Comentarios desactivados en In memoriam: Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. יום הנצחה לזכרם של קורבנות השואה
El 27 de enero se celebra internacionalmente el Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, una fecha que Naciones Unidas estableció en 2005 con el objetivo de rendir homenaje a las víctimas del genocidio judío. En 2022 se conmemora este recuerdo, cuando se cumplen 80 años del envío de homosexuales a campos de concentración nazis y 78 de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz.
«Sería un peligroso error pensar que el Holocausto fue un simple producto de la locura de un grupo de criminales nazis. Más bien todo lo contrario, el Holocausto fue la culminación de milenios de odio, culpabilización y discriminación de los judíos, lo que ahora llamamos antisemitismo.».
Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Leche negra del alba te bebemos de tarde
te bebemos al mediodía y en la mañana
te bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire
donde no estamos encogidos
Un hombre vive en la casa
juega con las serpientes
escribe cuando oscurece a Alemania tu pelo de oro
Margarete
escribe y sale de la casa
y brillan las estrellas y silba a sus perros
silba a sus judíos
y los manda a cavar una tumba en la tierra
y nos ordena ahora toquen para bailar
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y al mediodía
te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
Un hombre vive en la casa
y juega con las serpientes y escribe
y escribe cuando oscurece a Alemania
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith
cavamos una tumba en el aire
donde no estamos encogidos
Grita
caven más hondo canten unos toquen otros
y empuña el acero del cinto
lo blande
sus ojos son azules
hundan más hondo las palas
toquen unos bailen otros
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y al mediodía
te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith
un hombre juega con serpientes
Grita toquen más dulce la muerte
La muerte es un maestro de Alemania
y grita toquen más oscuro los violines
luego ascienden al aire
convertidos en humo
sólo entonces tienen una tumba en las nubes
donde no están encogidos.
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía
la muerte es un maestro de Alemania
te bebemos en la tarde y de mañana
bebemos y bebemos
la muerte es un maestro de Alemania
sus ojos son azules
te alcanzan sus balas de plomo
te alcanzan sin fallar
un hombre vive en la casa
tu pelo de oro Margarete
lanza sus mastines contra nosotros
nos regala una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña
la muerte es un maestro de Alemania
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith.
Comentarios desactivados en Javier Melloni SJ: “Ernesto Cardenal es experiencia mística concretada en realidad. Signo de veracidad”
El jesuita habla sobre la experiencia mística con motivo del 98 cumpleaños de Ernesto Cardenal
Con motivo del 98 cumpleaños del sacerdote y poeta, la fundación internacional Ernesto Cardenal ha preparado una serie de actividades para celebrar la vida de uno de los que fuera el máximo representante del misticismo cristianó de los últimos tiempos
Entre éstas actividades, un conversatorio entre Óscar de Baltodano (Vicepresidente de la fundación Ernesto Cardenal) y el P. Javier Melloni SJ sobre La Experiencia Mística que Religión Digital reproduce íntegramente como homenaje a su figura
“Su vida ha estado marcada por una experiencia personal que empieza siendo una experiencia política y tiene la gracia del éxtasis transformante cuando ve pasar una caravana del presidente Somoza. Una experiencia mística de reforma social”
| Óscar de Baltodano
Con motivo del Cumpleaños 98 de Ernesto Cardenal la fundación internacional Ernesto Cardenal ha preparado una serie de actividades para celebrar la vida de uno de los que fuera el máximo representante del misticismo cristianó de los últimos tiempos. Entre éstas actividades, un conversatorio entre Óscar de Baltodano (Vicepresidente de la fundación Ernesto Cardenal) y el P. Javier Melloni SJ sobre La Experiencia Mística.
Conversatorio que Religión Digital reproduce íntegramente para homenajear estos 98 años del Poeta y Sacerdote Ernesto Cardenal.
JM- Recuerdo haberlo leído y también me impactó mucho ese contraste que hay entre el cielo y el infierno.
OB- Curiosamente es después de esto cuando Cardenal se plantea su ingreso a la Trapa, donde casualmente da con Thomas Merton que al final será su maestro de novicio. Tengo entendido que Cardenal ya se carteaba con Merton porque intentó traducir alguna de sus obras, pero cuando empieza a cartearse desde la Abadía Getsemaní, Merton escribe con su nombre religioso, P. Louis. Este tipo de casualidades interesantes.
Nos gustaría que nos ilustre sobre esta curiosidad en la experiencia de la mística de Ernesto, la primera, de la cual broto toda su vida, pero que también generó cierto debate hasta el último día de su muerte; como sacerdote católico, como monje que empieza a tratar el tema de la política y acaba metiéndose en la situación social de su país, etc.
La riqueza o el pincel de la experiencia es muy variada; tenemos la experiencia mística, como la del mismo Pánikker, que es un diálogo inter religioso, una realidad de que todo es uno y que ya Ernesto también lo dice. Una experiencias de reforma, como la de la misma Santa Teresa, o una experiencia como la de Cardenal, que es una experiencia de reforma social y que, al final, sirve a la Iglesia hasta el último momento porque acata lo que le manda la institución, pero también a su país porque ilustra, a través de su obra, esta experiencia vital que brotó de una experiencia política.
JM- La fenomenología de la experiencias místicas es inmensa, pero podemos decir que hay algo en común en todas ellas, que es un aumento, una intensificación del campo o bien cognitivo, o bien afectivo, o bien perceptivo o bien las tres cosas a la vez, de nuestro pequeño yo. Es decir, si los seres humanos somos un campo reducido de conciencia que nos ayude hacer esta trilogía, hay una parte cognitiva, una parte afectiva y una parte perspectiva y las tres son formas diferentes de conciencia, no solo la mental es conciencia y la percepción corporal es otra forma de conciencia con sus cinco sentidos.
Lo que tenemos por experiencia mística es una expansión de este campo de conciencia o bien en las tres formas a la vez o bien en alguna de ellas. Esta expansión cognitiva de tipo afectiva y tipo perspectiva puede tener una extensión más o menos larga, puede ser de segundos, incluso, puede ser de minutos, de horas o de día, incluso de días.
¿Qué es lo que lo detona? ¿Qué es lo que lo provoca? Es la gran pregunta. Hay quienes pasan toda la vida intentando provocarla y no les llega nunca y a otros les llega de pronto de una forma aparentemente casual que nunca es casual, sino que es causa, pero mientras no conocemos las causas decimos que es casual. Yo creo que es un signo de nuestra corta edad cognitiva, porque no hay nada casual, todo es causal. Que esas causas son remotas, y se activan cuando se produce ese clic, como por ejemplo el que acabas de mencionar (hablando de Cardenal) ¿Por qué en ese momento, ante ese cortejo de Somoza, al joven se le abre eso?.
Bueno, pues si el instante presente es la condensación de lo que ha sido y de lo que será, en cada momento presente está la totalidad de lo que hemos sido y lo que seremos aunque nosotros, ese momento, lo veamos como presente. Por lo tanto, nosotros vivimos seccionadamente la temporalidad; separamos el pasado, el presente y futuro, pero, a mi modo de ver, nuestra mirada es corta y por tanto estrecha en esa franja.
Si ampliamos nuestro campo de conciencia, eso que era pasado se convierte en presente y eso que era futuro también se hace presente, porque la bastedad de la apertura amplifica el campo temporal. Entonces, todo es, en ese momento, ahora. Y eso es probablemente lo que a le sucedió a Cardenal; ahí estaba todo lo que sería, todo su compromiso político, no es que eso lo provocara, sino que eso ya estaba incluido en eso que le sucedió, de alguna manera. Y conocer su pasado, del que habría que investigar más biográficamente en la cronología para saber por qué ese momento sea el de la eclosión, es un paso por dar.
Podemos decir, entoces, que hay experiencias místicas fundantes como esta. Fundantes, porque marcan un antes y un después en la vida de los que las experimentan y para los que ya nada podrá ser igual. Pero también pueden ser experiencias más efímeras, que dejan una pequeña brecha, pero que modifican la visión de la persona. De ahí a que hay diferentes categorizaciones, densidades o extensiones en el tiempo de esas experiencias.
OB- Cuando hablamos de esta experiencia y ponemos de ejemplo a grandes místicos de la tradición cristiana, que es el lenguaje que tengo ahora mismo más a mano, usted tendrá también muchísimos ejemplos de la tradición oriental.
Pero cuando hablamos de esta experiencia, la solemos asociar, ya sea por cuestión cultural de occidente o por x o y, a una razón que va conectada o que tiene que llevar a un hilo conductor religioso de alguna manera, y también tiene que ir asociada a un cambio radical en la vida de la persona, pues puede abrirle la mente y el corazón porque es una cosa asociada a la mente pero también al corazón. Éste el ejemplo de Hildegarda de Bigen, cuando dice que se le abrió la mente, la conciencia, y empezó a entender los textos del evangelio, los escritos de los padres de la iglesia sin haber sido instruida antes. Y así otros muchos ejemplos. Pero es una experiencia que afecta más a la parte cerebral o la parte emocional.
-Y a la parte perceptiva de los sentidos, las tres cosas a la vez. Depende, hay personas que por su manera de ser o porque ese tipo de experiencia se da más de una forma mental cognitiva, puede ser más afectiva, puede ser más perceptiva.
Pero a la pregunta que hacías en cuanto a qué nivel está conectado esta gente con una confesionalidad religiosa, Jiménez Lozano, un autor vallisoletano no muy conocido y que ya hace algunos años murió, tiene una biografía muy buena sobre San Juan de la Cruz, a quien, a su modo, le llama el ‘mudejarillo de fontiveros‘. Y tiene una visión muy penetrante. Dice: los místicos, esos empedernidos buscadores de lo real, (o sea, la mística tiene que ver con la realidad, de la cual la religión es un posible acceso). A no ser que entendamos que por religión quieran expresar un sentido más etimológico que quiere decir ‘realigación’, cuando la conexión con la realidad se ha hecho más intensa, pues la realigación se ha fortalecido, pero no en el sentido religioso confesional del término.
Las religiones confesionales o las confesiones tradicionales son lenguajes sobre lo inefable. El gran problema de toda religión es que ha confundido su lenguaje con la realidad. La palabra Dios no es Dios, y nos peleamos sobre la palabra Dios y eso es solamente un dedo apenas señalando la luna, digamos.
El problema de las religiones es eso, absolutizan su lenguaje, porque como su lenguaje, supuestamente y así lo desean y así es en muchos casos, señala lo absoluto, acaba convirtiéndose en absoluto el lenguaje que es solo un vehículo para señalarlo.
Una de propiedades del siglo veinte ya y veintiuno más claramente, (aunque viene de antaño) es que muchas experiencias, cada vez más, se sitúan o fuera del marco religioso vigente o incluso lo hacen añicos. En el fondo, hasta eso mismo le pasó a San Ignacio aquí, donde estoy ahora, en Manresa. La ilustración del Cardoner dice que él vio, que entendió todo de una forma nueva, de manera que no podría explicar lo que comprendió.
Si no lo pueden explicar, significa que no tienen el molde ni ideológico, ni antropológico, ni cosmológico de aquel tiempo para poder expresarlo, y toda su vida yo creo que es intentar encajar en el lenguaje disponible aquello que dice bellamente Paul Ricoeur: cada generación tiene un “La Croyance” disponible, la creencia disponible, y por tanto en esa creencia disponible, intenta meter esa experiencia que desborda esa experiencia, que desborda el cuenco que lo acoge. Hoy en día tenemos más referentes para poder expresar con lenguajes vigentes o religiosos, o filosóficos, o cosmológicos para intentar poner nombre a lo que estará siempre más allá de todo orden.
OB- Podríamos decir, entonces, que el gran bloque de dificultad para la experiencia o para intentar expresar la experiencia es el lenguaje, sobre todo. Ya en determinadas épocas tuvieron sus dificultades propias, pero la época en que vivimos hoy en día, que tenemos a mano tantas modalidades del lenguaje, tantos medios para ilustrar, solemos confundir muchas veces el uso del lenguaje religioso exclusivamente para la mística, y luego, cuando encontramos un texto que puede intentar expresar desesperadamente esa experiencia, nos suele escandalizar.
Por ejemplo, el mismo San Juan con este “gocémonos amado”, en la época que se lo dice a las monjas de las que era director espiritual el mismo Ignacio también, o el mismo Ernesto en su “Telescopio en la noche oscura”.
Esta fina línea con el escándalo que puede provocar lo que dice el místico (que al final siempre genera no sé si cierta incomodidad, pero cierto puritanismo para quitarle el velo a la experiencia de esta palabra que llamamos Dios), la ocasiona la palabra?
JM- Bueno, la palabra es el problema y la palabra es el vehículo al mismo tiempo. O sea, el mismo problema es el vehículo y el vehículo se convierte en el problema. La paradoja de la mística es que, por un lado, todos los místicos hablan de lo inefable de la misma palabra mis, que significa mantener los labios cerrados, de lo que etimológicamente significa. Y al mismo tiempo la mística es la que más ha profundizado en palabras para expresar lo que no se puede expresar. Lo que ha generado las palabras más bellas y los poemas más bellos salen de aquello que no se puede expresar. Por lo tanto, es ambivalente decir muy bella porque no es muy bueno en el terreno de la paradoja.
El lenguaje místico, ese algo que tenemos que analizar porque en algunos momentos fue algo asociado al erotismo dado en el plano humano, lo erótico es lo que está más cerca de una unión muy plena. Por lo que el problema está en que si se hace una lectura reductora, quien queda reducido es quien reduce ese lenguaje y lo lee solo, digamos, hacia abajo.
Hay lectura reductora de la mística que lo convierte en metáfora de algo que es evidente, cuando es al revés. Se utiliza el lenguaje de la experiencia erótica porque es, probablemente, una de las experiencias humanas más punitivas que se pueden tener para hablar de aquello que la trasciende. Hay, por tanto, una lectura reductora de la mística o una lectura, al contrario, trascendente. Que se haga de un modo u otro no depende del místico, sino que depende del que lo lee.
OB- Supongo que también de las circunstancias en el místico, del lenguaje que se le hace familiar, de alguna manera.
JM- El místico utilizará el lenguaje que tiene disponible. Sobre esto, hace años leí una cosa que me pareció interesante, que decía: los místicos que han tenido experiencias sexuales previas a su conversión no utilizan el lenguaje nupcial erótico, no lo utilizan porque lo asocian a algo que ellos han dejado. En cambio, aquellos místicos que no han tenido experiencia sexual, utilizan el lenguaje erótico porque no está connotado de sus experiencias. Pasa igual con el islam. En islam se utiliza el lenguaje de la embriaguez y ellos no toman vino; lo utilizan porque no hay equivoco. Utilizan una experiencia limite, como puede ser una experiencia erótica o la experiencia de la embriaguez para hablar de aquello que la trasciende, porque si nos quedamos solo de hacia abajo, esa no es una experiencia mística, esa es una experiencia sin más, todavía ahí no hay mística, entonces juegan con esa ambivalencia.
OB- En esta línea, sobre todo, del lenguaje erótico y asociándolo un poco a Cardenal, que en la mayor parte de sus obras utiliza ese lenguaje nupcial, ese lenguaje erótico un poco rompedor también para la época en la América en la que Cardenal se tiene que desenvolver, me viene a la cabeza esta curiosidad de que después de la experiencia, se termina de romper el dogma. El dogma, por decirlo de alguna manera. Se sale de la estructura, del conocimiento que tenemos hasta el momento. Por ejemplo me viene esta expresión de Ravia al adawiyya, la santa sufí, que decía aquello de:
Si Te adorase por miedo al Infierno, quémame en el Infierno, Si Te adorara esperando el Paraíso, exclúyeme del Paraíso.
Parecido “al no me mueva mi Dios para quererte” en el momento también en que lo está haciendo.
200 años, 150 años después, todavía tenemos esta imagen de este Dios del Antiguo Testamento, un Dios marcador, y de esta mujer que luego lo utilizamos nosotros y lo utilizarán los místicos de la Edad Media y del Siglo de Oro español. No asociamos a este Dios de ‘yo hago buenas obras a cambio de‘, sino que es el amor lo que me mantiene. Es lo mismo que hace Ernesto, tiempo después, “Soy lo que soy ante Dios”.
JM- El dogma de cualquier religión es un molde supuestamente propedéutico, ehiculador en una dirección. El problema de todo dogma, volvemos a lo del lenguaje de antes, es cuando esa formulación se convierte en un absoluto y trata de encerrar lo inabarcable en un pequeño cuenco. Por supuesto que la experiencia mística la revientan, se ha dicho que los místicos por un lado son, en cada religión, lo más sublime que da esa religión porque se expresa a través de un lenguaje concreto.
Hay místicos cristianos, musulmanes, Sufíes. Son sus flores más excelsas, pero al mismo tiempo revientan el jarro donde ha crecido la flor. Por eso son tan amados. Son venerados, pero al mismo tiempo semi-prohibidos hasta el momento presente, donde ya no es posible esta prohibición, y podemos acercarnos al jardín donde todas las flores exhalan su perfume y donde nadie se puede apropiar de ellas. Es el gran tiempo privilegiado que tenemos los habitantes del Siglo XXI, en que podemos pasearnos por los jardines de todas las religiones sin que ninguna de ellas diga: este olor es mío, esta flor es mía. Porque las mismas rejas o vayas o paredes o muros de los jardines han saltado.
OB- Supongo que es esta experiencia del ánfora rota que Ernesto utiliza a lo largo de toda su vida.
JM- Si, efectivamente, es lo mismo
OB- Uno de los peligros, por llamarlo de alguna manera, sobre todo el acompañamiento de la experiencia de la persona que experimenta el fenómeno místico, es la línea entre donde hay una experiencia real y donde puede ser una experiencia fruto de alguna piedad malsana, o de algún problema de tipo psicológico que puede existir y que es muy real. Donde tenemos esa certeza, por así decirlo. Luce López-Baralt siempre suele utilizar el: “por sus obras les conoceréis”, donde tenemos esa seguridad de que una experiencia es auténtica y de que hay cosas que no son experiencias, que simplemente es piedad o alucinación.
JM- O piedad, o alucinación, o cualquier otra cosa digamos, piedad es la parte religiosa, pero puede ser delirios de grandeza o sustituto de lo real porque uno no puede soportar un mundo imaginario que le compensa su soledad, o su frustración o lo que fuere.
Creo que el criterio, como el criterio discernimiento, sería la palabra para saber. Yo creo que certeza y seguridad en tema de la mística, olvidémoslo. No hay ni certezas ni seguridades; lo que hay son indicios, caminos… como olfato de ‘esto suena autentico, esto suena a constructo’.
Para mí el criterio discernimiento es que sean fuente de vida: crean más vida, son creadores de realidad, acercan a la realidad y recrean a la realidad en un punto de encuentro. Que la experiencia mística es un momento de expansión de la conciencia, o cognitiva, o afectiva, o perceptiva, en la formas que aparezcan; rostros, mensajes, cualquier cosa que se pueda manifestar en la experiencia mística. El que lo haga autentica el criterio discernimiento, para mí, es que se concreta en algo, que es punto de encuentro con los demás. O sea, una recreación de la realidad en un nivel superior que sin esa experiencia mística no hubiera sido, no se hubiera manifestado.
Si decimos que el místico es aquel empedernido buscador de lo real, lo que ha encontrado es que es más real su vida y crea más realidad, más vida en torno a su vida para que otros participen de esa experiencia, que es la gran diferencia con la persona que alucina, o con la persona trastornada que vive su mundo, pero totalmente separado de los demás. La persona mística es oblativa, todo aquello que vive de alguna manera le recorre y lo entrega y va perdiendo autorreferencia. La persona que padece trastorno psicológico, acaba siendo muy auto centrada, muy auto referida. En cambio, en aquel de verdad místico, su ego, su yo, se va diluyendo en la realidad y se convierte en pasaje de mayor realidad. Este para mí es el criterio.
OB- En esta misma línea, decimos que el místico siempre utiliza el lenguaje que tiene a mano y tiene una idea de un ser supremo, de esta divinidad que le llamamos Dios, Amor, como nos dé la gana. Pero, una persona agnóstica, ¿es capaz de llevar la plenitud de la experiencia, o de llegar a experimentar la experiencia?
JM- Al cabo de los años yo distingo, no entre personas creyente y no creyentes, sino entre personas abiertas y personas cerradas. Porque uno puede llamarse muy creyente y no tener nada de autenticidad en su creencia, y personas llamadas no creyentes que están muy abiertas y muy disponibles a lo inefable. Por tanto, la exención es entre personas abiertas y personas cerradas. Disponibles y receptivas, donde permite esta apertura a niveles de conciencia superiores y no se protegen porque están disponibles a que eso pueda suceder.
OB- El puente de unión es la apertura a la experiencia, lleve el nombre que lleve.
JM- Apertura a la realidad.
OB- Esto que nos ha explicado el padre Javier nos acerca un poco más a entender a Ernesto porque, al final, la experiencia de Ernesto es todavía joven, necesita de estudio y necesita que la gente se acerque un poco más a esa experiencia espiritual de la que parte su política y su poesía. Así que le agradezco muchísimo que haya estado aquí, acompañándonos.
JM- Pues yo encantadísimo de participar en este evento porque soy lector, desde mi adolescencia, de Ernesto, y lo he seguido. Además, su proyecto de Solentiname me ha parecido extraordinario. Para mí ese sería un criterio de credibilidad, cuando la experiencia mística se concreta en algo y eso es fuente de vida, eso es el signo de que eso es verdadero, como ha sido la experiencia de Ernesto.
¡Ay, nuestro fuego! Esa es la expresión que resuena en los hijos e hijas de Tohil, el dios que otorga el fuego en la cultura maya. El fuego es una especie de portal que conecta a las personas con sus abuelas y abuelos, el cosmos y las energías que trasmite la tierra.
Enrique Salanic y Arcadio Salanic son dos hombres homosexuales mayas quiché de Cantel, Quetzaltenango. Son de diferentes generaciones y desde sus propios espacios trabajan para reivindicar su orientación sexual por medio de la cosmovisión maya, en donde el fuego se convierte en el espejo y el pasaje que les permite ver y expresar su sexualidad.
Desde la perspectiva de Enrique y Arcadio, el fuego es ese calor interior que los acompaña, que les mueve y apasiona. Dicen que ven en la llama del fuego, esa luz que les ilumina su camino a reivindicar su orientación sexual porque los conecta con sus antepasados y les llena de la energía que proviene de la tierra.
En el caso de Salanic desde los 23 años tomó la decisión de vivir su experiencia humana desde la espiritualidad maya: “yo descubrí una diferencia importante, en la religión o es blanco o es negro, pero en la espiritualidad maya, tú vives desde lo que tu corazón y el fuego te van diciendo y vas tomando esa decisión”. Esto mismo piensa Arcadio: “yo siento en la espiritualidad mi fuerza vital para vivir tal y como soy, de seguir creyendo en que puedo aportar para que el mundo sea diferente, sea menos peligroso para todos y todo esto lo descubro en mi nahual, es como mi guía”.
“Cuéntales que no somos ni magos ni brujos, solo ponemos más atención” Frase que acompaña los trazos de los nahuales en la pared y en la vida de Enrique Salanic. Fotografía: Emma Gómez.
Desde una cafetería del centro histórico de la ciudad de Quetzaltenango, Enrique Salanic narra su historia. Su voz es serena y se mantiene rígida, aunque a veces se cuela una sonrisa. “Yo desde pequeño sabía que era”, expresa Enrique sin terminar la frase, pero no es porque quiera ocultarlo, sino porque ya es tan parte de él que hablar de esa manera es más un acto de inercia. Enrique Salanic tiene 29 años y se identifica como un hombre gay maya quiché.
Nació y creció en Cantel, Quetzaltenango, un departamento ubicado a 210 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Cantel está rodeado por montañas que se desprenden de la Sierra de la Madre desde Chiapas, hasta llegar al altiplano guatemalteco. Desde cualquier punto del pequeño pueblo se puede observar el volcán Santa María, ese que se cubre de nieve entre diciembre y febrero y que sus bajas temperaturas rodean las casas de Cantel con una densa neblina durante las mañanas.
Ese es el pueblo donde Enrique Salanic también prende el fuego que ahora considera el pilar de su libertad para expresar su orientación sexual y su arte como actor de cine y teatro. Enrique es conocido por ser el protagonista de la película, Jósé, que se estrenó en 2018. Es una cinta que relata la historia de amor entre dos jóvenes homosexuales y es dirigida y escrita por el director Li Cheng de origen chino, quien dijo en una entrevista que decidió filmarla en Guatemala y con actores indígenas guatemaltecos, después de una investigación que hizo sobre los países más homofóbicos y racistas de América Latina. Enrique Salanic ve esta producción cinematográfica como una manera de visibilizar a la comunidad LGBTIQ+ indígena. Salanic también ha participado en las películas Días de luz,Roza y La llorona, esta última es creación del director guatemalteco, Jairo Bustamante.
Mientras toma un té, el actor profundiza sobre desde qué posición vive su homosexualidad. Dice que es desde otra perspectiva a la diversidad. Él llama a esto: disidencia, porque para él ser un hombre gay indígena no solo es identidad y orientación sexual, sino una postura política. “Con esto estamos diciendo que existimos y que siempre hemos estado, aunque no nos están tomando en cuenta”, explica Enrique con su voz serena, pero que denota mucha convicción al pronunciar su posición.
Cotidianidad desde una de las comunidades de Cantel y al fondo Quetzaltenango, en época previo a la cosecha de maíz. Fotografía: Teresa Son
A la luz del fuego
Aunque ahora esa libertad la vive en su pueblo natal, no siempre fue así. El proceso de aceptarse y reconocerse tuvo que ser desde afuera de Cantel y de Guatemala. Cuando Enrique tenía 15 años ganó una beca de los Colegios del Mundo Unido para estudiar bachillerato internacional en Canadá, en donde también estudio actuación teatral. “Fue como un balde de agua fría, porque me decían que sentir eso (emociones y atracción) por otro hombre era normal”. Esto último lo dice Enrique ahora con mucha calma y normalidad, pero recuerda que los días de descubrimiento personal significaron para él una etapa de mucho temor.
Canadá fue el lugar donde se descubrió; su nahual y las ceremonias mayas fueron el lugar en donde reivindicó su identidad como un hombre gay y como indígena. Enrique dice que entiende su vida, su misión, su profesión, su sueño y su identidad sexual-cultural desde la vivencia de su nahual. “El nahual, en la cosmovisión maya, es el canal de comunicación y conexión con las energías del cosmos que tienen las personas. Es la energía-espíritu de cada persona, que ilumina, inspira, guía y armoniza la vida”. De esta manera lo explica Ana Puac, Aj’quij’ (sacerdotisa maya) de Quiché, quien fue consultada para explicar mejor los procesos de la espiritualidad maya.
Son las 5 de la mañana, el frío de Cantel contrasta con los colores cálidos de las velas que alumbran los elementos del altar maya. Junto a este elemento el incienso, poom (tipo de trementina), ocote, panela, dulces y chinchines (sonaja de tarro) dan los olores y sonidos a la ceremonia maya que Enrique está por iniciar. “Es un momento para conectar con nuestras abuelas y abuelos, lo más importante es tener la disposición de vivirlo”, dice Enrique mientras agrega más velas a su altar, como parte del ritual que lo hace conectar con él mismo.
El actor continúa y explica que una ceremonia supone disponer de la buena voluntad y el deseo de experimentar el fuego. Este elemento incandescente, la llama del fuego, es visto desde la cosmovisión maya como el que genera la conexión con el corazón del cielo y el corazón de la tierra, entonces las personas hacen sintonía con los deseos de su corazón para llegar conectarlos con esa energía que les mueve en la vida. Para la cosmovisión maya, la ceremonia es el centro del cielo y de la tierra porque se une la totalidad de la vida: Uk’ux kaj, Uk’ux ulew.
“Conectar con la propia energía no solo es entender el sentido de la vida, sino sentir que lo que vives y haces tiene su propósito, es como sentir que tú mismo y lo que está a tu alrededor te van confirmando que sí ese eres tú y vas creando tu propio camino”, relata Enrique la experiencia que el ritual ancestral trae a su vida cada vez que lo ejecuta.
Ilustración de Kevin Moya : La Comunidad LGBTIQ+ en torno al fuego reivindica su existencia.
Una visión menos occidental
La búsqueda por reivindicar su orientación sexual a través de la espiritualidad que se desprende del fuego que se enciende en las ceremonias es algo que se ha transmitido de otras generaciones. Arcadio Salanic, un hombre gay maya quiché de 52 años, originario de Cantel Quetzaltenango, también se descubrió de esa manera, pero su vida y su lugar de lucha son distintos al de Enrique.
“Yo hablo con mi nahual todos los días. Es la energía que me equilibra, siento que es otra persona que me acompaña, guía, protege ante las adversidades de la vida. Es como sentir una fuerza interna que acompaña e inspira. Esta experiencia a veces no se puede explicar, pero se vive”. por ser gay y en otros espacios y lugares de Guatemala por ser indígena.
“No es lo mismo ser gay indígena, que ser gay ladino, porque te buscan por tu bonito cuerpo, por tu color de piel, por la belleza homogénea y uno que es moreno, no lo aceptan”, expresa Arcadio sobre cómo ha sentido en otros espacios de la misma comunidad LGBTIQ+ en Guatemala.
Arcadio es líder indígena de Cantel y desde su perspectiva, ese es uno de los municipios más conservadores de Quetzaltenango. Su liderazgo y constante participación política y social no han evitado que haya sido discriminado, hasta el extremo de ser amenazado de muerte por expresar libremente su orientación sexual.
La discriminación y amenazas lo hicieron buscar apoyo con otras personas de la comunidad LGBTIQ+, pero no siempre encontró la aceptación y eso le llevó a buscar una forma propia de trabajar para hacer visible las luchas de derechos humanos desde su identidad cultural. Es por esa razón que empezó a trabajar para crear la organización LGBTIQ+, K’ab’awil, que desde la cosmovisión maya significa “doble mirada o dualidad”.
Esta organización está integrada por hombres homosexuales e indígenas de Quetzaltenango. Su objetivo es reivindicar el orgullo de la comunidad LGBTIQ+ indígena. Arcadio Salanic dice que su principal enfoque es disminuir las violencias en contra de la comunidad LGBTIQ+ maya, porque por su orientación sexual enfrentan discriminación hasta desde sus propios vecinos quichés.
Arcadio Salanic, líder k’iche’, lucha contra el sistema de su comunidad para visibilizar sus derechos como hombre homosexual. Participa en grupos sociales y comunitarios del departamento. Fotografía: Emma Gómez
El académico y cineasta ahonda más sobre la doble discriminación que enfrenta la comunidad LGBTIQ+ indígena en Guatemala. Él la llama “no existencia” y dice que es una exclusión que los pueblos indígenas arrastran desde la colonia. “En el imaginario social sobre el sexo, desde lo colonial se ve solo desde lo heterosexual y la búsqueda de la mejora de la raza, da preeminencia al matrimonio, como mecanismo seguro para conservar la higiene racial. Entonces, lo sodomita, no es solo mal visto por ser homosexual sino sobre todo por su racialidad”, concluye.
Esta organización en formación representa la doble mirada, la dualidad del ser, explica el líder indígena. Creen que desde esta forma de organizarse pueden defender “su lado masculino y femenino”, mientras que por medio de la conexión espiritual de la cosmovisión maya encuentran la fuerza y convicción para enfrentar la discriminación por su orientación sexual y racismo. Actualmente la integran once personas de diferentes lugares, la mayoría son hombres bisexuales y el resto son hombres y mujeres homosexuales. La organización se encuentra en la fase de constitución legal para tener el respaldo jurídico y trabajar en el occidente del país.
El Ministerio Público (MP) recibió, a octubre de 2022, un total de 97 denuncias, las cuales registran la violencia contra la comunidad LGBTIQ a nivel nacional. El MP no tiene registro por identidad cultural, porque esto no está considerado en el formato para interponer denuncias. Sin embargo, nueve de las personas que acudieron al MP después de haber sido víctimas de un acto de violencia por su orientación sexual e identidad de género, se autoidentifican como indígenas mayas.
Lambda, una organización que defiende y asiste a la población LGBTIQ+ reporta más de 25 asesinatos en contra de personas de esta comunidad durante 2022, pero el MP solo reporta un homicidio en el departamento de El Progreso.
Una doble discriminación
El académico y cineasta homosexual maya kaqchiquel, Marco Chivalan, explica la visión de Enrique y Arcadio, quienes representan a dos generaciones distintas de hombres homosexuales indígenas. El académico que ha investigado este tema coincide con Enrique Salanic. Dice que para ellos no es solo diversidad sexual, es disidencia, lo describe como “salirse del guacal”. El académico señala que las personas gays mayas son vistas como una minoría dentro de la comunidad LGBTIQ+, como un grupo inexistente y considera que eso es también un tipo de violencia racial. “Yo prefiero decir disidencia y no diversidad, este es un término occidental y no refleja en su totalidad la existencia de nosotros, las personas disidentes”, agrega Marco.
El investigador social continúa y explica que disidencia hace referencia no solo a ser diferente y diverso, sino es un concepto que aborda sobre alterar una concepción ya establecida respecto a “ser hombre o ser mujer”, o peor aún, lo que significa ser persona y cómo expresar su sexualidad. “Disidencia porque responde a dar la fuerza y energía a la decisión firme de vivir conforme a lo que se decide y no conforme a lo que imponen la sociedad o la misma comunidad LGBTIQ+”.
Enrique Salanic vive desde la cosmovisión maya su sexualidad. A través de su espacio busca armonía, dualidad y complementariedad. Fotografía: Emma Gómez
El académico y cineasta ahonda más sobre la doble discriminación que enfrenta la comunidad LGBTIQ+ indígena en Guatemala. Él la llama “no existencia” y dice que es una exclusión que los pueblos indígenas arrastran desde la colonia. “En el imaginario social sobre el sexo, desde lo colonial se ve solo desde lo heterosexual y la búsqueda de la mejora de la raza, da preeminencia al matrimonio, como mecanismo seguro para conservar la higiene racial. Entonces, lo sodomita, no es solo mal visto por ser homosexual sino sobre todo por su racialidad”, concluye.
Comentarios desactivados en Un mismo amor… San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno
En la fiesta de estos dos santos hacemos memoria del amor de Dios… y de los hombres…
Si es verdad que cada santo es una ilustración viva del Evangelio, esto vale de modo particular en el caso de los amigos capadocios Basilio y Gregorio, testigos de la fidelidad y de la belleza del ideal cristiano vivido y realizado en plenitud.
Basilio, con su fuerte personalidad de líder, de hombre de acción, y Gregorio, elevadísimo poeta y teólogo, nos muestran con su vida qué significa asistir a la escuela de la verdadera sabiduría y recibir como don el Espíritu, que escruta también las profundidades de Dios. “El mundo tiene necesidad de santos dotados de genio” (Simone Weil): los dos grandes amigos, a los que veneramos en esta memoria como obispos y doctores de la Iglesia, han alcanzado por la caridad de Cristo lo que les ha hecho obradores del bien al servicio de los hermanos y cantores admirados de la belleza de Dios.
Desde su juventud habían afirmado: “Para nosotros era una cosa grande y un gran nombre ser cristianos y ser llamados cristianos”, y mantuvieron durante toda su vida la fe en su amistad porque vivieron “acrecentando el misterio santo y nuevo de Cristo, de quien habían recibido el nombre con que eran llamados”. Esto les convirtió de verdad en sal y luz no sólo para su tiempo, sino para toda la Iglesia, en todos los tiempos.
***
Como si una misma alma sustentase dos cuerpos.
Nos habíamos encontrado en Atenas, como la corriente de un mismo río que, desde el manantial patrio, nos había dispersado por las diversas regiones, arrastrados por el afán de aprender, y que, de nuevo, como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, volvió a unirnos, sin duda porque así lo dispuso Dios.
En aquellas circunstancias, no me contentaba yo sólo con venerar y seguir a mi gran amigo Basilio, al advertir en él la gravedad de sus costumbres y la madurez y seriedad de sus palabras, sino que trataba de persuadir a los demás, que todavía no lo conocían, a que le tuviesen esta misma admiración. En seguida empezó a ser tenido en gran estima por quienes conocían su fama y lo habían oído.
En consecuencia, ¿qué sucedió? Que fue casi el único, entre todos los estudiantes que se encontraban en Atenas, que sobrepasaba el nivel común y el único que había conseguido un honor mayor que el que parece corresponder a un principiante. Éste fue el preludio de nuestra amistad; ésta la chispa de nuestra intimidad; así fue como el mutuo amor prendió en nosotros.
Con el paso del tiempo, nos confesamos mutuamente nuestras ilusiones y que nuestro más profundo deseo era alcanzar la filosofía, y, ya para entonces, éramos el uno para el otro todo lo compañeros y amigos que nos era posible ser, de acuerdo siempre, aspirando a idénticos bienes y cultivando cada día más ferviente y más íntimamente nuestro recíproco deseo.
Nos movía un mismo deseo de saber, actitud que suele ocasionar profundas envidias, y, sin embargo, carecíamos de envidia; en cambio, teníamos en gran aprecio la emulación. Contendíamos entre nosotros, no para ver quién era el primero, sino para averiguar quién cedía al otro la primacía; cada uno de nosotros consideraba la gloria del otro como propia.
Parecía que teníamos una misma alma que sustentaba dos cuerpos. Y, si no hay que dar crédito en absoluto a quienes dicen que todo se encuentra en todas las cosas, a nosotros hay que hacernos caso si decimos que cada uno se encontraba en el otro y junto al otro.
Una sola tarea y afán había para ambos, y era la virtud, así como vivir para las esperanzas futuras de tal modo que, aun antes de haber partido de esta vida, pudiese decirse que habíamos emigrado ya de ella. Ése fue el ideal que nos propusimos, y así tratábamos de dirigir nuestra vida y todas nuestras acciones, dóciles a la dirección del mandato divino, acuciándonos mutuamente en el empeño por la virtud; y, a no ser que decir esto vaya a parecer arrogante en exceso, éramos el uno para el otro la norma y regla con la que se discierne lo recto de lo torcido.
Y, así como otros tienen sobrenombres, o bien recibidos de sus padres, o bien suyos propios, o sea, adquiridos con los esfuerzos y orientación de su misma vida, para nosotros era maravilloso ser cristianos, y glorioso recibir este nombre.
*
De los sermones de san Gregorio Nacianceno, obispo.
Comentarios desactivados en 2023, bajo el signo de la confianza
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
* * *
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro;
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
y guíame por el camino eterno.
Comentarios desactivados en “Juan de la Cruz, un amor que no sabe de pecado”
Del blog de Xabier Pikaza:
Celebra hoy la Iglesia Católica la memoria de San Juan de la Cruz, el más poderoso de los testigos del amor en la historia de occidente.
En esta postal (tomado de mi libro Amor de hombre, Dios enamorado, Desclée de Brouwer, Bilbao 2004),quiero presentar su figura y comentar una estrofa de su Cántico Espiritual, para indicar que en el amor no hay pecado. Esto dice el hombre o mujer que ama:
Está el alma en este punto en cierta manera como Adán en la inocencia, que no sabía qué cosa era mal, porque está tan inocente que no entiende el mal, ni cosa juzga a mal
Muchas veces he presentado en este blog a Jesús con los pecadores, y algunos lectores creyeron que decía que Jesús era pecador. Pero es todo lo contrario. Precisamente porque no tenía pecado Jesús podía (y debía) hacerse presente en amor entre los pecadores.
Quizá nadie con San Juan de la Cruz ha entendido este misterio y compromiso: vivir en amor, sin pecado; andar con los pecadores, sin juzgarles, vivir en la inocencia. Esto que dice SJC es el centro de la vida cristiana, el mensaje de Jesús. Éste debía ser el mensaje y ejemplo de la iglesia: vivir en inocencia de amor.
Con Juan de la Cruz quiero dejar a mis lectores este día. Presento primero la estrofa de bebida de amor, a vida sin pecado, en amor enamorado. Resume después, de un modo erudito, su vida y obra. Quien sólo se interese por la vida, lea sólo la primera parte; quien se interesa por la experiencia, lea la segunda.
1. En el amor no hay pecado CB 26).
En el Cántico Espiritual B, estrofa 26. En la interior bodega. Ignorancia de amor ha expuesto San Juan de la Cruz la experiencia más honda de una vida sin pecado, en inocencia «original»:
En la interior bodega de mi Amado bebí, y cuando salía por toda aquesta vega, ya cosa no sabía y el ganado perdí que antes seguía.
Esta bebida transforma el entendimiento y juicio de la Amante, haciéndole olvidar lo que sabía (en un nivel de ley), de manera que ella puede saber-saborear el amor inocente, más allá del pecado
1. En la interior bodega.
Parece que hay siete bodegas y que ésta es la más honda, el amor más profundo (cf. Cant 2, 4), que transforma al hombre en Dios:
Y lo que Dios comunica al alma en esta estrecha junta es totalmente indecible y no se puede decir nada, así como del mismo Dios no se puede decir algo que sea como Él, porque el mismo Dios es el que se le comunica con admirable gloria de transformación de ella en Él, estando ambos en uno, como si dijéramos ahora: la vidriera con el rayo de sol, o el carbón con el fuego
(Coment 26, 4).
El amante queda así transfigurado en el calor y luz de Dios, renaciendo en el vino de Cristo. Esta es la eucaristía teológica, la embriaguez del hombre que nace y crece en la bodega del Amado, al interior del ser divino. En esa línea, los hombres y mujeres (re)nacen al amarse.
2. De mi Amado bebí.
Los hombres “beben de su Amado” (Dios), como los amantes se beben entre sí. Ciertamente, han nacido de unos padres (de una madre); ahora renacen de aquellos que les aman y en ellos viven y así se transforman unos en los otros.
Como la bebida se difunde y derrama por todos los miembros y venas del cuerpo, así se difunde esta comunicación de Dios sustancialmente en toda el alma o, por mejor decir, el alma se transforma en Dios, según la cual transformación bebe el alma de su Dios, según la sustancia de ella y según sus potencias espirituales; porque según el entendimiento bebe sabiduría y ciencia, y según la voluntad bebe amor suavísimo y según la memoria bebe recreación… (Coment 26, 5).
Este beber y transformarse en Dios es la eucaristía más honda, que no está hecha de celebraciones aisladas (en momentos especiales), sino de la misma vida de Dios en amor, sobre todas las exigencias moralistas. No nacemos ni vivimos para “merecer el cielo” por las obras buenas, sino para recibir y asumir el don de la vida, el mismo Dios, nuestro cielo.
3. Y cuando salía por toda aquesta vega ya cosa no sabía.
El conocimiento de Dios se vuelve olvido del mundo, como habían destacado los griegos, hablando de la embriaguez o manía religiosa y del río Leteo, hecho de aguas frías o fuego, donde los muertos olvidan lo viejo cuando pasan al mundo interior (inferior o superior) de lo divino:
Aquella bebida de altísima sabiduría de Dios que allí bebió le hace olvidar todas las cosas del mundo y le parece al alma que lo que ante sabía y aún lo que sabe todo el mundo, en comparación de aquel saber, es pura ignorancia… (El alma queda así informada de ciencia sobrenatural… ante la cual) todo el saber natural y político del mundo antes es no saber que saber
(Coment 26, 13).
4. Y el ganado perdí que antes seguía.
La amante era pastora acompañando y guardando su ganado. “Y de este ganado unos tienen más y otros menos…, hasta que, entregándose a beber en esta interior bodega, lo pierden todo, quedando (como habemos dicho) hechos todos en amor” (Coment 26, 19). Lógicamente, el alma que ha bebido de Dios y se ha embriagado se pierde al mundo viejo, como seguirán destacando las próximas estrofas (CB 27- 29.
Tanto Platón como Filón, judío alejandrino (Vida contemplativa), habían comparado el conocimiento de Dios con una embriaguez. También la amante de SJC ha entrado en la bodega de ebriedad o entusiasmo de amor, que en-ajena al hombre, quedando fuera de sí, en el éxtasis más hondo. Por eso, cuando sale “por toda aquesta vega” de las leyes racionales, programadas de un modo “político”, el hombre enamorado siente y dice que ya no sabe nada.
“La sabiduría de los hombres y de todo el mundo es pura ignorancia”, porque “las mismas ciencias naturales y las mismas obras que Dios hace, delante de lo que es saber a Dios es como no saber, porque donde no se sabe a Dios no se sabe nada” (Coment 26, 13).
En este contexto ha presentado SJC la exigencia de superar una lógica de mundo o de sistema, donde cada cosa se demuestra a partir de lo anterior, en un conjunto bien organizado, en un nivel de juicio.
Aquel endiosamiento y levantamiento de mente en Dios en que queda el alma como robada y embebida en amor, toda hecha en Dios, no la deja advertir a cosa alguna del mundo, porque no sólo de todas las cosas, más aún de sí queda enajenada y aniquilada, como resumida y resuelta en amor, que consiste en pasar de sí al Amado… Está el alma en este punto en cierta manera como Adán en la inocencia, que no sabía qué cosa era mal, porque está tan inocente
que no entiende el mal, ni cosa juzga a mal,
y oirá cosas muy malas y las verá con sus ojos
y no podrá entender que lo son, porque no tiene en sí hábito de mal por donde lo juzgar, habiéndole Dios raído los hábitos imperfectos y la ignorancia (… del pecado) con el hábito perfecto de la verdadera sabiduría (Coment 26, 14).
La hermosura y fuerza del amor pone a la Amante en contemplación directa del Amado, sobre todo conocimiento particular, sobre todo interés, en amor puro y total, de manera que podemos hablar de una experiencia de sublimidad. Por eso, la Amante se encuentra más allá del bien y del mal, no en indiferencia, como si todo le diera lo mismo, sino en sobreabundancia bondadosa, conforme a la palabra de Jesús: “no juzguéis, perdonad…” (Cf. Mt 7, 1).
. APÉNDICE: San Juan de la Cruz (=SJC(, poeta de amor. Vida y obra
Nace en 1542, Fontiveros (Avila), de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez. Queda pronto huérfano de padre. Su madre, tejedora de oficio, sin protección familiar ni dinero, busca trabajo en Arévalo (1548) y Medina del Campo (1551), rica ciudad de Castilla. SJC conoce la estrechez y pobreza rigurosa de los pobres de su tiempo.
1559–1563:
Trabaja en el hospital de infecciosos (de enfermedades venéreas) de Medina, entrando así en contacto con la miseria y dureza de la vida. Al mismo tiempo cursa humanidades en el Colegio de la Compañía de Jesús, uno de los centros más prestigiosos de cultura humanista y literaria de su tiempo. Conoce a los clásicos latinos, se familiariza con la poesía renacentista.
1563-1968:
Ingresa en la Orden de los Carmelitas, en Medina (1963), con el nombre de Juan de San Matías. Estudia en la Universidad Salamanca, donde es delegado de estudiantes, interesándose por la espiritualidad y teología bíblica más que por la escolástica. Abandona la Universidad sin acabar los estudios. Se ordena presbítero (1567) y encuentra a Teresa de Jesús.
1568-1877:
Inicia la Reforma del Carmelo masculino en Duruelo y Mancera, junto a Peñaranda (Salamanca), siendo maestro de novicios y rector en Alcalá de Henares. De 1572 a 1577 es Confesor del Monasterio de la Encarnación de Ávila, donde Teresa de Jesús es superiora. Realiza una intensa función de maestro y director espiritual, especialmente de religiosas.
1577-1578:
Acusado de falta de obediencia contra la Orden de los Carmelitas (Calzados) y contra la Iglesia, es recluido en una cárcel conventual de Toledo, de donde se evade a los ocho meses. Vive allí sus más hondas experiencias de amor en soledad y las recoge en sus poemas, especialmente en el Cántico Espiritual, que expresan su madurez personal y le permiten realizar su tarea de maestro de almas.
1578-1591:
Como Prior o Rector de los conventos de Jaén, Baeza, Granada y Segovia y como Definidor de los Descalzos, viaja por las dos castillas, Andalucía y Portugal. Comenta sus poemas y escribe tres libros de iniciación y dirección espiritual. (1) Subida al Monte Carmelo y Noche Oscura (básicamente de 1578 a 1582), que pueden tomarse como dos obras o dos partes de una misma obra. (2) Cántico Espiritual, con dos redacciones: la primera, CA, de 39 estrofas (1584); la segunda, CB, de 40 estrofas (1585-1586) que aquí comentaremos. (3) Llama de amor viva, fue redactada al mismo tiempo que CB (entre 1585-1586); de ella se conservan también dos versiones (LA y LB), realizadas por el mismo SJC.
1591:
Culminada básicamente su producción literaria en 1586, tras haber realizado una obra muy intensa de dirección espiritual y de organización de la Reforma del Carmelo, SJC cae en desgracia ante las nuevas autoridades de la Orden, siendo relegado por los superiores. Quieren destinarle para la fundación de México. Muere en Úbeda (Jaén), el 14 de diciembre de 1591, a los 49 años, pidiendo que lean en su lecho de agonía el Cantar de los Cantares.
Podrían destacarse algunas fechas y datos: hospital de infecciosos, universidad de Salamanca, colaboración con Teresa de Jesús, cárcel en Toledo, organización de la Reforma del Carmelo, dirección espiritual… Viajó mucho, pero fue hombre de acción interior más que exterior, de contacto personal más que de organización. Murió casi fracasado: la Reforma del Carmelo masculino que él había iniciado e impulsado parecía tomar otros caminos de institución y ascesis; pero quedó su testimonio y, sobre todo, quedaron sus libros.
Los libros de San Juan de la Cruz nacieron de su experiencia personal y de su contacto con personas a quienes dirigía y, en general, son un comentario de sus versos. Había escrito y divulgado también otros poemas significativos, por su contenido teológico o espiritual (Romance de la Trinidad, El Pastorcico, La Fonte, Super Flumina Babylonis); pero sólo comentó por escrito tres de ellos, porque le parecían más significativos o porque así se lo pidieron las personas de su entorno:
* La Subida y La Noche empiezan siendo comentarios paralelos de las ocho estrofas del poema En una noche oscura, / con ansias, en amores inflamada… Pero en un caso y en otro, SJC olvida pronto los versos y escribe de hecho un tratado (en dos partes o dos libros) sobre el proceso de purificación de aquellos que quieren encontrar a Dios, esto es, ascender (ser elevados) hasta su presencia.
* El Cántico Espiritual comenta las 39 (CA) o las 40 (CB) estrofas del poema del mismo nombre, donde SJC ofrece una versión nueva del Cantar de los Cantares de la Biblia, en la que se expresa como poeta y analista, creador y hermeneuta del amor enamorado. Siguen influyendo en esta obra las negaciones de Subida y Noche, pero ellas son ahora un presupuesto o medio. Lo que importa es el encuentro de amor.
* La Llama de Amor Viva, que expone y comenta cuatro canciones que empiezan Oh llama de amor viva, / que tiernamente hieres…, es la obra teológicamente más honda de SJC y en ella muestra que al fin sólo importa y queda Dios, como fuego interior que consume y consuma la vida de los hombres. Desaparecen las restantes referencias: no hacen falta purificaciones ni caminos largos. El fuego de Dios lo llena todo.
Estos son los libros. Parecen escritos al azar y, sin embargo, ofrecen una poderosa visión de conjunto de la experiencia de un hombre que ha visto el amor de Dios en la experiencia del amor humano. SJC es poeta de ese amor. Pero, siendo poeta, es también hermeneuta: no sólo dice y despliega en amor su experiencia, sino que la interpreta, desde su visión del cristianismo (de la Biblia) y la cultura de su tiempo. Vive en una época de crisis humana y religiosa, al interior de la gran aventura imperial y colonial de la corona española. Pero esa aventura no le importa, ni tampoco las luchas de católicos contra protestantes, ni la gloria externa de la Iglesia católica. Sólo le importa una cosa: que hombres y mujeres aprendan a querer a Dios y que se quieran.
Comentarios desactivados en “La locura de querer demostrar a Dios”, por Pedro Miguel Lamet.
Leído en su blog:
Eres el Ser que está detrás del hacer
Suele discutirse si sirven las pruebas filosóficas de Santo Tomás; si se puede probar su existencia o no con la razón; si es cuestión de fe, y un largo etcétera en el que se han debatido pensadores y teólogos a lo largo de la historia.
Nos han presentado retratos y conceptos de Dios que nos dan miedo, nos hacen sentirnos culpables y en muchos casos tan solo con liberarnos de ellos volvemos a respirar. Quizás por eso ahora abundan los ateos y agnósticos.
Hemos engrosado la cabeza por encima de las demás facultades, como la intuición, la identificación connatural de los artistas, la vena mística.
Vive el “ahora” como un agujero de la Presencia. No violentes nada. La vida es fluir, sin retrotaerte al pasado o inquietarte con el futuro. No pienses. No intentes tirar de la cuerda para que baje Dios como un muñeco de feria.
El ego, causa de todos los sufrimientos, no es capaz de eliminar al ego. El ego se disuelve solo por el abandono de sí y el contemplar más allá. Déjate de una vez. Eres el Ser que está detrás del hacer.
04.11.2022
La gente se pregunta: ¿Creo en Dios? La gente te pregunta: ¿Crees en Dios?
E inmediatamente aparecen los argumentos en pro y en contra. Discuten si sirven las pruebas filosóficas de Santo Tomás; si se puede probar su existencia o no con la razón; si es cuestión de fe, y un largo etcétera en el que se han debatido pensadores y teólogos a lo largo de la historia.
La clave está en que cuando lo metes en un “concepto”, es metafísicamente imposible tan siquiera hablar de Dios. Dios no es “la idea” que tenemos de Dios. En cuanto lo infinito entra en nuestra cabeza finita y contingente, se convierte en una caricatura fatal.
Recuerdo que a un amigo que tenía muchos problemas, durante una meditación le hablé una vez de Dios Padre. Se turbó profundamente, porque había tenido un padre prepotente, egoísta y maltratador. No digamos nada, la imagen que en muchas catequesis hemos recibido como juez implacable, o, en el otro extremo, melifluos sagrados corazones sulpicianos, una sensiblería decadente.
Nos han presentado retratos y conceptos de Dios que nos dan miedo, nos hacen sentirnos culpables y en muchos casos tan solo con liberarnos de ellos volvemos a respirar. Quizás por eso ahora abundan los ateos y agnósticos.
¿Qué hacer entonces? Primero renunciar a tener un concepto mental de Dios. Si Dios es una realidad, debe captarse por sí misma, directamente, sin filtros, sin razonamientos, igual que cuando uno se enamora.
Diréis: “Pero nadie ha visto a Dios. Si fuera visible, todo el mundo creería”.
Claro, el problema es que desde la Ilustración en nuestro mundo occidental lo que adoramos es a la diosa Razón. Hemos engrosado la cabeza por encima de las demás facultades, como la intuición, la identificación connatural de los artistas, la vena mística. Santo Tomás mismo, después de toda su teología, al fin de su vida y tener experiencias místicas, reconoció que todo lo anterior nada era en comparación con lo que había sentido directamente.
“No la toquéis ya más, que así es la rosa”, decía Juan Ramón Jiménez.
No pienses en Dios, no lo definas, porque es indefinible. Déjate invadir de una mirada, una flor, un crepúsculo, un amanecer, incluso el abismo de una experiencia límite. Tampoco intentes sentir a Dios. a base de esfuerzo, de cerrar los puños. Fluye con el río, con los aconteceres de cada día, sé mar en el mar, niño con el niño, brisa con la brisa, nada con la nada.
Vive el “ahora” como un agujero de la Presencia. No violentes nada. La vida es fluir, sin retrotaerte al pasado o inquietarte con el futuro. No pienses. No intentes tirar de la cuerda para que baje Dios como un muñeco de feria.
Deja que en ti sea. Descansa en “ese no sé qué queda balbuciendo”, sin pensarlo, sin calificarlo. Por eso los grandes místicos hablaban de la Nada y se hundían en el inefable vacío de una noche que oculta la Luz.
Algunos de mis lectores me dirán: “¡Qué difícil!” Es difícil, sí, cuando intentas llevar tú el volante, y fácil cuando abandonas todo protagonismo. El ego, causa de todos los sufrimientos, no es capaz de eliminar al ego. El ego se disuelve solo por el abandono de sí y el contemplar más allá.
Déjate de una vez. Eres el Ser que está detrás del hacer.
Comentarios desactivados en Bernard Besret: la utopía de Boquen
De su blog Umbrales de Luz:
En las calurosas tardes de la primera semana del pasado agosto, a la sombra de un tilo en Champigny-sur-Veude, tranquilo pueblecito francés rodeado de extensos campos de girasol y de maíz, leí con entusiasmo y desazón a la vez la tesis doctoral de Béatrice Lebel-Goascoz: Boquen entre utopie et révolution 1965-1976 (Presses Universitaires de Rennes, 2015). Una historia apasionante cuyo protagonista es Bernard Besret.
Hace tiempo dejó de ser noticia, pero sigue siendo una figura refrescante, inspiradora. Un hombre profético, visionario y valiente. Un hombre de alma mística, de ojos abiertos, de palabra arrebatadora. Libre y fiel al fuego que le habitaba y le sigue habitando. Durante una década decisiva de la historia que nos ha tocado vivir, lideró un movimiento vigoroso de reforma espiritual, cultural, política. Sucedió en los años 1965-1976, tan cercanos todavía, pero tan lejanos ya.
Era una época llena de promesas. Desde el fin de la II Guerra Mundial (1945) hasta 1980, sobre toda la Tierra se alzaron arcoíris de esperanza. Más de 50 países de África, Asia y América colonizados por estados europeos obtuvieron la independencia. Un mundo justo, fraterno y libre parecía posible. Diversos mayos como el del 68 francés ondearon las banderas de la utopía, sacudiendo los cimientos del orden establecido. Una refundación de la política y de la economía, una revolución social, cultural, espiritual estaba germinando. En la Iglesia Católica Romana, un papa italiano conservador y muy mayor, convocó de manera inesperada el Concilio Vaticano II (1962-1965) bajo la consigna del aggiornamento o puesta al día. Que ventanas y puertas se abran, proclamó. Viejos cerrojos cedían. Multitudes de jóvenes, que todavía llenaban las iglesias de Europa y América, podían soñar. En América Latina, la oprimida, proliferaban comunidades cristianas de base, inspiradas por la teología de la liberación. Otra Iglesia nacía: una Iglesia comunión de comunidades diversas y libres, sin jerarquías; Iglesia hermana más que madre, compañera más que regente, diálogo más que magisterio, carisma más que código, fermento más que credo, cuidado de la vida y de la tierra más que culto al dios del cielo. Inspiración y aliento, no estructura de poder.
Desde el día de su primera comunión, Bernard Besret, precoz niño bretón, había abandonado la vieja Iglesia institucional y pronto inició el camino al interior que le irá abriendo a horizontes y anchuras sin dentro ni fuera. A raíz de la muerte de su madre a sus 13 años, sintió más intensamente la Llama de amor viva sin nombre y sin forma arder en lo más profundo de su ser. Se volvió buscador. Leyó a Aristóteles, Leibniz, Aldous Huxley, Laozi… Crecía en él un profundo deseo de vida retirada en algún tipo de ashram o monasterio. Un día, en 1952, a sus 17 años, un compañero de liceo le habló de su reciente visita al monasterio de Santa María de Boquen (Bretaña) –que en bretón significa “Espino blanco” y en vasco equivale a “Arantzazu”, coincidencia que me llena de emoción–. Allí, un monje cisterciense, también bretón y carismático, Alexis Presse, acababa de restaurar el antiguo monasterio en ruinas y de reiniciar un proyecto innovador de vida monástica, ligada a la cultura bretona. Inmediatamente, Bernard fue a verlo y quedó fascinado. Un año más tarde, Dom Alexis lo recibió como novicio y entre los dos se creó una profunda sintonía de inspiración y de proyecto.
A pesar de las resistencias del joven monje a todo orden clerical, el abad Alexis lo ordenó sacerdote y lo envió a Roma a estudiar filosofía y teología. Su personalidad seductora, su hondura espiritual, su impresionante capacidad intelectual, su palabra cautivadora hicieron que muchos quisieran tenerlo a su lado. El Abad General de la Orden Cisterciense lo hizo su asistente personal, un obispo bretón lo llamó a acompañarle en el Concilio Vaticano II (1962-1965) como su teólogo particular. En las todopoderosas Curias vaticanas de Roma se le abría el futuro más brillante, podía ascender a lo más alto del escalafón. Pero a nada de eso aspiraba Bernard. Se volvió a Boquen. Allí, durante 10 años, floreció el espino y dolieron las espinas.
En 1964, debido a la grave enfermedad de Dom Alexis (fallecería un año después), y a petición suya, la Orden cisterciense nombró abad a Bernard. A sus 29 años, tomó el relevo de su referente espiritual. Afluyeron multitudes de jóvenes y adultos, estudiantes y profesores de Bretaña y de París, líderes del 68, militantes sociales, campesinos y urbanitas de aquí y de allá. Soñadores y activistas de todo tipo. Católicos críticos, protestantes, ateos, homosexuales, divorciados vueltos a casar… todos eran acogidos por igual. Por allí pasaron también Y. Congar, M.D. Chenu, M. Légaut, J. Moingt. La belleza del lugar, la liturgia innovadora, el silencio y la oración profunda, la sublimidad del canto polifónico compuesto (o improvisado a modo de jazz) por Bernard y cantado por él mismo junto con dos de sus compañeros, la elegancia del joven abad y su palabra encendida los arrastraba.
¿A dónde? A una nueva vida monástica, a una comunión abierta más allá de toda clausura, de la distinción canónica entre monjes y laicos, de la rígida separación entre hombres y mujeres, de la rúbrica litúrgica. A una nueva Iglesia carismática y fraterno-sororal sin clases ni jerarquías, sin clérigos, religiosos y laicos, sin límites entre ortodoxia y herejía, una Iglesia de comunión sin anatemas. A un mundo libre y hermanado, sin desigualdad ni sumisión, sin hambre ni exclusión ni fronteras cerradas, a una revolución sin violencia. A un nuevo cristianismo espiritual y aconfesional, sin separación entre sagrado y profano, sin vinculación necesaria a ningún credo, sin lectura literal de la Biblia y de los dogmas, sin pretensión de exclusividad ni de superioridad sobre otras religiones o sobre la ausencia de toda religión, un cristianismo con sacramentos desacralizados, un cristianismo místico y político y ecofeminista liberador, un “cristianismo crítico, lírico y político”, en palabras de Bernard Besret.
¿Pero era posible? Lo fue mientras él estuvo allí y, con su carisma personal, limó desavenencias y buscó equilibrios. La pregunta decisiva es, me parece: para la Orden cisterciense y la institución católica ¿era tolerable la evolución de Boquen y la continuidad allí del joven abad? ¿Por qué no habría de serlo? Pero de hecho no lo fue. El motivo o la excusa final se produjo cuando Dom Bernard, el 20 de agosto de 1969, fiesta de San Bernardo, ante un millar de personas, pronunció una sonora conferencia sobre “Boquen ayer, hoy y mañana”. En ella soltó, como quien no quiere la cosa, la idea de abrir un año sabático para que todos los clérigos y religiosas/os pudieran discernir y abandonar o mantener su compromiso de celibato. ¡Escándalo en la Iglesia católica!
Dos meses después, el 15 de octubre, el Abad general de la Orden cisterciense destituyó a Dom Bernard como abad, conminándole a abandonar el monasterio antes del fin del mes. A partir de ese momento todo fue más difícil. Las posiciones se radicalizaron peligrosamente. En el monasterio, la contestación eclesial amenazaba con ahogar la búsqueda del silencio, la revolución política parecía eclipsar la aspiración mística. En las instituciones eclesiales, los márgenes de tolerancia se fueron estrechando y multiplicándose las reconvenciones. Acorralado y atrapado, en octubre de 1974, Bernard dejó el monasterio y el sacerdocio clerical, sin trámites ni papeleos de por medio, emprendió otra vida y siguió por libre su búsqueda de silencio y comunión. En el otoño de 1976, la Orden y la jerarquía católica expulsaron del monasterio la comunidad tanto monacal como laica que aún permanecía en “Santa María del Espino”, e impusieron la entrada de otra congregación contemplativa femenina, alejada de la utopía de Alexis, Bernard y compañeras y compañeros de la “Comunión de Boquen”. Un gran sueño, uno más, se desvaneció. En octubre de 1978, Juan Pablo II fue elegido papa; en 1979, Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido; en 1981, Ronald Reagan, presidente de los EEUU. Los sueños se malogran uno tras otro, pero nunca se malogra la esperanza activa sin apego a ningún logro.
En 1997, Bernard Besret viajó a Shangai para crear un museo de ciencias. Allí conoció maestros taoístas. Desde su jubilación, reparte su tiempo entre su casa de Plougrescant (Bretaña) y China, donde anima un monasterio taoísta junto con un monje chino amigo. Bernard sigue siendo monje en búsqueda de otras utopías inalcanzables, animado por el Espíritu, la Ruah, el Aliento que sopla donde quiere, que crea y recrea sin cesar y transciende fronteras, que vibraba sobre las aguas del génesis. Lo sentimos vibrar también hoy si abrimos los ojos y atravesamos fronteras.
Al final del epílogo con que cierra la tesis de B. Lebel-Goascoz, Bernard Besret escribe (en 2014): “A lo largo de estos años [1965-1975] he vivido lo que, con un poco de humor, me permito llamar ‘la gracia de la des-conversión’.
Todo eso me queda ya lejos. A lo largo de los cuarenta años transcurridos desde entonces, he vivido otras varias vidas, pero sin perder jamás el hilo rojo que las une todas, a saber, una confianza inquebrantable en el fondo último de lo real del que no dudo que es, pero del que evidentemente ignoro qué es.
Boquen no habrá sido más que un grito. El grito de los hombres y de las mujeres sedientas de agua viva. Hace mucho tiempo que dejó de escucharse, pero de vez en cuando percibo su eco. A veces incluso hasta en China”.
Comentarios desactivados en “Juntos andemos, Señor”… de la mano de Teresa de Jesús
Hoy, el Carmelo Teresiano, la Iglesia Católica y muchos creyentes del mundo entero, recordaremos a esta genial mística castellana y española, Teresa de Jesús… Yo os recomiendo vivamente leer sus Obras completas, acercarse a alguna de las buenas biografías que hay en el mercado. Caminemos de la mano de esta mística de la Humanidad de Cristo, maestra de oración queen el capítulo ocho de su autobiografía nos recuerda que, “No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (V 8, 5).
“Estando en la Encarnación el segundo año que tenía el priorato, octava de San Martín, estando comulgando, partió la Forma el Padre fray Juan de la Cruz, que me daba el Santísimo Sacramento, para otra hermana. Yo pensé que no era falta de Forma, sino que me quería mortificar, porque yo le había dicho que gustaba mucho cuando eran grandes las Formas (no porque no entendía no importaba para dejar de estar el Señor entero, aunque fuese muy pequeño pedacico). Díjome Su Majestad: «No hayas miedo, hija, que nadie sea parte para quitarte de Mí»; dándome a entender que no importaba. Entonces representóseme por visión imaginaria, como otras veces, muy en lo interior, y dióme su mano derecha, y díjome: «Mira este clavo, que es señal que serás mi esposa desde hoy. Hasta ahora no lo habías merecido; de aquí adelante, no sólo como Criador y como Rey y tu Dios mirarás mi honra, sino como verdadera esposa mía: mi honra es ya tuya y la tuya mía». Hízome tanta operación esta merced, que no podía caber en mí, y quedé como desatinada, y dije al Señor que o ensanchase mi bajeza o no me hiciese tanta merced; porque, cierto, no me parecía lo podía sufrir el natural. Estuve así todo el día muy embebida. He sentido después gran provecho, y mayor confusión y afligimiento de ver que no sirvo en nada tan grandes mercedes.”
*
Rel 35;Cfr 7M 2, 1).
***
“Lo que pasa en la unión del matrimonio espiritual es muy diferente: aparécese el Señor en este centro del alma sin visión imaginaria sino intelectual, aunque más delicada que las dichas , como se apareció a los Apóstoles sin entrar por la puerta, cuando les dijo: «Pax vobis»“. Continúa diciendo sobre esta unión de Dios y el alma: “Es un secreto tan grande y una merced tan subida lo que comunica Dios allí al alma en un instante, y el grandísimo deleite que siente el alma, que no sé a qué lo comparar, sino a que quiere el Señor manifestarle por aquel momento la gloria que hay en el cielo, por más subida manera que por ninguna visión ni gusto espiritual“. *
*
Moradas. 7, capítulo 2, núm 2,3
***
”Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle.”
*
(Libro de la Vida, capítulo 9,1)
***
“Bendito seáis por siempre, que aunque os dejara yo a Vos, no me dejasteis Vos a mí tan del todo, que no me tornase a levantar, con darme Vos siempre la mano; y muchas veces, Señor, no la quería, ni quería entender cómo muchas veces me llamabais de nuevo.
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(Libro de la Vida, capítulo 6,9)
*
“Juntos andemos Señor.
Por donde vayas tengo que ir,
por donde pases tengo que pasar.”
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(Camino de Perfección 21, 26)
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Entre los pucheros anda el Señor…
“No es sola esta persona, que otras he conocido de la misma suerte, que no las había visto algunos años había y hartos; y preguntándoles en qué se habían pasado, era todo en ocupaciones de obediencia y caridad. Por otra parte, veíalos tan medrados en cosas espirituales, que me espantaban. Pues ¡ea, hijas mías!, no haya desconsuelo cuando la obediencia os trajere empleadas en cosas exteriores; entended que, si es en la cocina, entre los pucheros anda el Señor ayudándoos en lo interior y exterior.”
Comentarios desactivados en “Francisco de Asís, en quien el ser humano resultó bien”, por Leonardo Boff
Considerando el panorama mundial, la violencia bélica en varias naciones con terribles matanzas de seres humanos, o la violencia de estudiantes que, enardecidos, invaden una escuela y abaten a tiros a decenas de compañeros, por no hablar de las torturas y de los abusos que se cometen contra inocentes, nos surge espontánea la pregunta: ¿el ser humano ha resultado bien? ¿No somos una excrecencia del proceso evolutivo?
Nos cuesta identificar figuras ejemplares que nos desmientan esta tétrica impresión. Pero gracias a Dios existen, como un Don Helder Câmara, una Hermana Dulce, la Hermana Teresa de Calcuta, un Chico Mendes, un José Mujica, ex-presidente de Uruguay, un Gandhi, un Dalai Lama y un Papa Francisco, entre otras.
Pero quiero detenerme en una figura seminal en la que la humanidad resultó bien de un modo convincente: San Francisco de Asís. Uno de los legados más fecundos del “Sol de Asís” como lo llama Dante, actualizado hoy por Francisco de Roma, es la predicación de la paz, tan urgente en los días actuales. El primer saludo que dirigía a los que encontraba por los caminos era “Paz y Bien”, que corresponde al Shalom bíblico. La paz que ansiaba no se restringía a las relaciones interpersonales y sociales. Buscaba una paz perenne con todos los elementos de la naturaleza, tratándolos con el tierno nombre de hermanos y hermanas.
Su primer biógrafo Tomás de Celano testimonia maravillosamente el sentimiento fraterno que lo invadía:
«Se llenaba de inefable gozo todas las veces que miraba el sol, contemplaba la luna y dirigía su vista hacia las estrellas y el firmamento. Cuando se encontraba con las flores, les predicaba como si estuviesen dotadas de inteligencia y las invitaba a alabar a Dios. Lo hacía con tiernísima y conmovedora candidez: exhortaba a la gratitud a los trigales y los viñedos, a las corrientes de los ríos, a la belleza de las huertas, a la tierra, al fuego, al aire y al viento».
Esta actitud de reverencia y de ternura lo llevaba a recoger las babosas de los caminos para que no las pisasen. Durante el invierno daba miel a las abejas para que no muriesen de escasez y de frío. Pedía a los hermanos que no cortasen los árboles por la raíz con la esperanza de que pudiesen rebrotar. Hasta las malas hierbas debían tener un lugar reservado en los huertos, para que pudiesen sobrevivir, pues «ellas también anuncian al hermosísimo Padre de todos los seres».
Sólo puede vivir esta intimidad con todas las cosas quien ha escuchado su resonancia simbólica dentro del alma, uniendo la ecología ambiental con la ecología profunda. Jamás se situaba por encima de las cosas sino a su mismo nivel como quien convive verdaderamente como hermano y hermana, descubriendo los lazos de parentesco que unen a todos.
El universo franciscano y ecológico nunca es inerte. Todas las cosas están animadas y personalizadas. Descubrió por intuición lo que sabemos actualmente por vía científica (a través de Crick y Dawson, que descifraron el ADN): que todos los vivientes somos parientes, primos, hermanos y hermanas, pues todos tenemos el mismo código genético de base.
De esta actitud nació una paz imperturbable, sin miedos y sin amenazas. San Francisco realizó plenamente la espléndida definición que la Carta de la Tierra encontró para la paz: «Es la plenitud creada por relaciones correctas consigo mismo, con las demás personas, con otras culturas, otras vidas, con la Tierra y con el Todo mayor del cual somos parte» (n.16 f).
El Papa Francisco parece estar realizando las condiciones para la paz, fundada en la compasión por los que sufren, por la valiente denuncia del sistema que produce miseria y hambre, y por la permanente búsqueda de la justicia social que deja atrás la filantropía para dar lugar a los cambios estructurales.
La suprema expresión de la paz, hecha de convivencia fraterna y cálida acogida de todas las personas y cosas está simbolizada por el conocido relato de la perfecta alegría, donde, a través de un artificio de la imaginación, Francisco presenta todo tipo de injurias y violencias contra dos cofrades, uno de ellos él mismo. Aunque habían sido reconocidos como cofrades, fueron vilipendiados moralmente y rechazados como gente de mala fama.
En este relato de la perfecta alegría, que encuentra paralelos en la tradición budista, Francisco va paso a paso, desmontando los mecanismos que generan la cultura de la violencia.
La verdadera alegría no está en la autoestima, ni en la necesidad de reconocimiento, ni en hacer milagros y hablar lenguas. En su lugar coloca los fundamentos de la cultura de la paz: el amor, la capacidad de soportar las contradicciones, el perdón y la reconciliación más allá de cualquier reclamación, retribución o exigencia previa. Vivida esta actitud irrumpe la paz, la paz del corazón, inalterable, capaz de convivir jovialmente con las más duras oposiciones, paz como fruto de un completo despojamiento. ¿No son estas las primicias de un Reino de justicia, de paz y de amor que tanto deseamos?
Esta visión de la paz de San Francisco representa otro modo de estar-en-el-mundo junto con las cosas, una alternativa al modo de ser de la modernidad y de la posmodernidad, asentado sobre el estar-sobre-las-cosas, dominándolas y usándolas de forma irrespetuosa para el enriquecimiento y el disfrute sin el menor sentido de sobriedad.
El descubrimiento de la hermandad cósmica nos infundirá un espíritu de respeto y nos devolverá la claridad y la inocencia infantil de la edad adulta, importantes para que salgamos bien de la crisis.
El despertar o la Iluminación se considera tradicionalmente como la unidad entre el yo individual y la Realidad última (lo que los sufíes denominan Identidad Suprema), generando una Totalidad o No dualidad que, incluyendo toda la realidad, transmite al individuo una sensación de libertad última y de plenitud total. (…).
Una Realidad última que no solo es el ancla de toda manifestación, sino que, cuando se descubre, libera a los seres humanos del sufrimiento y les muestra su Verdadera Naturaleza y el Fundamento sin fundamento del ser (conocida con nombres tan diversos como naturaleza de Buda, Brahman, Divinidad, Ein Sof, Alá, Tao, Ati, Gran Perfección, Uno o Satchitananda, por nombrar solo unos pocos). (…).
Contamos con críticas al capitalismo, el consumismo, el sexismo, el racismo, el patriarcado, los negocios impulsados por la codicia, la energía derivada de los combustibles fósiles, la economía global, la explotación del medio ambiente, el calentamiento global, el militarismo, la pobreza mundial, la brecha entre ricos y pobres, el tráfico de seres humanos, la epidemia del uso y tráfico de drogas, el hambre, la sequía, las epidemias globales, la escasez de alimentos, etcétera. Casi todas estas críticas me parecen muy adecuadas, pero hay una que, aunque nunca se mencione, probablemente sea la más importante de todas: que la cultura occidental ha perdido el acceso a las fuentes del despertar. (…).
Un despertar a una Realidad última que, como Fundamento sin fundamento del Ser, ancle y dé sentido a todas nuestras tareas relativas. (…). El descubrimiento de esta Realidad última no es solo el Fundamento sin fundamento de todo ser «ahí», sino también «aquí», es decir, el descubrimiento de nuestro Yo más profundo y verdadero, la Talidad, la Realidad más fundamental de nuestro ser cuyo descubrimiento implica directamente el despertar, la iluminación y la metamorfosis.
*
Ken Wilber,
Introducción al libro La religión del futuro
(Kairós, 2018)
Celebrar la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz significa tomar conciencia en nuestra vida del amor de Dios Padre, que no ha dudado en enviarnos a Cristo Jesús: el Hijo que, despojado de su esplendor divino y hecho semejante a nosotros los hombres, dio su vida en la cruz por cada ser humano, creyente o incrédulo (cf. Flp 2,6-11). La cruz se vuelve el espejo en el que, reflejando nuestra imagen, podemos volver a encontrar el verdadero significado de la vida, las puertas de la esperanza, el lugar de la comunión renovada con Dios.
Estaríamos enajenados hasta el punto de permitirnos el lujo de buscar a Dios, en las horas cómodas del ocio, en templos lujosos, en liturgias pomposas y a menudo vacías, y de no verle, oírle y servirle allí dónde está, y nos espera, y exige nuestra presencia: en la humanidad, en el pobre, en el oprimido, en la víctima de la injusticia de la que somos, muy a menudo, cómplices?
Orar, es penetrar despacio, tranquilamente,
En el silencio de Dios,
Dejar a Dios darse y darme su silencio,
Para que pueda dejar mi corazón
latir al unísono del suyo,
dejar mi respiración entrar
En la respiración de Dios,
Dejarme penetrar por Su presencia,
Darme cuenta cada vez más
de que Dios está dentro de mí,
No, evidentemente, para evitar a mis hermanos
Sino para llevarles más,
Porque es verdaderamente imposible acercarse al crucificado
Sin acercarse a los crucificados del mundo entero.
*
Jean Vannier
***
Jesús conquista a los hombres por la cruz, que se convierte en el centro de atracción, de salvación para toda la humanidad.
Quien no se rinde a Cristo crucificado y no cree en él no puede obtener la salvación. El hombre es redimido en el signo bendito de la cruz de Cristo: en ese signo es bautizado, confirmado, absuelto.
El primer signo que la Iglesia traza sobre el recién nacido y el último con el que conforta y bendice al moribundo es siempre el santo signo de la cruz. No se trata de un gesto simbólico, sino de una gran realidad.
La vida cristiana nace de la cruz de su Señor, el cristiano es engendrado por el Crucificado, y sólo adhiriéndose a la cruz de su Señor, confiando en los méritos de su pasión, puede salvarse.
Ahora bien, la fe en Cristo crucificado debe hacernos dar otro paso. El cristiano, redimido por la cruz, debe convencerse de que su misma vida debe estar marcada – y no sólo de una manera simbólica- por la cruz del Señor, o sea, que debe llevar su impronta viva. Si Jesús ha llevado la cruz y en ella se inmoló, quien quiera ser discípulo suyo no puede elegir otro camino: es el único que conduce a la salvación porque es el único que nos configura con Cristo muerto y resucitado.
La consideración de la cruz nunca debe ser separada de la consideración de la resurrección, que es su consecuencia y su epílogo supremo. El cristiano no ha sido redimido por un muerto, sino por un Resucitado de la muerte en la cruz; por eso, el hecho de que Jesús llevara la cruz debe ser confortado siempre con el pensamiento del Cristo crucificado y por el del Cristo resucitado .
*
G. di S. M. Maddalena, Infinita divina, Roma 1980, pp. 342ss
Comentarios desactivados en Valiente y Profética carta al pueblo de Chile de las carmelitas descalzas a favor del ‘Apruebo’
A pocos días de la realización del plebiscito de salida del proceso de elaboración de una nueva Constitución Política de Chile, el ambiente que se respira en el país, es sumamente tóxico, especialmente en los medios de comunicación, tanto, que ha sido el propio Presidente de la República, Gabriel Boric, quien ha formulado los llamados más importantes a la unidad y de alcanzar acuerdos básicos una vez realizado el acto plebiscitario del domingo 4 de septiembre próximo. “Es en la unidad de Chile donde sale lo mejor de los chilenos y chilenas y lo mejor de nuestra patria”, afirmó Boric. Y mientras, los sectores más fundamentalistas, desautorizan a las carmelitas que animaron a decir sí a la nueva Constitución .
“En ninguna otra constitución se hace mención a la dimensión trascendental del ser humano”
La comunidad de Carmelitas Descalzas de San José de Maipo, compartió una carta abierta al pueblo de Chile, en la que valoran la propuesta de Nueva Constitución
Las religiosas compartieron sus reflexiones acerca de la propuesta ofrecida por la Convención Constitucional, en la que valoran una serie de temas consagrados en el nuevo texto
Mencionando cuestiones distintas a las manifestadas por los obispos de Chile, relevan, además de los derechos sociales, la existencia del artículo 67 que “reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano”
Boric llama a la unidad de los chilenos frente a próximo referendo constitucional https://t.co/nsz8rSPo66
Con un llamado a votar Apruebo en el plebiscito del próximo domingo 4 de septiembre, y reflexionando sobre lo que significaría que se impusiera la opción del Rechazo, las Carmelitas Descalzas de San José de Maipo, en Santiago, enviaron una carta abierta pública al Pueblo de Chile.
En esta, las religiosas de convento recuerdan sus orígenes, y la importancia de los pueblos originarios, respecto de los cuales se pide sean reconocidos como naciones, y que se les restituyan sus tierras, sus aguas, su lengua “y lo esencial, su dignidad”, afirman.
También, y pese a la fuerte campaña de desprestigio por parte de la derecha, valoraron el trabajo realizado por los 154 hombres y mujeres que fueron elegidos democráticamente y mandatados por el pueblo de Chile para llevar a cabo el texto final que será sancionado por la ciudadanía el domingo 4 próximo.
Economistas y científicos de todo el mundo aplauden el proyecto de nueva constitución de Chilehttps://t.co/3VXKCVnf4X
“Es un gesto que dignifica a Chile y alegra profundamente a María, Virgen de Guadalupe. Es justo poder darle el espacio que les es propio a nuestros hermanos de pueblos originarios que nos han permitido construir en unión con ellos, este hermoso país, llamado Chile”, señalan.
Las Carmelitas Descalzas de San José de Maipo dicen que “nos parece importante y destacable el artículo 67. En el punto 1: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión y, en el siguiente 67.3, el Estado reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano”; en ninguna otra constitución se había hecho mención a esta dimensión trascendental del ser humano”.
Añaden que “Esta Nueva Constitución es ecológica, respeta y legisla sobre la naturaleza, como nos lo pide el Papa Francisco en la encíclica Laudato, en que nos llama a respetar y amar la ‘casa común’, la tierra y los bienes naturales comunes. El agua, elemento esencial para la vida, se regula según las necesidades humanas, las necesidades de la naturaleza, la agricultura y en último término las actividades mineras y agrícolas exportadoras”.
El documento ha circulado ampliamente por redes sociales, especialmente laicado y clero, y ha sido publicada en algunos medios de prensa alternativos, sin que ningún portal de iglesia lo haya recogido de modo oficial. Lo anterior ha implicado una valoración grande de parte múltiples sectores pero a la vez y una fuerte censura de parte de conservadores eclesiásticos.
Carmelitas Descalzas de San José de Maipo al Pueblo de Chile:
Reflexiones desde una mirada contemplativa acerca de la propuesta de una Nueva Constitución para Chile
San José de Maipo, 22 de agosto de 2022
Corría el año 1531, 10 años después de la conquista de Hernán Cortés de Mexica-Tenochtitlan, ciudad de México y un indígena de etnia chichimeca llamado Juan Diego, es interceptado en el cerro Tepeyac por la Virgen María, con un mensaje para el obispo del lugar, don Juan de Zumárraga: construir un lugar de oración en el Tepeyac bajo la advocación de Virgen de Guadalupe.
La Virgen al interceptar a Juan Diego lo llama “hijo mío, pequeño mío”, a través de esta aparición la Madre de Jesús da una señal potente de aceptación como hijos a todos los pueblos originarios. Frente a la duda del obispo, este pide a Juan Diego una señal que confirme la veracidad del relato. En la cuarta visita la Virgen sana al tío de Juan Diego, que se encontraba muy enfermo, y le manda recoger en su tilma unas bellísimas rosas, fuera de temporada, que se encontraban en el Tepeyac, y llevarlas al Obispo. Al desatar la manta apareció plasmada en la pobre tilma del indio la imagen de María, Virgen de Guadalupe. Imagen de una mujer de piel morena y rasgos indígenas, ante la cual el obispo Zumárraga reconoció como verdadera la aparición de la Virgen. Guadalupe es la primera aparición de la Virgen María en América, la primera aparición fuera de Europa. Los depositarios de tan gran regalo son los pueblos originarios de América y con ellos el mundo entero.
Nos parece que la Nueva constitución, en la cual han trabajado sin horario 154 hombres y mujeres escogidos y mandatados por el pueblo de Chile para llevar a cabo el texto final que se nos presenta, reconoce a los pueblos indígenas como naciones, restituyéndoles, siquiera parcialmente, sus tierras, sus aguas, su lengua y lo esencial, su dignidad, es un gesto que dignifica a Chile y alegra profundamente a María, Virgen de Guadalupe. Es justo poder darle el espacio que les es propio a nuestros hermanos de pueblos originarios que nos han permitido construir en unión con ellos, este hermoso país, llamado Chile.
Para nosotras como mujeres contemplativas nos parece importante y destacable el artículo 67 en el inciso 1: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión y en el siguiente 67.3: ”El estado reconoce la espiritualidad como elemento esencial del ser humano”; en ninguna otra constitución se había hecho mención a esta dimensión trascendental del ser humano.
Queremos agradecer lo que la nueva carta magna dice sobre los derechos sociales de los chilenos: salud, educación, vivienda, pensiones, trabajo, entre otros temas esenciales para nuestro país.
Esta Nueva Constitución es ecológica, respeta y legisla sobre la naturaleza, como nos lo pide el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si, en que nos llama a respetar y amar la “casa común”, la tierra y los bienes naturales comunes. El agua, elemento esencial para la vida, se regula según las necesidades humanas, las necesidades de la naturaleza, la agricultura y en último término las actividades mineras y agrícolas exportadoras. La ecología y la higiene del alma son valores absolutamente necesarios en una sociedad como la de hoy orientada hacia el consumo, el egoísmo y lo superficial, carente de solidaridad y empatía con el hermano.
La Nueva Constitución es perfectible y se puede solucionar con el diálogo, el respeto y la buena voluntad, pero lo fundamental es que se constituye como un estado social de derecho; se concibe a Chile como una república solidaria, donde los derechos humanos, individuales y colectivos, son el fundamento del Estado; se estructura una democracia participativa, inclusiva y paritaria, además de regional, dándose un gran paso para que cada región pueda auto determinarse y desarrollar sus potenciales. Estos conceptos son esenciales para entender toda la nueva Constitución y el norte de ella.
Si rechazamos la proposición de una nueva Constitución estamos rechazando la posibilidad de dar un paso grande en el devenir de nuestro país.
Queremos terminar esta pequeña reflexión con un extracto de la homilía del Cardenal Silva Henríquez en el Te Deum de Septiembre de 1974, que cita el Papa Francisco en su última Encíclica Fratelli Tutti N° 14: “Los pueblos que enajenan su tradición y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y finalmente su independencia ideológica, económica y política”
Esta reflexión surge en una comunidad de mujeres dedicadas a la vida contemplativa, abiertas al soplo del Espíritu y a la construcción de un Chile para todos, justo, equitativo, tolerante, empático, grande de alma y corazón, en el cual caben todos los seres humanos y la creación toda, en donde podamos volver a mirarnos y encontrarnos como hermanos.
Hermanas Carmelitas Descalzas del Amor Misericordioso
Comentarios desactivados en “¿Nacemos por casualidad, vivimos por inercia y morimos por accidente” (Sartre). O ponemos un principio y fundamento (S Ignacio)?
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
01.- San Ignacio y su tiempo
San Ignacio vivió en el siglo XVI, siglo y tiempos recios como decía JI Tellechea en su biografía de San Ignacio. Es la época en la que comienza la modernidad (Galileo, Copérnico…) son los tiempos de Lutero, del Concilio de Trento, de San Ignacio. En la Iglesia existía una gran corrupción y se imponía una Reforma que no terminaba de llegar desde Roma.
Finalmente la Reforma se desencadena en el norte de Europa, en Alemania, promovida por Lutero, “padre” del protestantismo naciente contra el que reaccionará Roma con su Contrarreforma tridentina.
Como fruto de la Contrarreforma (Trento) fueron surgiendo diversos movimientos e instituciones católicas con la buena finalidad de elevar un poco el nivel de una iglesia que se encontraba en una situación peor que decadente. Surgen varios movimientos sacerdotales: los jesuitas, el oratorio de sacerdotes de San Felipe de Neri (1515-1595), un poco más tarde los sacerdotes vicencianos (San Vicente de Paúl, 1576-1660), la Escuela sacerdotal francesa de San Sulpice del padre Olier ya en el siglo XVII, el movimiento sacerdotal promovido por el cardenal Bérulle (1575-1629), a su vez impulsado por San Francisco de Sales. Los jesuitas, fundados por san Ignacio (Compañía de Jesús) contribuirán también a esta reforma en la Iglesia.
02.- Principio y fundamento
S Ignacio contribuyó a su tiempo y a la historia de la Iglesia con los “Ejercicios Espirituales”. Sobre todo la primera meditación: principio y fundamento.
Francisco Javier y toda la espiritualidad ignaciana se cimentarán en esta Roca que es Dios.
El fundamento de la existencia es Dios.
Hoy en día vivimos en la llamada postmodernidad: después de lo moderno, después de la modernidad. Cultualmente vivimos en una gran frivolidad, superficialidad.
Han caído lo que llamábamos “grandes relatos”: el Éxodo, la libertad, incluso la justicia, la religión, etc. Y en estos tiempos que vivimos lo que nos interesa es el “relato pequeño”. A mí dame un buen sueldo a fin de mes, unas buenas vacaciones y déjame de libertad, de justicia, de idealismos, de patria, de honradez, de Dios, etc…
Podríamos aplicarnos aquello que decía JP Sartre (1905-1980) en su novela “La Náusea”: “Nacemos por casualidad, vivimos por inercia y morimos por accidente. Somos una pasión inútil“.
Nos hemos quedado sin principio ni fundamento. No tenemos cimiento, roca en la que cimentar nuestra vida. En lenguaje coloquial podríamos decir que “no tenemos fundamento” ni en la vida ni en la muerte.
Hace unos días decía el presidente Sánchez que su pretensión (la de su gobierno) era hacer la vida más fácil. Yo creo que se trata de hacer una vida más digna, más fundamentada, mejor anclada, con criterios idealistas sanos y fuertes. Una vida blanda no vale mucho la pena.
La vida no es un pasatiempo. Nos hará bien fundamentarla.
03.- También hoy la Iglesia necesita una gran reforma.
El obispo de Roma: Francisco.
Es evidente que la iglesia actual necesita una Reforma del peso y talante de la del siglo XVI.
El papa Francisco, jesuita, intenta como buenamente puede –y le dejan- llevar adelante otra reforma con la cuestión de la sinodalidad.
Francisco podrá hacer mucho o poco. El tiempo, la historia y el bloque de cardenales, obispos, laicos y movimientos religiosos contrarios a Francisco dirán. (Es penoso el documento sobre la sinodalidad que ha sacado la Conferencia episcopal española).
Pero los gestos y símbolos de Francisco, su Magisterio son más evangélicos: los pobres, vivir en Santa Marta y no en las estancias pontificias, la reducción de protocolos litúrgicos y políticos, “menos doctrinarismo” y mayor acercamiento a los pobres, su preocupación continua por los emigrantes, su viaje a Canadá para pedir perdón a los indios y por la pederastia, la cuestión de los homosexuales, la empatía con la laicidad del Estado, la firme voluntad de cambio, de renovación y saneamiento de la Curia, de la Iglesia. Por otra parte, no hay homilía o discurso en el que no haya una palabra del Dios de misericordia.
Según me parece, Francisco podrá lograr poco, por lo que, quizás, habremos de quedarnos en el buen espíritu y tono vital-eclesial del papa Francisco. En mi opinión no se conseguirá mucho, pero no perdamos la memoria de que las cosas fueron y pueden ser de otro modo.
Hoy en día, como en tiempos de San Ignacio es necesaria una Reforma en la contrarreforma que surgió después del Concilio Vaticano II, un saneamiento a fondo de tantas cuestiones eclesiásticas que no tiene nada que ver con el Evangelio de Jesús.
Como san Ignacio habremos de volver al principio y fundamento que no es el mundo eclesiástico, sino Dios.
¿Quién podrá apartarnos del amor de Dios? (Romanos 8)
Comentarios desactivados en ¡Feliz Día del Orgullo LGTBI!
Un día de reivindicación, un día de manifestación, por quienes no pueden hacerlo.
Un día de acción de gracias por ser como somos, porque el Dios Trinidad nos ha hecho diversos en la comunión
Un día para decirles a los jerarcas de nuestras diferentes denominaciones que se equivocan marginándonos en las iglesias, sinagogas, mezquitas…
Un día para gritar a los cuatro vientos ¡Gracias Padre porque nos has hecho así y nos amas!
¡¡¡Feliz Día del Orgullo!!!
Y para la lectura espiritual que publicamos cada día, te recomiendo detenerte un momento a lo largo del día y disfrutar con este artículo que ya publicamos hace dos años al que puedes acceder pinchando aquí: “Beato Bernardo de Hoyos: El matrimonio místico entre personas del mismo sexo con Jesús”…
Comentarios desactivados en Todas las cosas están unidas
Del blog de José Arregi Umbrales de luz:
Es extraño que la mayor parte del sentimiento que llamamos religioso, la mayor parte del clamor místico que es una de las reacciones más valoradas y deseadas de nuestra especie, sea realmente la comprensión y el intento de decir que el ser humano está relacionado con la totalidad, que tiene una relación inextricable con toda la realidad, conocida e incognoscible.
Esto es fácil de decir, pero fue el profundo sentimiento de tal relación lo que hizo a un Jesús, un san Agustín, un san Francisco, un Roger Bacon, un Charles Darwin y un Einstein. Cada uno de ellos con su propio tempo y su propia voz descubrió y reafirmó con asombro el conocimiento de que todas las cosas son una, y que una cosa lo es todo: el plancton, una trémula fosforescencia en el mar, los planetas girando y el universo en expansión, todo ello ligado por la cuerda elástica del tiempo.
Es aconsejable mirar de la marea a las estrellas, y luego de las estrellas a la marea otra vez”.
*
(John Steinbeck [novelista estadounidense, 1902-1968], Por el mar de Cortés, cit. por Frans de Waal [reconocido biólogo holandés, especializado en psicología y conducta de humanos, primates y animales en general], El bonobo y los diez mandamientos, p. 119-120).
Edelfelt, Albert (1854-1905) -1896
Marinero de Uusmaalainen (Emil Aaaltosen Museum)
*
Pierdo la montaña
en el carbón sediento que clama a la nube.
Pierdo el Timón
al usar mi brújula en busca de atajos.
Amenazada de Ausencia
ante el cruce de caminos,
mi Luz titubea.
Tiemblo en el vaivén repentino
de cada emoción,
cuando de ella se apodera el “yo”.
Entre el fango quedo atrapada,
como ranita bermeja
deseando subir a superficie,
como niebla que borra mi Sendero.
Se hace difícil sentirse Uno con el Universo
y no encuentro la Paz que necesito.
Cuando recobro el Silencio profundo
y sin esfuerzo me abandono,
de nuevo aparece la saeta hacia el vacío
disparando a lo Infinito.
La Atención se posa en la Atención.
¿Por qué… si mis palabas son tan fáciles
y mi apariencia tan sagrada,
por qué… siendo Esencia, Timón, Aurora,
no viene la diana a mi Casa
y pierdo mi Grandeza?
Simplemente… me olvidé de Ser.
*
Nora,
en www.www.espiritualidadpamplona-irunea.org
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
*
Salmo 41
***
Si el siglo XXI se convierte, será a través de una mirada nueva, por medio de la mirada mística, que tiene la propiedad de ver las cosas, por primera vez, de una manera inédita.
Cuando el ser humano se dé cuenta de que está amenazado en su esencia por la cocina infernal de los aprendices de brujos; en su vida, por el peligro mortal de la polución, sin hablar de la polución moral que acabará por darle miedo, quizás experimente entonces la necesidad de ser salvado; y este instinto de salvación es posible que le lleve a buscar en otra parte, muy lejos de los discursos inoperantes de la política o del murmullo de una cultura exangüe, la razón primera de lo que es él. Ahora bien, no la encontrará más que a través del rejuvenecimiento integral de su inteligencia por medio de la contemplación, del silencio, de la atención más extrema y, para decirlo con una sola palabra, de la mística, que no es otra cosa que el conocimiento experimental de Dios.
Comentarios desactivados en “Armonía”, por José Arregi
De su blog Umbrales de luz:
Armonía viene del griego harmodso que significa juntar. Se da armonía donde hay equilibrio, proporción, conjunción de elementos diversos. Como sucede en un edificio proporcionado, bien conjuntado consigo y con el entorno. O en un armónico musical hecho de sonidos distintos pero acordados.
El amanecer saludado por un concierto de mirlos, tordos, petirrojos, reyezuelos…, el atardecer envuelto en orlas de naranja, púrpura, violeta y azul oscuro…, la semilla que brota silenciosa al ritmo de la vida… La naturaleza respira y emana armonía.
El universo –o multiverso, si existe– es un prodigioso equilibrio de energías, ondas y órbitas, con sus innumerables galaxias y constelaciones, soles y planetas. ¡Y cuántos planetas probablemente vivientes como esta Tierra azul y verde! El cosmos entero –– es una asombrosa sinfonía en eterno y permanente evolución creativa.
También nosotros, los humanos, como todos los seres, somos hijos de la armonía creadora del universo, hijos de la Tierra, de la evolución de la vida en su seno. Fuimos dotados de capacidades racionales y afectivas, tecnológicas y simbólicas muy superiores a todas las demás criaturas nacidas hasta hoy en el planeta. Sin embargo, es como si la Tierra, por algún error fatal de la evolución, nos hubiera privado del bien supremo: la armonía con nosotros mismos y los demás.
En efecto, padecemos como un profundo desarreglo congénito que no observamos en ninguno de los vivientes conocidos. Ningún animal, que sepamos, es torturado como nosotros por la envidia y la rencilla, los traumas del pasado y la inquietud del futuro, el miedo a perder lo que amamos y el impulso de destruir lo que odiamos, la ambición de ganar y la angustia de perder… Ninguna especie es tan competitiva, depredadora y destructora. ¿Qué nos pasa?
¿Será que, como cuenta el mito bíblico, creados en un paraíso de pura armonía, fuimos expulsados por una divinidad celosa y cruel por un pecado de desobediencia de nuestros primeros padres? No es eso. La Biblia no describe lo que sucedió en el pasado, sino el desgarro que padecemos, el paraíso que buscamos y los destrozos que causamos.
Y no lo hacemos por maldad, sino por ignorancia e impotencia. Hacemos el mal que no queremos y no hacemos el bien que queremos, como tan certeramente dijo Pablo (Rm 7,14-23). Y no obramos así por mala voluntad, sino por no saber lo que de verdad queremos o por no poder realizar lo que queremos. Por estar dotados de un cerebro extraordinariamente complejo y poderoso, pero incapaz de gestionar adecuadamente su complejidad y capacidades. Por ser seres inacabados.
No somos culpables, pero ello no nos exime de nuestra responsabilidad personal y colectiva: avanzar hacia la armonía. Si las ciencias fueran remediando los desajustes neuronales y genéticos de nuestra especie; si el sistema educativo se centrara en la sabiduría vital más que en la mera adquisición de conocimientos; si la política planetaria se liberara de la dictadura especulativa y financiera de unos pocos, y se rigiera por el máximo Bien Común posible; si practicáramos la sabiduría vital enseñada por los diversos caminos de espiritualidad antiguos o recientes, más allá de dogmas y de marcos rígidos, entrando en nuestro interior, sumergiéndonos en la naturaleza, respirando en quietud, practicando la atención silenciosa, haciéndonos prójimos del herido…, podríamos avanzar hacia la realización de nuestro verdadero ser fraterno y feliz. Podemos avanzar.
Hoy afrontamos el mayor desafío histórico del Homo Sapiens: o, en el cénit de su poder, sellamos el fracaso de la especie o llevamos a cabo una profunda revolución espiritual y política y damos un paso irreversible hacia esa bella y fugaz armonía que irresistiblemente nos atrae.
(Publicado en Respira tu ser. Meditaciones, Ediciones feadulta.com, Illescas, Toledo 2021, pp. 53-54)
Comentarios desactivados en Un blog inclusivo: Acompañamiento personal y reflexión teológica LGBTIQ+
Hemos recibido en el Foro del Blog, este mensaje que nos ha alegrado el día. Un blog inclusivo que, estamos seguros, hará mucho bien a las personas creyentes LGBTIQ+. Os dejamos el video de presentación.
Hola, a todos! Mi nombre es Jesús. Algunos ya me conoceréis porque estoy suscrito a Cristianosgays y, en alguna ocasión, he realizado comentarios en varios artículos. Acabo de abrir mi web personal y publicado mi primer vídeo en YouTube. He sido sacerdote de la iglesia católica durante 17 años. Hace dos, manifesté mi homosexualidad al arzobispo de mi diócesis y, consecuentemente, fui apartado del ejercicio del ministerio sacerdotal. Es ahora cuando salgo pública y abiertamente del armario. Y lo hago, presentando un proyecto personal y pastoral de acompañamiento y reflexión en favor de las personas creyentes LGBTIQ+, de sus familiares, amigos, conocidos, etc.
¡Espero que os guste mi proyecto y pueda contar con vuestra colaboración! Y, si podéis, or agradecería que le dieseis toda la divulgación que podáis!
Quiero ayudarte a ti, hermano o hermana LGBTIQ+, que te sientes confundida y padeces el menosprecio y la violencia de la homofobia social y la homofobia interiorizada, que has sufrido el rechazo de la iglesia; a ti, madre o padre incomprendido y señalado, que no aceptas a tu hijo gay o a tu hija lesbiana porque sientes que vas en contra de Dios y de la iglesia, o que habiéndole aceptado, sufres el oprobio y la incomprensión de tu comunidad; a ti, hermano consagrado o sacerdote, que tienes una orientación sexual diversa y vives en conflicto; a ti, que reconoces la necesidad de debatir sobre la postura de la iglesia respecto a la sexualidad, la diversidad sexual y la identidad de género. Quisiera poner mi granito de arena. Quisiera que también tú puedas y sepas afrontar con inteligencia las situaciones angustiosas que vives y te causan daño. Siempre me he entregado al excluido. A lo largo de los años en que ejercí el ministerio sacerdotal dentro de la iglesia me he ocupado, principalmente, de las personas que la sociedad rechaza. ¿Cómo no iba yo a tenderte la mano, siendo yo mismo uno de esos rechazados?
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