Boris Johnson cede a la presión del lobby transexcluyente y dejará fuera de la prohibición de las «terapias» de conversión la identidad de género
Una filtración a la prensa ha permitido conocer la marcha atrás del Gobierno de Boris Johnson en su anunciada intención de prohibir las mal llamadas «terapias» reparadoras o de conversión, que pretenden modificar la orientación sexual o la identidad de género, cediendo así a la presión de los sectores ultraconservadores y del activismo transexcluyente. No obstante, según las informaciones más recientes y después de la ola de indignación que la decisión ha levantado, Johnson habría optado en las últimas horas por una prohibición parcial, que afecte solo a la orientación sexual pero no a la identidad de género, dejando desprotegidas a las personas trans y no binarias. Una decisión discriminatoria a la que no son ajenas las activas campañas de movilización del activismo transexcluyente británico, que de la mano de personajes como la escritora J.K. Rowling han alcanzado gran difusión en los medios de ese país.
La intención de promover la prohibición de las pseudoterapias reparadoras fue incluida el pasado año en el discurso de la reina, en el que el Gobierno británico esboza su agenda legislativa, lo cual le dotaba de un cierto carácter vinculante después de que iniciativas anteriores hubieran fracasado. Se anunciaba, además, después de conocer el resultado de una encuesta nacional, que abarcó a 108.000 personas LGTB, y que reveló que a un 5% se le habían ofrecido estas pseudoterapias y un 2% se había sometido a ellas. Sin embargo, los meses han pasado y pese a la presión de los colectivos LGTB la propuesta no solo no ha tomado forma, sino que ha sido de objeto de críticas, no solo las esperables de los sectores ultraconservadores temerosos de que la nueva legislación afectase a la «libertad religiosa», sino del cada vez más influyente lobby transexcluyente, que ha conseguido una gran presencia en los medios de comunicación británicos y que cuenta con la implicación activa tanto de militantes TERF que se niegan a reconocer como mujeres a las mujeres trans como de celebridades como la escritora J.K. Rowling. El activismo transexcluyente, recordemos, ha hecho de los ataques a la infancia y a la adolescencia trans uno de sus ejes discursivos, y se opone radicalmente a la normalización de la realidad trans en menores.
Hace solo un par de días, de hecho, la cadena ITV hacía público un documento interno del Gobierno, al que tuvo acceso gracias a una flitración, en el que se sentaban las bases para anunciar la renuncia al proyecto en el próximo discurso de la reina, una renuncia que se argumentaría en base a la necesidad de establecer nuevas prioridades en la política legislativa en el actual contexto de guerra en Ucrania y elevación de los precios. La exclusiva de ITV levantó una gran polvareda, no solo entre los colectivos LGTB, sino incluso en el seno del grupo parlamentario conservador, algunos de cuyos miembros habían apostado por este proyecto como una forma de demostrar la cercanía del Partido Conservador a los derechos LGTB. Diputadas conservadoras como Alicia Kearns o Dehenna Davison, por ejemplo, exigían públicamente que la legislación se aprobase.
Tal es así que apenas unas horas después de conocerse la filtración, el periodista de ITV Paul Brand, responsable de la exclusiva, aseguraba que fuentes del Gobierno de Johnson le aseguraban que se continuaría adelante con el proyecto, y que así se anunciaría en el discurso de la reina, pero que solo incluiría la prohibición de este tipo de intervenciones referidas a la orientación sexual, y no a la identidad de género, dejando desprotegidas a las personas trans:
🚨 U-TURN ON THE U-TURN 🚨
The Prime Minister has changed his mind off the back of the reaction to our report and he WILL now ban conversion therapy after all.
Senior Govt source absolutely assures me it’ll be in Queen’s Speech.
But only gay conversion therapy, not trans.
— Paul Brand (@PaulBrandITV) March 31, 2022
De hecho, aunque las nuevas intenciones del Gobierno de Johnson aún no se han explicitado de forma oficial, parece que ya han sido transmitidas por fuentes gubernamentales a otros medios británicos, como la BBC, que ya dan por el hecho el giro tránsfobo.
Desde las organizaciones defensoras de los derechos LGTB se considera que no puede haber prohibición de las «terapias» de conversión que deje fuera a las personas trans. Desde Stonewall, la mayor organización LGTB británica, que llevaba meses alertando del riesgo de que las personas trans quedasen desprotegidas, hacen un llamamiento a continuar la presión sobre los diputados para que se apruebe una prohibición completa. Antes de conocer el último giro de los acontecimientos, hacían además un llamamiento a los parlamentos de Gales y Escocia para que, si las intenciones de Boris Johnson se confirmaban para Inglaterra, al menos en sus territorios implementasen la prohibición.
***
El pasado febrero, Israel prohibía las terapias de conversión para miembros de la comunidad LGTBQ+. Al otro lado del Atlántico, la Cámara de los Comunes de Canadá le dio su visto bueno el pasado diciembre, por unanimidad, a un proyecto de ley para prohibir las pseudoterapias de conversión, y definitivamente el pasado enero de este año. Se trata de un veto total, no solo en menores de edad, y contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quien inflija estas prácticas y hasta dos para quien se beneficie económicamente de las mismas o las publicite. El Senado aprobó el texto en una tramitación exprés apenas seis días más tarde y, tras recibir la firma de la gobernadora general, entró en vigor el pasado 7 de enero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativas” de la homosexualidad o la transexualidad.
La situación en otros países
Canadá y Francia se unieron al reducido grupo de países que han prohibido las pseudoterapias de conversión, ya sea de manera general o en menores de edad el pasado mes de enero. Le siguió Nueva Zelanda el pasado 15 de febrero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativas” de la homosexualidad o la transexualidad.
En EE.UU., California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor en 2019 tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.
En abril del mismo año también se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y en mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo hemos aprobó por ejemplo en enero de 2019 por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México. y en julio de 2021 el Estado de Yucatán.
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. La siguió Alemania el año pasado, aunque con un texto limitado a los menores de edad y con ciertas ambigüedades que el próximo Gobierno de Olaf Scholz se ha comprometido a revisar. El próximo país en sumarse será posiblemente Francia, cuya Asamblea Nacional aprobó en octubre, también por unanimidad, el veto a las pseudoterapias de conversión. Irlanda ha dado pasos en la misma dirección, antes de la disolución del Parlamento con la convocatoria de elecciones en 2020, y también se debate sobre el asunto en Austria. En mayo de este año, el Gobierno británico de Boris Johnson anunció un proyecto de ley, mientras que en Albania existe un veto de facto, toda vez que el colegio de Psicología prohíbe a sus miembros la práctica de cualquier procedimiento encaminado a intentar cambiar la orientación sexual o la identidad de género, ya sea en menores de edad o en adultos.
En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y era una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de las elecciones de abril de 2019. Tras la repetición electoral, el acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos contempla «la aprobación de una Ley contra la Discriminación de las Personas LGTBI incluyendo la prohibición a nivel nacional de las llamadas terapias de reversión».
Y, por fin, El Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, presentó el pasado junio el proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, que incluye la prohibición de las pseudoterapias de conversión.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
«No» rotundo de los especialistas a las pseudoterapias reparadoras
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. A nivel internacional, ya en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las terribles «terapias»reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
De hecho, en julio de este año, nos enterábamos de que el Vaticano frenaba las “terapias de conversión” e instruía a los obispos españoles a desautorizar a un grupo de ex-gays. Sin embargo, con la dimisión del obispo Xavier Novell nos enterábamos de que éste, participó, y avaló, ‘terapias de conversión’ de homosexuales hasta que fue frenado por el Vaticano. otros prelados que avalaban dichas prácticas (según las víctimas) serían: José Ignacio Munilla, Javier Martínez, Arturo Ros y Juan Antonio Reig avalarían estas prácticas
***
***
***
Comentarios recientes