El Foro de las ‘Otras’ Familias
Este fin de semana se celebraba un Foro de Familias, el de las “otras” familias. Familias diversas, multiculturales, peculiares y también de las que cumplen estereotipos, porque todas caben, unidas por un mismo valor ético, el respeto de la identidad de género de sus hijas e hijos. Niños y niñas a quienes al nacer les adjudicaron un sexo que no les identifica, basándose en una prevalencia estadística que convierte lo habitual en lo normal y de ahí en la norma a cumplir, impidiéndoles una vivencia plena de su propia identidad. En esta ocasión, el IV Encuentro de Familias de Chrysallis se celebró en Getafe, la alcaldesa de este municipio, la socialista Sara Hernández, se acercó a saludar a las familias y darles la bienvenida. “Este hecho que en otros entornos puede ser habitual, para nuestras familias es novedoso, y es señal de un cambio de actitud de las administraciones que antes no nos abrían las puertas y ahora incluso, en ocasiones, nos invitan a pasar” declaraba Natalia Aventín, presidenta de la asociación.
Las personas adultas que asistían al encuentro siguieron con atención las explicaciones que los ponentes les ofrecieron en la mañana del sábado. El endocrinólogo Marcelino Gómez sorprendió con una ponencia cuyo léxico y discurso era compatible y respetuoso con la anatomía de las personas transexuales y la libre autodeterminación de la identidad de género. De sus impresiones, comentaba posteriormente, que le había sorprendido la complejidad y lo interesante de las preguntas recibidas, bromeando que con que sus residentes no le planteaban tanta dificultad.
El psicólogo Alejandro de La Cruz, presentó un interesante estudio para cuya muestra se utilizaron familias de Chrysallis, donde destaca la conclusión de que la sensación de bienestar de las y los menores mejora notablemente una vez hecho el tránsito social (viviendo con su identidad sentida) y en ningún caso se empeora por este hecho.
El tercer ponente, jurista y miembro de la junta de Chrysallis, Javier Maldonado, ofreció una explicación teórica del derecho humano a la identidad de género como un compendio de derechos fundamentales: el derecho a la dignidad que incluye la posibilidad de diseñar un plan vital, vivir sin humillaciones y bien, el derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho al respeto a la vida privada. Concluyendo que hay que trabajar por una Ley Estatal que reconozca y garantice el derecho a la identidad de género, junto a los colectivos de personas trans adultas y con los grupos parlamentarios.
Se proyectó el documental “El Viaje de Carla” con la presencia de Fernando Olmeda, director del film y Carla Antonelli, su protagonista. Como bien decía Carla “en ningún foro se va a entender mejor el documental que en este”, la activista transexual y actualmente diputada en la Asamblea de Madrid animó a las familias a reivindicar sus derechos y a ser resilientes para superar los obstáculos. Alicia Ramos, cantante y activista trans interpretó algunos temas de la banda sonora.
La chavalería se armó con una buena maleta de herramientas en los talleres de prevención de bullyng y de sexología, impartidos Verónica García y Aitzole Araneta. Y en los talleres para adult@s dirigidos por Lucas Platero, el role playing y la dramatización se usaron para cuestionar la rigidez de las normas sociales y su cumplimiento.
Como apuesta de Chrysallis para combatir el cisexismo en esta ocasión la mayoría de los ponentes y formadores eran personas transexuales, que desde sus propias vivencias enriquecen sus discursos y con su ejemplo de vida, su formación y su valentía se convierten en referentes sociales de este colectivo.
La intensidad de estos encuentros produce frutos, de este nacerá Chrysallis Cataluña. Las familias catalanas han cogido impulso y energía para crear su propia delegación y desde ella trabajar por un futuro en el que nacer con unos genitales u otros no determiné una condena.
Las historias personales de la madre que no supo escuchar a su hijo, del niño que es acosado, de la pena de perder a esa niña que nunca existió, de la transfobia institucional recibida en el centro de salud, el colegio o la biblioteca son compensadas con las cada vez más frecuentes historias de cotidianidad y aceptación plena. La comprensión, la empatía y el cariño que se respira en el ambiente ejercen de bálsamo para curar las heridas y sobre todo para alentar la determinación de las familias en su lucha por una sociedad y una legislación que no excluya a sus hijos e hijas.
Foto: Facilitada por Chrysallis, Asociación de Familias de Menores Transexuales
Fuente Ragap
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