La Oración.
Del blog de la Communion Béthanie:
Caminemos todo el verano con el papa Juan XXIII
La oración nace de una conciencia tranquila, es decir, que no se exalta en el éxito,
ni cae en la tribulación del cuerpo o del espíritu,
sino que comparte su tiempo bajo la dirección de la obediencia
y se expresa en la sinceridad y el amor hacia todos, en la caridad más difícil
inspirado en el himno de San Pablo en su primera carta a los Corintios:
paciente, benévolo, no rencoroso ni insolente;
que no se hincha, no es ambicioso, no busca su interés,
no se encoleriza, no pienses mal, no se alegra de la injusticia,
sino que pone su alegría en la verdad, cree todo, espera todo, lo soporta todo.
De esta conciencia serena y en paz brota la oración pura;
escuchar a Dios, hablar con Dios, hacer silencio en Él, preguntar lo que quiere.
La oración de adoración y acción de gracias, más que de petición.
Pues el Señor sabe lo que necesitamos.
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Su Santidad Juan XXIII
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