Comentarios desactivados en La confesión de un cura del Próvolo: “Abusábamos de los niños sordos, éramos al menos diez”
Sencillamente NAUSEABUNDO:
Un periodista graba con cámara oculta el aberrante relato del padre Eligio Piccoli
Al ser descubiertos, los depredadores eran enviados a Argentina, donde se dieron más abusos
(J. Bastante).- “Abusábamos de los niños sordos. Éramos al menos diez“. El escalofriante testimonio de un sacerdote, grabado con cámara oculta, pone al descubierto los aberrantes abusos acaecidos en el Instituto Próvolo de Verona.
Un periodista, Sacha Biazzo de la web Fanpage logró infiltrarse en el hospital donde está internado el padre Eligio Piccoli y, haciéndose pasar por un ex alumno del instituto, consiguió que el religioso le diera escabrosos detalles de cómo eran los abusos a los que él y otros curas sometían a los internos. Las pruebas reforzaron las denuncias de las víctimas en la causa que investiga la justicia italiana y podrían tener repercusiones en los casos de Argentina.
La entrevista fue realizada en la localidad de Negrar, cerca de Verona, en un edificio que alberga entre otros sacerdotes al ex cura del Próvolo, Eligio Piccoli, uno de los 24 acusados en la causa que investiga 67 abusos sexuales a menores de edad dentro de la institución religiosa, entre las décadas de 1960 y 1980.
El diálogo entre ambos revela, con toda crudeza, la realidad de los abusos, y la “solución” que se buscaba cuando eran descubiertos: su traslado a Argentina, en cuyo instituto también se dieron casos de pederastia, que están siendo investigados por las autoridades. “Había que elegir, ‘a tu casa’ o ‘a América'”, explica en el video.
En el caso del Próvolo mendocino, además de Corradi, están detenidos el sacerdote Horacio Corbacho, el monaguillo, Jorge Bordón, dos empleados administrativos, José Luis Ojeda y Armando Gómez, y la recientemente implicada monja Kumiko Kosaka.
Ésta es la conversación grabada con cámara oculta:
-¿Era una cosa común, frecuente?
-En esa época sí. -¿Es decir que lo hacían un poco todos los curas?
-Un poco todos, sí sí. -¿También sexo?
-Sí sí. -¿Sexo?
-Sí sí. -¿Y los sacerdotes, cuando se sabía, eran retirados?
-Eliminados. -¿Cuando se descubrían los abusos?
-Estaba Don Turati por ejemplo, que hizo esas cosas, y luego “a América”. -¿Eran enviados cuando se descubría que habían realizado abusos a los niños?
-Sí, a Argentina, a Argentina.
Comentarios desactivados en Detenida una monja por haber facilitado y consentido los abusos en el Instituto Próvolo
Nauseabundo… ¿Quién era responsable de la Iglesia argentina en esa época? ¿Quién era el Papa cuando el cura abusador fue trasladado a Argentina?…
Kosaka Kumiko habría seleccionado las víctimas de los pederastas
Kumiko también golpeaba a los alumnos, los estudiaba para “entregar” a los más débiles a sus victimarios y los corrompía con prácticas como la visualización de pornografía
La religiosa lo niega todo y dice que “estaba allí para hacer el bien”
(C.D./Ap).- “Comisión por omisión del abuso sexual con acceso carnal”. Este es el cargo principal al que se enfrenta la monja de origen japonés Kosaka Kumiko, quien ha sido detenida en el marco de las investigaciones de las violaciones perpetradas contra niños sordos e hipoacúsicos en el Instituto Antonio Próvolo de la provincia argentina de Mendoza.
Kumiko, de 42 años, quedó detenida en la Penitenciaría de Agua de las Avispas en la ciudad de Mendoza, situada a unos a 1.190 kilómetros al oeste de Buenos Aires.
Durante una declaración de ocho horas la religiosa, vestida con un hábito gris y esposada, se desvinculó de las supuestas violaciones ocurridas en el Instituto dela localidad mendocina de Luján de Cuyo. Por esos hechos están detenidos e imputados dos sacerdotes -uno de los cuales fue denunciado por los mismos delitos en Italia- y tres exempleados laicos del centro.
“Negó todo y en un momento dijo que ella estaba allí para hacer el bien”, dijo el viernes a The Associated Press Martín Ahumada, portavoz del fiscal general de la provincia de Mendoza.
La religiosa, que tenía como misión guiar espiritualmente a los niños sordos, fue acusada por una exalumna de haber ocultado la hemorragia que sufrió cuando supuestamente fue violada de niña por el sacerdote Horacio Corbacho, uno de los detenidos con prisión preventiva desde fines de 2016.
La joven denunció que la monja le puso un pañal para disimular el sangrado que le había provocado la violación.
La acusación completa contra Kumiko, quien se entregó esta semana tras permanecer prófuga durante un mes, es “comisión por omisión de abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser el autor encargado de la guarda y por ser cometido contra un menor”, indicó Ahumada.
Según las denuncias Kumiko -que posee nacionalidad argentina- también golpeaba a los alumnos, los estudiaba para “entregar” a los más débiles a sus victimarios y los corrompía con prácticas como la visualización de pornografía. La monja vivió en el Próvolo entre 2004 y 2012 y tomó los hábitos en la Congregación de Hijas de María Santísima del Huerto.
En una serie de entrevistas a testigos protegidos hechas por AP en Mendoza, varias jóvenes señalaron que Kumiko era muy unida a Corradi y que encubría los abusos que ocurrían en el instituto.
De ser hallada culpable en un juicio ella y el resto de los acusados podrían recibir entre 10 y 50 años de cárcel.
El escándalo en el colegio para sordos se destapó en 2016 cuando una de las supuestas víctimas se animó a denunciar los presuntos abusos sufridos cuando era una niña. A partir de ese momento se sucedió una catarata de denuncias de al menos 20 presuntas víctimas y testimonios de unos 100 testigos en contra de Corbacho, de 55 años, del sacerdote italiano Nicola Corradi, de 82, y los exempleados José Luis Ojeda, Jorge Bordón y Armando Gómez.
Nicola Corradi
Los acusados han negado los cargos y todos están confinados en un penal menos Corradi, que goza de prisión domiciliaria por su avanzada edad y problemas de salud.
El nombre de Corradi apareció públicamente en 2009 cuando decenas de sordos italianos del Instituto Antonio Próvolo de Verona dijeron haber sido abusados en dicho centro por 24 curas, laicos y hermanos religiosos desde la década de 1950. La lista de abusadores fue publicada en internet y especificaba que el sacerdote italiano estaba en Argentina.
En 2012 la diócesis de Verona sancionó a cuatro de los 24 acusados, entre los que no estaba Corradi. En ningún caso hubo un proceso penal porque el delito había prescrito.
El nombre del cura volvió a aparecer en una carta dirigida al Papa Francisco en octubre de 2014 en la que las víctimas italianas le hacían notar que Corradi estaba en Argentina desde los años ochenta junto a otros tres sacerdotes presuntamente abusadores.
Pero el sacerdote permaneció dirigiendo el instituto para sordos en Mendoza hasta que a fines de 2016 el centro fue cerrado por las denuncias. Una comisión investigadora del Vaticano integrada por sacerdotes argentinos estuvo recientemente en Mendoza para informarse sobre las denuncias contra los curas detenidos.
Joan ingresó el pasado martes por la tarde en el Centro Penitenciario Lledoners, a 70 kilómetros de Barcelona, donde tendrá que cumplir una pena de tres años después de haber agotado todas las vías posibles para evitarla. A principios de febrero el Gobierno le denegó la petición de indulto parcial (se mantenía la pena pero no tenía que entrar en prisión), petición que no fue de indulto total porque para ello Joan tenía que reconocer estar arrepentido del delito y él siempre ha mantenido su inocencia.
El caso de Joan es bastante esperpéntico y no se comprende que la justicia española pueda enviar a la cárcel a alguien teniendo como única prueba el testimonio de la víctima; algo que, sinceramente da bastante miedo. Como se explica en la petición en Change.org que se creó para exigir que el Tribunal Constitucional valorara detenidamente la sentencia, el 19 de noviembre de 2012 una chica sufrió una agresión sexual en el portal de su casa a manos de un chico que llegó en motó, forcejeó con ella, le realizó tocamientos por encima de la ropa y luego huyó en esa misma moto.
Días más tarde la chica reconoció a su agresor como cliente del supermercado en el que ella trabajaba. El chico al que reconoció fue Joan. Por parte de la acusación las únicas pruebas que se pudieron aportar fueron el testimonio de la víctima y el de un compañero de trabajo que corroboró, únicamente, que Joan era cliente habitual del supermercado. La descripción que la chica realizó de su agresor, además, no sólo no se correspondía con la fisonomía de Joan sino que además aseguraba que el agresor llegó en moto (Joan ni tiene ni sabe conducir una moto), llevaba un casco blanco (Joan no tiene un casco blanco) y cazadora de cuero negra (que tampoco la tiene).
Pero lo más sorprendente es que la defensa de Joan pudo demostrar, con testimonios jurados de su hermana y el novio de ésta, que en el momento de los hechos Joan estaba cenando en casa con ellos. Además aportaron el registro de aparcamiento de una bicicleta municipal cerca de su casa antes de que sucediera la agresión y también se le hizo llegar al juez el registro de una conversación que Joan mantuvo poco después con su novio a través de Facebook con la que demostraban no sólo que Joan no podía estar en dos sitios al mismo tiempo sino que, además, es homosexual.
El juez desestimó todas las pruebas de la defensa y, basándose únicamente en el testimonio de la víctima de la agresión, condenó a Joan a tres años de prisión y le impuso una orden de alejamiento que le obligó a tener que abandonar su casa y su barrio.
Hay que recordar, por cierto, que en la primera sentencia el juez no sólo dijo que le daba igual que Joan hubiera demostrado que no tenía una moto porque “podría haberla tomado prestada” (como señalaron Mafia Rosa en un artículo hace unos meses, el caso de Joan está lleno de “podrías”); sino que además no dudó en mostrar una homofobia galopante al asegurar que la orientación sexual de Joan era irrelevante y pudo perfectamente haber sentido el impulso de abusar de una mujer porque “En el ámbito de las tendencias sexuales las posibilidades son múltiples“. Es decir, como dijo el propio Joan: “cuando eres heterosexual no hay ninguna duda, pero cuando eres homosexual lo tienes que demostrar“.
Lo peor de este caso es que, basándonos en la débil sentencia emitida por el juez, en este caso hay dos víctimas: la agredida, que no sólo fue asaltada y sufrió el intento de violación sino que además no ha recibido justicia porque el sistema judicial no ha hecho bien su trabajo; y Joan, que sin comerlo ni beberlo se ha visto metido en este despropósito. Y no olvidemos que, si Joan es inocente (y, sinceramente, todo apunta a que lo es) el verdadero culpable sigue en libertad y probablemente repitiendo el delito. Cierto es que el caso de Joan ha pasado por varios tribunales y eso podría hacer pensar que hay una parte de la historia que los jueces conocen y nosotros no; pero no podemos descartar que las revisiones que se hayan hecho del caso haya sido superficiales y no se haya ido al detalle para no perjudicar al juez que, con estos datos en la mano, no ha emitido una sentencia justa.
Está claro que en este caso Joan no fue inocente hasta que se demostrara lo contrario, porque a pesar de haber podido acreditar su inocencia el juez decidió que era culpable a pesar de todo.
Comentarios desactivados en Un sacristán de Cieza, procesado por abusos sexuales a tres monaguillos
El juez solicita para él una fianza de 9.000 euros o el embargo de sus bienes
“Al obispo sólo les importa la imagen, no el dolor de las víctimas”, dice uno de los abusados
(José M. Vidal).- “Por todo ello se manda que D. F.J.R.P preste fianza en cantidad de 9.000 euros con la finalidad de asegurar el resarcimiento de las víctimas”. El auto del juez de la audiencia de Murcia, al que ha tenido acceso RD, no deja lugar a dudas y declara “procesado” al sacristán de la basílica de la Asunción de Cieza por “serios y continuados abusos y agresiones sexuales” sobre tres monaguillos de la parroquia.
Según detalla Ignacio, una de las víctimas, éstos son algunos de los abusos sexuales que sufrió: “Tocamientos, masturbaciones, eyaculaciones en el cuerpo, rozamientos desnudos, fotografías desnudas, etc, todo ello con el empleo de la fuerza por parte del sacristán”. A cambio, les daba “regalos y dinero” o les ofrecía “puestos de relevancia en el altar e invitaciones a su casa de la playa”.
En la parte dispositiva, el auto declara “procesado en la presente causa a D. F.J.R.P. y decreta “el embargo de bienes del citado procesado en cantidad suficiente para cubrir la citada suma si no prestara dicha fianza“. Por otra parte, el juez habla de los altos “índices de criminalidad”, que quedan patentes en la instrucción de la causa y cita al sacristán a una “declaración indagatoria para el día 17 de mayo de 2017 a las 10.00 horas”.
Ignacio (nombre supuesto), el monaguillo que inició el proceso contra el sacristán hace dos años y que todavía continúa con terapia psicológica, se muestra satisfecho de la evolución del caso. Él fue el primero en denunciar el caso canónicamente, pero “el obispado me trató fatal, el obispo me engañó y me fue dando largas, de tal forma que, cuando quise denunciar por lo civil, ya había prescrito”.
“Profundamente dolido” por la actitud de monseñor Lorca Planes, obispo de Cartagena-Murcia, Ignacio pensó que la institución a la que querñía y de la que formaba parte “sólo intentaba tapar el caso y alargarlo en el tiempo, para que prescribiese y para que no pudiese denunciarlo y, así, evitar el escándalo público. Al obispo sólo les importa la imagen, no el dolor de las víctimas”.
El caso sólo pudo seguir adelante, porque a la denuncia canónica inicial se sumaron otras dos civiles de otros dos monaguillos contra el mismo sacristán de Nuestra Señora de la Asuncion. E Ignacio pudo sumarse a dichas querellas como testigo principal.
“Por ahora, esto pinta bien. Estoy esperanzado y se nos abre el horizonte. Sólo espero que la Justicia lo condene, nos dé la razón y deje claro que no mentimos y que lo denunciamos para defender a muchos niños que estaban cerca del sacristán. Necesitamos ese reconocimiento público”, explica Ignacio.
Cuando RD destapó en exclusiva el caso, hace dos años, mantuvimos en secreto el nombre de la víctima, pero, como dice Ignacio, “en un pueblo como el nuestro todos nos conocemos y, de hecho, la gente cercana a la parroquia, al sacristán y al cura de entonces, se meten conmigo por la calle y me dicen de todo“.
Y algo parecido les pasa a los otros dos “monaguillos” denunciantes, que “sufren represalias por parte del círculo eclesiástico del pueblo”. De hecho, Ignacio cuenta que uno de los denunciantes, que trabaja de camarero en un restaurante del pueblo, vio que entraban el sacristán y el entonces cura del pueblo. “Se puso a temblar, con ataques de ansiedad y le dijo al jefe que no podía servir aquella mesa, pero el jefe lo obligó a hacerlo. Y tuvo que servirles y aguantar, encima, sus saludos y recochineos. ‘¿Qué tal fulanito? ¿Cómo te va la vida?’, le preguntaban entre risas”.
A estas alturas, en el pueblo también se conoce la identidad tanto del acusado como del párroco de entonces. El sacristán, que responde a las iniciales F.J.R.P., entonces un empleado contratado por la basílica, y, según relata la denuncia, “era el verdadero administrador de la parroquia, ya que él manejaba la economía de la misma, disponía de los cepillos y dirigía los grupos de laicos”. Mientras tanto, el párroco en aquella época, A.M.C., “sólo participaba en los actos litúrgicos, dejando todo el movimiento de la parroquia en manos del sacristán”. Protegido por el párroco y dueño de los dineros, el sacristán no sólo abusaba de Ignacio, sino de otros niños.
El obispo Juan Manuel Lorca Planes
Dos de ellos e Ignacio son los que ahora lo sientan en el banquillo, tras dos años de sufrimiento. “El proceso fue muy largo y duro, tanto en la instrucción como a la hora de contárselo a nuestras familias”, dice. Ahora, las tres familias están “unidas como una piña en esta batalla“. Los monaguillos denunciantes cuentan también con el apoyo de algunos sacerdotes y de muchos chavales de la parroquia de los mismos grupos juveniles a los que también ellos pertenecieron.
Tras apartarse de la Iglesia en un primer momento, Ignacio ha vuelto a participar en los sacramentos, pero en otra parroquia, y sigue teniendo padre espiritual. “La fe es lo que me salva y lo que me mantiene. He aprendido por experiencia que la fe radica en Jesús, no en los obispos, curas o sacristanes y que, en cualquier institución, puede haber manzanas podridas”.
Los otros dos chavales no pudieron aguantar dentro de la Iglesia que no sólo los había herido, sino que, además, los había abandonado y acusado de “mentir y de denunciar por dinero“, y dejaron la práctica religiosa. Y eso que uno de los monaguillos denunciantes y su familia pertenecían al Camino Neocatecumenal.
“Entiendo que es muy difícil seguir en la Iglesia, después de todo lo que nos ha pasado. Yo, porque tuve la suerte de contar con mi familia y con la ayuda de mi terapeuta y de mi padre espiritual. Y quizás también porque, en mi lucha intraeclesial, me encontré con clérigos que me dieron la espalda, pero también con otros que me aconsejaron, me ayudaron y hasta dieron la cara por mí”.
Ignacio, que escribió cartas al dicasterio romano de Doctrina de la Fe, asi como a la Nunciatura española, agradece, sobre todo, el apoyo del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. “Monseñor Munilla es amigo de mi terapeuta e, informado del caso, llamó por teléfono a monseñor Lorca Planes y le pidió que diese la cara por mí y que me ayudase”.
A raíz de esa llamada, el obispo de Murcia citó a Ignacio, a su terapeuta y a otro sacerdote. “Se mostró absolutamente compungido por el caso, dijo que estaba sufriendo y que iba a tomar medidas inmediatamente, pero pasó el tiempo, se olvidó de mí y lo único que hizo fue remover al párroco con la escusa de su jubilación y con todos los honores”.
Comentarios desactivados en El pastor que se reía de las personas trans, a la cárcel por abuso sexual de menores
En agosto del año pasado conocíamos las acusaciones en su contra, y ahora es condenado en firme:
Kenneth Adkins, que se puso pelucas para reírse de las personas trans y proteger las leyes de los lavabos, es declarado culpable por abusar de dos menores en su parroquia.
El pastor celebró la matanza de Orlando y dijo que los gays éramos demonios que merecíamos morir.
Kenneth Adkins, el controvertido pastor de la zona del sur de Georgia, tanto por su activismo contra el colectivo LGTB como por ser asesor político en Jacksonville (Florida), se entregaba a las autoridades en la mañana del viernes, 26 de agosto, tras ser imputado con cargos de abuso infantil con agravantes y un cargo de abuso a un menor de 16 años de edad, quien habría formado parte de su congregación y del que habría sido su mentor.
Quizá lo más desagradable de su trayectoria LGTBfoba fue el mensaje que publico en Twitter tras la matanza homófoba de Orlando, en el que aseguraba que después de tratar a los homosexuales de Jacksonville no veía a estos como víctimas, sino como personas que “tienen lo que se merecen”. Esclavo de sus acciones y sus palabras, a sus 56 años de edad y pastor de tres congregaciones, una de ellas en Atlanta (Georgia), Atkins ha levantado ampollas en la comunidad LGTB tanto por ser un fervoroso partidario de la ley HB2, sobre la restricción del uso de los cuartos de baños a personas transexuales de Carolina del Norte, como por sus declaraciones al respecto de la matanza del club Pulse, en Orlando, de las que dijo en Twitter que «hemos pasado por tanto con esos homosexuales de Jacksonvillle que no veo a ninguno de ellos como víctimas. Los veo recibiendo lo que se merecen».
Posteriormente, tras el revuelo organizado y después de ser acusado de incitar al odio, aseguró que al escribir su texto estaba pensando en el “grupo de Jacksonville que ha convertido mi vida en un infierno“, en referencia al supuesto acoso al que le habría sometido los activistas LGTB por su actuación en Jacksonville… Explicaría que su tuit no iba dirigido a las víctimas de Orlando, sino al colectivo LGTB de Jacksonville en cuanto estaban tratando de conseguir la aprobación de una ordenanza en favor de los derechos humanos en su ayuntamiento. En cualquier caso, en otras ocasiones sí se habría referido despectivamente a las víctimas de Omar Mateen cuando publicaba «Queridos gays, id a sentaros en alguna parte. Sé que todos queréis una atención especial; todos sois unos pecadores que necesitáis a Jesús. Este fue un ataque contra América». Actualmente su cuenta de Twitter es restringida.
Adkins ejerce como pastor de una iglesia con ramificaciones en Atlanta, Brunswick y Jacksonville (las dos primeras ciudades en Georgia, la tercera en Florida) y su actividad político-religiosa se mueve a caballo entre ambos estados. Él fue, por ejemplo, una de las personas que en su momento más virulentamente se opuso a que Jacksonville ampliase su normativa antidiscriminatoria a las personas LGTB. Intervino como panelista en uno de los foros comunitarios que tuvieron lugar en diciembre pasado, y uno de los argumentos a los que recurrió fue, cómo no, al “pánico transexual en los baños”, tan de moda entre los opuestos a los derechos LGTB En Estados Unidos: según Adkins, la extensión de la norma antidiscriminatoria facilitaría a los “predadores sexuales” acceder a víctimas en los baños públicos.
Adkins, de hecho, no dudó en promover una activa campaña en redes sociales contra el concejal Tommy Hazouri, promotor de la iniciativa, del que llegó a publicar un montaje fotográfico presentándolo como un actor porno gay. También llegó a amenazar con disfrazarse de mujer y hacer uso de baños públicos femeninos como un acto de “protesta”. Las estratagemas de Adkins y otros contrarios a la igualdad tuvieron éxito, por cierto: la propuesta de ampliar a las personas LGTB la normativa antidiscriminatoria de Jacksonville fue retirada en febrero.
Kenneth Adkins se puso pelucas para cargar contra las leyes que protegen al colectivo trans y dijo que gracias a ellas cualquier hombre con peluca se iba a poder meter en los baños de las mujeres y las niñas para acosarlas. Las fotos no tenían ninguna gracia y la afirmación de que las mujeres trans abusan sexualmente de otras mujeres es meridianamente falsa, pero fíjate lo que es la vida que mientras Adkins estaba “denunciando” eso se dedicaba a abusar de dos adolescentes (chico y chica) que participaban en varios programas de su parroquia.
Adkins fue detenido hace unos meses por la policía de Brunswick después de una larga investigación que comenzó con las sospechas de que el pastor utilizaba los programas sociales que él mismo monitorizaba para abusar de menores. La detención de Adkins, por cierto, ocurrió poco después de que publicara un tweet diciendo que las 49 víctimas del atentado homófobo de Orlando no le daban ninguna pena porque “No les veo como víctimas. Les veo como gente que ha recibido su merecido.”
La investigación que involucra al polémico pastor con el abuso de menores comienza el 12 de agosto, cuando Jackie Johnson, fiscal del distrito de Brunswick, solicita ayuda a la Oficina de Investigación de Georgia, cuyas indagaciones continúan centrándose en varios escenarios, incluyendo una de las iglesias de Adkins, un vehículo y el domicilio de una de las víctimas. Los hechos se remontan al año 2010, según confirma Kevin Gough, abogado de Adkins, quien contactó con la oficina del sheriff del condado de Glynn para informar de que su defendido había decidido responder voluntariamente a la orden de detención.
No es la primera vez que Adkins tiene problemas con la ley, en 2010 fue arrestado en el condado de Duvall en relación a un cheque sin fondos o falsificado, como lo había sido anteriormente por delitos similares algunos años antes. Se convertiría en ferviente defensor de la rehabilitación de exconvictos, a los que ayudaría a reconstruir sus vidas, tras pasar él mismo 10 meses en la cárcel por cargos relacionados con las drogas, como consecuencia de una seria adicción a la cocaína.
«No sé nada más sobre las acusaciones que lo que se ha informado en las noticias, pero me pone enfermo. Si se descubre que ha hecho aquello por lo que se le acusa, merece el castigo máximo que la ley permita», declaraba indignado Lenny curry, alcalde de Jacksonville. En su excéntrico periplo, Adkins ha tenido tiempo de hacerse con los mismo aliados que enemigos, caracterizándose por sus airadas respuestas, como cuando llamó “idiota” y “esclavo fugitivo” a un miembro de la Junta Escolar del condado de Glynn, además de haber llamado “acosador de niños” a un rival de campaña en reiteradas ocasiones.
La esposa del pastor niega las acusaciones y estaba convencida de que su marido sería declarado inocente. Su abogado había llegado a insinuar incluso que Adkins es víctima de una persecución de carácter político. Se trata de un joven que según Charlotte Adkins, la esposa del pastor, “formó parte de nuestro ministerio con adolescentes”. “Ken y yo lo tratamos como familia, al igual que nuestra iglesia. “Estamos decepcionados con lo que parece un juicio apresurado por las autoridades policiales en este caso (…). Estamos seguros de que Kenneth Adkins será declarado inocente”, declara Charlotee Stormy Adkins, esposa del acusado, quien espera que tanto la fiscal del distrito como la Oficina de Investigación de Georgia se encarguen de “limpiar su buen nombre» después de haberlo mancillado en los medios de comunicación. Asimismo asegura que habían tratado al testigo que les acusa como si fuera de su familia, definiéndolo como «un joven profundamente perturbado… nuestros pensamientos y oraciones están con él, incluso ahora» ha declarado.
Y llega la sentencia:
MientrasAdkins estaba “denunciando” lo malos que son los transexuales, homosexuales… se dedicaba a abusar de dos adolescentes (chico y chica) que participaban en varios programas de su parroquia.
Según la sentencia, se ha probado que Adkins animaba al chico y a la chica a practicar sexo frente a él para que pudiera “juzgarlos“; y más adelante se sumaba él mismo al acto para enseñarles cómo lo tenían que hacer. Además Adkins envió varias fotos de su pene al chico.
Ahora que ha sido declarado culpable, Adkins (que es un antiguo politoxicómano que se “reinventó” al llegar a Jacksonville y abrir una empresa de relaciones públicas y abrazar a Dios) está a la espera de sentencia. No se sabe cuántos años le van a caer, pero se espera que sean unos cuantos años dado que las leyes de Jacksonville contemplan penas mínimas muy altas para este tipo de delitos.
Comentarios desactivados en La Audiencia de Granada absuelve al padre Román y condena a costas a “Daniel”
¿Alguien entiende esto?
El sacerdote, “tranquilo” y “satisfecho”, mientras las acusaciones se plantean recurso al Supremo
Roma reabrirá ahora el caso en su vertiente canónica, en la que hay implicados nueve religiosos
“No existe acreditación alguna de los hechos que son imputados al procesado, ni en lo esencial ni en lo accesorio o circunstancial”. Bajo esta premisa, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada despacha el ‘caso Romanones’ de supuestos abusos del sacerdote Román Martínez a un joven de su parroquia con la absolución del cura, en una larga sentencia dada a conocer este martes a las partes en el juicio, que en sus 80 folios niega credibilidad al denunciante ‘Daniel’ -nombre supuesto-, al que condena al pago de las costas procesales.
(Jesús Bastante).- La Audiencia Provincial de Granada acaba de absolver al padre Román, único acusado en el juicio del “caso Romanones”, considerada la mayor trama de pederastia eclesial de nuestro país. El tribunal, , presidido por el magistrado José María Requena, que está remitiendo la sentencia a los procuradores de las partes, ha condenado también a “Daniel” al pago de las costas del proceso.
El fallo llega después de que el fiscal Francisco Hernández variara su posición y pasara de pedir nueve años de cárcel y una indemnización de 50.000 euros, a solicitar que quedara libre. Había visto, decía, “contradicciones y ambigüedades” en la única víctima, Daniel.
El caso juzgaba los presuntos abusos sexuales que sufrió Daniel durante años en el círculo religioso conocido como los Romanones. Se trataba de un grupo de 12 personas, diez de ellas sacerdotes, de ideas ultraconservadoras y prácticas modernas.
El caso se destapó después de que Daniel escribiera una carta al papa Francisco tras no hallar respuesta en el Arzobispado granadino. Su cabeza, Francisco Javier Martínez, fue reprendido por el Vaticano por no actuar con diligencia y le obligó a abrir una investigación canónica. Francisco llamó personalmente a la víctima, ahora condenada a pagar por la justicia española.
La sentencia, de 80 páginas, y suscrita por unanimidad, resulta tumbativa para Daniel. El fallo apunta a “versiones de los hechos imprecisas y vacilantes” del joven denunciante, al que condena expresamente al pago de las costas de la defensa. Contra la sentencia cabe recurso de casación de cinco días ante el Tribunal Supremo.
La sentencia indica que, a lo largo del procedimiento, especialmente en el acto del juicio, se ha puesto de relieve la “inconsistencia del relato del acusador particular, sin apoyo periféricos alguno y, al mismo tiempo, que determinadas circunstancias que él daba por ciertas e inequívocas, han sido desmontadas a través del material probatorio que obraba”.
La absolución del procesado, indica el fallo, se basa no solo en la falta de pruebas, sino en la falta de convicción que el testimonio de la presunta víctima causa, con “aspectos absolutamente inverosímiles”.
El tribunal también habla de “conducta desleal” del denunciante a lo largo del proceso, al ir aportando datos de manera sucesiva, y ocultando otros aspectos, como su presencia en determinadas fotos o el momento de cese de los presuntos abusos.
El fallo ha sido recibido con “alivio” por el abogado del padre Román, Javier Muriel, quien en declaraciones a Ep ha subrayado que su representado se siente “tranquilo” y “satisfecho” al conocer la decisión del tribunal, que “por esperada no deja de ser grata“.
Por su parte, el letrado de la acusación particular, Jorge Aguilera, ha empezado a analizar la extensa sentencia, de 80 folios, para poder decidir sobre un posible recurso de casación ante el Supremo, puesto que tanto él como su cliente esperaban que fuera condenatoria, según ha señalado el letrado en una primera valoración.
Juan Pedro Oliver, presidente de Prodeni, que ejerce la acusación popular, ha argumentado que “respeta” la sentencia pero no cree que sea “justa”, pues opina que han existido elementos de prueba que podían haber cambiado la valoración de la Sala respecto al relato del denunciante. Oliver ha llamado además a cambiar la ley, los plazos de prescripción en los abusos sexuales a menores y la manera de tomar testimonio a las víctimas para favorecer que salgan a la luz estos casos y las sentencias “sean más justas”.
El ‘caso Romanones’, en el que se llegaron a practicar una decena de detenciones a quienes se mantuvo imputados hasta que el auto de apertura de juicio oral decretó la prescripción de los presuntos delitos para todo el supuesto ‘clan’ salvo el sacerdote que le daba nombre -Román Martínez-, se salda sin condenas, un desenlace que no se corresponde con la atención mediática que suscitó, en octubre de 2014, al conocerse que el Papa Francisco -a quien ‘Daniel’ dirigió una carta- había llamado personalmente a la presunta víctima para expresarle su solidaridad y animarlo a denunciar el caso. Ahora, la sentencia extiende dudas hasta el propio episodio de la intervención del Papa pues aprecia una contradicción flagrante al encajar las fechas del escrito y la llamada del Pontífice.
Entretanto, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, continúa enfermo y sin participar en ninguno de los actos de la Semana Santa de la diócesis. En su lugar, confirma el Arzobispado en un comunicado, las celebraciones litúrgicas corren a cargo del cardenal Fernando Sebastián, quien fuera arzobispo coadjutor de Granada hace décadas.
Comentarios desactivados en “Te van a crucificar”: la soledad de las víctimas de abusos sexuales
Este tipo de abusos se cometen en la intimidad, sin testigos ni pruebas
Se someten a un calvario de interrogatorios, informes físicos, psíquicos y cuestionamientos
(Cristina Sánchez Aguilar, en AlfayOmega).- «Te van a crucificar», vaticinó un juez ante la propuesta de una víctima de abusos sexuales de denunciar por la vía penal. Dar el paso supone exponerse ante la opinión pública y adentrarse en un calvario de interrogatorios, informes físicos, psíquicos y cuestionamientos que, lejos de ayudar en su proceso de sanación, provoca «que te tomen por mentirosa, que te sientas doblemente víctima», admite una de ellas
«No denuncié por lo penal porque no me merecía que me hicieran más daño. Tenía claro que tenía que hacer justicia pero, por mi situación psicológica en aquel momento, no podía exponerme a ser revictimizada. Yo era una víctima abusada ya de adulta y sabía que la sospecha iba a pesar sobre mí». Llamémosla Ana. Sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote siendo mayor de edad y ha necesitado años de terapia, de altos y de bajos, para caminar hacia un proceso de sanación en el que todavía está inmersa.
«Un juez me advirtió abiertamente que dar el paso es “como si te crucificaran”. El motivo es que la propia víctima es la única que puede desmontar con su relato la presunción de inocencia del autor del delito, ya que este tipo de abusos se cometen en la intimidad, sin testigos ni pruebas», explica. Es la palabra de uno contra la del otro, con el agravante de que «suelen pasar muchos años entre el abuso y el momento en que la víctima está preparada para contarlo, con lo que eso conlleva de posibles contradicciones a la hora de elaborar el relato». Ahí viene la segunda parte: «Que te traten como si fueras un mentiroso».
Su caso en la justicia civil ha prescrito. Lo que sí hizo en su día fue denunciar por la vía canónica, «fundamentalmente por razones terapéuticas, porque en el camino que estaba recorriendo era muy importante contar la verdad. Una de las cosas que más me pesaba era tener que vivir con ese secreto encima». Ella, reconoce, tuvo la suerte de «estar bien acompañada, con profesionales que conocían cada paso que dar». Pero, con la perspectiva de la experiencia, denuncia que en España «es necesario que se desarrollen los protocolos de actuación para las víctimas de abuso sexual por parte de la justicia civil, porque las víctimas no saben qué pasos dar ni cómo hacerlo».
En el caso de la Iglesia, «sí que existe un protocolo de actuación en la web de la Conferencia Episcopal Española, aunque es difícil de encontrar y alienta cierta desconfianza hacia las víctimas». Esto provoca que quienes se arman de valor para denunciar «actúen un poco por tanteo, algo que luego se puede volver en su contra si se cometen errores».
«Tiene 20 años, pero no ha superado 2º de Bachillerato»
Llamémoslo Adrián. Era un adolescente cuando se armó de valor para denunciar a su supuesto agresor, un profesor del colegio en el que empezaba 1º de la ESO. Para él y su familia parte de la sanación pasaba por lograr que se hiciera justicia: «Si no lo hubiéramos denunciado no podríamos dormir por la noche», dice su padre. Pero en medio del proceso tuvieron que parar «porque mi hijo estaba muy mal». Cuando cumplió los 18 años retomó la denuncia.
Ahora el joven tiene 20 años. Desde hace tres no es capaz de entrar en un aula, por lo que todavía no ha logrado aprobar 2º de Bachillerato. «Es totalmente incapaz de ir a clase, tiene fobia al colegio, sufre episodios de ansiedad y de estrés, tiene pocos amigos y no se fía de nadie… Desde hace años no duerme bien por la noche y tiene pesadillas recurrentes». Juan Cuatrecasas habla con dolor por ver sufrir a su hijo, pero también con mucha claridad, porque su objetivo es «ayudar a otros para que no pasen por lo mismo que hemos pasado nosotros». De hecho, desde hace poco decidió, tras preguntar al psiquiatra de Adrián, «dejar de ocultar mi rostro. No quería seguir tapándome como si mi hijo y yo fuéramos los malos».
Todo comenzó en 2008 en un colegio de Lejona, en Vizcaya. Presuntamente, el menor de 12 años sufrió «un abuso sexual continuado» -tal y como especifica la acusación- por parte de un profesor y el acoso de sus compañeros de colegio. Adrián dio el paso de denunciarlo por la vía penal en 2011, «con todo lo que eso conlleva». El maestro se declaró inocente y nueve años después el juicio está a la espera de fecha, por lo que, verdugo y víctima, jurídicamente, todavía no pueden definirse como tales.
Un proceso «muy desagradable»
Cuatrecasas recuerda especialmente la última sesión pericial a la que acudió su hijo al juzgado. «La anterior ya había sido desagradable, pero esta fue el colmo. Le hicieron preguntas en las que cuestionaron su tendencia sexual, le hicieron preguntas vejatorias sobre su intimidad… y hasta quisieron hacerle una exploración, pero por indicación del psiquiatra se negó. Habían pasado más de cinco años desde los abusos…. ¡qué iban a encontrar!», exclama el padre. «Este es un ejemplo claro del proceso de doble victimización que sufren los denunciantes».
Lo corrobora José Miguel Garrido, abogado del caso Vallmont, en el que 13 menores denunciaron a un profesor por abusos sexuales. «Siempre se pone en duda al denunciante. En nuestro caso, los padres se quejaban porque se trataba a los niños como si mintieran». Esto provoca «que la gente no quiera someterse a un proceso penal». Aunque finalmente ganaron el caso, «al final los niños no querían ni declarar porque estaban cansados de interrogatorios, de valoraciones… Para las víctimas es muy sacrificado».
«A mi hijo le han hecho una cantidad inmisericorde de análisis periciales, psiquiátricos, psicológicos… y al profesor nada o, al menos, oficialmente no hay constancia», añade Cuatrecasas. «Uno de los días que fue a declarar a la Fiscalía de menores tuvimos que sacarlo en brazos por la crisis de ansiedad que le causó contarlo todo de nuevo».
Para el padre de Adrián, algo falla en el tratamiento de estos casos y pide a los poderes públicos que articulen medidas, como por ejemplo, que se establezcan protocolos de acompañamiento para atender a las víctimas de abusos sexuales. «Lo peor de todo es lo solos que nos hemos sentido en todo este calvario». Otra de sus peticiones es que este tipo de delitos «no prescriban, porque un menor de edad, como mi hijo, con 12 años por ejemplo, muchas veces no sabe qué le está ocurriendo. Pero cuando crece y rebobina, se da cuenta, pero ya es tarde, porque el delito ya ha prescrito».
Comentarios desactivados en Bernard Fellay encubrió a varios sacerdotes lefebvrianos acusados de pederastia
Una televisión sueca descubre una trama de ocultación de abusos en la Fraternidad
Un informe acusa a cuatro religiosos de abusar de 12 niños: tres de ellos siguen en el ministerio activo
“A los cuatro se les acusa de haber abusado a doce niños a lo largo de tres décadas, hechos que fueron posibles gracias a que la Fraternidad los movía entre Francia, Alemania, Australia, Irlanda, EEUU y Reino Unido “
(Cameron Doody).- La Fraternidad de San Pío X encubrió los abusos de menores cometidos por tres de sus sacerdotes y otro voluntario de la congregación. Y en un caso, al menos, con la colaboración de Doctrina de la Fe. Son los detalles explosivos de un reportaje emitido este miércoles en una televisión sueca, un día después de que el Papa Francisco autorizara a los sacerdotes lefebvrianos a confesar y a celebrar los matrimonios de sus feligreses.
Tal y como recoge Crux, las alegaciones aireadas en el programa Uppdrag Granskning (“Misión: Investigar“) involucran a tres curas que siguen en el ministerio activo en la Fraternidad y otro ex-seminarista condenada a cadena perpetua en EEUU por agresiones sexuales a menores. A los cuatro se les acusa de haber abusado a doce niños a lo largo de tres décadas, hechos que fueron posibles gracias a que la Fraternidad los movía entre Francia, Alemania, Australia, Irlanda, EEUU y Reino Unido.
Una presunta víctima de uno de estos sacerdotes habló con Crux y detalló no solo el encubrimiento de su caso que mandó la propia Fraternidad sino también la complicidad de Doctrina de la Fe.
“Andre”, de 37 años, revela a la televisión sueca que sufrió abusos a manos del padre “P”. Seudónimos ambos que usa el programa, para proteger tanto la identidad de la víctima como la del cura, quien no ha sido condenado por ningún tribunal civil.
La primera prueba que aporta Andre del calvario que experimentó cuando intentó denunciar su caso a las autoridades lefebvrianas es una grabación secreta con Niklaus Pfluger, el primer asistente del actual superior general de la Congregación, el obispo Bernard Fellay y como tal el “número dos” de la Fraternidad.
En ese audio, se escucha a Pfluger reconocer que, aunque el padre P había sido hallado culpable de abusos sexuales en juicios internos, su sentencia -la prohibición de volver al ministerio activo- nunca había sido ejecutada.
“El error más grande de nuestra parte es… por qué no la implementamos”, dice Pfluger en la grabación. “Ese es precisamente el problema”, continúa, antes de señalar, como responsable de esta decisión, a Franz Schmidberger, el entonces superior general de la Fraternidad y actual rector de su seminario en Zaitzkofen, Alemania, quien habría “cambiado de parecer”.
Después de escuchar su caso, Schmidberger prometió a Andre que el padre P jamás volvería a trabajar con niños, pero durante la conversación grabada entre Andre y Pfluger se revela que éste habría descubierto que el superior de la Fraternidad, BernardFellay, continuaba permitiendo que el presunto pederasta organizara campamentos para niños, años después de haberle denunciado.
Esto ocurrió hace doce años. Paralelamente, como ha descubierto Uppdrag Granskning, Doctrina de la Fe fue informada del caso del padre P y dispuso que Fellay sometiera al padre P a un juicio canónico. Decisión que no sentó bien a Andre, como cuenta a Crux, ya que Fellay habría ocultado, o ignorado, las conclusiones a las que había llegado Schmidberger. “Para mí, no tiene sentido”, reconoce la víctima. “Dieron un mandato al obispo Fellay a juzgar a un hombre al que había encubierto”.
Aunque al final el juicio canónico al padre P le valió una sentencia de “penitencia y oración” en aislamiento en una casa de la Fraternidad en los alpes franceses, en Montgardin, el sacerdote se negó a acatarla, y a su vez se juntó a la llamada “Resistencia”, el ala cismática de la Fraternidad fundada por el controvertido ex-obispo de la Fraternidad Richard Williamson. No obstante esa huida del padre P, el programa sueco obtuvo fotos que demuestran su participación en las ordenaciones llevadas a cabo por la Fraternidad en Écône, Suiza, en 2015.
En el caso del segundo sacerdote lefebvriano, el padre “M”, sobre cuyos presuntos crímenes arroja luz la televisión sueca, se remontan a sus tiempos en Australia, país en el que la Fraternidad acabó reconciendo que había participado en “conducto inmaduro” con niños.
Posteriormente, sin embargo, M fue trasladado a Alemania y luego a Irlanda, desde donde una madre de un niño a cargo de M denunció al programa televisivo que le habían advertido que la reubicación del cura había sido motivada por“haber abusado de niños”. Crux precisa que el padre M sigue actualmente en ministerio activo en París, pese a que la Fraternidad nunca ha explicado en qué ha quedado las alegaciones de “conducto inmaduro” contra él ni por qué tuvo que pasar dos años en aislamiento en Montgardin.
El tercer caso de encubrimientos que ha sacudido a la Fraternidad se refiere a un cura inglés, el padre “S”, que sigue celebrando misa en las parroquias de la “Resistencia” de Williamson en Irlanda y Inglaterra. Y eso pese a que fue hallado culpable en un juicio interno de la Fraternidad en 2006 por haber abusado de un niño en Mulhouse, Francia, e inhabilitado permanentemente para el ministerio.
A la luz de todos estos casos, a Andre, la víctima del padre P -y en cierta medida también de Doctrina de la Fe- el acercamiento de los febvrianos a Roma no le sienta especialmente bien. En este dicasterio -del que depende la comisión encargada con las relaciones con la Fraternidad, la “Ecclesia Dei”– solo se ha encontrado con actitudes “irresponsable y hipócritas, en el sentido en que conocían bien todas estas historias”.
Las conocieran o no en el dicasterio del cardenal Müller, o hasta qué punto, el escándalo descubierto por Uppdrag Granskning revela una incógnita clave: la de que si el compromiso de “tolerancia cero” del Papa Francisco con los abusos del clero le va a quedar grande para la Fraternidad de San Pío X. Especialmente mientras siga sin aceptar la autoridad plena de la Iglesia de Roma.
Comentarios desactivados en Argentina: Condenan a 15 años de prisión al padre Grassi
La Corte Suprema argentina ratifica, por unanimidad, la condena por abusos al cura Grassi
El religioso fue hallado culpable de abusos a varios niños huérfanos, y pasará 15 años en prisión
El Obispado de Morón recuerda que el sacerdote tiene prohibido “el ejercicio público del ministerio“
Julio César Grassi es un abusador de menores. Lo ha confirmado, por unanimidad, la Corte Suprema de Justicia de Argentina. El cura argentino ya fue condenado en 2009 a 15 años de prisión por “abuso sexual agravado” contra los niños, pero permaneció en libertad condicional hasta 2013.
Grassi quedó bajo sospecha en 2002, cuando el programa “Telenoche Investiga” de Canal 13 difundió un informe donde se ventilaban denuncias contra el titular de la “Fundación Felices Los Niños” por supuesto abuso deshonesto de menores a los que debía proteger. Estuvo solo un mes en prisión y luego esperó su juicio oral en libertad; en 2009 fue condenado por solo dos de los 17 cargos que pesaban en su contra y recibió una sentencia a pasar 15 años tras las rejas. Sin embargo, tampoco quedó detenido. Grassi sigue en libertad y ahora la Suprema Corte bonaerense confirmó esa resolución.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó hoy la condena a 15 años de prisión al Padre Grassi por los delitos de “abuso sexual agravado” contra un menor de edad en la Fundación Felices Los Niños.
La Justicia desestimó por unanimidad los recursos presentados en la causa que tiene como imputado al sacerdote Julio César Grassi, convalidando lo decidido por la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires.
De este modo, quedó firme la sentencia dictada por el Tribunal en lo Criminal n°1 de Morón, Provincia de Buenos Aires, que condenó a Grassi de 15 años de prisión como autor reiterado de los delitos de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y guarda del menor-víctima en concurso real entre sí.
Fue condenado en junio de 2009 a 15 años de prisión por abusar sexualmente de “Gabriel”, un niño de 13 años de edad. El religioso fue sentenciado por “abuso sexual agravado, corrupción de menores agravada por su condición de sacerdote” contra un menor que en el 2002, con 19 años, había relatado en un programa de televisión cómo había sido abusado por el sacerdote cuando tenía 15 años y vivía en la Fundación Felices los Niños dedicada a rehabilitar a niños de la calle, de la que Grassi era responsable. Fue detenido el 24 de octubre de 2002, veinticuatro horas después de que el programa televisivo revelara su implicación en el abuso de cinco chicos.
Sin embargo, el Padre gozó de libertad condicional hasta que fue detenido en 2013 luego de que el fallo fuera ratificado en tres instancias y tras esta confirmación, le quedarían más de doce años de prisión efectiva. El sacerdote está actualmente alojado en la Unidad Penitenciaria Nro. 41 de Campana, Provincia de Buenos Aires.
El abogado querellante, Juan Pablo Gallego, se mostró muy conforme con la resolución e incitó a que la Iglesia tome una decisión sobre su continuidad como Padre. “No hay más dudas, no hay más complot, no hay más ataques a las victimas. Es un cura pedófilo y debe ser expulsado de la Iglesia”, indicó en declaraciones a TN.
La sentencia es firme, y ya no caben recursos. Tras conocerse el fallo, el Obispado de Morón -diócesis a la que pertenecía Grassi- emitió un breve comunicado en el que destaca que “desde el inicio del juicio el sacerdote fue separado de toda función pastoral de la diócesis”, al tiempo que el obispo, Luis Eichhorn, “le prohíbe el ejercicio público del ministerio“.
En la nota, se añade que “la Santa Sede dispuso una investigación preliminar sobre las denuncias de la conducta de este sacerdote de la cual surgió un informe enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe“, y se afirma que “el Obispado actuará de acuerdo a los procesos canónicos vigentes que disponga la Santa Sede, los que serán informados debida y oportunamente a la opinión pública.“
Tras la confirmación definitiva de la Corte Suprema, le restarían doce años de prisión efectiva. El sacerdote está actualmente alojado en la Unidad Penitenciaria Nro. 41 de Campana, provincia de Buenos Aires.
Comunicado del Obispo de Morón:
Morón, 21 de marzo de 2017
Ante el pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso del sacerdote Julio César Grassi, el Obispado de Morón manifiesta que:
Desde el inicio del juicio el sacerdote fue separado de toda función pastoral de la diócesis.
Está vigente sobre este sacerdote la medida dictada por el obispo de Morón -Mons. Luis Eichhorn- que le prohíbe el ejercicio público del ministerio.
Oportunamente la Santa Sede dispuso una investigación preliminar sobre las denuncias de la conducta de este sacerdote de la cual surgió un informe enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Obispado actuará de acuerdo a los procesos canónicos vigentes que disponga la Santa Sede, los que serán informados debida y oportunamente a la opinión pública.
Bergoglio y el polémico Grassi, condenado por abusar de menores
Por su parte, y según informa Sergio Rubín en Valores Religiosos, el caso Grassi siempre dividió a la Iglesia entre los que lo consideraron culpable y los que creían en su inocencia. Como la cuestión era tan polémica, la cúpula del Episcopado decidió encargarle a un destacado penalista, Marcelo Sancinetti, un estudio del caso tras lo cual concluyó que el sacerdote era inocente.
Jorge Bergoglio, el primer papa argentino, era la figura máxima de la Iglesia Católica en Buenos Aires y Cardenal cuando el cura Julio César Grassi, perteneciente a su Diócesis, condenado en dos instancias a 15 años de prisión por corrupción de menores y abuso sexual, hechos ocurridos en su Fundación “Felices los Niños”.
Según declaró en una entrevista al diario Perfil en 2009, el mismo Grassi aseguraba que Bergoglio “jamás” le había soltado la mano. Investigaciones periodísticas de la época indican que Bergoglio no sólo continuaba protegiéndolo a través de la Iglesia, sino que además era su confesor, y uno de los pocos que acudían a la Fundación a hablar con él. “Hablo con él, me apoya mucho espiritualmente y me cree”, dijo Grassi sobre Bergoglio antes de ser condenado a 15 años de prisión.
Francisco siguió defendiendo al cura Grassi diciendo que es inocente y que había sido víctima de un complot mediático. Recordemos que Bergoglio era su confesor. Y era el Presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina y Cardenal.
Bergoglio encomendó un estudio secreto de dos tomos con el propósito de desacreditar no solo a “Gabriel” sino también a otras dos víctimas que habían denunciado a Grassi y convencer a los magistrados de la Suprema Corte bonaerense de la inocencia de Grassi. Según dijo el abogado de una de las víctimas, el libro se hizo llegar a los magistrados del tribunal superior que se preparaban a pronunciarse sobre la apelación interpuesta por la defensa de Grassi.. Se cree que el encargo de Bergoglio es una de las razones por las que Grassi permaneció en libertad durante más de cuatro años después de ser condenado. Finalmente fue enviado a la cárcel en septiembre de 2013.
En septiembre de 2013, Monseñor Marcelo Cuenca Revuelta, arzobispo de Río Negro, declaró públicamente que el padre Julio César Grassi (sacerdote ya condenado cuya culpabilidad había sido confirmada por dos tribunales de apelaciones) era “completamente inocente”. Él también dijo que Grassi había sido incriminado injustamente por personas desconocidas que querían castigar a Grassi e impedir que la Iglesia ayudara a los niños pobres.
Acaso por lo controvertido internamente que resultaba el tema llevó al obispo de Morón, Luis Eichhorn, del cual depende Grassi, a dilatar el juicio eclesiástico, cuyo veredicto es determinante para disponer o no la expulsión expulsión del sacerdote del ejercicio de su ministerio.
Eichhorn apeló al argumento de que no era conveniente avanzar decididamente en el juicio eclesiástico mientras estaba actuando la justicia para no aparecer interfiriendo, un criterio aceptado por los canonistas, aunque no necesariamente de observancia obligatoria.
Ahora, con el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las instancias judiciales se cumplieron y todo indica que el proceso interno se acelerará, Por el bien de la Iglesia, es importante que concluya rápidamente.
A pesar de la condena recibida en 2009, Grassi permaneció en libertad hasta septiembre de 2013, cuando la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires rechazó su apelación y lo encarceló de inmediato para que comenzara a cumplir su condena de 15 años de prisión. Aun así, sigue siendo sacerdote católico.
Además fue condenado a dos años más de prisión por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones en beneficio propio. En julio de 2014 el director de hogares de la Fundación Felices los Niños, Juan Manuel Casolati, lo denunció ante la Fiscalía número 8 de Morón, por el robo de la comida de los niños y las donaciones de la Fundación, que le son enviadas semanalmente en vez de ir a la Fundación, para que el padre pueda pagar prebendas y solventarse una vida de lujo en prisión mientras los niños pasan necesidades y viven en pésimas condiciones.
En 2007, Bernárdo Álvarez, Obispo de Tenerife, hizo unas declaraciones que afectaron la sensibilidad de quienes no rigen sus vidas ni su ética según los principios de la Iglesia Católica. “Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso, si te descuidas, te provocan”, explicó refiriéndose a la práctica, en el clero, de abusar sexualmente de personas.
La revista Barcelona reveló que el sacerdote español se sumaba al puñado de prelados que reclama “la inmediata libertad” del padre Julio César Grassi (hacer click sobre el recorte para leer), condenado a 15 años de prisión por abuso de menores. Lo que para cualquiera sería un sorbete amargo de tragar, para el fundador de la Fundación Felices Los Niños ha constituido un espaldarazo. Su gran amigo personal, el animador Raúl Portal, habría perdido la alegría desde la última vez que opinó públicamente sobre el caso Grassi: “Esta es una victoria dolorosa, pero recuerden que nadie ganó un partido sin perder un set. Mirá lo que quedó del violador serial. Si te acordás, eran como treinta los chicos que lo acusaban y le decían ‘violador serial’, ahora resulta que solamente violó a uno y dos veces, es un chiste”, se ufanó Portal en junio de 2009, la primera de las dos veces en que Grassi fue condenado y dejado en libertad, simultáneamente.
Comentarios desactivados en La Fiscalía retira la acusación contra Román al no ver “concluyentes” las denuncias de abusos
“Nos hace pensar que existía un clima sexual, pero no tenemos la verdad”, asume Hernández
Las otras partes mantienen la petición de 26 y 15 años de cárcel para el sacerdote, respectivamente
(J. Bastante/Agencias).- La última sesión del “caso Romanones“ha deparado una notable sorpresa: el fiscal del caso, Francisco Hernández, ha retirado la acusación inicial contra el padre Román, al no considerar “concluyentes” los hechos. Una medida que venía anunciando en determinados corrillos en los últimos días, pero que no contaba con el beneplácito de la Fiscalía Provincial de Granada.
El anuncio de Hernández ha marcado la jornada final del mayor juicio por abusos en la Iglesia española, en una trama en la que llegaron a estar investigados diez sacerdotes y dos laicos, y que finalmente solo prosiguió contra el padre Román, al considerarse prescritos los posibles delitos del resto.
“Desconocemos la verdad. Sólo sabemos que hay 12 declaraciones distintas de las que no podemos concretar nada”, ha declarado Hernández ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada. “Esto nos puede hacer pensar que existía un clima sexual. Pero no tenemos la verdad acerca de que fuera o no consentido ni si existió con Daniel. Sólo sabemos que hay ambigüedad en las declaraciones y en la acusación”, señaló. “Sin la penetración anal no hay juicio, porque los hechos estaban prescritos en la fecha de la denuncia“, ha argumentado el Ministerio Público, que ha apuntado que el “juego de fechas” y el paso de los iniciales “toqueteos” a la penetración impiden considerar probados los hechos.
Es más, el fiscal ha llegado a preguntarse en público, como simple conjetura, si el joven denunciante quiso pagar algún favor con su denuncia que se produjo cuando obtuvo un trabajo en un centro educativo del Opus Dei en Pamplona. Aunque no textualmente, el fiscal si ha hecho referencia indirecta a la posible influencia del Opus Dei y del director espiritual de “Daniel” en el centro educativo navarro en el que trabaja, en la fabricación del relato acusatorio del joven, informa la Ser. RD ha intentado, infructuosamente, recabar la opinión de la Obra, que solo apunta haber seguido las noticias por la prensa.
Tras retirar su acusación inicial, de nueve años de cárcel, se han mantenido las peticiones tanto de la acusación particular, que ha pedido 26 años, de cárcel y la de Prodeni, que solicita 15 años de prisión para el sacerdote. Por su parte, la defensa ha pedido la libre absolución del sacerdote.
La Fiscalía atribuía al padre Román un delito de abuso sexual continuado agravado por el resultado de acceso carnal, por el que, además de los nueve años de cárcel, solicitaba prohibición de aproximarse a la supuesta víctima a menos de 100 metros y de comunicarse durante diez años. En concepto de responsabilidad civil, pedía que el acusado indemnice a la víctima en 50.000 euros por daño moral.
Salvo con algunas modificaciones, la acusación particular, que ejerce el denunciante de los supuestos abusos, ha mantenido su acusación y pide para el padre Román 26 años de prisión.
El letrado del denunciante, Jorge Aguilera, justifica 10 años de cárcel para Román por “acceso carnal” y 16 por dos “dos delitos continuados y relacionados con masturbaciones y felaciones”. En su opinión “han quedado absoluta y perfectamente probados” los supuestos abusos, y ha señalado que el discurso de su cliente ha sido “coherente, lógico, sin ambigüedades ni contradicciones”.
También han mantenido su acusación la acción popular, ejercida por la Asociación Prodeni, que atribuye al acusado un delito continuado de agresión sexual, con intimidación, violencia y prevalimiento y con acceso carnal. “En este tipo de situaciones no puede haber certezas. Están los sentimientos por encima de la razón”, subrayaba Juan Pedro Oliver.
Pide para él la pena de 15 años de prisión, inhabilitación absoluta por 15 años, privación de residir en el lugar en que resida la víctima por 15 años y prohibición de aproximarse y comunicarse con ella durante 15 años, así como una indemnización de 75.000 euros por daño moral. La defensa solicita por su parte la libre absolución y ha reclamado la anulación del expediente canónico.
El juicio ha quedado visto para sentencia. A partir de ahora, serán los tres miembros del Tribunal quienes emitan su veredicto, que se espera para dentro de unas tres semanas.
(Jesús Bastante).- “Denuncié porque no quería que otros pasaran por lo que yo pasé“. “Daniel”, la víctima del caso Romanones, puso esta mañana cara, y voz, a los desgarradores abusos a menores en el seno de la Iglesia. Por primera vez desde que en noviembre de 2014 RD destapara el caso, el denunciante declaró en la vista oral. Detrás, observándole atentamente, el padre Román.
Daniel compareció tranquilo, acompañado de sus familiares, en la sede de la Audiencia Provincial de Granada. Vestido con un suéter azul marino, camisa y pantalones negros, el joven (que hoy tiene 27 años de edad) reiteró las acusaciones de abusos sexuales, masturbaciones y tocamientos que padeció entre 2004 y 2007 y que denunció ante los tribunales tras la intervención del Papa Francisco.
En su declaración ante el tribunal, Daniel ha confirmado íntegramente sus declaraciones ante la Policía y el juez instructor, y ha acusado directamente de los abusos tanto al padre Román como a varios de los sacerdotes con los que convivía. Su relato no se ha movido un ápice de lo que en el verano de 2014 escribió al Papa Francisco, ni de los sucesivos interrogatorios.
“Yo tenía pánico cada vez que me tenía que quedar a dormir allí”, ha asegurado en referencia a la casa parroquial, donde, aseguró, el padre Román le “metía la mano en los calzoncillos” y le “masturbaba” en la misma cama.
Durante el interrogatorio del fiscal, “Daniel” ha roto a llorar provocando la suspensión de la vista durante varios minutos. El joven salió de la sala llamando “hijos de puta” a algunos de los curas, miembros del clan, sentados en los bancos del tribunal, ante lo que el presidente de la sala le ha pedido que se tranquilizara.
Pese a lo que se esforzaron en sugerir ayer los otros miembros del clan inicialmente imputados -y sólo exonerados, tal y como se refleja en el auto de instrucción, por la prescripción de sus delitos-, la motivación de “Daniel” no fue la venganza contra Román o sus deseos por llamar la atención, sino evitar que otros pudieran pasar por la traumática experiencia que él vivió. “No quería que otros pasaran por lo que yo pasé”, declaró la víctima, quien reiteró, a preguntas de las partes, que el padre Román “abusó de mí”.
Antes de comenzar el interrogatorio, el fiscal del caso, Francisco Hernández, aseguraba a los medios apostados a la entrada al tribunal que “de la declaración y la forma de declarar del demandante dependerá el resultado de la prueba”. “Estamos ante uno de los días cruciales de la vista oral”, recalcaba el fiscal, quien considera el testimonio de “Daniel” la declaración fundamental, básica, la de la víctima”.
El juicio, que cumple hoy su tercer día, está discurriendo“conforme a lo que esperábamos”, afirmó Hernández, quien no vio extraño que ayer, los testigos miembros de clan, negaran los abusos y trataran de cuestionar las razones del denunciante. “Ya lo habían expuesto durante la instrucción judicial y era lógico que lo confirmaran”.
Por su parte, el abogado del joven, Jorge Aguilera, mostró su esperanza en que hoy quedara establecida la versión definitiva de los hechos, la relatada por “Daniel”.
José M. Vidal).- Algunos curiales del colmillo retorcido siguen resistiendo erre que erre y desde la sombra (su habitat preferido) a la revolución evangélica de Francisco, que conlleva, como es evidente, la tolerancia cero real con los curas abusadores y la quiebra total del sistema de encubrimiento, vigente durante tanto tiempo en la Iglesia. Marie Collins experimentó las reticencias curiales y, para denuciarlas, dimitió de su puesto en la comisión antiabusos del Vaticano. Un gesto como un aldabonazo.
La irlandesa Marie Collins primero fue víctima de abusos de un clérigo y, ahora, víctima de la falta de escrúpulos de algunos curiales (no sabemos cuántos), que siguen despreciando a las víctimas y, ya de paso, poniendo palos en las ruedas de las reformas de Francisco. Viejas y culpables inercias. Las cloacas de la Curia en acción.
No están dispuestos, por ejemplo, a contestar a las cartas de las víctimas de abusos. ¡Qué menos se merece una víctima! Pues ni eso quieren hacer. Les da igual que lo diga el Papa. Siguen anclados en los viejos métodos de la negación y del encubrimiento.
El pueblo de Dios tiene derecho a saber quiénes y cuántos son esos curiales. Y dónde trabajan y por qué se les sigue manteniendo en sus puestos, cuando no obedecen ni al Papa.
Marie Collins, en su despedida, no cita nombres. Sólo señala drectamente a un dicasterio, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige el cardenal Müller. Sin acusarlo a él directamente. Pero ya es casualidad que, siempre que se habla de este tipo de problemas o reticencias, ante siempre de por medio el ex Santo Oficio.
Marie Collins se va precisamente para eso. Para lanzar un sos al pueblo de Dios. Para gritar a los cuatro vientos que hay curiales resistentes, dispuestos a todo para mantener sus privilegios y su ley del ‘antiguo régimen’.
O, como dice nada menos que el Secretario de Estado, cardenal Parolin, Marie Collins se va “para sacudir el árbol”. Una bofetada que deja en evidencia a los ‘resistentes’. Un grito de socorro, para que la limpieza en la Iglesia vaya más de prisa y más a fondo. Y nadie la pare.
Porque de lo que se trata no es sólo de desactivar a unas cuantas manzanas podridas del clero, sino de acabar con el ‘sistema eclesial de encubrimiento’. Todo un sistema, al que se aferran los que minimizan el problema de los abusos, los que lo interpretan siempre como maniobras de los ‘enemigos’ o los que, incluso, llegan a justificarlos o, al menos, restarle importancia.
Un viejo sistema eclesial a la defensiva, que rompe Benedicto XVI y continúa Francisco, pero no asumen algunos de sus curiales (y muchos obispos en todo el mundo). Se trata de un cambio de mentalidad. Dejar de pensar que los abusos son un mero pecadillo, que se cura con el traslado del depredador y que no conviene denunciar, para no dañar la imagen pública de la institución.
Los abusos son un pecado, el mayor pecado, el del escándalo de los inocentes, el del ‘más le valiera al que lo comete atarse una piedra al cuello y arrojarse al mar’, como dice el Evangelio. Un pecado y un delito.
La tolerancia cero en la Iglesia sólo será real (y dejará de ser una frase teórica) cuando los feligreses, los compañeros curas y los obispos denuncien a los abusadores a la justicia civil, los expulsen del sacerdocio y paguen a las victimas.
En Estados Unidos es ésta la dinámica que aplican los obispos. En muchos casos, porque se han visto obligados. Y es que, para indemnizar a las víctimas, muchas diócesis están en quiebra. A la fuerza, ahorcan.
En España, a pesar de los recientes casos descubiertos, sólo han salido a la luz menos del 5% de los abusos, según dicen los expertos en el tema. La punta del iceberg. Un iceberg que muchos se empeñan en ocultar. Sin éxito, en la sociedad de la globalización y de la información.
Santidad, saque el látigo. Como Cristo en el templo. ¡Con misericordia y por misericordia con las victimas: a latigazo limpio con los abusadores, con los renuentes y con los encubridores!
Comentarios desactivados en Alemania investiga presuntos “rituales sexuales” en un cuartel
A los reclutas se les obligaba a desnudarse por completo mientras sus instructores les filmaban, así como a realizar prácticas con clara intención sexual durante las cuales eran fotografiados.
El Ministerio de Defensa alemán investiga varios casos de presuntos “rituales sexuales” sádicos durante la instrucción de reclutas de un cuartel en el sur del país, según informa este viernes el semanario Der Spiegel.
De acuerdo con ese medio, las sospechas se centran sobre un grupo de soldados de un cuartel del Land de Baden-Würtemberg, que habrían sometido a pruebas humillantes a los aspirantes a ingresar en el cuerpo de auxiliares sanitarios.
La ministra de Defensa, la conservadora Ursula von der Leyen, ha intervenido personalmente para el esclarecimiento del caso, mientras que el inspector general del Ejército, Volker Wieker, ha encargado una investigación interna del asunto.
Por parte del estamento judicial, la Fiscalía de Hechingen abrió el pasado martes diligencias contra siete soldados, prosigue ese medio. El detonante de las investigaciones fue la denuncia de una lugarteniente ante el comisionado del Gobierno para el Ejército, el llamado Defensor del Soldado, Hans-Peter Bartels, que afirmaba haber asistido a escenas denigrantes.
A los reclutas se les obligaba a desnudarse por completo mientras sus instructores les filmaban, así como a realizar prácticas con clara intención sexual durante las cuales eran fotografiados.
Comentarios desactivados en La noticia de un caso de abuso de menores en Salt deja al descubierto la transfobia y la ignorancia de varios medios de comunicación que no saben cómo tratar el tema.
Un artículo que publicamos integramente porque refleja de manera contundente lo que es claramente Transfobia:
Por Hidroboy
Hace unos días se conocía una noticia bastante escandalosa, publicada por El Periódico, en la que se explicaba que los Mossos d’Esquadra habían pillado in fraganti a un pederasta abusando sexualmente de un menor de 15 años en su casa. Los agentes habían acudido al domicilio avisados por un vecino del supuesto pederasta que estaba con la mosca detrás de la oreja porque había visto a varios chavales diferentes entrar en el piso. Según el vecino el propietario del piso solía estar siempre en Barcelona, pero cuando estaba en Salt llegaba a ver entrar en el domicilio a uno o dos chicos, aparentemente menores de edad, al día.
Según se ha ido conociendo, el acusado supuestamente utilizaba perfiles falsos en Facebook para ganarse la confianza de los chavales y conseguir fotos de éstos desnudos para luego chantajearles y quedar con ellos en persona a cambio de no difundir las fotos. Una vez en el piso les ofrecía felaciones gratuitas. Al ser detenido el acusado estaba en su piso junto a un menor de 15 años al que intentó ocultar tras la puerta, ambos desnudos. La policía requisó varias prendas de vestir y toallas para comprobar el ADN y comprobar si el acto sexual se realizó y si fue sin protección.
Este detalle, el de las relaciones sexuales sin protección, se destaca especialmente en la crónica del Diari de Girona. En ningún momento se habla de sexo anal ni de que los menores realizaran felaciones al acusado, pero parece muy importante señalar el tema de la protección. Porque sí, claro. Que no digo que no sea importante y no quiero ponerme quisquilloso con la serofobia, pero echando un vistazo por encima a las noticias sobre el pederasta de Ciudad Lineal no encuentro referencias a si abusaba de las menores con condón o sin condón.
La noticia sobre los abusos en Salt es, de por si, tremendamente indignante. Y con los datos que se han conocido después lo es aún más, puesto que parece que no es la primera vez que este presunto pederasta es detenido por lo mismo y se enfrenta a un juicio. Si las acusaciones son ciertas, lo que el acusado hacía con los menores es un delito tremendamente grave y, según parece, reincidente. Así que si se demuestran los cargos esperamos que caiga sobre él todo el peso de la ley.
Pero había un detalle, que más tarde se publicó en el Diari de Tarragona y se amplió en El Periódico, que ha hecho que este tema resulte doblemente indignante. El contenido de la noticia sigue siendo el mismo y a mí personalmente me cabrea sobremanera, pero lo que me indigna aún más es la forma en que se ha tratado la información.
Y es que parece ser que el acusado podría ser en realidad una mujer transexual.
Tras explicar lo mismo que en El Periódico, el redactor del Diari añade:
El caso es que la persona detenida es transexual -conserva los genitales masculinos- y ocultaba a los menores que invitaba a casa esa condición para que no rechazaran mantener relaciones sexuales con él.“
Y todo eso tras un titular que habla de “un transexual” pero luego explica que es “un hombre que se hace pasar por una mujer“.
La identidad de género de la persona acusada, si los delitos son ciertos, es absolutamente indiferente. Ha cometido un delito sea un hombre cisgénero que se viste de mujer, un señor con “apariencia de mujer“, o una mujer transexual. Pero la torpeza y la transfobia de los periodistas a la hora de tratar la información hace que el cabreo que nos cogemos sea aún mayor.
Para empezar, no cuesta nada averiguar si realmente se trata de una mujer trans, aunque sea una que “conserva los genitales masculinos” (¿los conserva? ¿dónde? ¿en un frasco?) o si se trata de un hombre cisgénero. Aunque visto lo visto lo mismo los redactores no sabe ni qué significa “cisgénero“. De hecho parece que hay que explicarles algo tan básico como que UNA MUJER NO ES UN HOMBRE QUE SE HACE PASAR POR MUJER.
En el caso de que realmente estemos hablando de una mujer transexual, sea pederasta o no, lo correcto es hablar de ella utilizando el femenino. Como he dicho antes para lo verdaderamente importante de la noticia, el supuesto abuso de menores, es indiferente la identidad de género de la persona acusada; pero sí es importante la forma en que se redacta y lo que han hecho el Diari de Tarragona, en el Diari de Girona y en El Periódico es pura transfobia.
Una forma muy lamentable de perpetuar los estereotipos negativos que se asocian siempre a la transexualidad e incluso a la homosexualidad. Al no hablar de una mujer transexual o al referirse a ella como “hombre” se siguen difundiendo ideas dañinas sobre la transexualidad y sobre la homosexualidad, relacionándolas -porque sí- con la pederastia como si fuera lo más normal del mundo.
Y, sobre todo, se demuestra una falta de conocimiento absoluta sobre la realidad de las personas trans. Lo cual dice muy poco de la calidad periodística de los tres medios.
En la ya citada noticia del Diari de Girona el redactor Martí Santiago salta del masculino al femenino según le parece. Empieza hablando de “el pederasta transexual” para luego hablar de “la transexual” en un pie de foto y en el texto.
(Nota: Si “El hombre durante el juicio se hacía llamar Laura” tal vez tengamos una pista de que se presenta oficialmente como mujer, ergo se trataría de una mujer transexual. Punto y partido.)
No lo hacen mucho mejor en El Periódico con el titular “El pederasta detenido en Salt aprovechaba su apariencia de mujer para abusar de chicos“.
Para luego añadir que “Fredi según su NIE es un hombre de 33 años. Pero tiene la apariencia de una mujer.” y luego soltar un “La amenaza por parte de Laura –o Fredi– de publicar sus imágenes íntimas en Facebook según la víctima, provocó que aceptara quedar por tercera vez tras descubrirlo.” No sé si la intención era ser respetuoso o si Guillem Sánchez (el redactor) se ha hecho la picha un lío, pero el resultado parece más una película de Ozores que una noticia de un medio tan serio (por decir algo) como El Periódico.
No es la primera vez que las personas trans son retratadas en los medios de forma chapucera y ofensiva, confundiendo géneros, mezclando conceptos o llamándoles “travestis“. Pero es importante que los medios hablen de las cosas con propiedad y desterremos los prejuicios e informaciones mal contrastadas, sobre todo en casos tan serios como éste. Repito que la identidad de género de la acusada (si es una mujer trans) o el acusado (si es un hombre) es indiferente; pero por el bien de la comunidad trans y por el respeto a todo el colectivo LGTB es básico que antes de publicar una noticia como ésta los periodistas sepan de qué están hablando y cómo lo están contando.
P.D.: Los comentarios de las noticias, por cierto, son para saltar del planeta en marcha. Así que mejor no nos los comento que quiero tener un buen día.
Comentarios desactivados en Emiliano Fittipaldi denuncia “un sistema que encubre y protege a los pederastas” en la Iglesia católica
“Un total de 1.200 niños y niñas han sufrido abusos sexuales por miembros de la Iglesia desde que el Papa Francisco fue elegido hace tres años y no ha hecho nada para evitarlo, pese a su discurso de cero tolerancia hacia los abusos“. (Emiliano Fittipaldi)
(Jesús Bastante/Agencias).- Un compendio de los horrores. Así puede definirse “Lujuria”, el nuevo libro de Emiliano Fittipaldi, uno de los dos periodistas absueltos por el “Vatileaks II“, en el que recoge docenas de casos de abusos en la Iglesia católica, al tiempo que denuncia la existencia de “un sistema que encubre y protege a los pederastas”. “Francisco no está defendiendo directamente a los pedófilos, pero no hizo nada para contrarrestar el fenómeno de la pedofilia”, agregó.
El periodista es el autor del libro Avarizia, que, junto con su colega de profesión Gianluigi Nuzzi, destapó en noviembre de 2015 lo que se conoció como caso Vatileaks2, un escándalo sobre información clasificada de carácter financiero de la Santa Sede por el que ambos fueron juzgados y absueltos en julio de 2016. Sí fueron condenados, por contra, el sacerdote español Lucio Vallejo y su ex colaboradora Francesca Chaouqui por filtrar los documentos publicados.
En esta ocasión, Fittipaldi carga contra “el ‘sistema’ que cubre y protege a “los orcos y a las arcas de la Iglesia” que —asegura— “también funciona” en Italia. Fittipaldi recopila entrevistas con sacerdotes y funcionarios judiciales para afirmar la existencia de 1.200 denuncias plausibles de acoso de niños y niñas durante los últimos tres años. En algunos de los veinte casos de presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Italia en 2016, escribe Fittipaldi, los sacerdotes han sido condenados por abuso sin que la Iglesia haya tomado ninguna acción canónica contra ellos.
En una entrevista con La Repubblica, Fittipaldi incidió en que dicho “sistema”permite la protección para los religiosos investigados o condenados. Especialmente en Italia, donde, según sostiene el periodista, más de doscientos religiosos fueron vinculados, directa o indirectamente, con casos de abusos a menores en los últimos años.
“En los últimos dos lustros, contando solo a condenados e investigados, hay más de 200 sacerdotes italianos denunciados por actos de lujuria con adolescentes“, escribe Fittipaldi. Pese a ello, insiste, en el país este escándalo “nunca ha explotado”.
Fittipaldi pone algunos ejemplos de dicho “sistema” que protege “a los orcos y las arcas de la Iglesia” en Italia. Así, muestra el caso del religioso Antonello Tropea, quien “en marzo de 2015 fue encontrado por la Policía en un coche con un joven de 17 años” en Calabria, al que conoció gracias a una “aplicación usada para encuentros entre homosexuales”.
“Investigado por prostitución de menores, continúa ejerciendo como cura”, mientras que el obispo italiano Francesco Milito le aconseja, según Fittipaldi, “evitar hablar con los carabineros sobre estas cosas”.
También en Calabria, en esta ocasión en la diócesis de Locri, Fittipaldi menciona al obispo Francesco Oliva para subrayar que “en 2015 manda a una parroquia de Civitavecchia (centro) a un sacerdote suyo, don Francesco Rutigliano, que la Congregación para la Doctrina de la Fe había suspendido por cuatro años, en 2011, ‘por abuso de menores'” cometidos “entre 2006 y 2008”.
Fittipaldi también cita al religioso Franco Legrottaglie, “condenado en 2000 por abusos” a dos chicas jóvenes, que “en 2010 fue nombrado por el obispo emérito Rocco Talucci capellán del hospital y cura en una iglesia” de Ostuni, una localidad de Apulia (sur).
Además, denuncia el caso del cardenal australiano George Pell, quien fue nombrado por Francisco para reformar las finanzas de la Iglesia y ha permanecido en esa posición principal a pesar de las dudas sobre si Pell protegió a los abusadores en serie en su archidiócesis en Australia hace décadas. Pell ha negado las acusaciones contra él, pero un abogado que asiste a una comisión real en contra del abuso infantil en Australia ha argumentado que había pruebas de que Pell debería haber tomado medidas más fuertes contra un sacerdote pedófilo cuyo caso ha sido examinado.
El Papa, que no aceptó la renuncia de Pell en junio, cuando el cardenal australiano alcanzó la edad de jubilación, se ha negado a juzgarlo. Cuando los periodistas le preguntaron sobre una investigación separada sobre Pell por la Policía estatal de Victoria, el Papa dijo que “la Justicia tiene que seguir su curso”. El pasado noviembre, sin embargo, Francisco decidió no renovar la pertenencia de Pell a la oficina del Vaticano que maneja la práctica litúrgica de la Iglesia.
Fittipaldi escribió Lussuria durante su juicio por obtener ilegalmente documentos secretos. Hablando con The Guardian, recordó: “Fue irónico estar allí, durante el juicio. Pensaba que muchos sacerdotes y obispos y cardenales estaban involucrados en abuso sexual y el Vaticano no hacía nada. Prefieren perseguir a periodistas”.
(José Ramón Blázquez, en Deia).- Se creía impune. Como todos quienes han vivido amparados por poderes absolutos como la Iglesia católica, Juan Kruz Mendizabal, el cura pederasta puesto al descubierto en la diócesis de San Sebastián, pensaba que sus acciones de depredador sexual permanecerían ocultas.
Por eso, encadenó varias, tres, de las que de momento se tienen noticia cierta. Se sabe que los tipos como él, con conciencia de su inmunidad, no tienen freno. Son insaciables, mienten, manipulan y suelen ser encantadores en su entorno. Y, lo peor de todo, carecen de empatía y dejan un rastro de sufrimiento infinito en las vidas de sus víctimas, a quienes consideran objetos de su deseo. Bajo la sotana de este sujeto había una historia desconocida de maldades infringidas a los seres humanos más indefensos, los niños, y la vieja ley del silencio que, finalmente, le ha dado patente de corso para sus fechorías, envuelto en una leyenda de carisma y admiración popular. Ese silencio cómplice hizo que Mendizabal llegara a ser el número dos en el escalafón del obispado.
¿Qué nos enseña este suceso? Incontables lecciones. La primera es la perenne ingenuidad de la sociedad vasca. La sensación de sorpresa con que los medios de comunicación locales han narrado este brutal episodio pone de manifiesto una enorme carencia de información sobre la naturaleza de la pederastia y de hasta qué punto el sector profesional de la fe está atravesado por su práctica. ¿Qué tiene de raro un cura que abusa sexualmente de los niños en Euskadi? Contándose por miles los hombres y las mujeres que siendo menores fueron violentados por sacerdotes, ¿cómo se entiende la enfurecida extrañeza de la gente? ¿Tan potente es el olvido y tan indigna es la justificación de lo que ocurrió durante décadas en parroquias, colegios, seminarios e instituciones benéficas?
El caso Mendizabal pone en evidencia que el miedo reverencial que suscita la Iglesia sigue instalado entre nosotros, a pesar de la marginalidad del catolicismo real en Euskadi. Es una herencia cultural, y no sé si genética, para cuya superación necesitaríamos mucho más que el conocimiento de escándalos como este y la valentía de examinar lo que fue aquí la tragedia de la pederastia eclesiástica y sus devastadores efectos. Es como si haber sido creyentes alguna vez nos hubiera proporcionado la negación de la verdad humana a cambio de la divina. No comprendo esta flojera moral en una Euskadi crítica.
La estrategia Munilla El espectáculo de la prelatura de San Sebastián en este asunto, coherente con la personalidad de Munilla, es digno de análisis. Tenemos al obispo oficial, el indignado y justiciero, que castiga al depredador y dice apartarlo de la comunidad cristiana, obligándole a “un proceso terapéutico psicológico y espiritual, colaborando en la reparación de lo ocurrido”. Y tenemos al obispo real, el auténtico Munilla, desde cuyo despacho se comunicó que Mendizabal, una vez destituido como vicario general y párroco de San Vicente, se tomaba “un año sabático”. Munilla mintió. Lo de menos es el octavo mandamiento y su quebranto; lo que importa es la falsa estrategia del prelado, que consiste en aparentar una cosa -la indignación, el perdón y el castigo- y hacer otra, dejando a Mendizabal seguir ejerciendo como sacerdote, casi sin control, hasta que se conoció el tercer caso de pederastia de quien fuera su mano derecha. Lejos de ser un obispo identificado con el Papa Francisco, Munilla está tratando de apagar el incendio de su diócesis con mentiras y una actuación permisiva con el depredador sexual, bajo el disfraz de la contundencia verbal y el semblante sombrío. En ningún caso el sacerdote abusador de niños debería haber seguido como cura ni un día más después de conocerse tan miserables hechos.
Lo peor no han sido las mentiras de Munilla y sus dobleces. Es que se ha hurtado a la justicia civil lo que le corresponde al amparo de la ley de enjuiciamiento criminal española, que data de 1882, ¡y aún vigente!, el año en que nacieron Igor Stravinski y James Joyce, que excluye de la obligación de la denuncia de delitos cometidos por eclesiásticos que hubieran sido relevados en el ejercicio de sus funciones. Este privilegio, absolutamente inconstitucional, es en el que se ha amparado Munilla para no cumplir su obligación de acudir a la justicia ordinaria en cuanto conoció estos delitos, ni siquiera presuntos, puesto que han sido reconocidos por su mismo autor.
Por mucho que los chicos, víctimas de Mendizabal, hubieran decidido no comunicar a la Ertzaintza o al juzgado los abusos sexuales a los que fueron sometidos y que optaran por la vía eclesiástica, ello no quita a Munilla su responsabilidad por haber ocultado a la justicia civil estos delitos. ¿Cuál era el propósito del obispo? Aplicar la ley del silencio y negar la verdad a la sociedad conforme a la creencia de que la Iglesia no es de este mundo. ¿Qué grado de libertad real dispusieron las víctimas para que el cura fuera juzgado exclusivamente en el ámbito de la comunidad religiosa? ¿Por qué han tenido que transcurrir más de veinte años en un caso y más de diez en los otros dos para que se denunciaran los hechos? Por el mismo motivo por el que miles de adultos ocultan hoy la humillación sufrida en colegios y parroquias: por vergüenza y sentimiento de culpa, poderosas emociones, aliadas de los pederastas para encubrir su carrera delictiva. Cuando se entienda que la vergüenza y la culpabilidad son formas de cobardía, quizá podamos emprender una regeneración histórica, largamente aplazada.
Victimismo sin compasión Cualquiera que haya leído Instrumental, del pianista y escritor británico James Rhodes, violado por su profesor de boxeo entre los 5 y 10 años en un colegio de élite, quien visitó Bilbao en septiembre pasado y volverá en junio al Arriaga, puede hacerse una idea de las secuelas psicológicas y emocionales, prácticamente incurables, que dejan los abusos sexuales sufridos en la infancia. Si la sociedad tuviera conciencia de esta tragedia, no la escondería bajo un manto de silencio y, por qué no decirlo también, envuelta en la disculpa tácita hacia los sacerdotes católicos. Es mucho más grave si el autor es un cura, porque su delito aumenta por su posición de confianza y autoridad sobre los menores.
No, Euskadi tampoco hace justicia a las víctimas de la pederastia. Aquí somos mucho de callar y sentir vergüenza de lo que nos han hecho. Somos muy de sentimientos de culpa. El peso específico de la Iglesia en nuestras vidas ha sido demoledor, con su prédica de la resignación y su perverso sentido del perdón universal. En medio del escándalo Mendizabal, hemos oído que la información sobre el caso está inspirada y motivada por la irreligiosidad y el odio a la Iglesia. La intocabilidad de esta institución antes estaba garantizada por el silencio impuesto por su rígido sistema de valores y su vínculo con la autoridad civil, por dos miedos que se complementaban. Y ahora, cuando una gran parte de la sociedad se ha liberado del yugo de la fe y la tutela eclesiástica, el argumento de defensa es el victimismo. Vuelve la persecución religiosa, dicen.
¿Y quién ha pensado en las víctimas de verdad, esos niños, todos los niños cuya inocencia fue profanada? ¿Quién se ha preocupado de cómo se encuentran, de cuáles son sus necesidades, de qué se puede hacer por ellas? Sí, el fiscal de Gipuzkoa va a intervenir ahora, una vez que los hechos han transcendido a los medios. Dicen desde la Fiscalía que se ha iniciado una investigación contra Mendizabal, aun sabiendo que los delitos han prescrito. Una justicia que prescribe en una organización lenta y perezosa: esa es la justicia en España. La Iglesia exhibe su victimismo para salir impune. Sin compasión. La compasión es el mínimo ético que cabe en una sociedad humana digna de tal nombre. Sí, la compasión, el último vestigio de Dios en el mundo.
N. de la R.: José Ramón Blázquez fue víctima de abusos en los años sesenta en un internado en Euskadi
Comentarios desactivados en El Papa exige a los obispos de todo el mundo “asumir clara y lealmente la tolerancia cero” ante los abusos a menores
Bergoglio les pide “el coraje necesario” para que “tales crímenes no se repitan más”
“No dejemos que les roben la alegría, cuidémosla y ayudémosla a crecer”, subraya Francisco
(Jesús Bastante).- “No dejemos que les roben la alegría. No nos dejemos robar la alegría, cuidémosla y ayudémosla a crecer”. El Papa Francisco ha instado a los obispos de todo el mundo a tener “el coraje necesario” para “implementar todas las medidas necesarias para proteger en todo la vida de nuestros niños”.
En una carta enviada con motivo de la Jornada de los Santos Inocentes, y que ha sido hecha pública hoy, Bergoglio clamó por la “tolerancia cero” en los casos de abusos a menores. “Que tales crímenes no se repitan más. Asumamos clara y lealmente la consigna ‘tolerancia cero’ en este asunto“, incidió el Papa.
En la carta, Francisco invita a los obispos a escuchar “el llanto y el gemir de estos niños” y también de la Iglesia, que “llora no solo frente al dolor causado en sus hijos más pequeños, sino también porque conoce el pecado de algunos de sus miembros”.
“El sufrimiento, la historia y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes. Pecado que nos avergüenza. Personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado su dignidad”, denunció el Santo Padre, quien pidió perdón “por el pecado de omisión de asistencia, el pecado de ocultar y negar y el pecado del abuso de poder”.
Francisco repasó las dramáticas situaciones que afectan a millones de niños en todo el mundo, denunciando que 75 millones de niños han tenido que dejar la escuela por la crisis o las emergencias, o que el 68% de las víctimas de la trata sexual son menores.
“Vivimos en un mundo donde casi la mitad de los niños menores de 5 años que mueren lo hacen a causa de la malnutrición“, denunció el Papa, quien añadió que este año 150 millones de chicos y chicas “viven en condiciones de esclavitud”.
Respaldado por el último informe de UNICEF, Francisco advirtió de que “si la situación mundial no se revierte, en 2030 serán 167 millones los niños que vivirán en la extrema pobreza, 69 millones de menores de 5 años morirán entre 2016 y ese año y 60 millones de niños no asistirán a la escuela básica primaria”.
Carta del Papa Francisco a los obispos de todo el mundo sobre los niños con ocasión de la festividad de los santos Niños Inocentes
Querido hermano:
Hoy, día de los Santos Inocentes, mientras continúan resonando en nuestros corazones las palabras del ángel a los pastores: «Os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador» (Lc 2,10-11), siento la necesidad de escribirte. Nos hace bien escuchar una y otra vez este anuncio; volver a escuchar que Dios está en medio de nuestro pueblo. Esta certeza que renovamos año a año es fuente de nuestra alegría y esperanza.
Durante estos días podemos experimentar cómo la liturgia nos toma de la mano y nos conduce al corazón de la Navidad, nos introduce en el Misterio y nos lleva paulatinamente a la fuente de la alegría cristiana.
Como pastores hemos sido llamados para ayudar a hacer crecer esta alegría en medio de nuestro pueblo. Se nos pide cuidar esta alegría. Quiero renovar contigo la invitación a no dejarnos robar esta alegría, ya que muchas veces desilusionados -y no sin razones- con la realidad, con la Iglesia, o inclusive desilusionados de nosotros mismos, sentimos la tentación de apegarnos a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera de los corazones (cf. Exhorta. Ap. Evangelii gaudium, 83).
La Navidad, mal que nos pese, viene acompañada también del llanto. Los evangelistas no se permitieron disfrazar la realidad para hacerla más creíble o apetecible. No se permitieron realizar un discurso «bonito» pero irreal. Para ellos la Navidad no era refugio fantasioso en el que esconderse frente a los desafíos e injusticias de su tiempo. Al contrario, nos anuncian el nacimiento del Hijo de Dios también envuelto en una tragedia de dolor. Citando al profeta Jeremías, el evangelista Mateo lo presenta con gran crudeza: «En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos» (2,18). Es el gemido de dolor de las madres que lloran las muertes de sus hijos inocentes frente a la tiranía y ansia de poder desenfrenada de Herodes.
Un gemido que hoy también podemos seguir escuchando, que nos llega al alma y que no podemos ni queremos ignorar ni callar. Hoy en nuestros pueblos, lamentablemente -y lo escribo con profundo dolor-, se sigue escuchando el gemido y el llanto de tantas madres, de tantas familias, por la muerte de sus hijos, de sus hijos inocentes.
Contemplar el pesebre es también contemplar este llanto, es también aprender a escuchar lo que acontece a su alrededor y tener un corazón sensible y abierto al dolor del prójimo, más especialmente cuando se trata de niños, y también es tener la capacidad de asumir que hoy se sigue escribiendo ese triste capítulo de la historia. Contemplar el pesebre aislándolo de la vida que lo circunda sería hacer de la Navidad una linda fabula que nos generaría buenos sentimientos pero nos privaría de la fuerza creadora de la Buena Noticia que el Verbo Encarnado nos quiere regalar. Y la tentación existe.
¿Será que la alegría cristiana se puede vivir de espaldas a estas realidades? ¿Será que la alegría cristiana puede realizarse ignorando el gemido del hermano, de los niños?
San José fue el primer invitado a custodiar la alegría de la Salvación. Frente a los crímenes atroces que estaban sucediendo, san José -testimonio del hombre obediente y fiel- fue capaz de escuchar la voz de Dios y la misión que el Padre le encomendaba. Y porque supo escuchar la voz de Dios y se dejó guiar por su voluntad, se volvió más sensible a lo que le rodeaba y supo leer los acontecimientos con realismo.
Hoy también a nosotros, Pastores, se nos pide lo mismo, que seamos hombres capaces de escuchar y no ser sordos a la voz del Padre, y así poder ser más sensibles a la realidad que nos rodea. Hoy, teniendo como modelo a san José, estamos invitados a no dejar que nos roben la alegría. Estamos invitados a custodiarla de los Herodes de nuestros días. Y al igual que san José, necesitamos coraje para asumir esta realidad, para levantarnos y tomarla entre las manos (cf. Mt 2,20). El coraje de protegerla de los nuevos Herodes de nuestros días, que fagocitan la inocencia de nuestros niños. Una inocencia desgarrada bajo el peso del trabajo clandestino y esclavo, bajo el peso de la prostitución y la explotación. Inocencia destruida por las guerras y la emigración forzada, con la pérdida de todo lo que esto conlleva. Miles de nuestros niños han caído en manos de pandilleros, de mafias, de mercaderes de la muerte que lo único que hacen es fagocitar y explotar su necesidad.
A modo de ejemplo, hoy en día 75 millones de niños -debido a las emergencias y crisis prolongadas- han tenido que interrumpir su educación. En 2015, el 68 por ciento de todas las personas objeto de trata sexual en el mundo eran niños. Por otro lado, un tercio de los niños que han tenido que vivir fuera de sus países ha sido por desplazamientos forzosos. Vivimos en un mundo donde casi la mitad de los niños menores de 5 años que mueren ha sido a causa de malnutrición. En el año 2016, se calcula que 150 millones de niños han realizado trabajo infantil viviendo muchos de ellos en condición de esclavitud. De acuerdo al último informe elaborado por UNICEF, si la situación mundial no se revierte, en 2030 serán 167 millones los niños que vivirán en la extrema pobreza, 69 millones de niños menores de 5 años morirán entre 2016 y 2030, y 60 millones de niños no asistirán a la escuela básica primaria.
Escuchemos el llanto y el gemir de estos niños; escuchemos el llanto y el gemir también de nuestra madre Iglesia, que llora no sólo frente al dolor causado en sus hijos más pequeños, sino también porque conoce el pecado de algunos de sus miembros: el sufrimiento, la historia y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes. Pecado que nos avergüenza. Personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado su dignidad. Esto lo lamentamos profundamente y pedimos perdón. Nos unimos al dolor de las víctimas y a su vez lloramos el pecado. El pecado por lo sucedido, el pecado de omisión de asistencia, el pecado de ocultar y negar, el pecado del abuso de poder. La Iglesia también llora con amargura este pecado de sus hijos y pide perdón. Hoy, recordando el día de los Santos Inocentes, quiero que renovemos todo nuestro empeño para que estas atrocidades no vuelvan a suceder entre nosotros. Tomemos el coraje necesario para implementar todas las medidas necesarias y proteger en todo la vida de nuestros niños, para que tales crímenes no se repitan más. Asumamos clara y lealmente la consigna «tolerancia cero» en este asunto.
La alegría cristiana no es una alegría que se construye al margen de la realidad, ignorándola o haciendo como si no existiese. La alegría cristiana nace de una llamada -la misma que tuvo san José- a tomar y cuidar la vida, especialmente la de los santos inocentes de hoy. La Navidad es un tiempo que nos interpela a custodiar la vida y ayudarla a nacer y crecer; a renovarnos como pastores de coraje. Ese coraje que genera dinámicas capaces de tomar conciencia de la realidad que muchos de nuestros niños hoy están viviendo y trabajar para garantizarles los mínimos necesarios para que su dignidad como hijos de Dios sea no sólo respetada sino, sobre todo, defendida.
No dejemos que les roben la alegría. No nos dejemos robar la alegría, cuidémosla y ayudémosla a crecer.
Hagámoslo esto con la misma fidelidad paternal de san José y de la mano de María, la Madre de la ternura, para que no se nos endurezca el corazón.
Con fraternal afecto,
FRANCISCO
Vaticano, 28 de diciembre de 2016
Fiesta de los Santos Inocentes, Mártires
Comentarios desactivados en Roma expulsa a un sacerdote argentino por abusos
Cristian Gramlich no puede ejercer el ministerio
Tolerancia cero del Papa ante la pederastia
“La Santa Sede ha decretado la dimisión del Pbro. Cristian Gramlich del estado clerical, quedando privado de todo ejercicio del ministerio sacerdotal.” Con esta frase y en línea con la decisión del Papa Francisco de tolerancia cero ante abusos sexuales perpetrados por hombres o mujeres de la Iglesia, el Vaticano prohibió a un sacerdote argentino ejercer ese ministerio.
Gramlich, de la diócesis de San Isidro, es el segundo caso conocido en la zona en los dos últimos años. La misma sanción, la más dura que puede aplicar la Iglesia frente a la inconducta de uno de sus miembros, fue aplicada al sacerdote José Mercau en noviembre de 2014.
Gramlich, de 58 años, que en pocos días hubiese cumplido 32 de ejercicio sacerdotal, fue denunciado ante el obispado de San Isidro -diócesis en la que vivía y trabajaba- por abuso sexual a alumnos de dos colegios de esa zona en los que trabajó: el Carmen Arriola de Marín y el Juan XXIII.
El domingo pasado se leyó en la parroquia de Santa Rita, de Boulogne, de la que estuvo a cargo entre 2004 y 2012, el comunicado del obispado en el que se informa sobre la decisión de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe -órgano del Vaticano encargado de este tipo de casos-, refrendada por el Papa.
La noticia dejó azorados a muchos feligreses que hasta ese momento descreían de lo que consideraban rumores infundados. Gramlich es un experto en liturgia y autor de varios libros de formación para catequistas y para chicos; fue secretario ejecutivo de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina durante varios años y, como tal, director del Secretariado Nacional de Liturgia.
A causa de los rumores que circulaban en 2004, hubo malestar cuando el entonces obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, trasladó a Gramlich del colegio Marín para nombrarlo párroco de Santa Rita, en Boulogne, iglesia que tiene a su cargo el colegio Juan XXIII.
La investigación eclesial empezó a principios de 2012, a poco de asumir el obispado de San Isidro monseñor Oscar Ojea, que desde 2009 era obispo coadjutor. Inmediatamente y en tanto se desarrollaba una investigación preliminar, Ojea apartó a Gramlich de la parroquia y el colegio.
En mayo de 2013, según informó el obispado, con los testimonios de las víctimas y otros elementos de prueba, Ojea dispuso medidas cautelares hasta tanto se arribara a la resolución definitiva. Esas disposiciones autorizaban a Gramlich a seguir ejerciendo el sacerdocio de forma acotada -podía celebrar todos los sacramentos excepto el de la confesión-, pero fuera de la diócesis de San Isidro, zona en la que tampoco podía vivir. También se le pedía no realizar actividades en contacto con chicos y adolescentes. Gramlich estuvo en varias parroquias y desde comienzos de 2014 vivía y trabajaba en la del Espíritu Santo, en la diócesis de San Martín.
Después de un largo proceso en el que ejerció su derecho a la defensa -su representante legal apeló la decisión tomada por monseñor Ojea-, la Santa Sede elaboró un dictamen, a fines de 2014, que también fue apelado por el acusado. Finalmente el dictamen fue confirmado por la sanción comunicada en estos días.
A diferencia del caso de Mercau, que fue denunciado ante la justicia penal y condenado en un juicio abreviado, dado que admitió su culpabilidad, a 14 años de prisión, las víctimas de Gramlich optaron sólo por la justicia eclesiástica. De ahí que los detalles de los hechos por los que se lo acusa no fueron dados a conocer. Cabe recordar que el plazo de prescripción de los delitos sexuales contra menores de edad empieza a regir desde que la víctima tiene 18 años.
Ojea expresó que “al ser informadas las víctimas sobre el último dictamen de la Santa Sede sintieron que fueron escuchadas y que esto tenía un valor reparador de aquello que habían denunciado un tiempo atrás“. Y agregó: “Esto implica el compromiso del Santo Padre cuando habla del camino a seguir frente a estas situaciones que tanto daño hacen al santo pueblo de Dios”.
Exige que los expedientes de los curas pederastas sigan siendo confidenciales
Los supervivientes creen que es “otra táctica diseñada para evitar la transparencia“
“No ofrece ninguna protección a los que desean que se encaucen sus casos en lo penal o lo civil “
(C. Doody/Agencias).- Víctimas de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes -siempre y cuando no denuncien sus casos a las autoridades civiles- podrán buscar compensación de la archidiócesis de Nueva York. Los expedientes de sacerdotes pederastas, sin embargo -y de lo que la Iglesia hizo en lo que a ellos se refirió- se mantendrán confidenciales.
El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, anunció este jueves que la archidiócesis pedirá un préstamo a largo plazo para llegar a sus compromisos bajo un nuevo programa de compensaciones. Dijo que decidió crear el fondo en respuesta a supervivientes de abusos que le habían pedido “una señal tangible de la solicitud de la Iglesia y un sentido de reparación”. “Las heridas de muchos seguirán enconándose“, afirmó, “pero de forma muy entendible nos dicen que esperan más compasión“.
El establecimiento del nuevo fondo viene tras controversias en los últimos meses sobre una posible reforma de los plazos de prescripción para los abusos sexuales, cambio a que la Iglesia se ha opuesto firmamente.
Anne Barrett Doyle, codirectora de la web BishopAccountability.org -una asociación que defiende los derechos de supervivientes de abusos- dijo que la iniciativa de Dolan es solo “otra táctica diseñada para evitar la transparencia“.
La Red de Supervivientes de Abusos de Sacerdotes (Survivor’s Network of those Abused by Priests) asimismo condenó el nuevo plan, denunciando que no solo llega “muy tarde” sino que es una excusa para evitar la reforma del estatuto de limitaciones. “No estamos contentos con el anuncio”, dijo el director de SNAP, David Clohessy.
El programa de compensaciones comenzará con una primera fase que cubrirá a 150 víctimas que presentaron demandas en los pasados 30 o 40 años. La archidiócesis indicó que las personas con nuevos casos, que también crean que son elegible para una compensación, deben participar por su cuenta del programa, y estos serían evaluados en una segunda fase. Sin embargo, el nuevo plan -que solo se les aplicaría a víctimas de la archidiócesis de Nueva York, y no a las otras 7 diócesis del estado- no ofrece ninguna protección a los que desean que se encaucen sus casos en lo penal o lo civil, ni garantiza que se traiga a la luz el rol que ha llegado la Iglesia en el encubrimiento de casos.
Comentarios desactivados en Juicio oral al ex Presbítero de Paraná, Justo José Ilarraz que abusó de más de 50 menores con la complicidad de 3 arzobispos
Basta de impunidad…
El Tribunal de Juicios y Apelaciones con la firma de los jueces Pablo Vírgala, Marina Barbagelata y Gustavo Maldonado falló a favor del pedido de elevación a juicio oral presentado por la querella y el fiscal Ramirez Montrull contra el cura Justo José Ilarraz, el ex prefecto del seminario de Paraná investigado por abusos sexuales contra más de 50 chicos de entre 10 y 14 años pupilos que entre 1984 y 1992 estaban a su cargo en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, “Nuestra Señora del Cenáculo”.
Un grupo de sacerdotes (Leonardo Tovar y José Dumoulin) emitió un documento el año pasado en el que denunciaron los tres últimos arzobispos de Paraná, Esteban Karlic, Mario Maulión y Juan Puiggarí, quienes nunca denunciaron el hecho ante la justicia local habiendo tenido conocimiento de las acusaciones.
César Cigliutti, presidente de la CHA dijo que “El sacerdote Justo José Ilaraz es otro testimonio vergonzoso ocultado por 3 arzobispos de Paraná: Esteban Karlic y Mario Maulión y Juan Puiggarí, que se suma a otros tantos de los casos que llegaron a la justicia en Argentina. Desde hace más de dos décadas la CHA denuncia la política vaticana, y la conducta de los obispos argentinos por su complicidad y por el ocultamiento de los abusos de menores realizados por sacerdotes que fueron, en el peor de los casos, trasladados a otros lugares donde continuaron con sus abusos.
Denunciamos el encubrimiento de los abusos sexuales de niños y niñas que, hasta ahora, no tuvieron la necesaria reparación ni por parte del vaticano ni por parte de la justicia a cada uno/a de los/as niños/as que sufrieron estos abusos sexuales. Deben cambiar esta historia lamentable de abusos y encubrimientos impunes como el de Justo José Ilarraz, el sacerdote Julián Ruiz de la parroquia de la localidad de Pampa de los Guanacos de la Provincia de Santiago del Estero y de Grassi (cuya culpabilidad ya fue establecida por la justicia argentina). No puede seguir el silencio, no hay prescripción para este delito, y esperamos justicia”
Debemos, como sociedad, acompañar a las víctimas y exigir que los culpables y/o responsables sean condenados, repudiando la histórica actitud de las jerarquías y esperando posicionamientos claros y contundentes que dejen atrás gestos que avergüenzan, para que ocurran hechos concretos que digan nunca más a estas violaciones de derechos humanos contra niñas, niños y adolescentes en cada rincón del país y el mundo”.
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