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Un pastor católico suizo lanza una “Biblia queer” con apoyo diocesano.

Miércoles, 6 de diciembre de 2023
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IMG_1514Meinrad Furrer sosteniendo La Biblia Queer

Un pastor de Lucerna quiere atreverse a volver a contar textos bíblicos y hacerlos accesibles a la comunidad queer. La Iglesia católica de Lucerna está detrás de esto, afirma.

La historia bíblica de José puede interpretarse de manera queer. Al menos eso es lo que dice la gente que interpreta de manera queer la Biblia. Uno de ellos es el teólogo de Lucerna Meinrad Furrer. Este verano, el director de la Capilla de San Pedro está escribiendo una Biblia queer junto con la activista feminista queer Mentari Baumann. La Peterskapelle es la capilla más antigua de la ciudad de Lucerna. Está justo al lado del Puente de la Capilla. Meinrad Furrer, que ha bendecido a parejas queer en un banco arcoíris en la Platzspitz de Zúrich, lo dirige desde hace aproximadamente un año.

Meinrad Furrer, lanzó Die Queerbibel en el Pride el pasado mes de agosto. El nuevo enfoque de las Escrituras cristianas busca hacer que las historias y la sabiduría bíblicas sean más accesibles para las personas LGBTQ+. La “Biblia Queer” lo hace de tres maneras: proporcionando contexto a pasajes frecuentemente utilizados para condenar la homosexualidad, destacando pasajes que pueden leerse de manera “amigable para los queer” a través de comentarios y reescribiendo partes junto al texto original para aplicarlas a las vidas. de personas LGBTQ+, informó Zentralplus.

Volviendo a José. Como dice el Génesis, José tiene 17 años y cuida las ovejas con sus hermanos. Su padre Israel, también llamado Jacob, ama a José más que a los otros hijos. Porque el niño es “el hijo de su vejez”. Para hacerlo feliz, le hace “un vestido de colores”.

Los intérpretes queer dicen  que el término hebreo “Ketonät Passim” no se refiere a cualquier falda de color. Sino un “vestido largo hasta el suelo con mangas decoradas” como correspondía a una princesa en la época del rey David. Y esto también se describe en el segundo libro de Samuel. ¿Fue quizá su identidad la razón por la que más tarde sus hermanos lo vendieron a Egipto?,

Se pueden encontrar interpretaciones similares y similares en innumerables sitios web que tratan sobre la interpretación queer de la Biblia. Para Meinrad Furrer, estos textos son sólo una de las tres formas de hacer que la Biblia sea accesible a las personas queer.

En primer lugar, hay ciertos textos de la Biblia que pueden leerse como anti-queer. Por ejemplo, el pasaje del Levítico: “No te acostarás con varón como con mujer; es una abominación”. Estos lugares deben clasificarse. “Dejamos los textos tal como están en la Biblia, pero superponemos textos que brindan explicaciones”, dice Furrer. “Se pueden interpretar los textos bíblicos de tal manera que inspiren a las personas queer“.

Furrer rechaza las afirmaciones de que su proyecto Die Queerbibel esté escribiendo “una nueva Biblia”. Desde una perspectiva moderna, no se pueden leer identidades queer “ pero  dice que, en cambio, es un esfuerzo por ayudar a “interpretar los textos bíblicos de tal manera que inspiren a las personas queer”. El proyecto es una colaboración con Mentari Baumann del grupo de reforma eclesiástica Allianz Equivalent Catholic. Es de esperar que pronto esté disponible una edición en línea del texto alemán. Furrer, que es abiertamente gay y ha bendecido a parejas del mismo sexo, dice que la Diócesis de Lucerna apoya su ministerio LGBTQ+.

Con su proyecto, basado en la Biblia de Zurich, ambos no sólo quieren dirigirse a las personas queer, sino también realizar una labor educativa para “personas escépticas“, dice Meinrad Furrer. “Los textos bíblicos son muy antiguos y fueron creados en un contexto cultural diferente. Queremos atrevernos a contarlo de nuevo”. En torno a la Semana del Orgullo de este año, también organizaron eventos ecuménicos sobre temas queer en la Capilla de San Pedro.

En general, la Iglesia católica de Lucerna lo apoya plenamente y cree que debemos estar abiertos a las personas con identidades queer”, afirma el director de la Peterskapelle. Pero hay personas en la comunidad eclesial que no comparten esta actitud. “Creo que la Iglesia católica ahora representa bien a la sociedad en este sentido”.

No siempre es fácil lidiar con las críticas a la realidad de su vida, dice. Porque también puede “afectarte personalmente”. Luego todavía intenta buscar una conversación profesional. “Creo que el tema LGBT y la religión sigue siendo un tema candente”.

Fuente Zentralplus

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Él está adviniendo siempre.

Domingo, 3 de diciembre de 2023
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jesus-meditando-600x400DOMIGO 1º DE ADVIENTO (B)

Mc 13,33-37

Estamos en el primer día del Nuevo Año litúrgico. El Adviento no es solamente un tiempo litúrgico, sino toda una filosofía de vida. Se trata de una actitud vital que tiene que atravesar toda nuestra existencia. Adviento viene de la palabra “adventum” del verbo “advenio” que no significa venir sin sobrevenir. Este matiz es muy importante, porque nos obliga a pensar en algo que se añade a lo que ya somos. Lo importante no es recordar la primera venida de Jesús; eso es solo el pretexto para descubrir que ya está aquí. Mucho menos prepararnos para la última, que solo es una gran metáfora.

Todo el AT está atravesado por la promesa y por la espera. Según el relato bíblico, Dios les va prometiendo lo que ellos más ansían. A Abrahán, descendencia; a los esclavos en Egipto, libertad; En el desierto, una tierra que mana leche y miel; cuando han conquistado Canaán, una nación fuerte y poderosa; cuando están en el Exilio, volver a su tierra; cuando destruyen el templo, reconstruirlo; en aquel momento librarles de los romanos. En el AT siempre les promete cosas terrenas porque es lo único que ellos esperan. Jesús promete algo muy distinto. “He venido para que tengan Vida y la tengan abundante.”

Según el AT Dios les puso la zanahoria delante de las narices o el palo en el trasero para hacerles caminar según su voluntad. Tomado al pie de la letra sería ridículo. Dios no puede hacer promesas para el futuro, porque ni tiene nada que dar ni tiene futuro. Las promesas de Dios son hechas por los profetas, para ayudar al pueblo a soportar momentos de adversidad. Nada de lo que anunciaron los profetas se cumplió en Jesús. Gracias a Dios, porque todos los textos están encaminados hacia una salvación material. Hoy podemos entender aquellas imágenes como metáforas de la verdadera salvación.

La clave del relato evangélico está en la actitud de los criados. Nos quiere decir que Dios está siempre viniendo. Él es “el que viene”. La humanidad vive un constante adviento, pero no por culpa de un Dios cicatero que se complace en hacer rabiar a la gente obligándola a infinitas esperas antes de darle lo que ansía. Estamos todavía en Adviento, porque estamos dormidos o soñando con logros superficiales, y no hemos afrontado con la debida seriedad la existencia. Todo lo que espero de Dios, lo tengo ya dentro de mí.

Vigilad. Para ver no solo se necesita tener los ojos abiertos, se necesita también luz. No se trata de contrarrestar el repentino y nefasto ataque de un ladrón. Se trata de estar despierto para afrontar la vida con una conciencia lúcida. Se trata de vivir a tope una vida que puede transcurrir sin pena ni gloria. Si consumes tu vida, dormido, no pasa nada. Esto es lo que tenía que aterrarte; que pueda transcurrir tu existencia sin desplegar las posibilidades de plenitud que te han dado. La alternativa no es salvación o condenación. Nadie te va a condenar. La alternativa es o plenitud humana o simple animalidad.

Pues no sabéis cuando es el ‘momento’. En griego hay dos palabras que traducimos al castellano por “tiempo”: “kairos” y “chronos”. Chronos significa el tiempo astronómico, relacionado con el movimiento de los cuerpos celestes. Kairos sería el tiempo psicológico, el momento oportuno para tomar una decisión. Por no tener en cuenta esta sencilla distinción, se han hecho interpretaciones descabelladas. En el evangelio que acabamos de leer, se habla de kairos. Naturalmente que el hombre, como criatura se encuentra siempre en el chronos, pero lo verdaderamente importante para él es vivir el kairos.

El punto clave de nuestra reflexión debe ser: ¿Esperamos nosotros la misma salvación que esperaban los judíos? Si es así, también nosotros hemos caído en la trampa. Jesús no puede ser nuestro salvador. La mejor prueba de que los primeros cristianos, verdaderos judíos, no estaban en la auténtica dinámica para entender a Jesús, es que no respondió a sus expectativas y creyeron necesaria una nueva venida. Esta vez sí, nos salvará de verdad, porque vendrá con “poder y gloria”. No os parece un poco ridículo. La médula de su mensaje es que la salvación que Dios nos ofrece está en la entrega y el don total.

Las primeras comunidades oraban: “Maranatha” (ven Señor). Vivieron la contradicción de una escatología realizada y otra futura. “Ya, pero todavía no”. “Ya” por parte de Dios, que nos ha dado ya la salvación. “Todavía no” porque seguimos esperando una salvación a nuestra medida y no hemos descubierto la verdadera salvación, que ya poseemos. Aquí radica el sentido del Adviento. Porque “todavía no” ha llegado la verdadera salvación, tenemos que tratar de adelantar el ya. Eso no lo conseguiremos si seguimos dormimos.

Luchar por un mayor consumismo y creyendo que en él está la verdadera salvación sería una trampa. Descubrir ese engaño sería estar despiertos. El ser humano sigue esperando una salvación que le venga de fuera, sea material, sea espiritual. Pero resulta que la verdadera salvación está dentro de cada uno. En realidad, Jesús nos dijo que no teníamos nada que esperar, que el Reino de Dios estaba ya dentro de nosotros. En este mismo instante está viniendo. Si estamos dormidos, seguiremos esperando.

La falta de encuentro se debe a que nuestras expectativas van en una dirección equivocada. Esperamos un Dios que llegue desde fuera. Esperamos actuaciones espectaculares por parte de Dios. Esperamos una salvación que se me conceda como un salvoconducto, y eso no puede funcionar. Da lo mismo que la espere aquí o para el más allá. Lo que depende de mí no lo puede hacer Jesús ni lo puede hacer Dios. Esta es la causa de nuestro fracaso. Seguimos esperando que otro haga lo que solo yo puedo hacer.

La religión me ofrece salvación, pero solo me salva de los lazos que ella misma me ha colocado. Dios es la salvación y ya está en mí. Lo que de Dios hay en mí es mi verdadero ser. No tengo que conseguir nada ni cambiar nada en mí auténtico ser, simplemente tengo que despertar y dejar de potenciar mi falso yo. Tengo que dejar de creer que soy lo que no soy. Esta vivencia me descentrará de mí mismo y me proyectará hacia los demás. Me identificaré con todo y con todos. Mi falso ser y mi individualidad serán disueltos.

El verdadero problema está en la división que encontramos en nuestro ser. En cada uno de nosotros hay dos fieras luchando a muerte: Una es mi verdadero ser que es amor, armonía y paz; otra es mi falso yo, que es egoísmo, soberbia, odio y venganza. ¿Cual de los dos vencerá? Muy sencillo y lógico. Vencerá aquella a quien tú mismo alimentes.

Como los judíos, seguimos esperando una tierra que mane leche y miel; es decir mayor bienestar material, más riquezas, más seguridades de todo tipo, poder consumir más… Seguimos pegados a lo caduco, a lo transitorio, a lo terreno. No necesitamos para nada la verdadera salvación o, a lo máximo, para un más allá. Si no sientes necesidad no habrá verdadero deseo, y sin deseo no hay esperanza. Hoy, ni los creyentes ni los ateos esperamos nada más allá de los bienes materiales. También Dios sigue esperando.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Dos regalos, con una condición. Fiesta de Cristo Rey. Domingo 34 Ciclo A.

Domingo, 26 de noviembre de 2023
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IMG_1485Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj: 

El próximo domingo termina el año litúrgico, con más de un mes de anticipación al año civil. Los domingos siguientes los dedicaremos a preparar la Navidad (tiempo de Adviento) y a celebrarla. Ahora nos toca cerrar el año, y la Iglesia lo hace con la fiesta de Cristo Rey.

Motivo y sentido de la fiesta

            No se trata de una fiesta muy antigua, la instituyó Pío XI en 1925. Para comprenderlo hay que recordar los principales acontecimientos de la época. En 1917 ha tenido lugar la revolución rusa y la instauración del comunismo. Un año después termina la Primera Guerra Mundial; Alemania, Francia, Italia, Rusia, Inglaterra, Austria, incluso los Estados Unidos, han tenido millones de muertos. La crisis económica y social posterior fue tan dura que provocó la aparición del fascismo en Italia, con la marcha sobre Roma de Mussolini en 1922, y la del nazismo, con el Putsch de Hitler en 1923. Mientras en los Estados Unidos se vive una época de euforia económica, que llevará a la catástrofe de 1929, en Europa la situación de paro, hambre y tensiones sociales es terrible.

            Ante esta situación, Pío XI no hace un simple análisis sociopolítico-económico. Se remonta a un nivel más alto, y piensa que la causa de todos los males, de la guerra y de todo lo que siguió, fue el “haber alejado a Cristo y su ley de la propia vida, de la familia y de la sociedad”; y que “no podría haber esperanza de paz duradera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de Cristo Salvador”. Por eso, piensa que lo mejor que él puede hacer como Pontífice para renovar y reforzar la paz es “restaurar el Reino de Nuestro Señor”. Las palabras entre comillas las he tomado del comienzo de la encíclica Quas primas, con la que instituye la fiesta.

            La posible objeción es evidente: ¿se pueden resolver tantos problemas con la simple instauración de una fiesta en honor de Cristo Rey?, ¿conseguirá una fiesta cambiar el corazón de la gente? Los casi cien años que han pasado desde entonces demuestran que no.

            Por eso, en 1970 se cambió el sentido de la fiesta. Pío XI la había colocado en el mes de octubre, el domingo anterior a Todos los Santos. En 1970 fue trasladada al último domingo del año litúrgico, como culminación de lo que se ha venido recordando a propósito de la persona y el mensaje de Jesús.

            Ahora, la celebración no pretende primariamente restaurar ni reforzar la paz entre las naciones sino felicitar a Cristo por su triunfo. Como si después de su vida de esfuerzo y dedicación a los demás, hasta la muerte, le concedieran el mayor premio.

            Pero las lecturas no hablan de una celebración de campanas al vuelo y ceremonias deslumbrantes. Hablan de lo bien que se porta Cristo Rey con nosotros y de la respuesta que espera de nuestra parte.

Primer regalo: su preocupación por nosotros (Ezequiel)

            En el Antiguo Oriente, la imagen habitual para hablar del rey era la del pastor. Simbolizaba la preocupación y el sacrificio por su pueblo, como la de un pastor por su rebaño. En la práctica, no siempre era así. El c. 34 de Ezequiel habla de los reyes judíos como malos pastores que han abusado de su pueblo y luego se han desinteresado de él y lo han abandonado cuando se produjo la caída de Jerusalén y la deportación a Babilonia.

Pero Dios no va a permanecer impasible: eliminará a esos malos reyes y ocupará su puesto haciendo dos cosas: 1) como Rey-pastor, buscará a sus ovejas, las cuidará, etc. 2) como Rey-juez, juzgará a su rebaño, defendiendo a las ovejas y salvándolas de los machos cabríos (por eso llamamos en España “cabrones” a los que se portan mal con otros).

            El texto del evangelio (el Juicio Final) empalma con el segundo tema. Pero la liturgia se ha centrado en el primero, que subraya la preocupación de Dios por su pueblo. Es interesante advertir la cantidad de acciones que subrayan su amor e interés: «seguiré el rastro de mis ovejas, las libraré, apacentaré, las haré sestear, buscaré, recogeré, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas». En el contexto de la fiesta de hoy, estas frases habría que aplicarlas a Jesús y ofrecen una imagen muy distinta de Cristo Rey: no lo caracterizan el esplendor y la gloria sino su cercanía y entrega plena a todos nosotros. Buen momento para recordar cómo se ha comportado con cada uno, buscándonos, librándonos, curando…

Así dice el Señor Dios:

«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.  Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -oráculo del Señor Dios-. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré« como es debido.  Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.» 

Segundo regalo: victoria sobre la muerte (1ª carta a los Corintios)

            Pablo, influido sin duda por las campañas romanas de su tiempo, presenta a Dios Padre como el gran emperador que termina triunfando y sometiendo todo. Pero quien guerrea en su nombre es Cristo, que debe enfrentarse a numerosos enemigos. El último de ellos, el más peligroso, es la muerte, a la que Jesús vence en el momento de resucitar. De esa victoria sobre la muerte participamos también todos nosotros. El fin del año litúrgico, que recuerda el fin de la vida, es un momento adecuado para superar la incertidumbre y la angustia ante la muerte y agradecer la esperanza de la resurrección.

Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.

Una condición (evangelio)

            El evangelio no se centra en el triunfo de Cristo, que da por supuesto, sino en la conducta que debemos tener para participar de su Reino.

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:

̶  Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme. 

Entonces los justos le contestarán:

̶  Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? 

Y el rey les dirá: 

̶  Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. 

Y entonces dirá a los de su izquierda:

̶  Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.

Entonces también éstos contestarán:

̶  Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?

Y él replicará:

̶  Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.

Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

            La parábola es tan famosa y clara que no precisa comentario, sino intentar vivirla. Pero indico algunos datos de interés.

  1. A diferencia de otras presentaciones del Juicio Final en la Apocalíptica judía, quien lo lleva a cabo no es Dios, sino el Hijo del Hombre, Jesús. Es él quien se sienta en el trono real y el que actúa como rey, premiando y castigando.
  2. Los criterios para premiar o condenar se orientan exclusivamente en la línea de preocupación por los más débiles: los que tienen hambre, sed, son extranjeros, están desnudos, enfer­mos o en la cárcel. Estas fórmulas tienen un origen muy antiguo. En Egipto, en el capítulo 125 del Libro de los Muertos, encontramos algo pareci­do: «Yo di pan al hambriento y agua al que padecía sed; di vestido al hombre desnudo y una barca al náufrago». Dentro del AT, la formulación más parecida es la del c. 58 de Isaías: «El ayuno que yo quiero es éste: partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne.» Lo único que Jesús tendrá en cuenta a la hora de juzgarnos será si en nuestra vida se han dado o no estas acciones capitales. Otras cosas a las que a veces damos tanta importancia (creencias, prácti­cas religiosas, vida de oración…) ni siquiera se mencionan.
  3. La novedad absoluta del planteamiento de Jesús es que lo que se ha hecho con estas personas débiles se ha hecho con Él. Algo tan sorprendente que extraña por igual a los condenados y a los salvados. Ninguno de ellos ha actuado o dejado de actuar pensando en Jesús; pero esto es secundario.

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El empleado miedoso y la empresaria modelo. Domingo 33. Ciclo A.

Domingo, 19 de noviembre de 2023
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IMG_1365Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

La parábola del domingo pasado (las diez muchachas) animaba a ser inteligentes y previsores. La de hoy anima a la acción, a sacar partido de los dones recibidos de Dios. Jesús ha usado poco antes, en otra parábola, la imagen del señor y sus empleados. Ahora vuelve a hacerlo, pero usando el contexto de la cultura urbana y pre-capitalista. La riqueza del señor no consiste en tierras, cultivos y rebaños de vacas y ovejas. Consiste en millones contantes y sonantes, porque los famosos “talentos” no tienen nada que ver con la inteligencia. El talento era una cantidad de plata que variaba según los países, oscilando entre los 26 kg en Grecia, 27 en Egipto, 32 en Roma y 59 en Israel. Por consiguiente, los tres administradores reciben, aproximadamente, 300, 120 y 60 kg de plata.

 Talento de plata

 La parábola (Mateo 25,14-30)

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: 

Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. 

Se acercó el que habla recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.”

Se acercó luego el que habla recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.”

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.”

El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues deblas haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez.

Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

El empleado miedoso, negligente y holgazán

 Los dos primeros duplican esa cantidad negociando con el dinero que les han confiado. Pero la parábola se detiene en el tercero, que se molesta en buscar un sitio escondido, cava un hoyo, y entierra el talento. El lector actual, conocedor de tantos casos parecidos, se pregunta quién ha sido el más inteligente. ¿Es preferible colocar el capital en acciones arriesgadas o guardarlo en una caja fuerte? En cambio, el propietario de la parábola lo tiene claro: había que invertir el dinero y sacarle provecho, como hicieron los dos primeros empleados.

¿Por qué no ha hecho igual el tercero? Él mismo lo dice: porque conoce a su señor, le tiene miedo, y prefirió no correr riesgo. Y termina con un lacónico: “Aquí tienes lo tuyo”.

Sin embargo, el señor no comparte esa excusa ni esa actitud. Lo que ha movido al empleado no ha sido el miedo, sino la negligencia y la holgazanería. Le traen sin cuidado su señor y sus intereses. Y toma una decisión que, actualmente, habría provocado manifestaciones y revueltas de todos los sindicatos: lo mete en la cárcel (“echadlo fuera, a las tinieblas”).

Aplicándonos el cuento

Los sindicatos llevarían razón, y conseguirían que readmitieran al empleado, incluso con un gran resarcimiento por daños y perjuicios. Pero el Señor de la parábola no depende de sindicatos ni tribunales del trabajo. Tiene pleno derecho a pedirnos cuentas a cada uno del tesoro que nos ha encomendado.

Como ocurría con el aceite en la parábola de las muchachas, los talentos se han prestado a múltiples interpretaciones: cualidades humanas, don de la fe, misión dentro de la iglesia, etc. Ninguna de ellas excluye a las otras. La parábola ofrece una ocasión espléndida para realizar un autoexamen: ¿qué he recibido de Dios, a todos los niveles, humano, religioso, familiar, profesional, eclesial? ¿Qué he hecho con ello? ¿Ha quedado escondido en un cajón? ¿Ha sido útil para los demás? Como se dice en el mismo evangelio de Mateo: ¿Ha resplandecido mi luz ante los hombres para que glorifiquen al Padre del cielo? ¿Pienso que será suficiente decirle: “Aquí tienes lo tuyo”?

Una moraleja desconcertante

La parábola, termina con unas palabras muy extrañas:

“Al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”.

 ¿En qué quedamos? ¿Tiene o no tiene? Pero la frase no se debe al error de un copista, se encuentra así en los tres evangelios sinópticos (Mt 13,12; Mc 4,25; Lc 19,26). Es posible que el mismo Jesús intentara aclararla más tarde mediante la historia de un señor que encomienda su capital a tres empleados. El sentido de la frase resulta ahora más claro: “Al que produzca se le dará, y al que no produzca se le quitará lo que tiene”. Esa parábola terminó en dos versiones bastante distintas, la de Mateo, que se lee hoy, y la de Lucas 19,11-27. Lucas, para no provocar las iras de los sindicatos, no mete al empleado holgazán en la cárcel, se limita a quitarle el denario.

La empresaria modelo (1ª lectura: Proverbios 31,10-13.19-20)

En el contexto económico de la parábola encaja perfectamente la imagen de la mujer empresaria de la que habla el libro de los Proverbios. La liturgia traduce “mujer hacendosa”. Pero el texto sugiere mucho más. Habla de una mujer que es, al mismo tiempo, excelente empresaria (cosa que quedaría más clara si la liturgia no hubiera mutilado el texto), generosa con los necesitados y con las personas a su servicio, preocupada por sus hijos y su marido, gozando del respeto y estima de sus conciudadanos, porque ella misma respeta al Señor. Es interesante esta imagen propuesta por un libro bíblico hace veintitrés o veinticuatro siglos, tan distinta de nuestro proverbio: “La mujer casada, la pata quebrada… y en casa”.

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas.  Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas.  Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos.  Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Quien lee el poema entero (se encuentra en Proverbios 31,10-31) advierte la enorme actividad que esta mujer desarrolla desde la mañana temprano hasta avanzada la noche. El capital recibido de Dios (sean cinco talentos, dos o uno) ha sabido invertirlo perfectamente.

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Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. 19 noviembre, 2023

Domingo, 19 de noviembre de 2023
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“… el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.”

(Mt 25, 14-30)

El otro día tuve una interesante (también sorprendente) conversación telefónica. Había llamado a una empresa para hacer un pedido. Cuando la persona que estaba al otro lado del teléfono me dijo: “Mira, yo no soy monja, pero a mí me gusta decir que soy cristina, por qué voy a callarme. ¡Si tenemos una religión que es un chollo! Podemos beber vino, podemos comer de todo. Lo único que se nos pide es que no hagamos daño a nuestro vecino.”

¡Correcto! El seguimiento de Jesús es un chollo, pero la mayoría de los cristianos lo metemos en el pañuelo y lo enterramos.

Nos han dado un Don, un talento, un regalo y en lugar de disfrutarlo lo escondemos bajo tierra. Me llama la atención la vergüenza que da manifestarse como cristiano. Mucha gente casi parece pedir perdón cuando dice que es cristiana. Es como si fuera algo íntimo y privado. Lo que debería darnos vergüenza no es ser cristianas sino no ser consecuentes con nuestro seguimiento, eso sí que debería sonrojarnos.

Hay otro fenómeno actual que también es sorprendente. En este mundo globalizado en el que vivimos nos hacemos enseguida solidarios de lo que nos queda más o menos cerca ya sea geográfica, cultural o ideológicamente. Por ejemplo, cuando ha habido algún triste atentado de cierta envergadura empiezan a circular frases como: “Todos somos …”. Apoyamos a quienes han sufrido una violencia injusta y eso está bien. Pero… hay un matiz que oscurece la buena intención y es que parece que nuestra capacidad de solidarizarnos solo alcanza hasta aquellos con quienes nos “identificamos”. Si hay un atentado en un país europeo nos movilizamos, si es en África o en un país musulmán…

Con todo, lo más llamativo es que no nos sentimos solidarios con las personas que son perseguidas por ser cristianas. Dudo que haya mucha gente dispuesta a hacer circular frases como: “todos somos cristianos” cuando se atenta contra la vida de muchas personas en Siria, Irán, Irak, Egipto, Afganistán…

No, no ponemos en juego nuestro talento. Ni arriesgamos nuestra imagen o nuestra reputación. No nos manifestamos abiertamente cristianos y es por una sencilla razón: nos da vergüenza. Ser cristiano en occidente no está de moda. La imagen que se tiene del cristianismo es tan chata, tan reducida y ridícula que hay que reconocer que un poco de vergüenza sí que da. Pero si deseamos que esa imagen cambie solo hay un camino:  abrir el hoyo, desenterrar el talento, ponerlo a la vista y descubrir su valor.

Oración

Trinidad Santa, danos la audacia necesaria para decir abiertamente que creer en Ti es creer en una vida digna para todas las personas, para la creación entera. Amén.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

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Cuando hablamos de Iglesia ¿Hablamos de Pueblo de Dios o de Jeraquía?

Domingo, 5 de noviembre de 2023
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comunidadfeDel blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01. Ha terminado el sínodo.

    La clausura del Sínodo el pasado domingo, día 29, y el evangelio de hoy se prestan a hacer alguna consideración sobre la Iglesia.

El sínodo es  una cuestión eclesial, y el texto del evangelio de hoy refleja las ideas de fondo de cómo eran y cómo vivían  las comunidades judeo-cristianas de Mateo.

No llaméis a nadie Maestro… Todos vosotros sois hermanos… El primero entre vosotros será vuestro servidor…

02.- La Iglesia nació de modo plural

    La Iglesia no nació como una congregación religiosa: un fundador que en tal año, con unas constituciones crea un grupo que se denomina orden religiosa, congregación, asociación, etc…

    El movimiento que Jesús desencadenó con su Palabra y su actividad se va configurando después de Él, a partir de la Pascua y de modo plural conforme al acento que los diversos apóstoles ponen en su predicación y atendiendo la diversidad de gentes, pueblos y culturas que comenzaban a creer en el Señor Jesús. Por ello, el nacimiento de la Iglesia no fue uniforme sino plural

+ Las comunidades de Pablo son carismáticas, con la peculiar teología de la justificación de JesuCristo por la fe (no por las obras), la libertad frente a la ley, etc.

+ Las comunidades de San Juan que aparecen en el NT ha sufrido mucho y han quedado reducidas a grupos pequeños, centrados “casi exclusivamente” en “el que es”, en Cristo: “Yo soy”; son comunidades sin apenas estructura.

+ La iglesia que aparece al final de NT (Tito y   2 Timoteo) está formada por comunidades más estructuradas en las que ya comienzan los ministerios (presbíteros – obispos, aunque no como los actuales).

+ Las comunidades de Mateo son comunidades formadas por cristianos de tradición judía que buscan su identidad desgajándose “como pueden” del judaísmo. El pueblo de Dios ya no es Israel, sino la iglesia, la comunidad de hermanos son el nuevo pueblo de Dios con una igualdad radical: todos sois hermanos. Ello supone un universalismo, una gran apertura frente al “reduccionismo” judío.

La Iglesia es, pues,  una comunidad plural, ¿una comunidad de comunidades? La Iglesia es una unidad, pero no es uniforme.

03.- ¿Podremos llegar a una Iglesia sinodal en la que caminemos de verdad juntos, unidos?

El pasado domingo, día 29, terminaba -hasta cierto punto- el Sínodo que se ha denominado “Sínodo de la sinodalidad”: un pueblo que camina unido: caminamos juntos…

Solemos cantar en la liturgia: Somos un pueblo que camina y juntos caminando…

¿De verdad que algún día llegaremos a caminar juntos?

04.- Tres  consideraciones:

4.1. Cuando nosotros hablamos de Iglesia, propiamente no hablamos de Iglesia, de pueblo de Dios que camina, hablamos de Jerarquía, de Roma, de los “cardenales dubia” enfrentados al papa Francisco, de los obispos de las diócesis, etc.

Cuando preguntamos qué dice la Iglesia acerca del divorcio, del celibato, del ministerio de la mujer en la Iglesia, de la homosexualidad, etc…, no preguntamos qué dice el Pueblo de Dios acerca de esas y otras muchas cuestiones, sino que preguntamos qué dice Roma, qué dice el Papa, qué dice el Derecho Canónico acerca de tales cuestiones.

Sin embargo la Iglesia es el Pueblo de Dios.

4.2. Vivimos en una eclesiología casi exclusivamente piramidal ya desde el siglo XI, reforzada en el siglo XIX en el Vaticano I con la definición de la infalibilidad del primado más por motivos históricos, que por necesidad dogmática.

(El cardenal Newman decía que nunca un dogma fue tan innecesario para la Iglesia).

4.3. Personalmente y en mi fuero interno no me gusta mucho pensar en términos de “laicos y jerarquía”, aunque comprendo que hay que hacerlo. Y no me gusta pensar en esos términos porque es admitir una distinción que difícilmente encuentra respaldo en el Evangelio de Jesús. Una cosa es que en la iglesia existan unas necesidades y tareas que atender y, por tanto, tenga que haber unos ministerios que atiendan la vida de la comunidad. Pero de ahí a todo lo que ha venido posteriormente en la historia y en la configuración de la jerarquía, hay mucha distancia.

No llaméis a nadie maestro ni señor, ni consejero: todos sois hermanos.

05.- Situación eclesial en la diócesis.

¡Qué bueno y hermoso es que los hermanos vivan unidos!, dice el salmo 133. Es un buen comentario al texto del evangelio de hoy: Todos vosotros sois hermanos… Es esta una gran verdad que la experimentamos en algunos ámbitos de amistad, de convivencia.

Sin embargo y por desgracia es difícil decir esto del ámbito eclesial.

5.1. Situación eclesial dañada en nuestra diócesis

En la Iglesia hay malestar, que significa: estar mal. En nuestra propia diócesis el clima es difícil, duro. La situación diocesana ha quedado muy dañada, aunque se quiera maquillar o edulcorar el problema.

No nos ha extrañar, porque si el papa Francisco está viviendo en un fuego cruzado, ¿qué podemos esperar los demás?

La comunión eclesial no se logra por sometimiento, por dominación o imposición de una línea ideológica. Somos hermanos porque todos tenemos un mismo Padre.

5.2. Respeto

Quizás hoy en nuestra diócesis la comunión eclesial signifique respeto, saber respetar y respetarse las diversas líneas y movimientos religiosos y entre los curas de diversas tendencias.

En nuestra diócesis (supongo que en otras muchas diócesis también) pensamos y tenemos formulaciones de la fe diversas, desde la forma de vestir, hasta el modo de entender la fe, la teología, la moral, las celebraciones, etc…

Ya en el mismo NT hubo discrepancias y enfrentamientos entre diversos modos de pensar y vivir la fe: En la Iglesia de Antioquía el enfrentamiento entre Pablo y la Iglesia judaizante de Jerusalén (Santiago y Pedro) fue frontal.

Pablo dice en la carta a los Gálatas que “tuve que echarle en cara a Pedro” su comportamiento en la cuestión de los judaizantes, (Gál 2,11)

Los hermanos nos queremos, nos ayudamos, nos respetamos, pero también tenemos nuestras discrepancias, incluso discusiones. Ser hermano no significa ser amigo.

Nuestra diócesis de San Sebastián hoy en día cuenta con unos 60 sacerdotes por debajo de los 75 años. (Hace cincuenta años nuestra diócesis contaba con más de 800 curas).

Por otra parte, las generaciones de curas que crecimos y seguimos viviendo en el Pentecostés liberador del Concilio Vaticano II, somos mayores o muy mayores, tenemos más de 75 años. Los curas más jóvenes son –en general- de otra mentalidad distinta al Concilio. Hace unos días decía Jesús Rico obispo de Ávila y hasta ahora rector del Colegio Español de Roma (buena atalaya para conocer el clero español) decía que: “Entre los curas jóvenes hay resistencias al Papa”

Pero –por- edad en ellos está la “fuerza”, la vitalidad y son los que van a llevar adelante esta iglesia local nuestra en los próximos años, ¿décadas?

La postura racional y razonable no creo que sea la del enfrentamiento, tampoco la de la tristeza o amargura  lamentaciones incluidas,  sino la de –respetuosamente- hacerse a un lado y dejar paso.

Por nuestra parte y sin estar de acuerdo en muchas cosas, formulaciones teológicas, ritos, etc. seguiremos viviendo en el habitat presente del Concilio,  disfrutando y terminando nuestros días en lo que supuso el Concilio.

Para muchos de nosotros el Concilio Vaticano II fue un Pentecostés, un “Éxodo liberador de la esclavitud de Egipto”. Yo a Egipto no vuelvo.

Además, y si buenamente podemos –y mientras podamos-, mantendremos vivas las brasas de Emaús.

Todos vosotros sois hermanos

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Santiago Agrelo: “Me pregunto si para mi fe representa más la veneración del Santísimo que la defensa de los pobres”

Lunes, 30 de octubre de 2023
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IMG_1114Preguntas ineludibles: Me pregunto si los emigrantes pobres son mi prójimo”

“La memoria me recuerda que son muchos los miles de hombres, mujeres y niños que se ven obligados a arriesgarse con la muerte si quieren tener una posibilidad de vida digna”

“Me pregunto si en los emigrantes pobres reconozco a Cristo Jesús o no pasan de ser una amenaza para mi seguridad, un inconveniente para mi tranquilidad, un incordio a la puerta de mi casa”

“Me pregunto si para mi fe representa más la veneración del Santísimo que la defensa de los pobres”

La noticia decía así: «Decenas de personas que pretendían llegar a Canarias han desaparecido este miércoles después de que el cayuco en el que se transportaban naufragara cerca de la costa de Senegal… Según… testimonios, entre los desaparecidos se encuentran aproximadamente treinta chicas jóvenes…».

La liturgia de la palabra de este Domingo se abre con una declaración solemne, inapelable: “Así dice el Señor: «No oprimirás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto»”. Y, en el evangelio, oirás, saliendo de los mismos labios, las palabras del mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser… Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

IMG_1111La memoria me recuerda que son muchos los miles de hombres, mujeres y niños que se ven obligados a arriesgarse con la muerte si quieren tener una posibilidad de vida digna; y que son demasiados los miles de hombres, mujeres y niños que con la muerte se quedan sin que nosotros nos sintamos responsables, ni del camino al que se han echado, ni del abismo que los ha devorado.

Hay preguntas que no puedo eludir:

Me pregunto si los emigrantes pobres son mi prójimo.

Me pregunto si en los emigrantes pobres reconozco a Cristo Jesús o no pasan de ser una amenaza para mi seguridad, un inconveniente para mi tranquilidad, un incordio a la puerta de mi casa.

Me pregunto cuáles serían mis sentimientos, cuál mi reacción, cuáles mis exigencias si, en vez de treinta mujeres pobres ahogadas en la desembocadura del Senegal, la noticia fuese que en treinta iglesias  de mi Galicia natal el Santísimo hubiese sido, no digo ya pisoteado, sino simplemente arrojado del sagrario al suelo.

Me pregunto si para mi fe representa más la veneración del Santísimo que la defensa de los pobres.

Cortesd18febrero2011Me pregunto qué significa mi comunión con Cristo en la eucaristía si no comulgo con Cristo en los emigrantes pobres.

Me pregunto hasta dónde llega mi compromiso con Cristo y con los pobres.

Me pregunto si he escuchado el mandamiento del amor.

Me pregunto si he aprendido algo de Cristo Jesús.

Me pregunto si soy cristiano.

Me pregunto si tengo salvación.

Fuente Religión Digital

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“Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo”. Domingo 29 de octubre de 2023. 30º domingo de tiempo ordinario.

Domingo, 29 de octubre de 2023
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53-OrdinarioA30Leído en Koinonia:

Éxodo 22,20-26: Si explotáis a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros.
Salmo responsorial: 17: Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
1Tesalonicenses 1,5c-10:Abandonasteis los ídolos para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo.
Mateo 22,34-40: Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.

Podríamos decir que hoy comenzamos la recta final del año litúrgico; esto significa que dentro de un mes estaremos finalizando un ciclo para dar inicio al siguiente. Nos vienen entonces de maravilla las lecturas de hoy para que desde ya comencemos a revisar nuestra vida de fe y cada una de nuestras acciones a lo largo de este año y para que nos preparemos de manera adecuada para vivir con más radicalidad y compromiso el año que viene. La frase clave del pasado domingo nos puede ayudar a entender con más precisión el mensaje de hoy y el de los próximos domingos. Escuchamos hace ocho días la bien conocida frase de Jesús: “den al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21). Centrémonos en lo que hay que dar a Dios; de este modo, lo que habría que “dar al césar” tendrá que ir disminuyendo cada día más y más, pues en la medida que vamos ampliando nuestra conciencia de ciudadanos/as del Reino, todo lo que somos y tenemos estará únicamente en función de ese proyecto de Reino que es la sociedad solidaria, igualitaria y fraterna; el “césar” y su sistema, tendrán que desaparecer, por fuerza. Y la manera práctica cómo Dios tiene en mente la creación de ese sistema humano social distinto al egipcio, lo expone maravillosamente en el Sinaí, en el contexto de la Alianza con su pueblo. Para ello se vale de tres figuras que simbolizan lo que NO es su proyecto: la viuda, como símbolo del más desvalido de los seres por no tener un macho que le de identidad; el forastero, por no tener un pedazo de tierra donde realizar su proyecto personal y familiar, y el que no posee nada y va de préstamo en préstamo, como símbolo del indigente. Si el seguidor de Yahveh pasa por alto estos tres extremos o declaradamente se aprovecha de su situación, o no hace nada por mejorarla (lo más común aún en nuestros días), él mismo está atrayendo sobre sí la desgracia por ir en contravía del proyecto de la justicia que es la esencia misma del proyecto de Dios que mueve todo el aparato liberador de Egipto. Nada más claro para ayudarnos a entender, además, el pasaje del evangelio que hoy escuchamos; Jesús sienta su posición respecto al camino que hay que seguir si se quiere estar en sintonía auténtica con el proyecto del Padre: no es el legalismo, no es la preocupación de si estamos o no cumpliendo este o aquel mandato; no se puede dudar: “ama a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”; en esto se resume toda la Revelación de Dios.

La legislación de Israel estaba orientada a mitigar los efectos del empobrecimiento de las grandes masas de campesinos. El exilio, el desplazamiento forzado por causa de la guerra, la usura… se convertían en una amenaza para la convivencia y, sobretodo, contradecían los fundamentos éticos del pueblo de Dios.

El «código de la alianza» hacía énfasis, no sólo en las rúbricas litúrgicas o en las orientaciones religiosas, sino en la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad: forasteros, viudas, huérfanos, jornaleros y pobres en general. Los forasteros porque, en la mayoría de los casos, eran exiliados de la guerra que habían sufrido el desplazamiento forzado y llegaban a las tierras de Israel sin otro recurso que sus propias manos. La legislación recuerda los beneficios del éxodo y el cambio de situación del pueblo hebreo que pasó de la servidumbre a la libertad. Las viudas y los huérfanos estaban a merced de los parientes varones que detentaban el monopolio jurídico de la tierra. Los jornaleros estaban a merced de los terratenientes que les pagaban cuando se les venía en gana y no al terminar el día, como lo determinaba la Ley. El clamor de estas personas se convertía en una preocupación del Dios liberador que no podía dejar impune a los opresores, explotadores y usureros.

Un hombre del antiguo Israel, como Jesús, se sorprendería al ver que nuestra sociedad se basa en la usura. Para ellos, los exagerados intereses de una deuda eran una auténtica vergüenza. Y más se asustaría al saber que los grandes usureros gobiernan las políticas de los países y determinan quién vivirá satisfecho y cuantos millones de pobres morirán de hambre. La usura es, en la Biblia, un delito comparable sólo con el asesinato. La usura es la mayor amenaza para la gente pobre que se ve obligada a empeñar hasta la propia ropa para poder comer. La usura se origina en la injusta percepción de los valores sociales, pues la ambición y la acumulación se convierten en el objetivo de las relaciones sociales, quitándoles su carácter de gratuidad y solidaridad.

Esta situación queda consagrada igualmente en el plano internacional. Tan consagrada, que se considera «natural» la situación de sometimiento absoluto con el que las finanzas internacionales, impúdicamente especulativas, dominan la vida y el trabajo de las mayorías de los distintos países, mediante la subida y la bajada, casi enteramente caprichosa, de los intereses de «los mercados» internacionales. Hace unos años fue con la Deuda Externa: países enteros gravados con deudas que equivalían a muchas veces su producto nacional bruto anual… es decir, que debían todo lo que podían producir durante varios años, podríamos decir que de hecho se debían a sí mismos. Y todo ello, proviniendo de unos préstamos que habían sido ofrecidos a intereses bajísimos, pero «fluctuantes», intereses que una vez contraídas las deudas fueron internacionalmente alzados hasta un 18%, cuando a lo largo de la historia tales intereses nunca habían subido más allá de un 6%. En los préstamos personales sabemos cuándo unos intereses comienzan a ser usureros. ¿Por qué no se sabe en qué cifra de interés comienza la «usura» en el plano internacional? ¿No estamos viviendo una situación de usura en el sistema financiero internacional? Solemos pensar que el mundo civilizado y moderno es muy distinto de aquel mundo de masas pobres y de esclavos que no eran dueños de sí mismos, pero la diferencia no es tan grande: las grandes estructuras de injusticia son ahora mucho más complejas, sofisticadas y masivas.

 Pablo interpreta el paso de una mentalidad legalista y opresora, hacia una mentalidad creativa y liberadora, como un cambio de la idolatría al culto al Dios verdadero, al Dios de la Vida. Mientras los hebreos eran prisioneros de los interminables preceptos de la Ley (la escrita y la oral), los así llamados paganos eran esclavos de la incesante marea de modas de pensamiento y de religiones que les impedían descubrirse a sí mismos como esclavos de la idolatría del imperio. Pablo propone a los gentiles no una religión más, sino un nuevo estilo de vida donde el discernimiento, la gratuidad y la conciencia de ser libres constituía el fundamento de la relación con Dios y con el prójimo.

 El evangelio apunta, precisamente, en la misma dirección al mostrarnos que para Jesús, el fundamento de la relación con Dios y el prójimo es el amor solidario. Jesús sintetiza el decálogo y casi toda la legislación en su principio de amor fraternal y recíproco.

Los juristas gustaban de probar los conocimientos que Jesús tenía sobre la Ley. Para ellos el mandamiento más importante era la observancia del sábado. Ese día debían dedicarse por completo al reposo y a escuchar la lectura de la Escritura. Con el tiempo convirtieron esta ley en una carga que a duras penas soportaban los pobres.

El sábado había dejado de ser fiesta del Señor y se había convertido en un día lúgubre, lleno de prescripciones ridículas que impedían a las personas movilizarse, cocinar e incluso auxiliar al necesitado.

Cuando los juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que el cometa un error y se pronuncie contra la Ley misma. Jesús se les adelanta y les hace ver que en la Ley lo más importante es el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor es el espíritu mismo de la legislación divina.

Al colocar estos dos mandamientos como el eje de toda la Escritura, Jesús pone en primer lugar la actitud filial con respecto a Dios y la solidaridad interhumana como los fundamentos de toda la vida religiosa. Incluso, la adecuada interpretación de la Escritura (la Ley y los Profetas) depende de que sean comprendidos y asumidos estos dos imperativos éticos.

Nosotros vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío, incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones. Vivimos también en un mundo que tiene muchísimos más millones de pobres oprimidos bajo la usura internacional, que los pobres oprimidos por los que clamaron los profetas. La Palabra de Jesús que hoy recordamos y actualizamos en nuestra celebración es una invitación a sacudir nuestra pasividad, a recuperar la indignación ética ante la situación intolerable de este mundo llamado moderno y civilizado, y a volver a lo esencial del Evangelio, al mandamiento principal, a los dos amores. Leer más…

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“Aprenda a salvarse en treinta segundos”. Domingo 30. Ciclo A.

Domingo, 29 de octubre de 2023
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mandamientosDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj: 

¿Cuál es el mandamiento principal? Muchos católicos responderían: «Ir a misa el domingo». A los que piensen de otro modo, les gustará recordar lo que pensaba Jesús.

 El problema de sus contemporáneos

             En los domingos anteriores, diversos grupos religiosos se han ido enfrentado a Jesús, y no han salido bien parados. Los fariseos envían ahora a un especialista, un doctor de la Ley, que le plantea la pregunta sobre el mandamiento principal. Para comprenderla, debemos recordar que la antigua sinagoga contaba 613 mandamientos (248 preceptos y 365 prohibiciones).

 ¿Se puede reducir todo a uno?

             Ante este cúmulo de mandamientos, es lógico que surgiese el deseo de sintetizar, de saber qué era lo más importante. Este deseo se encuentra en una anécdota a propósito de los famosos rabinos Shammay y Hillel, que vivie­ron pocos años antes de Jesús. Una vez llegó un pagano a Shammay y le dijo: «Me haré prosélito con la condición de que me enseñes toda la Torá mien­tras aguanto a pata coja». Shammay, que era sastre, lo despidió amenazándolo con la vara de medir que tenía en la mano. El pagano acudió entonces a Hillel, que le dijo: «Lo que no te guste, no se lo hagas a tu prójimo. En esto consiste toda la Ley, lo demás es interpreta­ción» (Schabat 31a). También el Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.) sintetizó toda la Ley en una sola frase: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo; este es un gran princi­pio general en la Torá».

 La novedad de Jesús

             Mateo había puesto en boca de Jesús una síntesis parecida al final del Sermón del Monte: «Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas» (Mt 7,12). En el evangelio de hoy Jesús responde con una cita expresa de la Escritura:

 En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús habla hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

̶ Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?

Él le dijo:

̶  Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas. 

            «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente» (Deuteronomio 6,5). Son parte de las palabras que cualquier judío piadoso recita todos los días, al levantarse y al ponerse el sol. En este sentido, la respuesta de Jesús es irreprochable. No peca de originalidad, sino que aduce lo que la fe está confesando continuamente.

            La novedad de su respuesta radica en que le han preguntado por el manda­miento principal, y añade un segundo, tan importante como el primero: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19,18). Una vez más, su respuesta entronca en la más auténtica tradición profética. Los profetas denunciaron continuamente el deseo del hombre de llegar a Dios por un camino individual e intimista, que olvida fácilmente al prójimo. Durante siglos, muchos israelitas, igual que muchos cristianos, pensaron que a Dios se llegaba a través de actos de culto, peregrinaciones, ofrendas para el templo, sacrificios costosos… Sin embargo, los profetas les enseñaban que, para llegar a Dios, hay que dar necesariamente el rodeo del prójimo, preocuparse por los pobres y oprimidos, buscar una sociedad justa. Dios y el prójimo no son magnitudes separables. Tampoco se puede decir que el amor a Dios es más importante que el amor al prójimo. Ambos preceptos, en la mentalidad de los profetas y de Jesús, están al mismo nivel, deben ir siempre unidos. «De estos dos mandamientos penden la Ley entera y los Profetas» (v.40).

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El prójimo son los más pobres (1ª lectura)

            En esta misma línea, la primera lectura es muy significativa. Podían haber elegido el texto de Deuteronomio 6,4ss donde se dice lo mismo que Jesús al principio: «Escucha, Israel, el Señor tu Dios es uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón…» Sin embargo, han elegido un texto del Éxodo que subraya la preocupación por los inmigrantes, viudas y huérfanos, que son los grupos más débiles de la sociedad (la traducción que se usa en España dice los «forasteros», pero en realidad son los inmigrantes, los obligados a abandonar su patria en busca de la supervivencia, marroquíes, senegaleses, rumanos, etc.). Luego habla del préstamo, indicando dos normas: si se presta dinero, no se pueden cobrar intereses; si se pide el manto como garantía, hay que devolverlo antes de ponerse el sol, para que el pobre no pase frío. Es una forma de acentuar lo que dice Jesús: sin amor al prójimo, sobre todo sin amor y preocupación por los más pobres, no se puede amar a Dios.

Así dice el Señor: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

El ejemplo de unos cristianos pobres (2ª lectura: 1 Tes 1,5c-10)

            La lectura de la primera carta a los Tesalonicenses, continuación del fragmento que leímos el domingo pasado, recuerda lo bien que acogieron «la Palabra, entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo». La continuación de la carta aclara que «tanta lucha» se refiere a las persecuciones de los judíos. La comunidad, quizá la más pobre de las que fundó Pablo, supo unir dos realidades aparentemente irreconciliables: sufrir y vivir alegres, gracias al Espíritu Santo. De este modo se convirtieron en modelo para otros muchos cristianos de Macedonia y Grecia y nos recuerdan el ejemplo parecido de otras comunidades actuales.

            El texto, aunque muy breve, contiene dos datos interesantes: 1) Resume la predicación de Pablo, al menos en sus primeros tiempos: el recurso para evitar el castigo futuro de Dios consiste en abandonar los ídolos, volverse al Dios verdadero y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús. 2) Hay comunidades cristianas no solo en Macedonia, sino también en Acaya y «en todas partes»; Acaya es la región situada al norte del Peloponeso, entre la región de Corintia y el mar Jónico. Esto demuestra que la predicación de Pablo y de los otros misioneros no se limitó a la ciudad de Corinto, sino que se extendió también hasta relativamente lejos.

Hermanos: Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegaste a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra comunidad, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes; vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os librará del castigo futuro.

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“Dadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Domingo 22 de octubre de 2023. 29º domingo del Tiempo ordinario.

Domingo, 22 de octubre de 2023
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52-OrdinarioA29Leído en Koinonia:

Isaías 45,1.4-6: Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones. 
Salmo responsorial: 95: Aclamad la gloria y el poder del Señor.
1Tesalonicenses 1,1-5b: Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza.
Mateo 22,15-21: Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?” Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: “Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.” Le presentaron un denario. Él les preguntó: “¿De quién son esta cara y esta inscripción?” Le respondieron: “Del César.” Entonces les replicó: “Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.”

En la primera lectura nos encontramos ante un texto que se encuentra ubicado en lo que se llama el «Segundo Isaías» o «libro de la consolación» de pueblo de Israel. Este dato, aparentemente simple, nos permite entrar al texto desde una clave de interpretación especial. Isaías, el profeta del juicio y el castigo, siempre tiene al final una palabra de ánimo, de esperanza, de consolación, sobre todo en estos tiempos en los que las propuestas alternativas son buscadas por el sistema globalizante para eliminarlas.

Yahvé habla a Ciro –una persona que «no conoce a Dios», insiste el texto- y le habla, para encomendarle una misión. Es decir: el no conocer a Dios no es una limitación para ser llamados por Dios a una misión, y la de Ciro va a ser la de anunciar palabras de consuelo. El monopolio de la elección de Dios por parte de sólo un pueblo entre todos los pueblos de la humanidad, se desdibuja ante este relato del profeta. Constatamos que un «no judío» puede servir también de mediación adecuada para la actuación de Dios. En buena parte, eso es una gran novedad.

En Pablo, la realidad que Isaías presenta como alianza es elección en comunidad («tenemos presente la obra de su fe, los trabajos y sobre todo la tenacidad de su esperanza»): Son las palabras de Pablo y compañía a la comunidad que se reúne en Tesalónica, quienes se dejan guiar por la acción del Espíritu Santo…

El evangelio de Mateo –el más comentado en la historia de la iglesia y a la vez el evangelio del cual se ha hecho la interpretación más dogmática y espiritualista– es el marco de un texto polémico en un contexto social en el que se divinizaba al Emperador. El evangelio de Mateo es la primera síntesis de la tradición judía y cristiana después de la destrucción del templo de Jerusalén en la guerra de los años 66-74 d.C. El fragmento que hoy leemos forma parte de una serie de controversias entre Jesús y los fariseos (y otros grupos) sobre temas como el tributo, la resurrección de los muertos, el mandamiento principal, el hijo de David… Todas estas controversias tienen como telón de fondo la confrontación de Jesús con la ley romana.

Bajo el tema del tributo, una realidad que sufrían las comunidades cristianas (en las que se fue elaborando el texto del evangelio) bajo el dominio del imperio romano, el pueblo de Israel –que siglos antes había soñado una sociedad como confederación de tribus, en la que el único Señor fuese Dios, el Dios de la liberación–, vive ahora las consecuencias de una monarquía que exprime al pobre para sostener su estructura. Los más pobres son los más afectados por la política fiscal, pues la tasación recaía más directamente sobre los que trabajaban la tierra, campesinos o inquilinos.

Pero yendo un poco más allá del tributo, fijémonos en la figura del Emperador. Roma cargaba sobre sí la influencia del mundo religioso de Egipto y Grecia. La relación de los romanos con estos dioses forma parte de la estructura ordinaria y cotidiana de la vida social: se entendía al Emperador como un dios; Roma era una teocracia.

Las comunidades cristianas que habían optado por otra forma de entender la relación con Dios, con el Dios de Jesús, con el Abba, no podían entender cómo el emperador se presentaba como Dios, y se enfrentan a la religión oficial optando por lo alternativo, que en este caso es la propuesta de vida en pequeñas comunidades de hermanos y hermanas.

Ante esta realidad, la comunidad cristiana busca en la experiencia vivida con el maestro y nos trae al escenario esta frase que ha conseguido ser aceptada como adagio popular: «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Por tanto ya en los albores de la reflexión de la comunidad está la conciencia de que el emperador no es Dios, y nunca lo será, porque Dios es amor, justicia, amor, igualdad… valores ausentes en cualquier imperio, de cualquier época.

Con el correr del tiempo, lo que es alternativo se transforma en oficial, y se hace necesario reemprender el camino de la creatividad, de la renovación, de lo alternativo.

En la actualidad no hay emperadores que se presenten como Dios, pero sí nos encontramos con ciertas estructuras religiosas monárquicas e imperiales que lejos de reflejar la vivencia de la comunión entre los hermanos y hermanos, pretenden imponer la explotación de los pobres al mejor estilo del imperio Por eso, al leer este texto desde el hoy, tenemos que decir con voz profética: «a la estructura oficial religiosa lo que es de ella» y «a Dios lo que es de Dios», o sea, «a Dios Padre y a su Reino toda nuestra entrega y fidelidad».

El evangelio de Mateo con su fuerza eclesiológica renovadora, nos impulsa a trabajar incansablemente por una iglesia más cercana a la propuesta de Jesús, más centrada en las personas, en las relaciones entre los hermanos, y menos pendiente de la norma y estructura, que cuya atención no puede ponerse por encima de la Justicia y de la defensa de los pequeños, los predilectos de Dios. Leer más…

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22.10.23. Devolved al César… Mataron a Jesús porque no pagó tributo y hoy haríamos lo mismo (DO 29; Mt 22, 15-21)

Domingo, 22 de octubre de 2023
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IMG_0988Del blog de Xabier Pikaza:

Jesús quiso el Reino de Dios para pobres y excluidos de los reinos y templos de este mundo. Pero, mientras llegaba el Reino (a fin de que llegue), muchos cristianos optaron por pagar tributo, convirtiéndose ellos mismos a veces en César.  

Por eso es importante volver a la palabra enigmática “devolved” (apodôte) al César…, no entréis en la disputa de tributos, en un mundo de césares contrapuestos, donde cada uno quiere su tributo: los legionarios de Roma y los celotas del monte de Galilea.

Este pasaje puede ayudarnos a entender y situar los conflictos económico-políticos del momento actual entre los que se cuentan el de Ucrania/Rusia, Palestina/Israel. Mientras muchos luchan, matan y mueren por tributos, el camino del reino de Dios sigue abierto para los que creen en el evangelio.

Texto

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?” Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: “Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.” Le presentaron un denario. Él les preguntó: “¿De quién son esta cara y esta inscripción?” Le respondieron: “Del César.” Entonces les replicó: “Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.” (Mt 22, 15-21)

Lectura del texto

Ésta es la pregunta que plantean en Jerusalén, en el momento clave de su revelación mesiánica. El signo de fondo es el denario del tributo, que significativamente Jesús no lleva, no por casualidad (como si hubiera olvidado tomarlo), sino por principio, pues él mismo ha pedido a sus discípulos que anuncien el Reino sin dinero o vestidos de repuesto (Mc 6, 6b-13). Por eso ha dicho al rico que venda lo que tiene, que reparta lo obtenido entre los pobres, para iniciar un camino en el que deben compartirse casas-campos y relaciones familiares (Mc 10, 17-31). En este contexto fija este relato la relación entre el movimiento de Jesús y el imperio, sobre el fondo de la tensa situación de Palestina (Israel), que desembocará tras unos años (67 d.C.) en una dura guerra contra Roma:

IMG_0989 ‒ Los defensores del Imperio, tenderán a justificar la economía y política de Roma, pagando unos impuestos que se entienden como un modo de participar en ese Imperio, en comunión con otros pueblos de aquel tiempo. El denario del tributo constituye una forma de contribuir al orden externo (mundano) de Dios.

Los enemigos del Imperio, entenderán el tributo como atentado contra la sacralidad israelita. Posiblemente, identifican la familia de Dios con el grupo nacional judío y quieren acuñar moneda propia, avalada con el nombre de Jerusalén. Por eso rechazan al César y su impuesto. Unos u otros, diga Jesús lo que diga, podrán acusarle: si afirma, le llamarán colaboracionista; si niega, insumiso, anti-romano.

Pues bien, Jesús no defiende la oposición violenta (no pagar, guerra contra Roma), ni apoya el orden de Roma (pagar), pues sabe que le tientan y, subiendo de nivel, responde que devuelvan (apodôte) al César el dinero que pertenece al César. En principio, podemos suponer que él era contrario al pago del tributo, no sólo por lo que ello implicaba de colaboración con el Imperio, sino también porque ese impuesto estaba al servicio de una economía fundada en el dinero. En esa línea, su respuesta (¡devolved al César lo que es del César y dad a Dios lo que es de Dios!) no se puede entender como declaración de guerra contra Roma, pero tampoco como aceptación de su tributo, sino que nos obliga a subir nivel, invitándonos a un tipo distinto de comunión humana.

Jesús no se pronuncia, por tanto, en contra de la ley, sino “fuera de ella”, esto es, al margen, pues busca las “cosas de Dios” (cf. Mc 8, 33) más allá del dinero y de la espada, no en un plano de ideales espiritualistas, sino de relaciones humanas (como indica en otra perspectiva el Sermón de la Montaña: Mt 5-7; Lc 6, 20-46). Se sitúa en el margen y desde el margen responde, para resolver así desde Dios los temas de conflicto de los hombres: Pagar o no pagar; pagar a quién (al Cesar o a los guerrilleros celotas enemigos del César). Las “cosas” de Dios que definen la identidad de su proyecto mesiánico, se sitúan en un espacio de gratuidad y pan compartido, no de dinero y talión, como sabe Mt 5, 21-48: “habéis oído que se ha dicho; yo, en cambio, os digo…”.

¿Es lícito pagar o no? Fariseos y herodianos quieren situar a Jesús ante la alternativa entre el sí y el no, en un plano monetario, en una sociedad campesina en la que apenas circula el dinero, de forma que, para muchos, no existe casi más moneda que la del tributos. Pero Jesús ha superado esa alternativa. No se trata de pagar o no pagar, sino de situarse en una dimensión más alta de revelación de Dios, es decir, de humanidad solidaria, por encima de una economía y política fundada en la posesión de la moneda. Jesús no acepta el tributo ni lo rechaza, sino que supera ese plano monetario (pagar o no pagar), pidiendo que se devuelva a Roma el dinero de sus impuestos, para iniciar de esa manera un camino distinto de evangelio.

20190110-Dios-o-el-dinero-mockup-final.1jpg‒ Jesús no tiene moneda, y así pide una a sus tentadores. Ellos se la traen, y él la mira, preguntando por la inscripción y la imagen grabadas en ella. Por una parte, él quiere superar el nivel de economía en que parecen situase todos. Por otra parte, él sabe que la moneda tiene valor de curso legal (económico), pero no es profana, en el sentido moderno del término, sino que lleva grabada una imagen del César, que en ella actúa como autoridad religiosa, es decir, como signo de divinidad. También la inscripción (que podía ser “Tiberio César Augusto, hijo del divino Augusto”) tenía carácter sagrado. Según eso, el tributo del César situaba a los hombre ante un “dios” que actúa por interés de dinero (Mammón), y eso Jesús no lo puede aceptar, como ha dicho en Mt 6, 24.

‒ Devolved al César… No combate con armas contra el César, pero tampoco le obedece (no emplea su dinero), sino que sale fuera del espacio de su dominio, para situarse en un ámbito de vida y convivencia donde el tributo al César sea innecesario. Aquellos que le tientan están dispuestos a emplear la moneda del César. Pues bien, Jesús les dice que se la devuelvan, de modo que no tengan nada que deberle, nada que pagarle. No se trata, por tanto, de luchar en guerra contra el César (no pagarle, como pretendían los celotas, para crear después su propio impuesto), sino de devolverle su dinero al César, para que él lo emplee como él quiera, pues el Reino se le alcanza y crea con monedas.

Jesus no ha caído, por tanto, en la trampa que quieren tenderle (pagar o no pagar), sino que propone un camino distinto: Devolver la moneda al César, darle lo suyo, es decir, salid de su imperio económico, para así ocuparse en verdad de las cosas de Dios. Devolved al Cesar lo que es del César, es decir, “salid de su imperio”, salid de su dinero… romper el esquema imperial del denario

‒ Y dad a Dios lo que es de Dios… Sólo allí donde al César se le devuelve la moneda (sin entrar en cálculos con él) se puede dar a Dios lo que es de Dios, es decir, todo lo que somos y tenemos, inaugurando un tipo de vida distinta, en gratuidad, esto es, sin “capital” de imperio, sin la violencia política y económica que simboliza el tributo. Esta propuesta ha de entenderse a la luz de todo el evangelio. Cerrada en sí misma, ella podría tomarse como puro enigma, una salida ingeniosa, llena quizá de ironía, pero sin sentido positivo. Pues bien, ella recibe un sentido más preciso a la luz de toda la enseñanza y conducta de Jesús, que no ha querido comprar con dinero los panes y los peces de las multiplicaciones (cf. 6, 37; 10, 17-22; 14, 3-9), sino que ha mandado a los suyos que compartan lo que tienen.

 Habían querido tenderle una trampa (pagar el tributo, oponiéndose a los nacionalistas judíos, o no pagarlo, enfrentándose con Roma). Pero Jesús se elevó de plano, sin caer en la trampa de fariseos y herodianos. No dice “sí” (paguen), ni dice “no” (niéguense a pagar), sino algo anterior y mucho más profundo: Apodote (devolvedle) al César lo que es suyo (salid de su campo), a fin de “dar” a Dios lo que es de Dios (para realizar su proyecto en el mundo). Por eso, el texto acaba comentando que se admiraban de él, aunque sus acusadores podrán decir más tarde que él ha ido soliviantando a la gente, para que no pague tributos al César, con lo que eso significa en aquel contexto (cf. Lc 23, 2).

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Jesús no sataniza al dinero y a su César (contra los celotas), ni lo diviniza (como hace Roma), sino que lo expulsa el ámbito mesiánico, pues él mismo ha dicho que lo opuesto a Dios es Mammón, el dinero convertido en “dios” supremo de este mundo (cf. Mt 6, 24), por encima incluso del imperio de Roma y del templo de Jerusalén. En esa línea debemos añadir que tarea y proyecto de Reino es una experiencia y tarea de gratuidad universal, superando el plano del dinero (cf. Mc 10, 17-31). En esa línea debemos seguir afirmando que el proyecto de Jesús va en contra de la raíz económica y religiosa del Imperio, pues él pide a los suyos que devuelvan el dinero al Cesar, saliendo así de su dominio.

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A Dios lo que es de Dios y la carta más antigua. Domingo 29. Ciclo A.

Domingo, 22 de octubre de 2023
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denario-tiberioDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Dos posturas ante el tributo al César

Seguimos en la explanada del templo de Jerusalén, en medio de los enfrentamientos de diversos grupos con Jesús. Esta vez, fariseos y herodianos lo van a poner en un serio compromiso preguntándole sobre la licitud del tributo al emperador romano. Por entonces, además de los impuestos que se pagaban a través de peajes, aduanas, tasas de sucesión y de ventas, los judíos debían pagar el tributo al César, que era la señal por excelencia de sometimiento a él.

            Fariseos y herodianos no tenían dudas sobre este tema; ambos grupos eran partida­rios de pagarlo. Los fariseos, porque no querían con­flictos con los romanos mientras les permitieran observar sus prácticas religiosas. Los herodianos, porque mantenían buenas relaciones con Roma. Como a nadie le gusta pagar, los rabinos discutían si se podía eludir el tributo. Y algunos adoptaban la postura pragmática que refleja el tratado Pesajim 112b: «… no trates de eludir el tributo, no sea que te descubran y te quiten todo lo que tienes».

          Sin embargo, otros judíos adoptaban una postura de oposición radical, basada en motivos religiosos. Dado que el pago del tributo era signo de sometimiento al César, algunos lo interpretaban como un pecado de idolatría, ya que se reconocía a un señor distinto de Dios. Este era el punto de vista de los sicarios, grupo que comienza con Judas el Galileo, cuando el censo de Quirino, a comienzos del siglo I de nuestra era. Al narrar los comienzos del movimiento cuenta Flavio Josefo: «Durante su mandato [de Coponio], un hombre galileo, llamado Judas, indujo a los campesinos a rebelarse, insultándolos si consentían pagar tributo a los romanos y toleraban, junto a Dios, señores morta­les» (Guerra de los Judíos II, 118). Más adelante repite afirmaciones muy pareci­das: «Judas, llamado el galileo…, en tiempos de Quirino había atacado a los judíos por someterse a los romanos al mismo tiempo que a Dios» (Guerra de los Judíos II, 433).

La trampa de la pregunta

            Con este presupuesto, se advierte que la pregunta que le hacen a Jesús sobre si es lícito pagar el tributo podía compro­meterlo gravemente ante las autoridades romanas (si decía que no), o ante los sectores más progresistas y politizados del país (si decía que sí). Además, la pregunta es especialmente insidiosa, porque no se mueve a nivel de hechos, sino a nivel principios, de licitud o ilicitud.

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:

̶ Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?

La respuesta de Jesús

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

– Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.

Le presentaron un denario. Él les preguntó:

̶ ¿De quién son esta cara y esta inscripción?

Le respondieron:

̶ Del César.

Entonces les replicó:

̶ Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

            Jesús, que advierte enseguida la mala intención, ataca desde el comienzo: «¿Por qué me tentáis, hipócritas?» Pide la moneda del tributo, devuelve la pregunta y saca la conclusión. Jesús, como sus contemporáneos, acepta que el ámbito de dominio de un rey es aquel en el que vale su moneda. Si en Judá se usa el denario, con la imagen del César, significa que quien manda allí es el César, y hay que darle lo que es suyo.

            Estas palabras de Jesús, tan breves, han sido de enorme trascen­dencia al elaborar la teoría de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Y se han prestado también a inter­pretaciones muy distin­tas.

Las cosas de Dios

            Si analizamos el texto, las palabras: «Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios», no constituyen una evasiva, como algunos piensan. Van al núcleo del problema. Los fariseos y herodianos han preguntado si es lícito pagar tributo desde un punto de vista religioso, si ofende a Dios el que se pague. La respuesta contundente de Jesús es que a Dios le interesan otras cosas más importantes, y ésas no se las quieren dar. Teniendo presente el conjunto del evangelio, «las cosas de Dios», lo que le interesa, es que se escuche a Jesús, su enviado, que se acepte el mensaje del Reino, que se adopte una actitud de conversión, que se ponga término al raquitismo espiritual y religioso, que se sepa acoger a los débiles, a los menesterosos, a los marginados. Eso no interesa ni preocupa a fariseos y herodianos, pero es la cuestión principal. Si el evangelio no fuese tan escueto, podría haber parafraseado la respuesta de Jesús de esta manera: ¿Es lícito poner el sábado por encima del hombre? ¿Es lícito cargar fardos pesados sobre las espaldas de los hombres y no empujar ni con un dedo? ¿Es lícito llamar la atención de la gente para que os hagan reverencias y os llamen maestros? ¿Es lícito impedir a la gente el acceso al Reino de Dios? ¿Es lícito hacer estúpidas disquisiciones sobre los votos y juramentos? ¿Es lícito dejar morir de hambre al padre o a la madre por cumplir un voto? ¿Es lícito pagar los diezmos de la menta y del comino, y olvidar la honradez, la compasión y la sinceridad? En todo esto es donde están en juego «las cosas de Dios», no en el pago del tributo al César.

            Naturalmente, la comunidad cristiana pudo sacar de aquí conse­cuencias prácticas. Frente a la postura intransigente de los sicarios, defender que no era pecado pagar tributo al César. Y, con una perspectiva más amplia, fundamentar una teoría sobre la conviven­cia del cristiano en la sociedad civil, sin necesidad de buscar por todas partes enfrentamientos inútiles. Siempre, incluso en las peores circunstancias políticas, nadie podrá arrebatarle a la iglesia y al cristiano la posibilidad de dar a Dios lo que es de Dios.

El emperador no siempre es enemigo (1ª lectura)

            En Israel, desde los primeros siglos, hubo gente fanática y enemiga de conceder el poder político a un hombre mortal. El único rey debía ser Dios, aunque no quedaba claro cómo ejercía en la práctica esa realeza. Otros grupos, sin negarle la autoridad suprema a Dios, aceptaban el gobierno de un rey humano. Pero siempre debía tratarse de un israelita, no de un extranjero. La novedad del texto de Isaías, una auténtica revolución teológica para la época, es que Dios, aunque afirma su suprema autoridad («Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios»), él mismo escoge al rey persa Ciro, lo lleva de la mano, le pone la insignia y le concede la victoria. Porque Ciro, al cabo de pocos años, será quien conquiste Babilonia y libere a los judíos, permitiéndoles volver a su tierra.

            Este proceso de esclavitud – liberación – vuelta a la tierra recuerda al ocurrido siglos antes, cuando el pueblo salió de Egipto. La gran novedad, escandalosa para muchos judíos, es que ahora el salvador humano no es un nuevo Moisés sino un emperador pagano.

          El texto ha sido elegido para confirmar con un ejemplo histórico que se puede respetar al emperador, pagar tributo, sin por ello ofender a Dios.

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.

El escrito más antiguo del Nuevo Testamento (2ª lectura)

            Desde este domingo hasta el 33 inclusive la segunda lectura se toma de la 1ª carta de Pablo a los tesalonicenses, escrita en Corinto hacia el año 49/50.

            El breve fragmento elegido por la liturgia de hoy solo contiene el exordio, con loselementos típicos (remitentes, destinatarios, saludo) y el comienzo de la acción de gracias, donde Pablo recuerda las tres grandes virtudes de los tesalonicenses (fe, amor, esperanza) y el don de la elección. Adviértase el tono tan cordial con que escribe Pablo.

Pablo, Silvano y Timoteo, a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros no hubo sólo palabras, sino, además, fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda, como muy bien sabéis.

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“El anticristianismo de Vox”, por Gabriel Moreno González

Miércoles, 20 de septiembre de 2023
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IMG_0492Muchos de sus dirigentes proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei

Las propuestas e ideas de Vox son abiertamente incompatibles con el ideario cristiano del que supuestamente dicen provenir y al que en teoría proclaman defender

Muchos de sus dirigentes, con el nuevo ungido Buxadé a la cabeza, proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei, y son de misa diaria (y esperemos que de confesión también periódica)

(elDiario.es).- Ahora que parece existir cierto empeño en el centroderecha español de menoscabar a Vox, una vez constatado que resta más que suma y que el propio proyecto de ultraderecha se ha vuelto más autorreferencial y tribal que nunca, no viene mal ayudar a tan loable y al mismo tiempo cínica tarea para rematar la faena en la progresiva desaparición de esta apendicitis política de España.

Quisiera detenerme aquí en una de las principales contradicciones que la formación de Santiago Abascal muestra desde su nacimiento, y que ha sido muy poco o nada explotada por sus contrincantes políticos. Me refiero a la de la incompatibilidad de las ideas y políticas que enarbolan con el ideario cristiano del que supuestamente dicen provenir y al que en teoría proclaman defender. Son incontables las veces que hemos escuchado de sus bocas manifiestos en defensa de la cultura occidental cristiana y de los valores asociados al cristianismo, como parte además “esencial de la identidad española”. Muchos de sus dirigentes, con el nuevo ungido Buxadé a la cabeza, proceden de ámbitos ultracatólicos, como el Opus Dei, y son de misa diaria (y esperemos que de confesión también periódica).

 ¿Pero cómo puede ser cristiano un partido que demoniza a los menores no acompañados, que defiende un bloqueo naval y militar frente a las pateras de personas migrantes o que propugna la expulsión de estas por el mero hecho de no tener recursos y ser extranjeros? Empezando por los menores: las enseñanzas de Jesucristo son rupturistas con la tradición judía y romana de tratarlos como meros objetos, de deshumanizarlos como simples pasos previos a la madurez. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños” (Mt. 18: 10-14), “dejad a los niños y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como estos es el reino de los cielos” (Mt., 19:13-14). En cuanto a las personas migrantes y su rechazo por Vox (de las pobres, claro, de las ricas nunca dice nada), recordemos las palabras del Evangelio (Mt. 25: 35-40): “Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui extranjero, y me acogisteis”.  ¡Pero si la propia Sagrada Familia fue emigrante y refugiada en Egipto!

¿Y cómo puede ser cristiano un partido que arremete contra el Estado social y contra la consiguiente solidaridad de nuestra comunidad política?

¿Y cómo puede ser cristiano un partido que arremete contra el Estado social y contra la consiguiente solidaridad de nuestra comunidad política? Reducir el Estado es reducir las políticas de redistribución de la riqueza, o, en términos cristianos, las políticas y mecanismos de compasión institucionalizada y colectiva. Los Evangelios son claros: en Jesús y en su mensaje los pobres, los humildes, los despreciados, los últimos, tienen un lugar y una atención preferente. Él mismo fue pobre y vivió como pobre. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mt. 5: 6-7). Pocos mensajes hay más sociales, de tanta y tan intensa fraternidad, como la parábola de los jornaleros de la viña y la frase que desconcertó a siglos de jerarquía: “los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos” (Mt. 20: 1-16).

En las antípodas de la DSI

El neoliberalismo extremo de Vox los sitúa en las antípodas no solo del mensaje de fraternidad cristiana, sino también del mensaje oficial de la Iglesia Católica desde la Rerum Novarum de León XIII, de su doctrina social y de la postura del papa Francisco. Su encíclica Fratelli Tutti es uno de los manifiestos mejor fundamentados contra el capitalismo neoliberal y contra el nacionalismo xenófobo y excluyente de los que hoy hace bandera la ultraderecha mundial y, en particular, la nuestra nacional. “Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes”, afirma el sucesor de San Pedro.

Por último, ¿cómo puede ser cristiano un partido que abomina del cuidado de la “casa común” y que está vendido a la más pueril retórica antiecologista? El negacionismo climático y la ausencia de medidas de transición ecológica, cuando no directamente su rechazo, van contra la consideración cristiana de la creación y de lanecesidad de su preservación ante la amenaza que nos cierne. La degradación del medio ambiente y el cambio climático acabarán arrasando con los “lirios del campo” (Mt. 6: 28-34) y con la Laudato Si de San Francisco de Asís. Como afirma el Papa: “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.”

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Durante estos años se han echado de menos más pronunciamientos expresos de la Iglesia, y sobre todo de la Iglesia española, sobre la deriva antihumanista y abiertamente anticristiana de la ultraderecha

Sin embargo, durante estos años se han echado de menos más pronunciamientos expresos de la Iglesia, y sobre todo de la Iglesia española, sobre la deriva antihumanista y abiertamente anticristiana de la ultraderecha. Nunca es tarde si la dicha es buena, aunque también es ciertamente sorprendente el silencio del centroderecha o de la llamada “democracia cristiana”, cuando no directamente su connivencia con estos proyectos extremistas. Recordemos que Abascal o Melloni no solo han terminado siendo abrazados por la derecha clásica y supuestamente moderada, sino que provienen de sus filas o fueron acogidos en su momento con gusto por sus parapetos institucionales, desde los que luego crecieron y alimentaron al monstruo. Si la derecha moderada, sensata y verdaderamente cristiana (que la hay) ahora quiere volver a meter al genio en la lámpara, debería esforzarse también por combatir la retóricaque nos ha arrastrado hasta aquí y que ha potenciado, hasta límites intolerables, la polarización y la crispación. ¿Lo hará o se quedará en el mero tacticismo de la política cortoplacista en la que todos parecemos estar insertos? Lamentablemente, guardo pocas esperanzas.

 Fuente Religión Digital

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Por encima de los cromosomas están las neuronas.

Domingo, 20 de agosto de 2023
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38E2BA14-1BB1-4A55-8E72-51DD8CEBDEA2Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

16.08.2023

01.- Jesús salió de allí y se retiró a Tiro y Sidón.

    ¿De dónde sale Jesús?

    Este momento de Jesús que hemos escuchado en el evangelio se sitúa en Jerusalén entre fariseos y maestros de la ley. El cp 21 de Mateo comienza así: Jesús se marcha de Jerusalén. No es una salida geográfica, sino que Jesús marcha, sale del “centro religioso judío”, porque  aquella gente: fariseos y maestros de la ley “no tienen remedio” y se marcha a tierra extranjera: Tiro y Sidón. Podríamos decir que es una salida misionera.

    Hay iglesias (y no me refiero a los edificios), hay movimientos religiosos e ideológicos de los que no es que sea mejor salir, sino que nunca debiéramos haber entrado en ellos.

02.- Jesús –judío- se abre a todos.

Es difícil encontrar en  los cuatro evangelios una imagen de Jesús tan judía como la que nos ofrece Mateo en este relato que hemos escuchado.

Al mismo tiempo, es difícil encontrar otro texto como éste en el que esa historia “étnica” se quiebra y cambia de rumbo hacia el universalismo. Jesús lo hace a través de una mujer sencilla, extranjera y pagana: siro-fenicia, pero creyente.

Mateo escribe a cristianos de origen judío y les ofrece esta (y otras) catequesis de modo que pasen del particularismo étnico, incluso racial, al universalismo.

Será San Pablo quien dé el paso definitivo de lo judío a lo universal.

Dos palabras subrayan este paso de lo particular y étnico (etnia) al pueblo (laos) de Dios universal. San Pablo dice: antes eráis etnia, ahora sois laos). (Efe 2,19). (Ethné (etnia) y laos (pueblo).

En la Iglesia estamos no por la etnia, por la raza sino por el laos de Dios, por ser pueblo de Dios.

Esta mujer cananea, que no es miembro del Pueblo de Dios porque no era de la etnia judía, encarna el ideal de lo que debe ser un miembro del Pueblo de Dios.

Dos breves -pero importantes- conclusiones:

           * La simplicidad (con matices fanáticos) con que se utilizan algunos términos tales como Pueblo de Dios e Iglesia, porque ni están todos los que son ni son todos los que están. Ni todos los creyentes (como la mujer siro fenicia) están en la Iglesia, ni todos los que están en la Iglesia son creyentes.

Pasaba ayer y pasa hoy.

Muchos obispos –especialmente fundamentalistas- piensan que el catolicismo es una “identidad cohesionada por una ideología dogmática” frente al mundo pagano y hostil.

             * Rahner llamaba cristianos anónimos a tantos creyentes, que –como la mujer siro/fenicia- no militan en la Iglesia, ni están bautizados, pero son gente honrada, “buena gente”. (Y que –por otra parte- son la mayoría de la humanidad).

Jesús rompe las fronteras estrechas del judaísmo, de la ley, del rito, y las sustituye por la misericordia por la misericordia. La intransigencia dogmática, la ley quedan superadas por la misericordia.

               * San Pablo fue quien, años después, daría forma teológica a estas cosas y formuló una antropología y eclesiología anti-racista: Ya no hay judío ni griego, pues toda diferencia entre judío y no judío ha quedado superada, (Rom 10, 12). “Todos vosotros, los que creéis en Cristo Jesús, sois hijos de Dios… Ya no hay distinción entre judío y no judío, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. Todos sois uno en Cristo Jesús”, (Gál 26, 28).

El cristiano, es abierto, universal por esencia. Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) clamaba y rompió con la iglesia oficial del Reich que propugnaba una iglesia aria. No se puede preguntar si uno es judío para entrar en la Iglesia.

Francisco lo decía estos días en Lisboa: En la Iglesia caben todos, todos, todos…

Para ser cristiano –iglesia- no podemos pedir el DNI, ni pasaporte, ni “papeles”, ni el sexo al que pertenezca…

Lo hemos escuchado en la 1ª lectura de Isaías: tu casa, (la Iglesia), Padre, está abierta a para todos los pueblos.

¿Iglesia española, iglesia vasca? ¿Dos comunidades eclesiales? ¿Dos celebraciones de la Pascua en una misma parroquia? etc.

¿Somos católicos en serio: es decir, universales?

03.- Los perros y los amos

El lenguaje es fuerte.

Los perros son los no judíos, los extranjeros.

La misma mujer siro-fenicia da por válido este presupuesto cuando le dice a Jesús:También los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

La escena del evangelio de hoy se desarrolla, dentro de las más puras coordenadas de la religiosidad étnica. [1] Pero se da una superación de lo racial de lo étnico.

Los extranjeros son los perros. Los de mi etnia, los de mi raza y mi pueblo somos los amos.

Pero desde el cristianismo no podemos hablar de perros y de amos. Todos vosotros sois hermanos, (Mt 23,8).

Ya en el AT se repite con mucha frecuencia la llamada a tratar bien al extranjero:

No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. (Éxodo 22,21).

    Jesús no desprecia a nadie, no se impone por la fuerza de la nacionalidad, de la etnia, de la ley, de la tradición.

    Por encima de los cromosomas están las neuronas, por encima de lo racial está el pensamiento.

04.- Mujer, qué grande es tu fe.

Esta afirmación rompe los esquemas religiosos hasta entonces vigentes en el Pueblo de Dios.

Que una mujer sea protagonista de este relato es un hecho significativo. Si alguien no tenía voz en Israel eran precisamente las mujeres. Eligiendo a una mujer, extranjera y cananea, Mateo acaba con todos los esquemas religiosos hasta entonces vigentes.

Desde Jesús lo que determina la pertenencia al Pueblo de Dios es la fe en Jesús, la adhesión a su persona. No olvidemos nunca que, en el contexto del evangelio de Mateo, la fe significa la relativización de la Ley y de la Tradición, necesarias, pero nunca prioritarias. ni con valor de absolutos.

Llama la atención la marginación a la que la mujer se ha visto sometida en la historia de la Iglesia. Parece como si la Iglesia hubiese recuperado el sistema religioso veterotestamentario de marginación de la mujer en el Pueblo de Dios.

Y yo creo que no es una mera cuestión jurídica, que la pueda solucionar la sinodalidad con una disposición normativa del papa o del dicasterio que fuere: “desde mañana la mujer podría celebrar misa”… No. Es una cuestión más honda, que ya la resolvió san Pablo: “no hay judío ni griego, hombre ni mujer, todos sois uno e iguales”.

Lo que nos une en la Iglesia no es la biología, ni la etnia, sino la fe. Y mujer y hombre pueden ser creyentes por igual.

La presencia de la mujer en la Iglesia no es una cuestión del Derecho Canónico (ley), sino de la teología cristiana más honda: todos somos iguales. Hombres y mujeres.

05.- JESÚS SANA

    Jesús cura, perdona, sana, alivia, acompaña a todo el mundo sea de la nación que sea, sin hacer acepción de personas, (Rom 2,11). A Jesús le da lo mismo da que seamos leprosos, endemoniados, medio locos, paralíticos, hombres o mujeres (lgtbi), samaritanos, judíos, o sirofenicios, centurión romano, cananeos, cobradores de impuestos, o que estemos muertos moral (hijos pródigos)o físicamente. Jesús cura, salva.

Las naciones y las Iglesias tienen fronteras, pero la salvación de Jesús no tiene límites.

Salid a los cruces de los caminos e invitad a todos los que encontréis, buenos y malos. (Mt 22).

    Como la hija de aquella mujer pagana, confiemos en el Señor

y en ese momento quedaremos curados.

[1] San Pablo cambió esta cuestión tan radicalmente que ya no usará la palabra etnia para el pueblo como Iglesia, comenzará a hablar de laos: laico: pueblo

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Aquellas que no son nombradas, las invisibilizadas, las ocultas…

Sábado, 19 de agosto de 2023
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IMG_0146Del blog Tras las huellas de Sophia:

La bruja de Endor (1 Sam 28).

Virginia Woolf

En la Biblia, hay varias mujeres que no se mencionan por su nombre. Detengámonos en las figuras de esas «mujeres sin nombres, mujeres invisibilizadas, mujeres ocultas», mujeres que pasan desapercibidas a nuestros ojos.

Me encantaría enfocar la atención en algunas mujeres que asumen un papel secundario en las páginas de las Sagradas Escrituras, pero que tienen el poder de asumir un papel relevante en las páginas de nuestra vida.

Debemos tener presente sus historias; ya que se han ido transmitiendo de generación en generación, cuyas vidas son fuente de inspiración para nuestra experiencia de fe.

A continuación, te presento una lista de algunas de estas mujeres sin nombre que aparecen en las Escrituras: Mujeres curadas, Mujeres perdonadas, Mujeres discípulas, Esposa de Noé, Esposa de Lot, Mujer cananea, La hija de Jefté, La madre del Rey Lemuel,  Madre de Santiago y Juan (Mt 20, 20-25), Hermanas de Betania (Lc 10, 38-42), Mujer de Samaría (Jn 4, 1-42), Mujer adúltera (Jn. 8, 3-11), Mujer pecadora (Lc. 7, 36-50), Mujer que sufría flujo de sangre (Mt. 9, 20-22), Mujer encorvada (Lc. 13, 10-17),  Viuda de Naín (Lc. 7, 11-17), Mujer sirofenicia y su hija (Mc.7, 24-30), Hija de Jairo (Mt 9, 18-19.23-26), Suegra de Pedro (Mt. 18, 14-15), Madre macabea (2 Macabeos 7, 20-22), Esposa de Manoa  (Jue 13), La mujer de Pilato  (Mateo 27:19), Las plañideras (Jer 9:17-24)…

Estas son solo algunas de las mujeres anónimas presentes en la Biblia. Aunque sus nombres no se mencionen, sus relatos y encuentros con personajes bíblicos poseen un profundo significado y enseñanzas importantes dentro del contexto de las Escrituras.

A continuación, les presento una de las mujeres que pasa invisibilizada. Sin embargo, su papel resulta importante y controversial:

LA BRUJA DE ENDOR

Fechas posibles del libro de 1 Samuel

El primer libro de Samuel aborda la diversidad de referencias, incluyendo 1 Samuel 27:6, que señala la división de Israel en los reinos del norte y del sur. Se estima que la redacción final de los libros de Samuel ocurrió entre la división de los reinos en el 931 a.C. y la caída de Samaria en el 722 a.C. Se cree que el libro de Samuel fue escrito al inicio de la división de los reinos, alrededor del 900 a.C. Este libro se enfoca principalmente en los conflictos contra los filisteos, enfrentados por Saúl y David.

Temas y estructura literaria del Primer libro de Samuel

Estructura general del Primer libro de Samuel

El Libro Primero de Samuel presenta el paso de la teocracia bajo los jueces a la monarquía bajo los reyes. El libro se desarrolla alrededor de tres personajes que representan las clases de líder: Samuel (caps. 1-7), Saúl (caps. 8-31) y David (caps. 16-31).

La monarquía desde el punto de vista doctrinal

El Libro Primero de Samuel, desde una perspectiva doctrinal, no toma una posición definitiva sobre la monarquía, sino que ofrece una narración histórica de la transición de Israel hacia este sistema de gobierno. Muestra tanto los aspectos positivos como negativos de la monarquía. Es importante tener en cuenta que la Biblia en su conjunto proporciona una variedad de enseñanzas y ejemplos sobre el liderazgo y el gobierno. Por lo tanto, al explorar el tema de la monarquía desde una perspectiva doctrinal, es necesario considerar todo el contexto bíblico.

 De hecho, el libro deja en claro que el éxito o el fracaso del rey ungido estaría determinado por su obediencia o desobediencia a la Ley y su compromiso con la voluntad de Dios. Esto resalta la importancia de la obediencia y el compromiso con los principios divinos en el ejercicio del liderazgo y el gobierno.

Endor: Ojo o fuente. Ubicación Geográfica

Endor es un nombre que ha despertado interés a lo largo de los años debido a su aparición en diversos textos antiguos y sagrados. Endor es el nombre de una antigua población que ha existido desde el Paleolítico y ha pasado por distintas etapas, siendo cananea, israelita, romana y árabe. Está situada cerca del Monte Tabor y el Lago de Tiberíades en la Baja Galilea, al norte de Israel.

En la Biblia, Endor es mencionado como parte de la tribu de Manasés (Josué 17:11). En el Salmo 83:11, se hace referencia a Endor como el lugar de la victoria de Dios contra Sísara, el jefe del ejército cananeo. Después de la muerte del profeta Samuel, el rey Saúl se disfraza y visita Endor en busca de una médium para contactar el espíritu de Samuel. En esta profecía, se le revela que él y sus hijos serán derrotados en batalla en Guilboa (1 Samuel 28:3-19). Incluso hoy en día, el valle cercano a la colina donde se encontraba la antigua aldea bíblica se llama Kosemet, que significa “bruja” en hebreo.

En El Salvador existen lugares que podrían considerarse como nuestro propio “Endor“. En el departamento de San Salvador Sur, encontramos el municipio de Panchimalco, y en el departamento de Sonsonate, destacan Juayúa, Nahuizalco, Salcoatitán, Cuisnahuat y Santa Isabel Ishuatán. Sin embargo, entre todos ellos, destaca la ciudad de Izalco, ubicada en las faldas del volcán de Izalco en el departamento de Sonsonate. Esta ciudad nos sumerge en una historia y costumbres sumamente enriquecedoras, transportándonos al pasado.

Según la historia, Izalco es considerado el núcleo indígena más grande de la región. En esta ciudad, perviven creencias y prácticas relacionadas con la brujería, aunque estas pueden variar según la comunidad y las tradiciones locales. Es bien conocida su fama de contar con curanderas o chamanas dentro de la comunidad indígena. En la actualidad, se autodenominan médicas naturópatas y poseen conocimientos en espiritismo. Estas mujeres brindan ayuda a la población que busca sanación, tanto en casos de “mal de ojo” como en tratamientos de naturopatía; ya que tienen a su disposición una amplia variedad de plantas incluso en sus propios jardines. Son consideradas las mensajeras de la Pachamama, la Madre Tierra.

Concepto de arquetipo

Según el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, el arquetipo es una idea o imagen primordial que está presente en el inconsciente colectivo de la humanidad. Los arquetipos son patrones universales y simbólicos que representan aspectos fundamentales de la experiencia humana, como los roles, los comportamientos, los deseos y los miedos.

Jung creía que los arquetipos son heredados y compartidos por todas las culturas, y que influyen en nuestra forma de percibir, sentir y actuar en el mundo. Estos arquetipos se manifiestan a través de símbolos, mitos y motivos recurrentes en diferentes culturas y épocas.

Algunos ejemplos comunes de arquetipos incluyen el héroe, la madre, el sabio, el niño interior, el mago, el buscador de la verdad y el alma perdida. Cada arquetipo tiene características y significados particulares, y puede ser interpretado de diferentes formas según el contexto cultural y personal.

Jung creía que el reconocimiento y la integración de los arquetipos en la psique individual eran fundamentales para el desarrollo personal y la individuación. Al explorar y trabajar con los arquetipos, se puede acceder a una comprensión más profunda de uno mismo, de las motivaciones subconscientes y de los patrones repetitivos en la vida.

Es importante tener en cuenta que el concepto de arquetipo de Jung no es una teoría científica, sino una herramienta de análisis y comprensión de la psicología humana. Los arquetipos son conceptos abstractos que ayudan a explicar la presencia de ciertos patrones y temas recurrentes en la mente y la cultura humana.

Arquetipos: la mujer sabia, la chamana, la médium, la sibila, la profetisa

La diosa sabia es un aspecto que la Gran Diosa presenta en muchas culturas. La diosa sabia incluye aspectos de la shamana, de la sanadora; es la sabia que también es la diosa oscura, es decir aquella que representa o llama al encuentro con la sombra. El encuentro con la diosa oscura pasa por enfermedades, crisis, violencia, y abre la posibilidad de reconocer estas experiencias como parte de nosotras mismas.

El relato bíblico de la Bruja de Endor, es un importante ejemplo de una de estas “diosas sabias”. Si bien su historia se relata ya en tiempos patriarcales, donde en Endor existe una diversidad de brujas, videntes y adivinas, la historia que se relata de ella deja todavía ver muchos elementos de la Gran Mujer Poderosa.

La bruja de Endor, practicante de la nigromancia la cual es una rama de la adivinación del futuro mediante la invocación de espíritus. La cual es una práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, por ejemplo: en Grecia, Roma, Egipto, Persia y Cartago, etcétera. Se ejerce aún en la actualidad y busca el contacto con el otro lado, es común en religiones antiguas de África, como el vudú, el palo mayombe, espiritismo y santería.

La bruja de Endor es temida por su poder sobrenatural de invocar espíritus y predecir el futuro.  Se dice que es capaz de invocar a los espíritus de los muertos y controlar a los demonios.  Su fama se extendió por todo el Antiguo Testamento y fue consultada incluso por el propio rey Saúl, pero con su poder viene un precio y se dice que quienes buscan la ayuda de la bruja de endor se arriesgan a sufrir las consecuencias de sus oscuros y peligrosos tratos. Esta idea también se da en la cultura salvadoreña, donde se dice que aquella persona que hace tratos oscuros con los poderes sobrenaturales deberá esperar que se le revierta en acontecimientos negativos en su propia persona o incluso en su núcleo familiar.

La bruja de Endor es la más poderosa de todas las brujas descritas en la Biblia se dice que era una médium capaz de invocar el espíritu del profeta Samuel.

Arquetipo en El Salvador: la mujer sabia, la curandera, la chamana, la partera, la vidente, la médium, la sibila, la profetisa.

Las curanderas, también conocidas como “sabias” o “parteras“, son personas que tienen conocimientos y habilidades en el uso de plantas medicinales, hierbas, rituales y técnicas de sanación tradicionales.

En muchas comunidades de El Salvador, incluida la zona de Izalco en Sonsonate, la medicina tradicional ha sido practicada durante generaciones y es considerada una parte importante de la cultura local. Estas curanderas suelen ser respetadas y buscadas por las personas que buscan remedios naturales y tratamientos alternativos para sus dolencias.

En El Salvador, al igual que en muchos otros países de la región, existen creencias y prácticas asociadas a la brujería, aunque su alcance y aceptación pueden variar según la región y la comunidad.

Es importante tener en cuenta que la brujería es considerada una práctica espiritual y cultural por algunas personas, mientras que para otras puede ser vista como superstición o incluso como algo negativo. No hay consenso universal sobre la existencia o efectividad de la brujería.

En El Salvador, es común que algunas personas busquen el apoyo de brujas para encontrar soluciones en diferentes aspectos de sus vidas, como el amor, el dinero o la salud. Estas brujas emplean una variedad de métodos en sus prácticas, como rituales, amuletos, hierbas o palabras de poder.

Es relevante destacar que el Gobierno de El Salvador, al igual que en la mayoría de los países, no regula ni reconoce oficialmente la brujería. Sin embargo, las prácticas relacionadas con la brujería pueden tener raíces profundas en la cultura popular y en las creencias de algunas comunidades.

Las creencias y prácticas en torno a la brujería pueden evolucionar con el tiempo, y es probable que existan diferencias en las opiniones y experiencias individuales en relación con este tema en El Salvador.

En la cultura popular, se atribuyen a las mujeres brujas habilidades y conocimientos relacionados con la magia, la curación y la conexión espiritual. Se les reconoce la capacidad de llevar a cabo rituales, hechizos y trabajos de magia tanto benéficos como perjudiciales.

Conclusión

La bruja de Endor permanece como un enigma en la historia y la mitología de la región. Aunque el libro deja en claro que el éxito o el fracaso del rey Saúl estaría determinado por su obediencia o desobediencia a la Ley y su compromiso con la voluntad de Dios. Esto resalta la importancia de la obediencia y el compromiso con los principios divinos en el ejercicio del liderazgo y el gobierno. La figura de la bruja encarna tanto el temor como el deseo de lo desconocido, y su relato nos invita a reflexionar sobre cómo dichas experiencias pueden influir en nuestras vidas y en la manera en que interpretamos el mundo que nos rodea. La bruja de Endor seguirá cautivando nuestras mentes y alimentando nuestra imaginación mientras su historia perdure en los corazones de quienes escuchan su historia.

Bibliografía

Bruja de Endor. (31 de diciembre de 2022). Wikipedia.

Mowczko, M. (19 de septiembre de 2021). Las mujeres no nombradas del Antiguo Testamento. Escogidas para servir.

Restrepo, L. (6 de junio de 2019). Mujeres en la Biblia poco conocidas y muy inspiradoras. Aleteia.

Fitzgerald, R. (Junio de 2001). Arquetipos: dadoras, amantes, guerreras y sabias. Cons-pirando.

Kolbenschlag, M. (Junio de 2000). Acerca de los arquetipos de las diosas. Cons-pirando.

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15.8. Canto de Asunción: Derriba del trono a los poderosos… (Lc 1, 39-56). Lectura socio-religiosa

Martes, 15 de agosto de 2023
Comentarios desactivados en 15.8. Canto de Asunción: Derriba del trono a los poderosos… (Lc 1, 39-56). Lectura socio-religiosa

5fa5ef9f-de99-403e-a541-9c17f3899a14_219x623Del blog de Xabier Pikaza:

El evangelío de esta fiesta de la Asunción recuerda la Visita de María a sus primos sacerdotes  y se centra en el canto del Magníficat, carta-magna de la elevación de los pobres (hambrientos, humillados), a diferencia del Benedictus (Zacarías),  himno nacional de los poderosos, que quieren reinar, libres de temor, superando a sus enemigos,  como David, por encima de otros pueblos de la tierra.

Estos dos cantos han definido hasta hoy el ideario de la sociedad civil y de la iglesia:  Uno insiste en el poder político-nacional de los que quieren ser representantes terrenos del orden de Dios, el otro destaca la autoridad más alta de los pobres y humillados que apelan a la mano salvadora del Dios de la gracia y santidad universal, como este canto de Asunción.

Así lo muestra, de forma histórico-exegética, la reflexión que sigue,en la que dejo la discusión crítica (académica) para las notas finales. He puesto como imágenes de comienzo y acompañamiento unos iconos de la iglesia etíope, donde la Reina divina María (abrazada por Jesús) transmite su poder a una reina-hija o a otros personajes de Nubia.

INTRODUCCIÓN. DE JESÚS AL MAGNÍFICAT [1].

              Jesús no ha resuelto teóricamente la relación entre el triunfo nacional de Israel y la liberación de pobres en un plano económico (y político) [2], pero ha criticado de forma mesiánica (sanadora) la opresión a la que están sometidos los pobres (enfermos, marginados…) [3]. Pero, más que perdonar pecados en sentido sacerdotal (Zacarías), él ha querido sanar a los oprimidos liberándoles de la “dictadura” de Belcebú/Diablo y de Mammón/dinero, contrarios a Dios (cf. Mt 6, 24; Lc 16,13) [4].  Desde ese fondo se entiende este canto universal de Asunción/Elevación de María, que la lglesia ha  escogido para la celebración de esta fiesta.

 — El Dios de Jesús (y de María) trasciende la venganza y eltalión, conforma al mandamiento de central del evangelio (Lc 6, 35): «Habéis oído que se dijo ojo por ojo y diente por diente; habéis oído que se ha dicho amarás a tu amigo y odiarás a tu enemigo. Pues bien, yo en cambio os digo: amad a vuestros enemigos» (Mt 5,38.43-44). Ese Dios de gracia se expresa en el Magníficat, superando el nivel de oposición de lucha violenta que al fondo del Benedictus donde se habla de victoria sobre  los enemigos y sobre aquellos “que nos odian” (cf. Lc 1, 71.73) [5].

— La inversión del Magnificat se realiza en forma de transformación de gracia, no de venganza. El Dios del Magnificat no derriba a los potentados y empobrece a los ricos para someterles a su tiranía, sino para liberarles del poder destructor de su riqueza, en forma de terapia radical de humanidad [6].

Dios ofrece salvación a los pobres para que  los ricos puedan también salvarse, en la línea del Sermón de la Montaña(cf. Lc 6, 20-25). Sólo se puede ofrecer Reino a los mendigos-pordioseros si al mismo tiempo se amenaza con la ruina a los potentados/ricos, no para que mueran, sino para que puedan abrirse al Dios creador de gratuidad (cf. Lc 16, 19-31). Allí donde los pobres‒excluidos empiezan a escuchar el evangelio hay que poner en guardia a los soberbios-poderosos‒ricos, pues, cerrados en sí mismos, ellos corren el riesgo de perder su humanidad (cf. Mt 11,25-26) [7].

  Desde ese fondo debemos comparar los dos cantos vinculados en el evangelio de este día [8]: El Benedictus es la voz de un sacerdote de Jerusalén, con una ideología más sacral y nacional, centrada en la victoria y libertad del pueblo elegido; el Magníficat es vozde una mujer que pertenece al grupo de los pobres, con su esperanza y compromiso de una transformación mesiánica, de tipo personal y universal.

o1.- Benedictus, himno nacionalista judío

786000a5-519d-46aa-b09e-9755e1a78c5a_736x1189En la base de su texto actual hay un texto más antiguo (Lc 1, 68-69. 71-75): Lc 1,70 (cf. Hch 3,21),  de forma que la referencia a Juan Bautista (Lc 1,76-77) y la conclusión (Lc 1,78-79), responden a una situación posterior, propia de Lucas [9]. El texto original ofrece la visión privilegiada de una comunidad judeocristiana, vinculada al triunfo mesiánico‒patriarcal del pueblo judío y al culto del templo, en una perspectiva dominante de varones, que  divide a los hombres en amigos (israelitas) y gentes que os/nos odian (enemigos). Por eso, más que la liberación de pobres y excluidos, importa la salvación del pueblo santo. Ese himno nacional de los “poderosos” rezaba así:

‒ Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo (tô laô autou), suscitándonos una fuerza (= cuerno) de salvación, en la casa de David, su siervo; es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian.

‒ Ha realizado la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham; para concedernos que libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos en santidad y en justicia, en su presencia todos nuestros días (Lc 1,68-69.71 y Lc 1, 72-75) [10].

El poema primitivo constaba, según eso, de dos estrofas, sensiblemente paralelas, que cantan la llegada del Mesías, hijo de David, cuerno de salvación del pueblo (cf. 1 Sam 2,10; Sal 132,17; 41,14; 72,18; 106,48). Al decir, en un trasfondo cristiano, que Dios ha suscitado a su Mesías, hijo de David, en línea cristiana, el canto puede aludir a la resurrección de Jesús (con egeirein, levantar, suscitar), pero en clave de salvación de Israel, laos o pueblo santo, al que quiere liberar de los enemigos (ekhthrôn: 1, 71.73) y de las manos de aquellos que nos odian (misountôn hêmas: 1, 71), a diferencia del Magníficat que habla de la liberación de los pobres como tales.

Así entendido, el Benedictus nos sitúa un mesianismo nacional, propio de la “derecha” de Dios: Para que «libres de temor, arrancados de las manos de los enemigos y de aquellos que nos odian»; «para concedernos que libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos». En esa línea se seguían situándose aquellos que, según Lc 24, 21 y Hch 1,6, buscaban la restauración de Israel, no la liberación de los pobres y oprimidos bajo el poder de Mammón o Belzebú, a diferencia de lo que querían muchas mujeres marginadas (oprimidas, hambrientas) de Israel y de otros pueblos

La visión nacionalista (sacral) del Benedictus resulta lógica en boca de un sacerdote patriarca que ha oficiado en el templo de los levitas, poderosos liturgos, entiende el nacimiento del Mesías desde la perspectiva de los elegidos del pueblo santo (que debían liberarse ante todo de sus tradicionales enemigos, asirios, babilonios, romanos, entendidos como aquellos que les/nos odian) [11]. Así habla del triunfo de un pueblo santo (que entonces era Israel, y que después se ha podido identificar con Bizancio y Rusia, o con España, Alemania, Francia, gran Bretaña o USA.

Ciertamente, muchos “cristianos patriarcales (nacionales)” interpretaron la acción liberadora de Jesús, mesías de David, en términos sacrales en la línea del sacerdote Zacarías Ellos no eran los únicos cristianos, pues había otros universalistas como Pablo y los autores de los evangelios. Pero eran importantes y así Lucas los sitúa al principio de la Iglesia [12].

La visión de esos cristianos patriarcales/nacionales sólo ha sido destacada en el sustrato antiguo del Benedictus, pues el redactor posterior (Lucas) ha completado el canto con unos toques de tipo universal (Lc 1,70.76-79), que han hecho posible que, en su forma posterior, el Canto de Zacarías haya podido utilizarse como expresión de una fe-liturgia abierta desde Israel a todos los pueblos, en la línea del Nunc Dimittis (Lc 2,29-32) [13].

ac57861a-c8ed-4e6f-abcf-f1074e57a8a8_690x620Desde ese sustrato antiguo del Benedictus, vinculando Lc 1,32-33 con Lc 1, 68-69.71-75, podemos afirmar que en la primera comunidad pascual había “cristianos” que entendieron a Jesús en términos cercanos a un tipo de celotismo, en la línea de Pinjás (cf. Num 25), y en la de aquellos sacerdotes que, tras la guerra de los macabeos, habían defendido la pureza exclusivista, nacional y religiosa, del pueblo israelita. Más que la liberación de los pobres y excluidos (en línea de Jesús) les importaba el triunfo nacional del judaísmo [14].

Sin duda, esos cristianos más celotas, veneraban a Jesús como mesías de David resucitado, pero lo hacían en la línea de aquellos que en la misma Ascensión, sobre el Monte de los Olivos, le pedían (preguntaban) si era éste el tiempo en que debía reconstruir el reino de Israel (Hch 1, 6), que ellos aguardaban como cumplimiento de su identidad nacional. Lógicamente, esos cristianos seguían ligados al templo y se presentaban, en palabra muy significativa, como celosos de la ley (tou nomou; Hch 21,20) interpretada en términos sacrales: como restablecimiento nacional (cultual) del pueblo, en línea patriarcal (como en el primer Benedictus: Lc 1,71-75). Quizá esperaban la restauración de las doce tribus y por eso aludían al «reinado de Jesús sobre la casa de Jacob» (Lc 1,33).

 Estos cristiano-celotas creían en Jesús resucitado, pero en en línea nacional, aunque probablemente rechazaban la rebelión armada contra Roma, tema que resulta difícil precisar. Sólo sabemos que el autor de Lucas-Hechos los recuerda con respeto, aunque supera claramente su visión patriarcal y sacerdotal (representada por Zacarías) [15]. A  fin de pone eso de relieve, el mismo Lucas ha puesto en boca de María un canto no patriarcal de liberación (Lc1, 51‒53), partiendo de los pobres (no de los sacerdotes y David) aunque añadiendo que esa liberación ha de entenderse como cumplimiento de la elección de Israel, en línea de misericordia, no de poder (1, 54), conforme a la promesa de Abraham (1, 55).

02.- Magníficat, canto universal de los pobres[16].

             Desde un nivel de mesianismo intra‒israelita, el texto base del Benedictus insistía en el aspecto sagrado (socio‒nacional) de la liberación mesiánica de Jesús, en una clave cercana a la de un tipo de judaísmo sacerdotal, apelando para ello al cuerno de salvación erigido por Dios en la casa de David (cf. 1 69), en línea de mesianismo patriarcal intrajudío.

Por el contrario, en un plano que es también económico‒social, pero no nacionalista, el Magníficat destaca el aspecto socio-universal del mensaje de Jesús, partiendo de la promesa de Abraham, abierta por su “esperma mesiánico” (en fe) a todas las naciones, como ha puesto de relieve Lc 1, 55 (en la línea de la interpretación paulina de la historia; cf. Rom 4 y Gal 3).

En esa línea universal más que la libertad respecto de los enemigos nacionales, María ha destacado la elevación de los oprimidos y el enriquecimiento de los pobres (anawim) que, mirados en sí mismos, carecen de fronteras religiosas y o nacionales. María aparece como representante de unos pobres/anawim, que, siendo cd origen judíos, se sienten solidarios de todos los pobres del mundo, pues el verdadero pueblo mesiánico son todos los pobres del mundo, no nos miembros de una iglesia o nación establecido, que defiende sus pretendidos derechos en contra de otros pueblos.

En ese plano, su canto «no difiere sustancialmente de algunos salmos de alabanza recogidos en el salterio canónico del AT» pero entendidos  entenderse desde la nueva situación cristiana, y no puede explicarse ólo en clave de sumisión y docilidad interna de María, sino desde la perspectiva del gozo de los hambrientos y oprimidos (excluidos) que cantan ya la venida de la liberación universal, con y para los pobres, desde la perspectiva de María, mujer mesiánica, representante de los pobres, y no de un sacerdote patriarca como Zacarías [17].

La pobreza y hambre a la que alude María no son puramente espirituales, sino que han de entenderse en un plano de totalidad humana, económica y social, pero también de género o sexo (ella es una mujer dominada en un mundo de varones) y de opresión antropológico (la liberación que proclama el Magníficat ha de entenderse desde la perspectiva de la “lucha” de Jesús en contra de Mammón/Belcebú, tal como he destacado al comienzo de este trabajo.

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13.8.23. Dom 19 TO. Tras la JMJ: Echar lastre por la borda o hundirse en el agua (Mt 14, 22-33)

Domingo, 13 de agosto de 2023
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IMG_0200Del blog de Xabier Pikaza: 

Este domingo, tras alimentar a los suyos con pan multiplicado y peces de mar, Jesús hace que Pedro y su gente monten en barca, mientras él sube a la montaña para orar.  Se desata la tormenta, brama el mar, Jesús parece un fantasma y Pedro va hundiéndose entre las olas.

Este es el tema, que expongo en secciones. (a) Una exégesis breve del texto, según Comentario Mt. (b) Una lista de lastres para aligerar. Que suba Jesús a la barca.

 (a) EXÉGESIS BREVE:  IGLESIA EMBRAVECIDA, PEDRO SE HUNDE (14, 22-33).

 Acabada la “alimentación” (JMJ, Lisboa) Jesús manda a sus discípulos  que vuelvan en barca al otro lado (cf. texto paralelo de Mc 6, 45-53):

14 22 Y de pronto obligó a sus discípulos para a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. 23 Y, después de despedir a la gente, subió a la montaña a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo.

24 Mientras tanto, la barca que se había alejado ya muchos estadios de la tierra, se hallaba sacudida (sufriendo mucho) por las olas, porque el viento era contrario. 24 Y a la cuarta vigilia de la noche se les acercó Jesús, andando sobre el agua. 26 Pero los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se aterrorizaron, diciendo que era un fantasma, y gritaron de miedo. 27 Pero Jesús les habló en seguida: ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!

28 Y Pedro, contestándole, le dijo: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.” 29 Él le dijo: “Ven”. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; 30 pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. 31 En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado? 32 En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. 33 Los de la barca se postraron ante él, diciendo: “Realmente eres Hijo de Dios [1].

       Éste es  un signo pascual: Los discípulos navegan por la noche sobre el lago, en medio de un mar movido por vientos contrarios, mientras Jesús ha quedado orando en la montaña (altura de Dios), para venir después tras ellos, caminando como un fantasma sobre el agua:

Una presencia en la noche (14, 22-23).Conforme a una tradición común al Nuevo Testamento (cf. Jn 17; Hebr 10), el Jesús pascual sigue orando (cf. 14, 23), sobre la montaña de su entrega y promesa mesiánica, intercediendo por los que han comido y de un modo especial por los discípulos en la noche. En ese contexto de misión eclesial arriesgada ha desplegado Mateo, partiendo del texto precedente de Mc 6, 45-52, su más alta visión de Jesús y de la Iglesia, pasando del desierto, donde amenazaba el hambre, al mar donde sigue dominando el miedo, con motivos que vienen del Éxodo (paso del Mar Rojo). En ese fondo, Jesús parece un fantasma   o aparición en la noche, sobre los terrores del mar. Así han imaginado a Jesús muchos cristianos, así le han presentado, sin duda, muchos adversarios de la iglesia.

Yo soy, palabra de Dios (14, 24-27).Los discípulos se asustan, como fuera de sí, y en ese contexto se entiende la respuesta de Jesús que dice, Yo Soy, asumiendo la más honda palabra y definición de Yahvé  Dios israelita (Ex 3, 14), a quien él representa. Éste es, sin duda, un “yo soy” pregnante, como en Mc 6, 50 (cf. 22, 32, como palabra de Dios). Este Yo soy da fuerza a sus discípulos para que sigan remando en la barca de la iglesia, en la que destaca la confianza y miedo de Pedro, que quiere caminar sobre las aguas. Esta presencia divina de Jesús, que es asistencia y acción pascual en el camino de la iglesia, hace que podamos llamarle Señor  (kyrie) adorarle con los primeros discípulos, sabiendo que él es Hijo de Dios, como terminará diciendo la escena.

‒ Atrevimiento y miedo de Pedro (14, 28-31).Mateo añade sobre Marcos, este motivo de Pedro que quiere caminar sobre las aguas. Esta “aventura” de Pedro que sale de la barca, para caminar como el Jesús glorioso, pero que se hunde en su miedo y grita, es una escena simbólica, que evoca la fe y terror de Pedro en la primera etapa de la misión cristiana, su deseo de arrojarse como Jesús y con Jesús en el duro mar del mundo (misión universal), y su falta de seguridad en algunos momentos decisivos. Conforme a este relato, Pedro ha pedido a Jesús que le mande caminar sobre las aguas, mostrando así su atrevimiento, y Jesús le ha respondido “ven”; pero Pedro tiene miedo y es incapaz de seguir, y así vacila, y corre el riesgo de perecer, pero Jesús le toma de la mano y le lleva de nuevo a la barca, con el resto de los discípulos.

‒ Una rica tradición. Esta imagen de Pedro caminando con recelo sobre el agua, con miedo de hundirse, pero ayudado por Jesús, forma parte de una intensa experiencia de la Iglesia antigua, que ha reconocido a Pedro, con los otros tres discípulos del principio (Mt 4, 18-22) como pescador de hombres, hombre experto en la tarea misionera vinculada con la “pesca milagrosa”, que tiene sin duda un sentido de apertura a la misión universal de la Iglesia, tal como han puesto de relieve, de formas distintas pero complementarias Lc 5, 1-11 y Jn 22

Realmente eres Hijo de Dios. Jesús les ha dicho “Yo soy”, no tengáis miedo (14, 37), él ha tomado a Pedro por la mano y le ha sostenido en medio de la tormenta del mar, de manera que cuando han subido ambos (Pedro y Jesús, estando ya los dos en la barca) pudo amainar y amainó el viento. Este es el momento de la confesión de los discípulos, que adoran a Jesús y dicen: “En verdad, tú eres Hijo de Dios” (theou huis ei) Éste es el principio de la confesión cristiana, proclamada ahora por todos (no sólo por Pedro, como en 16, 16), en este contexto pascual de epifanía en la gran tormenta del mar. Ésta es la confesión que el mismo Pedro retomará y proclamara en nombre de todos los discípulos en el entorno de Cesarea de Felipe, pasando del plano de una epifanía cósmica al paso del camino eclesial.

       En El mensaje del evangelio ha culminado de algún modo y se condensa en las escenas anteriores, vinculadas entre sí, desde el miedo de Herodes que confunde a Jesús con el Bautista a quien mató, hasta el gesto de los discípulos que le adoran como Señor pascual desde el mar airado.

(B) 13 LASTRES  PARA ALIGERAR LA BARCA, QUE PUEDA SUBIR ENTRAR JESÚS EN ELLA

               Jesús ora sobre la montaña (parece no ocuparse de los suyos) mientras la barca de la Iglesia corre el riesgohundirse  en el temporal del siglo XXI, a pesar de todo lo que Francisco ha dicho en Lisboa, como “calentón” o fervorín de un momento, para que estemos tranquilos, pensando que todo va bien, mientras la barca se hunde.   En ese contexto, Jesús aparece como un fantasma, caminando sobre el abismo de las aguas… y Pedro le dice que él también quiere caminar y así empieza, queriendo sostenerse en el mar, pero no puede, tiene tiene miedo, grita, grita. Jesús le agarra de la mano y le lleva de nuevo a la barca, para que se encuentre allí seguro, con el resto de la Iglesia. Esta “escapada” de Pedro que ha querido salir de la barca, para andar como el Jesús glorioso, pero que se hunde en su miedo y grita… ha sido estudiada con rigor por los exegetas de turno. La mayor parte piensa que se trata de una escena simbólica, que evoca el deseo de mando y el terror de Pedro que quiere andar solo… Pero Jesús le ha tomado de la mano y le ha llevado de nuevo a la barca de la Iglesia, con el resto de los discípulos, para retomar de esa manera la navegación del conjunto de la comunidad.

En las reflexiones que siguen he querido aplicar este pasaje a la situación del Papa, que también parece aventurarse a salir fuera de la barca, para estar a solas con Jesús sobre el mar airado, resolviendo los problemas de la Iglesia (a solas con Jesús), mientras el resto de los discípulos siguen reunidos en la Barca y se mantienen en ella con gran miedo (o la abandonan buscando a nado la orilla).

Ésta es una interpretación quizá un poco sesgada, pero sirve para destacar   los poderes de un Papa que tiene más poder que el que tuvo Jesús, un poder que tiene sus aspectos buenos pero que, en este momento, pueden convertirse en “lastre”, peso muerto que hay que arrojar por la borda, para que suba y entre Jesús, única autoridad de la Iglesia.

   Jesús puede caminar y camina entre el viejo y las olas, porque va sin lastres, ligero de equipaje, sin más autoridad que el amor, en libertad….

            Pedro ve a Jesús caminando sobre el agua  y quiere imitarle pero no puede, pues lleva en sus espaldas y en su tiara todo el peso de una iglesia hecha de pesos y cargas. Mientras no eche todo su lastre, y quede así desnudo, en amor y humanidad, como Jesús, no podrá caminar sobre las olas.  Un dicho castellano  afirma que sólo podemos caminar de verdad desnudos y con las manos en los bolsillos, bailando de amor…

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Tesoros escondidos en las vidas LGBTQ+ ​

Martes, 1 de agosto de 2023
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B96DFE6A-E6AE-40EC-B86B-437F427FD23BSor Luisa Derouen

La publicación de hoy es de la colaboradora invitada Sr. Luisa Derouen. La Hna. Luisa es una Hermana Dominica de la Paz que comenzó a ministrar entre la comunidad transgénero en 1999 y ha sido compañera espiritual formal e informal de unas 250 personas transgénero en todo el país. Ahora está semijubilada en St. Catharine Motherhouse en el centro de Kentucky.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el Domingo 17 del Tiempo Ordinario se pueden encontrar aquí.

Desde que tengo memoria, la lectura del Evangelio de hoy, la parábola del tesoro en el campo, ha sido mi elección para proclamar el Evangelio en mi funeral. Ingresé a la comunidad religiosa de mis Hermanas Dominicas justo después de terminar la escuela secundaria en 1961. No ingresé a la vida religiosa por el ministerio o la comunidad. Entré porque había “encontrado” el tesoro que es Dios, y toda mi vida ha sido vender todo para poder alcanzar ese tesoro. Mi vida religiosa siempre ha sido un regalo atesorado y totalmente desatendido que nunca he dado por sentado, y que se vuelve más precioso a medida que me acerco a mi 62º año como hermana dominicana.

Las historias de escondites escondidos de objetos preciosos habrían sido muy familiares para aquellos que escucharon a Jesús describir el reino de Dios como un tesoro escondido. Habría tenido en mente un frasco de monedas o joyas. Palestina había sido invadida muchas veces a lo largo de los siglos debido a su posición entre Mesopotamia y Egipto, por lo que era común que la gente enterrara sus objetos de valor. El tesoro escondido era un tema favorito en su folclore, pero como solía ser el caso, Jesús no contó la historia con el obvio final feliz que la gente esperaba.

Estamos más acostumbrados a interpretar las imágenes del tesoro en el campo y la perla de gran precio como la exigencia que Jesús nos hace de que nos entreguemos por completo para reclamar el tesoro que es Dios. Sacrifícate primero, y luego serás recompensado. Pero sabemos que realmente no es así como funciona.

IMG_0135Lo más importante de esta parábola no es a qué renuncian los dos hipotéticos personajes, sino por qué lo hacen: por la sobrecogedora experiencia del esplendor de su descubrimiento. La experiencia de encontrar el tesoro y la perla los obligó a entregarse y venderlo todo.

Eso siempre me ha resonado profundamente porque cuando era un joven adolescente en la escuela pública, probé la bondad de Dios de una manera que ha estado operativa toda mi vida. Y desde entonces, en cuanto he podido, me he esforzado por pagar el precio del regalo exquisito del amor de Dios.

Me gustaría compartir dos breves comentarios sobre la lectura del evangelio de hoy con aquellos de ustedes que son el Cuerpo de Cristo LGBTQ+ en nuestra Iglesia hoy.

En primer lugar, si está leyendo esta reflexión sobre el Evangelio para el decimoséptimo domingo del tiempo ordinario, es probable que usted también haya encontrado el tesoro que es Dios, en formas que nunca podría haber planeado o preparado, y mucho menos ganado. Lamentablemente, muchos de ustedes pagan un alto precio por su respuesta fiel al tesoro que han encontrado: la elección de Dios de ustedes como Amado. A pesar de la forma en que a menudo te tratan en tu iglesia, permaneces fiel a Dios que mora en ti y te atrae a una relación cada vez más profunda.

La presencia de Dios es el tesoro escondido en el campo de tu propia vida. Su fidelidad a esa relación con Dios en la Iglesia Católica probablemente ha requerido de usted un alto precio que no es el deseo de Dios para usted. Continúas buscando y encontrando a Dios en una Iglesia que a menudo te malinterpreta o te rechaza rotundamente, pero continúas arando el campo y vendiendo todo por el tesoro que es Dios.

Segundo, el amor de Dios por ti y en ti significa que tú también eres un tesoro precioso. Eres la morada santa de Dios. Aunque nuestra Iglesia a menudo ha ignorado tu bondad y tus dones, permaneces fiel en formas desafiantes que muchos de nosotros nunca hemos experimentado.

Yo, y todos nosotros, necesitamos tus tesoros enterrados.

—Sr. Luisa Derouen, 30 de julio de 2023

Fuente New Ways Ministry

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Los 21 cristianos coptos asesinados en Libia en 2015 por el Estado Islámico, testigos de la fe

Lunes, 24 de julio de 2023
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139394_21_martires_coptos11Gracias a la creación por el papa Francisco de la “Comisión de los nuevos mártires” 

El martirio de los 21 hombres asesinados por el autodenominado Estado Islámico en 2015 fue una fuente de nueva vida para la comunidad cristiana de la Iglesia copta ortodoxa de Egipto

El jesuita de origen suizo, Philippe Luisier, explica la centralidad del martirio en esa Iglesia y señala la importancia de la creación de la “Comisión de los nuevos mártires” querida por el Papa para recordar a todos los testigos de la fe, no solo a los católicos

(Vatican Media).- “Quizá la mayor gloria de la Iglesia copta sea su cruz”. Así está escrito en la página web de la diócesis de la Iglesia copta ortodoxa de Milán, donde se afirma además que “los coptos están orgullosos de las persecuciones que tuvieron que soportar, empezando por el martirio de su patrón San Marcos, especialmente durante la época romana”, cuando incluso el emperador Diocleciano fue a Alejandría (Egipto) para practicar personalmente la persecución. Debido al gran número de mártires entre sus fieles y a su valentía al ir incluso hasta la muerte para dar testimonio de su fe, la Iglesia Ortodoxa Copta recibe de hecho el nombre de “Iglesia de los Mártires”. Hoy constituye la mayor comunidad cristiana de Oriente Próximo, y en Egipto, de donde es originaria, representa la mayor minoría religiosa del país, con cerca del 15% de la población.

Un coraje que los coptos demostraron ante el mundo por los 20 egipcios y un ghanés que el 15 de febrero de 2015 fueron degollados en la playa de Esmirna (Libia), donde trabajaban. Fueron asesinados por hombres del autodenominado Estado Islámico en uno de los períodos más negros de la región por el fundamentalismo religioso. “Estos mártires fueron bautizados no sólo en el agua y en el Espíritu, sino también en la sangre, con una sangre que es semilla de unidad para todos los seguidores de Cristo”, dijo el papa Francisco en un videomensaje el 15 de febrero de 2021 con motivo de la conmemoración de los coptos canonizados por su Iglesia.

Luego anunció, en su encuentro con Su Santidad Tawadros, Papa de Alejandría y jefe de la Iglesia copta ortodoxa de Egipto, el 11 de mayo de 2023 en el Vaticano, que “con el consentimiento de Su Santidad, estos 21 mártires serán incluidos en el Martirologio Romano como signo de la comunión espiritual que une a nuestras dos Iglesias”. Un pensamiento reiterado por el Papa en la reciente Carta por la que se instituye la “Comisión de los nuevos mártires” con el objetivo de recoger los testimonios de vida, hasta el derramamiento de sangre por Cristo, de los últimos 25 años, una búsqueda extendida a todas las confesiones cristianas y no sólo a los católicos.

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Martirizados simplemente por ser cristianos

Los cuerpos de los 21 coptos aparecieron enterrados en una fosa común, vestidos con las mismas ropas naranjas que llevaban en el momento de su ejecución. En su honor se construyó una iglesia en Al-Aour, dedicada a los Mártires de la Fe y de la Patria, visitada por creyentes de todo Egipto. El padre jesuita Philippe Luisier, profesor de lengua copta en el Pontificio Instituto Oriental de Roma, habla con Vatican News sobre el valor del martirio en la Iglesia copta.

Padre Luisier, ¿cuál es la importancia de los mártires en el mundo copto actual y, especialmente, cuál es el significado de los 21 miembros cristianos de la Iglesia copta asesinados en 2015?

Si conocemos a fondo la realidad de la Iglesia copta, veremos que el martirio es algo fundamental en ella. Hay que decir que para los coptos tiene una gran importancia el monacato -que ha influido mucho en el monacato occidental, que debe todo al monacato de San Pacomio- y que hay una realidad muy fuerte de martirio, de mártires en la Iglesia copta. No sólo de los mártires -que son muy numerosos- de la época de Diocleciano, sobre todo en el Alto Egipto, casi todos de la región de Samàlut, a unos 200 kilómetros al sur de El Cairo, en el valle del Nilo. Allí, cada 10 kilómetros hay un santo o monje mártir que es el pilar de la Iglesia local. Además de los mártires de la época de Diocleciano, también están los neomártires, es decir, los que fueron martirizados tras la llegada de los musulmanes al país. Los mártires de hoy, los de 2015, continúan una tradición muy rica y también están vinculados a la liturgia de la Iglesia. Eran diáconos, por lo que las figuras de estos mártires están fuertemente arraigadas en la Iglesia copta del Alto Egipto. Y son testigos muy válidos para el Egipto de hoy.

La Carta del Papa Francisco creando la “Comisión de los Nuevos Mártires” confirma el valor de ese ecumenismo de sangre del que usted ha hablado a menudo en el pasado…

Sí, absolutamente. No olvidemos que nos estamos preparando para el Año Santo de 2025, y ya en el gran Jubileo de 2000 se abrió una visión mucho más ecuménica del martirio para dar a conocer a todos los mártires cristianos declarados tales por su testimonio del nombre de Jesucristo. Los mártires coptos fueron martirizados porque eran simplemente cristianos, no daban testimonio de nada más, no tenían nada más que testimoniar que el hecho de ser cristianos. Esto, en vista del Jubileo de 2025, puede ser un hermoso testimonio de ecumenismo de sangre, pero también de unidad en la misma fe en Jesucristo.

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Museo de los mártires coptos asesinados por el Estado Islámico en 2015 RRSS

Fuente Religión Digital

Espiritualidad, General, Iglesia Católica, Iglesia Ortodoxa Copta , ,

‘Deus, sive natura’: la religión de Spinoza

Jueves, 20 de julio de 2023
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SpinozaLa mirada libre del judío-holandés, esforzado luchador contra la locura de los predicadores

“El pensador francés Edgar Morin, que ahora tiene 104 años, subraya la importancia del filósofo judío-holandés Baruch Spinoza con las siguientes palabras: acaba con la imagen de un Dios superior y externo al mundo, que sería su creador y amo. Otorgaba la soberanía creadora a la naturaleza”

“Recientemente, entre nosotros, en Brasil, la filósofa Marilena Chaui mostró el valor y la originalidad de Spinoza en dos tomos: La nervadura de lo real: inmanencia y libertad en Spinoza”

“Estas valoraciones con trastan con la postura de la institución religiosa establecida, que guarda silencio sobre Spinoza… La Iglesia aplasta a Spinoza sin decir nada”

“Merece la pena preguntarnos por un momento dónde sitúa Spinoza la religión, dentro del campo de la inteligencia humana: ¿en el campo de la imaginatio, de la ratio o de la scientia intuitiva?”

(Koinonía).- En una reciente entrevista, el pensador francés Edgar Morin, que ahora tiene 104 años, subraya la importancia del filósofo judío-holandés Baruch Spinoza con las siguientes palabras: acaba con la imagen de un Dios superior y externo al mundo, que sería su creador y amo. Otorgaba la soberanía creadora a la naturaleza.

 Y recientemente, entre nosotros, en Brasil, la filósofa Marilena Chaui mostró el valor y la originalidad de Spinoza en dos tomos: La nervadura de lo real: inmanencia y libertad en Spinoza (Companhia das Letras, vol. I 1999 y vol. II 2016).

 Estas valoraciones contrastan con la postura de la institución religiosa establecida, que guarda silencio sobre Spinoza –siguiendo un método ensayado durante largos siglos y siempre eficaz, de dejar las figuras incómodas en la sombra, en los despachos de los intelectuales– se asegura de que no ganen púlpitos. La Iglesia aplasta a Spinoza sin decir nada, simplemente por su larga historia de control del acceso a la fe popular. En general, los papas católicos se esfuerzan por levantar un dique contra la invasión del espíritu spinoziano. Aun así, los exégetas se ven atraídos poco a poco por su espíritu crítico.

Spinoza está directa o indirectamente vinculado a innumerables innovaciones en los campos de la ciencia y de la fe. En el siglo XIX nacen la egiptología, la asiriología, la epigrafía semítica… En el siglo XX se introdujeron la filología, la lingüística y la arqueología bíblica. Todo ello provoca terremotos limitados, localizados y controlables. Y cuando se avanza en la cartografía del universo mítico religioso común a todos los pueblos, se percibe que las grandes imágenes bíblicas son patrimonio común de una humanidad, según determinadas fases históricas; que los ángeles sólo descienden del cielo dentro de un imaginario determinado; que un mundo se derrumba poco a poco, mientras surge otro.

Hasta hoy, la repercusión de estas nuevas percepciones es muy limitada. Aun así, cuando se empieza a comparar entre sí las múltiples narraciones sobre el diluvio, cuando se descubre que hay “diluvios” también en los relatos de Babilonia, Grecia, India, Australia, en Nueva Guinea y Melanesia, en Polinesia y Micronesia, en Sudamérica, Centroamérica y México, en Norteamérica y África (Frazer, J. G., El Folklore en el Antiguo Testamento, Fondo de Cultura Econômica, México, 1986), cuando el vasto campo de estudio de los mitos religiosos se abre, a escala planetaria, y la idea de que “la Biblia tenía razón” se diluye poco a poco, la mirada sobre la mitología bíblica va tomando nuevas formas, en un movimiento lento pero consistente.

Spinoza en su tiempo

Merece la pena recorrer brevemente la trayectoria de Benedicto (Baruch, Benito) Spinoza (1633-1677), judío residente en Holanda. Esforzado luchador contra la locura de los predicadores (tanto judíos como cristianos) de los Países Bajos de su época, Spinoza dice simplemente que es prudente no hablar tanto de Dios. Porque Dios sólo se nos acerca en forma de imágenes y comparaciones. La Biblia es literatura. Los predicadores que utilizan la autoridad de la Biblia para reprimir el libre pensamiento, por ejemplo, no se atienen al sentido común.

 Transformar la Biblia en un texto doctrinal es tergiversar su significado, pues su núcleo (la Torá) está formado por una colección de antiguas narraciones populares y prescripciones sacerdotales reunidas por Esdras y otros intelectuales tras el regreso de las élites judías del exilio babilónico en el siglo VI a.e.c. Afirmar esto no es desobedecer a las autoridades religiosas: es practicar la ciencia. Pues no hay que confundir entre conocimiento y obediencia: el error más grave de la teología consiste en ocultar la diferencia entre conocer y obedecer, en hacernos tomar los principios de la obediencia por modelos de conocimiento (Tratado teológico-político, 1672. Véase Spinoza, B., The Complete Works, Ed. M.L. Morgan, Hackett, Indianopolis, 2002).

Estas posiciones, derivadas de una aguda percepción de la diferencia entre lo sensato y lo insensato, hacen que el ciudadano Spinoza sea mirado con recelo en las tranquilas calles de la pequeña ciudad de La Haya, en Holanda, donde vive. La gente empieza a temerle, porque se rumorea –primero en La Haya, luego en Amsterdam y finalmente un poco en todas partes– que es ateo. Un ateo virtuoso, como escribe Bayle en su Dictionnaire Historique et Critique, pero ateo al fin y al cabo. Se convierte incluso en el prototipo del ateo, transgresor de las leyes y de la religión, anarquista. Sus textos circulan clandestinamente.

A lo largo de su vida, Spinoza es consciente de ser un extraño en la casa judía (es expulsado de la sinagoga) como en la cristiana (no acude a la parroquia cristiana). En su última obra, el Tractatus politicus, escribe: ‘He hecho esfuerzos interminables no para ridiculizar, para no deplorar y para no despreciar las acciones humanas, sino para comprenderlas. Para no despreciar las tradiciones religiosas de sus contemporáneos, ya sean católicos, calvinistas o judíos, Spinoza procura que algunos de sus textos no se traduzcan al neerlandés, y toma disposiciones para que su texto principal, la Ética, no se publique hasta después de su muerte, para no escandalizar a las personas con las que convive. Sintiendo la extensión del dominio de la necedad a su alrededor, se desahoga: en el fondo, mi creencia es la misma que la de los profetas hebreos del pasado.

Sólo en la Alemania de finales del siglo XVIII, entre románticos e idealistas como Goethe, Lessing, Herder, Schelling y Hegel, Spinoza encuentra respeto y percepción de su valor. Incluso en el siglo XX, pocos intelectuales hablan de él y, aún hoy, su filosofía es poco conocida. Una excepción, como he dicho más arriba, es la postura de la filósofa brasileña Marilena Chaui, cuyo artículo “Baruch Spinoza” (Revista Cult, 109, diciembre de 2006, p. 53 y ss.) recomiendo vivamente.

Aun así, algo se mueve. Los exégetas comenzaron a estudiar lenguas bíblicas como el hebreo, el arameo y el griego, intentaron leer la Biblia de acuerdo con los dictados de la ciencia moderna, y se enfrentaron, con mayor o menor valentía, a los inevitables obstáculos eclesiásticos. Gracias a la progresiva introducción de la idea de tolerancia a lo largo del siglo XVIII, tanto en Francia como en Alemania los estudios histórico-críticos pudieron avanzar. Voltaire y otros liberales lucharon para que nadie fuera quemado vivo por expresar opiniones contrarias a las autoridades, como todavía le ocurrió a Giordano Bruno en 1600. Esta idea triunfa con la Revolución Francesa de 1789.

Otro paso consiste en la disolución progresiva de que la Iglesia se funda más sobre la doctrina y la profesión de fe que sobre la acción concreta del cristiano. Así, la base del dogmatismo se diluye poco a poco. Aun así, las iglesias siguen teniendo dificultades para unir el amor intellectualis Dei de Spinoza (un amor que fomenta la libre indagación) con la imitatio Dei de tantos maestros y santos.

En el campo católico, las cosas evolucionan lentamente. El Papa se proclama sucesor de San Pedro, ya no vicario de Cristo (como en la Edad Media), lo que ya es un paso adelante. Otro punto positivo es el abandono progresivo del método tradicional de hacer teología a base de citas, y el recurso cada vez más frecuente a la contextualización de los textos evangélicos, coránicos y bíblicos. El reconocimiento positivo del factor sincrético es otro avance importante, ya que erosiona gradualmente la insistencia monoteísta en términos de religión.

La religión de Spinoza

Merece la pena preguntarnos por un momento dónde sitúa Spinoza la religión, dentro del campo de la inteligencia humana: ¿en el campo de la imaginatio, de la ratio o de la scientia intuitiva?

Comienza afirmando que, para la mayoría de las personas, las palabras son puras imágenes que, en sentido estricto, no tienen nada que ver con las ideas. El ser humano apenas vive al máximo las capacidades cerebrales que le ofrece la naturaleza. La inmensa mayoría de las personas permanece toda su vida en el estadio intelectual que Spinoza denomina imaginatio, es decir, un estadio en el que la persona está pegada a las impresiones, imaginaciones, conmociones y afectos que le llegan del exterior.

La tercera parte de su Ética está enteramente dedicada a la cuestión de la prisión “imaginada. Spinoza no rechaza las imaginaciones y los afectos, no rechaza a Daniel Goleman (inteligencia emocional), pero reconoce que es necesario llegar a un estadio intelectual superior, que él denomina ratio. La imaginación es una parte necesaria del proceso de conocimiento, pero sólo ofrece un conocimiento desordenado y confuso. La ratio, en cambio, permite formular las cosas con mayor claridad. Pero no detiene ahí el proceso.

Además de la conquista de la ratio, una persona verdaderamente interesada en proseguir intelectualmente busca alcanzar el estadio de scientia intuitiva, que consiste en “intuir a Dios”, es decir, la naturaleza infinita en la que vivimos y nos movemos. La intuición es el conocimiento que proviene de una experiencia mística (Ética, Parte III). En este tercer grado de la inteligencia humana, el amor propio coincide con el amor al prójimo, el cuerpo del otro coincide con el propio cuerpo, la belleza del otro forma parte de la propia belleza. Spinoza sabe que es difícil llegar a este estadio. En las últimas palabras de su Ética, escribe: lo bello es difícil y raro. La mayoría de las personas no perciben el valor del desafiante proceso cognitivo, porque sólo viven movidas por impulsos inmediatos.

Algunas anotaciones

Hay muchas cosas que merecen consideración al abordar el tema de Spinoza. He aquí sólo algunas notas, en forma resumida.

– Como escribí más arriba, la lectura propiamente moderna de la Biblia comienza en 1670 con el Tractatus theologico-politicus de Spinoza, un texto definitivo, que cuestiona frontalmente el tenor supuestamente histórico de la Torá y su autoría por un único autor Moisés. Con ello, Moisés, David y Salomón pasan definitivamente a ser catalogados en el mundo mítico, junto con los patriarcas Abraham, Jacob, Isaac y José.

El método de Spinoza causó asombro general en la época, pero dio origen a la exégesis crítica propiamente dicha. Y también nace la idea de tolerancia. A lo largo del siglo XVIII, tanto en Francia como en Alemania, progresan los estudios histórico-críticos. Voltaire y otros liberales luchan para que nadie sea quemado vivo por expresar opiniones contrarias a las autoridades, como todavía le ocurrió a Giordano Bruno en 1600. Esta idea triunfa con la Revolución Francesa de 1789.

– La institución eclesiástica reacciona enérgicamente contra la idea de desconsiderar a Moisés como autor de la Torá. Moisés es un nombre consagrado, su nombre aparece no menos de 750 veces en el Antiguo Testamento, y 80 veces en el Nuevo Testamento. Además, meterse con Moisés significa abandonar la idea de una Biblia como cuerpo doctrinal cohesionado, escrito por un gran legislador, y bajo la inspiración directa de Dios. Aun así, desde el siglo XVIII se han sucedido las más diversas hipótesis de lectura bíblica y han aparecido los más ingeniosos métodos de interpretación. Al final, la tendencia es a no creer en la historicidad de muchos textos bíblicos.

Aun así, los papas católicos intentaron poner un dique. León XIII publicó la encíclica Providentissimus Deus en 1893 y Pío X decreta en 1906: Moisés es el autor del Pentateuco. En vano. La tormenta continuó y en 1948 las propias autoridades eclesiásticas dieron marcha atrás, permitiendo de nuevo a los especialistas católicos abrir la investigación. El enfrentamiento no dejó de producir víctimas, entre ellas el sacerdote francés Alfred Loisy (1857-1940), cuyo libro El Evangelio y la Iglesia (L’Évangile et l’Église), publicado en 1902, defendía la antigua tesis del intelectual romano Porfirio: los Evangelios no corresponden fielmente a la historia de Jesús. En 1903, la obra completa de Loisy fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos, y en 1908 fue expulsado de la Iglesia. Tras el asunto Loisy, todos los sacerdotes católicos quedaron obligados a prestar un juramento “antimodernista” (léase: anti-Loisy) antes de ser ordenados.

No sólo en el mundo católico causa problemas la exégesis “moderna“. El mundo protestante también se ve afectado. El mismo año de la publicación de El Evangelio y la Iglesia de Loisy, el hijo de un pastor luterano, Adolf von Harnack, publica en Alemania su Misión y expansión del cristianismo en los tres primeros siglos (1902), basado en premisas científico-crítico-históricas similares a las defendidas por Loisy. La obra más importante de Von Harnack es su Lehrbuch der Dogmengeschichte (Manual de historia de los dogmas, Mohr, Tubinga, 1886), en el que ya practica el estudio comparado de las religiones, y que tuvo una inmensa repercusión. Von Harnack también encontró una fuerte oposición por parte de la Iglesia luterana. Las vidas de Loisy y von Harnack ilustran la tensión reinante en las iglesias establecidas en los albores del siglo XX en torno a la crítica histórica y literaria.

– Pero, en el proceso, Moisés es desconsiderado como autor, mientras que la arqueología bíblica experimenta un auge sin precedentes. Ya en el siglo XIX nacen la egiptología, la asiriología, la epigrafía semítica, etc. En el siglo XX, los progresos fueron igualmente grandes, tanto en filología como en arqueología, asustando a los que creían en las “verdades eternas bíblicas”. Una tarde de 1872, en Londres, por ejemplo, Sir George Smith presenta con orgullo al mundo científico inglés una colección de tablillas de arcilla traídas de la biblioteca de Assurbanipal en Nínive, con el texto cuneiforme de la Epopeya (mesopotámica) de Gilgamesh, en la que hay un sugestivo paralelismo con el relato bíblico del diluvio.

Poco a poco, además de Gilgamesh, aparecen otros mitos babilónicos que influyeron en las narraciones bíblicas. Estudiosos como Sir James George Frazer –que ya he mencionado aquí– enumeran las más diversas narraciones del diluvio en Babilonia, Grecia, India, Australia, Nueva Guinea y Melanesia, Polinesia y Micronesia e incluso en América del Sur, América Central y México, América del Norte, África… un poco por todo el planeta, abriendo el campo para un estudio de los mitos religiosos a escala planetaria. Menos de 30 años después de Smith, en 1901, aparece el Código de Hammurabi, con 282 artículos, que coincide en varios puntos con los Diez Mandamientos de la Ley de Moisés. El Código de Hammurabi prohíbe robar, matar, sobornar, mentir y hacer daño a otras personas, en la misma línea que la ley de Moisés.

Es así como la arqueología bíblica entra en el siglo XX, al mismo tiempo que se avanza mucho en la cartografía del universo religioso común a todos los pueblos que mantienen contacto con Mesopotamia, y concretamente con Babilonia, como, por ejemplo, los egipcios. Se registran los grandes paradigmas comunes al imaginario religioso de Oriente Medio, su visión del cielo, de la tierra, el aire, el aliento animador, el sol, el río, la montaña, la llanura, la ciudad, el Estado… Incluso de los utensilios agrícolas, como la azada, el arado, la pala, el horno… Hay dioses celestiales, como Marduk, que crea el cielo y la tierra, da regularidad a los planetas y las estrellas y, en última instancia, da vida a la raza humana. Pero también están los poderes del mundo subterráneo, los demonios. Cada persona tiene su ángel, protector de la vida. Se habla de «hijos de Dios» (título dado a los faraones de Egipto) y de vírgenes que engendran dioses…

– Hoy en día, junto con el estudio más amplio de la mitología en general, la lectura crítico-histórica de la Biblia, iniciada por Spinoza, sigue siendo dinámica en nuestros días, tanto en el mundo cristiano como entre los judíos. La idea de que “la Biblia tenía razón” se diluye cada vez más. Con el tiempo, se acumulan las pruebas en contrario. El relato bíblico del éxodo está siendo despojado de su carácter histórico, pues, hasta hoy, ningún monumento o documento del Antiguo Egipto, encontrado por arqueólogos o por filólogos, atestigua la presencia de israelitas en su tierra. La famosa muralla, mencionada en el libro de Josué, no se ha encontrado en los alrededores de Jericó, a pesar de las exhaustivas excavaciones.

La descripción topográfica de Jerusalén, realizada a partir de textos bíblicos que hacen referencia a los reinados de David y Salomón, no encuentra verificación arqueológica. En torno al monte Sinaí no es posible descubrir restos (en cerámica, por ejemplo) del paso de una importante agrupación de personas por aquellos desiertos, a pesar del impresionante relato bíblico de la estancia de los hebreos con Moisés al pie del monte durante largo tiempo. En otras palabras, los caminos de la arqueología y de la Biblia divergen cada vez más, conduciendo de hecho a horizontes diferentes. Cada vez resulta más difícil entender la Biblia como la palabra inmutable de un Dios único.

– Pero no debemos olvidar la otra cara de la moneda. Si Moisés estuvo durante siglos asegurado por las amarras eclesiásticas, corre el peligro de verse condenado, en los últimos siglos, a la cárcel de una modernidad que desprecia el mito y lo considera producto de tiempos pasados, de etapas primitivas de la evolución de la humanidad, de una forma de comunicar anticuada y confusa. Un postulado de cierta razón moderna, autosuficiente y arrogante, tiende a destruir el mito. Así, la palabra tiende a quedar atrapada en los dominios de una inteligencia fría, racional y calculadora, tiende a emigrar del reino de la libertad al mundo del trabajo por el trabajo, del beneficio por el beneficio.

La modernidad autosuficiente promulga tanto la supremacía de los valores materiales, que puede acabar evaluándolo todo en cifras, cálculos y datos estadísticos comparativos. No se habla de otra cosa, al menos en los grandes medios de comunicación, que producen diariamente una avalancha de palabras prefabricadas, casi matemáticas, para convencer a la gente de que el mundo está hecho de éxito, beneficio y ganancia. En ellos no se dice lo obvio.

No se dice, por ejemplo, que unos ingresos materiales bastante modestos bastan para que un ser humano viva con dignidad, que los valores inmateriales pueden aumentar la “calidad de vida” y que el lucro individual exagerado es una locura, sobre todo teniendo en cuenta la falta de ingresos elementales de la mayoría de la gente. Para sostener semejante locura, la modernidad tuvo que reducir la palabra a una simple fórmula invariablemente repetida, que acaba por no decir nada más, porque cae en el vacío de la comunicación de masas. Esta fórmula sólo sirve para imponer, de manera hábil e insidiosa, la voluntad de lucro ilimitado de algunos en detrimento de la vida de la mayoría de la humanidad.

No es en esta modernidad cerrada, autosuficiente y capitalista donde se sitúa Spinoza, como he intentado demostrar en estas breves notas. La modernidad de Spinoza apela a posturas que, al fin y al cabo, ponen de relieve la originalidad de la Biblia y del cristianismo.

Traducción de José María VIGIL/ServiciosKoinonía

Fuente Religión Digital

Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, Judaísmo , , ,

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