Alice Nkom, la abogada de 80 años que desafía la homofobia en Camerún
A sus 80 años, Alice Nkom sigue en pie de lucha. En un continente donde ser LGTBI+ sigue siendo peligroso, esta abogada camerunesa ha dedicado su vida a defender los derechos de las personas LGTBI en África, enfrentándose al gobierno, a la sociedad y a un sistema judicial que penaliza la diversidad. Su valentía y compromiso han hecho de ella un símbolo de resistencia en la lucha por los derechos humanos.
Desde muy joven, Alice Nkom supo que su misión era desafiar las injusticias. En Camerún, la homosexualidad sigue siendo ilegal, con penas que pueden llegar hasta los cinco años de prisión. En este contexto hostil, ella se convirtió en la primera mujer abogada de su país y, más tarde, en la primera en atreverse a defender a nuestra comunidad, criminalizadas simplemente por existir.
En una reciente entrevista con la BBC, Nkom relató los innumerables obstáculos que ha enfrentado. Ha recibido amenazas de muerte, intentos de intimidación y hasta presiones por parte del gobierno para abandonar su trabajo. Pero nada la ha detenido. “Si no luchamos, nadie lo hará por nosotros”, afirmó con determinación. «Siempre defenderé a los homosexuales porque cada día arriesgan su libertad y son encarcelados como perros»
Para Alice Nkom, el miedo nunca ha sido una opción. Su labor ha trascendido fronteras, convirtiéndola en una figura clave en la lucha por los derechos humanos en África. Su organización, la Asociación por la Defensa de los Derechos de los Homosexuales (ADEFHO), sigue ofreciendo apoyo legal y protección a quienes son perseguidos por su orientación sexual.
Su trabajo ha inspirado a muchas personas a no rendirse, a seguir exigiendo un mundo más justo y libre de discriminación. En un continente donde el conservadurismo y la homofobia institucionalizada siguen siendo la norma, la lucha de Alice Nkom es más que una batalla legal: es un acto de amor, de resistencia y de esperanza.
La dura realidad de la comunidad LGTBI camerunesa
Recientemente acercábamos la dura resalidad de las Personas LGTBIQ+ en Camerún: “Acosados, atacados y maltratados”: los cameruneses LGBTQ+ se enfrentan a una represión masiva de sus derechos.
Camerún criminaliza la actividad LGBTQ+; un delito castigado con hasta cinco años de prisión y multa. Las personas LGBTQ+ en el país son frecuentemente objeto de discriminación. En 2022, un grupo de la sociedad civil siguió un aumento de la violencia y los abusos contra las personas LGBTQ+ en Camerún.
A finales de 2012, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresaba su preocupación por la complicada situación de las personas LGTB en Camerún, uno de los países con una LGTBIfobia social y de Estado más pujante. Y es que cada poco tiempo se producen noticias de detenciones y abusos policiales, algunas de las cuales hemos recogido a lo largo de los últimos años.
En noviembre de 2011 tres hombres fueron condenados a prisión acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche (una de las “pruebas” que el juez tuvo en cuenta fue que los acusados habían estado bebiendo Baileys, una bebida poco masculina. Por fortuna este caso fue luego reconsiderado). En octubre de 2011 se condenó a tres años de cárcel a Jean-Claude Roger Mbédé por declararse a otro hombre por SMS, pena que fue confirmada en diciembre de 2012. Lamentablemente, en enero de 2014 Jean-Claude fallecía, abandonado por su familia, por las complicaciones derivadas del maltrato sufrido.
En julio de 2013 se conoció la sentencia a prisión de dos hombres detenidos dos años antes por mantener relaciones homosexuales. También en 2013, fue sentenciado a nueve años de cárcel Cornelius Fonya, acusado de mantener relaciones con un joven de 19 años, en un juicio plagado de irregularidades. Su abogado, Walter Atoh, ha debido huir del país tras ser amenazado de muerte, mientras se dilucida la apelación. Un año después, en junio de 2014, se dio a conocer la historia de una pareja homosexual que se vio obligada a huir de su localidad tras ser ataca por sus vecinos y detenida por la policía.
A finales de 2015, Joshua Mbarga, un activista LGTB, sufrió la invasión de su hogar por unos delincuentes que intentaron matarle tras robarle con total impunidad. Alertada por los vecinos, la Policía intervino hasta que los asaltantes decidieron acusar a Mbarga de pretender mantener relaciones sexuales con uno de ellos. En ese momento la víctima se convirtió en objeto de investigación.
En octubre de 2016, tuvo lugar una redada masiva en un local de ambiente LGTB de Yaundé, con un fuerte dispositivo policial que detuvo a todos los clientes y trabajadores presentes en el local. En diciembre del mismo año, fueron detenidos otros doce hombres por posesión de lubricantes y preservativos, algo considerado por las autoridades como prueba de comportamiento homosexual. A finales de 2017, tres jóvenes fueron detenidos tras caer en una trampa tendida por miembros del ejército, por lo que deberán ser juzgados por un tribunal militar. Y en enero de 2018, el asalto a un local de ambiente homosexual por un grupo de militares se saldaba con muerto y varios heridos graves.
En mayo de 2021, fueron condenadas a cinco años de cárcel dos mujeres trans acusadas de «tentativa de homosexualidad», y en noviembre,una persona intersexual era agredida en Camerún por un grupo de hombres: Una turba violenta agredió sexualmente, golpeó y humilló a una persona intersexual durante varias horas, todo ello mientras lo filmaba en Yaoundé, Camerún. En la capital, Sara (nombre ficticio) fue hospitalizada tras sufrir múltiples hematomas en todo el cuerpo. Sus lesiones fueron tan graves que, estuvo en observación entre 15 y 18 días. Según Human Rights Watch, el horrible ataque sembró el miedo en todo el país.
Como explicábamos más arriba, las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel en Camerún, pero según la activista LGTB Alice Nkom solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de «flagrante delito». Desgraciadamente, tal y como corrobora Human Rights Watch, son cada vez más los casos en los que la policía ignora este requerimiento.
Fuente Oveja Rosa/Cristianos Gays
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