Demanda contra Zara en Estados Unidos por homofobia, xenofobia y antisemitismo
Un empleado neoyorquino de la multinacional española Zara presentó una demanda el pasado miércoles contra la empresa por discriminación y acoso laboral basados en su condición de judío, estadounidense y gay. Ian Miller, que trabajaba como abogado hasta su despido el pasado mes de marzo, reclama a la compañía cuarenta millones de dólares (36 millones de euros).
Miller asegura que durante su periodo en Zara USA, Inc (filial estadounidense de la compañía española), que comenzó en el año 2008, era excluido de reuniones, le otorgaban aumentos inferiores a los de sus compañeros y era objeto de ataques verbales de carácter racista, homófobo y antisemita. El abogado apunta directamente al fundador de Inditex, Amancio Ortega, a quien acusa de proteger a las personas que supuestamente ejercieron el acoso laboral que habría acabado con su despido.
Según el representante legal de Miller, la empresa lo discriminó frente a otros empleados por no ajustarse al “perfil preferido” de “cristiano, español y heterosexual”. El demandante alegará que el trato recibido viola la legislación vigente en Nueva York sobre discriminación salarial, despido improcedente, represalias y hostilidad en el ámbito laboral. Inditex ha respondido en un comunicado que la multinacional no tolera “ningún comportamiento discriminatorio o irrespetuoso”, sino que valoran “las contribuciones individuales a nuestra dinámica organización”.
A la espera de conocer el desarrollo de este caso concreto, lo cierto es que la discriminación laboral contra las personas LGTB está ampliamente extendida en Estados Unidos. Hace casi un año, nos hacíamos eco de un estudio con grandes empresas que reflejaba sus mayores dificultades a la hora de acceder a un puesto de trabajo: en condiciones de igual preparación, o incluso de objetiva superioridad, las personas que eran percibidas como LGTB tenían menos posibilidades de ser seleccionadas. Se trata además de una discriminación difícil de detectar y combatir, pues se camufla bajo el velo de las preferencias para dar paso a unos currículos sobre otros.
Una situación que se pretendía paliar con el proyecto de Ley de No Discriminación en el Empleo (ENDA), que ha sido propuesta en más de veinte ocasiones desde 1994 y siempre se ha topado con el rechazo del Congreso: la vez más reciente, en diciembre del año pasado en la Cámara de Representantes, tras superar el trámite en el Senado. El presidente Obama sí que aprobó una orden ejecutiva para prohibir la discriminación de las personas LGTB a las empresas que trabajen para el Gobierno federal. A nivel de los estados, la situación varía según las leyes protejan contra la discriminación basada en la orientación sexual solo o también la identidad de género, y si se aplican solo en el sector público o también en el privado. Dieciocho estados carecen de cualquier norma en este sentido.
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