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Palabra clave: ‘Sínodo sobre la sinodalidad’

Todos somos uno en Cristo, mujeres, hombres y eunucos de todo tipo y condición

Lunes, 8 de abril de 2024
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“Una luz sobre la cuestión trans, con voz propia, para el debate teológico”

“En la primera Asamblea sinodal del Sínodo de los obispos celebrada del 4 al 29 de octubre de 2023 emergió un documento donde se reconocían múltiples convergencias, así como las muchas cuestiones que quedaban todavía pendientes de abordarse y diferentes propuestas sobre cómo hacerlo”

“En este sentido hay varias propuestas sobre una necesidad de mayor formación, escucha, reflexión y debate teológico en torno a ciertos temas”

“Dentro de la propuesta 15k del documento se anima a promover iniciativas que permitan un discernimiento compartido sobre cuestiones controvertidas, dando también voz a las personas directamente afectadas por dichas controversias”

“Es por ello que en este texto trataremos, a petición de dicha propuesta, dar luz sobre la cuestión trans partiendo desde las escrituras y la tradición, pero dándonos a la vez voz propia a las personas transexuales, ya que la sinodalidad no puede entenderse sin hablar ni conocer el punto de vista directo de las personas afectadas de cada tema”

En la primera Asamblea sinodal del Sínodo de los obispos celebrada del 4 al 29 de octubre de 2023 comenzaba la fase final del proceso sinodal que inició la Iglesia católica hace ya dos años. De dicha fase final emergió un documento donde se reconocían múltiples convergencias, así como las muchas cuestiones que quedaban todavía pendientes de abordarse y diferentes propuestas sobre cómo hacerlo, avanzando siempre en un camino, que en el fondo reconocemos eterno, en cuanto no es tan importante el destino como el caminar juntos, en escucha y comunión unos con otros.

En este sentido hay varias propuestas sobre una necesidad de mayor formación, escucha, reflexión y debate teológico en torno a ciertos temas (propuestas 9l, 9n, 10i, 10j, 14g, 14h, 14i, 16n, 16p y en especial la propuesta 15k). Dentro de esta propuesta 15k se anima a promover iniciativas que permitan un discernimiento compartido sobre cuestiones controvertidas, dando también voz a las personas directamente afectadas por dichas controversias.

Dentro de la propuesta 15k del documento sinodal se anima a promover iniciativas que permitan un discernimiento compartido sobre cuestiones controvertidas, dando también voz a las personas directamente afectadas por dichas controversias”

Es por ello que en este texto trataremos, a petición de dicha propuesta, dar luz sobre la cuestión trans partiendo desde las escrituras y latradición,pero dándonos a la vez voz propia a las personas transexuales, ya que la sinodalidad no puede entenderse sin hablar ni conocer el punto de vista directo de las personas afectadas de cada tema.

Fundamentos

a)  En Génesis 1:27 se dice que Dios creó al ser humano a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creóEste ser primitivo puede verse como una persona intersexual o no binaria, con características fisiológicas y psicológicas de ambos sexos. La gramática del idioma original hebreo permite adoptar esta perspectiva ya que el narrador se refiere a este adam primario tanto con el pronombre singular “lo” como con el plural “los”. En este contexto, téngase en cuenta que el Creador habla en 1:26 en primera persona del plural diciendo “hagamos”. Hasta este momento del relato, han estado presentes el Creador, gramaticalmente masculino, y el Espíritu divino, en hebreo Ruaj, que pertenece al género femenino (1:2). La imagen divina responde, por tanto, a ambos géneros gramaticales y fisiológicos que forman parte de la esencia del mismo Creador.

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Encuentros

b) En Mateo 19:11-12 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.

Pensamos que Jesús, al mencionar a los eunucos, incluye una clara referencia a las personas intersexuales y transexuales. Y añade tres importantes aclaraciones. En primer lugar, afirma que no todo el mundo puede ser intersexual o transexual, no es algo que se elija o se construya, sino solo para aquellos a quienes es dado. En segundo lugar, muchos eunucos/transexuales nacen así del vientre de su madre, en consonancia con las más recientes investigaciones científicas sobre el tema1,2, que apuntan a un proceso hormonal durante el primer trimestre de embarazo que causa cambios permanentes e irreversibles en el cerebro en desarrollo del embrión. Es allí donde realmente se encuentra nuestra identidad, nuestro género, y no en los genitales. Y, en tercer lugar, y quizás más importante, que ser eunuco, intersexual o transexual no es un impedimento para llegar al reino de los cielos, más bien al contrario.

c) En 1 Corintios 6:9-11 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Desde hace décadas, el significado de la palabra “afeminados” (malakoi en griego, literalmente “blandos”) viene siendo objeto de prolongados debates entre los biblistas3. Si aplicamos la óptica que caracteriza el presente documento, el apóstol Pablo menciona aquí a los transexuales. Con este término, entonces, el texto entra de lleno en el debate de nuestro tiempo, recordando cómo se ha condenado tradicionalmente a las personas transexuales, negando su identidad y su capacidad para vivir en sociedad tal y como son y su capacidad para ir al cielo como Hijos de Dios. Y sin embargo el texto termina de forma sorprendente, diciendo que han sido lavados, santificados y justificados por Jesús y el Espíritu Santo. ¿Y cómo condenar lo que ya ha sido lavado, santificado y justificado?

“¿Y cómo condenar lo que ya ha sido lavado, santificado y justificado?”

d) En Hechos 8:26-40 se narra el encuentro del apóstol Felipe con un eunuco, alguien con una identidad sexual diversa, que quería aprender sobre la Palabra del Señor, que buscaba formación sobre ella y que incluso llega a preguntar de forma directa al apóstol si ser como es es un impedimento para ser bautizado y poder formar parte de la Iglesia. Y la respuesta del apóstol no puede ser más clara y unívoca: Si crees de todo corazón bien puedes, resaltando como lo importante no es nuestra diversidad sexual o morfológica, sino la fe de cada cual, y poniendo de manifiesto como desde sus inicios la Iglesia ha aceptado entre sus miembros a personas eunucas de identidad sexual diversa.

e) Más allá de las escrituras, en nuestra Tradición católica, y a la luz del Espíritu Santo, hay infinidad de mensajes de santos que afirman y defienden de forma unívocamente positiva a las personas transexuales. Para no alargarnos hemos escogido solo tres, pero hay muchísimos más. San Francisco de Asís “Si Dios puede trabajar a través de mi, también puede hacerlo a través de cada uno de vosotros” , Santa Catalina de Siena “Se quien Dios quiere que seas y prenderas fuego al mundo entero“, Santa Teresita del Niño Jesús “Dios no inspira deseos imposibles“. En todos ellos se destaca como lo aparentemente imperfecto, contracorriente, inesperado, lo que no tiene lógica y no debería ser posible, sin embargo gracias a Dios se vuelve perfectamente posible, porque Dios no inspira deseos imposibles, al contrario, tiene soñada una vida plena para cada uno de nosotros, y si la seguimos prenderemos fuego al mundo entero, ya que Dios puede trabajar a través de cualquiera y el reino de los cielos no se cierra a nadie.

IMG_6579Lo inesperado

f) Dentro de esta Tradición de Iglesia es importante también recordar como las personas transexuales han sido también parte de la misma a lo largo de la Historia, como laicos y también a veces como consagrados y parte del clero. Mencionaremos solo dos, una mujer trans, de nombre Paola, que en 1987 pasó de sacerdote a monja, tras salir del armario, y a un hombre trans, que según cuenta la leyenda, llegó a ser nombrado Papa. Más allá de polémicas, lo importante es resaltar como ambos fueron lo suficientemente admirados y respetados por sus contemporáneos de Iglesia para mantenerse como consagrados dentro de la misma, incluso tras su salida del armario, lo que indica que eran personas creyentes, con gran fe y religiosidad y que Dios trabajaba a través de ellos, como decía San Francisco.

g) A su vez, a día de hoy en infinidad de parroquias existen personas trans, tanto dentro como fuera del armario, que acuden a misa regular u ocasionalmente intentando llevar su vida de fe y su relación con Dios y la Iglesia de la mejor manera posible, lo que no es siempre les resulta fácil ya que se sienten con frecuencia en los márgenes de esta. Todas estas personas bautizadas, miembros de la Iglesia y que contribuyen con ella son también parte del cuerpo de la misma (1 Corintios 12 14:26)

h) Para terminar este apartado no podemos dejar de mencionar como la propia Iglesia, en la elaboración de la constitución pastoral Gaudium at Spes del Concilio Vaticano II en el año 1965 menciona al término del punto 50 “Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación […]. Por eso, aunque la descendencia, tan deseada muchas veces, falte, sigue en pie el matrimonio como intimidad y comunión total de la vida y conserva su valor e indisolubilidad que valora el matrimonio entre hombre y mujer como una institución más allá de la procreación; lo que abre la puerta al sacramento del matrimonio para personas trans heterosexuales que desearan recibirlo junto a otra persona del sexo opuesto, ya que el matrimonio no se habría instruido solo para la procreación, sino también como un vehículo en el que poder expresar adecuadamente su amor heterosexual, como intimidad y comunión total de vida con su esposa o marido.

Voces de las personas trans

i) No podríamos trabajar auténticamente desde la sinodalidad si para comprender y decidir sobre la cuestión trans nos basáramos únicamente en las Escrituras y la Tradición de la Iglesia. Aunque en los puntos anteriores hemos partido exclusivamente de los mismos, estamos también llamados a darle su debido espacio a las voces de las personas transexuales para poder llegar al encuentro común al que estamos todos llamados. Los principales puntos de dichas voces y perspectivas se detallan a continuación.

j) Para empezar lo trans es lo inesperado, lo que va contracorriente, lo que no tiene lógica aparente, porque tiene la suya propia, que no es la de los demás. Más allá de la transfobia o el rechazo, lo cierto es que a las personas trans se nos da un nombre al nacer, tenemos unos genitales y un cuerpo que hace que los padres y la sociedad deposite una serie de expectativas en nosotros, que sin embargo al crecer y empezar a desarrollarnos y expresarnos desafiamos por completo. No, este nombre no me representa. No, este género no me identifica. No, yo no soy de esta manera. Lo trans es inesperado, va contracorriente, no se entiende, tiene su propia lógica, que es diferente a la de los demás. En este sentido resuena mucho que nuestro género, nuestro reino, quizás no sea de este mundo, en especial el de las personas no binarias, pero no por eso lo hace menos autentico y real. Que la lógica de las personas trans se aproxima a la de los trabajadores de la viña, donde no es más trans la persona que hace la transición en su infancia con diez años, como la que lo hizo ya mayor con sesenta o la que no pudo o quiso hacerlo nunca. La que se hace muchas operaciones como la que no se hace nada, porque lo importante no es quien llega primero o el trabajo realizado, sino el ser parte de esa viña.

IMG_6580Fe total en la identidad

k) En segundo lugar, y de forma aparentemente contradictoria, aunque perfectamente complementaria, porque como ya dijimos lo trans tiene su propia lógica, la inmutabilidad dentro del cambio, el cambio para llegar a lo inmutable, eso es en gran medida la experiencia trans. Porque no se trata de cambiar, sino al contrario, de ser nosotros mismos auténticamente, siempre. A las personas trans se nos suele juzgar y preguntar mucho desde fuera por nuestra transición, por el antes y después, por lo cambios tan espectaculares a veces y por eso se nos asocia erróneamente con el cambio, con la transformación, cuando en realidad es la permanencia, la inmutabilidad, el yo soy yo aunque solo yo lo entienda, una de nuestras características más definitorias.

Somos trans desde que nacemos hasta que morimos, nuestro género no cambia realmente nunca, incluso aunque sea fluido, porque es la inmutabilidad de esa fluidez lo importante y no la expresión que hagamos un dia u otro de ella. Es frecuente que podamos pasar por distintas fases de exploración, con grandes cambios aparentes, pero que lo son en busca de nuestra identidad interna inmutable, que con frecuencia no conocemos ni entendemos bien, porque son identidades complejas, inesperadas, contracorrientes, que tienen su propia lógica.

“No podríamos trabajar auténticamente desde la sinodalidad si para comprender y decidir sobre la cuestión trans nos basáramos únicamente en las Escrituras y la Tradición de la Iglesia”

l) La experiencia trans colorea y hace que resuenen especialmente ciertos pasajes del Evangelio, como todos los versos sobre morir para vivir, sobre nacer de nuevo, sobre cambiar lo superfluo para mantener lo esencial, lo inamovible, nuestra identidad. Nadie sabe mejor que una persona trans lo que es morir, renunciando a la antigua vida de forma total y completa, para poder vivir con vida plena en la vida a la que nos sentimos llamados desde que nacimos. Porque también resuenan mucho en las personas trans los pasajes que nos hablan sobre el origen. Dice la Biblia que antes de que naciéramos ya Dios nos conoció y nos nombró a cada uno de nosotros.

Sin embargo es muy posible que nuestros padres, confundidos por nuestros genitales, no acertaran a ponernos el nombre que Dios había pensado para nosotros y todos nuestros cambios, nuestra búsqueda incansable de nuestra identidad, sería para encontrar esa inmutabilidad, ese nombre que Dios pensó para nosotros desde el origen de los tiempos y al que nos sentimos atraídos de forma inevitable (Lucas 10:20). Porque no somos nosotros quienes elegimos nuestro nombre, como pudiera parecer, sino que con frecuencia sentimos que es nuestro nombre quien nos elige a nosotros. Ese nombre inmutable que Dios ya había pensado para cada uno de nosotros antes de que naciéramos.

m)  Las personas trans, incluso aquellas que no son creyentes, ya fuera porque nunca sintieron a Dios en su interior o porque el dolor intenso de la transfobia recibida las llevó a rechazarlo, tienen una fe total en su identidad, en lo que son, en el nombre que saben, que sienten, que conocen de alguna forma que Dios pensó para ellas antes de nacer. Porque la transexualidad es cuestión de fe, como nos demuestra este testimonio de una mujer trans: Yo soy mujer y lo sé con tanta claridad como que Dios existe y me ama. Y si no viviera como mujer es cuando me enfrentaría al plan de Dios para mí. No tengo ninguna prueba de que soy una mujer, salvo que lo sé, al igual que no tengo ninguna prueba de que Dios existe y me ama, salvo que lo sé.

No puede haber mayor fe que esta, porque no tenemos prueba alguna, ni escritura, ni profetas ni Iglesia. Y sin embargo sabemos que es cierta, porque sentimos el nombre inmutable que Dios nos puso a cada uno de nosotros antes de nacer. Y es una fe que mueve montañas, no es una fe vacía, y gracias a ella es cómo vamos superando la montaña de obstáculos, unos mayores, otros menores, a los que como personas trans nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida.

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Fe

n) Pero aunque nuestra fe mueva montañas y haya innumerables ejemplos de ello tanto en nuestros días como a lo largo de la historia, con personas trans que pudieron vivir su vida con normalidad a pesar de todas las circunstancias en contra, lo cierto es que nuestra fe en nosotros mismos, en que somos lo que decimos que somos, en nuestra identidad no deja de ser eso, fe. Y la fe puede ser frágil, se puede romper, se puede perder, como bien sabe cualquier persona creyente. Y cuando una persona trans por las dificultades del camino, porque siente que estos son insuperables, que no hay salida posible, que le es imposible vivir de acuerdo al nombre y la vida que siente que Dios había elegido para ella, cuando pierde la fe en su propia identidad, aunque sea brevemente, puede cometer actos horribles contra su persona. No tengáis miedo, decía el Señor, yo estoy siempre con vosotros. Y son palabras como estas las que en los momentos de mayor dificultad han mantenido a muchas personas trans creyentes de pie, con vida, porque incluso perdiendo la fe en sí mismas, la conservaron en el Señor.

“¿Pero qué hay de aquellas personas trans que por estar en los márgenes de la Iglesia, por sufrir el rechazo de toda la sociedad, incluida la Iglesia, perdieron la fe, dejaron de ser creyentes, si por otras dificultades de la vida, pierden también la fe en sí mismas, aunque sea momentáneamente?”

¿Pero qué hay de aquellas personas trans que por estar en los márgenes de la Iglesia, por sufrir el rechazo de toda la sociedad, incluida la Iglesia, perdieron la fe, dejaron de ser creyentes, si por otras dificultades de la vida, pierden también la fe en sí mismas, aunque sea momentáneamente? En este documento queremos también intentar dar voz a aquellas personas que la perdieron, que ya no están entre nosotres, que les faltó fe para llegar hasta al fin, que tuvieron un solo momento de debilidad en una vida de fortaleza. Rezamos por ellas y porque este documento ayude a que en adelante haya más personas trans que se puedan apoyar en el Señor cuando la fe en sí mismas flaquee en algunas ocasiones. Que se sientan auténticamente acogidas por parte de la Iglesia, y el resto de la sociedad, porque eso es lo que salva vidas.

Conclusiones

o) En este texto hemos tratado de exponer argumentos sobre la realidad trans tanto desde las Sagradas Escrituras y la Tradición de la Iglesia como desde las propias voces de las personas trans, para ayudarnos a caminar todos juntos en sinodalidad, entendiéndonos unos a otros en nuestras diferencias pero sobre todo en lo que nos une, que es Jesucristo Nuestro Señor.

p) En este sentido creemos que el punto c resume de maravillosa manera todos los anteriores, mencionando en primer lugar los problemas y prejuicios que sufren y han sufrido de manera sistemática y tradicional las personas trans, pero a continuación recordando cómo tanto Jesús (en el punto b) como el Espíritu Santo a través de la tradición (puntos e y f) las justifican y salvan. Como también las voces de las personas trans, en su aparente falta de lógica, en su ir contracorriente y mover montañas a primera vista imposibles, comparten muchos puntos en común con el Evangelio, demasiados para ser una mera coincidencia. Y es que cuando caminamos en sinodalidad nos damos cuenta que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan.

No peca el que nace eunuco en el vientre de su madre, sino el que no ama a su prójimo. Porque la Iglesia no debe combatir la diversidad de la creación de Dios, sino la desigualdad creada por la injusticia, el egoísmo y los pecados del hombre”

q) Pudiera parecer que este documento se escribe con el único propósito de beneficiar a las personas trans y nos equivocaríamos completamente. Es la Iglesia en su conjunto la que se beneficia de acoger a las personas que se encuentran apartadas por ella en los márgenes, porque está escrito que peligra más la salvación de los que juzgan y condenan, de los que cierran puertas a los demás sin pasar ellos tampoco, que la de los que están últimos, lloran y son perseguidos. Todo esto texto no es sólo para el beneficio de las personas trans y que sean finalmente acogidas en la Iglesia, sino que es un texto de amor hacia nuestros enemigos, hacia los que nos persiguen y atacan, para que se den cuenta en sinodalidad de sus errores, de que en realidad no peca el que nace eunuco en el vientre de su madre, sino el que no ama a su prójimo. Porque la Iglesia no debe combatir la diversidad de la creación de Dios, sino la desigualdad creada por la injusticia, el egoísmo y los pecados del hombre, y en la medida que este texto ayude a que la Iglesia pueda ir cerrando frentes vacios y centrarse en los que verdaderamente importan, toda la Iglesia en conjunto se beneficiará del mismo.

r) Por tanto, y como conclusión final de todo el documento, tendríamos el propio título del mismo: todos somos uno en Cristo, mujeres, hombres y eunucos de todo tipo y condición, para los que hoy día tenemos multitud de términos diferentes y más específicos y apropiados, como personas transexuales, transgénero, intersexuales y no binarias, de género fluido, dragqueens, travestis y un sin parar de términos que no deben hacernos olvidar que no hacen sino expresar la misma realidad que en la antigüedad quedaban recogida en una única palabra, eunucos. Eunucos y miembros de esta Iglesia por el bautismo (Hechos 8:37). Eunucos como creación perfecta de Dios y cuyo nombre Él eligió para nosotros desde antes de que naciéramos (Génesis 1:31, Mateo 19:11-12). Eunucos de todo tipo y condición, que no son diferentes del resto de miembros de la Iglesia, sino la misma cosa (Gálatas 3:28)

1. Roselli, C. E. (2018). Neurobiology of gender identity and sexual orientation. J. Neuroendocrinol. 30, e12562. doi: 10.1111/jne.12562

2. Protyusha, G. B., & B., S. (2020). Sex Determination and Sex Differentiation. Journal of Forensic Dental Sciences, 12(1), 72–78. https://doi.org/10.18311/jfds/12/1/2020.12

3. AMORES BÍBLICOS BAJO CENSURA. Sexualidad, género y traducciones erróneas. Editorial Dykinson, Madrid, 2021, capítulo 9

IMG_3824Él eligió para nosotros desde antes de que naciéramos

*Victoria Rodríguez es una madre trans de tres niños que trabaja como profesora de matemáticas en un instituto público de la provincia de Sevilla. Como católica practicante pertenece a varios grupos católicos de fe, como Ichthys Sevilla, PADIS+G Sevilla, Cristianos trans, CVX, Cursillos de cristiandad y la GNRC. Algunos de estos grupos de fe son exclusivos de personas LGTBQ+, en otros hay diversidad y también los hay donde ella es la única persona LGTBQ+. Pero en todos ellos, ella puede ser ella misma abiertamente, compartir su fe en comunidad e intentar acercarse a Dios.

Fuente Religión Digital

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La Revuelta de Mujeres vuelve a las calles: 26 diócesis acogen actos por el 8-M

Miércoles, 28 de febrero de 2024
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Desde que diera sus primeros pasos en 2020, la iniciativa vive “un proceso imparable

El próximo domingo 3 de marzo a las 12:00 horas, la Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid, bajo el lema de este año, “Memoria y Esperanza”, volverá a concentrarse frente a la catedral de la Almudena para seguir alzando la voz contra la discriminación y el silencio al que la Iglesia católica las tiene sometidas por el hecho de ser mujeres

En el acto de la Revuelta se hará un llamamiento, a través de metáforas visuales, a la memoria para visibilizar y reparar a las víctimas de abusos en la Iglesia y a la esperanza en la construcción de una nueva Iglesia sinodal

El próximo domingo 3 de marzo a las 12:00 horas, la Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid, bajo el lema de este año, “Memoria y Esperanza”, volverá a concentrarse frente a la catedral de la Almudena para seguir alzando la voz contra la discriminación y el silencio al que la Iglesia católica las tiene sometidas por el hecho de ser mujeres.

En el acto de la Revuelta se hará un llamamiento, a través de metáforas visuales, a la memoriapara visibilizar y reparar a las víctimas de abusos en la Iglesia y a la esperanzaen la construcción de una nuevaIglesia sinodal. Para las mujeres que forman parte del movimiento, esto representa “el Pueblo en marcha que ha de anunciar el evangelio de Jesús y responder a la humanidad de hoy, donde se establezcan unas relaciones horizontales frente a la asimetría de poder actual y donde prime la circularidad sobre la verticalidad jerárquica”.

Los actos reivindicativos de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia se llevarán a cabo en los 26 territorios donde ya han estallado Revueltas: Alicante, Asturias, Badajoz, Barcelona-Alcem la Veu, Bilbao-Gure Hitza, Burgos, Cabra, Ciutadella-Alcem al Veu, Cádiz, Cantabria, Córdoba, Galicia-Mulleres Cristiás Galegas-Exeria, Guipúzcoa-Emakumen Aldarria, Gran Canaria, Granada, La Rioja, Madrid, Málaga, Menorca-Alcem al Veu, Navarra, Salamanca, Sevilla, Valencia-Alcem la Veu, Vitoria, Vigo y Zaragoza.

Desde que la Revuelta diera sus primeros pasos en marzo de 2020, de estar presente en cinco ciudades, se ha extendido por 19 territorios más en un proceso imparable. Referentes las unas de las otras aseguran que “experimentan un aliento común y los frutos que produce la inteligencia colectiva y la sororidad”, respetando sus idiosincrasias y aprendiendo mutuamente. “Las mujeres feministas creyentes alzamos nuestro pensamiento, nuestra experiencia de fe en Jesús, su proyecto de vida y nuestro compromiso con la Iglesia y el mundo para gritar, hasta que la igualdad se haga costumbre en la Iglesia”, reclaman.

La Revuelta llega hasta el Vaticano

Durante el pasado año y haciendo camino sinodal, ese peregrinaje conjunto de toda la Comunidad, la Revuelta de Mujeres en la Iglesia ha continuado profundizando en el estudio y reflexión-acción al servicio de la 1ª fase de la XVI Asamblea del Sínodode la Sinodalidad. Las mujeres han pedido “una Iglesia pobre que vuelva a Jesús al Evangelio donde las mujeres ocupen cualquier espacio en plena igualdad y sin discriminación alguna por razón de sexo y de orientación sexual”. También, “han urgido a la reforma de los órganos de participación para que de consultivos pasen a ser decisorios y una necesaria renovación de la teología, a través de la incorporación de la teología feminista”.

Además, el pasado mes de octubre, una representación de la Revuelta viajó hasta Roma y junto a otras mujeres del Catholic Women’s Council, procedentes de los cinco continentes, se reunieron con tres de las 81 mujeres elegidas por el papa Francisco para participar, por primera vez en la historia, en el Sínodo de los Obispos. La hermana japonesa Filo Hirota, la hermana Carolina de Iraq y la delegada suiza, Helena Jeppesen-Spuler, recogieron varias aportaciones que surgieron en esas mesas redondas en relación con la equidad, liderazgo y ministerio de las mujeres en la Iglesia. Además, y especialmente, se insistió en el fin de la violencia contra las mujeres en la Iglesia.

Fuente Religión Digital

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María Luisa Berzosa: “En la Iglesia hay tarea para todos ¿Qué nos impide hacer un grupo sinodal de diversidad sexual o de lo que sea?”

Jueves, 11 de enero de 2024
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La primera mujer consultora en un sínodo de los obispos, en el Foro Gogoa

Habló el pasado 13 de diciembre en el Instituto de la Plaza de la Cruz, invitada por el Foro Gogoa, sobre la acogida por parte de la Iglesia a personas en situaciones que la propia Iglesia considera especiales

Cree que el pensamiento eclesial debe adaptarse a la realidad de la sociedad, no puede hablar para una sociedad que ya no existe: “La sociedad ha cambiado y no cambiamos el discurso … me atrevo a decir que es un pecado”

“Yo creo mucho en lo que podemos hacer la gente de a pie, no es que desprecie a la jerarquía, insisto, pero muchas veces, casi siempre, en las instituciones los cambios vienen de abajo, no de arriba. Entonces caminemos, tenemos muchas posibilidades”

No se entiende una Iglesia que excluye, una Iglesia que no acoge … La diversidad es un don, es una riqueza.

(Foro Gogoa).- La primera mujer consultora en un sínodo de los obispos habló el pasado 13 de diciembre en el Instituto de la Plaza de la Cruz, invitada por el Foro Gogoa, sobre la acogida por parte de la Iglesia a personas en situaciones que la propia Iglesia considera especiales.

María Luisa Berzosa ha expuesto, con preocupación pero con esperanza, el proceso sinodal en el que se encuentra inmersa la Iglesia en este momento y cree que el pensamiento eclesial debe adaptarse a la realidad de la sociedad, no puede hablar para una sociedad que ya no existe.

– María Luisa, ¿en qué momento se encuentra la Iglesia?

– Estamos en tiempo de sinodalidad, un proceso que hemos empezado y que es apasionante. A mí me gusta hablar siempre de la Iglesia contemplando tres ejes.

– ¿A qué tres ejes se refiere, María Luisa?

– Uno es la persona. Cada persona. La meta de esa persona cristiana es Jesús y su Evangelio. Y hay un camino, un puente que le debe acercar a ese Jesús que es la Iglesia. Lo absoluto en términos ignacianos es Jesús y el Evangelio, es su programa de vida. Es lo que nos apasiona, es por lo que decimos: “Merece la pena entregar la vida por esta causa, de esta manera, como aparece en el Evangelio”. Después, la capacidad de cada persona de decidir y asumir consecuencias, con su libertad y su conciencia y, por último, la Iglesia como comunidad, como casa donde vivimos y queremos vivir ese seguimiento a Jesús. Siempre me gusta hablar de caminar juntos, de proceso en marcha.

“No se entiende una Iglesia que excluye, una Iglesia que no acoge. No parecería muy del aire y del estilo de Jesús”

¿Cómo explicaría lo que es para Ud. el Sínodo?

– El Sínodo no es un acto puntual, es un camino, es un proceso, un itinerario. Por lo tanto, tiene comienzo, tiene algunas etapas marcadas que son explicables. Es el intento de llevar a término nuestro deseo de que la Iglesia sea acogedora, misericordiosa, inclusiva, deseo que quiere dar respuesta a esa diversidad sexual y tantas diversidades en nuestro mundo para las cuales queremos, deseamos una acogida sinodal. Sinodal quiere decir que todas las personas tenemos lugar en la Iglesia. No se entiende una Iglesia que excluye, una Iglesia que no acoge. No parecería muy del aire y del estilo de Jesús.

– Al hilo de su comentario, María Luisa, hemos vivido y seguimos viviendo tiempos en los que muchos representantes de la iglesia nos dicen lo contrario, excluyen y excluyen, no acogen.

– Pues Francisco, nuestro Papa, ya lo ha dicho en las Jornadas Mundiales de la Juventud: Todos tenemos un lugar. Parte de nuestro pecado también está ahí, en la Iglesia. En la conferencia mostré una imagen de un árbol con gran diversidad de ramas, hojas, flores y frutos, de diversos colores, que agradecemos porque no son una amenaza. La diversidad es un don, es una riqueza.

– Entonces, ¿cómo podemos avanzar en el camino de esa aceptación?

– Como ya dije, creo que esta comunión tiene que ver con la pertenencia y la participación. Nos podemos preguntar, ¿me siento parte de la Iglesia, parte activa, participo? Si soy parte, me implico, critico. La crítica es compromiso para mejorar. Para implicarme. Critico para que cuenten conmigo, porque puedo ofrecer una luz, porque puedo ofrecer una visión que ayuda a esta comunión. A veces ponemos la fuerza en las diferencias y nos olvidamos que la comunión está en la raíz profunda, en esa fe, en esa dignidad común que es el bautismo. Más allá del carisma, más allá de la vocación y de la tarea. La comunión es más profunda que todo eso. Nos une en la raíz, nos une en lo fundamental.

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(pincha en las imágenes para agrandarlas)

– “El Sínodo es el intento de llevar a término el deseo de que la Iglesia sea acogedora, misericordiosa, inclusiva, dar respuesta a esa diversidad sexual y tantas diversidades”

Una curiosidad, María Luisa. En ocasiones, desde la distancia a Roma, nos preguntamos cuántas personas participan en el Sínodo.

– Por ejemplo, en octubre de este año 2023, hemos participado 364 personas que votaban porque en total éramos más de 400, con facilitadores, gente de servicios, traductores; 85 mujeres de las cuales votaban 59. Cinco religiosos-religiosas enviadas por los organismos de la vida consagrada. Otro grupo numeroso, nominados por el Papa. Obviamente, todas eran enviadas por diversos organismos de vida religiosa, de conferencias episcopales y asociaciones de laicos.

– Ahora toca elaborar los resúmenes, ¿no es así, María Luisa?

– Así es. El documento de síntesis tiene tres partes, que se titulan así: “El rostro de la Iglesia sinodal”, “Todos discípulos, todos misioneros”, “Tejer lazos, construir comunidad”. Cada capítulo se divide en tres apartados: los puntos de convergencia que hemos encontrado en sintonía, cuestiones que deben abordarse, temas pendientes que hay que seguir profundizando y propuestas. Hemos leído los documentos y estamos interesados en seguir el proceso. Es una opción libre, porque la invitación es universal y la respuesta es particular.

– Permítame una pregunta María Luisa: Cuando se debaten los diferentes temas, ¿se mira solamente hacia la Iglesia o la mirada llega también al mundo?

– La espiritualidad sinodal debe estar marcada por la escucha mutua. Ya desde el primer momento, en el documento preparatorio inicial se decía “Nos escuchamos unos a otros y juntos escuchamos al Espíritu”. Necesitamos hacernos cargo del mundo y, por lo tanto, escuchar el mundo, hacernos silencio.

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IMG_2138(pincha en las imágenes para agrandarlas)

– ¿Todas las personas que asisten intervienen con la misma espiritualidad sinodal?

– Son actitudes necesarias para este proceso: silencio, escucha, discernimiento, apertura, acogida y todo desde y en Jesús, como decía al principio, no es algo separado. No puede separarse la Iglesia de Jesús. Jesús en el centro es el que focaliza la vida, la atención, la misión, el sentido de la vida. Y si no tenemos fe cristiana, pienso que el plan del Evangelio es humanizador y humanizante, porque el Evangelio habla de amor, de perdón, de paz, de libertad, de acogida. Esos valores nos humanizan.

“El tema de los pobres está en el centro de nuestra vida ¿o no? El tema de la movilidad de migrantes, desplazados, refugiados”

¿Hasta dónde se han tratado los temas candentes que llevan tiempo sin resolver como, por ejemplo, el tema del celibato, de las personas divorciadas en la Iglesia y otros?

– Esta es una lectura mía personal, no es oficial, es de mi reflexión. Los temas del celibato sacerdotal, ¿se deja optativo, no se deja optativo? También si se pueden ordenar varones casados, etcétera. Bueno, ese es un gran tema. El tema de los pobres está en el centro de nuestra vida ¿o no? El tema de los migrantes, el tema de la movilidad de migrantes, desplazados, refugiados. El tema del clericalismo, que no sólo es un producto del clero, sino que también a veces laicos y laicas somos muy clericales y no asumimos nuestra vocación laical, que es maravillosa en la Iglesia. De todos estos temas se ha hablado, pero tenemos que profundizar más.

– Y sobre el papel de la mujer en la Iglesia, ¿qué nos puede decir, María Luisa? ¿También se ha tratado?

– Si, hemos hablado del tema de la mujer en la misión de la Iglesia, en la misión, en los campos de decisión. El diaconado femenino es una escala de pasos que se van dando.

– Quedan temas como el de la diversidad sexual, ¿no?

– Si, por supuesto. Optamos por no poner las siglas LGTBI porque en algunos países eso es condena de muerte inmediata. Y está también la ordenación de hombres casados, las situaciones matrimoniales diversas, la inteligencia artificial que muchos no sabemos, pero está viniendo de prisa y hay que prepararse, dar respuestas nuevas a situaciones nuevas. La escucha y justicia a las víctimas de abusos. Tantos abusos en la Iglesia, tantos abusos cometidos por personas de Iglesia.

Reconocemos los grupos que están en los márgenes, divorciados, diversidad sexual, sacerdotes secularizados y diferentes núcleos de familias. Teólogos, científicos, pensadores, mujeres jóvenes. ¿Por qué decimos que están en los márgenes? Porque los hemos echado de la iglesia. Hemos cerrado la puerta y no han podido entrar. O una vez que entraron no podían estar porque ahora se divorció y no puede estar, no puede comulgar. ¿Cómo? Segundo problema, no puede estar en la mesa eucarística. Algo estamos haciendo mal. Algo estamos leyendo mal desde el Evangelio.

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IMG_2140(pincha en las imágenes para agrandarlas)

– Parece que seleccionemos. Da la sensación de que nos convertimos en jueces y ejecutores, ¿no le parece, María Luisa?

– Así es, condenamos y marginamos. Todo eso no es Iglesia, no es comunión, pero la marginación empieza en nuestro corazón. A veces lo expresamos con gestos, a veces lo callamos, pero está dentro de nuestro corazón. Decimos este sí, este no, de esta manera sí, de esta manera no. Bueno, pensemos un poquito también. La Iglesia o es sinodal o no es Iglesia, si no es encuentro, escucha, discernimiento, invitación universal, ¿qué es la sinodalidad? ¿Es reconciliadora o no es?

– En el coloquio de la conferencia, una persona le planteó el tema del dolor de muchas personas que, queriendo estar dentro de la Iglesia, han sido rechazadas por ésta. ¿Qué nos puede decir?

–Ya comenté que nos hemos hecho conscientes del sufrimiento y de la realidad de los márgenes y, por eso, queremos cambiarlo. Este es uno de los temas que se han puesto sobre la mesa y no ha sido por capricho, sino por necesidad de que la sociedad está clamando por una acogida que no hemos hecho, que hemos eliminado, que hemos separado. Hay una comisión que está tratando el tema de los divorciados, hay una comisión que está tratando el diaconado femenino. Es decir, yo creo que estamos siendo coherentes con ver las cosas, intentar poner soluciones.

  “Francisco, nuestro Papa, ya lo ha dicho en las Jornadas Mundiales de la Juventud: Todos tenemos un lugar en la Iglesia”

En la conferencia, creí percibir que invitaba con frecuencia a que todos nosotros tomáramos iniciativas, que nos implicásemos. ¿Es más importante la implicación de los fieles que lo que pueda hacer la Iglesia?

– Hay tarea para todos. Por parte de la Iglesia, hay que quitar cosas de catecismo que son ofensivas absolutamente, pero mientras llega ese campo de definiciones, yo digo que demos pasos nosotros. ¿Qué nos impide hacer un grupo sinodal de diversidad sexual o de lo que sea?, ¿qué nos impide ser un grupo sinodal donde haya personas divorciadas?, ¿quién nos impide? Yo estoy en Roma, en Italia hay una pastoral de la diversidad sexual como no se pueden imaginar, hay multitud de grupos y funcionan y organizan cosas. Y a veces va el obispo y a veces no, es todo transparente, todo abierto. Yo creo mucho en lo que podemos hacer la gente de a pie, no es que desprecie a la jerarquía, insisto, pero muchas veces, casi siempre, en las instituciones los cambios vienen de abajo, no de arriba. Entonces caminemos, tenemos muchas posibilidades.

– También se habló sobre la lentitud de la Iglesia para dar pasos en el reconocimiento y aceptación de lo que realmente pasa en la Sociedad. ¿Qué nos puede decir?

– Las situaciones del mundo van a un ritmo rapidísimo y la Iglesia va con muchísima lentitud. Le cuesta aceptar los cambios de la sociedad, porque claro, el discurso que a veces hacemos es a una sociedad que ha cambiado y entonces no hay sintonía entre receptor y emisor. Aquí hay algo que falla. Entonces mantenemos el discurso, pero los destinatarios han cambiado y no cambiamos el discurso. Yo creo que ese es un fallo y me atrevería a decir que es un pecado, porque ahí efectivamente no atendemos a las personas, dejamos que sigan su camino como puedan. El proceso de incorporación de cambios en las instituciones es lento, pero en la Iglesia es lentísimo. Entonces, ¿cómo hacemos mientras eso llega? Por una parte, urgir y, por otra, que aportemos. Demos pasos también concretos nosotros, tenemos que movilizarnos desde abajo.

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– En el coloquio, se le formularon varias preguntas relacionadas con la falta de acogida de la Iglesia a la diversidad real de la sociedad y el sufrimiento que genera en las vidas de las personas que, siendo creyentes, se ven rechazadas.

– Estoy de acuerdo en esa realidad y el efecto que provoca de sentirse sin armas para seguir. Creo que se está cayendo en la cuenta de que muchas cosas que se hacían en la doctrina de la fe tenían que ver con una sociedad que ahora es otra. Y todos estos temas son de hoy, son de una urgencia que viene rapidísima, pero la Iglesia va lenta y no puede depender de la persona con la que te confrontes en la Iglesia, pero yo confío mucho porque estamos cayendo en la cuenta de que vamos muy tarde, muy lejos de lo que va sucediendo en la vida. Esto tiene que ver con la formación de los sacerdotes, la formación en los seminarios, obispos, etcétera. Hay que renovar toda esa formación más de acuerdo con las ciencias humanas; además de teología, hay que implantar formación en inteligencia emocional.

– Si el proceso sinodal en el que se ve envuelta la Iglesia hoy es tan trascendental para el futuro, ¿por qué no han participado en dicho proceso los estudiantes de los seminarios de España?

– No lo puedo entender. Tristemente, la dificultad grande en el proceso sinodal han sido los sacerdotes, seguramente no todos. Ya dije que el secretario general, al poco tiempo de empezar el Sínodo, escribió una carta a todos los sacerdotes del mundo y algunos no la recibieron. Dentro del Sínodo, la participación es una invitación universal. Hay gente que dice que sí, hay gente que no. Claro, uno piensa que los sacerdotes deberían estar por el sí, pero no es así. No es así. Hay que preguntarse las causas. Evidentemente eso no es un capricho, creo yo. Algo hay ahí, ¿qué pasa?, ¿qué pasa con la formación?, ¿qué pasa con esas actuaciones?, ¿qué pasa cuando yo salgo del seminario y voy a una parroquia?, que también estoy solo y tengo que enfrentarme a la realidad de la vida.

Fuente Religión Digital

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Arzobispo nigeriano: revisar una parte del magisterio de la Iglesia es trastocar el todo

Jueves, 9 de noviembre de 2023
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IMG_1155Mientras en Nigeria las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los 12 estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio), el arzobispo de Abuja, (Nigeria) Ignatius Ayau Kaigama, sigue defendiendo la criminalización de la homosexualidad…

El arzobispo de Abuja, (Nigeria) Ignatius Ayau Kaigama, de 65 años, ha comentado a Crux que los africanos ven el catolicismo en Occidente como una “Iglesia en decadencia”, mientras que en África el cristianismo florece gracias a una sólida fe bíblica y a las convicciones morales tradicionales.

La concepción africana de la autoridad bíblica, el sexo, el matrimonio y el pecado puede parecer retrógrada y supersticiosa a los liberales occidentales”, afirmó prelado, pero insistió en que esas creencias tienen un fuerte atractivo en las culturas africanas. De hecho afirma que el catolicismo mundial está “evolucionando hacia África”.

Kaigama, que participó recientemente en el Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, celebrado del 4 al 29 de octubre, habló en una entrevista con Crux después de que el Vaticano publicara nuevas estadísticas que confirman el crecimiento de la Iglesia en África.

Según los datos, África siguió siendo el centro de crecimiento del catolicismo, con un aumento de 8,3 millones de personas. América experimentó un modesto crecimiento de 6,6 millones. Asia creció en 1,49 millones, mientras que la población católica de Oceanía aumentó en 55.000 personas. Europa volvió a descender, registrando 244.000 católicos menos en 2021.

El informe también muestra que África registró grandes aumentos en el número de religiosos y religiosas, e indica además que el continente tiene una tasa mucho más alta de asistencia a misa.

Kaigama citó cinco factores para explicar este «notable crecimiento».

En primer lugar, el cristianismo africano encaja con las convicciones y experiencias religiosas tradicionales del continente, como “la creencia en los milagros y la curación, el amor por las historias y los proverbios bíblicos, una visión holística del ser, [y] la misión de la Iglesia”.

En segundo lugar, Kaigama afirmó que el cristianismo africano ha conservado un fuerte sentido de la autoridad de la Biblia. “La Biblia tiene un estatus muy diferente en las sociedades africanas”, afirmó. “Allí donde el cristianismo se ha hecho dominante en el último siglo, la Biblia sigue siendo un texto sagrado, relevante y vivo”.

“La Biblia es más que una compilación de documentos históricos”, afirmó Kaigama. “Es, en aspectos muy significativos, un Testamento africano. Para amplios segmentos de las sociedades cristianas africanas, el mundo de la Biblia es contemporáneo. Las narraciones del Antiguo y el Nuevo Testamento sobre sacrificios, poligamia, plagas, agricultura, danzas, pastores, tensiones entre el pastoreo nómada y los campesinos, epidemias y guerras tienen una relevancia inmediata”.

El tercer factor, según Kaigama, es lo que describió como “la importancia perdurable de los conceptos tradicionales de familia y moralidadEsto protege en gran medida a los africanos de los trastornos culturales que está sufriendo Occidente, incluidas las redefiniciones de los papeles masculino-femenino, la castidad, la santidad, la normalización del sexo homosexual, etc.”, afirmó.

Mientras que muchos en Occidente juzgan cruel la postura africana sobre la homosexualidad, muchos africanos no tienen ningún problema en calificar la homosexualidad de pecado y rezar por la redención de todos los pecadores”, afirmó Kaigama.

Aunque Kaigama advirtió contra la “homofobia en la Iglesia africana”, también rechazó cualquier sugerencia de “redefinir la Palabra De Dios”.

En cuarto lugar, Kaigama dijo que el cristianismo refuerza un instinto tradicional africano de “una fuerte dimensión comunitaria.. El pecado no es una realidad individual, privada o meramente interiorLa vida es comunitaria y holística, natural y sobrenatural, por lo que el pecado tiene consecuencias sociales, políticas, medioambientales e incluso cósmica. Este sentido de totalidad e interconexión de la vida significa que los individuos son responsables unos de otros, pues, como escribe San Pablo, ‘Si un miembro sufre, todos sufren juntos, y si un miembro es honrado, todos se alegran juntos’.”

Señalando el ejemplo del matrimonio, Kaigama dijo que algunos teólogos occidentales liberales pueden considerar que redefinir ciertos aspectos de la enseñanza de la Iglesia es un ajuste limitado, pero para los africanos, dijo, “revisar una parte es trastocar el todo”.

En quinto lugar, Kaigama citó el atractivo que tienen en África algunas creencias y prácticas tradicionales a las que se ha restado importancia en otros lugares, como el exorcismo.

“La demonología es creíble para los africanos de un modo que difícilmente puede serlo para la mayoría de los occidentales cultos, y lo mismo ocurre con las ideas de exorcismo y curación”, afirmó.

Kaigama dijo que la mayoría de los cristianos africanos reconocen a la Iglesia de Occidente como su «Iglesia madre», pero añadió que «también la vemos como una Iglesia en decadencia. Puede que el cristianismo esté decayendo en Europa Occidental, pero está en una impresionante curva de crecimiento en otras partes del mundo, especialmente en África», dijo.

“Sin duda, los cristianos del Norte tienen dones del Espíritu que compartir con el Sur, pero deben aprender a asumir una postura de recepción. La Iglesia, como la civilización occidental en su conjunto, está evolucionando hacia África. Podemos avanzar si nos abrimos paso hacia la luz que brilla desde el continente oscuro”, afirmó.

***

En Nigeria las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los 12 estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio).

Nigeria forma parte de una lista cada vez mayor de países africanos que han promulgado leyes que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo; el último de ellos es Uganda, cuya ley recién firmada conlleva la pena de muerte en algunos casos.

Los arrestos de homosexuales son comunes en Nigeria, el país más poblado de África, donde los homosexuales pueden enfrentarSe a la Ley (de prohibición) del matrimonio entre personas del mismo sexo de Nigeria, que fue promulgada por el ex presidente Goodluck Jonathan en 2014, que castiga las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 14 años de prisión. En las zonas predominantemente musulmanas del norte de Nigeria se castiga con la muerte según la ley Sharia, aunque las penas de muerte aprobadas por los tribunales de la Sharia deben ser aprobadas por el gobernador del estado.

En diciembre pasado, la policía islámica en el norte de Nigeria hizo una redada similar en una boda entre personas del mismo sexo y arrestó a 19 personas. En ese momento, un portavoz de la policía dijo que los arrestados no serían acusados formalmente, pero se los alentaría a cambiar su “estilo de vida” mediante “consejería”.

Pero en julio anterior, tres hombres nigerianos fueron condenados a muerte por lapidación en un tribunal de la Sharia en el estado norteño de Bauchi.

Fuente Cruxnow/Cristianos Gays

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Cuando hablamos de Iglesia ¿Hablamos de Pueblo de Dios o de Jeraquía?

Domingo, 5 de noviembre de 2023
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comunidadfeDel blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01. Ha terminado el sínodo.

    La clausura del Sínodo el pasado domingo, día 29, y el evangelio de hoy se prestan a hacer alguna consideración sobre la Iglesia.

El sínodo es  una cuestión eclesial, y el texto del evangelio de hoy refleja las ideas de fondo de cómo eran y cómo vivían  las comunidades judeo-cristianas de Mateo.

No llaméis a nadie Maestro… Todos vosotros sois hermanos… El primero entre vosotros será vuestro servidor…

02.- La Iglesia nació de modo plural

    La Iglesia no nació como una congregación religiosa: un fundador que en tal año, con unas constituciones crea un grupo que se denomina orden religiosa, congregación, asociación, etc…

    El movimiento que Jesús desencadenó con su Palabra y su actividad se va configurando después de Él, a partir de la Pascua y de modo plural conforme al acento que los diversos apóstoles ponen en su predicación y atendiendo la diversidad de gentes, pueblos y culturas que comenzaban a creer en el Señor Jesús. Por ello, el nacimiento de la Iglesia no fue uniforme sino plural

+ Las comunidades de Pablo son carismáticas, con la peculiar teología de la justificación de JesuCristo por la fe (no por las obras), la libertad frente a la ley, etc.

+ Las comunidades de San Juan que aparecen en el NT ha sufrido mucho y han quedado reducidas a grupos pequeños, centrados “casi exclusivamente” en “el que es”, en Cristo: “Yo soy”; son comunidades sin apenas estructura.

+ La iglesia que aparece al final de NT (Tito y   2 Timoteo) está formada por comunidades más estructuradas en las que ya comienzan los ministerios (presbíteros – obispos, aunque no como los actuales).

+ Las comunidades de Mateo son comunidades formadas por cristianos de tradición judía que buscan su identidad desgajándose “como pueden” del judaísmo. El pueblo de Dios ya no es Israel, sino la iglesia, la comunidad de hermanos son el nuevo pueblo de Dios con una igualdad radical: todos sois hermanos. Ello supone un universalismo, una gran apertura frente al “reduccionismo” judío.

La Iglesia es, pues,  una comunidad plural, ¿una comunidad de comunidades? La Iglesia es una unidad, pero no es uniforme.

03.- ¿Podremos llegar a una Iglesia sinodal en la que caminemos de verdad juntos, unidos?

El pasado domingo, día 29, terminaba -hasta cierto punto- el Sínodo que se ha denominado “Sínodo de la sinodalidad”: un pueblo que camina unido: caminamos juntos…

Solemos cantar en la liturgia: Somos un pueblo que camina y juntos caminando…

¿De verdad que algún día llegaremos a caminar juntos?

04.- Tres  consideraciones:

4.1. Cuando nosotros hablamos de Iglesia, propiamente no hablamos de Iglesia, de pueblo de Dios que camina, hablamos de Jerarquía, de Roma, de los “cardenales dubia” enfrentados al papa Francisco, de los obispos de las diócesis, etc.

Cuando preguntamos qué dice la Iglesia acerca del divorcio, del celibato, del ministerio de la mujer en la Iglesia, de la homosexualidad, etc…, no preguntamos qué dice el Pueblo de Dios acerca de esas y otras muchas cuestiones, sino que preguntamos qué dice Roma, qué dice el Papa, qué dice el Derecho Canónico acerca de tales cuestiones.

Sin embargo la Iglesia es el Pueblo de Dios.

4.2. Vivimos en una eclesiología casi exclusivamente piramidal ya desde el siglo XI, reforzada en el siglo XIX en el Vaticano I con la definición de la infalibilidad del primado más por motivos históricos, que por necesidad dogmática.

(El cardenal Newman decía que nunca un dogma fue tan innecesario para la Iglesia).

4.3. Personalmente y en mi fuero interno no me gusta mucho pensar en términos de “laicos y jerarquía”, aunque comprendo que hay que hacerlo. Y no me gusta pensar en esos términos porque es admitir una distinción que difícilmente encuentra respaldo en el Evangelio de Jesús. Una cosa es que en la iglesia existan unas necesidades y tareas que atender y, por tanto, tenga que haber unos ministerios que atiendan la vida de la comunidad. Pero de ahí a todo lo que ha venido posteriormente en la historia y en la configuración de la jerarquía, hay mucha distancia.

No llaméis a nadie maestro ni señor, ni consejero: todos sois hermanos.

05.- Situación eclesial en la diócesis.

¡Qué bueno y hermoso es que los hermanos vivan unidos!, dice el salmo 133. Es un buen comentario al texto del evangelio de hoy: Todos vosotros sois hermanos… Es esta una gran verdad que la experimentamos en algunos ámbitos de amistad, de convivencia.

Sin embargo y por desgracia es difícil decir esto del ámbito eclesial.

5.1. Situación eclesial dañada en nuestra diócesis

En la Iglesia hay malestar, que significa: estar mal. En nuestra propia diócesis el clima es difícil, duro. La situación diocesana ha quedado muy dañada, aunque se quiera maquillar o edulcorar el problema.

No nos ha extrañar, porque si el papa Francisco está viviendo en un fuego cruzado, ¿qué podemos esperar los demás?

La comunión eclesial no se logra por sometimiento, por dominación o imposición de una línea ideológica. Somos hermanos porque todos tenemos un mismo Padre.

5.2. Respeto

Quizás hoy en nuestra diócesis la comunión eclesial signifique respeto, saber respetar y respetarse las diversas líneas y movimientos religiosos y entre los curas de diversas tendencias.

En nuestra diócesis (supongo que en otras muchas diócesis también) pensamos y tenemos formulaciones de la fe diversas, desde la forma de vestir, hasta el modo de entender la fe, la teología, la moral, las celebraciones, etc…

Ya en el mismo NT hubo discrepancias y enfrentamientos entre diversos modos de pensar y vivir la fe: En la Iglesia de Antioquía el enfrentamiento entre Pablo y la Iglesia judaizante de Jerusalén (Santiago y Pedro) fue frontal.

Pablo dice en la carta a los Gálatas que “tuve que echarle en cara a Pedro” su comportamiento en la cuestión de los judaizantes, (Gál 2,11)

Los hermanos nos queremos, nos ayudamos, nos respetamos, pero también tenemos nuestras discrepancias, incluso discusiones. Ser hermano no significa ser amigo.

Nuestra diócesis de San Sebastián hoy en día cuenta con unos 60 sacerdotes por debajo de los 75 años. (Hace cincuenta años nuestra diócesis contaba con más de 800 curas).

Por otra parte, las generaciones de curas que crecimos y seguimos viviendo en el Pentecostés liberador del Concilio Vaticano II, somos mayores o muy mayores, tenemos más de 75 años. Los curas más jóvenes son –en general- de otra mentalidad distinta al Concilio. Hace unos días decía Jesús Rico obispo de Ávila y hasta ahora rector del Colegio Español de Roma (buena atalaya para conocer el clero español) decía que: “Entre los curas jóvenes hay resistencias al Papa”

Pero –por- edad en ellos está la “fuerza”, la vitalidad y son los que van a llevar adelante esta iglesia local nuestra en los próximos años, ¿décadas?

La postura racional y razonable no creo que sea la del enfrentamiento, tampoco la de la tristeza o amargura  lamentaciones incluidas,  sino la de –respetuosamente- hacerse a un lado y dejar paso.

Por nuestra parte y sin estar de acuerdo en muchas cosas, formulaciones teológicas, ritos, etc. seguiremos viviendo en el habitat presente del Concilio,  disfrutando y terminando nuestros días en lo que supuso el Concilio.

Para muchos de nosotros el Concilio Vaticano II fue un Pentecostés, un “Éxodo liberador de la esclavitud de Egipto”. Yo a Egipto no vuelvo.

Además, y si buenamente podemos –y mientras podamos-, mantendremos vivas las brasas de Emaús.

Todos vosotros sois hermanos

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“Tiempo del Espíritu y de probar nuestra fe”, por Gabriel Mª Otalora

Sábado, 28 de octubre de 2023
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De su blog Punto de Encuentro:

Ante la esperanza sinodal

Caminar juntos no significa ir en grupo en la misma dirección. Es algo más. Se trata de ir en común unión buscando juntos. En nuestro caso, lo hacemos en la confianza de que somos guiados por el Espíritu.

Si algo me parece esencial de esta asamblea sinodal impulsada por Francisco, es la apuesta exigente de fe y de confianza que hemos de desplegar cada seguidor y seguidora de Cristo, sabedores de que hemos de ponernos en marcha de una determinada manera, con actitudes diferentes, y sin conocer al puerto en el que vayamos a arribar.

Ahí surgen las reticencias, los miedos y, hay que decirlo, los poderes eclesiásticos cuyo poder corre peligro y se manifiestan para no perderlo. No debemos asustarnos, pues ya ocurrió lo mismo en tiempos de Jesús. A aquellos expertos en la Ley de Dios no les tembló el pulso para llegar hasta el final con tal de mantenerse poderosos. Jesús fue cuestionado por vivir su Mensaje, y nosotros debemos entender que si Él fue acusado de actuar contra Dios mismo, el sentido de algunas presiones va por el mismo camino de las normas y no las actitudes, cuando el Evangelio indica todo lo contrario: el amor es la base de las normas cristianas.

La sinodalidad representa el camino de la Iglesia, llamada a renovarse bajo la acción del Espíritu gracias a la escucha de la Palabra. Son tiempos audaces de poner en marcha procesos de escucha, de diálogo y de discernimiento comunitario, en los que todos y todas puedan participar y contribuir. Al mismo tiempo, la opción de “caminar juntos” es un signo profético que nos interpela a abrirnos a ser odres nuevos en nuestro compromiso evangelizador. De lo contrario, no seremos Buena Noticia.

Para este “caminar juntos” es necesario que nos dejemos educar por el Espíritu en una mentalidad verdaderamente sinodal que supone un proceso de conversión más allá de la Cuaresma. Un proceso personal, primeramente, abiertos “al otro” y sobre todo al Espíritu demostrando verdadera fe sin tanto asidero clerical y normativo que nos ha empequeñecido incluso humanamente.

Las resistencias son muchas, el clericalismo sigue muy vivo también entre el laicado, como una “cruzada” para salvaguardar a la institución clericalista que tanto daño hace al Mensaje. Pero no importa, estas son solo dificultades que los impulsores de este sínodo tan especial se han encontrado con un movimiento que parecía impensable llegar hasta donde nos encontramos.

Es el tiempo del Espíritu y de la fe en Dios. Recemos humildemente, abiertos a ser sus manos desde la fragilidad que captó tan bien Antonio Machado:

         Soñé que Dios me decía: ¡Alerta!
        Y luego era Dios quien dormía.
        Y yo le dije: ¡Despierta!

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Consuelo Vélez: ‘Laudate Deum’: Fe y cuidado de la casa común, dos realidades inseparables.

Viernes, 27 de octubre de 2023
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De su blog Fe y Vida:

El lenguaje es claro, directo, dando nombre a los responsables de tal crisis. Al ser un documento corto, será fácil apropiarse de él. Sin embargo, quiero hacer algunos subrayados que pueden ayudar a tenerlos más en cuenta

Con seguridad esta exhortación va a molestar a más de una persona (o gobierno) porque Francisco no habla en abstracto. Se refiere a lo que continuamente está pasando en tantas partes del mundo

Muy importante es la afirmación que hace la exhortación sobre “las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, ‘verde’, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos”

Esperábamos la publicación de la Exhortación Laudate Deum -sobre la crisis climática-, anunciada hace unos días por Francisco. Acompañó el inicio del Sínodo de la sinodalidad. Es un buen presagio que invita a la iglesia a mirar la realidad actual, llamar las cosas por su nombre y pedir cambios reales y prontos. La exhortación consta de 73 numerales y 6 apartados. Los cinco primeros son dirigidos a todas las personas de “buena voluntad” y, el último apartado, a los creyentes (las motivaciones espirituales). El lenguaje es claro, directo, dando nombre a los responsables de tal crisis. Al ser un documento corto, será fácil apropiarse de él. Sin embargo, quiero hacer algunos subrayados que pueden ayudar a tenerlos más en cuenta.

En la introducción Francisco constata que pasados ocho años de la publicación de la Encíclica Laudato si, no se ven reacciones suficientes para afrontar la crisis climática. Yo me pregunto si a nivel eclesial hubo suficiente recepción de dicha encíclica. Se han dado algunas acciones y movimientos eclesiales, pero a nivel del pueblo de Dios en general, no me parece que se haya avanzado demasiado. Ojalá esta exhortación tenga mayor recepción. Una afirmación importante que se hace en la introducción se refiere a lo que dijeron los obispos de África sobre el cambio climático: “es un impactante ejemplo de pecado estructural” (n. 3).

El primer apartado muestra cómo no se puede negar la urgencia de afrontar el cambio climático. Algunos pretender negar, esconder, disimular o relativizar los signos del cambio climático pero los fenómenos que vivimos, muestran la evidencia irrefutable. Algo muy importante de este apartado es la línea que atraviesa las reflexiones del pontífice, es decir, su defensa de los pobres. En esta ocasión señala que “no falta quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos (…) como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?” (n. 9). Añade que otra excusa es que al pretender mitigar el cambio climático se van a reducir los puestos de trabajo. El papa exhorta a los políticos y empresarios que se ocupen de gestionar esa transición la cual no lleva a esa consecuencia si lo hacen bien (n. 10).

Este apartado sigue describiendo los cambios que se han dado y la urgencia de responder a ellos. Pero, con voz profética, denuncia cómo la crisis climática “no es un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda” (n.13). Y aprovecha para decir que “ciertas opiniones despectivas y poco racionales se encuentran incluso dentro de la Iglesia católica” (n.14).

Sobre el paradigma tecnocrático, tema del segundo apartado, recuerda lo que ya había dicho en la Laudato si (n. 107): “En el fondo consiste en pensar como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico. Como lógica consecuencia, de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos” (n.20). Para Francisco “el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad humana es un mero recurso a su servicio” (n. 22). Y, más grave aún: “¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad” (n.23). Para contrarrestar este peligro de un poder tan peligroso, no podemos olvidar que “el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada. Ni siquiera podemos decir que la naturaleza es un mero ‘marco’ donde desarrollamos nuestra vida y nuestros proyectos, porque estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados de manera que el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro” (n. 25). En este sentido, las culturas indígenas pueden enseñarnos de esa interacción del ser humano con el ambiente (n. 27). Por tanto, es indispensable “repensar la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites” (n. 28).

Con seguridad esta exhortación va a molestar a más de una persona (o gobierno) porque Francisco no habla en abstracto. Se refiere a lo que continuamente está pasando en tantas partes del mundo: se llega a las poblaciones, se les hace creer que todo será mejor para ellos y lo que en realidad sucederá es que pasado el tiempo de explotación de esos recursos naturales, aquel territorio quedará arrasado, con condiciones más desfavorables para vivir y prosperar, territorios menos habitables para sus pobladores (n. 29). Esa “lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad (…) a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos” (n. 31).

En el tercer apartado sigue llamando por su nombre a los responsables de la crisis climática. Se refiere a la “debilidad de la política internacional”. Francisco plantea la necesidad de organizaciones mundiales más eficaces dotadas de autoridad (real) para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria y la defensa cierta de los derechos humanos elementales. Son necesarios acuerdos multilaterales entre todos los Estados que no dependan de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos pocos (n. 34-35). En este sentido, pide reconocer el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil que “ayudan a paliar las debilidades de la comunidad internacional” (n. 37) pero, la realidad actual exige “un marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales y al cuidado de la casa común (n. 42). Urge el surgimiento de instituciones que preserven los derechos de todos y no solo de los más fuertes (n. 43).

A las conferencias sobre el clima dedica el cuarto apartado mostrando la ineficacia de sus decisiones porque “evidentemente, no se cumplen” (n. 44). Las diferentes conferencias que se han dado, ratifican algunas políticas, pero a la larga no hay sanciones para el incumplimiento de lo acordado ni instrumentos eficaces para asegurarlos (n. 47). En definitiva, “los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos (…) También que las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global (n. 52).

El quinto apartado lo dedica a responder a la pregunta sobre lo que se espera de la COP28 de Dubái que se realizará en el próximo mes de diciembre. Francisco no se atreve a afirmar que no sucederá nada porque eso sería un acto suicida exponiendo “a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático” (n. 53). Por eso “no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromiso efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente” (n. 54). Para Francisco es “imprescindible insistir en que buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial (…) Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida” (n. 57).

Muy importante es la afirmación que hace la exhortación sobre “las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, ‘verde’, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos” (n. 58). Además, valora los grupos que ejercen presión sobre el tema y que algunos critican como “radicalizados”. En realidad, esos grupos cubren el vacío de la sociedad que debería ser la que ejerza “presión” para garantizar el futuro de sus hijos (n. 58). La COP28 tendrá sentido si es capaz de proponer transiciones energéticas que sean eficientes, obligatorias y puedan monitorearse (n. 59).

Finalmente, el apartado sexto, se dirige a los fieles católicos y a todos los creyentes de otras religiones, recordándoles que “la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado” (n. 61). Francisco recuerda como la Biblia señala esa relación con la tierra y la responsabilidad del ser humano con ella (n. 62). Jesús también muestra su conexión con la creación (n.64) y por su resurrección toda la creación participa también de ella, conduciéndola a su plenitud (n. 65).

Muy importante es la actualización que debe darse de la cosmovisión judeocristiana para estos tiempos. Si esta defiende el valor peculiar y central del ser humano en el concierto de la creación, hoy es necesario reconocer un ‘antropocentrismo situado’, es decir, reconocer que “la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde” (n. 67).

Hemos de emprender “un camino de reconciliación con el mundo que nos alberga” (n. 69) porque el cuidado de la casa común “tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores” (n. 69). Esto no significa que no sean necesarias las grandes decisiones en la política nacional e internacional. No obstante, los esfuerzos individuales son necesarios y todo esfuerzo por reducir la contaminación ayuda a crear una nueva cultura (n. 71), tan necesaria para asegurar que los cambios sean duraderos (n. 70).

La exhortación termina señalando que, si “las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres, podemos afirmar que un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo” (n.72). Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para si mismo” (n. 73).

En resumen, esta exhortación aborda nuevamente el cambio climático, mostrando como la fe cristiana tiene consecuencias sociales inherentes a ella que hemos de tomar con toda responsabilidad. Es necesario el compromiso individual y, sobre todo, seguir presionando para que las políticas internacionales den respuestas efectivas para el cuidado de nuestra casa común. Esto responde al querer de Dios, garantizando la vida de la humanidad, especialmente, la de los más pobres.

 

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“Continuad haciendo esto por mí”: La carta de agradecimiento de Francisco a un activista LGBTQ+

Viernes, 27 de octubre de 2023
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Nota manuscrita del Papa Francisco que Stan Zerkowski, director ejecutivo de Fortunate Families, recibió por correo electrónico el 13 de octubre (Cortesía de Stan Zerkowski)

Por Brian Fraga

Stan “JR” Zerkowski dijo que no esperaba ver un mensaje de una dirección de correo electrónico del Vaticano en su bandeja de entrada temprano en la mañana del 13 de octubre. Al abrir el correo electrónico, también se sorprendió al encontrar una nota personal adjunta del Papa Francisco.

Me sentí incrédulo de que hubiera una nota escrita a mano del propio Papa Francisco. Me sorprendió“, dijo Zerkowski, director ejecutivo de Fortunate Families, un ministerio católico para la comunidad LGBTQ con sede en Lexington, Kentucky.

La nota de cuatro frases fue escrita a mano en *italiano y acompañada de una traducción al inglés. Francisco agradeció a Zerkowski por un correo electrónico que Zerkowski le había enviado al Papa tres días antes, compartiendo sus ideas y experiencias de su trabajo en el ministerio LGBTQ.

Gracias por tu ministerio. Rezo por ti, por favor continúa haciéndolo por mí. Que el Señor te bendiga y la Virgen te cuide. Fraternalmente, Francisco”, escribió el Papa en la carta, que Zerkowski publicó en Facebook.

Una semana después de recibir el mensaje del pontífice, Zerkowski dijo a NCR que todavía se sentía conmovido por el gesto del Papa.

“Demuestra que este es un ministerio importante y digno del tiempo que se tomó para escribir una nota y enviarla, y hacerlo tan rápido con todo lo demás que está sucediendo en el sínodo. Es simplemente asombroso para mí“. dijo Zerkowski, quien también es presidente de la Comisión de Alcance LGBT de la Diócesis de Lexington y director del ministerio LGBT en la Iglesia St. Paul en Lexington.

Zerkowski no pudo estar en Roma este año durante la primera asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad, en la que los delegados, entre otros temas, discuten cómo la Iglesia Católica puede ser más acogedora con la comunidad LGBTQ. Pero dijo que todavía quería contribuir con sus ideas como laico católico gay que ha estado involucrado en el ministerio LGBTQ durante años y que participó en las fases de consulta diocesana y continental del sínodo.

El 10 de octubre, dijo Zerkowski, escribió un correo electrónico dirigido a Francisco, donde habló de la experiencia y las dificultades de su ministerio y al mismo tiempo agradeció al pontífice por su acercamiento personal hacia la comunidad LGBTQ a lo largo de los años.

IMG_1045Stan “JR” Zerkowski, director ejecutivo de Fortunate Families (Cortesía de Stan Zerkowski)

Zerkowski destacó la cálida carta de Francisco en diciembre de 2021 a Loretto Sor Jeannine Gramick, en la que el pontífice agradecía a Gramick por sus 50 años de ministerio LGBTQ. En un encuentro histórico de 50 minutos, Francisco se reunió personalmente con Gramick el 17 de octubre.

Le dije que esas acciones y esos encuentros salvan vidas”, dijo Zerkowski, “y sé que salvan vidas de primera mano porque trato con personas en todo Estados Unidos, especialmente con jóvenes que pueden estar muy atrapados con la idea de que “Dios no me ama. La iglesia no me ama, pero así soy”.

“Quería que el Papa supiera que esos gestos, esas palabras, esos encuentros daban vida y me ayudaron a mí en mi ministerio y a otros que trabajan conmigo en el ministerio”, dijo Zerkowski. También le dijo a Francisco que estaba orando por él mientras le pedía al Papa que orara por su ministerio.

Habiendo escrito su correo electrónico durante la primera semana de la asamblea del sínodo del 4 al 29 de octubre, Zerkowski dijo que esperaba que su carta tal vez se incluyera en uno de los informes de los grupos de trabajo sinodales. Zerkowski dijo que habría estado extasiado si un funcionario del Vaticano le hubiera respondido con una carta modelo.

“Quiero decir, ¿quién soy yo para esperar algo del Santo Padre?” dijo Zerkowski, quien añadió que no estaba tratando de dar una nota de “falsa humildad” al creer que la carta del Papa no se refería realmente a él.

Dijo Zerkowski: “Se trata de todas esas personas que durante tanto tiempo han apoyado este ministerio frente a obstáculos increíbles e insuperables. Y fue una afirmación de que el ministerio es importante para el corazón de la iglesia y, creo, está siendo acogido con gran cariño en el corazón de nuestra iglesia”.

*Esta historia fue actualizada para corregir el lenguaje de la nota escrita a mano del Papa Francisco.

Fuente National Catholic Reporter

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Francisco recibe a la hermana Jeannine Gramick, pionera en la acogida al colectivo LGBTQ+

Lunes, 23 de octubre de 2023
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IMG_0975Francisco con la hermana Jeannine Gramick y miembros de New Ways Ministry NWM (desde la izquierda) Matthew Myers, Francis DeBernardo y Robert Shine

El Papa la calificó de “mujer valiente” y la felicitó por su medio siglo de trabajo pastoral

“La hermana Jeannine, cofundadora del Ministerio New Ways, llevó saludos al Papa Francisco de parte de los católicos LGBTQ+ de la Iglesia de Estados Unidos. Le agradeció su apertura a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, así como su oposición a la criminalización de las personas LGBTQ+ en la sociedad civil”

Esta audiencia culmina una interacción entre el Papa y la religiosa iniciada hace más de dos años, sostenida a través de un intercambio de cartas, en una de las cuales, Francisco calificó a la hermana Jeannine de “mujer valiente” y luego le envió una nota manuscrita felicitándola por sus 50 años de ministerio LGBTQ+

“En un momento antes inimaginable, la hermana Jeannine Gramick, SL, se reunió hoy con el papa Francisco en el Vaticano“. Así describía la organización New Ways Ministry -una organización católica que aboga por la inclusión de las personas LGBTQ+ dentro de la Iglesia- la audiencia de 50 minutos celebrada en la tarde del martes 17 de octubre en la Casa Santa Marta, la residencia del Papa en el Vaticano.

“La hermana Jeannine, cofundadora del New Ways Ministry, llevó saludos al Papa Francisco de parte de los católicos LGBTQ+ de la Iglesia de Estados Unidos. Le agradeció su apertura a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, así como su oposición a la criminalización de las personas LGBTQ+ en la sociedad civil“, según señala la organización en su web.

“Esta reunión es notable porque refleja la aceptación constante de los funcionarios católicos de las cuestiones y el ministerio LGBTQ+. Papas y líderes de la Iglesia anteriores se han opuesto a la hermana Jeannine y al New Ways Ministry. Esta reunión representa ahora una nueva apertura al enfoque pastoralmente motivado y de búsqueda de justicia que la hermana Jeannine y su organización han practicado durante mucho tiempo“, prosigue la información.

El encuentro fue muy emotivo para mí –señaló la hermana Jeannine sobre su encuentro con Francisco-. Desde el día en que fue elegido, he amado y admirado al papa Francisco por su humildad, su amor por los pobres y por aquellos rechazados por la sociedad. Él es el rostro humano de Jesús en nuestra era. El papa Francisco mira dentro de vuestro corazón y sus ojos dicen que Dios os ama”.

Esta audiencia culmina una interacción entre el Papa y la religiosa iniciada hace más de dos años, sostenida a través de un intercambio de cartas, en una de las cuales, Francisco calificó a la hermana Jeannine de “mujer valiente” y luego le envió una nota manuscrita felicitándola por sus 50 años de ministerio LGBTQ+.

El Papa quería conocer a la religiosa

“Habiendo escuchado de amigos que el papa Francisco estaba ansioso por conocer a la hermana Jeannine, ella le escribió para preguntarle si podía visitarlo y traer a Francis DeBernardo, Director Ejecutivo, y Robert Shine, Director Asociado, quienes estaban en Roma para cubrir el Sínodo sobre la Asamblea General de la Sinodalidad, y Matthew Myers, asociado del personal del New Ways Ministry. El Papa Francisco la recibió con entusiasmo a ella y al grupo“, señala la citada organización estadounidense.

La comunicación entre ambos comenzó en abril de 2021, cuando desde New Ways Ministry escribieron a Francisco para explicar la misión y el trabajo de la organización, en un escrito en donde se señalaban los desencuentros entre la organización católica y algunos curiales vaticanos y miembros de la Iglesia estadounidense a lo largo de sus 46 años de historia, y centrándose “en el ministerio pionero LGBTQ+ de la hermana Jeannine y el padre Robert Nugent, SDS, el otro cofundador”.

“El Papa respondió rápidamente a esta primera carta, explicando que el Vaticano a veces recibe información parcial sobre personas y organizaciones. Escribió que la carta del New Ways Ministry narraba la historia objetivamente y le ayudó a comprender mejor la situación. La carta del Papa, escrita con membrete oficial del Vaticano, ofrecía aliento pastoral. Para concluir, el Papa Francisco escribió: ‘Permanezco a su disposición’, invitando así a continuar la correspondencia“, señala la organización en su información sobre este esperado encuentro.

Desde entonces, la hermana Jeannine y DeBernardo han escrito más cartas al pontífice, recibiendo siempre a cambio notas manuscritas cordiales y afirmativas.

DeBernardo comentó sobre el último encuentro con el Papa:

“Esta reunión fue una afirmación no sólo de la hermana Jeannine y del New Ways Ministry, sino de los miles y miles de personas, parroquias, escuelas, ministros pastorales y comunidades religiosas LGBTQ+ que han estado trabajando incansablemente por la igualdad y que a menudo experimentaron la gran desaprobación. y el ostracismo“.

“Reunirse con el Papa Francisco es un gran estímulo para que la hermana Jeannine y el New Ways Ministry continúen nuestro trabajo en la Iglesia Católica”.

Fuente Religión Digital/New Ways Ministry

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“El hermano de Asís al hermano de Roma”, por José Arregi

Sábado, 21 de octubre de 2023
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 francisco-reparaDe su blog Umbrales de Luz:

Nunca quise ser importante, sino el hermano menor de los más pequeños y de todos los olvidados. Pero, por circunstancias de la historia, el día en que pasé de esta vida mortal a la Vida plena se convirtió en un día señalado para muchas hermanas y hermanos de sueños evangélicos.

El tránsito –que quise consumar “desnudo en la tierra desnuda”– tuvo lugar tal día como hoy, 3 de octubre de 1226, hace casi 800 años, en aquella celdita de ramas y tierra en la Porciúncula de Asís, el lugar de mis amores y de mis sueños. En el atardecer del aniversario de aquel día os escribo, hermanas y hermanos todos de la Tierra. Al día siguiente me enterraron en la iglesia de San Jorge de Asís, fundida mi tierra con toda la tierra hermana y madre. ¡Qué descanso! ¡Qué libertad! ¡Qué plenitud! Uno con la tierra, el agua y el aire, con las alondras, las aves y todos los animales, uno con todos los seres humanos, sobre todo con los últimos y todos los desconocidos. Uno con Dios.

Desde niño fui soñador. Soñé con otro mundo en este mundo, donde no hubiera señores y siervos, ricos y pobres, palacios y tugurios, ejércitos y guerras y tanta miseria. Incluso antes de conocer de verdad a Jesús y antes de creer en las llamadas verdades del Credo, soñé vagamente con otra Iglesia sin papas con ejércitos y en guerra, sin clérigos poderosos, sin ambiciones ni riquezas ni monopolio de la verdad.

Luego, cuando aprendí a mirar a Jesús en aquel misterioso crucificado lleno de paz y de luz en la penumbra de la ermita de San Damián –¡aquellos atardeceres de Asís!–, entonces todo encajó en lo profundo de mí. Quería ser como aquel Jesús. Sentía a veces una irresistible rebelión y una paz invencible. Y quise ser rebelde y pacífico. Quise ser hermano de todos, incluso de los grandes señores, y transformar de raíz aquel mundo desgarrado. Y fui sintiendo un impulso intenso por reformar aquella Iglesia de señores de las conciencias y de la verdad, aliados con señores de las tierras y del comercio. Pero decidí no dedicarme a proclamar y promover directamente la reforma irrenunciable de la Iglesia, sino vivir la reforma que soñaba. Por eso no quise ser clérigo ni monje, sino peregrino y compañero de vida de los más pobres, como Jesús. Y todo me decía que la transformación del mundo y de la Iglesia eran inseparables.

Han pasado los siglos, y veo con pasmo que el mundo está más desgarrado que nunca y amenazado por peligros inminentes jamás sospechados. Y veo con tristeza que la institución que se presenta como Iglesia católica de Jesús, en tiempos de tanta gravedad, sigue aferrada al pasado en sus creencias e instituciones, dedica casi todas sus energías a asuntos internos, y limita sus proyectos de reforma a triviales cuestiones de fachada y de aseo. Por eso me permito dirigirme a mi hermano Francisco de Roma con respeto y libertad, como el más pequeño de sus hermanos:

Te deseo Paz y Bien, hermano Francisco de Roma y de las pampas argentinas. Hace 8 siglos, en mi Umbría medieval, me dirigí a “mi señor papa”, pero los tiempos han cambiado. La Vida nos lleva de transformación en transformación. La Vida es permanente novedad en su Fuente indecible y en todas sus formas visibles. El Soplo vital originario, que es también el Espíritu universal de Pentecostés, nos llama a transformar radicalmente la institución de la Iglesia para contribuir con la inspiración de Jesús a la urgente transformación del mundo.

Reconozco, hermano Francisco de Roma, tus esfuerzos, tu valentía y generosidad en medio de tantas resistencias políticas y episcopales. Tu voz resuena en todos los países en favor de la justicia y de la paz, en favor de la vida de todos los empobrecidos, de los pueblos oprimidos, de la comunidad de los vivientes sin respiro. Y me inclino ante ti. Pero déjame que, de Asís a Roma, de corazón a corazón, de hermano a hermano, te diga con humildad y libertad: no percibo la misma claridad y determinación en tu programa de reforma de la Iglesia católico-romana que presides. Los tres sínodos generales celebrados, con todo su fasto y su derroche excesivo, no han traído ninguna novedad de fondo, ningún avance decisivo, y nada anuncia que el cuarto, el “sínodo de la sinodalidad” cuya última fase se inaugura el día de mi tránsito a la plena liberad, vaya a arrancar la raíz principal de los males de la Iglesia: el clericalismo. El clericalismo que relega a la mujer, que reprime el cuerpo y la sexualidad en general y la homosexualidad y las diferencias de género en particular. El clericalismo que se traduce en dominación y en abusos y agresiones. El clericalismo que divide y separa, el clericalismo que se opone a las palabras de Jesús: “No haya entre vosotros ni padres, ni maestros ni señores, pues todos sois hermanas y hermanos”.

La Iglesia no podrá ser presencia inspiradora, sanadora, liberadora en este mundo en grave peligro, mientras no erradique de su seno la raíz clerical, ligada a la ambición de poder. Y, para erradicar esa raíz dañina, no bastará con dar la voz y el voto en el sínodo a dos o tres mujeres, ni con ordenar como sacerdotes a varones casados de virtud probada, ni con ordenar diaconisas de segundo orden. Es necesario derogar la idea misma del “orden sagrado” con el papado en su base, y la ideología patriarcal y la lógica del poder sagrado sobre las que descansa. Y la imagen de Dios que la sostiene.

Hermano Francisco, volvamos al camino y al espíritu de Jesús. Volvamos a la Fuente de toda fraterno-sororidad. Que la Vida te bendiga y te dé la paz.

Aizarna, 3 de octubre de 2023

 

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‘De los Ríos. La construcción del Estado laico’: Una mirada profunda al derecho constitucional, al derecho eclesiástico, a las ciencias políticas y a la teología

Sábado, 21 de octubre de 2023
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IMG_0917D.Fernando de los Ríos en un Mitin en Granada (1933). Archivo fotográfico de la Fundación Fernando de los Ríos.

Presentación en la Embajada de España ante la Santa Sede del libro de Carlos García de Andoin

El pasado jueves 5 de octubre, con el foco informativo puesto en el Sínodo de la Sinodalidad, pasó desapercibido en Roma un significativo acto, la presentación en la Embajada de España ante la Santa Sede del libro de Carlos García de Andoin, Fernando de los Ríos. La construcción del Estado laico’

Con la Embajadora Isabel Celáa como anfitriona del acto y el salón lleno tomaron la palabra el cardenal de Barcelona Juan José Omella, el profesor de La Sapienza, Stefano Cecanti, y el autor del libro, Carlos García de Andoin

La Embajadora resaltó el perfil político de Fernando de los Ríos y de la idoneidad del lugar para presentar un libro que trataba sobre las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Destacó  la cercanía y amistad del ministro con el escritor y dramaturgo Federico García Lorca.

“Este político socialista republicano, atribuye a la religión su propia orientación política”

14.10.2023

El pasado jueves 5 de octubre, con el foco informativo puesto en el Sínodo de la Sinodalidad, pasó desapercibido en Roma un significativo acto, la presentación en la Embajada de España ante la Santa Sede del libro de Carlos García de Andoin, ‘Fernando de los Ríos. La construcción del Estado laico’.

Con la Embajadora Isabel Celáa como anfitriona del acto y el salón lleno tomaron la palabra el cardenal de Barcelona Juan José Omella, el profesor de La Sapienza, Stefano Cecanti, y el autor del libro, Carlos García de Andoin.

La Embajadora resaltó el perfil político de Fernando de los Ríos, su procedencia de la Institución Libre de Enseñanza y la importante obra educadora llevada a cabo por la Segunda República. La idoneidad del lugar para presentar un libro que trataba sobre las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Por último, también destacó la cercanía y amistad del ministro con el escritor y dramaturgo Federico García Lorca, alumno suyo a quien siempre protegió y apoyó. Ensalzando el valor de la obra que se presentaba, dio la palabra a los intervinientes en la mesa.

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De izda a dcha:La embajadora Isabel Celáa, el cardenal arzobispo de Barcelona y Presidente de la CEE, Juan José Omella, el autor Carlos García de Andoin y el profesor de la Universidad de La Sapienza Stefano Cecanti

Tomó la palabra el cardenal Juan José Omella, quien destacó el perfil religioso de Fernando de los Ríos.

De los Ríos, cristiano erasmista, por el cardenal Omella.

Su autodenominación comocristiano erasmista. Parece ser una anécdota socorrida, que, De los Ríos, tras la guerra civil, al rellenar el formulario ante las autoridades de inmigración, al preguntársele por su religión, se identifica como “cristiano erasmista”. Pero parece más que un sucedido. Muchos amigos le identifican públicamente así (Prieto, García Lorca, Jiménez de Asúa…) y él mismo escribe y reflexiona sobre el erasmismo en España. Parece ser expresión de su admiración hacia un movimiento seguidor de Erasmo y de su cristianismo evangélico, culto, ético y espiritual.

De izda a decha: Stefano Cecanti, Isabel Celáa, Juan José Omella y Carlos García de Andoin.

La importancia de lo que llama la “emoción religiosa”. Refleja lo que para él es principalmente la religión, una visión antiintelectual y antidogmática. En el libro se cita un artículo de la Semana Santa de 1917, “En torno a la emoción religiosa” donde escribe que, para él, “el acto religioso nace en la máxima intimidad y recato; con él vienen a la vida las emociones que fecundizan los más hondos deseos del ideal” (1997c: 19). Es una visión que une experiencia religiosa y moral: “la sed de lo infinito es una llama que va quemando todo cuanto halla en el interior tocado de mancilla y se quema, además, a sí misma; antes de hacerlo influye en la vida, exaltando el amor a la virtud, a la perfección concreta” (1997c: 20). Va a mencionar expresamente la oración con bellas palabras en las que resuena la religiosidad popular andaluza: “la oración es el momento lírico supremo, por esto es lo individual por excelencia y el plano en que vive la emoción religiosa. La oración es el vehículo verbal de nuestra sed de lo absoluto, la saeta construida por la razón para calmar las solicitaciones angustiosas del sentimiento; la oración es antidogmática precisamente por ser lírica” (1997c: 20).

IMG_0916Fernando de los Ríos con su hija Laura, que casaría con Francisco García Lorca, hermano de Federico.

Me ha llamado la atención también la influencia de su educación religiosa familiar. Su madre, Doña Fernanda Urruti, que rezaba a diario el Kempis, llevaba a sus hijos con un “sentido de cristianismo primitivo” a visitar y ayudar a las familias pobres de Ronda. Así lo expresa el propio De los Ríos: “desde niño nos enseñó a mis hermanos y a mí que teníamos que ocuparnos de la vida de la familia de unos cuantos pobres; y me recuerdo a mí mismo visitando la casa de esos pobres, preguntándoles por sus necesidades y yendo a mi casa muchas veces compungido y dolorido y sin poder contener los sollozos por la miseria que había visto, y a la que yo procuraba poner remedio mediante la dadivosa actitud de mi madre” (1997d: 222-223). El libro recoge que cuando en 1980 traen los restos de De los Ríos de Nueva York, donde sufrió el exilio, al cementerio civil de Madrid, su hija Laura se refirió al “fondo profundamente religioso” de su padre y a la influencia en él de su madre “esencia de cristiana vieja”.

Asimismo, la centralidad que da a la educación cristiana de su hija. Escribiendo en 1926 una carta desde Nueva York a su mujer Gloria, le dice “Di a mi hija de mi alma que no deje de escribirme […] que no olvide mis ruegos, que cultive su corazón y su alma religiosa meditando el Evangelio, que lea el Padre Nuestro y el sermón de la montaña y haga todas las noches su examen de conciencia; que piense en Dios como el ser perfecto a quien debemos imitar embelleciendo moralmente todos los días nuestra propia vida y llevando el bien a cuantos podamos”.

“Este político socialista republicano, atribuye a la religión su propia orientación política”

No puedo dejar de anotar el papel que este político socialista republicano, atribuye a la religión su propia orientación política. Dice que el contacto con la miseria por solidaridad con familias jornaleras pobres en la Ronda de abajo “me ha hecho tanto bien en la vida –perdóneseme esta pública confesión por vez primera- que creo que ha sido lo que determinó incluso mi posición socialista una vez que llegué a la edad adulta” (De los Ríos, 1997d: 223).

IMG_0925Fernando de los Ríos, Pablo Iglesias (fundador del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores) y Julián Besteiro, en Celorio, Asturias (1921)

El cardenal Omella se detuvo en la relación que mantuvieron De los Ríos y el cardenal de Tarragona, Vidal i Barraquer, en aras a un acuerdo de conciliación entre el Gobierno repubñicano y la Iglesia que finalmente fracasó con el articulado de la Constitución, de carácter eliminatorio para con la Iglesia.

Finalmente recordó que la Constitución de 1978 había conseguido llegar a los acuerdos que no fueron posibles en la II República, principalmente en materia de educación y de financiación.

Fernando de los Ríos: un vencedor póstumo, por el profesor Ceccanti

En este volumen tan extenso, el politólogo y teólogo vasco Carlos García de Andoin describe esencialmente al humanista y socialista reformista Fernando de los Ríos (1879-1949) como precursor del equilibrio entre libertad religiosa y laicidad que se ha logrado con la Constitución de 1978, superando el confesionalismo tradicional que había tenido su última expresión en el franquismo pero también la postura unilateral de separación hostil de la Constitución de la Segunda República de 1931, respecto a la que luego había sucumbido.

De los Ríos se unió al PSOE en 1919 y, por tanto, estuvo involucrado en las difíciles consecuencias políticas de la Revolución Rusa con respecto a las orientaciones de los Partidos Socialistas, atrapado entre el llamado al nuevo movimiento comunista y los impulsos maximalistas y reformistas. Contribuyó a evitar que la mayoría se deslizara hacia posiciones comunistas, también gracias a un revelador encuentro directo con Lenin, quien devaluó radicalmente el valor de la libertad en su presencia, “Libertad, ¿para qué?” (pág. 50 del volumen que retoma la historia autobiográfica y que deja claro hasta qué punto los bolcheviques deseaban ab initio el resultado autocrático). Ya fue elegido diputado en 1920 y 1923, y luego nuevamente en 1931. Fue uno de los líderes socialistas que, coherentemente con su propio reformismo, en un partido muy dividido (ver pág. 55), lucharon exitosamente a favor de una colaboración gubernamental con los republicanos contra el aislamiento identitario, llegando a ser ministro de Justicia en el gobierno provisional de Alcalà Zamora y luego nuevamente en el posterior gobierno de Azaña, antes de pasar a Instrucción pública en 1932.

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El punto clave de su acción política, que describe el volumen, es su papel como Ministro en la elaboración de los artículos sobre laicidad y libertad religiosa de la Constitución de 1931. De los Ríos, quien personalmente tenía una actitud compleja de laicismo, por así decirlo, religioso , separado de la Iglesia católica, pero con un cristianismo con rasgos modernistas, fascinado sobre todo por las minorías religiosas (se define como “cristiano erasmista“) y, por un lado, muy firme en la libertad de culto y en la separación entre Estado y religiones, a favor del concepto de “Estado aconfesional“, que rompía decisivamente con el pasado, pero al mismo tiempo era partidario de una forma de reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica, también en nombre de la necesidad de que la nueva República “incorpore a los católicos ante el riesgo de explosión” de aquella experiencia democrática, como señala en la introducción el constitucionalista y político Gustavo Suárez Pertierra (p. 29).

La tesis de De Andoin, resumida en el Prólogo, es la que ve a De los Ríos como un precursor de la combinación laicismo-libertad (y por tanto cooperación) que se estableció en la Constitución de 1978 frente a la de libertad-coacción (y por tanto hostilidad). que se afirmó a pesar de sí mismo en 1931 (p. 30) y que no fue la menor causa del fracaso de la República (p. 58). Leer más…

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El Papa aboga por un nuevo multilateralismo en ‘Laudate Deum’, su nueva exhortación apostólica: “Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”

Jueves, 5 de octubre de 2023
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Francisco denuncia “la debilidad de la política internacional” y apuesta por el multilateralismo “desde abajo” y “no simplemente decidido por las élites del poder”

El Papa exige a la COP28  medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”

Francisco defiende a los activistas climáticos, que “cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”

El Papa pide “generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo”

Ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos”, señala el Papa, quien insiste en que “la posibilidad de llegar a un punto crítico es real”

Laudate Deum: “Ya no se puede dudar del origen humano del cambio climático”. Análisis de la exhortación del Papa, ocho años después de Laudato Si, por Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano.

Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”. Así concluye ‘Laudate Deum’, la esperada segunda parte de Laudato Si, esta vez formulada como exhortación pastoral y publicada este miércoles. Un texto corto (apenas 24 páginas, con 6 capítulos y 73 apartados), directo y concreto, en el que Francisco clama contra el más que posible “punto de quiebre” del planeta, aboga por un nuevo multilateralismo que acabe con los excesos del poder y, especialmente, pone el foco en la próxima cumbre del clima, la COP28, que se celebrará en Dubai y para la que el Papa espera medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”.

“Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”, señala Bergoglio en su texto, publicado el mismo día 4 en que se celebra la festividad de San Francisco de Asís, el fin del Tiempo de la Creación y el comienzo del Sínodo de la Sinodalidad.

Ocho años después de la publicación de Laudato Si, el Papa apunta cómo la realidad marca un camino tenebroso para el planeta: “Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen”.

El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial”, sacude Francisco, quien recalca que “por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”. Pese a todo, lamenta, “en los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación”, utilizando argumentos para “ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global”.

 Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global —con constantes variaciones locales— que persiste durante varias décadas”, añade el Papa, quien critica que, “con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados”.

“Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?”, lamenta el Papa, quien incide en el “origen humano del cambio climático”.

Sin embargo, pese a las evidencias, “la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda”. Una realidad “que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica”.

“Ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos”, señala el Papa, quien insiste en que “la posibilidad de llegar a un punto crítico es real”.

“El mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, advierte Bergoglio, que confiesa que “provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo”.

No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad”, subraya, recordando las bombas atómicas o la aniquilación de etnias enteras en “momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente”. “No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual”.

Y es que, para Francisco, “el gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación”. “Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia”, señala el Papa, que apunta al “aguijón ético” de quienes, mediante “el marketing y la información falsa” engañan a los más pobres con falsas promesas de desarrollo, “posibilidades económicas, laborales y de promoción humana” sin señalar que “detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más”.

“La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad”, denuncia Francisco quien advierte que “aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos”.

Así, “se consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder, con la inestimable ayuda de “la debilidad de la política internacional”. Frente a ello, Francisco vuelve a apostar por “los acuerdos multilaterales entre los Estados”, aunque advierte: “no es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder”, sino con “organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de “autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables”.

Y es que, “más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial”, provocando “un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder”.

No se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia. Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable”, concluye el Papa, que constata la necesidad de “generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo”.

Porque “el mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva”. “No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común”, por lo que “se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial”.

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Centrándose en las sucesivas conferencias sobre el clima, el Papa constata “avances y fracasos” desde 1990 a nuestros días, especialmente desde el protocolo de Kyoto al Acuerdo de París. Tras “la decepción de la COP25 de Madrid” y las siguientes (Glasgow y Sharm El Sheikh), el Papa constata que “los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación”, y pone sus esperanzas en la COP28 de Dubai. “Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático”, apuesta Francisco.

“Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente”, reclama Francisco, quien advierte de que “corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando”.

“Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve”, subraya, defendiendo el papel de los activistas climáticos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”.

Es hora, resalta Bergoglio, de medidas “que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente”, para un nuevo proceso “que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos”.

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Lee aquí la exhortación apostólica ‘Laudate Deum’

También puedes leerla a continuación pinchando en “leer más

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Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”

“Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen”

“Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente”

“La sociedad entera debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos”

“No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX”

“Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica”

“La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio”

“No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder”

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EXHORTACIÓN APOSTÓLICA LAUDATE DEUM DEL SANTO PADRE FRANCISCO

 A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA

1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino!

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Francisco advierte a los padres sinodales que no quiere “batallas ideológicas” ni polarizaciones

Miércoles, 4 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en Francisco advierte a los padres sinodales que no quiere “batallas ideológicas” ni polarizaciones

IMG_0755“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas”

El pontífice dio el puntapié inicial para el Sínodo que hasta el 29 de octubre reunirá a más de 400 participantes, incluidas 54 mujeres con derecho a voto

“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”

Pidió que los participantes se mantengan lejos de “algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”

Del 4 al 29 de octubre, Asamblea sinodal en Roma

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María Luisa Berzosa, facilitadora en la asamblea sinodal: “Si hay verdadera escucha, el modelo vertical de Iglesia cambiará”

Unidad, unidad, unidad. Ese es el deseo del Papa para la Iglesia, pese a una vez más haber recibido críticas de los conservadores en la víspera de un Sínodo. Pero Francisco mantiene el rumbo y, al inaugurar este miércoles la reunión que hasta el 29 de octubre reunirá a laicos y religiosos de todo el mundo, rechazó nuevamente las “batallas ideológicas” en la Iglesia.

Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”, planteó el pontífice este miércoles en su homilía de apertura, y agregó que “no se trata de si el Sínodo abrirá esta puerta o daré tal o cual permiso”.

 “No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas”, les dijo, luego de que esta semana recibiera un fuerte mensaje de cinco cardenales conservadores con críticas a los temas que tratará el Sínodo. Aún está fresca la tinta de la carta de “los cinco” que bajo la aparente neutralidad teológica de los “dubia” buscaron emplazar al Papa a polarizar la reunión, de forma totalmente infructuosa.

Así, pidió que los participantes se mantengan lejos de “algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”

El Sínodo “no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”, agregó.

En su mensaje a los participantes hombres y mujeres que serán parte de la reunión destinada a debatir, entre otros temas de alto impacto mediático, sobre la acogida de las personas homosexuales y la comunión de personas divorciadas vueltas a casar, el Papa dio líneas del tipo de Iglesia que imagina.

La convocatoria papal a la unidad no pudo haber sido más clara: Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente“, pidió.

Así, Jorge Bergoglio habló de una Iglesia que, “en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.

En una homilía en la que llamó a que los participantes del Sínodo rechacen el “espíritu de división y de conflicto, el pontífice volvió a plantear también la apertura de la institución “a todos“, como había hecho en un vuelo al regreso de Portugal en agosto.

“Una Iglesia que acoge. En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo”, sostuvo Francisco.

De acuerdo al pontífice, el Sínodo debe mostrar una Iglesia “que no impone cargas y que  repite a todos: ‘vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que le han cerrado la puerta a la esperanza”.

Durante la duración del Sínodo de este mes, los miembros trabajarán en grupos lingüísticos y luego se dividirán en los denominados círculos menores con los que buscarán reflexiones comunes sobre los temas de la reunión.

El Vaticano publicó el mes pasado el denominado “Instrumentum laboris para el “Sínodo de la Sinodalidad“, que incluye preguntas a los participantes sobre el celibato opcional, el acceso de la mujer al diaconado, la acogida de divorciados o el colectivo LGTBQ+ en la Iglesia, cambios profundos en la estructura institucional de la Iglesia, el papel del primado de Pedro, cómo aprender de otras comunidades cristianas e, incluso, la creación de un ministerio específico para el cuidado de los “descartados“.

La reunión tendrá la particularidad ya anunciada por el Vaticano de que, por decisión de Francisco, habrá 54 mujeres con derecho a voto, algo reservado a los hombres hasta este año, entre los 365 participantes con posibilidad de sufragio.

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Texto íntegro de la homilía del Papa

El Evangelio que hemos escuchado está precedido por el relato de un momento difícil de la misión de Jesús, que podríamos definir de “desolación pastoral”. Juan Bautista dudaba de que él fuera realmente el Mesías; muchas ciudades por las que había pasado, a pesar de los milagros realizados, no se habían convertido; la gente lo acusaba de ser un glotón y un borracho, mientras poco antes se lamentaba del Bautista porque era demasiado austero (cf. Mt 11,2-24). Sin embargo, vemos que Jesús no se deja vencer por la tristeza, sino que levanta los ojos al cielo y bendice al Padre porque ha revelado a los sencillos los misterios del Reino de Dios: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños» (Mt 11,25). En el momento de la desolación, por tanto, Jesús tiene una mirada que alcanza a ver más allá: alaba la sabiduría del Padre y es capaz de discernir el bien escondido que crece, la semilla de la Palabra acogida por los sencillos, la luz del Reino de Dios que se abre camino incluso durante la noche. 

Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas. No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. No. Estamos aquí para caminar juntos, con la mirada de Jesús, que bendice al Padre y acoge a todos los que están afligidos y agobiados. Partamos, pues, de la mirada de Jesús, que es una mirada que bendice y acoge. 

1. Es, sobre todo, una mirada que bendice. Cristo ―aun cuando experimentó el rechazo y encontró a su alrededor tanta dureza de corazón―, no se dejó aprisionar por la desilusión, no se volvió amargado, no abandonó la alabanza. Su corazón, cimentado sobre el primado del Padre, permaneció sereno aún en medio de la tormenta. 

Esta mirada de bendición del Señor nos invita también a ser una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda. Esta es la sabiduría espiritual de la Iglesia, resumida con serenidad por san Juan XXIII: «Ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico» (Discurso para la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, 11 octubre 1962). 

La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor. Le pertenecemos a Él y ―recordémoslo―, la única razón de nuestra existencia es llevarlo a Él al mundo. Como nos dijo el apóstol Pablo, sólo podemos gloriarnos «en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gal 6,14). Esto nos basta, sólo Él nos basta. No queremos glorias terrenas, no queremos quedar bien a los ojos del mundo, sino llegar a él con el consuelo del Evangelio, para testimoniar mejor, y a todos, el amor infinito de Dios. De hecho, como dijo precisamente Benedicto XVI al dirigirse a una Asamblea sinodal, «la cuestión para nosotros es: Dios ha hablado, ha roto verdaderamente el gran silencio, se ha mostrado, pero ¿cómo podemos hacer llegar esta realidad al hombre de hoy, para que se convierta en salvación?» (Meditación durante la Primera Congregación General de la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos, 8 octubre 2012).

Esta es la cuestión fundamental. Esta es la principal tarea del Sínodo: volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa. 

2. Después de la mirada de bendición, contemplamos la mirada de Cristo que acoge. Mientras aquellos que se creen sabios no reconocen la obra de Dios, Él se alegra en el Padre porque se revela a los pequeños, a los sencillos, a los pobres de espíritu. Y así, a lo largo de toda su vida, asume esta mirada acogedora hacia los más débiles, los que sufren, los descartados. A ellos, en particular, se dirige diciendo lo que hemos oído: «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré» (Mt 11,28). 

Esta mirada acogedora de Jesús nos invita también a ser una Iglesia que acoge. En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo. En el diálogo sinodal, en esta hermosa “marcha en el Espíritu Santo”, que realizamos juntos como Pueblo de Dios, podemos crecer en la unidad y en la amistad con el Señor para observar los retos actuales con su mirada; para convertirnos, usando una bella expresión de san Pablo VI, en una Iglesia que «se hace coloquio» (Carta enc. Ecclesiam suam, n. 34). Una Iglesia “de yugo suave” (cf. Mt 11,30), que no impone cargas y que repite a todos: “vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que le han cerrado la puerta a la esperanza, ¡la Iglesia está aquí para ustedes!”. 

3. Hermanos y hermanas, Pueblo santo de Dios, frente a las dificultades y los retos que nos esperan, la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos libra de caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma. 

Caminemos juntos: humildes, vigorosos y alegres. Caminemos siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios” que llevó en su cuerpo las llagas de Jesús y, para revestirse de Él, se despojó de todo. San Buenaventura cuenta que, mientras rezaba, el Crucifijo le dijo: «Francisco, vete y repara mi casa» (Legenda maior, II, 1). El Sínodo sirve para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser “reparada”, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio. Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad. ¡Hagamos lo mismo también nosotros! 

Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión. El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo, Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría.

 

Fuente Religión Digital

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13.8.23. Dom 19 TO. Tras la JMJ: Echar lastre por la borda o hundirse en el agua (Mt 14, 22-33)

Domingo, 13 de agosto de 2023
Comentarios desactivados en 13.8.23. Dom 19 TO. Tras la JMJ: Echar lastre por la borda o hundirse en el agua (Mt 14, 22-33)

IMG_0200Del blog de Xabier Pikaza: 

Este domingo, tras alimentar a los suyos con pan multiplicado y peces de mar, Jesús hace que Pedro y su gente monten en barca, mientras él sube a la montaña para orar.  Se desata la tormenta, brama el mar, Jesús parece un fantasma y Pedro va hundiéndose entre las olas.

Este es el tema, que expongo en secciones. (a) Una exégesis breve del texto, según Comentario Mt. (b) Una lista de lastres para aligerar. Que suba Jesús a la barca.

 (a) EXÉGESIS BREVE:  IGLESIA EMBRAVECIDA, PEDRO SE HUNDE (14, 22-33).

 Acabada la “alimentación” (JMJ, Lisboa) Jesús manda a sus discípulos  que vuelvan en barca al otro lado (cf. texto paralelo de Mc 6, 45-53):

14 22 Y de pronto obligó a sus discípulos para a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23 Y, después de despedir a la gente, subió a la montaña a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.

24 Mientras tanto, la barca que se había alejado ya muchos estadios de la tierra, se hallaba sacudida (sufriendo mucho) por las olas, porque el viento era contrario. 24 Y a la cuarta vigilia de la noche se les acercó Jesús, andando sobre el agua. 26 Pero los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se aterrorizaron, diciendo que era un fantasma, y gritaron de miedo. 27 Pero Jesús les habló en seguida: ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!

28 Y Pedro, contestándole, le dijo: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.” 29 Él le dijo: “Ven”. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; 30 pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. 31 En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado? 32 En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. 33 Los de la barca se postraron ante él, diciendo: “Realmente eres Hijo de Dios [1].

       Éste es  un signo pascual: Los discípulos navegan por la noche sobre el lago, en medio de un mar movido por vientos contrarios, mientras Jesús ha quedado orando en la montaña (altura de Dios), para venir después tras ellos, caminando como un fantasma sobre el agua:

Una presencia en la noche (14, 22-23).Conforme a una tradición común al Nuevo Testamento (cf. Jn 17; Hebr 10), el Jesús pascual sigue orando (cf. 14, 23), sobre la montaña de su entrega y promesa mesiánica, intercediendo por los que han comido y de un modo especial por los discípulos en la noche. En ese contexto de misión eclesial arriesgada ha desplegado Mateo, partiendo del texto precedente de Mc 6, 45-52, su más alta visión de Jesús y de la Iglesia, pasando del desierto, donde amenazaba el hambre, al mar donde sigue dominando el miedo, con motivos que vienen del Éxodo (paso del Mar Rojo). En ese fondo, Jesús parece un fantasma   o aparición en la noche, sobre los terrores del mar. Así han imaginado a Jesús muchos cristianos, así le han presentado, sin duda, muchos adversarios de la iglesia.

Yo soy, palabra de Dios (14, 24-27).Los discípulos se asustan, como fuera de sí, y en ese contexto se entiende la respuesta de Jesús que dice, Yo Soy, asumiendo la más honda palabra y definición de Yahvé  Dios israelita (Ex 3, 14), a quien él representa. Éste es, sin duda, un “yo soy” pregnante, como en Mc 6, 50 (cf. 22, 32, como palabra de Dios). Este Yo soy da fuerza a sus discípulos para que sigan remando en la barca de la iglesia, en la que destaca la confianza y miedo de Pedro, que quiere caminar sobre las aguas. Esta presencia divina de Jesús, que es asistencia y acción pascual en el camino de la iglesia, hace que podamos llamarle Señor  (kyrie) adorarle con los primeros discípulos, sabiendo que él es Hijo de Dios, como terminará diciendo la escena.

‒ Atrevimiento y miedo de Pedro (14, 28-31).Mateo añade sobre Marcos, este motivo de Pedro que quiere caminar sobre las aguas. Esta “aventura” de Pedro que sale de la barca, para caminar como el Jesús glorioso, pero que se hunde en su miedo y grita, es una escena simbólica, que evoca la fe y terror de Pedro en la primera etapa de la misión cristiana, su deseo de arrojarse como Jesús y con Jesús en el duro mar del mundo (misión universal), y su falta de seguridad en algunos momentos decisivos. Conforme a este relato, Pedro ha pedido a Jesús que le mande caminar sobre las aguas, mostrando así su atrevimiento, y Jesús le ha respondido “ven”; pero Pedro tiene miedo y es incapaz de seguir, y así vacila, y corre el riesgo de perecer, pero Jesús le toma de la mano y le lleva de nuevo a la barca, con el resto de los discípulos.

‒ Una rica tradición. Esta imagen de Pedro caminando con recelo sobre el agua, con miedo de hundirse, pero ayudado por Jesús, forma parte de una intensa experiencia de la Iglesia antigua, que ha reconocido a Pedro, con los otros tres discípulos del principio (Mt 4, 18-22) como pescador de hombres, hombre experto en la tarea misionera vinculada con la “pesca milagrosa”, que tiene sin duda un sentido de apertura a la misión universal de la Iglesia, tal como han puesto de relieve, de formas distintas pero complementarias Lc 5, 1-11 y Jn 22

Realmente eres Hijo de Dios. Jesús les ha dicho “Yo soy”, no tengáis miedo (14, 37), él ha tomado a Pedro por la mano y le ha sostenido en medio de la tormenta del mar, de manera que cuando han subido ambos (Pedro y Jesús, estando ya los dos en la barca) pudo amainar y amainó el viento. Este es el momento de la confesión de los discípulos, que adoran a Jesús y dicen: “En verdad, tú eres Hijo de Dios” (theou huis ei) Éste es el principio de la confesión cristiana, proclamada ahora por todos (no sólo por Pedro, como en 16, 16), en este contexto pascual de epifanía en la gran tormenta del mar. Ésta es la confesión que el mismo Pedro retomará y proclamara en nombre de todos los discípulos en el entorno de Cesarea de Felipe, pasando del plano de una epifanía cósmica al paso del camino eclesial.

       En El mensaje del evangelio ha culminado de algún modo y se condensa en las escenas anteriores, vinculadas entre sí, desde el miedo de Herodes que confunde a Jesús con el Bautista a quien mató, hasta el gesto de los discípulos que le adoran como Señor pascual desde el mar airado.

(B) 13 LASTRES  PARA ALIGERAR LA BARCA, QUE PUEDA SUBIR ENTRAR JESÚS EN ELLA

               Jesús ora sobre la montaña (parece no ocuparse de los suyos) mientras la barca de la Iglesia corre el riesgohundirse  en el temporal del siglo XXI, a pesar de todo lo que Francisco ha dicho en Lisboa, como “calentón” o fervorín de un momento, para que estemos tranquilos, pensando que todo va bien, mientras la barca se hunde.   En ese contexto, Jesús aparece como un fantasma, caminando sobre el abismo de las aguas… y Pedro le dice que él también quiere caminar y así empieza, queriendo sostenerse en el mar, pero no puede, tiene tiene miedo, grita, grita. Jesús le agarra de la mano y le lleva de nuevo a la barca, para que se encuentre allí seguro, con el resto de la Iglesia. Esta “escapada” de Pedro que ha querido salir de la barca, para andar como el Jesús glorioso, pero que se hunde en su miedo y grita… ha sido estudiada con rigor por los exegetas de turno. La mayor parte piensa que se trata de una escena simbólica, que evoca el deseo de mando y el terror de Pedro que quiere andar solo… Pero Jesús le ha tomado de la mano y le ha llevado de nuevo a la barca de la Iglesia, con el resto de los discípulos, para retomar de esa manera la navegación del conjunto de la comunidad.

En las reflexiones que siguen he querido aplicar este pasaje a la situación del Papa, que también parece aventurarse a salir fuera de la barca, para estar a solas con Jesús sobre el mar airado, resolviendo los problemas de la Iglesia (a solas con Jesús), mientras el resto de los discípulos siguen reunidos en la Barca y se mantienen en ella con gran miedo (o la abandonan buscando a nado la orilla).

Ésta es una interpretación quizá un poco sesgada, pero sirve para destacar   los poderes de un Papa que tiene más poder que el que tuvo Jesús, un poder que tiene sus aspectos buenos pero que, en este momento, pueden convertirse en “lastre”, peso muerto que hay que arrojar por la borda, para que suba y entre Jesús, única autoridad de la Iglesia.

   Jesús puede caminar y camina entre el viejo y las olas, porque va sin lastres, ligero de equipaje, sin más autoridad que el amor, en libertad….

            Pedro ve a Jesús caminando sobre el agua  y quiere imitarle pero no puede, pues lleva en sus espaldas y en su tiara todo el peso de una iglesia hecha de pesos y cargas. Mientras no eche todo su lastre, y quede así desnudo, en amor y humanidad, como Jesús, no podrá caminar sobre las olas.  Un dicho castellano  afirma que sólo podemos caminar de verdad desnudos y con las manos en los bolsillos, bailando de amor…

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¿Actualizar la Iglesia católica? SÍ. Pero ¿en qué y hasta dónde?

Martes, 8 de agosto de 2023
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Actualizar-Iglesia-catolica-SIPero_2575552421_16622330_660x371Teología para una Iglesia en salida

Reflexiones tras el XIII Coloquio Abierto del Foro “Curas de Madrid y Más”

Relato del “Porqué” y del “cómo” del XII y XIII Coloquio del Foro “Curas de Madrid y Más”, respuesta indirecta a la “Carta abierta” de José María Vigil al Foro hablando sobre ellos

05.07.2023 | Jesús María López Sotillo

El pasado día 19 de junio celebramos el XIII Coloquio Abierto del Foro “Curas de Madrid y Más”. Unas horas antes del inicio del acto, el teólogo José María Vigil dirigió a nuestro Foro una carta abierta, publicada en Religión Digital, comentando la información sobre el mismo que daba este medio. A título personal, pero con el conocimiento del asunto que me proporciona ser miembro de la Comisión Permanente del Foro, contesto a la carta mencionada, al tiempo que doy cuenta del “porqué” y del “cómo” de nuestro coloquio del día 19 de junio y, también, del “porqué” y “cómo” del que celebramos el día 27 de febrero, ya que a ambos se refiere Vigil en su escrito.

Debo empezar manifestando a José María Vigil la gratitud de los miembros del Foro y, expresamente, la mía propia, por habernos dedicado tiempo, pensamiento y palabras. Los dos coloquios que comenta, pese a que, curiosamente, han resultado ser los menos concurridos de la serie, han sido también los que han abordado problemas teológicos más complejos y difíciles de plantear y de resolver. Quisiera que estas palabras mías sirvieran para mostrar lo cierto de esta afirmación.

En el que celebramos el  27 de febrero la pregunta en torno a la que intercambiamos puntos de vista fue “¿Tiene la Iglesia libertad para actualizarse?”. En el del día 19 de junio  la cuestión a debatir ha sido “¿Se puede ser hoy a la vez fieles al Evangelio y a los signos de los tiempos?”. Al proponer sendos diálogos en torno a ambas cuestiones el objetivo era suscitar un debate sobre asuntos teológicos que en los lejanísimos tiempos del Concilio Vaticano II suscitaban enorme interés en millones de personas, dentro y fuera de la Iglesia Católica. Hoy muchas personas desconocen qué asuntos eran aquellos. Y otras no tienen interés alguno en dedicarles ni un segundo de su tiempo o de su pensamiento.

Son asuntos que tienen que ver con los numerosos y profundos cambios que la Iglesia Católica, para actualizarse, debería introducir en su doctrina teológica y moral, en su liturgia, en su estructura organizativa y en su articulación canónica de todo ello. A finales de los años cincuenta y durante los años 60 y 70 del siglo pasado, gracias a la convocatoria y a la celebración del Concilio Vaticano II, esos asuntos eran conocidos. Y se hablaba de ellos con claridad. Y había esperanza de que los cambios se produjeran. Y se trabajó mucho para que tal cosa acabara pasando. El adjetivo “nuevo” o “nueva” acompañaba a casi todos los ámbitos de la teoría y de la práctica del catolicismo: Nueva liturgia, Nueva Historia de la Iglesia, Nueva lectura de los textos bíblicos, Nueva moral… Y ese adjetivo era sustituido con frecuencia por el sustantivo “secularización”: Secularización de la liturgia, Secularización de la Acción caritativa, Secularización de la Teología, Secularización de la moral… Pero la llegada en 1978 del cardenal Karol Józef Wojtyła a la sede pontificia trajo consigo el empeño de acabar sin contemplaciones y hasta de forma cruenta con ese afán renovador y secularizador. Y, poco a poco, Juan Pablo II, el nuevo papa, y el cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, prefecto desde 1981 de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo consiguieron. Y, a la vez, el joven papa no dejaba de proclamar que era necesario emprender y llevar a cabo con éxito una “nueva evangelización de Europa”, llamada a culminar con una nueva evangelización del resto del planeta. Aunque, pese al nombre, pronto se vio que no era para enseñar nada nuevo, sino para enseñar y asentar de nuevo la antigua doctrina preconciliar de la Iglesia.

Fruto de este exitoso empeño cercenador, a día de hoy es muy reducido el número de personas que guarda memoria viva de las ilusiones que despertó el Vaticano II. Su edad es avanzada. Y les pesa el cansancio acumulado en muchos años de lucha por materializar aquellos sueños de antaño sin obtener apenas éxito alguno. A la sociedad en general ya le da igual que la Iglesia cambie o no cambie. Bastantes católicos piensan que está bien cómo está. Muchos otros, por su parte, creen que los cambios a introducir están relacionados fundamentalmente con la moral individual o institucional. Y no entienden por qué la jerarquía eclesiástica no accede a ello. No entienden por qué no acepta la democratización de órganos de gobierno eclesial. No entienden por qué no acepta el celibato  opcional de los clérigos o la ordenación sacerdotal de las mujeres o una liturgia menos ritualista y más participativa y encarnada en la vida, o el divorcio o los anticonceptivos o la desculpabilización de la homosexualidad o la reproducción asistida o el aborto o la eutanasia. Ese tipo de cuestiones es el que aparece con frecuencia en las respuestas a los cuestionarios preparatorios del Sínodo de la Sinodalidad.

Ese era el objetivo de nuestro XII Coloquio abierto: sacar a relucir que lo que frena los cambios en la Iglesia, no sólo los de tipo moral, sino también y sobre todo los de tipo teológico, litúrgico, institucional y canónicos

Sabiendo que ese es el clima que reina en la Sociedad y en la Iglesia Católica, está justificada la pregunta “¿Tiene la Iglesia libertad para actualizarse?”. Muchos católicos conservadores dicen “NO”. Pero la mayoría contesta “SÍ”, y, como acabamos de señalar, no entiende por qué la Jerarquía se niega a ello. Desconoce que detrás hay razones teológicas que el papa y el resto de los obispos esgrimen como justificadoras de su cerrazón. La mayoría no cae en la cuenta de que esas razones “teológicas” son las que hay que poner en cuestión. La mayoría no comprende que hay que confrontándolas con otras razones que justifican pedir y promover los cambios demandados. En los tiempos conciliares y durante los primeros años del postconcilio todo esto sí se sabía. Ahora hay que volver a enseñarlo. Hay que volver a comprenderlo. Ese era el objetivo de nuestro XII Coloquio abierto: sacar a relucir que lo que frena los cambios en la Iglesia, no sólo los de tipo moral, sino también y sobre todo los de tipo teológico, litúrgico, institucional y canónicos, es la aceptación de que existe un conjunto de enseñanzas inmutables, porque son palabra divina revelada o que se sustenta en ella y la desarrolla.

El Concilio Vaticano II abordó este problema desde sus inicios. Finalmente volvió a proclamar como verdad cierta que la Revelación divina existe y que el contenido de la misma es en concreto el que la Iglesia, mediante su Magisterio, designa como tal. Pero instó a estudiar en profundidad los textos bíblicos, la “Palabra de Dios” por antonomasia, para conocer y comprender cuál es exactamente la palabra divina que contienen y transmiten. Y, además, frente a la tesis protestante, reafirmó la doctrina del Concilio de Trento de que mediante su Tradición y su Magisterio, la Iglesia, sus obispos, pueden interpretar y desarrollar el contenido de la palabra revelada. E instó a estar atentos a lo que dio en llamar “los signos de los tiempos”, pues pueden contener como un susurro divino, que, sin ponerla en cuestión, justifique nuevas interpretaciones o desarrollos de la Palabra revelada. Es una solución de consenso que sirvió para que el 18 de noviembre de 1965, recibiera el voto casi unánime de los padre conciliares y fuera promulgada por Pablo VI, la Constitución Dogmática “Dei verbum”. Habían pasado más de tres años desde que empezó a debatirse, y quedaban solo dos semanas para la clausura del Concilio.

Tomando esa vía de escape, que hoy nos parece muy estrecha, fue posible entonces llevar a cabo un cierto aggiornamento de la Iglesia, una cierta actualización. Pero inmediatamente se abrió otro debate. Tuvo inmerso en él a los padres conciliares y a sus asesores teológicos durante las cuatro sesiones del Concilio y entre los espacios intermedios. Y no hizo más que incrementarse en los primero años del postconcilio: ¿Actualización? SÍ. Pero ¿en qué y hasta dónde? Los documentos conciliares son un testimonio patente de los equilibrios, a veces totalmente forzados, a los que llegaron los padres conciliares en torno a los diferentes asuntos que fueron objeto de actualización. En nuestro XIII Coloquio abierto nos planteamos ese mismo problema. Aunque lo planteamos con otro tipo de pregunta, “¿Se puede ser hoy a la vez fieles al Evangelio y a los signos de los tiempos?

Hay muchos católicos que consideran que la fidelidad no debe ponerse ni en uno ni en otro extremo, ni en “el Evangelio” ni en el supuesto susurro divino que puedan contener “los signos de los tiempos”, sino en la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, proclamados solemnemente y principalmente en los Concilios ecuménicos del siglo IV, en el Concilio de Trento y en el Concilio Vaticano I. Pero entre los católicos que consideran que la Iglesia tiene libertad para actualizarse y que hay motivos bien fundados para hacerlo las posiciones sobre el “en qué” y en el “hasta dónde” son diversas y hasta contrapuestas. En la Introducción al Coloquio pusimos sobre la mesa, para dialogar sobre ellas, tres de dichas posiciones. Primero, la que defienden José María Vigil y el resto de autores del libro “Después de Dios. Otro modelo es posible”. Luego, la que ha defendido el profesor José María Castillo en muchos de sus libros, de la que ofrece una síntesis contundente en el último de ellos, “Declive de la Religión. Futuro del Evangelio”. Y, en tercer lugar, la que practican, por ejemplo, Javi Baeza y la comunidad de San Carlos Borromeo. En el curso del diálogo salió a relucir otra más, de la que luego hablaré.

José Manuel Vigil, autor de la Carta abierta al Foro, y el resto del grupo de teólogos y pensadores espirituales al que pertenece se sitúan claramente entre quienes piensan que hoy ya no es posible mantener de forma simultánea las dos fidelidades, al Evangelio y a los Signos de los tiempos, a los que ellos designan con otro nombre. Piensan y enseñan que la fidelidad a lo que hoy en día nos enseñan sobre el universo y sobre el ser humano las ciencias físicas y biológicas lleva a romper con buena parte de la doctrina eclesial, incluida la que encontramos en lo que Castillo llama “El Evangelio” o, dicho más precisamente, en la que encontramos en los escritos neotestamentarios. Hay que hacer emerger, piensan y enseñan, “otro modelo” de espiritualidad. Ha de ser un modelo en el que no tiene cabida, entre otras imágenes, la figura de un Dios personal y providente, pero en el que, curiosamente, se ha de mantener como un pilar fundamental la preocupación por los más necesitados, aunque las ciencias positivas no puedan decir nada definitivo al respecto. Pero eso sí, desprovista de las fundamentaciones y de las motivaciones mitológicas que, a su juicio, ofrecen los relatos bíblicos.

José María Castillo está en el polo contrario. En 2021 hizo en Religión Digital un comentario crítico al libro “Después de Dios. Otro modelo es posible”. A los autores les pareció infundado y ofensivo. Y dos de ellos, José Arregui y José María Vigil le respondieron públicamente en ese mismo medio. José María Castillo solo admite la fidelidad a lo que él, en singular, llama “el Evangelio”, no a la Tradición ni al Magisterio posteriores ni tampoco a los Signos de los tiempos actuales. Fidelidad única y exclusivamente a  los orígenes del cristianismo. Fidelidad a la palabra viva que fue y que transmitió Jesús de Nazaret. Una palabra opuesta por completo a la religión judía de su tiempo y, en general, a cualquier tipo de religión institucionalizada y regida por clérigos. Una palabra que induce a una vivencia de la fe sin ritos ni obligaciones religiosas inventadas por la clase sacerdotal para dotarse de poder y autoridad y acumular dinero. Fidelidad únicamente a la fe en Dios, en el Dios del que Jesús es “Verbo encarnado”, y al amor al prójimo, para aliviar en cada tiempo y lugar sus padecimientos. Todo lo que dentro de la Iglesia se salga de ahí debe ser desmontado.

El querido y admirado Javi Baeza y su asombrosa comunidad de San Carlos Borromeo huyen de los debates teológicos. Tanto si son del estilo del que suscitan los autores de la obra “Después de Dios. Otro modelo es posible” como si son del estilo del que abre la obra “Declive de la Religión. Futuro del Evangelio”. Y, también, por supuesto, huyen de los que suscitan quienes sostienen que por encima de todo hay que ser fieles a la Tradición y al Magisterio, tal como los conservan, transmiten e interpretan el Papa y el resto de los obispos en comunión con él. A ellos, como a muchos otros cristianos dentro de la Iglesia Católica, lo que les preocupa sobre todo es el sufrimiento de las personas, el maltrato que muchas padecen, la pobreza, el abandono, la marginación, la explotación… que menoscaban su dignidad y les hacen mucho daño. Lo que buscan por todos los medios es hacer algo para quitar o aminorar ese dolor. Y lo hacen en nombre de Dios. Seguros de que esa es su voluntad y de que les ayuda en dicha empresa. No tienen, sin embargo, interés en debatir si realmente ese Dios es el Dios del que habló Jesús o si existe realmente o si es como creen que es. Han abrazado y practican y enseñan como dadora de sentido esa fe. Y, coherentes con ella, aunque celebran liturgias, entienden que el verdadero culto a Dios es el ejercicio de la caridad y la defensa de la justicia. Sin querer enredarse en disputas teológicas o metafísicas, dirían ellos, sobre cómo fueron las cosas en los orígenes o cómo evolucionaron después o sobre qué nuevas mutaciones piden los signos de los tiempos que se lleven a cabo ahora.

Yo creo, y ésta es la otra postura que salió a relucir a lo largo del diálogo, que la Iglesia Católica, como las otras iglesias cristianas y las demás religiones vivas, confrontada con los saberes modernos, tanto de las ciencias positivas como de las ciencias históricas o filológicas, debe asumir que necesita una renovación profunda. Y considero que ha de llevarla a cabo mirando a sus orígenes, pero sin quedarse sólo en ellos, sino mirando, también, hacia lo que podemos aprender de los llamados “signos de los tiempos”. Pero, a la vez, sin prescindir por completo del resto de la historia cristiana, que se ha desarrollado entre uno y otro extremo. Creo, además, que a la hora de  transmitir todo esto se debiera hacer mostrando a quienes viven apoyados en una fe que llamaríamos tradicional que hay cierta continuidad entre dicha fe y la fe renovada que se les propone. Considero que no es necesario romper con todo, sino que algo importante se puede conservar. “El Evangelio” en singular, contrariamente a lo que da a entender José María Castillo, no ha existido nunca. Siempre, tras la muerte de Jesús, existieron diferentes modos de entender, de vivir y de transmitir la fe que él hizo suya y comenzó a esbozar con palabras y obras en su corta vida pública. El modo de articular el seguimiento de Jesús de los llamados “cristianos helenistas”, de quienes aprendió el cristianismo San Pablo, a quien tan duramente critica Castillo y de cuyas posiciones da testimonio en su Carta a los Gálatas, podría ponerse en valor. A mi juicio, permite establecer puentes entre el que pudo ser el núcleo central de la predicación de Jesús y lo que hoy demanda de nosotros la toma en consideración de lo que nos enseñan las ciencias modernas.

Son, como espero haber mostrado, cuestiones profundas y complejas las que nos planteamos en nuestros dos últimos coloquios. El debate sobre sus respuestas sigue vivo y habría de relanzarse con claridad y sin miedo.

Fuente Religión Digital

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CRISMHOM entrega su XVII Premio Arcoíris

Lunes, 3 de julio de 2023
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IMG_9969-768x666CRISMHOM, comunidad cristiana LGTBI+H de Madrid, celebró el pasado 23 de junio, la entrega de su XVII Premio Arcoiris.

Un galardón que reconoce cada año la labor de otras personas o entidades que trabajan por la defensa de los derechos de las personas LGTBI cristianas, en el ámbito de las diferentes Iglesias cristianas o en el colectivo LGTBI.

En esta ocasión se ha reconocido y premiado la labor del “EQUIPO SINODAL“, un grupo de tres mujeres que promueven activamente el trabajo por el Sínodo de la Sinodalidad. Gracias a ellas, en este Sínodo, por primera vez en la historia, se han escuchado desde El Vaticano las voces de colectivos tradicionalmente alejados, excluidos o silenciados, como son las personas LGTBI cristianas.

El esfuerzo realizado por el Equipo Sinodal, integrado por la teóloga laica Cristina Inogés, la religiosa Mª Luisa Berzosa (F.I.) y la “madre arcoiris” Marisol Ortiz, ha permitido que las comunidades LGTBI cristianas de España reflexionen sobre el presente y el futuro de la Iglesia católica, resultando en la creación de un documento sinodal que la secretaría del Sínodo acogió con asombro y gozo, destacando su coherencia, su sentido evangélico de justicia y perdón, y su amor a la Iglesia universal.

Destacó especialmente el cariño y respeto con el que estas tres mujeres fuertes y decididas se tratan entre sí, un cariño que derrochan y comparten a través de su trabajo en el Sínodo, cuidando de todos sus “hijos, hijas e hijes” como “madres sinodales”.

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A continuación ofrecemos algunas declaraciones:

Cristina Inogés:

“En la Iglesia estamos todos. Y si no lo estamos, será otra cosa, pero no será la Iglesia de Jesús.”

“El Verbo se hizo carne, y en esa carne asumió toda realidad humana.”

Mª Luisa Berzosa:

Me resuena en este tiempo, particularmente, la carta de Pablo a los Corintios, expresando que somos todos parte de un cuerpo, todos miembros diversos y necesarios, cada uno con su función y carisma, pero bien enraizados en ese Cuerpo, en esa Fe, en ese Bautismo (…). Hay que hacer vida lo que creemos y proclamamos para que el árbol dé frutos, frutos de vida y abundante.”

Marisol Ortiz:

“Nuestro pequeño granito de arena tiene la fuerza suficiente para transformar nuestras familias, nuestra sociedad, nuestra Iglesia y nuestro mundo.”

“Algunas personas me han puesto el sobretítulo de “madre arcoiris”. Nuestras familias no van a ser lugares seguros de acogida y de crecimiento para nuestros jóvenes de diversidad si los padres y madres no nos preparamos para ello , si no consideramos que nuestra misión es de amor y de acogida, de abrir nuestros brazos aunque a veces sintamos miedo o no entendamos nada (…)”

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El acto de entrega comenzó con una oración común, una presentación festiva a cargo de un miembro de CRISMHOM, y continuó con una exposición de su presidente, Jonás Candaosa, sobre la situación actual de las personas LGTBI en España y en el mundo, y tras la entrega física del Premio a Luis Mariano González en representación de las premiadas (que por razones personales no pudieron desplazarse desde Zaragoza, Roma y Barcelona), para finalmente culminar con una actuación musical a cargo del cantautor Josué y un aperitivo compartido.

Para más información y recursos, pueden contactar con el equipo de atención a medios de comunicación de CRISMHOM (Raúl Peña, 650029119) o en este mismo correo.

Un cordial saludo,

Junta Directiva CRISMHOM

junta_directiva@crismhom.org

Fuente Nota de Prensa CRISMHOM

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Obispo Bonny: El apoyo a las bendiciones LGBTQ+ “no va en contra del Papa”

Sábado, 3 de junio de 2023
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media-101571-2Obispo Johan Bonny

La decisión a principios de este año de los obispos flamencos de bendecir a las parejas LGBTQ+ “no va en contra del Papa”, dijo uno de esos obispos basado en conversaciones personales con el Papa Francisco.

Se le preguntó al obispo Johan Bonny de Amberes en una entrevista con Katholisch.de sobre su intervención durante la última asamblea del Camino Sinodal de Alemania, durante la cual el obispo afirmó que el Vaticano no se opuso a la iniciativa LGBTQ+ de los obispos flamencos el año pasado. Bonny negó que su apoyo desde 2014 para tales bendiciones haya creado algún conflicto de conciencia, afirmando (según Google Translate):

“No, porque se trata del Papa. No todos los hombres en Roma son Papa. He hablado personalmente dos veces con el Papa sobre estos temas. Por mis conversaciones, sé cómo es mi relación con el Papa Francisco: hablamos ‘cum petro et sub petro’ [‘con y bajo Pedro’]. Pero no todo el Vaticano es ‘cum petro et sub petro’.

“También hay diferentes posiciones y desarrollos en el Vaticano. Las facultades de teología en Roma también pertenecen al Vaticano ya la Iglesia Católica en Roma. Roma no es sólo un documento o un cardenal. No, Roma es también unidad en la diversidad.

“En cuanto a la obediencia al Papa: ninguno de nosotros quiere ser desobediente al Papa. Eso sería lo último que quiero. Por eso tuve dos conversaciones con el Papa. Esas fueron conversaciones personales. No diré públicamente qué y cómo dijo nada, pero sé que yo y nosotros no vamos contra el Papa. Esto es muy importante para mí y para los demás obispos de Flandes”.

Bonny también respondió a una pregunta sobre por qué los obispos flamencos no enfrentaron objeciones del Vaticano, mientras que el Camino Sinodal de Alemania había dado lugar a múltiples intervenciones de Roma, diciendo:

“Nosotros [los belgas] somos una pequeña Conferencia Episcopal. Somos sólo ocho obispos diocesanos. Eso es menos. Y en estos temas estamos completamente de acuerdo entre nosotros. Hablamos con una sola voz. No hay divisiones o subgrupos sobre este tema. El Papa también preguntó en Roma si todos estamos de acuerdo. Y dijimos que sí. Claro, siempre tenemos opiniones ligeramente diferentes, pero básicamente estamos de acuerdo. Por eso solo queríamos escribir un texto y no ocho diferentes. . .

“Pero esto es lo que es muy importante para mí y en lo que me gustaría ayudar: esta tensión entre Alemania y Roma no ayuda. También en Roma deberían escuchar mejor a algunas partes [de la iglesia] y no ser tan críticos. Eso no ayuda a nadie. Hay más prejuicios que juicios en esta discusión”.

Más allá de las bendiciones, Bonny pidió una “solución al tema de la homosexualidad” porque hasta en el Vaticano saben que “las cosas no pueden quedarse así”. Sin embargo, el obispo reconoció la necesidad de manejar la cuestión de manera diferente en las diferentes iglesias locales:

“Si queremos ser una iglesia misionera que trae las Buenas Nuevas de Jesús al frente de una manera nueva aquí en Occidente, entonces también debemos encontrar una solución al problema de la homosexualidad.

“No es así en África, todavía no, y tampoco es así en Asia. Ciertamente sucederá, pero aquí se debe encontrar una solución a esta pregunta que se base en la ciencia humana y la Biblia, así como en la teología moral y las consideraciones pastorales.

“El Papa también lo sabe. Debe ser pastor o padre de todos. Entendemos. No siempre tiene que decir sí o no a todas las preguntas. El papado no está para decir sí o no a todas las preguntas como en la Edad Media, sino para ser un buen pastor, un buen padre para toda la comunidad, para mantener unida a la comunidad. Es un ministerio de unidad en la iglesia, unidad en la diversidad. Él debe mantener a la familia unida. . .

“En una familia, para padres y abuelos, son sus hijos y nietos quienes quieren mantenerlos unidos. Sin embargo, no puede responder a todas las preguntas con sí o no. Pero puede configurar su casa, su mesa y su cocina para que todos sean bienvenidos y puedan hablar entre ellos en su hogar. Este es el ministerio de unidad”.

Finalmente, Bonny concluyó expresando su esperanza por un Sínodo más amplio sobre la Sinodalidad, y comentó:

“También tengo algunas preguntas sobre cómo [la iglesia] podría encontrar formas de un mayor desarrollo sobre la base de esta diferencia. Y sobre todo cómo apoyar de nuevo la jurisdicción de los obispos. Todo lo que subió de los obispos y sus congregaciones debería volver a bajar. Entonces los obispos tienen que encontrar las mejores soluciones con sus congregaciones. Debería terminar donde empezó”.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 30 de mayo de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Escuchar la Voz de Jesús en una Iglesia que Excluye

Lunes, 1 de mayo de 2023
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B5B594F3-3944-46C6-B096-E63A2AC7BD33Mark Guevarra

La publicación de hoy es del colaborador invitado Mark Guevarra. Después de ser despedido como Asociado Pastoral por no revelar el estado de su relación, Mark se ha convertido en un defensor de la inclusión LGBTQ+ en la iglesia. Mark es un estudiante de doctorado en Graduate Theological Union, en Berkeley, California, con interés en la sinodalidad. Mark es miembro de la junta de Concerned Lay Catholics.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el cuarto domingo de Pascua se pueden encontrar aquí.

Tratar de escuchar la voz de Jesús es difícil como católico y aún más difícil como católico LGBTQ+. No es nada menos que un milagro que las personas LGBTQ+ permanezcan en la iglesia.

Como la mayoría de los niños, crecí aprendiendo a ser obediente a las figuras de autoridad en mi vida: padres, seres queridos y maestros. Para los católicos, se agregan a esta lista los sacerdotes, los obispos y el Papa. Si eres criado con una espiritualidad saludable y bien formado en la fe, con el tiempo nos sintonizamos más con la voz de Jesús y diferenciamos la voz de Jesús de las figuras de autoridad de la iglesia en nuestras vidas.

Pero esto no siempre es fácil dado que nuestra teología, liturgia y estructuras eclesiásticas pueden hacer que las personas confundan la voz de Jesús con la voz de los sacerdotes, obispos y el Papa. Después de todo, los sacerdotes actúan “en la persona de Cristo” en la Misa, los obispos son descritos como pastores y el Papa fue históricamente definido como el Vicario de Cristo. En el mejor de los casos, escuchar la voz de Cristo en nuestro clero puede motivar a las personas a actuar con justicia y caridad. En el peor de los casos, confundir la voz de Cristo con la del clero puede intensificar el pecado del clericalismo y conducir a abusos de poder y sexo.

En el Evangelio de hoy, cuando Jesús usa la analogía de los ladrones y bandidos que descarrían a las ovejas, no es difícil imaginar los pecados de nuestro clero. Muchos comentaristas de la Biblia interpretan este pasaje en el contexto de los argumentos de Jesús con los fariseos, y así interpretan las críticas punzantes de Jesús como centradas en ellos. E incluso el Papa Francisco ha leído las críticas de Jesús a los fariseos como base para sus críticas punzantes al clericalismo.

El Papa está profundamente preocupado por los “ladrones y bandidos” que hacen que el Pueblo de Dios pierda la fe por completo. La voz de Jesús se ha ahogado tanto que innumerables católicos han abandonado la iglesia, muchos de los cuales son personas LGBTQ+.

Muchas de estas personas sufrieron, incluso sin saberlo. Muchos tienen ira y frustración sin procesar. Muchos se sienten traicionados. Sin una guía saludable, sin el apoyo de la familia elegida, sin aquellos que caminaron por el camino y sobrevivieron y prosperaron, sin la espiritualidad y los sacramentos, muchas personas LGBTQ+ se calman a sí mismas con conductas autolesivas.

Estas realidades son la razón por la cual es tan importante tener parroquias, grupos y organizaciones católicas que apoyen a las personas LGBTQ. Hace más de 20 años, encontré apoyo con Dignity Canada Dignité, y no mucho después conocí a la Hna. Jeannine Gramick, leí su libro y encontré inspiración en New Ways Ministry. Encontré apoyo en una parroquia acogedora LGBTQ+ y en amigos católicos homosexuales mayores que escucharon la voz de Jesús y caminaron por el camino que me adelantó.

Espero y rezo para que la exclusión de las personas LGBTQ+, que se capturó en los resúmenes de los sínodos en todo el mundo, se aborde de manera significativa cuando los líderes de la iglesia se reúnan para la primera sesión del sínodo en Roma en octubre. A medida que nos convertimos en una iglesia sinodal, debemos hacer obras de justicia restaurativa para disculparnos y reconciliarnos con aquellos que han sido marginados. Debemos curar los daños causados. Debemos cambiar estructuras y teologías dañinas en la iglesia que rechazan y excluyen a las personas. Debemos formar a los seminaristas para que huelan como sus ovejas, y todos los católicos deben estar formados para escuchar la voz de Jesús en los demás, comenzando por los pobres, descartados y marginados.

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Cuando el Papa Francisco proclama que el Señor desea que la iglesia sea sinodal en el tercer milenio, quiere decir que debemos ser una iglesia que pueda escuchar la voz de Jesús. Primero, debemos ser formados para confiar en que Jesús nos está hablando de muchas maneras, algunas de las cuales incluso son sorprendentes. Desde la proclamación del Vaticano II de que el Espíritu sopla donde quiere, hemos luchado por confiar en esa verdad. Nuestra formación religiosa y espiritual debe cultivar la creencia fundamental de que Dios nos habla de muchas maneras.

En segundo lugar, debemos estar capacitados para escuchar correctamente. La creciente espiritualidad de la sinodalidad puede ayudar en esto. El manual del sínodo dice que debemos escuchar con la mente y el corazón abiertos. Debemos ser vulnerables, humildes y empáticos.

Tercero, debemos ser formados para discernir individual y comunitariamente la voz de Jesús. El Papa Francisco sugiere dos conjuntos de criterios: las Bienaventuranzas y las obras de misericordia. Los católicos debemos reconocer que la voz de Jesús nos habla a través de las voces de los más pequeños entre nosotros: aquellos que han dejado la iglesia, aquellos que han sido dañados por ella, hermanos de otras iglesias cristianas, personas de otras tradiciones religiosas y personas que no pertenecen a una tradición religiosa o de fe. Los católicos deben estar capacitados para escuchar con el corazón y confiar en lo que Jesús podría estar enseñándonos en el otro.

Cuarto, debemos responder con amor y hacer obras de justicia restaurativa. Para los católicos LGBTQ+, eso puede comenzar con los líderes de la iglesia ofreciendo disculpas formales y comprometiéndose a caminar hacia la reconciliación. Esa respuesta también debe incluir un cambio sistémico y una profundización de las teologías.

Hacer todo esto requerirá un cierto morir de uno mismo. Los comentaristas de la Biblia notan que a lo largo del evangelio de Juan, incluso en el pasaje de hoy, Jesús usa la imagen del Antiguo Testamento de Dios como pastor, para acentuar quién es Jesús como Mesías. Sin embargo, lo que diferencia a Jesús como pastor en el evangelio de Juan, es que él da su vida por sus ovejas. Este modelo de pastor es el camino para entrar en los pastos que verdaderamente llenan, el camino para ser salvos por medio de Cristo, el camino para tener vida en abundancia.

A medida que continuamos celebrando a Cristo Resucitado en este tiempo de Pascua, que abramos nuestros corazones para escuchar a Cristo unos en otros, y respondamos con amor, para que todos puedan ser salvos.

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Guevarra con su pareja, el reverendo Mark Chiang (derecha), ministro de la Iglesia Presbiteriana de St. Andrew en Edmonton. (Proporcionada)

—Mark Guevarra, 30 de abril de 2023

Fuente New Ways Ministry

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La transfiguración de Jesús: ¡Qué historia tan rara!

Lunes, 6 de marzo de 2023
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BrianFlanaganBrian Flanagan

La publicación de hoy es del colaborador invitado Brian Flanagan. Brian es profesor asociado de teología en la Universidad Marymount en Arlington, Virginia, y presidente de la Sociedad Teológica Universitaria. Está completando una monografía sobre sínodos y sinodalidad que será publicada por Paulist Press, y es autor de Tropezando en la santidad: el pecado y la santidad en la iglesia. Flanagan es miembro de la junta asesora del Ministerio New Ways.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el segundo domingo de Cuaresma se pueden encontrar aquí.

El relato evangélico de hoy brilla con la luz de la Transfiguración de Jesús. Pero, ¿qué relevancia tiene esta historia para todos nosotros como discípulos de Cristo, aquí en la segunda semana de Cuaresma, y para nosotros como católicos LGBTQ+ y aliados, en particular?

La lectura más básica de la transfiguración de Jesús dice que estos textos revelan quién es Jesús, qué hizo Jesús y qué sigue haciendo por nosotros. En lugar de un gran anuncio o demostración para todos sus discípulos, Jesús trae a tres de sus mejores amigos apostólicos, Pedro, Santiago y Juan, para que se unan a él y experimenten su relación con Dios. En lugar de subir solo a la montaña, como suele hacer, Jesús los invita a unirse a él en la(s) nube(s). Y, como era de esperar, los discípulos primero están confundidos y luego aterrorizados. El pobre Pedro, como de costumbre, siente la necesidad de decir algo para llenar el silencio, y luego los tres se lanzan a la mesa hasta que su amigo los empuja suavemente a la conciencia y les dice, de manera inverosímil, que no tengan miedo.

Esta lectura básica sigue el patrón de una historia clásica de salida del armario LGBTQ+: Jesús se deja ver, realmente visto, como el Cristo, como el Hijo Amado de Dios, como nuestro Señor y Salvador. Y, como en una historia clásica de salida del armario, las reacciones de sus amigos van desde intentos incómodos de estar presentes, asombro, miedo y, eventualmente, una mayor comprensión de quién es Jesús. En ese sentido, esta historia, con sus imágenes del rostro de Jesús resplandeciendo “como el sol” y de sus vestiduras “blancas como la luz”, completa la trayectoria del imaginario de luz que se remonta a la Epifanía y a todas las historias en las que Jesús poco a poco va revelado al Hijo Amado de Dios y “la luz verdadera, que ilumina a todos, [que] venía al mundo”. (Juan 1, 6) La Transfiguración es un anticipo de la realidad de Cristo glorificado, lámpara que brilla en la oscuridad para consolar a sus discípulos, y a nosotros, mientras esperamos el amanecer pleno de su gloria (Cf. 2 Pedro 1 :19).

3FF4652F-C82B-4063-806E-6A6562F34930Este importante punto de partida puede consolarnos en nuestro mundo oscuro y aterrador. Como católicos LGBTQ+ y aliados, podemos sentir un consuelo especial al recordar a Jesús como el Santo que permanece cerca, que se encuentra con nosotros donde estamos con una palabra amable, un toque amoroso y un llamado a verlo como realmente es, a levantarse. levantarse y no tener miedo.

Un segundo aspecto de esta historia también tiene una relevancia particular para nosotros como católicos LGBTQ+ y aliados: la Transfiguración no se trata solo de revelar quién es Jesús, sino también de quiénes somos nosotros. Este momento no se trata solo de la presencia de Dios en la vida de Jesús, sino de la presencia potencial de Dios en nuestra propia humanidad.

Nuestros hermanos cristianos orientales a menudo han hecho un mejor trabajo al preservar la enseñanza de San Atanasio (y de muchos otros) de que “Dios se hizo humano para que los humanos pudieran convertirse en Dios”. Esta idea de theosis o divinización sugiere que lo que se revela en la vida de Jesús no es simplemente la misión e identidad particular de Jesús, sino también la capacidad del ser humano –y por extensión, de todos los seres humanos– de ser restaurado y elevado a imágenes de Dios. Cuando nos convertimos en hijos adoptivos de Dios, entramos en una relación con Dios La relación de Jesús con Dios. San Agustín escribe: “Si hemos sido hechos hijos [niños] de Dios, también hemos sido hechos dioses”.

Ese es un lenguaje impactante, y está destinado a serlo, porque es un lenguaje que intenta señalar la nueva idea de la relación entre Dios y la creación que ejemplifica la encarnación de Jesús. Es un lenguaje extraño. Lenguaje queer, incluso.

Uso “queer” aquí intencionalmente, basándome en la erudición de mi amigo Andy Buechel, y su libro That We Might Become God: The Queerness of Creedal Christianity (del cual se tomaron las citas de Atanasio y Agustín). Andy se basa en los significados de “queer” como extraño, como LGBTQ+, y como romper identidades fáciles y límites aparentemente fijos para desentrañar la última ruptura de límites de Dios que se convierte en humano y, por extensión, la ruptura de límites de los humanos que se vuelven divinos. a través de su participación en Cristo.

je2Desde esta perspectiva queer, la historia del cristianismo es la historia de un Dios que quiere estar cerca de nosotros, rompiendo las categorías de identidad en las que hemos buscado comodidad y conveniencia. ¿Qué podría ser más extraño, sugiere Buechel, que la idea de que Dios se hizo humano? ¿O la idea de la humanidad y la creación como un todo participando tan íntimamente en la vida de Dios?

Desde este ángulo, la Transfiguración no es solo una historia sobre Jesús revelando algo sobre sí mismo a sus amigos, sino que también es una historia sobre Jesús revelando algo sobre nosotros y sobre quiénes estamos llamados a ser. Creo que es por eso que escuchamos esta historia hacia el comienzo de nuestro viaje de Cuaresma, no solo para recordarnos lo que Jesús ha hecho por nosotros, sino también para recordarnos de lo que somos capaces y lo que nuestro Dios espera. de cada uno de nosotros para llegar a ser, según la gracia, hijos de Dios. Si nos aferramos a esa posibilidad, entonces esta no es solo una historia sobre el pasado de Jesús, sino también una historia sobre nuestro futuro.

Esa capacidad de vernos a nosotros mismos como capaces de santidad, capaces de ser la presencia real de Cristo en el mundo, es algo que a menudo se les niega a las personas LGBTQ+ y, sin embargo, aquí no solo podemos afirmar esa posibilidad, sino pensar en cómo nuestra experiencia nos ayuda. comprender mejor la Encarnación. La experiencia LGBTQ+ abre la categoría de queerness de tal manera que podemos comprender mejor la relación transgresora de límites de lo divino y lo humano en Cristo, y de nuestro propio potencial transgresor de límites como hijos adoptivos de Dios. Esta es una buena noticia para todos nosotros, y no solo para los católicos LGBTQ+: Dios llama a todos a siempre más allá de nuestros límites, y Dios en esta Cuaresma nos llama a dejar de lado todo lo que obstaculiza la presencia de Dios en nuestros corazones y vidas.

Cristo transfigurado está ya siempre tocándonos para sanarnos, para liberarnos de nuestro miedo y, en la plenitud del tiempo de Dios, para transfigurarnos en su amor. Vemos en el Evangelio de hoy la verdad profunda de la identidad de Jesús, y el llamado a escucharlo más que a nuestro propio miedo.

—Brian Flanagan, March 5, 2023

Fuente New Ways Ministry

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“Matrimonio homosexual: Ni delito, ni pecado”, por Juan Masiá sj

Lunes, 20 de febrero de 2023
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leandro-barreto-matrimonio-gayDe su blog Vivir y pensar en la frontera:

“¿Quién soy yo para no bendecirles?”

Si le preguntamos a Francisco si bendeciría ese matrimonio, seguro que nos contesta: Canónicamente no podría, pero… ¿Quién soy yo para negar una bendición evangélica, pastoral y misericordiosa, a esa pareja que da fe con su amor del amor Dios?

Cuando Papa Francisco se opone a las leyes que criminalizan la homosexualidad y no se opone a las leyes que admiten el matrimonio homosexual, algunos obispos homófobos protestan, en nombre de su creencia en la supuesta pecaminosidad de toda relación homosexual.

 Con razón Francisco se ve obligado a hacer varias aclaraciones:

  • 1) Hay que aclarar: la orientación homosexual como tal no es delito ni mal moral o injusticia, sino una condición de la persona.
  • 2) Pero insisten los  homófobos en argüir contra Francisco, (con citas doctrinales de Catecismo o CDF), diciendo:  “esa relación es pecado”. Y se ve obligado Francisco a aclarar: Hay que distinguir, ante todo, entre delito y pecado.
  • 3) Pues no, señor, siguen sin conformarse los obispos homófobos  y  siguen arguyendo contra Francisco, apoyados en la supuesta ” doctrina tradicional de la iglesia”. Y tiene que hacer Francisco la tercera y más decisiva aclaración y precisión: Sí, efectivamente, esos textos que ustedes citan son doctrina tradicional (que yo no cambio por decreto, sino caminando hacia el cambio por la vía de la sinodalidad…), pero… en esa tradición de la iglesia y en la de la Biblia  ha habido, hay y habrá necesidad siempre de evolución, revisión y reinterpretación… , actualmente la práctica pastoral de acoger en la Iglesia a personas que hasta ahora eran discriminadas es un modo de preparar la evolución y revisión de la doctrina,   ( se faltaba y se falta gravemente contra la caridad hacia esas personas, hay que llamar a conversión a los homófobos…).
  •  Por cierto, se están debatiendo de cara al Sínodo estas cuestiones,  hasta el mismo obispo emérito Ratzinger (q.e.p.d.) ya tuvo que reconocer el error de la la iglesia al confundir los problemas de la condición homosexual con los de agresiones sexuales o pederastia y por eso llevó cuidado de que en el catecismo se evitase esta confusión.
  •  La teología moral revisionista desde el Vaticano II ya viene más de medio siglo aclarando esta confusión, rechazando toda agresión sexual y poniendo el criterio para evaluar la moralidad de una relación sexual, no en la heterosexualidad u homosexualidad, ni tampoco en si es  extramatrimonial o intra matrimonial), sino en los criterios de amor y justicia, consentimiento libre,  y respeto a la dignidad y derechos de la persona)
  • El paso mayor de cambio en la doctrina fue la tajante afirmación de oponerse a cualquier discriminación por razón de la condición homosexual. Hasta ahí se llegó en el Catecismo. Comparado con lo anterior, un paso grande. Pero ante la situación actual el paso  diminuto del catecismo en la evolución de la doctrina (comparado con la tradición discriminadora durante siglos) es todavía muy insuficiente. Tendrá que ser modificado, tanto lo que dice el catecismo como las más recientes declaraciones de la CDF sobre este tema (!Qué difícil lo tiene el amigo y hermano Cardenal Ladaria! Oremus ad invicem).
  • Admitir en la practica pastoral la acogida de esos matrimonios civiles y la bendición de esos matrimonios en la iglesia es la manera de preparar el camino para que llegue (como siempre con retraso) la evolución de la doctrina a nivel de sus expresiones magisteriales y canónicas
  • Si le preguntamos a Francisco si bendeciría ese matrimonio, seguro que nos contesta: Canónicamente no podría, pero… ¿Quién soy yo para negar una bendición evangélica, pastoral y misericordiosa, a esa pareja que da fe con su amor del amor Dios?

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