo cual tiene dos importantísimas consecuencias, que hay que tomar absolutamente en serio, pues de lo contrario no se entiende su documento:
a. El Papa no acepta (no cita, no asume) la afirmación básica del Documento de la Congregación, que decía: “Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su ordenación necesaria y esencial” (num 8). Ésta es la novedad mayor de la exhortación del Papa: no condena sin más los actos homosexuales, no los mira en sí como pecaminosos.
b. El Papa tampoco apela a ninguna razón de Escritura… como aquella que propone de manera, menos exacta, la doctrina de la Biblia, cuando dice: “En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios [nota 18: Con una cita de Rom 1, 24-27 falta de toda crítica textual, contextual y teológica]. Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen esta anomalía por esta causa incurran en culpa personal; pero atestigua que los actos homosexuales son por su intrínseca naturaleza desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso” (Num 8).
Ningún exegeta serio de la actualidad (año 2016), sea católico, protestante, ortodoxo o agnóstico saca esa conclusión de la carta de Pablo. Lo que dice Pablo en Rom 1-3 se sitúa en otro plano, y no puede tomarse como condena de los actos homosexuales sin más. De manera muy sabia, el Papa deja el tema de la “posible condena de la homosexualidad” fuera del campo de la Biblia.
2. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (1983) Y AMORIS LAETITIA.
a. En contra del Catecismo, para el Papa Francicisco, la inclinación homosexual no es objetivamente desordenada (ni es una enfermedad). Empecemos por el Catecismo:
Cat. 2358: Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente radicadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
El Papa cita este número, pero de forma sorprendente y lógica suprime el juicio negativo del Catecismo, que dice “esta inclinación objetivamente desordenada…”. Esta supresión es clave. En contra de una doctrina general, establecida por el Catecismo, defendida por una doctrina moral abusiva…, el Papa no dice que la homosexualidad es desordenada, ni en sentido físico, ni en sentido personal… Es distinta, puede ser a veces problemática, pero no es desordenada. Si no es desordenada es natural, si es natural es buena… aunque distinta de la tendencia heterosexual.
Esta mera supresión ha levantados las iras de cientos de cruzados de la intolerancia anti-homosexual, pero ha encendido la esperanza de miles y millones de cristianos católicos, a quienes se les dice, por vez primera en muchos años (al menos de forma velada) que su tendencia no es objetivamente desordenada.
b. Según el Papa, la respuesta del cristiano ante el amor homosexual no es la Cruz de la castidad, sino el gozo en el amor
Sabiamente, el Papa ha “suprimido” (no acepta en su propuesta) el número siguiente del Catecismo (el 23459), lo cual indica que no está de acuerdo con él:. Así dice ese número:
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante las virtudes de dominio, educadoras de la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
(Eso significa, según el Catecismo, que los homosexuales… se quieran (si quieren), pero no se toquen, que vivan quizá juntos, pero que pongan una espada entre los dos cuando están en la cama, como en la leyenda de Tristán e Isolda). Leer más…
Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, General, Iglesia Católica
Amoris Laetitia. La Alegría del Amor, Homosexualidad, Papa Francisco
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