Jugadores de Los Dogos de Argentina durante la inauguración del torneo internacional de fútbol por la diversidad sexual Copa Redentor
“En los equipos de primera división se sabe si alguno es gay o no. Pero no se habla. Piensan que un jugador puede ir a menos porque es homosexual”
“Es más factible que la Asociación del Fútbol Argentino nos reconozca como la selección gay oficial que algún jugador de la Liga argentina admita que es homosexual”
El fútbol argentino es homófobo, machista y discrimina a los gay, los bisexuales y las personas transexuales, afirmaron los principales referentes de las instituciones que luchan por la inclusión de la comunidad LGBT en el fútbol. Lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales que quieran jugar al fútbol en Argentina se enfrentan a un ambiente hostil. Sin embargo, varias organizaciones de la comunidad LGBT luchan para demostrar que la orientación sexual no tiene nada que ver con las capacidades futbolísticas.
Autoridades de la Selección Argentina de Fútbol Gay (SAFG), Gays Apasionados por el Fútbol (Gapef), y los Dogos, el primer equipo de fútbol gay de Sudamérica, coincidieron en que los homosexuales son discriminados en el fútbol argentino y que por eso surgieron en el país austral torneos y equipos de fútbol especialmente para gais.
“El ambiente del fútbol argentino es discriminador, xenófobo y homófobo. Tenemos una sociedad machista y una cultura homófoba que apoya todo esto”, dijo Ariel Heredia, presidente de los Dogos, el primer equipo de fútbol gay de Sudamérica. “En el deporte en general ahora se está abriendo el camino para los gais, pero en el fútbol no. Es especial, tiene una cultura totalmente machista que lo sostiene”, agregó.
Los Dogos, que se crearon en 1997, ganaron el mundial gay jugado en Argentina en 2007, y disputaron los campeonatos de Estados Unidos (1999 y 2009), Alemania (2000), y México (2012). También participaron en los Gay Games, los Juegos Olímpicos para la comunidad LGBT, de Holanda (1998) y Alemania (2010).
“Había jugadores que vinieron a los Dogos porque fueron discriminados jugando o aspirando a jugar en la primera división (de la Liga argentina). A algunos los apartaron del equipo porque eran gais. El equipo se armó porque sucedieron un montón de discriminaciones”, explicó Heredia.
Los Dogos, al igual que la mayoría de los equipos de fútbol gay, aceptan también a los heterosexuales.
“Nosotros no le preguntamos la sexualidad a nadie, aceptamos a las personas tal cual son. No tiene que ser homosexual para jugar en el equipo. El objetivo es la inclusión. En la Liga es imposible que se sienta cómodo un gay”, dijo Cristian Pare, capitán de la Selección Argentina de Fútbol Gay (SAFG), creada en 2007.
“En los equipos de primera división se sabe si alguno es gay o no. Pero no se habla. Hay mucho machismo. Piensan que un jugador puede ir a menos porque es homosexual. Son tonterías. La homofobia en el fútbol es increíble”, explicó al tiempo que señaló que hay muchas jóvenes promesas que abandonan el fútbol porque son homosexuales y no se sienten cómodos en los clubes. “Cuando mi mamá me vino a ver jugar por primera vez me dijo que ella creía que jugábamos con tacos. Y le dije ‘no mamá, son gente como yo, jugamos al fútbol y vamos a morir a cada pelota’. Soy homosexual pero siento el fútbol como cualquier persona”, afirmó. “Apuntamos a que la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) nos reconozca como la selección gay oficial. Es más factible que eso pase a que algún jugador de la Liga argentina admita que es homosexual”, vaticinó.
En sintonía, Juan Pablo Morino, de la asociación Gays Apasionados Por El Fútbol (Gapef), dijo que “ayudaría mucho si un futbolista de primer nivel dijese que es homosexual”. “Incluso si lo hace alguien que no sea gay, pero que genere este movimiento de decir ‘mirá, yo que soy el mejor del equipo digo que soy gay. ¿Qué te cambia? ¿Me vas a tratar de otra manera?’. No tiene que ser alguien que realmente sea gay, sino alguien que quiera mover el avispero, eso ayudaría mucho”, explicó.
El objetivo de Gapef, que se creó en 2010, es generar un espacio donde los homosexuales puedan jugar al fútbol sin sentirse discriminados. La asociación también lleva adelante actividades sociales, culturales y deportivas para promover la inclusión y la libre orientación sexual.
“De chiquito mi viejo me llevó a la cancha y la mitad de las canciones insultaban al equipo rival tratándolo como homosexual. Yo las canté toda mi adolescencia y después las dejé de cantar pero todo el mundo las cantaba alrededor mío. Esperemos que en algún momento dejen de cantarse canciones discriminatorias”, contó Morino.
“El fútbol es el más machista de todos los deportes. Tendría que haber una campaña fuerte por parte del Estado en contra de cualquier canto discriminatorio, es necesario. El Estado debería intervenir en el asunto”, afirmó.
Fuente Agencias/Cáscara amarga
General, Historia LGTBI
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