La naturalidad de que un niño se disfrace de Elsa
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Hace unos días, unos amigos que contaron que eran fans de un programa de #0 de Movistar+ llamado ‘La vida secreta de los niños‘ y, en concreto, de un niño llamado Pablo al que le encanta disfrazarse de Elsa, la protagonista de ‘Frozen’. Así que raudo y veloz fui a buscar algún vídeo del niño en cuestión y me encontré con esta maravilla.
Resulta que Pablo que, al igual que sus compañeros, tiene 5 años, llega más tarde que los demás a la escuela donde los niños conviven. Tras presentarle, se dirige a la zona donde hay disfraces y, sin dudarlo, se coloca una peluca rosa. Pero ay, amigos, cuando se encuentra con la peluca de Elsa, lo tiene claro y pregunta dónde está el resto del disfraz. Y se lo pone, por supuesto.
La llegada de Pablo nos dejó a todos así 😍 #LaVidaSecretaDeLosNiños pic.twitter.com/GWQTfvgbGU
— #0 de Movistar+ (@cero) 29 de octubre de 2018
Recuerdo cuando, también con cinco años, llevé al colegio un pequeño pony que me habían traído los Reyes Magos, mientras que el resto de niños iban con sus camiones de bomberos, sus juegos de construcción y sus Masters del Universo. Recuerdo que me llamaron mariquita. Me lo llamaron tanto que nunca jamás se me ocurrió volver a llevar al colegio ningún juguete de esos que en los anuncios de la tele tuviesen a niñas de protagonistas.
Aquel día aprendí que había juguetes que estaban vetados para mí, al menos de forma pública. Y que debía de tener cuidado. Mucho cuidado. O volverían a hacerme daño de aquella manera.
En cambio, Pablo ha aprendido algo muy diferente. Nada más llegar al grupo, sin tener aún vínculos de amistad, se pone a Elsa por montera y dice aquí estoy yo con toda la naturalidad del mundo. Es evidente que no es la primera vez que lo hace. No tiene miedo, no está en peligro. Nunca lo ha estado por este motivo y afortunadamente aquí tampoco lo está.
El resto de compañeros lo vive con la misma naturalidad que él. Niños y niñas sin distinción siguen jugando alrededor suyo, mientras Pablo intenta domar con un peine el rebelde flequillo de la peluca.
La explicación que da Cristina del Barrio, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación (UAM) es bastante sencilla:
La reacción tan natural de los niños cuando Pablo se ha vestido de Elsa quizás responde a un cambio generacional, a un cambio en la sociedad del que los niños se hacen también eco. No es que los niños hayan cambiado, es que los niños tienen vivencias, tienen experiencias y construyen sus ideas a partir de eso.
Aunque quede mucho por hacer (que por supuesto que queda), la sociedad está cambiando y tanto Pablo como el resto de niños del programa son un ejemplo de ello. Niños más tolerantes, más abiertos y más libres.
Nada importa la orientación sexual o la identidad de género de Pablo. Ni importa, ni se cuestiona, ni se pregunta, ni se especula sobre ello. Tampoco se utiliza como insulto. Simplemente lo que ocurre es que a Pablo le gusta disfrazarse de princesa. No hay más.
“¿Por qué te gusta tanto Elsa?”, le pregunta la profesora. “Porque tiene poderes“, responde Pablo. Lo responde con la más absoluta calma sin saber que en realidad él también los tiene. Poderes para abrir las mentes y ayudar a que este mundo sea un poquito mejor.
Bravo por Pablo. Bravo por sus compañeros.
Sitio oficial | La vida secreta de los niños
, vía AmbienteG
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