Del blog de Xabier Pikaza:
Domingo 3º de Adviento. Ciclo b. Is 61, 1-2a. 10-11 y Jn 1, 6-8. 19-28. El domingo pasado traté de Juan Bautista. Hoy quiero detenerme en la primera lectura (Is 61), poniendo de relieve la forma en que Jesús la aplica a su propio ministerio en Lc 4, 18-19.
El Adviento se entiende hoy como libertad de los oprimidos. Del sueño y tarea de la libertad, entendida en forma de esperanza y compromiso a favor de la justicia trata este pasaje de Isaías y su interpretación por parte de Jesús, en Nazaret.
Parte de la Iglesia (y gran parte de la humanidad actual) vive conforme al ideal de aquellos nazarenos de Lucas que no quiere la verdadera libertad, sino quedarse en lo que tienen. Por eso es necesario ese gran Evangelio de Adviento, que nos despierte a todos, desde el mensaje de Isaías
.
Isaías se ha tomado muchas veces como “quinto evangelio” de la Iglesia cristiana, el evangelio de la libertad. Así quiero verlo hoy. Buen domingo de adviento, un saludo emocionado a todos los lectores de mi blog
Texto: Isaías 61,1-2a (+2b) y 10-11
El texto litúrgico toma dos pasajes de Is 61 y los une de un modo armónico. Yo quiero tratar sólo del primero (aunque el segundo es bellísimo) y lo completo con un medio verso que no ha sido introducido.
(a: Primer pasaje):
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor (Is 61, 1-2a)
(b: Texto suprimido)
y un Día de Venganza (yom naqam)para nuestro Dios;
para consolar a todos los afligidos… (Is 61, 2b).
(a’: Segundo pasaje) Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos (Is 61, 10-11).
a. Comentario a Is 61, 1-2
Voy a comentar los dos versos enteros (Is 61, 1-2) porque sólo así se entiende el mensaje del profeta (introduciendo también el medio verso de Is 61, 2b, suprimido por la liturgia)
Contexto:
Los nuevos ricos del siglo V y IV a. C., especialmente los sacerdotes, estaban acudiendo a la opresión legítima (cepos, prisiones, un tipo de sistema carcelario) para mantener el orden de su ley, en nombre de Dios. Había surgido una fuerte desigualdad, se habían roto los viejos tejidos sociales, muchos pasan hambre. La misma cultura sacral y urbana de Jerusalén estaba generando duras formas de opresión. Pues bien, en ese contexto eleva su voz el profeta, pidiendo a los judíos ricos que superen un tipo de ley de violencia (como si las cosas se arreglaran con la cárcel), creando más bien una cultura de solidaridad activa, que se expresa ante todo en la ayuda dirigida hacia los más necesitados, que forman parte de la “propia carne”, es decir, de la misma humanidad.
Sobre la pura ley distributiva, que acaba siendo violenta (e incapaz de resolver los problemas de la convivencia), se eleva un tipo de ley superior, que nos e dirige ya a unos opresores externos (egipcios o babilonios imperiales), sino a los miembros más ricos y fuertes en la sociedad israelita. Contra ellos se eleva esta experiencia y acción liberadora del Siervo:
El texto entero:
El Espíritu del Señor Yahvé está sobre mí,
porque Yahvé me ha ungido, me ha enviado:
(1) para evangelizar a los oprimidos;
(2) para vendar los corazones quebrantados;
(3) para proclamar la liberación para los cautivos y la apertura de la cárcel para los prisioneros;
(4) para proclamar el Año de Gracia de Yahvé y un Día de Venganza (yom naqam) para nuestro Dios;
(5) para consolar a todos los afligidos… (Is 61, 1-2) (traducción propia):
He querido destacar las cinco veces que se repite el término para (con lamed hebreo), indicando la finalidad mesiánica de la misión de este profeta-siervo, que no ha venido simplemente a exigir a los demás un cambio, como parecía querer el texto precedente sobre el verdadero ayuno, sino a realizarlo, como delegado de Dios y portador de su salvación. Por eso dice que Yahvé le ha ungido con su Espíritu creador y salvador.
Tema central de Is 61, 1-2
La liberación no es cosa de otros, algo que está en manos de las autoridades legales o políticas, sino tarea de aquellos que quieran actuar como “siervos de Yahvé”, portadores del poder liberador de Dios, como hace este profeta:
(1) Este pasaje profético (de Isaías 3) asume la tradición de los profetas, especialmente del 2º Isaías, proyectando la gracia creadora de Dios y su salvación en las condiciones actuales de la historia del pueblo, que corre el riesgo de sancionar unas formas de opresión general.
(2) También asume y desarrolla la experiencia del Año Jubilar, entendido como Año de Gracia (=agradable a Dios). Conforme a la experiencia antigua, año sabático y jubilar se repetían cada siete y/o cuarenta y nueve años. Éste, en cambio, será el Año Definitivo, culmen de la libertad creadora de Dios.
(3) Este jubileo liberador está vinculada a la acción del profeta-siervo: no es algo que se pueda imponer por ley, ni un principio general que se aplica neutralmente a todos los humanos, sino efecto de una solidaridad y entrega personal del profeta, que ha sido enviado “para evangelizar-liberar-consolar…”.
(4) Conforme a una visión normal de la teología israelita, ese año de Gracia (jubileo salvador) será al mismo tiempo día de venganza, tiempo de destrucción para los poderes opresores. Sólo así, al reverso de esa destrucción o juicio de condena, se podrá entender y aplicar la salvación.
Aquí ha llegado y culminado la revelación israelita, vinculando la exigencia legal de liberación (jubileo) con la imaginación y tarea profética de entrega de la vida, a favor de los más pobres (presos y oprimidos del pueblo). Aquí ha llegado y aquí nos ha dejado, en un lugar espléndido de esperanza y compromiso en favor de los necesitados.
Lo único que falta es que podamos traducir y concretar estas palabras en perspectiva universal. Eso es lo que a nuestro juicio ha realizado Jesús de Nazaret, judío mesiánico, que asume y quiere expresar con su mensaje y en su vida la esperanza profética de Isaías y la experiencia del jubileo israelita.
Ampliación cristiana a Is 61, 1-2
Conforme a la tradición posterior de la iglesia, que ha releído el pasaje anterior de Is 61, 1-3 a partir de Lc 4,18-19 (como más tarde veremos), he querido mantener la palabra evangelizar (basar)) en su relación originaria con los oprimidos. El evangelio no ha sido en principio (en Israel), ni será en Jesús, una enseñanza de libertad interior, sino una experiencia y exigencia integral de liberación para los oprimidos.
El mismo Jesús, como Siervo-Profeta y portador de este mensaje, será un verdadero evangelizador; pero su anuncio profético-jubilar de Lc 4, 18-19 ha suprimido la oposición entre Año de Gracia y Día de Venganza, que nos seguía colocando en línea de talión (de oposición judicial) para destacar sólo el Año de Gracia del Señor, es decir, la liberación positiva. Leer más…
Biblia, Espiritualidad
3º Domingo de Adviento, Adviento, Ciclo B, Dios, Evangelio, Jesús, Juan Bautista, Mesías
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