Arcópoli denuncia a una clínica que ofrece terapias curativas para la homosexualidad
Haciendo uso de la recién aprobada ley madrileña contra la discriminación de las personas LGTB, el colectivo Arcópoli ha denunciado a la web www.elenalorenzo.com, que asegura como reclamo que “es posible dejar atrás la homosexualidad”. “Sí quieres, puedes”, añade la web de Elena Lorenzo, que se presenta a sí misma como “coach profesional y terapeuta especializada en orientación sexual dirigido [sic] a personas con Atracción al Mismo Sexo (AMS) y a sus familiares”.
El viernes 26 de agosto Arcópoli presentó una solicitud de expediente sancionador en la Consejería de Políticas Sociales y de Familia de la Comunidad de Madrid contra la página web www.elenalorenzo.com que ofrece presuntas técnicas ”para poder dejar atrás la homosexualidad’‘.
La autodenominada terapeuta Elena Lorenzo proporciona terapias ”de cambio” para ”personas que viven una homosexualidad no deseada que les hace vivir infelices e insatisfechos”. Además ofrece irresponsables testimonios no comprobables como: ”me di cuenta de que no era gay” o ‘‘Leonora, dejando atrás el lesbianismo”.
Desde Arcópoli consideramos que las terapias de ”curación” de la homosexualidad son falsas y acientíficas y únicamente juegan con los sentimientos de personas que sufren por la homofobia que persiste en nuestra sociedad, no por su homosexualidad, y que en lugar de proporcionarles una terapia de afirmación y de superación de traumas y complejos les proporcionan, a cambio de considerables cantidades económicas, falsas esperanzas de poder dejar atrás lo que no es sino una cualidad humana: la diversidad sexual y de género.
Coincidimos plenamente con la American Psichiatric Association, que afirmó ya en 2000 que: ”los riesgos potenciales de las terapias reparativas son altos, incluyendo depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo debido a que los terapistas se alinean con los prejuicios sociales de homofobia.”
La APA afirma que las terapias de aversión ”son prácticas dañinas psicológicamente, no avaladas por estudios científicos contrastados y no eficaces. Desde 2006 el uso de la terapia de aversión se considera una violación de los códigos de conducta profesional” Asimismo, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid ha declarado que estas informaciones pueden ”fomentar la homofobia” y han ”refutado y condenado” las prácticas de estas terapias falsamente reparativas.
Desde Arcópoli nos mostramos muy satisfechos por la aprobación de la ley LGTB de la Comunidad de Madrid, en vigor desde el pasado 11 de agosto, e instamos a las instituciones a ponerla en práctica cuanto antes y aplicarla con vehemencia en este caso, pues resulta incompatible la existencia de supuestas terapias de curación de la homosexualidad con la igualdad real de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales en la sociedad madrileña del siglo XXI.
El Coordinador Yago Blando ha afirmado que:
Intentar hacer creer a alguien que se le puede ‘curar’ su deseo homosexual solo le genera falsas esperanzas que agravarán su sufrimiento e impedirán el pleno desarrollo de su personalidad. Cuando una persona sufre con motivo de su orientación sexual, no sufre como consecuencia de ella sino por encontrarse en un entorno social que no la tolera. Nuestra labor es construir una sociedad libre e igualitaria, y para ello es preciso hacer desaparecer extraños remedios acientíficos que más bien parecen recuperados de las épocas más oscuras de nuestra historia”.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
Precisamente en marzo de este año tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Madrid: una prohibición que indignó a varios obispos
La ley madrileña contra la LGTBfobia, alineada en este sentido con la evidencia científica, incluye entre las infracciones muy graves la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona, con independencia de que la persona sometida a tales terapias haya mostrado su consentimiento. Se trata, de hecho, de uno de los puntos de esta ley que más ha indignado a los obispos del “eje del odio” madrileño (Juan Antonio Reig Pla, Joaquín María López de Andújar y José Rico), firmantes de un duro documento que considera esta prohibición “un atentado a la libertad de expresión, a la libertad de cátedra, a la libertad de los científicos y profesionales en la búsqueda de la verdad, y a la libertad de las personas para orientar su vida o para pedir ayuda, incluso religiosa, en aquello que crean necesitar”.
En este sentido, no está de más recordar que, respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia científica disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Redacción Chueca/Dosmanzanas
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