Artículo de Claude Besson[1] publicado en la web de la asociación Réflexion et Partage[2] (Francia) el 18 de febrero de 2017, traducido por Carola
En la Iglesia Católica francesa están en marcha iniciativas pastorales que miran hacia el futuro y abogan por una mejor integración de las personas homosexuales en la Iglesia. Cierto es que cuando uno piensa en la relación entre esta y las personas homosexuales, enseguida vienen a la mente la doctrina y el catequismo, se topa uno así con algunas expresiones que a menudo hieren y alejan a las personas homosexuales que intentan vivir su fe, de modo sereno, al interior de nuestras comunidades cristianas. Pero, más allá del catequismo y de la doctrina, va surgiendo una nueva actitud hacia las personas homosexuales y sus vidas, especialmente en la Iglesia Católica francesa, inspirada por algunas palabras fuertes del Papa Francisco.
Hace algunos años el Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francesa emitió dos documentos que atestiguan una apertura hacia las personas homosexuales: “La Iglesia reconoce un estatus particular a la relación de amor entre el hombre y la mujer, pero esto no significa que no reconozca algún valor a otras relaciones de amore…”. Más adelante, el documento profundiza sobre el valor de las relaciones afectívas estables: “Debemos considerar el deseo de empeñarse con fidelidad y afecto, de la donación sincera, del cuidar el uno/a del otro/a y de aquella solidaridad que desmiente la reducción de las relaciones homosexuales a simples enlaces eróticos”[3]; “La diversidad de las prácticas homosexuales, no nos debe impedir el tomar en serio las aspiraciones de quienes desean empeñarse en una relación estable”[4].
El segundo texo del Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, con fecha mayo de 2013, invita a continuar el diálogo y hace una afirmación importante, o sea que: “La homofobia, como cualquier forma de discriminación, es inaceptable. Es prioritaria, para las parroquias católicas, la acogida incondicional de cada persona. Cada persona, independientemente de su recorrido vital, es ante todo un hermano y una hermana en Cristo, un hijo y una hija de Dios. […] Cada persona tiene derecho a ser acogida y amada tal y como es, sin tener que esconder este o aquel aspecto de su personalidad”[5]. Estos textos me parecen importantes porqué solicitan una mejor integración de las personas homosexuales en la Iglesia y el rechazo de cualquier discriminación y de cualquier homofobia.
Esta nueva actitud se percibe hoy también en el Vaticano, mejor dicho por parte del Papa Francisco. Todos recuerdan su famosa frase: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla?”. Podríamos también subrayar el aliento que sostiene la exhortación Amoris Laetitia (La alegría del amor), emitida después del Sínodo sobre la Familia. Aunque numerosas personas homosexuales hayan quedado desilusionadas por el poco espacio que dedica a este tema, al leerla con atención esta exhortación habla de acogida incondicional, de pedagógia divina, de discernimiento y sobre todo de integración de cada persona en la Iglesia, sobre el ejemplo de Jesús, sea cual sea “su tendencia sexual”. El Papa reprocha cada “moral fría, de despacho, en tratar los temas más delicados y nos coloca más bien en el contexto de un discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, que se disponga siempre a comprender, a perdonar, a acompañar, a esperar y sobre todo a integrar” (Amoris Laetitia, n°312).
Esta nueva actitud permite en la actualidad a numerosas diócesis francesas proponer iniciativas muy concretas de integración para las personas homosexuales y sus familias. El objetívo de estas iniciativas no es tanto el poner en marcha una pastoral reservada para favorecer la acogida de las personas homosexuales (sería una forma de estigmatización positiva), sino más bien reconocer y dar valor a las vivencias de cada uno y cada una “para qué estas personas puedan vivir una vida cristiana ordinaria y comprometida, para ocupar su lugar en la Iglesia como cada persona bautizada”[6]. Casi treinta diócesis francesas se han puesto en camino. Algún ejemplo contará estos significativos progresos.
Personas enviadas en misión y creación de equipos diocesanos
Varios sacerdotes, diáconos y laicos han sido enviados en misión por sus obispos con el encargo de crear unos equipos que puedan “ser signo de acogida incondicional y amorosa por parte de la Iglesia en nombre de Cristo, para qué el Evangelio ilumine cada persona”[7] homosexual. Los equipos tienen misiones diferentes según las características específicas de las diócesis. Sé que hay algunos en las diócesis de Aix-en-Provence, Angoulême, Bordeaux, Créteil, Évry, La Roquelle, Lille, Limoges, Lione, Nanterre, Nantes, Nizza, Orléans, Poitiers, St Etienne, Séez, Tours y Troyes. Es un listado ciertamente no definitivo. Por lo que se refiere a sus misiones específicas, no pudiendo describirlas por falta de espacio, citaré la misión del equipo di Nantes, no como ejemplo sino más bien como posibilidad:
– Ofrecer a las personas homosexuales y a sus seres queridos un espacio cristiano donde hablar y compartir;
– Ayudar a las personas homosexuales a rercorrer un camino de fe para que encuentren su sitio en la comunidad cristiana;
– Ayudar a las comunidades cristianas a acoger a las personas homosexuales como hermanos y hermanas en Cristo.
El equipo diocesano podrá asimismo evaluar si:
– Profundizar en la reflexión cristiana sobre la homosexualidad y producir una documentación de valor;
– Dar soporte a los responsables de la Pastoral sobre temas particulares o generales.
En general podemos decir que estos equipos constituyen lugares de acogida y de escucha, grupos en los cuales se puede hablar y que se hacen visibles a través de folletos con los datos de contacto (teléfono, email y nombre de la persona de contacto) – estos folletos son enviados de norma a las parroquias -. Algunos equipos son prolongaciones de la Pastoral de las Familias de las respectivas diócesis o están conectadas a ella. Sono constituidas por sacerdotes, delegados de la pastoral, por padres con hijos e hijas lgbt, por personas homosexuales y heterosexuales, por psicólogos, teólogos, etc.
Los equipos diocesanos están al origen de propuestas pastorales diferenciadas:
Hay grupos de discusión para personas homosexuales y sus padres, por ejemplo en Angoulême, Grenoble, Orléans y Poitiers. “Estos grupos son muy importantes para compartir, para comunicar, para discutir libremente y para apoyarse mutuamente”, me dice una madre de familia.
Encontramos al Camino a Emaús en Nanterre, Créteil, Orléans y Nantes. Se trata de peregrinaciones espirituales de un día de duración, abiertos a todas y a todos y en especial a las personas directamente o indirectamente interesadas al tema de la homosexualidad y tiene nel fin de favorecer il diálogo. Caminar juntos favorece un encuentro profundo con el otro en un ambiente reconfortante y sereno. Los Caminos a Emaús reunen a personas con edades y recorridos vitales diferentes: homosexuales, padres con hijas e hijos homosexuales, ex cónyuges con un marido o una mujer que han descubierto o aceptado su propia homosexualidad después del matrimonio, personas lejanas a esta realidad pero que quieren entenderla mejor. Participé en varios Caminos a Emaús, en varias diócesis, y os puedo asegurar que hacen que caigan muchos prejuicios sobre la homosexualidad.
Ciclos de formación: realizados por primera vez en la diócesis de Poitiers, que organizó tres de ellos en distintos sectores (en 2014, 2015 y 2016), los Jueves de la diferencia se están difundiendo en otras diócesis (Orléans en 2016, Angoulême y Nantes a partir del 2017). El objetivo es estimular las comunidades cristianas a la acogida de las personas homosexuales. Los ciclos de formación se articulan en cuatro encuentros alrededor del mismo tema (con algunas diferenciaa según el lugar):
1- Una película, Le ciel sur la tête (El cielo sobre la cabeza), que sirve para contar el shock de los padres cuando un hijo les comunica su homosexualidad. Una peli muy interesante, en la que muchos padres se ven reflejados;
2- Un encuentro de testimonios e intercambio de opiniones sobre la peli;
3- Una conferencia sobre el tema “Iglesia y homosexualidad”;
4- Un encuentro pastoral para caminar juntos.
Lugares de acogida: la Acogida de Marta e María en la diócesis de Lille, propone encuentros alrededor de una buena comida, momentos de oración, conferencias… La Casa de las Familias de la diócesis de Nanterre en Boulogne-Billancourt propone el grupo de discusión “Se hace camino al andar”, acoger la homosexualidad y, recién hospedó una jornada de reflexión sobre Homosexualidad: hablemos, en la que participaron 120 personas a las conferencias y a las veinte mesas redondas propuestas por la tarde.
Propuestas varias
En al menos treinta diócesis francesas se han organizado varias conferencias para comprender mejor cómo viven las personas homosexuales y sus familias y para ayudar a las comunidades cristianas a acogerlas e integrarlas, como sugiere el Papa “en el sentido, muy fuerte, de un empeño concreto y fiel en la vida de cada día”[8];
En numerosas diócesis se han dado encuentros de testimonios, sobre todo con padres de hijas e hijos homosexuales. En Chaillé-les-Marais, en la diócesis de Luçon, tiene lugar la Jornada anual del Compartir. Mientras que en Tours, Créteil o Rouen han habido encuentros con sacerdotes y vicarios episcopales para discutir del tema.
Se han realizado líneas – guía que se han enviado a todos los responsables de la pastoral diocesana, como en Lión o en St. Etienne, para sensibilizarles y ayudarles sobre estas cuestiones concretas.
Todas estas son iniciativas diocesanas; habría ciertamente que añadirle todas las propuestas de acogida, de reflexión, y también las conferencias, los retiros, los momentos de oración propuestos por asociaciones de personas cristianas homosexuales como David et Jonathan, Devenir un en Christ, la Communion Béthanie y también por la asociación Réflexion et Partage.
Además, numerosos equipos diocesanos están empezando a compartir con otros, en encuentros comunes, las reflexiones y las experiencias maduradas. En Angoulême, desde hace dos o tres años, se dan cita cuatro veces al año unos delegados de doce diócesis. Hay todavía mucho camino por recorrer en la Iglesia Católica, como afirma el Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés: “Aún se puede hacer mucho para acoger mejor y acompañar a las personas homosexuales y sus familias”[9], pero estas numerosas iniciativas pastorales contribuyen ciertamente a que cambie la actitud hacia las personas homosexuales y sus vidas.
Como escribe Laurent Lemoine, sin llegar a cambiar las palabras de la doctrina, las diócesis y las parroquias católicas hoy en día pueden “recomendar gestos, actitudes y comportamientos precisos que busquen concretamente una mejor acogida”[10]; “Este es por cierto el enfoque pastoral mejor, porqué las personas homosexuales aman, piensan, sufren, trabajan como todas, y considerarlas personas compulsivas y transgresoras es algo terriblemente injusto”[11].
Por eso soy optimista, aunque mucho queda por hacer sobre este tema. El camino puede parecer todavía largo y para alguien también dificil, pero tiene la ventaja de ser un camino que alimenta nuestra esperanza y guía nuestro compromiso cristiano.
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[1] Claude Besson es encargado de la pastoral escolar en Réseau La Salle (Francia). Ha impulsado varios debates en parroquias y diócesis católicas francesas sobre el tema de la “acogida de las personas homosexuales en la Iglesia Católica” y coordena el grupo Réflexion et Partage de Nantes. Es autor del libro “Homosexuels Catholiques – Sortir de l’Impasse”, Éditions de l’Atelier, 2012.
[2] Réflexion et Partage (Francia) es una asociación de personas cristianas homosexuales y heterosexuales (hombres y mujeres) que quiere contribuir a la reflexión de las comunidades cristianas para ayudarlas a acoger a las personas homosexuales.
[3] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Élargir le mariage aux personnes de même sexe? Ouvrons le débat!, septiembre de 2012, pagg.4 e 6.
[4] Idem, pag.6
[5] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Poursuivons le dialogue, mayo de 2013, pag.5.
[6] Cita del padre Denis Trinez publicada en la revista católica La Croix del 19 de marzo de 2014, pag.17.
[7] Diócesis de Nantes, S’accueillir, dépliant del equipo pastoral diocesano.
[8] Laurent Lemoine, Homosexualité, l’Eglise doit évoluer, revista Católica Témoignage Chrétien, n°3697, septiembre de 2016, pag.78
[9] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Poursuivons le dialogue, mayo de 2013, pag.5.
[10] Laurent Lemoine, op. cit, pag.80
[11] Ibidem, pag.81
Texto original: Des initiatives pastorales porteuses d’avenir
Fuente Proyectto Gionata
Espiritualidad, Iglesia Católica
Acogida, Conferencia Episcopal francesa, Francia, Homosexualidad, Iglesia Católica
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