El destituido Cardenal Burke sigue su acoso al papa Francisco y advierte sobre “agenda gay” dentro de la Iglesia Católica
El cardenal Burke, destituido por el papa Francisco, advirtió de que dentro de la Iglesia Católica hay elementos tratando de promover una “agenda gay”.
Como si anunciara la mismísima llegada de los jinetes del apocalipsis, y sin que se le mueva ni el birrete ni la laaaaaaaaarga cola, el homófobo cardenal Raymond Burke, al que conocemos bien en esta página, proclamado como el líder de la facción más dura y conservadora de la Iglesia Católica, ha advertido esta semana a la comunidad cristiana de que el Papa Francisco tiene entre sus prioridades una “agenda gay”. Lo que, según sus palabras, no parecería tan raro ¿no Monse?
El cardenal Raymond Burke, quien se desempeñaba como prefecto del influyente Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica hasta noviembre del año pasado, hizo sus comentarios en una entrevista al sitio web italiano La Nuova Bussola Quotidiana. Los comentarios están referidos a la preparación de una reunión de la alta jerarquía eclesial para discutir el tema en octubre próximo.
El susodicho, tiene entre ceja y ceja socavar el trabajo del actual Pontífice de intentar hacer una Iglesia integradora y que respete la diversidad. Podría decirse que Burke pertenece a la poderosa e influyente doctrina que ya tejieran Juan Pablo II y Ratzinger. Dos ídolos del mundo como para pegar sus rostros en las carpetas de los adolescentes. Las declaraciones de Burke podrían también interpretarse como una reacción airada, al ser apartado de las grandes estructuras de poder en el Vaticano. O quizá sean las dos cosas.
Según el corresponsal para temas sociales de la BBC, John McManus, los comentarios demuestran las cada vez más evidentes divisiones dentro de la iglesia en torno a temas como la homosexualidad y el divorcio. “El retiro de Burke a un puesto de menor importancia fue visto en su momento como un intento del papa Francisco por silenciar al líder de la facción más conservadora del Vaticano. Pero si ese era el caso, claramente no ha funcionado”, dijo McManus.
Es cierto que el Santo Padre ha realizado una serie de importantes e históricos gestos con la comunidad LGTB, pero de ahí a trazar una agenda gay, media un abismo. De hecho, no ha cambiado absolutamente nada, ni la doctrina oficial, ni la posibilidad de acceso a los ministerios, de personas homosexuales casadas civilmente. Mucho menos, pensar en que estos matrimonios passen a ser sacramentalizados…. Sin embargo, estos significativos gestos han fortalecido el sentimiento de identidad a millones de católicos con la Iglesia, entre los que también se encuentran la lucha contra la pederastia (con los propios sacerdotes implicados) o la pobreza. Tres ejes de acción que sus predecesores ni tocaron. Ahora, además, ha impuesto la austeridad y la transparencia financiera que antes brillaban por su ausencia.
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