Indonesia reformará su código penal para criminalizar la homosexualidad
El parlamento indonesio redacta una modificación del Código Penal que criminalizará la homosexualidad y el sexo extra-matrimonial.
La nueva ley se aprobará con el apoyo de todos los partidos políticos pocas semanas después de que el Constitucional se negara a aplicar esas medidas por no estar incluidas en el Código Penal.
A pesar de las críticas de la comunidad internacional contra la persecución del colectivo LGBT, y de una sentencia en contra de la criminalización de la homosexualidad por parte del Tribunal Constitucional, el gobierno de Indonesia sigue empeñado en criminalizar el adulterio, la homosexualidad y las relaciones sexuales fuera del matrimonio en un país en el que en los dos últimos años se ha incrementado considerablemente la discriminación contra las personas homosexuales, bisexuales y transexuales.
Llevamos bastante tiempo publicando que la situación del colectivo LGTB+ en Indonesia es bastante preocupante. A pesar de ello en Indonesia la homosexualidad solo es ilegal en la provincia de Aceh, la única provincia del país en la que se aplica la Sharia (la ley islámica). Algo que, por lo que parece, cambiará en un par de semanas porque los 10 principales partidos políticos del país han mostrado su apoyo a una reforma del Código Penal que criminalice la homosexualidad en todo el país.
En diciembre del año pasado el Tribunal Constitucional de Indonesia rechazó una petición presentada por la Alianza por el Amor Familiar (un grupo islamista de extrema derecha y AntiLGTB+) para criminalizar el sexo homosexual y el sexo prematrimonial. En su momento la votación fue muy ajustada (5 contra 4) y se rechazó, básicamente, porque el Constitucional no tiene potestad para ello. Como explicaba la sentencia “cualquier limitación a los derechos de las personas ha de ser decidida a través del proceso legislativo” y aclaraban que si el código penal no castiga la homosexualidad el Tribunal no puede hacer nada.
Este tipo de manifestaciones homófobas cada vez son más habituales
¿Y qué han hecho ahora los políticos? Pues proponer una modificación del Código Penal, que podría aprobarse el mismo día de San Valentín, en la que se castigue el sexo homosexual con penas de hasta cinco años de prisión. La modificación de la ley, que aún se está redactando en comisión parlamentaria y a la que Reuters ha tenido acceso, criminalizará el sexo extra-matrimonial, la homosexualidad y la co-habitación. Arsul Sani, secretario general del PPP, ha sido uno de los redactores de este nuevo código penal y ha explicado que las condenas “Se aplicarán a personas del mismo género que tienen sexo, lo que básicamente es un acto prohibido. Se considera igual que el adulterio, por lo que un hombre y una mujer que tienen sexo fuera del matrimonio podría considerarse un crimen.”
Para la redacción de la ley los miembros del parlamento han tenido en cuenta la opinión de líderes religiosos y diversos juristas (obviamente no han contado con ningún colectivo LGTB+ ni defensor de los derechos humanos) para encontrar la forma de ilegalizar el sexo fuera del matrimonio. Curiosamente la criminalización de la homosexualidad les ha dado menos problemas porque parece que todos los partidos políticos están a favor: “En términos legales, en términos religiosos y en términos éticos, no podemos tener eso en nuestro país“, declaró Junimart Girsang, parlamentario miembro del Partido Demócrata.
Imagen de la tortura pública a la que se sometió a dos hombres en Aceh sospechosos de ser homosexuales.
Como explica Andreas Harsono de la Human Rights Watch esta ley “creará nuevos delitos discriminatorios que no existen en el actual código penal. Frenará los esfuerzos de Indonesia por desarrollar su economía, su sociedad, su conocimiento y su educación y tendrá a las fuerzas de la ley muy ocupadas vigilando la moral. Es igual que la ley Sharia en Aceh.”
“Indonesia, cuya constitución garantiza los derechos humanos y ha ratificado muchos convenios de derechos humanos, será ridiculizada por el mundo por crear una ley que potencialmente viola muchos de esos derechos”, declara Said Muhammad Isnur, director de defensa legal en la Fundación del Instituto de Asistencia Jurídica del país. Activistas y expertos legales temen que se propague la vigilancia parapolicial, lo que ya se produce en algunas zonas de Indonesia, y se produzca un retroceso de los derechos humanos y la privacidad en el que es el cuarto país más poblado del mundo, con 250 millones de habitantes, por lo que ya se han movilizado para combatir este proyecto desde la oposición del gobierno. Asimismo, también consideran que la joven democracia del país mayoritariamente musulmán se debilitaría si salen adelante propuestas como tildar de difamación cualquier crítica potencial al presidente y otras revisiones que tendrían como objetivo debilitar las medidas para combatir la corrupción.
Dos años después de su elección, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, habla en octubre de 2016 sobre el alarmante incremento de la discriminación contra la comunidad LGTB en su país. Cuatro meses después, en febrero de 2017, el Parlamento Europeo condena que se esté produciendo este incremento de la discriminación de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en su país, pronunciándose en la misma línea el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU. Precisamente, a lo largo de 2016 y 2017, hasta 1220 personas habrían participado en una encuesta realizada en las 34 provincias del archipiélago mediante la que se concluye que el 87,6 % de los ciudadanos indonesios que entienden qué significa el término “LGTB” se sienten “amenazados” por el colectivo y creen que su religión prohíbe las relaciones homosexuales, rechazando hasta el 79 % la idea de tener como vecino a una persona homosexual, bisexual o transexual.
Ese alto porcentaje ha llevado a que muy pocos políticos muestren su apoyo a las personas LGTB, entre otras cosas porque el año que viene hay elecciones presidenciales y nadie quiere enfadar a una base de votantes eminentemente conservadora.
Este tipo de valoraciones parece estar ligada con el hecho de que hasta un 81,5 % está convencida que las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas en todas las religiones, no sólo en la musulmana que se practica de forma moderada por el 88 % de los indonesios, aunque el los últimos años se ha producido un incremento del fundamentalismo religioso, según denuncian los activistas. Asimismo, desde Human Rights Watch denuncian un aumento de la retórica contra el colectivo LGBT en los últimos dos años, lo que se ha traducido en acciones por parte de «justicieros» civiles, además de las redadas realizadas por las autoridades amparados en la mayoría de las veces por la ley contra la pornografía.
Hace tan solo unos días la policía de Aceh detenía a una docena de mujeres trans a las que raparon la cabeza en público y han sido retenidas contra su voluntad mientras se les aplicaba un “curso” para que volvieran a ser hombres. Las mujeres, que buscan la forma de huir de la región, han sido puestas en libertad con la condición de que vistan y actúen como hombres.
Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB
En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.
Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.
En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.
Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta…
El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.
El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.
Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.
Fuente | Reuters, vía EstoyBailando/Universogay/Cristianos Gays
Comentarios recientes