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El ‘paciente cero’ culpado de propagar el VIH fue un invento de la prensa

Sábado, 5 de noviembre de 2016
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Una investigación ha tumbado la teoría del “paciente cero”, un hombre gay que trabajaba como auxiliar de vuelo cuando se le culpó de ser el propagador del virus en América del Norte.

Una investigación histórica y pruebas genéticas han descartado que Gaëtan Dugas, un hombre gay que por aquel entonces trabajaba como auxiliar de vuelo y conocido como el “paciente cero” haya sido el propagador del VIH en los años 80.

Dugas era un asistente de vuelo de Air Canadá al que la historia lleva 30 años tratando como al peor ser humano del mundo: el causante de que el VIH se extendiera por Estados Unidos (y, por consiguiente, por todo el mundo). El “Paciente Cero“.

En 1984 (año en el que murió Dugas) un estudio del American Journal of Medicine concluyó que muchas de las primeras infecciones de VIH en Nueva York se podían achacar a Dugas, al que culpaban de haber “sacado” el virus de África y haberlo llevado al mundo occidental. El trabajo de Dugas, que viajaba regularmente por todo el continente americano, contribuyó a fomentar el mito del “Paciente Cero” y poco tardaron muchos en señalarle como un monstruo. El periodista y activista gay Randy Shilts fue el autor del libro And the band played on, que documentaba el brote de VIH en Estados Unidos, y no dudó en retratar a Dugas como un atractivo atleta que se jactaba de tener cientos de encuentros sexuales al año que resultó ser un sociópata que aún sabiendo que era portador de una enfermedad mortal sobre la que se sabía muy poco se negaba a utilizar el preservativo y transmitía el virus de forma consciente a todos los hombres que podía.

El estudio demuestra que este hombre es sólo uno más de los afectados por el virus antes de que se conociese el mismo, pero en ningún caso el iniciador. Con Dugas, se acuñó por primera vez el término “paciente cero”, utilizado ahora para referirse a otras epidemias como el ébola o la fiebre porcina.

Antes de morir, el mal catalogado como “paciente cero” aportó información personal a los investigadores para que en sus estudios se determinara si el VIH era causado por un agente de transmisión sexual.

En la investigación se volvió a analizar la sangre de Dugas comparándola con otras ocho muestras de suero de otros hombres de la época, a los que se entrevistó para conocer sus contactos sexuales, y a base de enlazar relaciones sexuales, se concluyó que él era el “cero”.

Estos estudios se expandieron al punto de que se editaron libros sobre la crisis del sida en EEUU en la década de los 80 donde se le mencionaba. Por aquel entonces, la teoría del “paciente cero” ya comenzaba a perder fuerza porque ya se sabía que desde que a una persona se le transmite el virus hasta que aparecen los síntomas, pueden pasar meses o incluso años, por tanto es muy improbable que una persona pueda revelar una red de transmisión.

“En muchos sentidos, la evidencia histórica ha venido señalando a la falacia del paciente cero durante décadas”, afirma el doctor Richard McKay. “Ahora, tenemos evidencia filogenética adicional que contribuye a consolidar esta posición” añade. “Esperamos que esta investigación permita a los investigadores, periodistas y el público detenerse a pensar antes de usar el término paciente cero. La frase lleva muchos significados y una historia y rara vez han apuntado a lo que sus usuarios han previsto”, concluye McKay.

en_el_filo_de_laCon el tiempo se supo que el editor de Shilts le recomendó que distorsionara la realidad sobre Dugas para que su libro se vendiera más. Total, Dugas ya había muerto (creyendo ser el culpable de miles de muertos por SIDA). En 1993 se estrenó la versión cinematográfica del libro, protagonizada por Matthew Modine y Richard Gere con el actor Jeffrey Nordling interpretando a Dugas. Ahora, casi 30 años desde el libro de Shilts, el análisis del VIH-1 en el genoma de las muestras de sangre de Dugas tomadas en 1983, contextualizado a través de la investigación histórica de McKay, ha demostrado que ni siquiera era un caso base para las cepas del VIH en el momento y que una pista errónea y un bombo publicitario dieron lugar a su condena como el llamado “paciente cero”.

32 años después de su muerte los científicos están de acuerdo: Dugas no fue el “Paciente Cero“ y el VIH llegó al continente americano mucho antes de que el punto de mira cayera sobre el asistente de vuelo.

Un reciente estudio de muestras de sangre recogidas en los años 70 han demostrado cómo el VIH llegó a Estados Unidos a través del Caribe procedente de África. La investigación, publicada en la revista Nature, explica que “nadie debería ser culpado por la propagación de un virus del que nadie sabía nada“. El Dr. Michael Worobey (co-autor de la investigación) añade que hoy por hoy no hay forma de saber cómo el virus saltó del Caribe a Nueva York a principios de los 70: “Pudo haber sido una persona de cualquier nacionalidad. Pudo haber sido incluso a través de productos sanguíneos. Muchos de los productos sanguíneos que se utilizaban en los Estados Unidos en los 70 venían de Haití. Lo que hemos hecho ha sido intentar descubrir los orígenes de los primeros casos de SIDA que se conocieron. Cuando viajas al pasado, encuentras un patrón muy interesante.

Los autores del nuevo estudio recolectaron muestras de sangre que originalmente se archivaron para un estudio sobre la Hepatitis B en 1978 y 1979. Las muestras eran de hombres que tenían sexo con hombres y se tomaron en Nueva York y San Francisco. Al analizar esas muestras descubrieron que la prevalencia de muestras seropositivas era muy alta, y a partir de esas muestras recolectaron ocho secuencias de genoma de VIH: las más antiguas conservadas en Estados Unidos. Los investigadores consiguieron también una muestra del genoma del VIH que había en la sangre de Dugas y tras un complicado proceso de recuperación genética pudieron comparar ambas muestras. El resultado era claro: no había evidencia de que Dugas fuera el primer caso de VIH en Estados Unidos y el genoma de su virus era muy parecido al que ya estaba propagándose por Estados Unidos a finales de los 70 proviniente de una epidemia que se originó en el Caribe.

photo-exhibition-ob2292-520x765“El Paciente Cero, también conocido como Gaetan Dugas, cuyo fiero deseo sexual dio ímpetu a la epidemia que clamó su vida y la de otros miles.“

En muchos sentidos, las evidencias históricas llevan décadas señalando la falacia que supone esta noción del paciente cero” ha explicado Richard McKay, historiador de medicina de la Universidad de Cambridge y co-autor de este nuevo estudio. “El estudio vierte luz desde distintos ángulos para entender mejor la complejidad de un importante periodo del pasado. A la vista de esta complejidad, uno de los peligros al centrarse en un único paciente cero es que al investigar las primeras fases de esta epidemia nos arriesguemos a oscurecer factores importantes y estructurales que pueden contribuir a su desarrollo: la pobreza, las desigualdades legales y culturales, las barreras para acceder a la sanidad o la educación. Esos riesgos determinantes pueden ser ignorados.

El caso de Gaëtan Dugas es, cuando menos, curioso. El motivo por el que la historia terminó por señalarle como Paciente Cero fue una confusión de lo más absurda. Cuando en 1981 los investigadores del CDC empezaron a documentar casos de una misteriosa enfermedad que afectaba especialmente a los hombres homosexuales comenzaron a investigar grupos de hombres que eran portadores del VIH. Uno de esos primeros grupos estaba localizado en California y poco a poco se fueron conectando a los miembros de ese grupo con otros 10 hombres en 10 ciudades estadounidenses distintas.

A Dugas se le localizó casi en el centro de ese grupo, y por eso lo investigadores lo señalaron como Paciente O. Pero era una O, no un cero, porque hacía referencia a que Dugas vivía fuera de California (“Outside California“). Cuando los documentos científicos se filtraron a la prensa, la O se confundió con un 0 y tanto los medios como la opinión pública le señalaron como culpable de la propagación del virus en territorio estadounidense. En 1987, por ejemplo, el New York Post publicó una foto de Dugas en su portada con el título “El hombre que nos dio el SIDA“.

Uno de los doctores que en 1981 coordinaba el grupo de trabajo del CDC sobre la enfermedad, el Dr. James Curran, se muestra muy molesto con el concepto del paciente cero: “El CDC nunca dijo que hubiera un paciente cero ni que él fuera la primera persona. Además del daño potencial a su reputación, también dañaba la plausibilidad científica. Que hubiera una única fuente desde la que empezó la epidemia en los Estados Unidos no es nada probable. Es más probable que varias personas estuvieran infectadas. Creo que el concepto del paciente cero era erróneo y fallido y los científicos nunca lo pronunciaron.

Fuente: CNN, vía Cáscara Amarga/EstoyBailando

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