En nombre propio: activistas trans y travestis argentinas en cargos públicos
Por Carolina Balderrama . Fotos: Archivo y Luciana Leiras
Las militantes y activistas travestis – trans Alba Rueda, Daniela Castro, Ivana Gutiérrez y Ornella Infante son algunas de las convocadas para distintos cargos en la gestión nacional, provincial, municipal y organismos. En diálogo con Presentes contaron sus inicios militantes y expectativas frente a los primeros sesenta días de inicio de gobierno.
Alba Rueda
Subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación.
Es la presidenta de Mujeres Trans Argentina, militante y activista por los derechos de las personas trans y travestis, investigadora del departamento de Género y Comunicaciones de Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, integrante del Consejo Asesor del Observatorio de Género de la Justicia del Poder Judicial de CABA e integra el equipo del NotiTRANS, primer magazine trans del país.
Oriunda de Salta, vino con toda su familia a Buenos Aires a principios de los ´90 por razones económicas y familiares. Vivió en el Barrio de Belgrano y estudió la secundaria en el Normal 10. A los 17 años se fue de su casa, expulsada por las situaciones de discriminación y porque necesitaba asumir su identidad, salir definitivamente del clóset y su familia no la acompañaba.
Se llama Alba desde los 16 años. Comenzó a trabajar en un taller de cerámica artesanal, la dueña la dejó vivir ahí, mientras hacía el CBC para la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Allí atravesó numerosas discriminaciones por su identidad autopercibida. Su primer espacio de militancia fue el Hotel Gondolín, donde conoció a Lohana Berkins, a Diana Sacayán, a Marlene Wayar.
“Comencé a trabajar para que las compañeras travestis – trans terminen sus estudios. Por esos años querían que se les cayeran las causas judiciales y conseguir un pasaporte para irse del país. A la crisis del 2001 se sumaba la enorme criminalización que vivíamos. Caminabas por la calle y de los pelos te llevaban a la comisaría”, recuerda. Dice que aprendió mucho de todas sus compañeras del Gondolín, sobre todo “la afectividad trans”.
Alba se dedicó a armar proyectos y a buscar financiamiento en un momento en que la agenda estaba atravesada por la prevención del VIH. De esta manera “las propias travas eran las promotoras de salud, repartían preservativos y eso era la oportunidad para hablar, como decía Lohana, sobre la ciudadanía travesti”. Hace 14 años que es trabajadora estatal desde su ingreso en el año 2006 en el INADI como coordinadora del 0800.
Alba considera su designación en la cartera ministerial como “una oportunidad histórica, no solo a título personal, sino para todo un movimiento social y político que da un paso fundamental, el de poder pensar las políticas públicas y que compañeras trans y travestis podamos elaborar las respuestas que nosotras nos damos, pensándonos colectivamente, con nuestras agendas como el cupo laboral trans, la reparación histórica hacia las víctimas de tanta violencia institucional, es fundamental.”
El plan de trabajo que están diseñando está en diálogo con activistas, organizaciones sociales y no se centraliza en Buenos Aires. El objetivo es que sea un proyecto federal “para pensar los márgenes de quienes quedan excluidas a partir de la burocracia administrativa, estatal, jurídica, judicial. Esto es una clave ética y una búsqueda de políticas trans feministas, de lógicas que no están dadas en el Estado ni en la historia del Estado y es justamente la oportunidad de ver cómo estas herramientas que constituyen a las políticas públicas puedan transformarse, resignificarse y cambiar a lógicas mucho más decoloniales, más horizontales. Pensarnos en una sociedad en donde la diversidad no sea solo un término sino más bien constituya la riqueza de nuestras experiencias sociales. Cómo proteger esas diversidades es parte de nuestra misión.”
Daniela Castro
Directora provincial de políticas de género y diversidad sexual del Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad de la provincia de Buenos Aires.
Nacida en Ezeiza, provincia de Buenos Aires, tiene 44 años. En 2011 fue la primera persona trans en obtener su DNI en la provincia de Buenos Aires. Milita en el Frente Patria Grande, es dirigente del Movimiento Popular La Dignidad, fue candidata a concejala y a senadora bonaerense, y trabajó como directora en la secretaría de Derechos Humanos de Mar del Plata (2012-2015).
Su familia la acompañó en su transición desde que era muy chica. Esa contención fue fundamental para su “desarrollo psicológico principalmente y para la militancia después. Ha sido fundamental como eje de vida, no es la realidad que tenemos todas las compañeras travestis – trans que somos expulsadas de nuestros hogares a edades tempranas por nuestros propios padres y ahí arrancan nuestros tránsitos difíciles” remarcó.
Inició su militancia en la CTA en 2001: cobraba un programa social en ese momento y hacía la contraprestación en un ropero comunitario. Luego comenzó a trabajar como administrativa en el central, caminó el territorio y se involucró en la militancia sindical.
“Desde hace muchos años milito socialmente, por fuera de la diversidad, entendiendo que mi militancia, los reclamos que yo hacía sobre los derechos que estaban siendo vulnerados, se cruzaban. Mi situación no tenía diferencia con la de un pibe en un barrio estigmatizado por tener gorrita, o alguien que trabajaba en un comedor, o una compañera en situación de pobreza, en situación de calle. A partir de ahí entiendo que la militancia, la construcción y la lucha por los derechos atraviesa de forma social, más que por una cuestión de género. A partir de ahí comienzo a transitarlo desde ese lugar y ahí me convierto en una referente social más que en una activista de la diversidad”.
Daniela reconoce al sindicalismo como una las patas fundamentales en su formación política. Luego fueron los movimientos sociales. “Eso me permitió hoy en día sentarme a articular con los distintos sectores, llegar a buenos términos, poder gestionar, llevar la política pública al territorio, y que la política sea la herramienta para transformar las necesidades básicas de la gente”, afirma Castro.
Daniela se reconoce como una referente política dentro del colectivo social. “La política me lleva al lugar de gestión más allá de mis experiencias, de mi identidad de género, de mi compromiso indiscutible con la población a la cual represento”.
Uno de los ejes fundamentales que tendrá su gestión en el Ministerio bonaerense será la implementación real del cupo laboral trans, Ley Diana Sacayán, dentro de la PBA. “Va a estar bajo la órbita de mi dirección. Ya estamos con la recepción de currículums de compañeras y compañeros, lleva un armado previo, y va a tener un acompañamiento antes del ingreso al Estado y después del ingreso al Estado. Estamos armando programas que tienen que ver con la contención integral cuando lleguen a sus lugares de trabajo, es el principal desafío. Las estadísticas muestran que las mujeres travestis – trans no pasan los 35 años. Las que los pasamos somos sobrevivientes y tenemos las posibilidades de poder gestionar la política desde otro lugar, entender a través de nuestras vivencias muy duras y llevar a transformar esa realidad para que hoy esa juventud que va a transitar ese sendero tenga un camino mucho más allanado. La Ley de Identidad de Género, la Ley de Matrimonio Igualitario, hoy, la Ley Diana Sacayán, han sido logros indiscutibles de un colectivo y se transformaron en un logro social para poder mover esa rueda del cambio cultural que estábamos necesitando desde hacía muchos años. Estas leyes llegaron para discutir esos objetivos y fueron de la mano de la lucha de tantas compañeras que lamentablemente ya no están, llegaron para reparar esas épocas nefastas que nos han tocado vivir y también para que esa nuevas generaciones encuentren hoy, nuevas calidades, puedan vivir desde otro lugar, que no transiten las mismas etapas de discriminación que atravesamos nosotras ante la ausencia y vaciamiento del Estado. Indiscutiblemente hoy son tiempos mucho mejores y muy distintos a los que nos tocó atravesar a algunas de nosotras”.
Ivana Gutiérrez
Directora de Políticas para la Diversidad dentro de la Secretaría de Mujeres, Géneros y Equidad, Diversidad y DDHH del municipio de Morón, provincia de Buenos Aires.
Militante travesti, nacida en el barrio Carlos Gardel en Palomar hace 38 años. Su mamá ¨Piruni¨ fue una reconocida referente social que durante la crisis del 2001 y antes de la urbanización de la villa, abrió el comedor ¨Los Gardelitos¨. Allí Ivana comenzó su militancia territorial junto a la comunidad de vecinxs. Creció rodeada de 15 hermanxs de sangre y una hermana adoptiva. A los 14 años eligió el nombre Ivana. “Fui acompañada por mi familia, esto que en vez de ser un derecho y un deber para nosotras es un privilegio, y yo corrí con ese privilegio de poder tener una familia que me adoró y me acepto desde el primer momento” señala y recuerda a Diana Sacayán, Lohana Berkins y Claudia Pía Baudracco como compañeras en las cuales se referencia.
Forma parte de Nuevo Encuentro desde hace más de diez años, participa del espacio Géneros y Disidencias. Militó militar la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género. Integra Conurbanes por la diversidad y el Frente Abolicionista travesti – trans Argentina.
Fue candidata a concejal por el Frente de Todos en Morón en las elecciones de 2019 y luego fue convocada a la Dirección, destaca en el año 2007 que Municipio ya contaba con una ordenanza de respeto a las personas travestis y trans en las instituciones de salud.
Estudia Licenciatura en Trabajo Social, trabajó en la Defensoría del Público (2015-2019) como técnica administrativa en protección de derechos y asuntos jurídicos.
¨Es un desafío, es la primera vez que se crea una dirección destinada a una población totalmente vulnerable. Estamos arrancando de cero, con los informes, se está diseñando un operativo municipal, realizaremos un proceso de selección buscando los perfiles, articular trabajo con educación. Queremos que la población lgbt+ tenga un espacio en donde sentir el acompañamiento y desde ahí poder crear políticas públicas basadas en esta población. Lo primero es implementar la Ley de Cupo Laboral Trans en la provincia de Buenos Aires, principalmente en el Municipio de Morón, en articulación con las ordenanzas que llevamos adelante en el 2016 para que el municipio contrate a personas travestis – trans, y otra ordenanza que presentamos en el 2017 propone líneas de acción productiva también destinada a población travesti- trans en situación de prostitución, ninguna se implementó en el macrismo. La dirección abordará las niñeces trans, realizará acompañamiento a familiares del colectivo lgbt+, abordará las violencias que sufre el colectivo travesti – trans es uno de los más olvidados, la dirección va a articular con todas las áreas del Municipio. Mi iniciativa a ocupar esta dirección es mejorar la calidad de vida del colectivo travesti – trans y eso tiene que ver con la adquisición de derechos humanos, que accedan a la salud, a la educación y a un trabajo.”
Ornella Infante
Directora de políticas antidiscriminatorias del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI)
Nacida en Santiago del Estero capital hace 42 años, de familia campesina, se fue de su hogar a los 18 años. No continuó estudiando. En sus palabras: Nno soy ninguna excepción en las discriminaciones, condenas y calabozos. Todo formó parte de las razones”. En el año 2012 se sumó al Movimiento Evita junto a otrxs compañerxs que integraban la Mesa Nacional por la Igualdad y conforman el Frente por la Igualdad dentro del movimiento.
Una tarde santiagueña, allá por el 2000, conoció a Claudia Pía Baudracco en casa de la activista Luisa Paz. Luego del 2001 migró a Neuquén, se reencontró con Claudia Pía y se sumó al armado nacional de ATTTA, la Asociación de travestis, transexuales y transgénero de Argentinas. Sus compañeras, junto a Marcela Romero, ya estaban en eso. Tomó la coordinación primero de la provincia de Neuquén y luego de Río Negro. Después del 2001 entró a la Federación Argentina LGBT, de la que ATTTA era parte.
Luego de la sanción de la Ley de Identidad de Género se dedicó a la política partidaria. “Yo era una descreída de la política partidaria, porque el Estado Nacional Argentino solo había ideado políticas de represión y encarcelamiento para nosotras. Con la llegada de Néstor Kirchner, mediante un decreto se lanzó el Plan Nacional Contra la Discriminación (2005). Ah;i aprendí a leer lo que son voluntades políticas. En el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia), con María Rachid como presidenta, se realizó el Primer Foro de la Diversidad Sexual ”.
La militancia por la Ley de Identidad de Género la involucró cada vez más en las políticas contra la discriminación del Frente por la Igualdad. Hoy reconoce ese espacio como fundamental en su formación política: “Con las herramientas que me dio la organización pude dimensionar que no era sólo en ese microclima LGBT+ (donde había que trabajar) sino que había que transformar afuera para poder incluir todo lo que no estaba adentro. No creo en las personas sueltas, en las que no están en una organización, porque así no hay quién dé respuesta por sus acciones. Si hoy ocupo un lugar tiene que ver con las ideologías de las organizaciones en donde milito. Dejé mi vida de lado para estar de lleno en la militancia”, dice.
Como líneas de trabajo, Ornella se plantea que el INADI tiene que estar en todos los lugares, pero principalmente en las barriadas populares: “Donde aún no se dimensiona que la discriminación es una violencia. Tenemos que lograr una conciencia social amplia y desnaturalizar las violencias que genera la discriminación, que se termina llevando vidas. Van a volver los encuentros con las organizaciones sociales, con las asociaciones civiles, las fuerzas vivas, los movimientos sociales porque en conjunto vamos a delinear las políticas y las leyes contra la discriminación. Desde el INADI tenemos la voluntad política de hacer transformaciones de fondo. No creemos en la política testimonial, no estamos para calentar sillas de escritorio, sino para que al pueblo le lleguen las herramientas necesarias para la transformación. Por eso es importante que las personas como yo o de cualquier sector, estén dentro del gobierno. No existen los iluminados de la política que vayan a crear una política pública con nosotras afuera. El Estado Nacional o el gobierno de turno deben tener las caras del pueblo. Estamos en un momento en la Argentina donde un presidente y una vicepresidenta van a pasar a la historia por permitirnos ser.”
Fuente Agencia Presentes
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