Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Espiritualidad’

“Juntos andemos, Señor”… de la mano de Teresa de Jesús

Lunes, 15 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en “Juntos andemos, Señor”… de la mano de Teresa de Jesús

Hoy, el Carmelo Teresiano, la Iglesia Católica y muchos creyentes del mundo entero, recordaremos a esta genial mística castellana y española, Teresa de Jesús… Yo os recomiendo vivamente leer sus Obras completas, acercarse a alguna de las buenas biografías que hay en el mercado. Caminemos de la mano de esta mística de la Humanidad de Cristo, maestra de oración que en el capítulo ocho de su autobiografía nos recuerda que, “No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (V 8, 5).

44792aea-bcbf-11e6-8269-3171c6bdf199

“Estando en la Encarnación el segundo año que tenía el priorato, octava de San Martín, estando comulgando, partió la Forma el Padre fray Juan de la Cruz, que me daba el Santísimo Sacramento, para otra hermana. Yo pensé que no era falta de Forma, sino que me quería mortificar, porque yo le había dicho que gustaba mucho cuando eran grandes las Formas (no porque no entendía no importaba para dejar de estar el Señor entero, aunque fuese muy pequeño pedacico). Díjome Su Majestad: «No hayas miedo, hija, que nadie sea parte para quitarte de Mí»; dándome a entender que no importaba. Entonces representóseme por visión imaginaria, como otras veces, muy en lo interior, y dióme su mano derecha, y díjome: «Mira este clavo, que es señal que serás mi esposa desde hoy. Hasta ahora no lo habías merecido; de aquí adelante, no sólo como Criador y como Rey y tu Dios mirarás mi honra, sino como verdadera esposa mía: mi honra es ya tuya y la tuya mía». Hízome tanta operación esta merced, que no podía caber en mí, y quedé como desatinada, y dije al Señor que o ensanchase mi bajeza o no me hiciese tanta merced; porque, cierto, no me parecía lo podía sufrir el natural. Estuve así todo el día muy embebida. He sentido después gran provecho, y mayor confusión y afligimiento de ver que no sirvo en nada tan grandes mercedes.”

*

Rel 35;Cfr 7M 2, 1).

***

“Lo que pasa en la unión del matrimonio espiritual es muy diferente: aparécese el Señor en este centro del alma sin visión imaginaria sino intelectual, aunque más delicada que las dichas , como se apareció a los Apóstoles sin entrar por la puerta, cuando les dijo: «Pax vobis»“. Continúa diciendo sobre esta unión de Dios y el alma: “Es un secreto tan grande y una merced tan subida lo que comunica Dios allí al alma en un instante, y el grandísimo deleite que siente el alma, que no sé a qué lo comparar, sino a que quiere el Señor manifestarle por aquel momento la gloria que hay en el cielo, por más subida manera que por ninguna visión ni gusto espiritual“. *

*

 Moradas. 7, capítulo 2, núm 2,3

***

Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle.”

*

(Libro de la Vida, capítulo 9,1)

***

“Bendito seáis por siempre, que aunque os dejara yo a Vos, no me dejasteis Vos a mí tan del todo, que no me tornase a levantar, con darme Vos siempre la mano; y muchas veces, Señor, no la quería, ni quería entender cómo muchas veces me llamabais de nuevo.

*

(Libro de la Vida, capítulo 6,9)

*

“Juntos andemos Señor.

Por donde vayas tengo que ir,

por donde pases tengo que pasar.”

*

(Camino de Perfección 21, 26)

***

Entre los pucheros anda el Señor…

“No es sola esta persona, que otras he conocido de la misma suerte, que no las había visto algunos años había y hartos; y preguntándoles en qué se habían pasado, era todo en ocupaciones de obediencia y caridad. Por otra parte, veíalos tan medrados en cosas espirituales, que me espantaban. Pues ¡ea, hijas mías!, no haya desconsuelo cuando la obediencia os trajere empleadas en cosas exteriores; entended que, si es en la cocina, entre los pucheros anda el Señor ayudándoos en lo interior y exterior.”

*

Fundaciones 5, 8

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“No-dualidad: ¿una moda? (II)“, por Enrique Martínez Lozano.

Miércoles, 10 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en “No-dualidad: ¿una moda? (II)“, por Enrique Martínez Lozano.

205daac0-dc84-4679-9276-145fa462b950Segunda Clave: No-dualidad y sabiduría perenne.

La no-dualidad pertenece al núcleo de la sabiduría de la humanidad, en sus distintas tradiciones y expresiones. Es, por tanto, lo más opuesto a una moda pasajera. Los sabios –algunos de los cuales se hallan en el inicio de las diferentes tradiciones religiosas– han comprendido la naturaleza no-dual de lo Real.

Las diferencias entre ellos provienen de las distintas representaciones mentales en las que se movían. La vivencia y la comprensión puede ser idéntica y, sin embargo, variar la interpretación que cada persona hace de la misma. Porque toda interpretación o lectura es ya un fenómeno mental que echa mano de los esquemas –sociales, culturales, educacionales…– o “mapas” con los que cada mente se maneja.

Ahora bien, siendo cierto que la comprensión no-dual ha estado presente a lo largo de toda la historia de la humanidad, no lo es menos que, en la actualidad, pareciera que tal comprensión se está “expandiendo”, es decir, alcanza cada vez a más personas y colectivos. Y es esto precisamente lo que permite hablar de una “revolución” de la no-dualidad.

Ante este fenómeno, habrá quien hable de “moda” y hay incluso quien directamente la descalifica, negando valor a estas nuevas –y cada vez más extendidas y frecuentes– expresiones, tachándolas de “superficiales” y negándoles el valor que atribuye a la de aquellos que considera sabios o místicos “oficiales”. No entiendo el motivo, a no ser que se trate únicamente de un pre-juicio, por el que alguien afirma la validez de la experiencia vivida por “Santa Teresa, Ibn Arabi, Hakuin, San Juan de la Cruz (místicos auténticos)” mientras descalifica a “conocidos neoadvaitas (Tony Parsons, Jeff Foster, Eckhart Tolle, David Carse o Yolande Duran)”, con el pretexto de que es una “corriente declarada como pseudoespiritual por los advaitas tradicionales”. El mismo crítico llega a escribir que “si esta moda se impone es de esperar que va a ser muy difícil distinguir la verdadera no dualidad o mística de lo que son «pseudonodualidades»”.

Me resulta llamativa la propensión a conceder “certificados de calidad”, según los cuales se validan determinadas experiencias, mientras se descalifican otras, a tenor de los propios pre-juicios. Más aún cuando eso se repite al otorgar credenciales de “persona comprometida” a quien responde a un determinado cliché sobre lo que tendría que ser el “compromiso”.

Y ya que ha surgido la cuestión del compromiso, me parece relevante señalar que es bueno cuestionar el compromiso que no nace del amor y de la desapropiación del yo. En el modo como a veces se plantea, creo percibir lo que podría designarse como un cierto moralismo mesiánico de corte judeocristiano, con todo lo que tiene de exigencia, autoafirmación egoica (o fariseísmo) y culpabilización (hacia quienes no lo viven de ese modo). No es casual que sea precisamente en esos ámbitos donde se hable de una “espiritualidad política”. El compromiso se plantea ahí, fundamentalmente, como una “exigencia” –por más que luego se le añada el calificativo de “ética” o “moral”–, como algo que “tengo que” o “debemos” hacer, en un planteamiento típicamente mental o egoico, que suele esconder no pocos equívocos peligrosos.

Me parece sensato, al menos, sospechar de los posicionamientos de quienes creen que es el yo quien construye y dirige la historia. Creo que late ahí un disimulado narcisismo y un innegable antropocentrismo, peligroso precisamente por ser falso.

Considero importante mantener el espíritu crítico para prevenir la credulidad o incluso la irracionalidad. Pero no me parece ajustado que, a la hora de ejercitarlo, se recurra a “argumentos de autoridad” o a criterios basados en las propias preferencias. Y eso ocurre cuando se confunde la no-dualidad con la propia idea acerca de ella.

Enrique Martínez Lozano

Boletín Semanal

Espiritualidad , , ,

“No dualidad. Una moda”, por Enrique Martínez Lozano.

Viernes, 5 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en “No dualidad. Una moda”, por Enrique Martínez Lozano.

el-abrazo-1976-juan-genoves-custom2Introducción

Con frecuencia, se recurre a ese calificativo –“es una moda”– para descalificar todo aquello que, extendiéndose en sectores sociales cada vez más amplios, se mira con recelo, desaprobación o rechazo. El término evoca automáticamente algo pasajero, superficial, inconsistente e incluso, en algunos casos, peligroso o dañino.

De la no-dualidad se dice, en algunos ámbitos –generalmente religiosos–, que “es una moda” y que constituye nada menos que “una enfermedad espiritual”.

En síntesis, quienes así se expresan suelen utilizar dos argumentos: por una parte, según ellos, lo que actualmente se llama “no-dualidad” no sería sino un “monismo” vulgar que negaría valor a todo el mundo de las formas (lo personal, lo relacional, lo social…); por otra –se dice– abocaría a una actitud de indiferencia descomprometida, potenciando un “espiritualismo narcisista” engañoso y deshumanizador.

Se trata, sin duda, de trampas que acechan a ciertos planteamientos que se autodenominan “no-duales”, pero no a la genuina comprensión no-dual. Esta es siempre cuidado amoroso, que valora toda forma –¿cómo no lo haría si la reconoce como expresión particular de “lo que es”?– y se expresa como amor compasivo. De hecho –y este es el modo menos inadecuado de nombrarla– no-dualidad es amor.

Es de apreciar la crítica que brota de la búsqueda de la verdad y del amor –verdad y amor no pueden caminar separados–, pero la descalificación suele nacer de la inseguridad afectiva y de la necesidad neurótica de autoafirmación.

Suelo callar ante quienes, expresamente o no, se erigen en guardianes de supuestas “esencias” –en este caso, guardianes de la “auténtica espiritualidad”– porque sospecho que en toda descalificación, aun recurriendo a “nobles” declaraciones, suele esconderse un afán de autoafirmación narcisista y defensa de la propia sensación de seguridad, que se siente amenazada ante opiniones discrepantes.

Solo desde ahí cabe entender a quien juzga y descalifica como “falsa espiritualidad” aquella que no coincide con la idea que él tiene de la misma; y llama “inacción” a todo lo que no sea actuar en la línea que él considera adecuada.

Tal como lo veo, “espiritualidad” es sinónimo de “no-dualidad”. Y me parece que la imagen menos inadecuada para referirnos a ella sea probablemente la del “Abrazo”. Lo que llamamos Realidad es un inmenso “abrazo” y, al alinearnos conscientemente con ella, somos transformados por la comprensión y la compasión hacia todos los seres.

Con todo ello, sin negar las ambigüedades que acompañan nuestra forma de expresarnos, me parece que pueden hacerse, con rigor, estas tres afirmaciones: 1) la realidad es no-dual; 2) la no-dualidad pertenece al núcleo mismo de la llamada “sabiduría perenne”; y 3) la llamada “revolución de la no-dualidad” –en cuanto que está alcanzando una notable dimensión colectiva– constituye una de las mayores aportaciones de este momento histórico.

En las entregas próximas abordaré cada una de estas tres cuestiones.

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

Espiritualidad , , ,

El empeño (o tozudez) del discipulado

Miércoles, 19 de septiembre de 2018
Comentarios desactivados en El empeño (o tozudez) del discipulado

empeno-del-discipulado
Levantarse de nuevo, ponerse las zapatillas y caminar con el empeño cariñoso de recuperar algunos fragmentos de épocas pasadas.

El discipulado del Maestro es algo que apasiona (dice X. Quinzá que lo que apasiona “se padece”), y no siempre se logra con puños, a cabezazos contra la noche.

Pero sí es empeño avanzar por el camino, con zapatillas o descalza, a oscuras o alumbrada. El amor y la entrega (sinónimos la mayor parte de las veces) necesita de nuestra tozudez para avanzar, o para salir a flote.  Difícilmente se termina aquello que renuevas con frecuencia, aquello que alimentas o llenas de vigor.

Aun en la indiferencia y el anonimato pesa el hecho de permanecer en la decisión. Ya llegará el momento en el que fragüe el cemento que ha estado tiempo dando vueltas. Necesita rocas vivas que unir.  Argamasa que vincula piedras y construye edificios, vidas,…

¿Dónde está el equillibrio entre la gracia, el regalo, y la tozudez del amor? ¿En qué momento hay que ceder, dejarse llevar, aceptar? ¿En qué otro es necesario actuar hasta cansarse, aun sin resultados sensibles?

Primero es la pregunta, cierto, pero el acto de dar la respuesta es libre, es de cada cual.

El deseo despierta este cuerpo

levemente fatigado.

No es tiempo, no son horas para el descanso.

Pero tú apremias: ¡vamos, levántate!, ¡te aguardo!

Silencio alrededor.

Silencio, cuánto, en el interior.

Un encuentro en la noche que no ha muerto.

Un espacio lleno de vida acoge otra presencia.

¿Quién busca a quién?

Ya no hay cabida para ese verbo.

Hay espera,  hay confianza.

Simple compañía disfrazada de ausencia.

Dos viejas conocidas:

tu entrega y la mía.

    (A.A)

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“Neuroespiritualidad y fe “, por Fernando Jiménez.

Lunes, 17 de septiembre de 2018
Comentarios desactivados en “Neuroespiritualidad y fe “, por Fernando Jiménez.

xel-deseo-en-el-hombre-520x283-jpg-pagespeed-ic-xicgoepccqEs ya frecuente oír hablar de Neuroespiritualidad. El término verbal Neuroespiritualidad quiere dar a entender que nuestro cerebro tiene la capacidad de generar experiencias a nivel de esa otra región de la psique que se llama Espíritu: todas las experiencias de sensaciones, de emociones, de percepciones, de revelaciones que son transcendentes, espirituales, transpersonales, mágicas, numinosas, místicas…, además de las que pueden llamarse divinas y de fe religiosa.

Y desde los estudios neurológicos y neuropsicológicos parece estar demostrado que estas experiencias se producen en coincidencia de causa o efecto con una hiperactivación ciertas estructuras cerebrales que pertenecen a lo que en neurología se llama sistema límbico o cerebro emocional en conexión especial con la agmídala y con el lóbulo prefrontal derecho del neocortex.

Lo he expresado muy resumidamente, pero quiero añadir que, en la actualidad, como resultado de las investigaciones en Neurología, se ha confirmado que las estructuras límbicas del cerebro, cuando se activan, sea por estimulación eléctrica o por estimulación magnética transcraneal, son capaces de producir un tipo de experiencias que podemos llamar transcendentes, espirituales o místicas. Es decir, reacciones, sensaciones y experiencias que se originan, o que se registran, en lo que denominamos Nivel del Espíritu.

Vamos a partir metodológicamente desde esta hipótesis de entrada: Que la materia cerebral puede generar espiritualidad, que nuestro cerebro está capacitado para producir espiritualidad. El poeta Juan Ramón Jiménez ya dijo en uno de sus aforismos: “Doctor Marañón (el Doctor Marañón era a principios del siglo pasado un famoso especialista en endocrinología): yo tengo una glándula que segrega infinito…”. Y esto que escribió Juan Ramón nos lo confirman tantos artistas, poetas, músicos, descubridores… capaces de experimentar y de generar un goce que roza lo sublime: el “placer infinito”, el éxtasis…

Así son también las llamadas visiones: percepciones de realidades “inefables”, que transcienden la percepción habitual de las cosas y de las realidades materiales. A veces estas visiones, estas percepciones extraordinarias, nos las revelan ciertas personas visionarias, o personas que están estimuladas por drogas especiales. Y también nos las trasmiten los artistas a través de sus obras; o los místicos y los santos, como San Juan de la Cruz, según nos dice en una de sus Coplas:

“Entreme donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo”.

Porque esta capacidad de nuestro cerebro de generar transcendencia y espiritualidad es lo que explica las posibilidades creativas del arte, así como hace comprensibles los relatos de lo que han experimentado ascetas, contemplativos y místicos, en sus encuentros “con la divinidad” o con “las divinidades”. Pero, incluso más cercanamente y habitualmente todavía, nos hace comprensible lo que tantas personas confiesan experimentar con la sexualidad, dentro ese estado de inter-estimulación neurológica completa que es la relación sexual, y que culmina en el éxtasis del orgasmo: “ha sido una experiencia mágica”, “inefable”, “divina”, “entré en éxtasis”, “no tengo palabras”, “estoy levitando”…, (Por lo menos así se expresan en las películas y en algunas canciones y novelas).

Estas experiencias que son inenarrables con nuestras palabras habituales (por eso abundan en las expresiones líricas), experiencias de climax de goce y de plenitud en el amor, juntas a sentimientos de infinito de integración en el Universo, son testimonio de lo que capacidad de nuestro cerebro de generar experiencias transmateriales que nos sitúan en un ámbito distinto y especial, que es esfera de la Espiritualidad, donde transcendemos sobre nuestro ego individual y habitual y nos fundimos y nos hermanamos con el Amor, la Verdad y la Belleza. “¿Dónde gozar de la visión tan pura / que hace hermanas las almas y las flores?”, dijo Valle-Inclán en uno de sus poemas.

De lo cual se infiere que los humanos tenemos una tendencia innata a la espiritualidad, desde la cual se accede a un nivel superior y supremo de autorrealización personal, y de perfeccionamiento también de la especie humana. Y que estas son también las experiencias sobre las que se construye todo el edificio de las artes creativas, y los pilares humanos sobre los que se han construido las grandes religiones.

Pero quiero insistir en que Espiritualidad es un concepto más amplio que religión: no existe religión sin espiritualidad, pero sí es posible la espiritualidad sin religión, incluso en movimientos y en instituciones espirituales no religiosas, como son el budismo, el jainismo o el taoísmo. Y también en personas normales, en cualquier persona que se sienta a nuestro lado y que experimenta su estar en la vida integrando las dimensiones del espíritu en su ser, su sentir y su actuar, aunque no sean creyentes de ninguna religión.

Y es por lo que concluyo y estoy de acuerdo en que tenemos una tendencia innata a la espiritualidad generada por estructuras cerebrales y una posibilidad de contemplar la vida y de interpretar el mundo con las luces de la Inteligencia Espiritual, en dimensiones a las que no alcanzan los focos de la Inteligencia Racional.

Por todos estos argumentos, quizás se podría afirmar, desde el punto de vista neurocientífico, que el ámbito de lo sobrenatural no es un mundo que exista fuera de nosotros mismos, sino que es un producto, o podríamos decir un “constructo”, de nuestro cerebro… Lo resumo en el pensamiento de Paul Eluard, un poeta francés del siglo pasado, un pensamiento que se convirtió en slogan publicitario: “Hay otros mundos, pero están en este”.

Vamos ahora a aterrizar en nuestra propia experiencia, en el terreno de nuestra subjetividad:   Desde que se conoce y se sabe que el cerebro es productor de espiritualidad, se plantean dos posibilidades optativas, dos opciones fundamentales (se llaman “opciones fundamentales” a aquellos puntos de inflexión que ya le dan una nueva dirección existencial a la persona):

– Una es la de los “creyentes” que piensan poder argumentar que Dios ha colocado en el cerebro humano estructuras que permiten la experiencia espiritual y el contacto con la divinidad.

– Y la postura opuesta, la de los “no-creyentes”, es la que piensa que estas experiencias metafísicas, místicas o espirituales son fruto de la evolución ontogenética y filogenética, como el resto de un organismo, el nuestro, que ha seguido el proceso de selección natural, traspasando el objetivo primario de la supervivencia, hacia el objetivo de una supervivencia en mayor plenitud posibilidades vitales…

Las personas que han desarrollado esta capacidad pueden ser personas espirituales, pero no “sobre-naturales”, ni siquiera tienen que ser auténticamente religiosas. Porque todo lo que le sucede y experimenta es natural, todo es científico, todo es explicable por la neurología.

Si es verdad que las estructuras cerebrales son fruto de la evolución, lo cual parece obvio, todavía queda aquí otra posibilidad para los que defienden la primera opción, para los creyentes: la posibilidad de que desde un diseño divino se hayan formado esas estructuras de nuestro cerebro utilizando los mecanismos y las leyes de la evolución darwiniana (las leyes que Darwin descubrió, pero que estaban diseñadas por designio divino) para llegar, por evolución de especies, hasta el homo sapiens, y para que éste –el hombre, el ser humano, la persona humana- pudiese seguir desarrollándose hacia otras esferas de realización, que son las esferas del Espíritu. Y es por lo que le es posible tener experiencias espirituales, y habitar con su propia mente esa región del Espíritu, donde puede comunicarse también con seres extra-materiales, es decir: espirituales.

Es una opción razonada y razonable. Pero también es posible, también es razonada y razonable la opción intelectual contraria: la de pensar y creer que estas estructuras, por un proceso de evolución natural, son las que han generado las creencias en “seres espirituales y divinos” a través de funciones más especializadas de cerebro, pero sin salir de él.

En este segundo caso (y repito lo que ya he dicho) la espiritualidad resultaría ser una facultad mental como cualquier otra que se ha desarrollado por evolución natural en respuesta a determinadas presiones medioambientales, con el fin de aumentar las probabilidades de supervivencia y de autorrealización más plena del organismo, igual que se ha desarrollado el lenguaje, y la inteligencia, y la capacidad para la música o para la poesía y las artes, y las capacidades descubridoras y creativas. De ahí que haya personas más espirituales que otras, dependiendo de que tengan más o menos desarrollada esta facultad, o en razón de que se lo haya facilitado el entorno, o la sociedad o el medio cultural en el que esa persona se encuentra. Y por esa razón existen, y han existido, individuos con una gran espiritualidad (los artistas, poetas, los intérpretes y los creadores musicales; también los místicos, los santos, los fundadores de religiones). Y también han existido y existen otros individuos, otras personas –homines sapientes también- en las que esa espiritualidad parece estar ausente, y para quienes la inteligencia espiritual no tiene que intervenir necesariamente en su interpretación del mundo. Solo les interesa lo que se puede explicar con los argumentos cognoscitivos de la razón.

*******

Hasta aquí he querido llegar, hasta este límite, hasta esta frontera de la razón, para preguntar (que cada uno y cada una se lo pregunte en su interior, y se responda): ¿Cuándo llego aquí, a este punto, veo algo más allá? ¿Sigo viendo a Dios entre las brumas exteriores, o en los susurros secretos de mi corazón?

Sabemos o pensamos que la Fe no es una demostración, no es una convicción. La Fe es una opción, una decisión libre, y por eso reitero mi pregunta; que cada persona que lee esto se la responda a sí misma: ¿Cuál es mi opción? ¿Cómo elijo configurar mi pensamiento y organizar mi estar en la vida, con la primera opción o con la segunda opción? …

Voy a volver a decirlo: La Fe no es una convicción; la Fe es una opción, una decisión libre, una entrega incondicional, una sin-razón (como el enamoramiento). Eso lo decía una nivela de Julien Green: “No se puede explicar por qué se tiene Fe: se sabe, como cualquier persona sabe cuándo está enamorada”). No es algo a lo que la persona tenga que rendirse por la evidencia de la razón. Como se decía en otra película de Inmar Bergman, tan famosa el sigo pasado, El Séptimo sello: “La Fe es un gran sufrimiento; es como hablar con alguien que está afuera en las tinieblas…”.

Desde la esfera de la razón, la Fe es un sufrimiento, un anhelo frustrado, un fracaso de la racionalidad. “Cuántas veces / te buscaron mis manos, tanteando por las sombras / como un ciego…”, decía un poema antiguo. Las luces de la razón no llegan a iluminar las riberas del Espíritu donde se apacienta la Fe. Para arribar a esas orillas tengo que dar un salto en el vacío de la mente.

La inteligencia de la razón, la Inteligencia Racional, no opera con los mismos procesos que la Inteligencia Espiritual. Ni los argumentos de la razón justifican esos encuentros supremos con la Verdad y con la Belleza y con la Bienaventuranza, que han logrado, a veces, los grandes poetas, los creadores, los grandes descubridores, los místicos y los santos.

En este nivel de la instalación en las regiones del Espíritu, cuando están iluminadas por la Fe, el término “conocimiento” es… transparencia (“La transparencia, Dios, la transparencia”, clamó Juan Ramón Jiménez en su libro Dios deseante y deseado), y el verbo “conocer” adquiere un significado de compenetración o de interpenetración con lo conocido, cuando lo conocido queda abarcado, incorporado o fundido en una experiencia de encuentro, para la que no existe otra palabra sinónima que la palabra Amor.

Como escribí en otro lugar, no encuentro una ejemplificación más explícita de este de este fenómeno de auto-realización humana, que la de unos versos de San Juan de la Cruz, en los que se revela un encuentro donde, metafóricamente, la noche de la inteligencia queda iluminada por la alborada de Fe en la compenetración del amor: “Oh noche que guiaste / oh noche amable más que la alborada, / oh noche que juntaste / amado con amada, / amada en el amado transformada”. Quizás aquí quede descrita la fenomenología de la Fe y la experiencia encuentro-conocimiento-amor que en ella se contiene, en este humano y divino plano del Espíritu.

Y si a quien haya optado por esta opción, la opción en la Fe, alguien la preguntara que es lo que ha descubierto, qué es lo que ahora sabe, quizás sólo podrá responderle con san Juan de la Cruz:

“Entreme donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo”

 

Fernando Jiménez Hernández-Pinzón

Fuente Atrio

Espiritualidad , , , , , , , ,

La Cruz Gloriosa

Viernes, 14 de septiembre de 2018
Comentarios desactivados en La Cruz Gloriosa

 Celebrar la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz significa tomar conciencia en nuestra vida del amor de Dios Padre, que no ha dudado en enviarnos a Cristo Jesús: el Hijo que, despojado de su esplendor divino y hecho semejante a nosotros los hombres, dio su vida en la cruz por cada ser humano, creyente o incrédulo (cf. Flp 2,6-11). La cruz se vuelve el espejo en el que, reflejando nuestra imagen, podemos volver a encontrar el verdadero significado de la vida, las puertas de la esperanza, el lugar de la comunión renovada con Dios.

aacroix_1

Estaríamos enajenados hasta el punto de permitirnos el lujo de buscar a Dios, en las horas cómodas del ocio, en templos lujosos, en liturgias pomposas y a menudo vacías, y de no verle, oírle y servirle allí dónde está, y nos espera, y exige nuestra presencia: en la humanidad, en el pobre, en el oprimido, en la víctima de la injusticia de la que somos, muy a menudo,  cómplices?

 

*

Don Helder Camara,
Un pensamiento para cada día”,
Médiaspaul, 2010

douglas-blanchard-j-is-beaten

Jesus in Love

***

Orar, es penetrar despacio, tranquilamente,
En el silencio de Dios,
Dejar a Dios darse y darme su silencio,
Para que pueda dejar mi corazón
latir al unísono del suyo,
dejar mi respiración entrar
En la respiración de Dios,
Dejarme penetrar por Su presencia,
Darme cuenta cada vez más
de que Dios está dentro de mí,
No, evidentemente, para evitar a mis hermanos
Sino para llevarles más,
Porque es verdaderamente imposible acercarse al crucificado
Sin acercarse a los crucificados del mundo entero.

*

Jean Vannier

image

***

Jesús conquista a los hombres por la cruz, que se convierte en el centro de atracción, de salvación para toda la humanidad.

Quien no se rinde a Cristo crucificado y no cree en él no puede obtener la salvación. El hombre es redimido en el signo bendito de la cruz de Cristo: en ese signo es bautizado, confirmado, absuelto.

El primer signo que la Iglesia traza sobre el recién nacido y el último con el que conforta y bendice al moribundo es siempre el santo signo de la cruz. No se trata de un gesto simbólico, sino de una gran realidad.

La vida cristiana nace de la cruz de su Señor, el cristiano es engendrado por el Crucificado, y sólo adhiriéndose a la cruz de su Señor, confiando en los méritos de su pasión, puede salvarse.

Ahora bien, la fe en Cristo crucificado debe hacernos dar otro paso. El cristiano, redimido por la cruz, debe convencerse de que su misma vida debe estar marcada – y no sólo de una manera simbólica- por la cruz del Señor, o sea, que debe llevar su impronta viva. Si Jesús ha llevado la cruz y en ella se inmoló, quien quiera ser discípulo suyo no puede elegir otro camino: es el único que conduce a la salvación porque es el único que nos configura con Cristo muerto y resucitado.

La consideración de la cruz nunca debe ser separada de la consideración de la resurrección, que es su consecuencia y su epílogo supremo. El cristiano no ha sido redimido por un muerto, sino por un Resucitado de la muerte en la cruz; por eso, el hecho de que Jesús llevara la cruz debe ser confortado siempre con el pensamiento del Cristo crucificado y por el del Cristo resucitado .

*

G. di S. M. Maddalena,
Infinita divina, Roma 1980, pp. 342ss

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Mensaje del XXXVIII Congreso de Teología sobre “Mística y liberación”

Martes, 11 de septiembre de 2018
Comentarios desactivados en Mensaje del XXXVIII Congreso de Teología sobre “Mística y liberación”

thumb_imagen-programa-273x300-_hecmyiudgmgs-thumb(Mensaje final del Congreso de Teología).- Del 7 al 9 de septiembre de 2018 nos hemos reunido en el 38 Congreso de Teología para compartir experiencias y reflexionar sobre “Mística y Liberación“.

1. Hemos comenzado preguntándonos si, ante las graves situaciones de injusticia estructural, crecimiento de la desigualdad, maltrato a la Madre Tierra, a los pueblos originarios, a las mujeres, y tras las dramáticas imágenes de personas migrantes y refugiadas que mueren anegadas en el intento de acceder a nuestras costas, se puede seguir hablando de mística. La respuesta solo puede ser afirmativa si nos ponemos del lado de las víctimas, hacemos una opción radical por las personas pobres y los pueblos oprimidos y colaboramos en su liberación.

2. Nos hemos preguntado si la mística forma parte de la realidad o es un estado patológico, para responder que es la apertura al misterio, el descubrimiento de Dios en el rostro del otro, el conocimiento intuitivo, la salida de sí mismo y el acceso a un nuevo estado de conciencia para tener una visión distinta y transformadora de la realidad.

3. Hemos descubierto que las personas místicas nada tienen de pasivas. Se comportan con gran libertad de espíritu, son profundamente críticas con las instituciones religiosas y políticas y tienen una gran capacidad de desinstalar el sistema. Ejemplos: Jesús de Nazaret, Pablo de Tarso, Francisco de Asís, el Maestro Eckhart, Hildegarda de Bingen, Margarita Porete, Thomas Müntzer, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Rumi, ibn Arabi, Luther King, Simone Weil. A su vez, hemos sido alertados sobre el peligro de las personas iluminadas, que se dicen místicas.

4. Nos hemos preguntado por la relación entre mística y política: ¿Pueden ir juntas, caminan paralelas, son opuestas? ¿Ha influido la mística en la política? La respuesta a la última pregunta ha sido afirmativa. Las personas místicas viven ligeras de equipaje, compaginan armónicamente razón y emoción, pueden contribuir a crear una ciudadanía liberada con capacidad de interiorización, ofrecen nuevos modelos de convivencia, trabajan por eliminar la pobreza y erradicar las desigualdades.

5. Hemos observado que la relación entre mística y política no es arbitraria, ni oportunista, sino intrínseca. Más aún, hemos tomado conciencia de la necesidad y urgencia de una mística de ojos abiertos, corazón solidario y amor políticamente eficaz, de una mística que lleva a escuchar el grito de la Tierra, el clamor desgarrador de millones de personas hambrientas de pan y de derechos humanos y a luchar por Otro Mundo Posible.

6. La mística es inseparable del trabajo por la justicia. Uno de los nombres que la Biblia hebrea da a Dios es “nuestra Justicia”. La justicia no es, por tanto, solo un tema político o jurídico; es también teológico.

7. Hemos descubierto la aportación del silencio contemplativo, personal y comunitario, a la lucha por la justicia. Un silencio que potencia los gritos contra las injusticias, y especialmente contra la pederastia, ante la situación in extremis que vivimos tanto a nivel de política global como de la Iglesia católica. El silencio no es lo opuesto a la acción o a las palabras, sino fuente de poder, perspicacia y perspectiva; ayuda a que el Espíritu, y no el Ego, guíe nuestras vidas. No aísla de las luchas del mundo, sino que las abraza al nivel más profundo y es esencial para construir un mundo más justo.

8. El cristianismo es una religión mística no solo como experiencia espiritual individual, sino como experiencia política comunitaria, que tiene su fundamento en la autoridad de las víctimas y su fuerza en la compasión; no se evade de la realidad, sino que lleva a sublevarnos contra el dolor inocente e injusto.

9. La mística constituye uno de las experiencias más importantes para superar los fundamentalismos religiosos, que se caracterizan por el fanatismo y la intolerancia hacia quienes no piensan y creen como nosotros y con frecuencia desembocan en terrorismo justificado en nombre de Dios.

10. La mística no es uniforme; se caracteriza por un amplio pluralismo, donde radica su riqueza. Tres han sido los modelos que hemos analizado en este Congreso con sus afinidades y peculiaridades: el “oriental”, el cristiano y el sufí.

11. Nos comprometemos a vivir una mística en perspectiva feminista, integradora de las diferentes experiencias religiosas y laicas, que responda a los desafíos de nuestro tiempo, trabaje por la justicia y contribuya a construir una sociedad fraterno-sororal y una comunidad eco-humana sin exclusiones de género, etnia, creencia o increencia religiosa, clase social, procedencia religiosa o identidad afectivo-sexual.

12. Afirmamos, con Raimon Panikkar, que se puede vivir armónicamente una pluralidad de místicas misteriosamente unificadas; con Leonardo Boff, que las personas cristianas deben ser “místicas en la liberación”; con Jon Sobrino, que sin práctica, el espíritu permanece vago y muchas veces alienante; con Gustavo Gutiérrez, que el método de la teología es la espiritualidad liberadora; con Juan Bautista Metz, que es necesaria una “mística de ojos abiertos”; con Hans Küng, que hay que lograr una mística interreligiosa; con Dorothee Sölle, que la mística lleva a la resistencia; con Pedro Casadáliga, que hay que practicar una espiritualidad contrahegemónica. A ello nos comprometemos en este Congreso.

En Madrid, a 9 de septiembre de 2018.

Fuente Eclesalia

Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, General , , , ,

Carta abierta de Santiago Agrelo, Obispo de Tánger.

Jueves, 16 de agosto de 2018
Comentarios desactivados en Carta abierta de Santiago Agrelo, Obispo de Tánger.

agrelo-pancarta2 agosto, 2018

CARTA ABIERTA

Hoy he recibido en mi correo electrónico un mensaje que parecía enviado desde la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). Me preguntaban: «Santiago, ¿quién defiende a la Guardia Civil?».

Y me pedían que, para defenderla, exigiese al Ministro del Interior una serie de cosas contra las que llevo luchando desde que tuve delante de mis ojos al primer emigrante.

Dado que a la Guardia Civil no sólo le tengo respeto, sino que le he tenido siempre cariño, pinché donde dice responder, con el sencillo propósito de compartir con los Guardias unas ideas sobre su defensa y protección.

Cuál no sería mi sorpresa cuando, hecho el clic, resulta que mi interlocutor no es la AEGC, sino el Sr. Ignacio Arsuaga, y la Organización HazteOir, por él fundada.

Desistí de responder allí al Sr. Ignacio –para él sirve también lo que voy a decir aquí–, e intentaré hacerlo desde este muro a los Guardias de la AEGC. Si no lo supiesen ya, estoy seguro de que lo sospechan:

1.- Más personal, más concertinas, más medios –más escudos o más vehículos–, no significa más protección para ustedes: significa sólo más riesgo para los emigrantes, y en la misma medida, significará cada vez más riesgo para ustedes.

2.- A la Guardia Civil no la ayudará en modo alguno ver aumentada su capacidad de represión de los emigrantes, sino ver disminuida la presión inicua que la política ejerce sobre hombres y mujeres y niños necesitados de todo y entregados en manos de las mafias.

3.- Ustedes conocen a los emigrantes mejor de cuanto pueda conocerlos yo. Ustedes los atienden muchas más veces y con más dedicación de cuanto yo pueda hacerlo jamás. Yo he visto emigrantes mutilados, porque han perdido un ojo, o un brazo, o un pie. Yo los he visto golpeados –brechas abiertas en la cabeza, golpes en cualquier parte del cuerpo–, los he visto mordidos por los perros, ateridos de frío, hambrientos y sucios y enfermos y descalzos y andrajosos. He enterrado emigrantes en fosas comunes. He celebrado funerales en esta catedral de Tánger.

He hecho mil veces el recuento de los muertos en el Mediterráneo. Ustedes seguramente han visto mucho más que yo. Y es eso lo que me lleva a pedirles, porque son la autoridad competente, que sean precisamente ustedes la imagen y la voz de lo que ven. Ustedes saben que, en esta guerra contra los pobres, la primera víctima es la verdad. Yo les pido que digan lo que hay, como intento decirlo día a día. Ustedes tienen sentido de la justicia, y estarán de acuerdo conmigo si digo que no se pueden denunciar las heridas de los Guardias Civiles si no se denuncian también con fuerza las heridas que durante años han venido soportando los emigrantes, el sufrimiento de los emigrantes, la vejación a la que son sometidos los emigrantes, la esclavitud que padecen los emigrantes.

4.- Acusar a los emigrantes, no protege a la Guardia Civil. Esa protección sólo puede llegar desde una política que respete los derechos de los emigrantes, una política justa, equitativa, acogedora, solidaria, generosa y humana.

5.- Si en su día los ciudadanos alemanes hubiesen protegido con sus propias vidas la vida de los judíos, además de salvar a éstos, se habrían salvado a sí mismos y habrían salvado el mundo que conocían.

Créanme si les digo que éste y sólo éste –el del respeto de los derechos de todos– es el camino en que todos podremos sentirnos seguros.

Créanme también si les digo que les habla un amigo,

Santiago Agrelo
Obispo de Tánger

Fuente Religión Digital

Espiritualidad , , , , , , , ,

El blog en Agosto…

Jueves, 9 de agosto de 2018
Comentarios desactivados en El blog en Agosto…

tumblr_n81yf2edEs1r2d8pzo1_500

Querido hermano, querida hermana,

Desde hoy, el blog adopta,  durante agosto un ritmo vacacional. El Foro, como siempre, estará  activo diariamente.

En la portada, donde aparecen las  publicaciones diarias, se intentará seguir un ritmo regular, diario,  pero puede que no… (especialmente, como hoy tras este post, sí se publicarán diariamente las “migajas de espiritualidad” y el artículo de espiritualidad, además de la cita dominical con el Evangelio)… sin embargo, podrás, seguro,  encontrar publicaciones aleatorias de noticias, artículos o textos inéditos.

Para estar seguro de  no perderte nada, no te olvides de visitar el blog diariamente.

Mientras tanto muchos posts, artículos, noticias y… fotografías sugerentes que quizá se te habrán escapado, están ahí esperándote.  Es el momento de ir a visitarlas.

Ver y ver de nuevo, magia de las palabras, lo imaginario de las fotos, holgazaneo, sensualidad,  ensueño …

Sin olvidar un poco,  mucho, de espiritualidad …

Descanso del cuerpo,  sosiego del alma …

Buenas vacaciones a  todas y  todos

Besos

Mudejarillo

tumblr_n81yelWgMP1r2d8pzo1_1280

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad, General, Tablón de Anuncios , , , , , , , , , ,

Compromiso

Viernes, 13 de julio de 2018
Comentarios desactivados en Compromiso

Del blog Amigos de Thomas Merton:

8df2a-photo-707809

“Me doy cuenta que, ahora más que nunca, la dedicación a Dios en la vida religiosa no puede ser un pretexto para intentar la evasión, sino que, por el contrario, ella compromete al hombre mucho más irrevocablemente a tomar una posición y a dar un testimonio en el mundo de su tiempo. Y me parece que estoy obligado, por las circunstancias de mi vida y mis antecedentes, a hacer algo para curar la prodigiosa e imperdonable brecha que ha surgido entre la Iglesia y el mundo intelectual de nuestro tiempo”

*

Thomas Merton.
Carta a Victoria Ocampo, 21 de julio de 1958.

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Espiritualidad de Henri Nouwen

Miércoles, 27 de junio de 2018
Comentarios desactivados en Espiritualidad de Henri Nouwen

Del blog de Henri Nouwen:

view

Dado el amplio ministerio oral y escrito de Henri Nouwen son amplios también los temas que trató y desarrolló, pero algunos de modo particular son puntuales y encuentran una sistematización a lo largo de toda su obra. Importante resaltar que en Nouwen se da una síntesis entre psicología y teología que redunda en beneficio de la espiritualidad. No se consideraba a sí mismo un teólogo, ni le interesaron mucho las disertaciones profundas acerca de los dogmas, pero fue capaz de articular algunas verdades esenciales de la fe cristiana en un lenguaje asequible y emotivo. Utilizó sus conocimientos psicológicos siempre con una intención pastoral, y consiguió que en sus escritos el límite entre psicología y espiritualidad sea apenas perceptible.

Los temas principales que trató en su obra se deducen fácilmente de los títulos de sus libros: El amor de Dios, somos hijos amados del Padre, estamos llamados a beber el cáliz de la vida con Cristo, el ministerio en la Iglesia a partir de nuestras propias heridas, oración, compromiso social, fragilidad, vivir escuchando la voz interior del amor. Nouwen recoge un poco de toda la espiritualidad de su siglo: Thomas Merton, Teología de la Liberación, Teresa de Calcuta, Martin Luther King, devociones, Sagrada Escritura, etc, para llevarlas en una síntesis bien armada a sus miles de lectores. Lo que Nouwen entregó en sus libros fue su propia andadura existencial, sus luchas, sus angustias, sus hallazgos espirituales, muy similares a los de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

*

enhanced-buzz-4617-1364331754-3

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

“El mar y el oleaje”, por Fernando Jiménez

Martes, 26 de junio de 2018
Comentarios desactivados en “El mar y el oleaje”, por Fernando Jiménez

bodyboard-tiago-sousa-desenquadrado-3_700x360A esta edad a la que he ascendido, es inevitable que la consciencia de un humano final de la experiencia a la que llamamos “vivir” te envuelva, como luz clara, a veces, y otras veces, quizás con una luz sombría, “Saber que somos luz y sentir frío / humanamente esclavos de la muerte”, como en el verso desesperado del primer Blas de Otero…

Hoy he cogido al vuelo un pensamiento de Salvador Panniker, de su Segunda Memoria, donde dice que “las cosas separadas” son una ficción del lenguaje, y lo interpreto en cuanto que el lenguaje hace siempre un recorte conceptual y artificial de los aspectos distintos de una realidad total e inconsútil.

La palabra “aspecto” deriva del término latino “aspicio” que significa ver: lo que veo de la realidad total en un momento determinado. Y viene a decir Paniker que esto que veo, estos aspectos, son recortes practicados en la totalidad, que se definen, se conceptualizan y se hacen distintos por obra y gracia del lenguaje. El Adán bíblico, instalado en la existencia, empieza a ordenar el mundo, la totalidad que le rodea, a clasificarlo en moldes lingüísticos, poniéndole, como dice la Biblia, un nombre a cada cosa.

Esos recortes de la totalidad -que se concretizan y delimitan en cada palabra de los lenguajes- no son más que flashes pasajeros, efímeros, fugaces, caducos, temporales…Y eso es también el tiempo: el paso de nuestra visión -enmarcada en cada palabra del lenguaje- por esos múltiples y sucesivos aspectos de la totalidad.

La Totalidad es atemporal, infinita, inagotable, perenne… como el mar. Mientras las olas sucesivas perecen desmayadas sobre la arena de las playas, el mar permanece eterno, inmutable, total. (Un día yo dejaré de ser ola, pero seguiré siendo mar, infinitamente). Cada ola es un presente perecedero, uno de los aspectos, captados sucesivamente, de esa totalidad infinita inabarcable.

Por eso, el presente no es más que una franja de eternidad, un aspecto puntualmente constatado y delimitado dentro de la totalidad. Y cuando nombramos en las cosas presentes sus aspectos de único, bueno, bello, verdadero… estamos delimitando en la cosa y en su presente, la bondad total, la belleza total, la verdad sin límites, la totalidad única, atemporal, infinita y trascendente que se refleja en cada una de esas cosas. Porque la totalidad nos transciende: es la trascendencia, la trascendencia transparente, Dios, que envuelve todas las cosas, “La transparencia, Dios, la transparencia” del clamor juanramoniano.

Lo contrario, la experiencia de lo que nombramos como maldad, falsedad, fealdad, desorden, caos… es el precio de nuestra imperfección esencial, que se pudre en la temporalidad de un presente limitado y sucesivo. Es la carencia de la Transcendencia, de Dios, de esa bondad, unidad, belleza, orden, que nos transciende en su totalidad, pero que podemos hacerlos presente en las cosas, por participación temporal y efímera (como las imágenes reflejadas en las paredes de la caverna de Platón) gracias a esa función divina, divinamente humana, del lenguaje y la palabra, el “Logos”. Palabra eterna, transpersonal, de la que derivan nuestras personales palabras delimitadoras de las cosas.

Desde estas premisas conceptuales, la muerte no existe ni consiste. Sólo se esfuma eso que nombramos y delimitamos como Yo, mi Yo, y que los demás llaman Tú, y que no es más que un aspecto de la realidad recortado y elaborado por el lenguaje. Pero queda la Totalidad.

Se diluye una ola, pero queda, eterno, el mar y el oleaje.

Fernando Jiménez H.-Pinzón

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad , , , ,

“Cuida con amor tus estrellas”. Orar, vivir, compartir

Lunes, 25 de junio de 2018
Comentarios desactivados en “Cuida con amor tus estrellas”. Orar, vivir, compartir

cuida-con-amor-tus-estrellas-620x375Miguel Ángel Mesa
Madrid.

ECLESALIA, 15/06/18.- Estas páginas ofrecen una cuidada y sugerente relación de textos muy diversos, que pueden servir para la reflexión y la oración personal y comunitaria, para las más diversas celebraciones, para compartir con los amigos…

Este libro se compone de varias temáticas, pero todas están interrelacionadas, son transversales, unas se entrelazan con las otras, pues si no fuera así le faltaría algo esencial a cada una de ellas.

En estas páginas el lector o lectora encontrará varios credos, la mayoría desde una perspectiva cristiana, pero muy abiertos, porque la fe que no crece y avanza cada día se va apagando. Por eso no se debe detener, sino irse modificando en el contacto con la realidad, con la vida de fe de otros creyentes, o con personas que no pertenecen a ninguna religión, pero que poseen una profunda fe en el ser humano y su dignidad, en el amor por la naturaleza y la vida.

También se hallarán paráfrasis de padrenuestros (sin desmerecer en absoluto el Padrenuestro que enseñó Jesús, que es una oración inigualable, que tendrá plena vigencia siempre), porque si ponemos en palabras de hoy algunas oraciones de ayer, se pueden entender mejor y aterrizar con más claridad y mayores posibilidades de que nos lleguen más adentro, nos motiven y comprometan.

Y no hay oración sin agradecimiento, sin alabanza, sin celebración. Pues todo en la vida es don, aceptado o entregado, por eso es necesario ser agradecido, dar las gracias, sentirse feliz por todo lo que se recibe, por lo que se aprende, por lo que se comparte. Y todo ese agradecimiento tiene un momento culminante: la celebración de acción de gracias, donde se hace presente la vida, con sus sufrimientos y sus alegrías.

La fe y la vida tienen que estar plenamente unidas. Jesús formó una comunidad de hombres y mujeres, que le acompañaron por los caminos de Galilea. No se puede vivir la fe de forma aislada, ni al margen de la existencia concreta. La fe, para ser auténtica y fértil, debe ser compartida en comunidad y solo tendrá su verificación en la realidad cotidiana.

La fe, la oración, la celebración, el compartirlo todo en comunidad, solo adquirirá su plenitud si está impregnada de una mística de ojos, oídos y manos abiertas, que lo envuelva todo, que nos ayude a ver la realidad en profundidad y lo que acontece detrás de ella: la trascendencia de cada acto, de las opciones, de la humanidad dolorida y esperanzada. La trascendencia inmanente de la Divinidad, que está presente en todo, que todo lo impregna y sustenta con su presencia.

Una mística que se enlaza profundamente con la espiritualidad. Esta nos ofrece el aliento para poder vivir de otra manera y, por lo tanto, más felices. Sí, porque la oración, la comunidad, la mística o la espiritualidad, solo serán creíbles si se concretan en la solidaridad, en el amor verdadero, efectivo hacia las personas que sufren injusticias en nuestro mundo.

«Este libro nos ayuda a rescatar lo inédito, a acoger la bienaventuranza de la ‘vida común’ desde la gratuidad y la Buena Noticia que porta dentro, porque el Evangelio no es una Palabra escrita en un libro sino que el Evangelio acontece, es dinámico, se revela en nuestro aquí y ahora y se nos ofrece como esperanza contra toda desesperanza» (Pepa Torres)

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Para más informaciónpaulinas.es

Biblioteca, Espiritualidad , ,

“Humanismo cristiano” (Lecturas)

Sábado, 23 de junio de 2018
Comentarios desactivados en “Humanismo cristiano” (Lecturas)

Del blog Amigos de Thomas Merton:

tumblr_opkoqnk8hc1qi91y3o1_1280

En “Humanismo cristiano”, artículo: San Bernardo, monje y apóstol, páginas 205-219; empieza con una reflexión acerca de los santos en general. Lo más original, este párrafo: “A menudo es difícil ver la vocación de los mayores santos en toda su integridad y simplicidad. Cuanto más grandes y populares son, más posibilidades tienen de ser interpretados equivocadamente, tanto por sus partidarios como por quienes no lo son. Y hay que admitir que no todos los santos gustan a todos los católicos” (Humanismo cristiano, 206). Lo anterior se podría aplicar al propio Merton, aun cuando no sea, hasta hoy, un santo canonizado por la Iglesia.

Otros capítulos importantes de “Humanismo cristiano” (Cuestiones disputadas): El ideal carmelita primitivo (154-195), Lo absurdo en la decoración sagrada (196-204), Luz en la oscuridad: la doctrina ascética de San Juan de la Cruz (145-153), Notas para una filosofía de la soledad (117-144), El arte sagrado y la vida espiritual (93-105), El poder y el sentido del amor (43-69), Cristianismo y totalitarismo (70-89).

“En San Juan de la Cruz encontramos luz y oscuridad, sufrimiento y alegría, sacrificio y amor, tan estrechamente unidos que a veces parece que se identifiquen. No es tanto que lleguemos desde la oscuridad a la luz como que la misma oscuridad es luz. De ahí la simplicidad esencial de su enseñanza: entra en la noche y serás iluminado. NOCHE significa el oscurecimiento de todos nuestros deseos naturales, de nuestro entendimiento natural, de nuestra forma humana de amar, pero este oscurecimiento trae consigo una iluminación. Cuanto mayor sea nuestro sacrificio y más profunda la noche en la que nos sumerja, más pronta y completamente seremos iluminados. Pero lo que debe recordarse cuidadosamente es que no somos iluminados por nuestros esfuerzos, por nuestro amor, por nuestro sacrificio. Por el contrario, estos son oscuridad. Hasta nuestras capacidades espirituales son oscuridad a los ojos de Dios. Todos debemos ser oscurecidos, es decir, olvidados, para que Dios pueda convertirse en la luz de nuestra alma” (148-149).

“Cuando un ser humano es llamado a ser un solitario, aunque sea solo interiormente, no necesita ser nada más, ni se le puede pedir nada más, salvo que permanezca física o espiritualmente solo librando su batalla, que pocos pueden comprender” (121).

“Convenzámonos de la importancia del buen gusto en todo lo relativo a la vida y el culto cristiano, y preocupémonos con un cierto celo por la belleza de la casa de Dios, que nos prohíbe ser indiferentes a la vulgaridad, la poca calidad, la ostentación y la sensualidad mundana en el arte cristiano” (104).

“Un movimiento de masas pone siempre la causa por encima de la persona individual y sacrifica a la persona a los intereses del movimiento. De esta manera, vacía a la persona de todo lo que es suyo, la saca de sí misma, la arroja en un molde que le dota con las ideas y aspiraciones del grupo antes que con las suyas. No hay nada malo en que la persona se sacrifique por la sociedad: puede haber momentos en que esto sea justo y necesario, y en el sacrificio la persona se encontrará a sí misma en un nivel superior. Pero en el caso del movimiento de masas, el vaciamiento del individuo lo convierte en una cáscara, en una máscara, una marioneta que los líderes del movimiento utilizan y manipulan a su antojo. El individuo deja de ser una persona y se convierte simplemente en un miembro, en una cosa que sirve a una causa, no por pensamiento o voluntad, sino porque se le empuja como una bola de billar según los intereses de la causa” (75).

disputed-questions

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

La otra madre

Martes, 5 de junio de 2018
Comentarios desactivados en La otra madre

madre-tierraJuan Zapatero Ballesteros
Sant Feliu de LLobregat (Barcelona).

ECLESALIA, 23/04/18.- Los medios de comunicación, pero especialmente la radio, vaya, el cuarto poder en general, ¡para qué andar con remilgos!, llevan bombardeándonos desde hace ya algunas semanas, concretamente desde el día 20 de marzo, con spots publicitarios en los que la madre ocupa de manera total y absoluta el protagonismo. He especificado el día en qué comenzó su campaña, porque hasta dos días antes habían hecho exactamente lo mismo con el padre. ¿Quién no se enternece ante una madre y sobre todo ante lo que este ser representa? Digo esto porque los señores y señoras que nos hablan a través de semejantes medios juegan con ventaja. Sea como fuere lo que pretenden estos comunicadores, no voy yo a dudar de sus intenciones, ¡solo faltaba!, pero especialmente de quienes les pagan, es conseguir que todo hijo o hija, que se den por bien nacidos, la muestren su afecto de manera especial en su día que, según marca el calendario, este año es el 6 de mayo. No cabe la menor duda que la intención es a todas luces buenísima. Ahora bien; no lo es tanto, sin embargo, cuando la manera de mostrar dicho afecto queda reducida a que los hijos e hijas obsequien con regalos de todo tipo a su progenitora. Como podéis ver una vez más estamos en lo de siempre: afecto y consumo ligados de manera estrecha. Podría seguir escribiendo sobre el tema, pero pienso que habéis intuido por dónde voy y, por ello, no voy a continuar por semejante derrotero, porque mi intención es otra en este caso.

Afortunadamente cada vez se habla más de otra madre que no es precisamente la que biológicamente no has transmitido la vida a los hijos e hijas. Me refiero a la Tierra, al planeta en donde habitamos. Bien es verdad que son sobre todo los países sudamericanos cuyos orígenes habría que fijarlos en las culturas incaicas, aztecas, mayas etc. quienes más arraigado tienen en su cultura el concepto “madre” aplicado a la Tierra. De ahí la expresión tan propia y tan típica de ellos a la hora de denominarla como “pacha mama”. Sí, la tierra también es nuestra madre; tuya y mía. De ella hemos salido, ella nos ofrece todo lo necesario para nuestro cuidado y alimento y, de una manera u otra, a ella volveremos un día. Tengo la impresión, sin embargo, que de esta madre nos recordamos muy poco. Baste traer a colación, pues creo que no está de más saberlo, que el día dedicado a conmemorar su efeméride no fue otro que ayer, 22 de abril, y que comenzó a celebrarse el año 1970 con el nombre, nada menos que, de “Día internacional de la Madre Tierra”. ¿Qué medios de comunicación lo han puesto en solfa? Creo que lo mejor es callar. Ya no hablo de regalos, por lo que a la “Madre Tierra” se refiere, sino de atropellos, a veces en grado demasiado extremo. ¿Qué hemos hecho de ella? Me parece que bien poca cosa puedo añadir a lo que tú ya no sepas. La hemos troceado en mil añicos, levantando fronteras por todas partes, con las consecuencias que todo esto ha llevado y continúa llevando por diferentes lugares del planeta. Los más poderosos han excluido a los más débiles, aduciendo cuestiones de raza, de cultura, de educación, de pensamiento, de religión, etc. Pero, no nos engañemos, en el fondo de semejante destrozo no existe ninguna otra razón que no sea la fuerza y el poder económico de los más poderosos y potentados. La estamos esquilmando sin piedad ni miramientos, intentando sacar de la misma todo lo que podemos y más, precisamente quienes más pueden para satisfacer sus intereses económicos, sin tener en cuenta para nada las nefastas consecuencias que por ello, con toda certeza, ya están padeciendo muchas personas y padecerán aún más las generaciones venideras. Mientras tanto, los mandatarios y gobernantes no están dispuestos a hacer el más mínimo esfuerzo, no ya para dejarla al menos como está en estos momentos, sino para no llegar más allá, si para ello tienen que renunciar a conseguir pingües ganancias o si ello les supone ser menos que otro país o que la potencia política frente a la cual rivalizan.

Seguramente estarás pensando y me puedes decir, con toda razón, que tú puedes hacer bien poco. Es posible; cada una, cada uno, lo sabrá según su propia conciencia. Yo solamente te sugiero una cosa: que comiences por respetarla desde tu vida diaria. Tú sabrás qué te implica poner en práctica dicho concepto. Pero pienso que es el mejor de los regalos que en estos momentos puedes hacer a la “Madre Tierra”. ¡Gracias!

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad , , , ,

“Nuevos tiempos: un nuevo tipo de educación”, por Leonardo Boff.

Viernes, 1 de junio de 2018
Comentarios desactivados en “Nuevos tiempos: un nuevo tipo de educación”, por Leonardo Boff.

escuela_bullyingLa realidad en las últimas décadas ha cambiado tanto que ha afectado también a nuestro estilo de educación. Cito algunos de estos cambios:

―Hemos construido el principio de nuestra autodestrucción con armas nucleares, químicas y biológicas. Nada es absolutamente seguro y un accidente cualquiera puede destruir nuestra civilización.

―El calentamiento global crece día a día. Si no hacemos nada, como la comunidad científica norteamericana ha advertido, podemos conocer dentro de algunos años un calentamiento abrupto de hasta 4-6 grados Celsius. Con eso, la mayoría de los seres vivos conocidos no resistirán y desaparecerán. Y parte de la humanidad también.

―La escasez de agua potable (sólo el 0,3% es accesible a los seres humanos y a los animales) puede provocar guerras letales para garantizar el acceso a fuentes de agua dulce. O también alianzas de cooperación.

―La planetización es un hecho nuevo en la historia de la Tierra y de la Humanidad. Salimos un día de África, donde estuvimos durante 4-5 millones de años y por eso somos todos africanos, y después nos esparcimos por los continentes; ahora estamos volviendo y encontrándonos en un solo lugar: la Casa Común, la Tierra.

―La crisis ecológica afecta directamente al sistema-vida y al sistema-Tierra. Estamos destruyendo las bases físico-químicas que sostienen la vida. De continuar la sobrerexplotación de la Tierra, ella no aguantará y nuestra civilización estará amenazada.

―Existe el peligro de que superbacterias que perdieron su hábitat por la deforestación puedan invadir ciudades y diezmar a miles de personas, sin que sepamos cómo enfrentarlas con potentes antibióticos.

Estos son datos, no fantasías. La gran mayoría de las personas no tiene conciencia de los peligros que corre. Es como en tiempos de Noé: todos se divertían y se reían del anciano, y vino el diluvio. Sólo que hoy es diferente: no tenemos un Arca de Noé que pueda salvar a algunos y dejar perecer a los otros. Todos podemos perecer.

Todo esto nos obliga a pensar sobre el futuro común de nuestra especie y de la Casa Común. Todo debe comenzar con una sensibilización general. En casa y en la escuela es donde tal nueva conciencia debe surgir.

Veamos qué tareas nuevas se presentan a los maestros y qué nueva percepción deben desarrollar en los educandos. Lógicamente la escuela debe llevar adelante su tarea básica, como la enunció la UNESCO:

(1) Aprender a conocer todo lo que el pasado nos legó. Como escribió Montaigne (1533-1592) en sus Ensayos: «el educador debe tener la cabeza sobre todo bien montada, más que bien llena». Es decir, saber la situación real de la Tierra y trasmitirla a los estudiantes;

(2) aprender a pensar, sabemos mucho y todo está en Google, pero no pensamos lo que sabemos. El saber es un poder que puede construir una bomba atómica o un antibiótico. El saber no es neutro. Pensar es detectar a quien sirve el saber y quiénes son los dueños del saber;

(3) aprender a vivir, que es crear un carácter recto, amante de la verdad, es ser un buen ciudadano participativo con un proyecto solidario de vida;

(4) aprender a convivir, pues hoy vivimos en medio de las mayores diferencias de raza, religión, ideas, opciones sexuales; no permitir que la diferencia se transforme en desigualdad; todos tienen derecho de vivir su modo de ser; importa estar abierto en las redes sociales al destino de los pueblos, muchas veces trágico como ahora en Siria; interesarse por el sufrimiento de los más pobres y excluidos;

(5) aprender a cuidar. Esto es nuevo pues sabemos que el cuidado es la ley básica de todos los seres vivos y también del universo; si no cuidamos del agua, la basura, de nosotros mismos y de las relaciones sociales, podemos dar espacio a la degradación; todo lo que amamos, lo cuidamos, y todo lo que cuidamos, lo amamos;

(6) aprender a tener una ética y una espiritualidad. La religión puede ayudar pero no necesariamente, pues muchas hacen guerra y matan; ser ético es orientarse hacia el bien, asumir las consecuencias de nuestros actos, buenos o malos; optar por el bien común, por la verdad contra toda corrupción.

La espiritualidad es una dimensión antropológica, como lo es la razón, la voluntad y la libido; somos espirituales cuando planteamos preguntas últimas: ¿por qué estoy aquí, cuál es el sentido del universo, de la vida y de mi propia existencia…? Ser espiritual es desarrollar lo que neurólogos y neurolingüistas llaman el “punto Dios en el cerebro”: siempre que abordamos aspectos de lo sagrado y del sentido último de la vida hay una aceleración de nuestras neuronas; es el “punto Dios”, que nos permite intuir que por detrás de todas las cosas hay una Realidad amorosa y poderosa que sustenta todo, las estrellas y también nuestras vidas. El “punto Dios” está hecho de amor, de compasión, de solidaridad y de devoción; nos hace más sensibles a los otros, y más humanos; cultivar el “punto Dios” es superar el materialismo actual y nutrir la esperanza sobre el fin bueno de todo.

Los educadores deben imbuirse de estos nuevos desafíos y enseñárselos a sus educandos. Sólo así estaremos a la altura de los graves peligros que se nos presentan.

Leonardo Boff

2018-03-14

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad , , , , , , , , ,

Nuestro momento espiritual.

Lunes, 28 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Nuestro momento espiritual.

javier_melloni-bigJavier Melloni, S.J. es especialista en diálogo interreligioso. Ofrece retiros de meditación y silencio en la Cueva de Manresa y ha comenzado junto con otras personas una comunidad contemplativa transreligiosa. En sus charlas sobre espiritualidad defiende la diversidad y la unidad de las religiones. Más de 300 personas acudieron en Madrid a su taller “La ola es el mar… pero no todo el mar”.

¿Cómo caracteriza el momento actual desde el punto de vista espiritual?

Como un tiempo emergente, que es postreligioso y postsecular a la vez. Ese “post” indica algo nuevo que empieza a germinar, aunque todavía es tenue. Digo que estamos en un momento “postreligioso” en el sentido de que las religiones ya no se pueden comprender como se comprendían a sí mismas hasta hace poco, porque han quedado afectadas tanto por el encuentro entre las demás religiones como por el fenómeno de la secularización. Pero la secularización también ha cambiado. Ya no tiene la ferocidad del siglo XX. Nuestra sociedad arreligiosa se está dando cuenta de que hay una dimensión de trascendencia en el ser humano que no podemos negligir o eliminar porque entonces dejamos de ser humanos. Están apareciendo brotes de algo nuevo que todavía no sabemos qué forma tendrá, pero todo apunta a que ya no es invierno y que está llegando la primavera.

¿Dónde ve usted esos apuntes de la primavera?

Primero, como ya he dicho, en la convicción cada vez más generalizada de que el ser humano no puede abandonar su dimensión espiritual; segundo, en la convicción también cada vez más compartida de que la forma con que se vive esa dimensión espiritual o religiosa no puede ser absolutizada negando las otras formas y, la tercera, la evidencia cada vez más compartida de que nos necesitamos los unos a los otros en todos los campos del saber y que no tiene sentido la competitividad entre las diferentes aproximaciones. Nos requerimos unos a otros, desde la ciencia a la filosofía, la teología, la tecnología, la biología, la ecología, la psicología… Disciplinas  que antes estaban enfrentadas las unas a las otras, ahora nos damos cuenta de que o co-inspiramos entre todos para transformar este mundo o perecemos como civilización. Como nadie quiere que perezca, aunque sea a regañadientes, se están dando conexiones nuevas, se están dando fecundaciones de disciplinas que antes jamás habían dialogado y, aunque de forma germinal, empieza a reverdecer la tierra, ya no es invierno.

“No podemos definirnos en una sola tradición religiosa”, ha dicho. ¿No resulta esto inquietante?

No es inquietante, es celebrante. ¿Cómo puede haber en una fiesta solo un canto, un instrumento o una música? ¿Cómo puede haber en un jardín solo unas flores o en un bosque solo una especie? Incluso en un bello y espeso bosque de coníferas conviven especies diferentes y son necesarias para su ecosistema. Consiste en pasar de competir entre pretensiones de totalidad a compartir plenitudes. Que una idea o creencia deje de ser totalitaria no significa que deje de ser plena. El diálogo con el otro no te quita tu plenitud sino tu pretensión de totalidad. Esto nos hace un poco más humildes y la humildad está más cerca de la verdad que cualquier otra cosa. Los que son verdaderamente religiosos o espirituales en su tradición, al final se alegrarán, aunque en estos momentos todavía temen perder algo. Pero no lo perderán sino que se ampliará, mientras no confundan su creencia con una totalidad sino con una plenitud.

La no-dualidad, defendida hoy por muchas corrientes espirituales, es muy difícil de explicar.

Ya va bien que sea difícil de explicar, porque así nos damos cuenta de que no lo podemos dominar. Ante una palabra que no comprendemos nos descalzamos y solo así, descalzos, podemos empezar a recorrerla. En la propia palabra hay una contradicción: no-dos; no dice que sea uno y tampoco que sea dos (separación). Por un lado, indica la unidad que subyace a todo y, por otro, afirma la diversidad que brota de esa unidad; la realidad se manifiesta en la pluralidad pero no en la fragmentación, porque hay un fondo que sostiene cada ser. Tan sagrado y necesario es atender la originalidad y especificidad de cada manifestación de la vida y de cada ser humano como comprender que todo emana de una única fuente y regresa a esa única fuente. Cuando se sostienen las dos cosas a la vez se produce una claridad en la mente y una expansión del corazón que es a lo que la no-dualidad apunta. Solo apunta, porque la palabra no puede sustituir a la experiencia.

Desde la tradición cristiana de relación personal con Dios, eso de disolvernos como ola en el mar provoca un poco de inquietud.

En los evangelios se dice que quien quiera seguir a Jesús debe de morir a sí mismo. Jesús también tuvo que morir; si no, no hubiera habido resurrección. Nosotros también tenemos que morir con Él para desprendernos de nuestra autorreferencia. Si deseamos participar de la plenitud de Jesús, debemos de pasar por esa muerte. Pero esa muerte no es nuestra disolución sino nuestra liberación. Una vez más recurrimos a la imagen de la gota de agua: cuando se funde en el mar pierde su contorno, pero no pierde su acuidad. Nosotros pensamos que somos el contorno y nos identificamos con él, pero en verdad somos el agua que está dentro de ese contorno y lo que hay que soltar es esa membrana, que no es lo que somos sino lo que limita lo que somos.  Quien lo entienda, que camine confiadamente en la clave de la no-dualidad; a quien no le resuene, que no se agobie, porque ya se le dará a entender. Pero quisiera transmitir que el paradigma de la no-dualidad no va en contra del cristianismo, sino que, al contrario, pone al alcance de todos lo que antes solo era para los místicos. La novedad del tiempo presente es que lo que hasta ahora había sido el punto de llegada, hoy está llamado a ser punto de partida. Los textos de Teresa de Jesús, de Juan de la Cruz, del Maestro Eckhart, que solo leía una minoría, hoy son necesarios para que pueda caminar la mayoría. Ahora bien, tampoco se pueden banalizar. Sin la muerte del yo no hay experiencia mística. Para adentrarse en ese bien mayor hay que dar un salto de confianza y atravesar esa muerte, que tampoco le fue ahorrada a Jesús. ¿Es solo para los místicos esa experiencia o es tiempo de que la hagamos todos? Lo que era antes punto de llegada, es ahora punto de partida, solo así podremos ser plenamente cristianos.

Usted afirma que Oriente y Occidente se fecundan mutuamente. ¿Cómo?

Occidente aporta el principio de personalización y Oriente el principio de oceanización. Oriente nos recuerda que todo está sostenido por algo mucho más profundo que las concreciones particulares y Occidente se adentra en lo específico y lo concreto; de este modo, el uno y lo múltiple que se complementan perfectamente. Oriente aporta sabiduría, Occidente conocimiento; Oriente aporta presente, Occidente aporta recuerdo del pasado y anhelo del futuro;  Occidente aporta acción y Oriente aporta no-acción, que no es pasividad sino un dejarse hacer por aquello mismo que hacemos, de modo que nuestra actuación se hace menos pretenciosa, porque es participativa de una acción mucho más amplia que actúa sobre todas las cosas.

Sus recomendaciones hoy para una vida espiritual sana serían…

Considero indispensable preservar una pausa significativa diaria para tomar conciencia de lo que somos y vivimos. Así como no podemos pasar ni un día sin dormir, comer o asearnos, tampoco deberíamos pasar un día de nuestra existencia sin dedicar, al menos, media hora de meditación. Por meditación entiendo cualquier forma de detención y quietud de la mente que permita la toma de conciencia de lo que estamos viviendo. No tiene que ser necesariamente sedente, puede ser practicando yoga, Chi Kung, contemplando la naturaleza o por la vía de la contemplación estética.

 ¿Qué más?

Diría tres cosas más. La primera es que lo más importante, sea cual sea la vía, es que nos lleve a la apertura. Si estamos a la defensiva, necesariamente estaremos a la ofensiva. Solo si cultivamos una actitud de apertura la realidad puede llegar a nosotros de una forma fresca que haga que nuestra respuesta sea creativa y no repetitiva. ¿Cómo sabemos que vivimos en estado abierto? Cuando hay gratitud y no juicio, queja o exigencia. No nos damos cuenta pero estamos continuamente criticando, sospechando o exigiendo y esto es muy tóxico. Nos hace personas muy duras, incapaces de dejar que advenga lo que viene. La segunda es pasar de juzgar a bendecir y a venerar. Cada vez que juzgamos condenamos a los demás y a la realidad, al reducirlos a nuestra medida. El modo de si estamos abiertos o cerrados es si brota de nosotros bendición o maledición (maldición). Cuando no juzgamos, tenemos la capacidad de bendecirlo todo, incluso lo que más nos molesta.

 ¿Y…?

Y lo tercero es el desprendimiento, el vivir sueltos. Estamos muy tensos, aferrados a  cosas, a roles y a personas. Esto nos desgasta terriblemente. Estamos faltos de una confianza básica. Al tratar de asegurarlo todo consumimos lo mejor de nuestra energía y la vida se nos escapa entre las manos. Soltar es confiar en que cada momento vendrá lo que tiene que venir y que lo sabremos recibir. En cambio, atrapados en nuestro temor, lo que adviene como liberación se convierte en prisión.

O sea, que lo de meditar es bastante más que una pura técnica.

La meditación es la condición de posibilidad para vivir en este estado de apertura. De ahí brota de modo espontáneo la capacidad de bendecir, de agradecer y de soltar. Es lo que permite trasmutar nuestros impulsos ofensivos, defensivos y depredadores en gratuidad, bendición y desprendimiento. Si no hay meditación, no se puede reinvertir ese movimiento. Cuando esto no lo haga solo una persona o un grupo, sino que lo haga toda una ciudad, un país, el planeta entero, entonces tendremos el Reino de los cielos. La otra posibilidad es aumentar el infierno que nosotros mismos estamos provocando. Cielo o infierno no dependen más que de nuestra decisión en cada momento. Diría que la vida espiritual no es más que tratar de ir de aquí a Aquí. El primer aquí es un exilio, cuando vivimos desde la sospecha y la exigencia, a la defensiva y a la ofensiva, mientras el otro Aquí  es paraíso, presencia, porque se vive desde la gratitud, el reconocimiento y la entrega. Que sea de un modo o de otro es algo que depende de la decisión indelegable de cada uno y que se renueva a cada instante. Requiere una gran determinación y una atención constante, pero eso nos permite participar de las fuentes de la vida que están aquí mismo. La luz y la sombra están en el mismo lugar. Me gusta mucho esta frase: “La sombra es la luz bajo la luz del árbol que se interpone”. La forma que tiene nuestra sombra indica el camino para llegar a la luz; en la comprensión de nuestra sombra está nuestra salvación; en ella están las claves de la luz, pero para eso hay que ser honestos y veraces.

Esa actitud, ¿produce una repercusión, una fecundidad social?

Por supuesto. Es inseparable. Cuando estamos abiertos, todo se abre y se expande y ello repercute al instante en nuestro modo de estar en el mundo. Supone pasar del rechazo al abrazo, de la indiferencia a la solidaridad, del individualismo a la compasión.

Entrevista de Lala Franco a JAVIER MELLONI

Fuente Alandar

Espiritualidad , ,

Gota a gota

Jueves, 17 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en Gota a gota

2017_01_30_em_ninos_surfistas_aprenden_perseveranciaMagdalena Bennasar
Bilbao.

ECLESALIA, 11/05/18.- Era un día de primavera cálido y despejado, salí como muchos días, a pesar de lluvias y vientos taciturnos del norte, a caminar por el paseo de la playa. Quería anochecer, pero el sol radiante que sin ninguna nube, sin ninguna niebla, sin ninguna duda, iba bajando majestuoso era la evidencia de que los ciclos naturales terminan, como ese precioso día iba a terminar en pocos minutos, pero volvería con la misma fuerza, el mismo calor, los mismos colores indescriptibles, a las pocas horas, porque en primavera, tiempo de pascua a Pentecostés la noche es cada vez más corta y la luz no se acaba, se prolonga erguida porque ha vencido la noche y como novia engalanada para el novio danza y danza sobre las olas, salpicando a todo el que se acerca con su risa y su música. Los surferos me recordaban que tal vez lo de Jesús caminando sobre las aguas era algo así, un anticipo gracioso de la capacidad de disfrutar de la naturaleza sin límite casi. Me gusta lo de Jesús surfero.

También sabemos que en las sociedades agrícolas en primavera siembran y dejan que madure lo sembrado con las lluvias primaverales y el sol de cada vez más potente. Tienen que madurar y refrescar nuestras mesas, las hortalizas y frutas de verano que tan adecuadamente en este tiempo madre tierra nos regala. Sólo hay que sembrar a tiempo para poder cosechar en su punto. Madre tierra nos cuida en su seno las semillas.

Lucas se inspira en los 50 días que iban de la fiesta de la Pascua Judía que marcaba el principio de la cosecha, a la fiesta de Pentecostés.  Esta marcaba la plenitud de la cosecha: de las primeras espigas, del pan sin fermentar para no mezclarlo con el pan del año anterior al de la Pascua, al pan con levadura, plenitud de la cosecha, que se ofrece a Dios con calma y con tiempo para degustar y celebrar la Vida.

Lucas propone estos 50 días como metáfora del tiempo de maduración pascual de la Iglesia. La Pascua de Resurrección había sido el comienzo, Pentecostés será el tiempo pleno: tiempo de expansión de la Palabra y de la presencia del Resucitado a todo el mundo.

Lucas ofrece así una poderosa imagen del origen de la Iglesia.  Por ello podemos decir que los primeros cristianos no empezaron teorizando sobre la Resurrección sino que se descubrieron transformados por la presencia de Amor del Espíritu, se descubrieron recreados por su fuerza.

Este es el tiempo en el que estamos sumergidos ahora. ¿Sabemos interpretar nuestra vida normal y ordinaria a la luz de esta experiencia que la Iglesia nos propone repetidamente para que no se nos olvide?

¿De qué estamos hablando? De la experiencia  de saberte movida y habitada por el Espíritu de Jesús Resucitado. De la experiencia de no haberte quemado con todo lo negativo y decepcionante que hayas vivido. De la experiencia de revivir por dentro sólo con una gota de esa agua de la Vida que Jesús nos regala.

Es inspirador ver como en la tierra de Jesús han convertido kilómetros cuadrados de desierto, de pura arena con hierbajos resecos, en vergel. Gota a gota. El sistema de riego gota a gota, como el suero del moribundo o extremadamente debilitado, gota a gota, va alimentando aquella semillita perdida en la oscuridad de madre tierra, y en el hondón del misterio, se forma la vida o la cuida recuperándola cuando ya el enfermo no puede por sí mismo.

Gota a gota, así ha dado vida una mujer joven muy cercana, su hijo nació prematuro, súper pequeño, sin casi fuerza para mamar. Y, gota a gota de esa leche materna a demanda, como Dios, noche y día, sin horarios, siempre disponible…hoy 3 meses después, el chaval es un machote precioso, regordete y sonriente, lleno de energía y de futuro. Pronto será bautizado, y ¿qué se encontrará? ¿Vamos preparando, gota a gota, un modo nuevo de contagiar a Jesús? ¿Quién lo hará? ¿La tatarabuela? Porque hoy ya ni las abuelas están por la labor… ¿Con qué método?

Nos pasa que nos gustan las cosas a presión, rápidas, exprés. La Ruah nos recuerda que gota a gota todo “todo” se consigue. Yo así lo vivo cuando de madrugada me enchufo el suero, el gota a gota del silencio y la Palabra. Tantas veces distraída, tantas veces preocupada, pero ahí está la Ruah, que madrugó antes que yo, ahí está la ciudad en silencio todavía y se hace fácil entrar y despacio, sin prisa, te van alimentando.

Recientemente hemos acompañado en unas horas de retiro a una comunidad parroquial que llevan decenas de años con grupos de Biblia, preparando la liturgia, dando catequesis… pero “nunca” se habían  parado unas horas a escuchar y rezar en silencio, en comunidad. No fue fácil, pero mereció la pena por si alguna de esas personas, sin importar la edad, se abren al gota a gota.

No importa la edad, podemos empezar con pequeños de tres años, y son una esponjita. Son un libro abierto, aprenden sin proponérselo. El futuro es de ellos y ellas. Les formateamos nosotros ¿qué queremos dejarles en herencia?

La madre del chavalín del que os hablo hace yoga, pero no va a la iglesia porque se aburre, me dice… ¿qué os parece que le enseñará a su hijo del milagro gota a gota? ¿Evangelio o yoga? No tiene por qué ser incompatible, pero no es lo mismo. ¿Qué le digo? ¿Alguna idea? ¿A alguien le pasa?

Gota a gota tenemos que ir renovando los lenguajes, los métodos para que a cualquier edad tengamos la seguridad de la Vida, del gota a gota a mano, y así continuar, como en la tierra de Jesús, sembrando, robándole al desierto la Vida para todos, niños y ancianos, todos gota a gota, recuperando el planeta, recuperando las relaciones humanas, recuperando la paz en nuestro mundo, peligrosamente desertizado. Armado hasta los dientes no precisamente de sistemas de riego gota a gota.

Yo por mi parte me voy a trabajar lo de Jesús surfero, tal vez los de por aquí me entiendan mejor, voy a contemplar su esfuerzo, su compromiso hasta que consiguen navegar sobre la cresta de la ola. La imagen es potente, ayer les veía, al atardecer, con el sol de fondo, impresionante. Fijo que Jesús andaría por ahí. Y tienen que esperar a que venga esa ola que ellos puedan montar. Esperan y esperan. Gota a gota, paso a paso, intento a intento.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad , ,

“Recuerdo y olvido”, por Carlos Osma

Martes, 15 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “Recuerdo y olvido”, por Carlos Osma

balletmenDe su blog Homoprotestantes:

Es difícil para las personas LGTBI tenérnoslas que ver con el recuerdo y el olvido de las experiencias opresivas que un día sufrimos, sobre todo en nuestro entorno más cercano, cuando sentíamos que no había otra forma de sobrevivir que comportarnos como heterosexuales. O también todo aquel rechazo del que fuimos objeto por parte de personas a las que queríamos, y a las que siempre habíamos estado dispuestos a apoyar, cuando les dijimos que éramos LGTBI. Pero es difícil hablar de todo esto generalizando, pensando que todas y todos hemos pasado por los mismos lugares, y que hay una única manera de sobrevivir al daño que la heteronormatividad nos ha infringido. Por eso esta reflexión, aunque creo que puede ser compartida por otras personas LGTBI, es ante todo una reflexión personal sobre la dicotomía entre recordar y olvidar, a la que he tenido que enfrentarme para poder vivir libremente como un hombre gay.

La primera posibilidad es el olvido, siguiendo el consejo de Isaías: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz, ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril[1]”. Escapar del infierno evitando por todos los medios mirar hacia atrás, tratar de impedir que todo aquello nos limite, que nos haga plantear nuestra existencia simplemente como una reacción a la opresión, sin liberación real, sin vida nueva. Se trataría de abandonar lo aprendido, las instituciones y los entornos que nos harían estar dando vueltas constantemente sobre lo mismo, impidiéndonos avanzar. Se trataría de romper la dinámica de la repetición, y salir en busca de algo nuevo… Rechazando instituciones como la familia o la religión, y buscando nuevos lugares y nuevas instituciones como la amistad, el asociacionismo, los grupos de autoayuda o espiritualidades alternativas para llenar nuestra vida de algo completamente distinto. Si pudiéramos olvidarlo todo, si fuéramos capaces de no actuar meramente de forma reactiva, si todo fuera nuevo, también nosotras y nosotros… Si pudiéramos padecer una amnesia selectiva, lograríamos ser quien realmente somos, y no lo que tanta opresión ha querido hacer con nosotras.

En el otro extremo nos encontramos con el recuerdo, haciendo lo que el Deuteronomio aconsejó al pueblo israelita: “te acordarás de que fuiste esclavo en Egipto y que de allí te rescató el Señor, tu Dios[2]”. Tener siempre presente de donde salimos es la mejor manera de saber dónde no queremos volver a estar, es la vacuna infalible para que la nostalgia no nos juegue una mala pasada. El recuerdo puede ser una denuncia de las estructuras opresoras, una exigencia para implicarse en la realidad y transformarla. Nos ayuda a poner las cosas en su sitio, nombrando las acciones que tantas personas a las que queríamos quieren negar. El recuerdo es el espejo que ponemos delante de nuestra familia, iglesia y sociedad; para que vean reflejada su verdadera naturaleza homófoba. Pero es también un intento de dar coherencia a nuestra vida, sin renunciar a nada, otorgándonos un relato de continuidad, y evidenciando que somos unos supervivientes, que logramos escapar de la opresión que, en algún momento gracias a Dios y a nuestra determinación por vivir en libertad, vencimos. Y si vencimos una vez, eso significa que la heteronormatividad no es todopoderosa, que tiene pies de barro, y que la podremos volver vencer si intenta otra vez someternos.

La línea que va del recuerdo al olvido es larga, y cada persona transita entre ambos extremos. El olvido total es imposible, por mucho que lo pretendamos no podemos huir de nosotros mismos, porque somos en parte lo que anteriormente hemos sido. Hay tantas veces que saltan como resortes experiencias que pensábamos ya superadas, que no podemos negar las huellas que nos ha dejado la heteronormatividad y que siguen latentes debajo de nuestra piel, de nuestras emociones y comportamientos. Pero, por otro lado, sobre todo cuando hablamos con personas que actualmente están pasando por experiencias que nosotros hemos superado, nos percatamos de que el recuerdo tiene sus límites. Es difícil volver a tener el mismo miedo, la misma sensación de estar atrapado, que cuando vivíamos oprimidos por la heteronormatividad. El tiempo nos ha ayudado a olvidar parte de aquel infierno, y aunque las heridas pueden no haber cicatrizado del todo, es evidente que ya no están abiertas como antes. Huir de la opresión, solo es posible con la colaboración del olvido. Nuestra psicología es sabia, no podemos negarlo.

Cada cual podrá situarse hoy en un punto entre el olvido y el recuerdo, y mañana probablemente estará en otro. Sin embargo, me gustaría hacer dos breves observaciones sobre la manera de conjugar ambas dimensiones, teniendo en cuenta los dos textos bíblicos que he citado anteriormente. En el texto de Isaías sobre el olvido, en realidad está implícito el recuerdo; puesto que lo que el profeta quiere decir es que la liberación de las personas cautivas de Babilonia será mucho mayor que la que conocían por el relato de la salida de Egipto. Dicho de otra forma, no se debían limitar a lo ya vivido, a lo que habían recibido por tradición, porque siempre es posible una liberación mayor que no somos capaces de imaginar. El olvido por tanto en este texto, no es tanto la negación o el abandono del pasado, sino la denuncia de que ese pasado puede ser limitante. Es la llamada a la apertura, a la esperanza que siempre supera todo lo que anteriormente hemos vivido, al abandono de cualquier límite. Por otro lado, el texto del Deuteronomio habla del recuerdo poniéndolo en relación directa con el prójimo. Lo que pretende es un comportamiento ético justo hacia otras personas desfavorecidas como los extranjeros, huérfanos y viudas. No se trata de recordar para autoflagelarse, para vengarse, para victimizarse; sino que se hace una sociedad mejor cuando quienes hemos vivido oprimidos, al liberarnos, somos sensibles a otras opresiones con las que quizás estamos colaborando.

No olvidar el pasado, pero sin dejarse atrapar por él. No recordar lo vivido sin ponerlo en conexión con el presente, y con quienes tenemos cerca. Olvido y recuerdo tienen un difícil equilibrio para las personas LGTBI, pero estamos abocados a intentar encontrarlo. Siempre está latente la tentación de decantarse por uno u otro, pero es una tentación engañosa, no es posible tal cosa. La única posibilidad real es compatibilizarlos, y lo más inteligente, es hacerlo de manera que siempre estemos abiertos a nuevas liberaciones personales, pero también colectivas. Olvidar y recordar; en realidad tratar de ser felices y hacer felices a quienes tenemos cerca.

Carlos Osma

[1] Is 43, 18-19

[2] Dt 24, 18

Espiritualidad , , ,

“De la epidermis a la vida interior”.

Martes, 1 de mayo de 2018
Comentarios desactivados en “De la epidermis a la vida interior”.

silvia-rodriguez-rivero-ofrendas-3Una de las características de la posmodernidad es la reducción de la cultura a mero entretenimiento y la exacerbación de los sentidos en detrimento de la razón y del espíritu. Para estimular el consumismo, se utilizan como anzuelo recursos capaces de hacernos sentir más y pensar menos. Eso vale para la publicidad, ciertos programas de televisión e incluso algunos rituales religiosos.

Se propaga una cultura centrada en lo epidérmico, en la que hay más estética que ética, nalgas que cabezas, alaridos que melodías, ambiciones que principios, devaneos que utopías.

Todo es aquí y ahora, para ser devorado por ojos y oídos, el cuerpo entregado a un frenesí de sensaciones que hace del placer simulacro de la felicidad y el amor.

Los seres humanos, que somos relacionales y racionales, como subrayan los filósofos desde Sócrates, ahora nos vemos reducidos a ser seres extróficos, vueltos hacia afuera, extraños a nosotros mismos, como lamentaba Kierkegaard, porque nuestra autoestima pasa a depender de lo que viene de afuera: desde la gula y la antropofagia visual hasta los remedos de la fama, la fortuna y el poder.

Pascua significa travesía, pasaje. Tal vez uno de los más difíciles sea el de recorrer el camino entre la epidermis y la vida interior, no para establecer una dualidad entre polaridades, sino para rescatar la unidad ontológica. El budismo tibetano tiene razón al afirmar que, a pesar de todos los avances científicos y tecnológicos, cada persona es ontológicamente la misma desde que el simio tomó conciencia de que el gajo de árbol que tenía en sus manos podía servirle de arma de ataque o defensa.

Aristóteles nos resumió en las esferas sensitiva, racional y espiritual, como una unidad que exige equilibro. La exacerbación de una implica la atrofia de las otras. Solo el predominio de lo espiritual es capaz de dotar de sensatez a las “locas de la casa”, como dice Teresa de Ávila, evitando el sabor de la náusea de los sentidos, descrito por Sartre, así como el racionalismo que, al contrario de Tomás de Aquino, juzga equivocadamente que la razón es la expresión suprema de la inteligencia.

Hacer la Pascua en uno mismo es cultivar la interioridad. “Beber del pozo propio”, sugieren los místicos. Desnudarse de ilusiones egocéntricas, hacer ayunar los sentidos, adecuar la razón a sus límites, orar y meditar para poder contemplar.

Somos seres con vocación de trascendencia. Como decía Hélio Pellegrino, cuya tansvivenciación cumple ahora 30 años, un helecho disfruta de su plenitud vegetal. Nosotros no; esclavos del deseo, tenemos huecos en el cuerpo y en el alma. Es la “gula de Dios” de la que hablaba Rimbaud.

Al dejar de recorrer las veredas que conducen al Absoluto, corremos el riesgo de perdernos en el accidentado terreno que convierte el absurdo en cotidiano: iras y ansiedades, envidia y competencia, miedo y, sobre todo, una incómoda sensación de no saber exactamente qué hacer de nuestro breve período de existencia.

La Pascua está precedida por la muerte que la tradición cristiana, emblemáticamente, califica de pasión, de acto de amor, de entrega, que hace refluir todo lo que dispersa, aliena y ofusca. Jesús en el túmulo simboliza el silencio, la vuelta a lo más íntimo de uno mismo, abrazar la soledad sin sentirse solitario.

Frei Betto

Fuente Religión Digital

Espiritualidad , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.