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Corpus Christi : Saldrá a vuestro encuentro un “maricón”, seguidle

Martes, 4 de junio de 2024
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Del blog de Xabier Pikaza:

“Este homosexual del agua es el principio de la Fiesta”

Hablando a los obispos italianos, con su habitual desparpajo  porteño, el Papa les ha dicho que no quiere “mariconeos” entre curas.  Esa palabra (maricón) tiene cien usos,  muchos se  han escandalizado al escucharla y el mismo Francisco ha tenido que pedir  perdón por emplearla.

Pero no es suya, la dijo primero Jesucristo,  con más hondura y radicalidad: “cuando entréis en la Ciudad Jerusalén encontraréis al homosexual, con su cántaro de agua; seguidle, él os dirá donde y cómo celebrar la Fiesta“.

Toda la prensa ha comentado el tema. En RD aparecen hoy  (20.4.24) tres justificaciones sobre el tema,  una de A. F. Barrajón, otra de J. M. Gordo y otra de J. Kamiruaga.  No defienden al Papa, sino que defienden a Jesús, que quiso poner como parábola (dirigente y guía de su fiesta de Corpus/pascua) al homosexual del cántaro de agua de Jerusalén,  sin tener que pedir perdón por ello.

Este es uno de esos evangelios que parecen escondidos y, sin embargo, muy vivos en la memoria de la iglesia. Feliz jueves de Corpus. Este homosexual del agua es el principio de la Fiesta.

Evangelio del Corpus : Mc 14,12-16.22-26

 El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
– “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”
Él envió a dos discípulos, diciéndoles:

“Id a la ciudad saldrá a vuestro encuentro (apantêsei) encontraréis un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle (akolouthêsate)  y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.”

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

+ “Tomad, esto es mi cuerpo.”

Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:

+ “Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.”

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

INTRODUCCIÓN

A la liturgia pascual en casa de Simón Leproso (Mc14, 3-9) sigue en Marcos la cena de pascua que los discípulos proponen a Jesús, ratificando la tradición judía (14, 12). Jesús acepta esa propuesta, pero sustituye la celebración de la Pascua antigua que le piden los discípulos por una fiesta de solidaridad mesiánica, iniciada por el homosexual marginado y despreciado del agua de Jerusalén.

− Historia. Este pasaje evoca un acontecimiento de la vida de Jesús, en el momento final de su camino, para indicar que él mantuvo su programa y esperanza de Reino, allí mismo, en Jerusalén (14, 25), celebrando con sus compañeros la fiesta judía, pero aceptando (y anunciando), al mismo tiempo, su entrega/muerte (el don de su cuerpo) al servicio de  Reino. Sus discípulos quieren manipularle. Pero hay un homosexual que no anda con “mariconeos” pero que le entiende y guía a sus discípulos a la fiesta del Corpus, el cuerpo de Cristo que somos todos.

− Iglesia. Éste es un texto de fe pascual, que asume y formula la comprensión que la iglesia de Marcos (y antes la de Pablo: cf. 1 Cor 11, 23-25) ha tenido de la Cena del Cuerpo de Jesús, centrada en los signos del pan y del vino que expresan su entrega y alianza a favor de todos (=muchos). Posiblemente, la formulación que ofrece Marcos sólo ha podido fijarse en un contexto helenista (judeo-cristiano) que interpreta de un modo sacramental el cuerpo y la sangre de Jesús, que se vinculan al despliegue total de su vida, abriendo un camino de agua/amor y de eucaristía (comunión) que es Jerusalén, la iglesia. Esta fiesta de corpus se inicia con el aguador/homosexual (afeminado, despreciado por los grandes “machos”)

Elementos  

IMG_5127(1) La iniciativa parte de los discípulos, que quieren celebrar la pascua (Mc 14, 12-17)… y para prepararla bien Jesús hace que encuentren y sigan a un aguador afeminado/homosexual, (con gestos de mariconeo) que les marca el camino. En la línea que lleva a la iglesia resulta esencial  este afeminado del Corpus, en Jerusalén, Roma y la ONU, por poner tres lugares.

(2) Al comienzo de la cena, Jesús anuncia que uno de ellos va a entregarle. A diferencia del afeminado, que les lleva por el buen camino, Jesús dice a sus discípulos que, queriendo ser muy machos, haciéndose importantes, ellos van atraicionarle. (14, 17-21). (3) A pesar de ello, Jesús les ofrece su cuerpo y sangre, diciéndoles que sigan al afeminado que les marcará el camino   (14, 22-24).

(3) En ese contexto, Jesús  ratifica su proyecto y promete a sus discípulos que tomará con ellos la próxima copa en el Reino (14, 25).  Todo acaba con el anuncio de la negación y escándalo de sus discípulos (14, 26-31). Pero el afeminado del agua sigue esperando a la entrada de Jerusalén

A la entrada de la ciudad, ante la fiesta del Corpus un “afeminado” Los discípulos quieren sacrificar (cf. ethyon: 14, 12) con Jesús la pascua, al modo tradicional. Son los Doce (14, 17) y representan la esperanza nacional israelita. No le preguntan si quiere celebrarla, sino dónde deben prepararla (ellos) para que él la coma. Desean que él celebre la pascua judía, según la costumbre. Ellos lo proponen y Jesús lo acepta, al menos en un primer momento, para decirles después, en el centro de la celebración judía, que van a rechazarle, a pesar de que él les ofrece su propio pan y vino, es decir, su propia comida (14, 18-21.27-31).

La cena del cuerpo de Jesús (tomad y comed, amaos unos a los otros) empieza con el signo de este afeminado del agua: Jesús entrega  su cuerpo  a los Doce fuertes discípulos. Han seguido al homosexual de la entrada, pero no han entendido,  no quieren entender,   El aguador cumple su tarea: Le lleva a la casa de la celebración… pero los discípulos terminan rechazando la eucaristía como don del cuerpo  y terminan buscando cada uno su propio poder.

De todas formas, el paso por Jerusalén no ha sido inútil, pues Jesús ha debido pronunciar allí el gran discurso sobre el fin del templo y el anuncio del evangelio a todas las naciones (Mc 13, 10). La subida a Jerusalén ha sido necesaria, no para quedarse allí (las estructuras israelitas han fracasado), sino para iniciar el nuevo camino de pascua en Galilea. Desde ese fondo seguiremos leyendo el texto.

La cena que quieren los discípulos

Lógicamente, la iniciativa ha partido de los Doce que siguen moviéndose a nivel israelita de comidas puras y de templo, de exclusión de los “afeminados” y de condena de los diferentes: Quieren celebrar así la solidaridad “eterna” de Israel, tanto en perspectiva de recuerdo (se identifican con los liberados de Egipto) como de compromiso actual: todos los judíos se vinculan en un cuerpo, especialmente aquellos que comparten la pascua del cordero. Pues bien, esa pascua judía del cordero introduce una profunda disonancia en la trama teológica de Marcos (Jesús no comerá el cordero santo del pueblo santo, sino que dará cu cuerpo en amor por todos, empezando por los expulsados de Israel..

Como parece normal, los discípulos quieren sacrificar la pascua al modo judío, es decir, formando con Jesús una comunidad limpia, de puros observantes de la Ley nacional, como si Jesús no hubiera traído ninguna novedad. Pues bien, ellos proponen y, de manera sorprendente, Jesús acepta, pero no para hacer lo que ellos quieren, sino algo muy distinto, en línea histórica y teológica.

Marcos ha querido resaltar de esa manera la novedad de Jesús frente a la pascua judía y lo hará, mostrando en ese escena, con traición y negaciones, el fracaso del mesianismo israelita de los Doce y de la función intra-judía de los discípulos (a quienes Jesús había elegido para “ser-con-él” y proclamar el reino; cf. 3, 13-19). Ellos le rechazan en el centro de la “pascua” que quieren ofrecerle en Jerusalén. Por eso, la misión universal de Jesús se iniciará de otra manera, no en Jerusalén sino en Galilea (Mc 14, 28; 16, 7-8), fundándose en la Cena de entrega Jesús y no en la pascua nacional judía que sus discípulos buscaban.

IMG_5128En nuestro caso, el hombre del cántaro de agua (14, 13) a quien los discípulos deben acudir para preparar la fiesta puede referirse a un disminuido psíquico (pues los varones “normales” no solían ir a la fuente por agua o un hombre de sexualidad “ambigua” (se decía que sólo los homosexuales realizaban trabajos de mujeres como éste).Sea como fuere, Jesús ofrece el signo del hombre del cántaro (que servirá) para poner de relieve el carácter concreto de la escena y de todo lo que sigue.

(a) Saldrá a vuestro encuentro un aguador (un hombre cargando con un cántaro de agua)… Todas las palabras son significativas:

Apantêsei hymin… No se dice que le encontraréis tras buscarle, sino que saldrá (vendrá) a vuestro encuentro. Está allí como esperándoos. No le encontráis vosotros,  viene él a vuestro encontento: Se pondrá ante vosotros, con dos partículas performativa: Ap y Anti…. Es como si quisiera ocupar vuestro camino, como si supiera que le necesitáis. No es uno “arrojado al borde” (como el herido de la parábola del buen samaritano). Viene él, porque quiere, porque os quiere, porque os necesita y le necesitáis… En ningún otro lugar del NT, que yo sepa, se habla de un hombre (anthropos, ser humano), varón o mujer, que sale a nuestro encuentro con esta urgencia…..

Un hombre (ser humano) cargado con un cántaro de agua… Bi se duce que lleva un cántaro…, sino que lo “soporta”, que “carga con él”, como si estuviera oprimido por su peso. Es “esclavo” del agua, con la que sube a hombros desde la fuente de Siloé (el enviado de Dios) hasta la altura de la ciudad…, un homosexual con la carga y peso de todos los hombres y mujeres… Bastadson, encorvado, aplastado…. por el agua para todos…

El cántaro de agua se llama keramion,  es decir, un recipiente de “cerámica”, el cántaro propio de las mujeres. un ánfora, un jarrón, una vasija… Sabe lo que es estar todo el día aplastado bajo el peso del agua para otros, como mujer-esclava, como homosexual despreciado al servicio de los “grandes-puros…

Seguidlo. Jesús no dice “seguidme” como en otros casos, como casi siempre, sino seguirle a él, akolouthêsate autô, seguid al homosexual, al hombre del cántaro…  Los cristianos de pascua (es decir, del Corpus) somo seguidores de un homosexual, portador de un cántaro de agua, a la entrada de la ciudad.

Seguidle a él…akolouthêsate autô. En Mc 14, 3-9 Jesús había dicho que recordemos lo que había hecho la mujer de la unción (en todos los lugares donde se anuncie el evangelio se dirá y hará lo que ella ha hecho…). Pues bien, en este momento, Jesús nos dice a los buscadores de la pascua, a los celebrantes del Corpus, que sigamos al hombre del cántaro. se podría decir más alto, pero no más fuerte…

 Éste es un hecho insólito, ya que eran mujeres las que solían llevar el agua en recipientes en cántaros, jarras o tinajas. Además, el cántaro/ánfora es signo femenino, tanto en Grecia (Pandora) como en todo el oriente. El Antiguo Testamento vincula la traída de agua en cántaros con mujeres (Gn 24, 11-21; Ex 2, 16; 1 Sm 9, 11). Por otras parte, los artistas griegos y romanos presentan regularmente a esclavos portando jarras de vino o de agua (como muestra el signo del Acuario…).

Es un signo es extraño:. No esperaríamos a un hombre con cántaro a la entrada de Jerusalén. Menos podemos entender el hecho de que ese hombre deba “dirigir” la celebración de la pascua/corpus de los discípulos la iglesia actual (tema del que seguían discutiendo el otro día los obispos de Italia con el Papa porteño). Pues bien, diga lo que diga el Papa Francisco, Jesús nos sigue diciendo que sigamos al “amariconado” del cántaro de agua. Ése es el director de seminario de los dos “discípulos” oficiales de Jesús, que me parecen los zebedeos (aunque no puedo probarlo).

Ciertamente, ese “amariconado del puerto o fuente del agua (como sísifo eterno que lleva la roca-jarrón hasta la altura….) puede ser de un esclavo empleado en tareas domésticas, despreciado por todos, que “pasa” de todos. Pero es precisamente él el que se fija en los enviados de Jesús y descubre que están buscando un lugar y momento para la fiesta del cuerpo de Jesús…

  Este afeminado, esclavizado del agua, despreciado y utilizado por todos,  es el único que está atento y sabe lo que pasa en la ciudad y descubre que estos dos discípulos de Jesús necesitan ayuda, y sale a su encuentro con el agua a cuestas y les habla, y les dirige….Sin este “maricón dela agua”, como dice el papa porteño a los obispos de Italia, es imposible la fiesta del cuerpo de Jesús.

 Éste es un esclavo/maricón atento a los discípulos de Jesús, hombre que sale a su encuentro y les ofrece un “servicio” especial, que parece de mujeres… pero que que es de seres humanos verdaderos, que saben servir, hacer cuerpo, hacerse cuerpo, varones y mujeres.

Este aguador, esclavo del agua, hombre o mujer, de tendencia quizá homosexual (no diferencia como varón de poder)  será el que guía a los discípulos de Jesús. El tema es que  los discípulos para cumplir la palabra de Jesús y celebrar el “corpus”.

El aguador les lleva a la casa donde está dueño (oikodespotê) que es en el fondo el mismo Dios, que les muestra el  katalyma el lugar de la fiesta del cuerpo de la Iglesia. Esta alternancia entre al aguador guía y el dueño divino de la casa para todos es una clave para entender y vivir el evangelio. Todo nos permite suponer que ese “portador de agua” ha recibido aquí un carácter simbólico: Es un signo, el signo, de los ministros de la iglesia, varones y/o mujeres, que se ponen al servicio de la vida, del agua del templo donde Jesús dirá: Venid y bebed todos….

Este hombre “afeminado”, del cántaro de agua, un siervo que realiza tareas secundarias, aparece así como guía de la cena familiar que Jesús celebrará con los Doce, es decir, con aquellos discípulos suyos que quieren que retorne a la “sacralidad judía”. Van sus discípulos, encuentran al hombre del cántaro y llegan hasta el dueño de casa que prepara la sala de la fiesta (el anagaion: 14, 15). Después, entrada ya la tarde, viene a cenar él con sus discípulos (14, 14), cuidadosamente presentados como los Doce (14, 17).

Esta cena constituye la última oportunidad para los Doce en cuanto tales. Sabemos que Jesús les ha elegido (3, 14.16) como señal del Israel escatológico. Ellos han podido conocer (con otros seguidores) el sentido más profundo de las parábolas del reino (4, 10) y han proclamado en Israel el mensaje mesiánico (6, 7). Jesús ha querido hacerles servidores de los otros (9, 35) y por eso les ha instruido en la enseñanza más secreta de su entrega por el reino (10, 32). Le han acompañado en la intimidad de los últimos días (11, 11), aunque sabemos ya que uno de ellos ha decidido traicionarle (14, 10). Pues bien, desde ese contexto, se nos dice que ellos “invitan” a Jesús y que Jesús acepta.

1ª INTERPRETACIÓN DEL AGUADOR  (MANUEL VILLALOBOS, HOMBRES ABYECTOS).

A mi juicio, el autor que mejor ha interpretado el tema del “hombre del cántaro”, iniciador de la fiesta de “corpus” de Cristo ha sido el biblista mexicano Manuel Villalobos Mendoza, en un tipo titulado, publicado en ingles, y en castellano, con el título  Cuerpos abyectos en el evangelio de Marcos (El Almendro, Córdoba y Herder, Barcelona. Villalobos ha mostrado va más allá de la diferencia e imposición de Género   buscando a una serie de personajes que no están definición por su función de género, sino por su humanidad, como son este aguador de la fiesta de Pascua/Corpus y el joven/neaniskos.

Villalobos ha mostrado que el  evangelio de Marcos traspasa todos los límites de género en su relato de la pasión. Los personajes que presenta, incluido Jesús, tienen en común que son del otro lado: transgreden todo tipo de fronteras y causan confusión en la unidad y el orden promovidos por los judíos de la época. Marcos describe algunos personajes del relato como excluidos de la sociedad y del templo debido a su género, enfermedad o afeminamiento. La abyección es lo que distingue lo totalmente humano de lo que no lo es.

El proceso de convertirse en humano o inhumano es un mecanismo de exclusión, rígido y bien orquestado. Jesús define un nuevo orden y unas nuevas fronteras gracias a su celo por anunciar buenas noticias para todos los cuerpos abyectos.

Este homosexual, aguador afeminado,  servidor de los que vienen a Jerusalén que es la Iglesia, nos sigue marcando el auténtico camino, nos lleva al katalyma   de la auténtica iglesia.

IMG_5130Si no encontramos al afeminado del agua, si no n os marca el camino, no entraremos en el misterio del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Este afeminado del agua de la puerta de Jerusalén es signo de los los cuerpos abyectos, aquellos que son marginados, rechazados y humillados por la sociedad, y particularmente por la religión, pero que se sienten identificados con el cuerpo abyecto de Jesús (cuerpo traspasado por clavos, crucificado…)..

  Los hombres y mujeres de cuerpos abyectos ofrecen una nueva visión de la  vida y muerte muerte de Jesús, que nos abre el espacio y camino divino de su muerte, como  experiencia de amor y esperanza de resurrección.

Conclusiones que se deducen de la exébesis de M. Villalobos y del aguador del Corpus.

  1. La exégesis bíblica ha de ser biográfica, de testimonio personal.  La exégesis de la biblia ha estado dominada por un tipo de “filosofía intemporal” e impersonal, como si no importara la vida, la experiencia y testimonio de los lectores. En contra de eso, R. Villalobos propone una lectura “situada” de los textos. La verdadera lectura de la Biblia son los creyentes, como personas y como iglesia.
  2. La exégesis “bíblica ha de estar “marcada” desde la perspectiva de los “cuerpos”, no de un tipo de almas separadas de los cuerpos, parcial para ser universal. Más que a salvar almas en el sentido posterior de la palabras, Jesús vino a “liberar” cuerpos, especialmente “cuerpo abyectos”, de mujeres dominadas, de varones enfermos (conforme a la visión dominante”. Vino ante todo para acompañar a muchos “del otro lado”, que no cabían en la ortodoxia oficial del templo. Es una exégesis parcial, y sólo así puede ser universal.
  3. Debe ser una exégesis que reconstruya el texto de Marcos,  un evangelio “truncado”, escrito para personas “truncadas”, acortadas, en sentido integral (personal y social, sexual y económico…), superando la función  establecida y dominante de unos “géneros” impuestos desde la autoridad oficial del sistema.
  4. Debe ser una exégesis gozosamente liberadora, al servicio de la vida, en el sentido radical del término. Una exégesis eclesial y social, abierto a todos los hombres y mujeres, al servicio de Dios del amor y de la vida, de la libertad y el gozo de los cuerpos, en la línea de la “resurrección de la carne.”

2º EJEMPLO DE LECTURA DEL TEXTO DEL HOMBRE DEL CÁNTARO SALVADOR SANTOS: Un Paso, un Mundo (Almendro, Córdoba 2009, 742 páginas)

IMG_5133Más que un libro de pura exégesis es una novela escrita a la luz del comentario de mis coletas y amigos  J. Mateos y F. Camacho, El evangelio de Marcos. Análisis lingüístico y comentario exegético I-III, Almendro, Córdoba 1993-2000).

Juan Mateos SJ (1917-2003), fue mi profesor de Griego, luego colega y amigo, traductor de la Nueva Biblia Española.

Fernando Camacho (1946-20189 eramos colegas y amigo, vino a defender su tesis doctoral a Salamanca, formé parte del tribunal (año 1983); como es normal, discutimos y nos abrazamos. Nos dejó aún joven, el año 2018. Ha sido y sigue siendo una luz para la iglesia del entorno de Sevilla, con la ayuda de homosexuales de diverso tipo.

Del comentario de ambos (Juan Mateos y Fernando Camacho) toma Salvador la trama de su “novela” ejemplar, de la que entresaco unas ideas

De la novela de Salvador entresaco las páginas que siguen:

El hombre del cántaro quiebra el orden establecido como natural. Su sola presencia advierte a los enviados de la invalidez de sus códigos de conducta. Sin él, los discípulos carecen de rumbo y destino seguros.

El hombre del cántaro les saldrá al paso como la única garantía de hallar lo que buscan. Ellos habrán de trocar ante él sus esquemas mentales.El hombre invertido aparece en el texto como modelo de discípulo advirtiendo que la sociedad alternativa no se distinguirá por sus privilegios, sino por el insustituible servicio de marcar la ruta hasta el escenario donde se celebrará la definitiva libertad. La escueta consigna a los enviados no admite dudas: “Seguidlo”. La expresión formada por el verbo (ἀκολουθέω) acompañado de pronombre se usa casi siempre en Marcos para indicar el seguimiento a Jesús (1,18; 2,14.15; 6,1; 8,34; 9,38; 10,21.28.32.52; 11,9; 14,54; 15,41).

El hombre-mujer se convierte así en el guía ideal para los discípulos. Hace las veces de Jesús, que se ha identificado con él. Ha depositado en el afeminado su absoluta confianza. El hombre-mujer ocupará su lugar y dirigirá a los enviados hacia su destino. Gracias al Galileo, un personaje insignificante ha pasado a ocupar el papel de protagonista.

La imagen afeminada del hombre del cántaro en posición tan destacada pudo generar escándalo entre lectores de procedencia judía, lo que explicaría que, en su relato, Mateo suprimiera de un plumazo al hombre del cántaro y, con ello, su labor de encaminar a los discípulos hasta la casa: “Id a la ciudad, a casa de Fulano…” (Mt 26,18). Él tiene allí las puertas abiertas. El hombre del cántaro no necesita salvoconducto, pertenece a los de la casa. Una vez en ella, el “dueño” pasa a ser el interlocutor válido para los discípulos.

16. Salieron los discípulos, llegaron a la ciudad, encontraron las cosas como les había dicho y prepararon la cena de Pascua. El relato termina dando cuenta del cumplimiento del encargo por parte de los enviados, de la exactitud con que lo llevaron a efecto y de la preparación de la Cena de Pascua.

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Este es mi cuerpo. Esta es mi sangre.

Domingo, 2 de junio de 2024
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Mi cuerpo es comida

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.

Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida,

El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.

Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.

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Pedro Casaldáliga

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El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

“¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”

Él envió a dos discípulos, diciéndoles:

“Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

– “Tomad, esto es mi cuerpo.”

Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:

“Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.”

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

*

Marcos 14,12-16.22-26

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Hacia un idolatría de la Eucaristía.

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[…] El mismo Cristo  debe asfixiarse en nuestros ostensorios de oro, en nuestros cálices incomparables, en nuestros copones incrustados de joyas, Él quiso sólo la paja del Pesebre o la madera de la cruz. El culto exagerado de la Eucaristía tiende a hacer de nuestras iglesias templos paganos.

Louis Evely

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Condúceme de lo irreal a lo real, condúceme de las tinieblas a la luz, condúceme de la muerte a la inmortalidad.

Brihadaranyaka Upanishad

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Una liturgia sin compromiso místico

Los faraones de Egipto han sido divinizados y los monumentos no dejan de representar su investidura divina. Cuando, más tarde, Alejandro el Grande conquistó Egipto, no creyó que pudiera asegurar su dominación sobre las colonias sin hacerse reconocer como Dios. Del mismo modo los emperadores romanos, para consolidar la unidad de su imperio, aceptaron, luego finalmente impusieron, esta divinización de Roma y de su persona.

Pero esta divinización del faraón provocaba también, casi necesariamente, la “faraonización” de dios. Había una simbiosis, una suerte de comunidad de vida en la que las reacciones eran recíprocas y, finalmente, la imagen de la divinidad se amoldaba a la del faraón divinizado.

¿Hasta qué punto esta situación ha sido reproducida a lo largo de los siglos, incluso en el pensamiento de Israel? ¿En qué medida nuestra liturgia no guarda vestigios de este intercambio ambiguo entre la realeza terrestre y la realeza divina? ¿Hasta qué punto incluso el concepto de la realeza divina no es simplemente una emanación de la realeza humana?

¿En qué medida, en Bizancio, la liturgia de Palacio y la liturgia de Santa Sofía no coincidían en una misma imagen, donde la realeza divina y la realeza humana se confundían de nuevo?

Y en qué medida nuestra liturgia no es todavía una supervivencia de las liturgias reales que no comprometen nunca el fondo del alma? ¿No podemos pensar, a veces, que en nuestra misma liturgia, se trata de rendir homenaje a un soberano, de procesiónar alrededor de su altar, de erigirle un santuario dedicado a él, y una vez hecho esto, queda con Dios, todo esto que puede realizarse y celebrar sin ninguna especie de compromiso místico?

Algo extremadamente peligroso

Es evidente que, si el hombre de la calle es tan a menudo completamente extraño a lo que pasa en nuestras iglesias, es porque no pasa allí ningún acontecimiento susceptible de tocarlo aunque sea un poco. El no se siente allí de ninguna manera alcanzado y concernido a lo más íntimo de él mismo.

Hay una religión aparente que  no asume compromiso profundo. Esto es extremadamente grave, y podemos preguntarnos hasta qué punto esto no es a causa de la Eucaristía que llegamos a una confusión tan radical sobre la esencia misma del mensaje de Jesús.

Una especie de materialismo religioso, el peor de todos; puede trágicamente establecerse alrededor de la Eucaristía; tenemos un catalizador de paladio, un pararrayos celeste, sobre la casa, podemos dormir tranquilo, Dios está allí en su cajita y lo tenemos constantemente a nuestra disposición.

¿Nos hemos cuestionado suficientemente sobre  el valor de nuestras comuniones? ¿sobre elvalor de esos niños? ¿Qué producen? ¿Qué cambian?

En las comuniones sin compromiso, donde se cuenta con el opus operatum (un efecto producido infaliblemente por el hecho de que se recibe el sacramento), en las comuniones donde mecánicamente se debe ser santificado porque se abrió la boca o se tendió la mano para recibir la hostia: hay allí algo extremadamente peligroso porque no se ve en absoluto toda la exigencia que está en la base de una conversión verdadera, y que supone a un nuevo nacimiento; no vemos en absoluto la exigencia de la comunión que implica esta transformación radical donde se pasa del mí posesivo al mi oblativo. ¿ Incluso, cuántos sacerdotes  que celebran la misa cada día todavía puede, quizá, estar todavía allí?

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Resituar la Eucaristía en la perspectiva evangélica

Debemos pues resituar la Eucaristía, hay que situarla allí dónde la vida de la Iglesia debe encontrar su unidad, hay que situarla en su sitio, es decir en la perspectiva evangélica que se nos impone en los últimos encuentros del Señor con sus discípulos.

La última consigna que resuena en todas las páginas del relato joánico, es que os améis unos a otros como yo os he amado. Y esta consigna es también el criterio que hace reconocer a los discípulos de Jesús: ” en esto os reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros.

Y para dar una lección a sus discípulos, Jesús les lavó los pies. Esto es lo que es amar a tu prójimo: lo que he hecho es para que hagáis vosotros lo mismo los unos a los otros.

Por extraño que pueda parecer, la Eucaristía parece haber desaparecido, ni siquiera se nombra en este lugar, ¿por qué? Debido a que está implícita en esta mandato (lavatorio de los pies). Está implícitamente contenida en el mandato y en la consigna final del Señor: “Amaos los unos a los otros”, ya que es exactamente la misma cosa.

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“Os conviene que yo me vaya “

Recordemos las trágicas palabras de Jesús en el discurso después de la Última Cena: “Es bueno que yo me vaya porque, si no me voy, el Paráclito, el Espíritu Santo, no vendrá a a vosotros”. ¿Cómo no ver en estas palabras la confesión de un fracaso? Jesús nunca convirtió a nadie … ¡a nadie! Ni la muchedumbre, ni los sacerdotes, ni las autoridades, ni Herodes ni sus discípulos, ni incluso el discípulo amado que se dormirá como los otros enseguida en el Jardín de la Agonía: no ha convertido a nadie.

Y la llamada suprema que les dirige  a sus discípulos en el lavamiento de los pies se quedará sin eco: no comprenden que el reino de Dios está dentro de ellos mismos.

No comprenderán que es para hacer nacer este reino interior que Jesús se arrodilla delante de ellos para lavarles los pies, y no comprenden  que es para arrancar la piedra de nuestros corazones que Jesús muere sobre la cruz. Y la última pregunta que le harán a Jesús justo antes de la Ascensión será significativa de esta total  incomprensión.

¡La humanidad de Jesús debe pues desaparecer! Y es sólo en lo invisible, en el fuego del Pentecostés, como encontrarán a su Maestro como una presencia interior, no lo verán en lo sucesivo ya más delante de ellos sino dentro de ellos, y es en aquel momento cuando lo reconocerán. ¿Podemos desde entonces imaginar un solo instante que Nuestro Señor nos haya dado la Eucaristía para que refabriquemos con este sacramento un culto idolátrico, para que pudiéramos poseerlo allí, al alcance de nuestra mano, encerrándole en una caja para que nos pertenezca? ¿ Podemos concebir un materialismo igual por parte del Señor? ¿Cómo podemos imaginar que les hubiera robado su presencia visible a los Apóstoles para restituirnos en la hostia un foco de idolatría, como si pudiéramos disponer de Dios como el resultado de un objeto? Es absolutamente imposible, es exactamente lo contrario que sucede cuando Jesús nos da la Eucaristía.

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Maurice Zundel

La Rochette, 1963

(Fuente)

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De las armas forjarán arados. Entonces celebraremos la Eucaristía.

Domingo, 2 de junio de 2024
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eucaristia-720_270x250Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:

01.- ORIGEN DE LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI.

La Eucaristía evidentemente comienza con Jesús.

Pero a fines del siglo XIII cuando surja en Lieja, Bélgica, una espiritualidad Eucarística cuyo centro fue la Abadía de Cornillón. Este movimiento dio origen a la fiesta del Corpus Christi y a diversas costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, las procesiones, etc.

Será el Concilio de Trento, en el siglo XVI, el que potenciará que todos los años, determinado día festivo, se celebre esta fiesta.

02. ÉXODO

La cena celebrada por los hebreos la víspera de salir de la esclavitud de Egipto en el Éxodo liberador es la Pascua judía.

Hoy hemos escuchado cómo Moisés -ya en el camino del desierto de la vida- tras bajar del monte Sinaí con las tablas de la ley y, una vez que el pueblo acoge la Palabra del Señor, Moisés roció con sangre al pueblo y sella así la ALIANZA de amistad entre Dios y su pueblo.

Es la ALIANZA de Dios, el pacto y encuentro salvíficos de Dios con su pueblo.

03. NUEVA ALIANZA

Nosotros celebramos la Pascua cristiana sellada por JesuCristo en la cruz. La Pascua cristiana quedó plasmada durante toda la vida de Jesús y en la víspera de su pasión en la Cena pascual de despedida.

Y con la Pascua de JesuCristo celebramos la Nueva y definitiva Alianza de Dios con la humanidad.

La última y definitiva Palabra de Dios para con nosotros es la redención de Cristo: la Alianza o pacto de amistad de Dios con la humanidad.

04. TOMAD Y COMED MI CUERPO / TOMAD Y BEBED.

Cuerpo en la antropología del NT no es meramente la corporeidad física, sino que cuerpo (soma) significa la persona como identidad, la presencia de la persona, su pensamiento.

Cuando Jesús nos invita a tomar y comer su cuerpo no nos invita a un acto biológico-gastronómico, ni a un rito, sino a asimilarse a Él, a acogerle a él como persona, como criterio y pauta de vida. Él mismo nos da fuerza para ello: el pan de vida es el alimento cristiano.

Tomad y bebed… es una llamada a acoger agradecidos la muerte de Jesús, la redención de Jesús.

05. BANQUETE DEL REINO.

La Eucaristía hemos de situarla en el contexto de las muchas comidas, banquetes salvíficos que Jesús celebró con mucha gente: comidas de encuentro y de vida.

El Reino de Dios es equiparado por Jesús a un banquete de bodas, a un encuentro fraterno

RECORDEMOS:

El encuentro del hijo pródigo con el Padre se sella con un banquete, había que celebrar una fiesta, porque este hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida (Lc 15, 11-32).

* A Jesús le echaban en cara que comía con pecadores y publicanos, (Mc 2,16).

Recordemos el encuentro de Jesús con Zaqueo: hoy ha entrado la salvación a esta casa (Lc 19, 1-10).

Evoquemos la infinidad de momentos en los que Jesús alude el banquete, la comida como encuentro de salvación (Mt 22,1-14).

o El evangelio de San Juan sitúa la Eucaristía no tanto en la última Cena, sino en el cp. 6: en la multiplicación de los panes, (Jn 6). El pueblo tiene hambre. Cristo es pan de vida: Yo soy el pan de vida

(Jn 6). Un milagro de solidaridad.

El Reino de los cielos se parece a un banquete, (Mt 22,24)

Ofrece un banquete, llama a pobres, mancos, cojos, ciegos, (Lc y serás bienaventurado)

Los dos de Emaús reconocen la Vida al partir el pan (Lc 24, 13-35, v 30: Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio).

Junto al lago Jesús les dice a los suyos si tienen algo que comer, comen pan y pescado (Lc 24, 36-49) y cuando compartieron el pan, se les abrió la inteligencia y comprendieron (v 45).

En nuestra tradición neotestamentaria y eclesial la “Última Cena” tiene una densidad e intensidad grandes.

La Eucaristía no es un rito, una liturgia, no es una ley para cumplir con la Iglesia y salvar mi alma: aquel viejo “cumplir con Pascua”. La Eucaristía es algo más, más hermoso y profundo: LA EUCARISTÍA ES VIDA, es el pan de vida, es el grano de trigo que ha de morir para fructificar es acoger la redención del Señor en nuestra vida.

Impregnemos nuestra “vida de la Vida”. Disfrutemos la vida desde la Vida.

06. EU – XARIS: BUENA GRACIA: ACCIÓN DE GRACIAS.

La Eucaristía es vivir en acción de gracias por la nueva Alianza, por la liberación definitiva, la redención realizada por Cristo.

En la Eucaristía hacemos memoria (“revivimos”) el nuevo Éxodo liberador el pecado y de la muerte y damos gracias por ello al Señor.

07. LA MESA DEL SEÑOR ESTÁ ABIERTA A TODOS.

De la mesa de los ricos de este mundo están excluidos muchos, ¿la mayoría de la humanidad? ¿Cuántos millones de personas viven muriendo de hambre por desnutrición?

La mesa de los ricos y de los poderosos está cerrada a los pobres.

Por otra parte, se hace extraño cómo el rigor litúrgico y moral han ido reduciendo “los cubiertos de los comensales” de la mesa de JesuCristo.

Para los que viven del entramado moral-litúrgico, la Eucaristía conlleva la “rigidez litúrgica del desfile del día de la victoria”. Para los que andamos como podemos en la vida, la Eucaristía es Emaús, pobres hombres y mujeres a veces desesperanzados, que tienen la fortuna de encontrarse con Cristo y se sientan a la mesa con él.

Es de mucho consuelo saber que la mesa del Señor está abierta a todos, especialmente a los pecadores y publicanos.

Da mucho paz saber que todos tenemos sitio en la mesa, en la fiesta del Padre. No importa nuestra condición moral, nuestro pecado. Somos hijos pródigos, publicanos, “magdalenas”, hemorroísas, “zaqueos” pero Dios nos sienta a su mesa y encantado.

ACCIÓN DE GRACIAS Y ESPERANZA

Jesús deseaba celebrar la Eucaristía con nosotros al final de los

tiempos, cuando vuelva. Quizás, como los dos de Emaús, caminamos desesperanzados en la vida. La Eucaristía fortalece la esperanza de que terminaremos sentados a la mesa abundante del Señor.

Acción de gracias. Vivir en gracia en el fondo es vivir agradecidamente, vivir dando gracias a Dios y a la vida.

CELEBREMOS LA MEMORIA DEL SEÑOR

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El Papa Francisco incide nuevamente en que las bendiciones son para los individuos, no para las uniones; Y más noticias

Jueves, 30 de mayo de 2024
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IMG_5039El Papa Francisco siendo entrevistado por Norah O’Donnell de CBS News en su residencia, Casa Santa Marta. Foto CBSNews

El Papa Francisco una vez más abordó la cuestión de bendecir a las parejas LGBTQ+ durante una entrevista, aclarando que son las personas en una relación del mismo género, no la unión, las que son bendecidas.

La publicación de hoy incluye esta noticia y más actualizaciones sobre el debate sobre Fiducia Supplicans, la declaración del Vaticano de diciembre que abrió bendiciones para personas en relaciones del mismo sexo y provocó una tormenta en la iglesia.

El Papa dice que no es posible bendecir a las uniones LGBTQ+

Hablando con Nora O’Donnell de CBS News, el Papa concedió una larga y amplia entrevista, en la que abordó los conflictos globales, la migración, las mujeres diáconos y el apoyo a los niños del mundo. O’Donnell preguntó a Francisco por qué permitía que los sacerdotes bendijeran a parejas del mismo sexo y, en respuesta, aclaró:

“No. Lo que permití no fue bendecir la unión. Eso no se puede hacer porque ese no es el sacramento. No puedo. El Señor lo hizo así. Pero bendecir a cada persona, sí. La bendición es para todos. Para todo el mundo. Sin embargo, bendecir una unión de tipo homosexual va en contra del derecho otorgado, en contra de la ley de la Iglesia. Pero para bendecir a cada persona, ¿por qué no? La bendición es para todos. Algunas personas se escandalizaron por esto. ¿Pero por qué? ¡Todos! ¡Todos!”

Más tarde, O’Donnell preguntó al Papa sobre su condena de la criminalización anti-LGBTQ+ y su famoso “¿Quién soy yo para juzgar?” comentario en 2023, a lo que Francisco respondió: “[la homosexualidad] es un hecho humano”.

Si bien la aclaración del Papa Francisco sobre Fiducia Supplicans es nuevamente decepcionante, gran parte de la entrevista más amplia reiteró también su insistencia en una iglesia acogedora que se comprometa con una tradición viva. O’Donnell preguntó al Papa sobre los muchos obispos estadounidenses que lo critican y respaldan un enfoque más tradicionalista de la fe. Respondió:

“Conservador es aquel que se aferra a algo y no quiere ver más allá. Es una actitud suicida. Porque una cosa es tener en cuenta la tradición, considerar situaciones del pasado, y otra muy distinta es encerrarse en una caja dogmática”.

Cuando se trata de bendecir a las personas en parejas queer y la inclusión LGBTQ+ en general, el Papa Francisco ha mostrado una apertura histórica al cambio combinada con su propia forma de aferrarse a “situaciones del pasado”. Pero a medida que se encontró con más personas LGBTQ+, evolucionó. Y, con suerte, seguirá haciéndolo.

Sacerdote católico se suma a la bendición ecuménica de parejas LGBTQ+

IMG_5043Adam Świeżyński (redes sociales)

En Polonia, el P. Adam Świeżyński se unió al clero protestante en un servicio de oración ecuménico con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia el 17 de mayo. Posteriormente, el clero bendijom a algunas parejas LGBTQ+. Notes from Poland informó que:

Entre las parejas que serán bendecidas se encuentran Artur y Jan, ambos católicos practicantes pero que ocultan su relación al párroco local.

“‘Esta bendición es muy importante para nosotros; Es una inyección extra de fuerza para nuestra futura vida juntos”, dijo Artur a la revista Wprost. ‘Ambos somos creyentes. La fe nos permitió sobrevivir a las numerosas crisis que aparecieron en nuestras vidas. A veces era el ancla más fuerte la que nos mantenía con vida”.

“’Somos gente corriente; Amamos y sufrimos como todos los demás”, añadió Jan. “El odio es el sentimiento más destructivo. Y el amor a Dios y al prójimo es el mandamiento más importante resultante de las enseñanzas de Jesús’.

Por su parte, el P. Świeżyński dijo que era “incomprensible” que tales bendiciones no se concedieran en las iglesias católicas de Polonia, lo que le hacía “sentirse avergonzado” porque es “una negación de las enseñanzas de Cristo y una negación práctica de su actitud hacia la gente”. Sin embargo, Świeżyński tiene la esperanza de que Fiducia Supplicans sea un primer paso para permitir tales bendiciones.

Uschi Pawlik, miembro católico de la Fundación Faith and Rainbow que ayudó a organizar el servicio de oración, citó al Papa Francisco como una nueva forma de pensar sobre las relaciones LGBTQ+ y un camino a seguir. Pawlik comentó:

“‘El Papa Francisco muestra claramente un cambio en la forma de pensar sobre las relaciones en la Iglesia y una transición de reglas y principios rígidos a una flexibilidad pastoral. Cada vez hay más sacerdotes católicos polacos que apoyan a las personas LGBT+’”.

De hecho, a pesar de que los prelados católicos de Polonia siguen siendo muy anti-LGBTQ+, la población del país tradicionalmente católico está evolucionando. Las elecciones del otoño pasado expulsaron al partido de derecha Ley y Justicia, reemplazando el liderazgo gubernamental con una coalición que prometió criminalizar el discurso de odio anti-LGBTQ+ y explorar las uniones civiles para parejas del mismo género.

Cardenal Fernández se reúne con líderes coptos

IMG_5045Después de la publicación de Fiducia Supplicans, los líderes de la Iglesia Copta de Egipto anunciaron que suspenderían el diálogo entre su iglesia y la Iglesia Católica Romana por lo que percibían como un desacuerdo fundamental sobre las relaciones entre personas del mismo sexo. En un esfuerzo por sanar la división, el Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano que publicó la declaración de bendiciones, se reunió con el líder de la Iglesia Copta, el Papa Tawadros II. De la reunión, informó Crux:

“La suspensión del diálogo con la Iglesia Copta marcó un golpe significativo para el Vaticano, que apenas el año pasado dio pasos significativos para consolidar el diálogo copto-católico cuando Tawadros II visitó el Vaticano y se reunió con el Papa Francisco en mayo de 2023 para celebrar el 50 aniversario de el primer encuentro entre los papas católico y copto ortodoxo. . .

“Fernández habría explicado que tanto Fiducia Supplicans como Dignitatis Infinita… tenían claro el sacramento del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer abierta a la vida. Al parecer, también insistió en la oposición de la Iglesia Católica al ‘matrimonio entre personas del mismo sexo’ y dijo que la Iglesia comparte las enseñanzas expresadas en la declaración de la Iglesia Copta del 7 de marzo [suspendiendo el diálogo]”.

Sacerdote de Chicago se disculpa después de bendecir a una pareja LGBTQ+

IMG_4581En la Arquidiócesis de Chicago, el P. vicenciano. Joseph Williams se disculpó después de bendecir a una pareja del mismo sexo en la iglesia St. Vincent de Paul, donde es pastor. La bendición para la ministra metodista, la reverenda Kelli Knight y su pareja, Myah, fue capturada en video y publicada en Instagram. Williams le había explicado a la pareja que la bendición no era un matrimonio, pero enfrentó críticas por invocar votos y hacer referencia a anillos de boda.

Más tarde, la Provincia Occidental Vicenciana emitió una disculpa de Williams por “cualquier confusión y/o enojo que esto haya causado, particularmente para el Pueblo de Dios”. Añadió, según el National Catholic Reporter:

La forma que tomó la bendición tal como se muestra en el video surgió debido a mi intento de brindarles un momento significativo de la gracia de Dios. Quería hacerlo bien. Aproximadamente una semana después del hecho, vi el video. Inmediatamente me di cuenta de que había tomado una muy mala decisión con las palabras y las imágenes capturadas en el video”.

Knight lamentó la disculpa y los “grupos que se oponen a tales bendiciones” que obligan a los sacerdotes a emitir tales declaraciones. Y añadió: “Mi esperanza y oración es que se siga animando a otros sacerdotes a extender esta gracia a otras parejas del mismo sexo en el futuro”.

En febrero, el New Ways Ministry recibió a los teólogos Xavier Montecel y SimonMary Aikhiokai, junto con el líder pastoral Yunuen Trujillo para una conversación sobre Fiducia Supplicans y sus implicaciones. Una grabación del panel, “Ser bendecido: el desafío de Fiducia Supplicans”, está disponible aquí.

Para conocer toda la cobertura de Bondings 2.0 sobre Fiducia Supplicans y las reacciones continuas, haga clic aquí.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 28 de mayo de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Fiesta de la Santísima Trinidad. Ciclo B

Domingo, 26 de mayo de 2024
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IMG_4957El Greco, La Trinidad

Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El año litúrgico comienza con el Adviento y la Navidad, celebrando cómo Dios Padre envía a su Hijo al mundo. En los domingos siguientes recordamos la actividad y el mensaje de Jesús. Cuando sube al cielo nos envía su Espíritu, que es lo que celebramos el domingo pasado. Ya tenemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Estamos preparados para celebrar a los tres en una sola fiesta, la de la Trinidad. Esta fiesta surge bastante tarde, en 1334, y fue el Papa Juan XII quien la instituyó. Quizá se pretendía (como ocurrió con la del Corpus) contrarrestar a grupos heréticos que negaban la divinidad de Jesús o la del Espíritu Santo. Cambiando el orden de las lecturas subrayo la relación especial de cada una de ellas con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Dios Padre (Deuteronomio 4, 32-34. 39-40)

Moisés habló al pueblo diciendo:

-Pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra; pregunta desde un extremo al otro del cielo, ¿sucedió jamás algo tan grande como esto o se oyó cosa semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú has escuchado, la voz de Dios, hablando desde el fuego, y ha sobrevivido? ¿Intentó jamás algún dios venir a escogerse una nación entre las otras mediante pruebas, signos, prodigios y guerra y con mano fuerte y brazo poderoso, con terribles portentos, como todo lo que hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?

Así pues, reconoce hoy, y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos y preceptos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y se prolonguen tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.

Como es lógico, un texto del Deuteronomio, escrito varios siglos antes de Jesús, no puede hablar de la Trinidad, se limita a hablar de Dios. Su autor pretende inculcar en los israelitas tres actitudes:

1) Admiración ante lo que el Señor ha hecho por ellos, revelándose en el Sinaí y liberándolos previamente de la esclavitud egipcia.

2) Reconocimiento de que Yahvé es el único Dios, no hay otro; cosa que parece normal en un mundo como el nuestro, con tres grandes religiones monoteístas, pero que suponía una gran novedad en aquel tiempo. Este mensaje sigue siendo de enorme actualidad, ya que todos corremos el peligro de crearnos falsos dioses (poder, dinero, etc.).

3) Fidelidad a sus preceptos, que no son una carga insoportable, sino el único modo de conseguir la felicidad.

Dios Hijo (Mateo 28, 16-20)

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

-Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos
.

El texto del evangelio, el más claro de todo el Nuevo Testamento en la formulación de la Trinidad, pero al mismo tiempo pone de especial relieve la importancia de Jesús.

A lo largo de su evangelio, Mateo ha presentado a Jesús como el nuevo Moisés, muy superior a él. El contraste más fuerte se advierte comparando el final de Moisés y el de Jesús. Moisés muere solo, en lo alto del monte, y el autor del Deuteronomio entona su elogio fúnebre: no ha habido otro profeta como Moisés, «con quien el Señor trataba cara a cara, ni semejante a él en los signos y prodigios…» Pero ha muerto, y lo único que pueden hacer los israelitas es llorarlo durante treinta días.

Jesús, en cambio, precisamente después de su muerte es cuando adquiere pleno poder en cielo y tierra, y puede garantizar a los discípulos que estará con ellos hasta el fin del mundo. A diferencia de los israelitas, los discípulos no tienen que llorar a Jesús sino lanzarse a la misión para hacer nuevos discípulos de todo el mundo. ¿Cómo se lleva a cabo esta tarea? Bautizando y enseñando. Bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo equivale a consagrar a esa persona a la Trinidad. Igual que al poner nuestro nombre en un libro indicamos que es nuestro, al bautizar en el nombre de la Trinidad indicamos que esa persona le pertenece por completo.

En la primera lectura, Dios exigía a los israelitas: «guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo»; en el evangelio, Jesús subraya la importancia de «guardar todo lo que os he mandado».

Dios Espíritu Santo (Romanos 8, 14-17)

Hermanos:

Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

            La formulación no es tan clara como en el evangelio, pero Pablo menciona expresamente al Espíritu de Dios, al Padre, y a Cristo. No lo hace de forma abstracta, como la teología posterior, sino poniendo de relieve la relación de cada una de las tres personas con nosotros.

Lo que se subraya del Padre no es que sea Padre de Jesús, sino Padre de cada uno de nosotros, porque nos adopta como hijos.

Lo que se dice del Espíritu Santo no es que «procede del Padre y del Hijo por generación intelectual», sino que nos libra del miedo a Dios, de sentirnos ante él como esclavos, y nos hace gritarle con entusiasmo: «Abba» (papá).

Y del Hijo no se exalta su relación con el Padre y el Espíritu, sino su relación con nosotros: «coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados».

Reflexión final

La fiesta de la Trinidad provoca en muchos cristianos la sensación de enfrentarse a un misterio insoluble, no es la que más atrae del calendario litúrgico. Sin embargo, cuando se escuchan estas tres lecturas la perspectiva cambia.

            El Deuteronomio nos invita a recordar los beneficios de Dios, empezando por el más grande de todos: su revelación como único Dios. (Esto no debemos interpretarlo como una condena o infravaloración de otras religiones).

            El evangelio nos recuerda el bautismo, por el que pasamos a pertenecer a Dios.

            La carta a los Romanos nos ofrece una visión mucho más personal y humana de la Trinidad.

Finalmente, las tres lecturas insisten en el compromiso personal con estas verdades. La Trinidad no es solo un misterio que se estudia en el catecismo o la Facultad de Teología. Implica observar lo que Jesús nos ha enseñado, y unirnos a él en el sufrimiento y la gloria.

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El biblista Rafael Aguirre presenta ‘La utilización política de la Biblia’ (Verbo Divino)

Miércoles, 22 de mayo de 2024
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IMG_4719Rafael Aguirre: “Netanyahu es un gran problema, pero la cuestión más grave es la deriva del Estado de Israel”

“La lectura religiosa de la Biblia no puede desconocer su dimensión política, debe ser capaz de descubrir el mensaje religioso a través de una historia profundamente humana”

“La Biblia ejerce una influencia política real cuando el pueblo puede leerla, después de la invención de la imprenta”

“Cada vez tiene más peso un sionismo religioso y, por tanto, mucho más fanático e intransigente”

“Meloni es un ejemplo de esa derecha sumamente conservadora, en auge en todo Europa, y en otros lugares, que se apropia culturalmente de los valores cristianos en el terreno político. Se apropia de una supuesta tradición católica muy poco bíblica”

“Trump vende biblias para sufragar su nueva campaña electoral para ‘hacer que América rece de nuevo’ (…) Los sectores evangélicos fundamentalistas son una de sus grandes bazas electorales”

Compra ‘La utilización política de la Biblia’  en la Tienda de RD

‘La utilización política de la Biblia’ es el título del último libro del prestigioso teólogo y biblista vasco Rafael Aguirre, publicado por Verbo Divino, y en el que analiza cómo, a lo largo de la historia moderna, el Libro Sagrado ha sido utilizado políticamente en distintos escenarios, que van desde la política estadounidense a América Latina, pasando por el Estado de Israel, la Iglesia anglicana o el apartheid en Sudáfrica.

“La Biblia es un libro antiguo, religioso y profundamente político“, asegura Aguirre en esta entrevista, en la que repasamos figuras polémicas, como las de Trump, Bolsonaro, Meloni o Netanyahu o movimientos como el del yihadismo islámico que, como demuestra este lúcido ensayo, vuelven a poner de moda, en pleno siglo XXI, a los adalides del extremismo político y religioso ‘en nombre de Dios‘.

-El título del libro ya supone una declaración de intenciones, ‘La utilización política de la Biblia’. Un libro que se lleva utilizando políticamente desde que el mundo es mundo, ¿no?

La Biblia es un clásico de nuestra cultura occidental. Ha influido en el arte (música,, pintura, escultura…), en las costumbre, en el lenguaje popular, también en la política de formas muy diferentes. La Biblia es el libro básico de las iglesias cristianas, pero no es su monopolio. Es patrimonio de la humanidad y se puede leer legítimamente de muchas maneras. Por un interés literario, arqueológico, histórico, antropológico.

Es un libro atravesado por un interés religioso y es susceptible también de una interpretación teológica. Es un libro amplio, con tradiciones diversas, abierto a interpretaciones distintas, muchas de las cuales pueden ser legítimas. En mi libro descarto las interpretaciones apologéticas y fundamentalistas. Los textos hay que situarlos en su contexto histórico y cultural, teniendo en cuenta su género literario

-¿Es la Biblia un libro ‘político’? ¿En qué sentido? ¿Debe serlo?

La Biblia es un libro antiguo, religioso y profundamente político. No habla del mundo divino, de la generación de los dioses, de las relaciones entre ellos. Lo característico de la Biblia es que habla de un Dios que interviene en la historia, porque oye el clamor de un pueblo esclavo y tieneel proyecto de que “se implante el derecho y la justicia” (Génesis 18,19).

La Biblia habla de unas tribus esclavas que salen de Egipto, que entran en relación de alianza o de confrontación con otras tribus, que llegan a formar un pequeño estado, situado entre imperios poderosos, al sur Egipto y al norte, sucesivamente, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, después Roma. Ese pequeño estado sufre el exilio a Babilonia, en el siglo VI, después regresa a su tierra,pero siempre sometido a la gran potencia de turno. No voy a seguir, pero es una serie continua de avatares políticos.

El Nuevo Testamento, que nos es más familiar, habla continuamente del poder romano, del control de la dinastía herodiana. La cruz es un patíbulo reservado para los tenidos  por subversivos políticos. La lectura religiosa de la Biblia no puede desconocer su dimensión política, debe ser capaz de descubrir el mensaje religioso a través de una historia profundamente humana. La Palabra de Dios no se capta por un proceso lógico de deducción ni, menos aún, por la mera lectura precrítica de unos textos, sino a través del proceso de discernimiento de una historia política.

-¿Qué es lo más característico de tu libro?

IMG_4718La Biblia tiene muchos aspectos que han influido políticamente. Pero en un libro tan plural yo me fijo en lo que podríamos considerar el hilo central. El centro de la fe de Israel, expuesto en la Torá (los cinco primeros libros), es lo que llamo el “paradigma exódico-liberador”: los esclavos de Egipto, que con la ayuda de Yahvé, salen de la esclavitud, realizan un largo y penoso caminar de cuarenta años, superando muchos obstáculos, el más grave de todos la nostalgia por “las cebollas de Egipto” (habían interiorizado su condición de esclavos) hasta que llegan a una tierra que tienen que conquistar para la libertad y la justicia, no simplemente ocuparla.

Y presento cinco escenarios políticos en lo que este paradigma político de la Biblia (salir de la esclavitud – caminar por un desierto lleno de dificultades – aspirar a una tierra donde vivir libres) ha tenido y tiene una gran influencia  Son escenarios de la modernidad, porque la Biblia ejerce una influencia política real cuando el pueblo puede leerla, después de la invención de la imprenta. La traducción de la Biblia al alemán de Lutero y la versión inglesa, la King James Version, fueron decisivas. En cambio en el sur de Europa se mantuvo la versión latina de la Vulgata.  La Biblia tuvo mucha menos influencia en la vida del pueblo, porque el latín no resultaba tan extraño y no se hicieron hasta mucho más  tarde traducciones de los idiomas originales, y también porque la Iglesia Católica impidió durante mucho tiempo la lectura personal de la Biblia.

-En el ensayo ‘divides’ la influencia de la Biblia por continentes. Brevemente, qué características se pueden asumir -si es que se puede- en cada uno de ellos

 El uso de la Biblia y concretamente el paradigma exódico es especialmente importante en los Estados Unidos. Se ha usado de formas muy diferentes. Pensemos en Martin Luther King, con unas referencias magníficas a la Biblia o en Trump, que tiene en los evangélicos fundamentalistas unas de sus bases electorales más importantes.

En Israel, la referencia a la Biblia se encuentra en todos los sectores, tanto creyentes como seculares. América Latina es el continente de la Biblia y se está pasando de una fundamentación bíblica de la Teología de la Liberación a un uso de la Biblia por los sectores más reaccionarios que hablan de la Teología de la Prosperidad, según la cual la riqueza y la belleza son señales de la bendición divina.

En Europa, el uso político de la Biblia es especialmente importante en el Reino Unido. La Revolución francesa expulsaba lo religioso de la vida pública, mientras que la inglesa se realizó en nombre de la Biblia. En el funeral de la reina Isabel y en la coronación de Carlos III la Biblia tuvo un puesto absolutamente central. Fue muy significativo ver a un primer ministro hindú leyendo en público el evangelio.

– ¿Cómo afecta el uso de lo religioso a la política actual? ¿Es la Biblia, o el uso político de la misma, factor clave para entender la polarización creciente en el mundo?

Creo que lo religioso es un factor de máxima importancia en la política de nuestros días. El fundamentalismo islámico, en sus diversas modalidades, es teocrático, se basa absolutamente en interpretaciones del Corán. El sionismo fue una secularización de ideales bíblicos. Y digo “fue” porque cada vez tiene más peso un sionismo religioso y, por tanto, mucho más fanático e intransigente. La cultura occidental no se puede entender sin la influencia del pensamiento judeo-bíblico. Es muy importante recuperar, en formas culturales, este componente. Junto a la racionalidad de Atenas y la capacidad organizativa de Roma, es muy necesario el  sentido de la historia de la tradición, que viene de Jerusalén y que nos abre a la posibilidad de la novedad en la historia y, por tanto, del cambio.

– ¿Qué sería de personajes como Trump, Bolsonaro, el rey de Inglaterra, Melloni o Netanyahu sin su relato ‘religioso’?

IMG_4720Netanyahu como Herodes

Trump ha hecho una edición de la Biblia, que vende a 60 dólares, para sufragar la nueva campaña electoral y en el video promocional dice que “la Biblia es el libro más importante, todos los norteamericanos deben poseerla y yo tengo varias en mi casa”. Paragonando su lema “hagamos América grande de nuevo”, añade ahora “hagamos que América rece de nuevo”. Como ya he dicho, los sectores evangélicos fundamentalistas son una de sus grandes bazas electorales.

La bancada de Bolosonaro en el parlamento se denominaba popularmente la de las tres B: “buey (por su apoyo en las zonas rurales), bala, biblia”.

Netanyahu es un gran problema, pero la cuestión más grave es la deriva del Estado de Israel. El neosionismo, el de los colonos que se instalan por las bravas en los territorios ocupados por Israel en la guerra de los seis días de 1967, implica una lectura de la Biblia, no ya en línea macabea,  que esto lo hacía el sionismo desde el inicio, sino en línea fundamentalista y de apoyo absoluto en el Imperio de turno, lo que para los profetas sería la peor de las idolatrías.

La Iglesia de Inglaterra, por su parte, es un caso de iglesia simbiótica con el estado, no propiamente con el gobierno. Esto plantea problemas muy diferentes a los que desde su isla llaman “el continente”. La Iglesia proporciona brillo, solemnidad, liturgia, legitimidad, un aire de solemnidad caduco. Es una Iglesia en la que se cultivan los estudios bíblicos con enorme intensidad. Es un gran montaje, que parece ajeno al vaciamiento de vida en su interior.

Meloni es un ejemplo de esa derecha sumamente conservadora, en auge en todo Europa, y en otros lugares, que se apropia culturalmente de los valores cristianos en el terreno político. Se apropia de una supuesta tradición católica muy poco bíblica. En mi opinión la tradición bíblica, en la que Dios se manifiesta promoviendo un paradigma exódico-liberador de un grupo de esclavos y que tiene su culminación histórica en la crucifixión por el Imperio romano de Jesús de Nazaret, porque resultaba subversivo, políticamente introduce, en el terreno prepolítico y cultural,  gérmenes de cambio social muy radical desde los sectores más desfavorecidos.

Fuente Religión Digital

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“Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo”. Domingo 19 de mayo de 2024. Pentecostés

Domingo, 19 de mayo de 2024
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34-PentecostesB cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 2,1-11: Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar:
Salmo responsorial: 103: Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
1Corintios 12,3b-7.12-13: Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo:
Juan 20,19-23: Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo.

En el presente ciclo B pueden utilizarse tambien las siguientes lecturas:

Gálatas 5,16-25: El fruto del Espíritu.
Juan 15,26-27;16,12-15: El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.

Cualquier gran ciudad de nuestro mundo rememora ya el ambiente de la torre de Babel: pluralidad de lenguas, pluralidad de culturas, pluralidad de ideas, pluralidad de estilos de vida y problemas inmensos de intolerancia e incomprensión entre los que la habitan. ¿Cómo convivir y entenderse quienes tienen tantas diferencias? La situación está volviéndose especialmente problemática en los países desarrollados, pero también en las grandes ciudades de todo el mundo. Inmigrantes del campo, del interior, de otras provincias o países que lo dejan todo para buscar un trabajo, un hogar, un lugar donde recibir sustento y calidad de vida. A la desesperada son cada día más los que abandonan su país para tocar a la puerta de los países desarrollados, aunque para ello haya que surcar mares tenebrosos en barcas desamparadas. Llegar a la otra orilla es la ilusión… Y cuando llegan, si es que los dejan entrar, comienza un verdadero calvario hasta poder situarse al nivel de los que allí viven. Nuestro mundo se ha convertido ya en paradigma de la torre de Babel, palabra que significaba «puerta de los dioses». Así se denominaba la ciudad, símbolo de la humanidad, precursora de la cultura urbana. Una ciudad en torno a una torre, una lengua y un proyecto: escalar el cielo, invadir el área de lo divino. El ser humano quiso ser como Dios (ya antes lo había intentado en el paraíso a nivel de pareja, ahora a nivel político) y se unió (-se uniformó-) para lograrlo.

Pero el proyecto se frustró: aquél Dios, celoso desde los comienzos del progreso humano, confundió (en hebreo, “balal”) las lenguas y acabó para siempre con la Puerta de los dioses (“Babel”). Tal vez nunca existió aquel mundo uniformado; quizá fue sólo una tentadora aspiración de poder humano. Después del castigo divino, las diferentes lenguas fueron el mayor obstáculo para la convivencia, principio de dispersión y de ruptura humana. El autor de la narración babélica no pensó en la riqueza de la pluralidad e interpretó el gesto divino como castigo. Pero hizo constar, ya desde el principio, que Dios estaba por el pluralismo, diferenciando a los habitantes del globo por la lengua y dispersándolos.

Diez siglos después de escribirse esta narración del libro del Génesis, leemos otra en el de los Hechos de los Apóstoles. Tuvo lugar el día de Pentecostés, fiesta de la siega en la que los judíos recordaban el pacto de Dios con el pueblo en el monte Sinaí, «cincuenta días» (=«Pentecostés») después de la salida de Egipto.

Estaban reunidos los discípulos, también cincuenta días después de la Resurrección (el éxodo de Jesús al Padre) e iban a recoger el fruto de la siembra del Maestro: la venida del Espíritu que se describe acompañada de sucesos, expresados como si se tratara de fenómenos sensibles: ruido como de viento huracanado, lenguas como de fuego que consume o acrisola, Espíritu (=«ruah»: aire, aliento vital, respiración) Santo (=«hagios»: no terreno, separado, divino). Es el modo que elige Lucas para expresar lo inenarrable, la irrupción de un Espíritu que les libraría del miedo y del temor y que les haría hablar con libertad para promulgar la buena noticia de la muerte y resurrección de Jesús.

Por esto, recibido el Espíritu, comienzan todos a hablar lenguas diferentes. Algunos han querido indicar con esta expresión que se trata de “ruidos extraños”; tal vez fuera así originariamente, al estilo de las reuniones de carismáticos. Pero Lucas dice “lenguas diferentes”. Así como suena. Poco importa por lo demás averiguar en qué consistió aquel fenómeno para cuya explicación no contamos con más datos. Lo que sí importa es saber que el movimiento de Jesús nace abierto a todo el mundo y a todos, que Dios ya no quiere la uniformidad, sino la pluralidad; que no quiere la confrontación sino el diálogo; que ha comenzado una nueva era en la que hay que proclamar que todos pueden ser hermanos, no sólo a pesar de, sino gracias a las diferencias; que ya es posible entenderse superando todo tipo de barreras que impiden la comunicación.

Porque este Espíritu de Dios no es Espíritu de monotonía o de uniformidad: es políglota, polifónico. Espíritu de concertación (del latín “concertare”: debatir, discutir, componer, pactar, acordar). Espíritu que pone de acuerdo a gente que tiene puntos de vista distintos o modos de ser diferentes. El día de Pentecostés, a más lenguas, no vino, como en Babel, más confusión. “Cada uno los oía hablar en su propio idioma de las maravillas de Dios”. Dios hacía posible el milagro de entenderse.. Se estrenó así la nueva Babel, la pretendida de Dios, lejos de uniformidades malsanas, un mundo plural, pero acorde. Ojalá que la reinventemos y no sigamos levantando muros ni barreras entre ricos y pobres, entre países desarrollados y en vías de desarrollo o ni siquiera eso. Leer más…

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Domingo de Pentecostés. Ciclo B

Domingo, 19 de mayo de 2024
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250px-Pentecostés_(El_Greco,_1597)Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El “Gloria”, el himno que rezamos los domingos al comienzo de la misa, comienza alabando al “Dios Padre Todopoderoso”; sigue exaltando al “Señor nuestro Jesucristo”. Al final, casi de pasada, y como con vergüenza, termina: “Con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre”. Es un símbolo perfecto de la poca importancia que la mayoría de los católicos concede al Espíritu Santo. Aunque la situación ha cambiado notablemente en las últimas décadas, la fiesta de hoy ayuda a advertir la enorme importancia del Espíritu en nuestra vida cristiana y en la vida de la Iglesia.

La importancia del Espíritu (1 Corintios 12, 3b-7.12-13)

            En este pasaje Pablo habla de la acción del Espíritu en todos los cristianos. Gracias al Espíritu confesamos a Jesús como Señor (y por confesarlo se jugaban la vida, ya que los romanos consideraban que el Señor era el César). Gracias al Espíritu existen en la comunidad cristiana diversidad de ministerios y funciones (apostolado, enseñanza, gobierno, etc.). Y, gracias al Espíritu, en la comunidad cristiana no hay diferencias motivadas por la religión (judíos ni griegos) ni las clases sociales (esclavos ni libres). En la carta a los Gálatas dirá Pablo que también desaparecen las diferencias basadas en el género (varones y mujeres). Se cumple lo anunciado por el profeta Joel: «Después derramaré mi espíritu sobre todos: vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. También sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu aquel día». En definitiva, todo lo que somos y tenemos los cristianos es fruto del Espíritu, porque es la forma en que Jesús resucitado sigue presente entre nosotros.

Hermanos:

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Ciento veinte contra diez. Dos versiones del don del Espíritu Santo.

            Lucas y Juan cuentan el don del Espíritu de manera muy distinta. Lucas, en la línea del profeta Joel, lo presenta como un don a toda la comunidad cristiana, simbolizada por las ciento veinte personas reunidas en Jerusalén, que la impulsa a proclamar las grandezas de Dios. Juan, en cambio, lo relaciona con la promesa de Jesús durante la última cena: «Yo pediré al Padre que os dé otro abogado que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad» (Jn 14,15), ese Espíritu que «os enseñará todo y os irá recordando todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26). Una promesa hecha a los Once (Judas ya se ha ido de la cena) y que se cumple a los Diez (porque Tomás está ausente).

            En resumen, Lucas enfoca el don desde el punto de vista de la alabanza universal, Juan desde el punto de vista de la misión de los apóstoles.

La versión de Lucas (Hechos de los apóstoles 2,1-11)

            A nivel individual, el Espíritu se comunica en el bautismo. Pero Lucas, en los Hechos, desea inculcar que la venida del Espíritu no es sólo una experiencia personal y privada, sino de toda la comunidad. Por eso viene sobre todos los presentes, que, como ha dicho poco antes, era unas ciento veinte personas (cantidad simbólica: doce por diez). Al mismo tiempo, vincula estrechamente el don del Espíritu con el apostolado. El Espíritu no viene solo a cohesionar a la comunidad internamente, también la lanza hacia fuera para que proclame «las maravillas de Dios», como reconocen al final los judíos presentes.

Al llegar el día de pentecostés, estaban todos los discípulos juntos en el mismo lugar. De repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse.

Había en Jerusalén judíos piadosos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al oír el ruido, la multitud se reunió y se quedó estupefacta, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Fuera de sí todos por aquella maravilla, decían: «¿No son galileos todos los que hablan? Pues, ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra lengua materna? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y el Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de Libia y de Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las grandezas de Dios».

La versión de Juan 20, 19-23

            Tratándose de algo tan importante, resulta curioso la brevedad con la que trata el don del Espíritu, relegándolo al final, después del saludo, la confirmación de que es Jesús quien se aparece, y el envío de los apóstoles.

El saludo es el habitual entre los judíos: “La paz esté con vosotros”. Pero en este caso no se trata de pura fórmula, porque los discípulos, muertos de miedo a los judíos, están muy necesitados de paz.

Ese paz se la concede la presencia de Jesús, algo que parece imposible, porque las puertas están cerradas. Al mostrarles las manos y los pies, confirma que es realmente él. Los signos del sufrimiento y la muerte, los pies y manos atravesados por los clavos, se convierten en signo de salvación, y los discípulos se llenan de alegría.

Todo podría haber terminado aquí, con la paz y la alegría que sustituyen al miedo. Sin embargo, en los relatos de apariciones nunca falta un elemento esencial: la misión. Una misión que culmina el plan de Dios: el Padre envió a Jesús, Jesús envía a los apóstoles. [Dada la escasez actual de vocaciones sacerdotales y religiosas, no es mal momento para recordar otro pasaje de Juan, donde Jesús dice: “Rogad al Señor de la mies que envíe operarios a su mies”].

Todo termina con una acción sorprendente: Jesús sopla sobre los discípulos. No dice el evangelistas si lo hace sobre todos en conjunto o lo hace uno a uno. Ese detalle carece de importancia. Lo importante es el simbolismo. En hebreo, la palabra ruaj puede significar “viento” y “espíritu”. Jesús, al soplar (que recuerda al viento) infunde el Espíritu Santo. Este don está estrechamente vinculado con la misión que acaban de encomendarles. A lo largo de su actividad, los apóstoles entrarán en contacto con numerosas personas; entre las que deseen hacerse cristianas habrá que distinguir entre quiénes pueden ser aceptadas en la comunidad (perdonándoles los pecados) y quiénes no, al menos temporalmente (reteniéndoles los pecados).

En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó Jesús, se puso en medio y les dijo:

«¡La paz esté con vosotros!».

Y les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él repitió:

«¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros».

Después sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les serán retenidos».

Resumen

            Estas breves ideas dejan clara la importancia esencial del Espíritu en la vida de cada cristiano y de la Iglesia. El lenguaje posterior de la teología, con el deseo de profundizar en el misterio, ha contribuido a alejar al pueblo cristiano de esta experiencia fundamental. En cambio, la preciosa Secuencia de la misa ayuda a rescatarla, aunque se le podría objetar una visión demasiado intimista, en comparación con la eminentemente apostólica de Hechos y Juan.

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

El don de lenguas

«Y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». El primer problema consiste en saber si se trata de lenguas habladas en otras partes del mundo, o de lenguas extrañas, misteriosas, que nadie conoce. En este relato es claro que se trata de lenguas habladas en otros sitios. Los judíos presentes dicen que «cada uno los oye hablar en su lengua nativa». Pero esta interpretación no es válida para los casos posteriores del centurión Cornelio y de los discípulos de Éfeso. Aunque algunos autores se niegan a distinguir dos fenómenos, parece que nos encontramos ante dos hechos distintos: hablar idiomas extranjeros y hablar «lenguas extrañas» (lo que Pablo llamará «las lenguas de los ángeles»).

El primero es fácil de racionalizar. Los primeros misioneros cristianos debieron enfrentarse al mismo problema que tantos otros misioneros a lo largo de la historia: aprender lenguas desconocidas para transmitir el mensaje de Jesús. Este hecho, siempre difícil, sobre todo cuando no existen gramáticas ni escuelas de idiomas, es algo que parece impresionar a Lucas y que desea recoger como un don especial del Espíritu, presentando como un milagro inicial lo que sería fruto de mucho esfuerzo.

El segundo es más complejo. Lo conocemos a través de la primera carta de Pablo a los Corintios. En aquella comunidad, que era la más exótica de las fundadas por él, algunos tenían este don, que consideraban superior a cualquier otro. En la base de este fenómeno podría estar la conciencia de que cualquier idioma es pobrísimo a la hora de hablar de Dios y de alabarlo. Faltan las palabras. Y se recurre a sonidos extraños, incomprensibles para los demás, que intentan expresar los sentimientos más hondos, en una línea de experiencia mística. Por eso hace falta alguien que traduzca el contenido, como ocurría en Corinto. (Creo que este fenómeno, curiosamente atestiguado en Grecia, podría ponerse en relación con la tradición del oráculo de Delfos, donde la Pitia habla un lenguaje ininteligible que es interpretado por el “profeta”).

Sin embargo, no es claro que esta interpretación tan teológica y profunda sea la única posible. En ciertos grupos carismáticos actuales hay personas que siguen «hablando en lenguas»; un observador imparcial me comunica que lo interpretan como pura emisión de sonidos extraños, sin ningún contenido. Esto se presta a convertirse en un auténtico galimatías, como indica Pablo a los Corintios. No sirve de nada a los presentes, y si viene algún no creyente, pensará que todos están locos.

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Rodney Wilson: Jesús y San Pablo eran asexuales, y todos en el cielo son no binarios

Sábado, 11 de mayo de 2024
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¿Alguna vez te has preguntado acerca de las identidades sexuales de Jesús y San Pablo? ¿O cómo el género y la sexualidad podrían influir en nuestra comprensión del cielo?

“El cielo, según Jesús, es un paraíso no binario”, escribió Rodney Wilson.

Rodney Wilson, fundador del Mes de la Historia LGBTQ+, está dejando las cosas claras sobre cómo se representan las identidades LGBTQ+ en la Biblia.

Después de una votación histórica por parte de la Iglesia Metodista Unida para poner fin a su prohibición del clero LGBTQ+, Wilson escribió un ensayo para Advocate dirigido a los líderes religiosos de todo el mundo que todavía usan la Biblia como excusa para discriminar a las personas LGBTQ+.

Rodney Wilson
02 de mayo 2024

Si bien la Iglesia Metodista Unida esta semana en Carolina del Norte, en una votación histórica de 692 a 51, derogó su prohibición de que el clero LGBTQ y los pastores de la UMC oficien bodas entre personas del mismo sexo, la mayor parte de la oposición a los derechos LGBTQ+ en los Estados Unidos todavía emana de los púlpitos cristianos. De mar a mar, muchos pastores y sacerdotes (incluidos, suponemos, los pastores de las casi 8.000 iglesias metodistas en los Estados Unidos que se separaron de la denominación en los últimos cinco años a medida que la denominación misma se volvió más amigable con LGBTQ) todavía predican con dureza. palabras contra quienes no son heterosexuales ni cisgénero. Estos predicadores a menudo emplean la Biblia como un martillo y, sin la menor reserva ni sombra de duda, declaran que “el Dios de la Biblia” ha emitido un edicto eterno contra la diversidad sexual y de género. Se condena la homosexualidad, la bisexualidad, la asexualidad y la inconformidad de género. También lo son los seres humanos no binarios y transgénero.

Estos pastores tienen razón en que algunos pasajes bíblicos no son amigables con los homosexuales (“si un hombre se acuesta con otro…”), no son agradables para los asexuales (“sed fructíferos y multiplicaos”) y no son amables con los no conformistas de género (“ si el hombre viste ropa de mujer…”). Por supuesto, las Sagradas Escrituras pueden ser terriblemente duras para muchas personas: las mujeres en general (“a las mujeres no se les permite hablar en la iglesia”); niños que se burlan de los profetas (simplemente pregúntenle a los 42 niños que se burlaron de la línea del cabello que cae sobre la cabeza del profeta Eliseo); novias no vírgenes (“será apedreada hasta morir a la puerta de la casa de su padre”); los que cometen adulterio (“serán ejecutados”); los esclavizados (“esclavos, obedeced a vuestros amos”); y los habitantes indígenas de la Tierra Prometida cuando Moisés y Josué llevaron a su pueblo de Egipto a Canaán (“mataron a todos, jóvenes y viejos, mujeres y niños”).

Por el contrario, la Biblia también aconseja la bondad y anima a los lectores a practicar la paz y la armonía mientras se aman unos a otros, incluso desafiando las prácticas excluyentes arraigadas en el estatus social, la clase, la etnia o las identidades sexuales y de género. San Pablo, por ejemplo, escribió que “en Cristo no somos ni varón ni mujer”. El personaje central del Nuevo Testamento, Jesús, siempre dio la bienvenida a los marginados a su círculo de amistad, y hay muchos de estos individuos marginados entre los alrededor de 2.000 personajes nombrados en la Biblia.

El propio Jesús, por ejemplo, era una persona asexual. Si bien permitió que una mujer le lavara los pies, tuvo muchas amigas y fue cuidado por mujeres en la muerte, no hay referencia en los cuatro evangelios de ninguna relación durante sus treinta y tres años. Nunca cortejó, se enamoró, besó ni se casó con una mujer. Si bien el retrato de Jesús que emerge de los evangelios es el de un revolucionario dedicado a la diversidad radical (véase la parábola del buen samaritano), la equidad radical (“el que quiera, venga a mí”) y la inclusión radical (“las prostitutas entrarán en el reino de los cielos”), muchos cristianos estadounidenses blancos conservadores rechazan estas tendencias inclusivas y se oponen abiertamente a lo que despectivamente llaman “wokeness” (despertar). Aun así, el Jesús de los evangelios, según los estándares de su época, estaba bastante “woke (despertado). Incluso liberal. También era un Ace (asexual).

San Pablo también emerge como un ser asexual en los Hechos de los Apóstoles y en sus escritos epistolares a las comunidades de Cristo en todo el mundo grecorromano. Animó a los cristianos a “permanecer solteros, como yo“. Admitió que algunos no podían abstenerse de absorber el poder de su energía sexual y que, por lo tanto, debían casarse. Aun así, San Pablo llevaba una vida soltera y asexual, y él predicó ese ideal para otros.

Muchos aficionados a San Pablo hoy en día – aquellos que citan “a las mujeres no se les permite hablar” para reforzar su argumento contra las pastoras y repiten “los homosexuales no entrarán en el reino de los cielos” para justificar sus sermones y legislación anti-LGBTQ+ – son reacios a admitir que su San Pablo era asexual y que su asexualidad no es el único ejemplo de diversidad sexual en la Biblia o en esta vida.

La diversidad sexual también existe en el más allá, según Jesús. En el mundo venidero, dijo, “no hay ni hombre ni mujer”. Todos serán “como los ángeles del cielo”. Los ángeles, enseñó Jesús, son seres asexuales, no binarios, que no tienen parejas románticas o sexuales: “ni se casan ni se dan en matrimonio”. El cielo, según Jesús, es un paraíso no binario. Atrás quedaron hombres y mujeres. Atrás quedaron la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. La visión de Jesús para esta vida es la de brazos acogedores que invitan a todas las personas a la mesa, y su visión para la otra vida es algo más amigable con el arcoíris de lo que sus seguidores conservadores admitirían.

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Si Jesús, el hombre alrededor del cual se construyó la religión cristiana, era asexual, y si San Pablo, el fundador de la religión cristiana y expositor original de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana, era también asexual (latentemente homosexual, dicen algunos, pero es imposible saberlo), la iglesia de hoy debe aprender una lección y ofrecer al mundo un cristianismo inclusivo de gran tienda de campaña. Si, en Cristo, como escribió Pablo, la masculinidad y la feminidad eventualmente se desvanecen. Si, como enseñó Jesús, los ángeles son asexuales y no binarios, es hora de que quienes creen en los ángeles, el cielo y Jesús reimaginen su enfoque hacia aquellos que no piensan, actúan, viven o visten como ellos. Visto de esta manera, la historia cristiana puede ser un estímulo para que todos amemos a nuestro prójimo sin tener en cuenta la sexualidad, los dictados de género o en qué baño hacen sus necesidades las personas.

Reorientada, la historia cristiana puede ser mucho más que la versión estrecha, rígida y condenatoria que resuena en demasiados púlpitos y demasiadas urnas.

Todavía hay mucho espacio para Jesús en la vida moderna: el Jesús que creía en la diversidad, la equidad y la inclusión; el Jesús que estaba bien con los “pecadores”; el Jesús que condenó el acaparamiento de riquezas, no a los pobres; el Jesús que era asexual y enseñaba que el cielo no es binario. Supongamos que sólo los cristianos conservadores en los Estados Unidos comenzaran a predicar a este Jesús en lugar del divisivo y retributivo. En ese caso, se convierten en armas para defender sus propias agendas sociales y políticas sofocantemente restrictivas. Si solo…

Señor, escucha nuestra oración.

Rodney Wilson tiene títulos de posgrado en historia y religión, enseña ambas cosas en un colegio comunitario en Missouri y fundó el Mes de la Historia LGBTQ+ de EE. UU. en 1994. Él es el tema del breve documental Taboo Teaching de 2019.

Las opiniones expresadas en los artículos de opinión de The Advocate son las de los escritores y no necesariamente representan las opiniones de The Advocate o de nuestra empresa matriz, equalpride.

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Fuente Advocate

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“El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.” Domingo 28 de abril de 2024. Domingo quinto de Pascua

Domingo, 28 de abril de 2024
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31-PascuaB5 cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 9,26-31: Les contó cómo había visto al Señor en el camino.
Salmo responsorial: 21: El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
1Juan 3,18-24: Éste es su mandamiento: que creamos y que amemos.
Juan 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Para entender bien este texto es necesario saber que tanto la vid (o las uvas) o como la higuera (o los higos) son símbolos del pueblo de Dios en el AT. Así, el profeta Oseas (9,10), refiriéndose al pueblo, dice: “Como uvas en el desierto encontré a Israel, como breva en la higuera descubrí a vuestros padres”. Jeremías (24,1-10) cuenta una visión con estas palabras: “El Señor me mostró dos cestas de higos… una tenía higos exquisitos, es decir, brevas; otra tenía higos muy pasados, que no se podían comer”. Los higos exquisitos aparecen como figura de los desterrados fieles a Dios; los «muy pasados que no se podía comer» son figura del rey, sus dignatarios y el resto de Jerusalén que han quedado en Palestina o residen en Egipto (v. 8).

Pero tanto la vid (que da agrazones en lugar de uvas) como la higuera (abundante en hojas, pero sin frutos) son figura del pueblo judío y de sus gobernantes, que no se han mantenido fieles a Dios. El fruto que Dios esperaba de Israel era el cumplimiento de las dos exigencias fundamentales de la Ley: el amor a Dios y el amor al prójimo como a sí mismo (12,28-31). Practicar ese amor, encarnado, según Is 5,7 (cf. Mc 12,1-2), en la justicia y el derecho, era la tarea preparatoria de la antigua alianza en relación con el reinado de Dios prometido. Sin embargo este pueblo no ha dado los frutos deseados a lo largo de la historia. Así Jeremías (8,4-13), después de constatar la corrupción de Jerusalén, que, a pesar de todo, se gloría de la Ley, termina descorazonado diciendo: «Si intento cosecharlos, oráculo del Señor, no hay racimos en la vid ni higos en la higuera».

El texto completo de este pasaje del profeta ilumina el sentido de la esterilidad: “Así dice el Señor: «¿No se levanta el que cayó?, ¿no vuelve el que se fue? Entonces, ¿por qué este pueblo de Jerusalén ha apostatado irrevocablemente? Se afianza en la rebelión, se niega a convertirse. He escuchado atentamente: no dice la verdad, nadie se arrepiente de su maldad diciendo: «¿Qué he hecho?». Todos vuelven a su extravío… mi pueblo no comprende el mandato del Señor. ¿Por qué decís: «Somos sabios, tenemos la Ley del Señor»?, si la ha falsificado la pluma falsa de los escribanos… Del primero al último sólo buscan medrar; profetas y sacerdotes se dedican al fraude”.

Semejante es el lamento de Miq 7,1ss: “¡Ay de mí! Me sucede como al que rebusca terminada la vendimia: no quedan uvas para comer, ni brevas que tanto me gustan”. La decepción del profeta proviene de que los piadosos y justos han desaparecido de la tierra y todos cometen malas acciones. A la higuera-Israel la conmina Jesús en el evangelio de Marcos de este modo: «Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti».

No le lanza una maldición que le desee directamente la muerte o algún mal.

Jesús no expresa odio o aborrecimiento hacia la higuera-institución. De hecho, no le dice: “No produzcas fruto”, ni tampoco anuncia que no encontrarán fruto en ella, condenándola a la esterilidad. Le dice: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti”. Expresa así Jesús el deseo vehemente de que ninguna persona, judía o no, recurra para su alimento-vida a la higuera-institución o dependa de ella; quiere que la humanidad repudie su doctrina y su ejemplo; que nadie busque nada en ella ni acepte nada de ella; que quede aislada al margen de la sociedad humana, y termine así su papel histórico.

El juicio tan tajante de Jesús sobre el templo y la institución, que los presenta como el prototipo de lo aborrecible, se debe a que ésta ha sido infiel a la misión que Dios le había asignado, en dos aspectos diferentes que serán explicitados en la perícopa siguiente: hacia fuera ha traicionado el universalismo que debía encarnar, y hacia dentro del pueblo se ha convertido en instrumento de explotación.

Con ello, siendo la institución judía con el templo la única representante en la tierra del verdadero Dios, deforma su imagen, convirtiéndolo en un Dios particularista y legitimador de la injusticia. Apaga así el faro que debía iluminar a la humanidad y cancela todo horizonte de esperanza. Es el juicio del Mesías sobre las instituciones de Israel. Constata el fracaso de la antigua alianza y, por su parte, declara el fin de la misión de Israel en la historia.

Como se ve, las palabras de Jesús no tendrán efecto más que si los cada uno siguiendo su deseo, renuncia a buscar alimento en la higuera, es decir, si dejan de profesar la ideología que la institución propone o las ventajas que procura la adhesión a ella. El cumplimiento de estas palabras, depende de la opción libre de los seres humanos.

Frente a aquel pueblo que había sido infiel a Dios a lo largo de la historia, Jesús funda un nuevo pueblo, una comunidad humana nueva, verdadero pueblo de Dios, cuya identidad le viene de la unión con Jesús, que le comunica incesantemente el Espíritu, y el fruto de su actividad depende de ella.

La vid o la viña es el símbolo de Israel como pueblo de Dios (Sal 80,9; Is 5,1-7; Jr 2,21; Ez 19,10-12). La afirmación de Jesús se contrapone a esos textos; no hay más pueblo de Dios (vid y sarmientos) que la nueva humanidad que se construye a partir de él (la vid verdadera, cf. 1,9: la luz verdadera; 6,32: el verdadero pan del cielo). Como en el AT, es Dios, a quien Jesús llama su Padre, quien ha plantado y cuida esta vid.

Advertencia severa de Jesús, que define la misión de la comunidad. Él no ha creado un círculo cerrado, sino un grupo en expansión: todo miembro tiene un crecimiento que efectuar y una misión que cumplir. El fruto es el hombre nuevo, que se va realizando, en intensidad, en cada individuo y en la comunidad (crecimiento, maduración), y, en extensión, por la propagación del mensaje, en los de fuera (nuevo nacimiento). La actividad, expresión del dinamismo del Espíritu, es la condición para que el hombre nuevo exista.

El sarmiento no produce fruto cuando no responde a la vida que recibe y no la comunica a otros. El Padre, que cuida de la viña, lo corta: es un sarmiento que no pertenece a la vid.

En la alegoría, la sentencia toma el aspecto de poda. Pero esa sentencia no es más que el refrendo de la que cada uno se ha dado: al negarse a amar y no hacer caso al Hijo, se coloca en la zona de la reprobación de Dios (3,36). El sarmiento que no da fruto es aquel que pertenece a la comunidad, pero no responde al Espíritu; el que come el pan, pero no se asimila a Jesús.

Quien practica el amor tiene que seguir un proceso ascendente, un desarrollo, hecho posible por la limpia que el Padre hace. Con ella elimina factores de muerte, haciendo que el discípulo sea cada vez más auténtico y más libre, y aumente así su capacidad de entrega y su eficacia. Pretende acrecentar el fruto: en el discípulo, fruto de madurez; en otros, fruto de nueva humanidad.

El sarmiento no tiene vida propia y, por tanto, no puede dar fruto de por sí; necesita la savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús. Interrumpir la relación con él significa cortarse de la fuente de la vida y reducirse a la esterilidad. Leer más…

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La Biblia del vino (1). Israel (AT). Una viña, una vid, cuatro copas de pascua (dom 5 Pascua, Jn 15)

Domingo, 28 de abril de 2024
Comentarios desactivados en La Biblia del vino (1). Israel (AT). Una viña, una vid, cuatro copas de pascua (dom 5 Pascua, Jn 15)

84901E38-7894-4225-AC8C-4F17978B43F8Del blog de Xabier Pikaza:

Publiqué hace algún tiempo un libro titulado “Fiesta del pan, fiesta del vino. Mesa común y eucaristía” (VD, Estella 2000), que sigue siendo reeditado Quiero preparar, Dios mediante, dos libros menores, uno sobre el vino (Biblia y vino) y otro sobre el pan (Biblia y pan).

Con ocasión del evangelio de mañana (Dom 5 pascua,  28.4.24) he preparado don síntesis sobre el tema del vino, una en el AT (hoy: 27.4.24) y otra en el NT ( para mañana, partiendo de Jn 15, 1-8).

No es un estudio de “interpretación”, sino de recolección de textos. Quizá algún lector pueda utilizarlo para reflexionar sobre el tema.

Texto: Dom 5 Pascua 24,  Juan 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.”

VISIÓN GENERAL (GRAN DICCIONARIO DE LA BIBLIA1363-1366)

El vino constituye con el pan y (y el aceite) el signo básico de la sacralidad y abundancia de la tierra prometida, apareciendo como uno de los elementos fundamentales de las → ofrendas del templo. Tiene un carácter ambiguo: está vinculado al riesgo de embriaguez, pero se utiliza, de un modo especial, en las fiestas y ofrendas del templo.

El vino se menciona frecuentemente en las listas de ofrendas que se presentaban a las divinidades en los sepulcros o en los templos del oriente y aparece en los cultos de → Baal. En Ras Shamra ciertos ritos litúrgicos daban ocasión para beber vino con (ofrecido a) los dioses. Los cultos de Dionisos, Attis o Mitra utilizarán el vino en los banquetes sagrados, lo mismo que hará después el orfismo. La famosa «confesión de fe» de Sal 16, 3-4 está vinculada al rechazo de las libaciones paganas: «No ofreceré sus libaciones con mis manos, ni mis labios pronunciarán sus nombres» (el nombre de los dioses a quienes se consagra el vino).

(1) Nombres.Se dice en hebreo de varias formas. (a) Yayin: bebida producida por fermentación de uva. Esta es una palabra que está relacionada con el oinos griego (el vinum latino y vino castellano). Proviene de la vid (originaria del sur del Caúcaso) y su elaboración aparece atestiguada, tanto en Mesopotamia como en Egipto hacia el 3.000 a. C., extendiéndose a través de los fenicios por todo el Mediterráneo. Al asentarse en Palestina, los israelitas consideraron vid y vino como bienes propios de esa tierra. (b) Tirós parece referirse a mosto (zumo de uva sin fermentar), aunque en los textos tardíos recibe el mismo sentido que yayin, refiriéndose al vino propiamente dicho (c) Sakar tiene un sentido más amplio que el anterior y puede traducirse por sidra (de la misma raíz que Sakar: sikera) y cerveza. Se produce de la uva, pero también, y sobretodo de cereales (cebada), frutas (dátiles, granadas y manzanas etc.).

En ese sentido evoca varios tipos de zumos y bebidas fermentadas. Cuando, más tarde, el cristianismo sólo acepte como bebida cultual el vino fermentado de uva (y no el mosto o zumo de frutas) estará interpretando la tradición bíblica de una forma restrictiva. Dentro del campo semántico y simbólico del vino caben en la Biblia bebidas diversas, entre las cuales (por analogía) podrían incluirse cervezas, sidras y zumos, propios de varias culturas del mundo. Volviendo a la tradición del Antiguo Testamento, la entrada y posesión de la → tierra por los israelitas está vinculada a la fiesta del vino, como muestra el relato de los → racimos de uva de los exploradores de la tierra de Canaán (Num 10, 20-26). Lógicamente, los israelitas solían beber vino en fechas importantes: cuando se declaraba la mayoría de edad del niño, en las bodas y fiestas, lo mismos que en los contratos y ceremonias sociales.

(2) Riesgo de embriaguez (→ nazareos, recabitas). La Biblia no ha creado ni acogido un mito del vino, equivalente al de Dionisio, Dios de la embriaguez y el sexo en Grecia. En ese sentido, ella ha sido más racionalistas que muchos griegos. En el principio (paraíso de Gen 1-3) no hay vid ni  vino, sino árboles frutales y animales… La vid y el vino aparecen después del diluvio, con Noé.

 Los israelitas celebran al vino, pero no lo ensalzan ni adoran como expresión de lo divino. A pesar de eso, ellos han trasmitido algunos relatos etiológicos, de tipo irónico, moralizante o crítico, que pueden situarse en el entorno de las fiestas del vino y que pueden orientarnos en la línea de la embriaguez y del riesgo del vino.

(a) comienzo del vino. Vino como riesgo, desnudez

«Noé fue labrador, plantó una viña, bebió vino, se embriagó, y quedó desnudo en medio de su tienda. Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y avisó a sus dos hermanos. Entonces Sem y Jafet tomaron el manto… y andando hacia atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. Cuando despertó de su embriaguez… Noé dijo: ¡Maldito Canaán! ¡Bendito sea Yahvé, el Dios de Sem! ¡Dilate Dios a Jafet!» (Gn 9, 20-27).

 Al comienzo de la nueva historia, dispersos por el mundo, después del diluvio, los Noe y los nuevos habitantes de la tierra empiezan cultivando viñas y produciendo vino, una bebida que define de forma poderosa y ambigua su comportamiento. Antes no era necesario el vino. Ahora parece serlo, para mantener la vida humana, en gozo y fiesta, sobre la dura superficie de la tierra. Esta es la primera fiesta del vino anima al hombre (siendo así bendición), pero puede desnudarle, convirtiéndose en maldición: derrumba al padre (inconsciente) sobre el suelo, de manera que sus hijos pueden deshonrarle (Cam) o cubrirle con respeto y cuidado (Sem y Jafet). Así quedan prefigurados los caminos de la historia, el futuro de los pueblos: Cam simboliza a los cananeos y sureños, Sem a los semitas del oriente, Jafet a los pueblos del norte y oeste de Palestina.

(b) Hijas de Lot, vino como inconsciencia y engaño. La ambigüedad del vino se acentúa en el relato de las hijas de Lot, que ha vinculado sexo y vino. Hay buen vino de amor, como sabe el Cantar de los Cantares (cf. 2, 4.15; 4, 10; 5, 1; 6, 11; 7, 8-13; 8, 2). Pero hay también vino de embriaguez y engaño: «Subió Lot desde Soar y se quedó a vivir en el monte… Él y sus dos hijas se instalaron en una cueva. La mayor dijo a la pequeña: Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo. Ven, vamos a darle vino a nuestro padre, nos acostaremos con él y así engendraremos descendencia. Dieron vino a su padre aquella misma noche, y entró la mayor y se acostó con su padre, sin que él se enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó… También la noche siguiente le dieron vino y la pequeña se acostó con él, sin que él supiera cuándo se acostó o se levantó. Las hijas de Lot concibieron de su padre. La mayor dio a luz un hijo, y le llamó Moab, padre de los actuales moabitas. La pequeña dio a luz un hijo, ye le llamó Ben Ammí: es el padre de los actuales ammonitas» (Gen 19, 30.38). También éste es un relato etiológico y burlesco (basado en la etimología popular de Moab y Ben-Ammi: del padre, hijo de mi pueblo), creado para descalificar a los vecinos de Israel, tan cercanos y enemigos. Es un relato mentiroso, pero sirve para evocar los riesgos del vino que, en manos de personas solitarias y ansiosas, puede crear la desmesura. Nadie es culpable y todos lo son: las muchachas no son responsables de su abandono, ni el padre fugitivo es responsable de su borrachera; todos (tanto Lot como sus hijas) acaban cayendo en las redes de su impotencia. Este es el gran riesgo del vino.

© Embriaguez aparente. Fiesta sin vino (1 Sam 1, 9-17). Este relato recoge tradiciones antiguas, pero las reelabora en perspectiva profética, quizá deuteronomista. El piadoso Elcana sube cada año a celebrar la fiesta de Yahvé, en el mismo santuario de → Silo (famoso por sus fiestas del vino), con sus dos mujeres. Una de ellas, → Ana, parece estéril:

 «Un año, después de haber comido y bebido, se levantó Ana y se puso ante Yahvé. Estaba llena de amargura y oró a Yahvé llorando sin consuelo… Como prolongase su oración ante Yahvé, Elí (sacerdote) observaba sus labios. Ana oraba para sí: se movían sus labios, pero no se oía su voz, y Elí creyó que estaba ebria, y le dijo: ¿Hasta cuándo va a durar tu embriaguez? ¡Echa el vino que llevas! Pero Ana le respondió: No, señor; soy una mujer acongojada; no he bebido vino ni cosa embriagante, sino que desahogo mi alma ante Yahvé… Elí le respondió: Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido» (1 Sam 1, 9-17 LXX).

 El relato nos sitúa en un contexto de fiesta de vino. Terminada la recolección, vendimiada la viña y pisadas las uvas, el buen israelita sube al templo, para ofrecer ante Dios los dones de la tierra, con sacrificios de animales. Evidentemente bebe y se alegra: es tiempo de fiesta. Pues bien, paradójicamente, en medio del gozo, una mujer eleva ante Dios su tristeza. La fiesta es alegría y fecundidad. Pero ella está sufriendo por estéril. La celebración del vino se vuelve tristeza si falta familia (el amor de los hijos). De manera significativa, (como harán los habitantes de Jerusalén, criticando a los cristianos, en una fiesta semejante de Pentecostés: Hech 2), el sacerdote piensa que ella está borracha, que el vino ha trastornado su cabeza, convirtiendo la fiesta del gozo en embriaguez y orgía. Ella responde: no ha bebido, es estéril, no puede gozar en la fiesta israelita del vino.

(4) Fiesta del vino. Jubileos. Los israelitas celebraban una fiesta del vino, vinculada a los → Tabernáculos; pero los textos actuales de la Biblia parecen haberla silenciado, quizá para evitar malos entendidos dionisíacos (de embriaguez). Por eso, los grandes catálogos legales (Ex 23, 14-19; 34, 18-23; Dt 16, 1-16; Lev 23) no han transmitido o legislado nada sobre ella. Por otra parte, el relato donde podía haberse trasmitido el origen de la fiesta del vino (Gen 9, 20-27) está dedicado en la Biblia actual a la embriaguez de Noé y al comportamiento de sus hijos. Pero lo que no ha conservado la Biblia oficial o canónica, lo han conservado algunos apócrifos, como el libro de los Jubileos, que tenía un gran influjo en tiempos de Jesús y que cuenta la instauración de la fiesta del vino:

«En el séptimo septenario de este jubileo, en su primer año, plantó Noé una viña en el monte donde se había posado el arca… Dio fruto al cuarto año, la vendimió ese año, en el mes séptimo guardó su fruto. Hizo así mosto, lo puso en una vasija y lo conservó hasta el quinto año, hasta el primer día del primer mes. Celebró ese día la Fiesta con regocijo e hizo un holocausto al Señor… Colocó toda la grasa en el altar en el que ofrecía el holocausto al Señor y añadió la carne de la ternera, el carnero y las ovejas. Puso encima masa (de harina) con aceite, luego derramó vino en el fuego que había encendido sobre el altar y echó incienso encima, levantando un buen aroma agradable al Señor, su Dios. Se regocijó y bebió de este vino él y sus hijos con gozo» (Jub 7, 1-6).

  Suele decirse Jub 7 ha recreado la historia truncada de Gn 9, 20-27, aunque es más probable que el camino haya sido el inverso: Gen 9 ha desacralizado un relato anterior, de tipo sacral, donde se contaba el descubrimiento y primer uso religioso del vino. Eso significa que Jub 7 habría conservado la tradición más antigua en la que Noe aparece como figura paradigmática: patriarca de nueva humanidad, iniciador de las fiestas de Israel, una de las cuales estaba dedicada a la elaboración y bebida del vino nuevo. Aquí se dice que Noé ha elaborado el vino para Dios y así lo derrama cuidadosamente sobre el altar donde, con la grasa de los animales sacrificados y la masa de harina amasada en aceite, se iba consumiendo la carne de los sacrificios.

La libación de vino va unida al incienso aromático y el humo de la combustión se eleva hacia la altura, siendo recibido por Dios. Sólo después de haber sacralizado las primicias del vino, Noé y sus hijos consumen regocijados el resto, en fiesta de gozo. Por eso, toman ritualmente la bebida que el mismo Dios ha recibido y sacralizado, inaugurando el tiempo del vino, que se repite y actualiza cada año, el primer día del mes primero.

(5) Fiesta del vino en Qumrán

.Los esenios (especialmente del grupo de Qumrán) han dado gran importancia al vino, tanto en sus comidas rituales como en su esperanza escatológica. Por eso, es normal que hayan estado muy influidos por la versión de Jubileos, donde se conservan algunas tradiciones antiguas sobre la fiesta del vino como anticipación y anuncio de la plenitud y cumplimiento de los tiempos. En ese fondo se sitúa un texto famoso del Rollo del Templo de Qumrán, que recoge leyes antiguas, contenidas en la Biblia, y otras que quizá han sido expulsadas de la literatura bíblica. Una de ellas evoca la fiesta del vino, que es culminación de todas las fiestas del año:

«Contaréis siete sábados completos desde el día en que traéis la gavilla… y traeréis una nueva ofrenda a Yahvé desde vuestros poblados: pan nuevo de flor de harina fermentado, primicias para Yahvé, pan de trigo, doce tortas; cada torta de dos décimos de flor de harina (11QT 18, 11-15)… Es la fiesta de las semanas y la fiesta de las primicias para recuerdo eterno… Traeréis vino nuevo para la libación: cuatro hin por todas las tribus de Israel, un tercio de hin por cada tribu. Ese día, todos los jefes de Israel ofrecerán a Yahvé doce carneros con el vino (11QT 19, 9-16) de la libación y ofrecerán… el holocausto… y su grasa la quemarán sobre el altar… Quemarán todo sobre el altar, con sus ofrendas y libaciones. Es un sacrificio de fuego de aroma que aplaca a Yahvé. Ofrecerán toda ofrenda con una libación, según lo prescrito…» (11QT 20, 1-10).

 Hay ciertas dificultades a la hora de identificar esta fiesta del pan nuevo y vino nuevo con la fiesta del vino nuevo de Jub 7. Da la impresión de que Jubileos la coloca en contexto de Tabernáculos (al comienzo otoñal del año). Por el contrario, el Rollo del Templo de Qumrán parece situarnos en contexto de Pentecostés (siete semanas tras la pascua y las primicias). Pero ignoramos los matices de los diversos calendarios de aquel tiempo y la forma de relacionar las diversas celebraciones pentecostales (ciclos de siete semanas). Por eso, dejamos el tema abierto, suponiendo que ambas fiestas del vino (y pan) nuevo coinciden de algún modo. La novedad del último texto (Rollo del Templo)está en su forma de vincular ambas fiestas, poniéndolas en el centro del calendario y las de celebraciones litúrgicas de Israel. Es evidente que los sacrificios de animales siguen siendo importantes, pero ahora empiezan a estar al servicio de las dos fiestas básicas: del pan y del vino. Este cambio resulta comprensible: muchos grupos separados, que solemos conocer como esenios, han dejado el calendario y culto oficial del templo de Jerusalén. Por eso no pueden celebrar los sacrificios animales (reservados para el templo). Pero pueden y quieren acentuar otros ritos y gestos, vinculados al pan y al vino. Muchos judíos del III a. C. al II d. C. han descubierto y resaltado el carácter sacral del pan y el vino. Entre ellos podrá estar Jesús.

(6) Misná. Vino consagrado

.La Biblia recuerda en un lugar clave de la historia religiosa de Israel que Melquisedec, sacerdote pagano de Salem, Jerusalén, presentó a su Dios una ofrenda de pan y vino (Gn 14, 18). Eso significa que el santuario de Jerusalén había sido Casa del pan y el vino, ya en tiempos paganos. Lógicamente lo ha seguido siendo cuando se ha implantado allí el Yahvismo, como saben las leyes rituales, que regulan el uso (libaciones) de vino en los sacrificios (cf. Lev 23, 13; Num 15, 5-10). En el templo de Jerusalén se conservaba el vino de las ofrendas y libaciones, como recuerda una tradición de la Misná: «¿De donde se traía el vino? Kerutim y Hatulim tenían el mejor vino. El segundo en calidad procedía de Bet Rimmá y Bet Labán, en la montaña, y de Kefar Signa en la llanura [zonas de Judea]. No se lo metía en grandes tinajas, sino en pequeñas cubetas. Las cubetas no se llenaban hasta los bordes, a fin de que la fragancia se expandiera. No se tomaba el vino de la parte alta a causa de la espuma, ni tampoco del hondo a causa de las heces, sino que se tomaba del tercio (de la cubeta) o del medio…» (M. Men 8, 6-7). Había buen vino en el templo, para libaciones de Dios y consumo de los sacerdotes. En su conjunto, los israelitas (al menos los sacerdotes antiguos) celebraban el recuerdo y presencia de Dios con pan y vino, en la tierra prometida. Ciertamente, no todos compartían esta visión, pues había recabitas, nazireos y bautistas o penitentes, más empeñados en el agua de las purificaciones que en el vino de las bodas.

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A veces para permanecer hay que cambiar

Domingo, 28 de abril de 2024
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IMG_4262Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01.- San Juan: un evangelio centrado en Cristo.

        El evangelio y las tres breves cartas de San Juan, la tradición joànica, está totalmente centrada en JesuCristo.

Algunas características de las comunidades de San Juan:

  • Los cristianos de las comunidades joánicas sufrieron la expulsión del mundo judío.

El año 70 Roma destruye el Templo y la ciudad de Jerusalén. Los judíos culparon a los cristianos de tal destrucción, pues los cristianos no reconocieron nunca al emperador romano como dios.

Por eso, los judíos expulsaron de su ámbito cultural y de su tradición religiosa a los primeros cristianos, que lógicamente eran judíos.

  • Por otra parte, comienza a adentrarse en las comunidades cristianas alguna duda acerca de la humanidad de Jesús: una especie de gnosticismo.

El gnosticismo es un “espiritualismo” de origen griego (no judío) que no valora la creación, lo corpóreo, lo material. Por tanto comienza ya una tendencia a negar la humanidad de Jesús. Jesús –para el gnosticismo- parecía, pero no era hombre. Por eso San Juan comienza su evangelio diciendo que el verbo se hizo carne (sarx): hombre.

Este gnosticismo provocó no pocas divisiones internas en las comunidades de Juan. Muchos cristianos fueron expulsados de sus comunidades.

02.- El “Yo soy”.

Dadas las decepciones y divisiones eclesiales de las comunidades joànicas, esta tradición vuelve su mirada a Cristo, que siendo hombre (carne: sarx)  era Dios.

En el AT, (Ex 3,14), cuando Moisés le pregunta a Dios: ¿Quién le digo al faraón que eres Tú?. Dios le contesta: Yo soy el que soy. Por eso S Juan aplica a Cristo este “Yo soy”.

Se podría decir que el evangelio de Juan es un continuo Yo soy” aplicado a Cristo. Los escritos de San Juan vuelven constantemente a Cristo: al que es: Yo soy el buen Pastor, yo soy la puerta y el Buen Pastor, yo soy, la luz, el pan, el agua, la resurrección y la vida o simplemente: “Yo soy”.

03.- Permaneced. Además de esa “vuelta” al “Yo soy”, otra característica de la tradición de san Juan es la constante invitación a sus comunidades a permanecer: Permaneced en mi amor, (Jn 15,9). Permaneced en lo que os enseñé desde el comienzo, (1Jn 2,27). La tradición de san Juan repite casi obsesivamente esta invitación a permanecer en el Señor. En el párrafo del evangelio que hemos escuchado hoy aparece 7 veces esta expresión: permaneced. (Además de dos veces en la primera lectura de la 1ª carta de Juan).

Permanezcamos en Cristo

04.- La Iglesia desde Cristo y no al revés.

        La tradición de San Juan entiende la Iglesia desde Cristo, desde el encuentro con Cristo. Son unas comunidades que permanecen unidas a Cristo, a la vid. Aunque como siempre y como todos tuviesen sus limitaciones, los cristianos joánicos viven en intimidad con Cristo.

Así como San Pablo entiende la Iglesia de modo comunitario: la iglesia es el pueblo¸ es el templo, es la esposa, es el cuerpode Cristo, etc., estas son imágenes que subrayan lo comunitario (social) de la Iglesia. En Juan las imágenes eclesiales son distintas y centradas en Cristo.

  • En San Juan “no hay pueblo (de Dios)”, pero uno, Cristo, tiene que morir por el pueblo, (Jn 11,50)
  • San Juan no habla nunca del Reino. Pero “Yo soy Rey”, (Jn 18,37). [1]
  • La viña en el AT representa el pueblo de Dios. En San Juan “no hay viña”, pero “Yo soy la vid”, que hemos escuchado en el evangelio. La viña queda sustituida por la vid. Quien importa en la Iglesia y en la vida es la vid, el Señor. Importan el labrador, el Padre, y la vid: Cristo.

05.- La vid: La savia, la vida la recibimos de la vida, de otros.

        Vivir unidos a Cristo.

La imagen de la viña, significa en el mundo bíblico al pueblo de Dios, que recibe la vida de Dios Padre.

Salmo 80,9         Sacaste una vid de Egipto.

Isaías 5               Mi amigo tenía una viña…

Mt 21                   la célebre e intencionada parábola de los viñadores homicidas.

        En San Juan el tema central de fondo es la vida, tener vida. Lo que los evangelios sinópticos llaman Reino de Dios / Reino de los cielos, San Juan lo denomina como vida.

Desde el comienzo en el Evangelio de Juan se nos dice que en Él estaba la vida, (Jn 1,4). Quien cree en Él tiene vida (Jn 3,4). Cristo es el agua de vida, (Jn 4,14). Es el pan de vida, Jn 6,51-54). Cristo es el Buen Pastor que da vida, (Jn 10). Cristo es la resurrección y la vida (Jn 11,25). Cristo es el camino, la verdad y la vida, (Jn 14,6).

        La vida la recibimos de otros: padres, familia, pueblo, amigos, cultura, iglesia, de JesuCristo.

        Ser cristiano en San Juan es vivir unidos a la vid de donde nos viene la savia, la vida.

Alimentémonos, pues, del pan de vida, bebamos el agua de vida eterna, recibamos la savia de Cristo, de la vida.

06.- Momento – situación eclesial actual.

        La situación eclesiástica actual entre nosotros, en nuestra propia diócesis es como la parábola de las bodas de Caná: (Jn 2,1-12) se han quedado sin vino (viña), sin amor. Solamente tenemos tinajas de piedra (las tablas de la ley), normas litúrgicas y doctrinales y lo que es peor, la preocupación no es la vida, el evangelio – evangelización, sino la doctrina, la ley y cubrir las liturgias cumpliendo estrictamente las leyes.

El único problema en nuestra iglesia es que no hay curas, cuando el problema es que no hay fe ni adhesión a Cristo

        Me resuena  en el alma la actitud de San Juan; permaneced: unidos a la vid, al Señor.

Este permanecer lo interpreto para el momento actual y para nosotros -al menos para mí- como permanecer en dos aspectos:

  1. Ante todo permanecer en la fe en la bondad y redención de Cristo Jesús.
  2. Permaneced también en el Pentecostés lleno de aliento vital y creatividad del Concilio Vaticano II, que fue como un Éxodo liberador en el que fue madurando y liberándose nuestra fe en el Señor.

Permanezco en el bien que nos hizo la libertad creativa de Juan XXIII y Pablo VI llevando adelante el Vaticano II. Permanezco en el espíritu libre del papa Francisco, aunque no pueda -porque se lo impiden- llevar a cabo lo que piensa y cree.

Han venido otros tiempos y situaciones posteriores. Como escribe el mismo San Juan en la 1Jn 2,19: salieron de nosotros, pero no eran de nosotros.

Permanezcamos unidos a la vid para tener vida.

El Señor es la vida, nosotros los sarmientos.

[1] Solamente una vez Nicodemo le pregunta a Jesús por el Reino.

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Sal 23/22. El Señor es mi Pastor (יהוה רעי). Buen Pastor, sacerdote frente a mis enemigos (Dom 4 Pascua)

Domingo, 21 de abril de 2024
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IMG_4222Del blog de Xabier Pikaza:

Este breve salmo, atribuido lógicamente a David, pastor y rey, a quien la tradición atribuye el orden sagrado del templo de Jerusalén,  desarrolla dos motivos básicos  de vida de Israel, conectados entre sí de un modo histórico y religioso.

(a) 23, 1-4. Yahvé es pastor de estepa y monte, que protege, guía y alimenta a su rebaño (pueblo, orante) por caminos fuertes, peligrosos, de trashumancia y riesgo, desde el principio de los tiempos, cuando los israelitas eran patriarcas trashumantes, pastores de estepa

(b) 23, 5-6. El mismo Yahvé aparece después como Dios/Señor/sacerdote de templo,  (casa de oración y vida, nueva Jerusalén) donde unge al orante y le ofrece una mesa de misericordia, en la que podrá mantenerse por siempre como triunfador

(c) En una mesa frente a enemigos… Mesa para  comer y beber, mesa para  vivir y esperar, pero frente a enemigos, en el centro de una lucha final. ¿Siempre luchando para comer? ¿Teniendo que matar a otros para comer yo? ¿Matando a todos los malos para quedar sólo los buenos? ¿Convirtiendo la lucha en principio de reconciliación superior?¿Cómo entender aquí la canción del pastorcito de Juan de la Cruz? Texto tomado de mi comentario a Salmos

Origen

            Es posible que este salmo sea la oración de un “devoto”, un creyente (un sacerdote), a quien han acusado sus enemigos, persiguiéndole  y queriendo expulsarle del culto de los fieles del templo; pero se ha defendido, ha triunfado, y puede mantenerse en el santuario, confesando a Yahvé como su Dios, tanto en su entorno anterior de trashumancia (como oveja de un rebaño protegido por Dios), como en su contexto posterior (actual) de presencia y culto en el templo. Pero lo esencial es que este salmo evoca, de modo muy intenso, el arco histórico de la identidad israelita, en sus dos momentos fundamentales… que nos sitúan ante un tercero::

(a) Prehistoria: Tiempo de pastores, lucha contra fieras, en medio de duras quebradas.  En principio, el orante se identifica como “oveja” de un rebaño guiado y defendido por Dios, no sólo en la etapa de los patriarcas (Jacob pastor, con Abraham…), sino a lo largo de los tiempos de trashumancia por zonas de estepa y desierto, desde la salida de Egipto hasta su establecimiento en torno a Jerusalén. De pastores de campo y de riesgo venimos, de cazadores, pescadores, entre riesgos de un mundo duro, en el que hemos logrado avanzar….

(b) Historia, tiempo de templo, comer frente a enemigos… Lucha entre hombres/pueblos por la comida del templo.  Superando el tiempo anterior de pastores de estepa, nómadas y trans-humantes de vida, luchando contra animales fieros y riesgos de mar y montaña, guiados por un Dios de la vida, este salmo nos sitúa ante la comunidad de creyentes, reunidos de un modo sacral en torno al templo de Jerusalén, donde Dios mismo aparece como “anfitrión”, en la casa sagrada que acoge a sus devotos, les unge, les llena de gloria y les “alimenta”, de forma que ellos pasan de ser ovejas de su rebaño (cf. Is 40, 11; Ez 34, 21-22; Sal 95,7) y huéspedes y amigos de su casa… Una casa de Dios pero enfrentados unos con otros (es decir, con enemigos…).

(c) ¿Habrá un tiempo nuevo?  Ya no somos pastores de ovejas, en medio de tierras quebradas, entre lobos… somo orantes de “templo”, en la casa de un Dios que nos ofrece su protección y comida, pero enfrentados unos con otros… ¿Habrá futuro para nosotros? Habrá un Dios de vida y redención, reconciliación para el nuevo tiempo? En ese contexto resuena atronadora y suavísima la canción del pastorcico de Juan de la Cruz.

Salmo de cambio de tiempos. Invitación a un futuro distinto

Este paso de la religión trashumante del Yahvé pastor y su rebaño a la religión establecida del Yahvé del templo con sus fieles, que comparten la mesa y oración (y que más tarde el libro de la Ley), constituye la clave de la historia de Israel, y aparece aquí resumida en esta espléndida oración, que, en su forma final,  no es ya propia de un Rey como David (aunque se le puede aplicar la primera parte), ni de unos sacerdotes, gestores del culto del pueblo (aunque también se les puede aplicar la segunda parte), sino de un creyente, que se defiende y eleva como representante o portavoz de la historia israelita.

            Pero el problema no es ya lo que ahora somos y tenemos en un templo de vida…. Protegidos por Dios… El problemas es si podremos ser en el futuro, si podremos superar la tensión de vivir “en frente” (en contra) de enemigos… El tema es la llegada del tercer reino de la humanidad reconciliada.

            Cambian de un momento a otro los “peligros”, vinculados primero con el tiempo de pastoreo con riesgos concretos de carencia y peligros de campo  (falta de agua, de pastos, de oscuros caminos, de fieras o bandidos…) y después con el tiempo del templo, con enemigos humanos, que se sientan o vigilan al otro lado de la mesa del orante, acechándole siempre. Pero la defensa de Yahvé (su presencia protectora) es siempre la misma en un momento y el otro, de forma que el salmista original o los que repiten y asumen su canto en el templo o en la liturgia particular de las comunidad, pueden habitar tranquilos (23,5), libres de temor, porque el Dios pastor y anfitrión (amigos) va con ellos y les acompaña.

1 (Salmo de David).

Yahvé es mi pastor, nada me falta:

  1. 2 en verdes praderas me hace recostar; | me conduce hacia fuentes tranquilas
  2. 3 y repara mis fuerzas; | me guía por el sendero justo, | por el honor de su nombre.
  3. 4 Aunque camine por cañadas oscuras, | nada temo, porque tú vas conmigo:
  4. tu vara y tu cayado me defienden.

 Preparas una mesa ante mí, frente a mis enemigos;

  1. me unges la cabeza con perfume, | y mi copa rebosa.
  2. Bondad y tu misericordia me acompañan | todos los días de mi vida,
  3. Y  habitaré en la casa Yahvé | por años sin término
  4. En frente de mis enemigos

Éste salmo tiene, como he dicho, dos partes principales (Yahvé-Pastor, Yahvé rey sagrado de Templo) que van unidas de un modo inseparable, como es normal en otros salmos. Entre el pasado de los patriarcas-pastores y el presente de los devotos del templo queda un largo transcurso de historia simbólica (conquista de la tierra, monarquía de Jerusalén, quizá exilio…), que el salmo no necesita precisar, pasando como hace la etapa de pastores (promesa) a la etapa de fieles/levitas de un templo.

La imagen primera es de “pastores”, un símbolo  imagen que ha seguido vive en el mundo rural hasta tiempos muy recientes: La humanidad logró una madurez antes impensable cuando logró domesticar algunos animales (cf. Sal 8; Gen 2), de forma que, en vez de ser cazador fortuito de venados silvestres, se convirtió en pastor de animales domésticos (perros y caballos, vacas, ovejas…) a los que cuidaba y guiaba, para mantenerse de ellos. Éste fue un proceso doble, que está en el fondo de la “historia simbólica” de Gen 2:

Los hombres domesticaron animales, les pusieron nombres, vivieron en torno a ellos, los ofrecieron como sacrificio a Dios (a los dioses)… Sin animales domésticos, especialmente ovejas y cabras, perros y caballos no habrían subsistido sobre el mundo.

Por su parte, los animales (perros, ovejas, caballos…) domesticaron a los hombres… les ofrecieron un espacio de vida propia, d e humanidad…

Pero el gran salto se produjo cuando unos seres humanos crearon lazos de palabra-amor especial entre sí, varones y mujeres, antes el Dios de la palabra y de la vida, como sigue contando Gen 3, con los valores y riesgos que eso implica.

 Resulta esencial este recuerdo   de los israelitas posteriores, que seguían identificándose más con los pastores patriarcas nómadas (trashumantes) que con los agricultores sedentarios, simbolizados por los pueblos paganos cananeos. De esa forma pasa el salmo del recuerdo antiguo de los “jeques” pastores (patriarcas) a los fieles sedentarios del templo.

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PRIMER REINO. YAHVÉ, TÚ ERES MI PASTOR (23, 1-4).

No dice eres mi Rey, mi Padre o Sacerdote, sino mi Pastor, Ro’i (יהוה רעי לא אחס, El Señor es mi pastor, nada me falta) con acento de intensificación sobre la palabra hebrea, como para indicar que su vida (la vida de la humanidad) ha podido surgir y se ha desarrollado a través de una presencia gratuita, bondadosa y fuerte de Dios, como pastor que “domestica” a las ovejas, las guía, las protege… Eso significa que el hombre es un animal “domesticado”, educado por Dios, por una presencia superior de vida, a quien se conoce con el nombre de Yahvé (el que vive, hace vivir).

Actualmente, siglo XXI, al menos en el mundo occidental, esta imagen se nos ha hecho difícil de entender y de aceptar: No nos sentimos bien si alguien nos guía, no somos “animales domésticos”, dependientes de un Dios exterior, sino dueños y gestores de la propia vida, sin necesidad de “pastores”. En un plano, ese nuevo sentimiento de libertad es bueno, y este mismo salmo lo ratifica al final. Pero en otro sentido, la visión del “Dios pastor”, vinculado a nuestra propia identidad de “rebaño de hombres libres”, sigue siendo necesaria: Nuestro despliegue en la vida ha sido un prodigio, la mayor de las maravillas de la tierra; la humanidad ha surgido por obra especial de una Presencia y Guía que podemos comparar con la del pastor, que nos ha hecho capaces de tener lo que tenemos, que nada nos falte.

            Las notas principales de la presencia y obra de este Pastor divino son tradicionales y apenas necesitan comentario, teniendo en cuenta las condiciones del pastoreo trashumante antiguo, en una tierra de estepas semidesérticas, como las del entorno de Israel: Con la ayuda del Dios-Pastor, con su presencia educadora, el hombre ha sido capaz de encontrar verdes praderas y tranquilas fuentes,  en medio de una tierra calcinada,  reparando su cansancio y superando  los peligros, a través de “senderos justos”.

            Esta última expresión se puede y debe entender de dos maneras. (a) Los hombres han recorrido senderos “rectos”, esto es, apropiados, que les han llevado a la supervivencia física. (b) Pero también han recorrido caminos de “justicia”, en un sentido social y religioso, pues de otra manera ellos habrían perecido todos, víctimas de la violencia universal. Desde ese fondo se entienden las dos frases fundamentales.

 – Aunque camine por cañadas oscuras (de oscuridad de muerte) nada temo, porque tú vas conmigo (ydI_M'[i hT’îa;-yKi); este Dios-presencia, en medio del riesgo de muerte de la vida humana, define y sostiene la su existencia. El hombre ha sido y sigue siendo un viviente acompañado, bordeando sin cesar el riesgo de la muerte-oscura que le rodea y amenaza. Un camino por la oscuridad rodeada de muerte, pero abierta a la Vida es la existencia humana.

Porque tu vara y cayado me sosiegan-defienden; la vara es un tipo de “cetro” de orientación y mando (propio incluso de reyes); el cayado es más bien un bastón defensivo, que podía llevar punta de hierro, para luchar contra las fieras y contra posibles enemigos.

 Según esto, la vida de los grupos humanos y de las personas en particular ha sido un “milagro” de educación (maduración, crecimiento) que el salmista atribuye a la presencia de Dios, como Pastor y guía. En un sentido, el hombre es dueño de sí (capaz de defenderse); pero, al mismo tiempo, su vida ha sido y sigue siendo resultado de una presencia superior. El hombre es porque Yahvé (el que es), siendo su presencia y providencia activa, le ha hecho surgir y le mantiene en vida.

  1. SEGUNDO REINO. HABITAR EN LA CASA DE YAHVÉ (23, 5-6).

Como he dicho, el salmista da un gran salto, para situarse en el lugar en que ahora se encuentra (al menos simbólicamente): Ante la mesa que el mismo Yahvé le ha preparado en su casa. No camina ya buscando descanso de agua y sombra, en medio de duros senderos de muerte, sino que puede sentarse y se sienta ante la mesa de Dios, hasta saciarse sin fin. Su bienaventuranza no se expresa aquí en forma de visión (contemplar a Dios, cara a cara…), sino de banquete (comer siempre en la casa de Dios).

El mismo Dios-Pastor se vuelve así anfitrión, quizá mejor de Amigo, que acoge a los amigos en su casa, ofreciéndoles alimento, como ha sabido la tradición antigua (la carne de los sacrificios que se comen en el templo es “carne de Dios”) y más tarde el cristianismo (que ha interpretado el pan y vino eucarístico como cuerpo y sangre de Cristo, Dios encarnado). Es evidente que estas afirmaciones, como las que forman parte del “misterio” religioso han de tomarse “simbólicamente”, no para indicar que no son verdaderas, sino para afirmar que lo son de un modo más alto.

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“Encuentro histórico de paz con el Evangelio en la mano”, por Gabriel María Otalora

Miércoles, 17 de abril de 2024
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Hubo un tiempo, tan malo o peor que el nuestro, en lo que a la paz se refiere. Las Cruzadas del siglo XIII no estuvieron encaminadas a la recuperación de Jerusalén, ni a la protección de los cristianos, sino más bien a la conquista de nuevos lugares donde comerciar y dar rienda suelta a la codicia pensando enampliar los beneficios en Oriente. Lo religioso en casi todas las Cruzadas era un barniz más que otra cosa. La V Cruzada (1217-1221) pretendía tomar Egipto y desde allí avanzar a Palestina. Pero fracasó ante el sultán de Egipto en medio de enfrentamientos y disputas constantes entre los propios cruzados.

A Francisco de Asís no se le ocurrió idea mejor que embarcarse en una larga travesía para entrevistarse nada menos que con el sultán Al Kamil Muhammad al Malik,sobrino de Saladino, al mando de Egipto. Lo extraño fue que el sultán aceptara recibir a unos frailecillos insignificantes contra el consejo de su séquito que prefería matarles allí mismo.

Lo cierto fue que Al Kamil se encontró por primera vez con un cristiano pacífico y devoto de su fe sin fustigar a nadie, que no quería la guerra sino la paz. Quedó tan impresionado con el Poverello que exclamó: “Si todos los cristianos fueran como Francisco sería muy fácil ser cristiano”.

Francisco logró una paz temporal entre ambos bandos después que el sultán llegara a ofrecer a los cruzados una tregua que estos rechazaron. Solo tras desbordarse el Nilo, los cruzados terminaron pactando una tregua que duró 8 años. Desde entonces, los franciscanos custodian los Santos Lugares.

La mansedumbre del corazón del frailecillo logra cumplir su viaje, tocar el corazón del sultán y regresar sano y salvo como testigo de la paz, en nombre del Evangelio. Cuentan que al despedirse, el sultán dijo a Francisco “Ruega por mí, para que Dios se digne revelarme la ley y la fe que más le agrada”.

En el actual ambiente bélico mundial, especialmente centrado en la masacre en que se ha convertido Gaza, es necesario recordar un encuentro así. La foto de Francisco y el Sultán es la imagen poderosa que que ponga en valor al diálogo que vence a la lógica del conflicto. Diálogo a todos los niveles: en la familia, en el trabajo, en los Estados, pero también dentro de la Iglesia, ahora con el desafío de la sinodalidad. Y por supuesto, diálogo también entre el mundo cristiano y el mundo musulmán, saliendo al encuentro del Otro sin prejuicios.

La actitud de Francisco fue contra cultural, diríamos incluso ´poco eclesial´,frente a lo que se llevaba: ser “soldados de Cristo” para estar dispuestos a asesinar a los musulmanes y a ser asesinados por ellos como enemigos de la fe. Si la valentía del hermano de Asís fue sorprendente, no olvidemos la del sultán, que quiso colmarles de regalos a aquellos frailes, rechazando la opinión de sus asesores que preferían un baño de sangre. Un signo de que la paz construye. Yo echo en falta ensayos sobre las Escrituras y la historia de la humanidad, centrados en la paz y en las consecuencias de no haber apostado por ella; que es posible ganar más con ella que lo que se pierde.

Tras su experiencia, Francisco no volvió a su país de vacío. Frente a lo que se estilaba (morir y matar por Cristo era la mayor gloria que se podía conseguir), incluyó en su Regla la manera de evangelizar en territorios musulmanes junto al código de comportamiento a seguir en dichos lugares. No olvidemos que la actitud del sultán tuvo su importancia en la actitud posterior de Francisco hacia los musulmanes.

Un fruto reciente del corazón de paz de san Francisco lo tenemos en otro encuentro histórico de los frailes franciscanos de Betania, donde vivían María, Marta y Lázaro (los amigos de Jesús que siempre lo acogían). Se han reunido por primera vez en su convento con un grupo de musulmanes para compartir el iftar, el único momento del día durante el mes de ayuno del Ramadán en el que pueden comer. La preparación de la comida estuvo a cargo de Fátima Faroun, palestina musulmana,directora de la asociación Shoruq Society For Women, de Betania. Jesús resucitado, siempre invita al encuentro de paz.

Coda final para escépticos: El encuentro entre Francisco y el sultán se produjo, es histórico y está documentado en numerosas fuentes coetáneas. Son destacables dos textos del obispo de Acre, Jacobo de Vitry, fallecido en 1240, que confirman la historicidad del diálogo. A lo que hay que sumar otros relatos y las referencias a este hecho por parte de san Buenaventura (s. XIII).

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Perdón, resurrección y misión. Domingo 3º de Pascua. Ciclo B

Domingo, 14 de abril de 2024
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emmausDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El perdón

            Las tres lecturas de hoy coinciden en el tema del perdón de los pecados a todo el mundo gracias a la muerte de Jesús. La primera termina: “Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.” La segunda comienza: “Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo.” En el evangelio, Jesús afirma que “en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos”.

           Personas con poco conocimiento de la cultura antigua suele decir que la conciencia del pecado es fruto de la mentalidad judeocristiana para amargarle la vida a la gente. Pero la angustia por el pecado se encuentra documentada milenios antes, en Mesopotamia y Egipto. Lo típico del NT es anunciar el perdón de los pecados gracias a la muerte de Jesús.

La resurrección

            En esta época de Pascua, es lógico que el evangelio de este domingo conceda especial importancia a la resurrección de Jesús. Imaginemos la situación de los primeros misioneros cristianos. ¿Cómo convencer a la gente para que crea que una persona condenada a la muerte más vergonzosa por las autoridades, religiosas, intelectuales y políticas ha resucitado, de que Jesús sigue realmente vivo?

          Lucas parece moverse entre cristianos que tienen muchas dudas a propósito de la resurrección (recuérdese que en Corinto había cristianos que la negaban), y proyecta esa situación en los apóstoles: ellos son los primeros en dudar y negarse a creer, pero Jesús les ofrece pruebas físicas irrefutables: camina con los dos de Emaús, se sienta con ellos a la mesa, bendice y parte el pan. El episodio siguiente, el que leemos este domingo, insiste en las pruebas físicas: Jesús les muestra las manos y los pies, les ofrece la posibilidad de tocarlos, y llega a comer un trozo de pescado ante ellos.

En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:

«Paz a vosotros».

Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo:

«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:

«Tenéis ahí algo de comer?».

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.

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            El hecho de que Jesús comiese un trozo de pescado podría ser una prueba contundente para los discípulos, pero no para nosotros, los lectores actuales del evangelio, que debemos hacer un nuevo acto de fe: creer lo que cuenta Lucas.

            Por eso, el evangelista añade un breve discurso de Jesús que está dirigido a todos nosotros: en él no pretende probar nada, sino explicar el sentido de su pasión, muerte y resurrección. Y el único camino es abrirnos el entendimiento para comprender las Escrituras. A través de ella, de los anunciado por Moisés, los profetas y los salmos, se ilumina el misterio de su muerte, que es para nosotros causa de perdón y salvación.

Y les dijo:

«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí».

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo:

«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

La misión

Las últimas palabras de Jesús anuncian el futuro: “En su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.” La frase final: “vosotros sois testigos de esto” parece dirigida a nosotros, después de veinte siglos. Somos testigos de la expansión del evangelio entre personas que, como dice la primera carta de Pedro, “lo amáis sin haberlo visto”. Esta es la mejor prueba de la resurrección de Jesús.

1ª lectura (Hechos de los Apóstoles 3, 13-15. 17-19)

En aquellos días, Pedro dijo a la gente:

El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.

Vosotros renegasteis del Santo y del justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.

Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.

Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.

2ª lectura (Primera carta del Apóstol San Juan 2, 1-5a)

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.

 

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“Porque me has visto, Tomás, has creído, -dice el Señor-. Dichosos los que crean sin haber visto”. Domingo 07 de abril de 2024. Domingo segundo de Pascua

Domingo, 7 de abril de 2024
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28-pasuaB2 cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 4,32-35: Todos pensaban y sentían lo mismo:
Salmo responsorial: 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
1Juan 5,1-6. Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Juan 20,19-31: Porque me has visto, Tomás, has creído, -dice el Señor-. Dichosos los que crean sin haber visto.

Tras la muerte de Jesús, la comunidad se siente con miedo, insegura e indefensa ante las represalias que pueda tomar contra ella la institución judía. Se encuentra en una situación de temor paralela a la del antiguo Israel en Egipto cuando los israelitas eran perseguidos por las tropas del faraón (Éx 14,10); y, como lo estuvo aquel pueblo, los discípulos están también en la noche (ya anochecido) en que el Señor va a sacarlos de la opresión (Éx 12,42; Dt 16,1). El mensaje de María Magdalena, sin embargo, no los ha liberado del temor. No basta tener noticia del sepulcro vacío; sólo la presencia de Jesús puede darles seguridad en medio de un mundo hostil.

Pero todo cambia desde el momento en que Jesús –que es el centro de la comunidad- aparece en medio, como punto de referencia, fuente de vida y factor de unidad.

Su saludo les devuelve la paz que habían perdido. Sus manos y su costado, pruebas de su pasión y muerte, son ahora los signos de su amor y de su victoria: el que está vivo delante de ellos es el mismo que murió en la cruz. Si tenían miedo a la muerte que podrían infligirles “los judíos”, ahora ven que nadie puede quitarles la vida que él comunica.

El efecto del encuentro con Jesús es la alegría, como él mismo había anunciado (16,20: vuestra tristeza se convertirá en alegría). Ya ha comenzado la fiesta de la Pascua, la nueva creación, el nuevo ser humano capaz de dar la vida para dar vida

Con su presencia Jesús les comunica su Espíritu que les da la fuerza para enfrentarse con el mundo y liberar a hombres y mujeres del pecado, de la injusticia, del desamor y de la muerte. Para esto los envía al mundo, a un mundo que los odia como lo odió a él (15,18). La misión de la comunidad no será otra sino la de perdonar los pecados para dar vida, o lo que es igual, poner fin a todo lo que oprime, reprime o suprime la vida, que es el efecto que produce el pecado en la sociedad.

Pero no todos creen. Hay uno, Tomás, el mismo que se mostró pronto a acompañar a Jesús en la muerte (Jn 11,16), que ahora se resiste a creer el testimonio de los discípulos y no le basta con ver a la comunidad transformada por el Espíritu. No admite que el que ellos han visto sea el mismo que él había conocido; no cree en la permanencia de la vida. Exige una prueba individual y extraordinaria. Las frases redundantes de Tomás, con su repetición de palabras (sus manos, meter mi dedo, meter mi mano), subrayan estilísticamente su testarudez. No busca a Jesús fuente de vida, sino una reliquia del pasado.

Necesitará para creer unas palabras de Jesús: «Trae aquí tu dedo, mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel». Tomás, que no llega a tocar a Jesús, pronuncia la más sublime confesión evangélica de fe llamando a Jesús “Señor mío y Dios mío”. Con esta doble expresión alude al maestro a quien llamaban Señor, siempre dispuesto a lavar los pies a sus discípulos y al proyecto de Dios, realizado ahora en Jesús, de hacer llegar al ser humano a la cumbre de la divinidad realizado ahora en Jesús (Dios mío)..

Pero su actitud incrédula le merece un reproche de parte de Jesús, que pronuncia una última bienaventuranza para todos los que ya no podrán ni verlo ni tocarlo y tendrán, por ello, que descubrirlo en la comunidad y notar en ella su presencia siempre viva. De ahora en adelante la realidad de Jesús vivo no se percibe con elucubraciones ni buscando experiencias individuales y aisladas, sino que se manifiesta en la vida y conducta de una comunidad que es expresión de amor, de vida y de alegría. Una comunidad, cuya utopía de vida refleja el libro de los Hechos (4,32-35): comunidad de pensamientos y sentimientos comunes, de puesta en común de los bienes y de reparto igualitario de los mismos como expresión de su fe en Jesús resucitado, una comunidad de amor como defiende la primera carta de Juan (1 Jn 5,1-5).

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Tiempo de Resurrección

Lunes, 1 de abril de 2024
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Este tiempo,
que es tiempo de encuentros
y de abrazos,
se llama Pascua
y es tiempo de paso
porque Tú caminas
por los caminos de la tierra,
caminos de historia y vida,
a nuestro encuentro
para pacificarnos
y dar sentido a nuestros pasos,
ora vayamos a Galilea,
a Atenas o Roma,
estemos en el Egipto añorado
o nos hayamos establecido
en la Jerusalén de los sueños humanos.

Este tiempo,
siendo de paso,
es tiempo definitivo
para encontrarnos
y abrazarnos,
para que nos arda el corazón
y los ojos dejen de estar cegados,
para gozar tu presencia
y hacernos presencia tuya
y buena noticia para los hermanos,
ora estemos dentro o fuera,
vayamos por caminos
o estemos perdidos,
hayamos nacido en el norte
o caminemos hacia el sur
escondido u olvidado.

Este tiempo,
siendo definitivo,
es tiempo abierto
para probarlo todo
y quedarnos con lo mejor,
que para eso hemos nacido
y Tú nos has creado.
Y a no es tiempo de ayos
ni de leyes
ni de amos y padres
ni de otros señores,
porque sólo el amor
y la fraternidad
permanecen,
abren los corazones
y dejan al Espíritu libre.

Este tiempo, Señor,
es tu tiempo
y es mi tiempo,
es nuestro tiempo
libre de las trabas
que nos hemos creado.
¡Este tiempo es tiempo resucitado!

*

Florentino Ulibarri
Fe Adulta

***

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Sábado Santo: Vigilia Pascual en la noche Santa

Sábado, 30 de marzo de 2024
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Textos para la Vigilia Pascual

Primera lectura:

Génesis 1,1-2,2

Vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: “Que exista la luz.”

Y la luz existió.

Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz “Día”; a la tiniebla, “Noche”.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.

Y dijo Dios: “Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.”

E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda.

Y así fue.

Y llamó Dios a la bóveda “Cielo”.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.

Y dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.”

Y así fue.

Y llamó Dios a los continentes “Tierra”, y a la masa de las aguas la llamó “Mar”.

Y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios: “Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.”

Y así fue.

La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie.

Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.

Y dijo Dios: “Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra.”

Y así fue.

E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla.

Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

Y dijo Dios: “Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.”

Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies.

Y vio Dios que era bueno.

Y Dios los bendijo, diciendo: “Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra.”

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.

Y dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.”

Y así fue.

E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies.

Y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.”

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: “Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.”

Y dijo Dios: “Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.”

Y así fue.

Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.

Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.

Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho.

*

Salmo responsorial: 103.

Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor;
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R.

De los manantiales sacas los ríos,
para que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto. R.

Desde tu morada riegas los montes,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre. R.

Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R.

O bien; :

Salmo responsorial: 32.:

La misericordia del Señor llena la tierra

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano. R.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.

*

Segunda lectura:

Génesis 22, 1-18

El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: “¡Abrahán!” Él respondió: “Aquí me tienes.” Dios le dijo: “Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.”

Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.

El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: “Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros.”

Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.

Isaac dijo a Abrahán, su padre: “Padre.”

Él respondió: “Aquí estoy, hijo mío.”

El muchacho dijo: “Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?”

Abrahán contestó: “Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.”

Y siguieron caminando juntos.

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “¡Abrahán, Abrahán!”

Él contestó: “Aquí me tienes.”

El ángel le ordenó: “No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.”

Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.

Abrahán llamó aquel sitio “El Señor ve”, por lo que se dice aún hoy “El monte del Señor ve”.

El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: “Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa.

Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.”

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Viernes Santo 2024. El proceso de Jesús: Por envidia, poder y dinero

Viernes, 29 de marzo de 2024
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jesus-crucificado1Del blog de Xabier Pikaza:

Introduje el tema el martes (26.3.24) evocando la envidia de los sacerdotes (Mc 15, 10 par). Hoy lo desarrollo, exponiendo las tres “razones” de la condena de Jesús: Envidia de los sacerdotes, poder imperial de Roma y dinero de la iglesia  (representada por Judas).

Estos son los pecados principales de la humanidad.  Descubrí su importancia el 1963 representando en Poio el drama de D. Fabbri (El proceso de Jesús).

Desde entonces he vuelto muchas veces al tema , descubriendo siempre aspectos nuevos del “proceso” de Jesús, como centro de la historia humana. 

| Xabier Pikaza

El texto que sigue es una meditación de fondo  sobre el sentido de la vida humana. Buen y santo día de pasión a todo

Éstos son los motivos centrales del proceso/juicio de Jesús. De los dos primeros (envidia y poder) tratare de un modo más breve. Quiero insistir y detenerme en el tercero, que se centra de un modo más preciso (y sangrante) en el dinero/dineros de la iglesia,  representada en este caso por Judas.

En el fondo de la envidia sacerdotal se esconden y actúan los “treinta dineros” de traición de la misma iglesia. El mismo poder de los dominadores de este mundo viene a expresarse  en forma de atracción del dinero, como muestra Mt 6, 24. Quien quiera estudiar con detención el tema puede acudir a los libros citados en bibliografía final.

LE ENTREGARON POR ENVIDIA (SACERDOTES DEL TEMPLO)

 La envida es la raíz de todos los pecados, como muestra la “historia” de Adán-Eva (Gen 2-3) y el homicidio de Caín (Gen 4), al principio de la Biblia, lo mismo que el pecado simbólico de los ángeles violadores de 1 Hen que han querido algo propio de los hombres (sexo y violencia), que ellos como espíritus no tenían. Pero el texto clásico de la Biblia sobre la envidia está en Sab 2,23-24:

Dios hizo al hombre para la vida/inmortalidad y lo hizo imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del Diablo y los de su partido pasarán por ella

El hombre en cuanto tal ha sido creado para vivir y transmitir la vida,viviendo y permaneciendo así en los otros, por encima de la muerte (esa es la esencia de Dios). Pero en vez de vivir dando vida (y permaneciendo así en los otros), los hombres han querido vivir (ser ellos mismos) por violencia, matando para ellos a los otros. Esa envidia homicida se identifica con el diablo, como dice claramente el texto, utilizando  un genitivo epexegético: «la envidia, es decir, el Diablo».

No es que el diablo sea envidioso (=tenga envidia), sino que se identifica con la envidia. Estos son los protagonistas, los agentes que están al fondo de la trama humana: (1) Dios que es gracia: Aquel que vive dando vida: que se entrega en amor, para que de esa forma (en amor) exista todo. (2) El diablo que es envidia: Aquel que vive  quitando a los demás las vida, es decir, matándoles (=chupándoles la sangre).

Esto significa que hombres somos inmortales por gracia, por don de Dios y vida compartida; pero podemos morir por envidia (matando a los demás) por envidia.

Poncio Pilatos (Gobernador romano) sabía que Caifás y los que los sumos sacerdotes habían entregado (a Jesús) por envidia» (diaphthonon:Mc 15, 10, Mt 27, 18).

La misma envidia que Sab 6, 22-23 interpretaba  como principio general de muerte viene a presentarse ahora como causa del asesinato de Jesús. Este es el pecado de los sacerdotes, que quieren ser como Dios, pero no dando (regalando vida), sino apoderándose a la vida de los otros. De esa manera sacrifican (=utilizan) a los hombres para vivir a costa de ellos:

(a) Los sacerdotes envidian a Jesús porque le consideran valioso, porque han visto en su conducta algo que en el fondo les gustaría tener y no tienen, una forma de relacionarse con Dios y con los hombres.

(b) Esta envidia refleja una carencia de los sacerdotes, un vacío que les impide gozar de sí mismos al relacionarse con los otros. No están contentos de su suerte, no pueden vivir en verdad con lo que tienen; por eso, la simple presencia de Jesús les disgusta, porque les recuerda su falta de auténtico poder.

(c) La envidia suscita violencia: los sacerdotes no pueden robar a Jesús su prestigio, ni apoderarse de sus bienes, ni ocupar su puesto, pues no quieren ser como él (vivir en gratuidad). Pero tampoco pueden soportarle. Por eso le hacen morir, no para hacer lo que él hacia (ellos no quieren eso), sino para impedir que Jesús pueda acusarles con su vida y su palabra.

Hay una envidia que podríamos llamar «activa»: es la de aquellos que quieren apoderarse de los tesoros o bienes de los otros (dinero, puesto de trabajo), sin necesidad de matarles a ellos. Pero hay otra envidia que podemos llamar «reactiva» y que consiste en no soportar la existencia de los otros como tales, de manera que no podemos vivir tranquilos mientras ellos existan. Esta es la envidia de los sacerdotes que no tienen más autoridad que la que brota de su dominio sacral. Ellos representan el deseo impositivo (no la gracia de Dios) y por eso combaten al representante del Dios de la gracia. Su envidia es contagiosa: pone en marcha el proceso de Jesús y no termina hasta matarle, pues piensan que sólo matándole podrán vivir ellos tranquilos, sin que nadie les moleste.

LE MATARON POR PODER (IMPERIO POLÍTICO, ROMA)

Expongo aquí sólo una pequeña reflexión sobre la pregunta de Pilatos en Jn 18 (¿Eres tú rey?), pero el tema está al fondo de toda la historia de Jesús, que es una historia de la transformación del poder (kratos) en autoridad creadora de vida (ex-ousía). A Jesús le condena a muerte el gobernador de Roma, un poder que, al triunfar matando, se destruye a sí mismo. Por el contrario, al morir amando la autoridad de Jesús triunfa sobre el poder del  mundo.

Un tipo de iglesia quiere mantener el poder como dominio, destruyéndose a sí misma. Éste es el tema central de mis comentario a Mc y Mt, el argumento de la Historia de Jesús.  El proceso de Jesús,  como intento de dominio del poder satánico de la mentira, sigue siendo sigue siendo el lugar donde se desvela y decide el sentido de la obra de Dios, de la verdad del hombre.

33Entró Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el rey de los judíos?». 34Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». 35Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; qué has hecho?». 36Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». 37Pilato le dijo: «Entonces, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz». 38Pilato le dijo: «Y ¿qué es la verdad?». Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo: «Yo no encuentro en él ninguna culpa (Jn 18, 33-38)

Los sacerdotes han entregado a Jesús por  “envidia: No pueden soportar que haya otro “distinto” a su lado. Pilatos, representante del poder imperial romano, le condena en el fondo por lo mismos: Los poderosos no pueden suportar que haya más poderosos a su lado.

Poncio Pilato, Representantes del Rey/Emperador de Roma, le pregunta: ¿Tú eres Rey? Y Jesús contesta: Lo soy. Por eso he nacido y para eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. (Jb 18, 37). Jesús identifica así el Reino de Dios con la Verdad, en sentido personal y social, material y espiritual, económico, político y religioso. Que cesen y acaben las mentiras y ocultamientos, de personas y pueblos, de iglesias y personas… de forma que cada uno se abra de un modo transparente ante los otros; que todos puedan mirar y ayudarse (sostenerse) unos a otros y en los otros, conforme al sentido de la palabra hebrea “emuná”, que significa verdad y fidelidad. En ese sentido, Jesús es Rey, porque viene a dar testimonio de la verdad…, no de una verdad metafísica o teológica, separada de la Vida, sino de la misma vida como transparencia de amor, en comunión de todos y con todos, fidelidad mutua.

Jesús es Rey (y todos podemos ser en él y con él reyes), siendo en verdad lo que somos, en gesto de transparencia, que es amor mutuo, conocimiento compartida, sin armas, sin secretos militares, sin dineros escondidos…

Ésta es la fiesta de la Iglesia, la fiesta de la Verdad . No se trata de decir que Jesús es la verdad y vivir después en un tipo de mentira jerárquica organizada… Se trata, simplemente, de vivir en verdad: Se trata de ser lo que somos, de no tener miedo de vivir en trasparencia, en salud expansiva, pues la verdad cura (en el tema de la pederastia, en el tema del dinero, en el tema del poder…).

 Ésta es, significativamente, la primera palabra de Jesús (y del Nuevo Testamento) que se ha conservado hasta hoy, escrita en un pequeño papiro que se encontró en Egipto en los años 20 del siglo pasado y que y que se conserva en una biblioteca de Manchester, con el nombre de P. J. Rylands 52. Está escrito en la letra llamada “adriánica” (del tiempo de Adriano) y se debió escribir hacia el año 140 d.C. Ofrezco aquí el texto central, con imagen del papiro, quizá el mayor tesoro de la literatura cristiana primitiva:

«Soy Rey. Para eso he nacido y para eso he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad»:ΒΑΣΙΛΕΥΣ ΕΙΜΙ ΕΓΩ ΕΙΣ ΤΟΥΤΟ ΓΕΓΕΝΝΗΜΑΙ ΚΑΙ ΕΙΣ ΤΟΥΤΟ ΕΛΗΛΥΘΑ ΕΙΣ ΤΟΝ ΚΟΣΜΟΝ ΙΝΑ ΜΑΡΤΥΡΗΣΩ ΤΗ ΑΛΗΘΕΙΑ (papiro Rylands 52).

Hay un poder que es Kratos, imposición y muerte.  Ese es el poder de la mala teo-kracia, (la religión como poder que destruye), la mala y de la mala aristo-kratia o demo-kratia. Todo poder que domina es destructor, todo reino que se impone a la fuerza es mentira y muerte.

Jesús, en cambio, no tiene poder, sino autoridad mesiánica (exousia: cf. Mt 28, 16-20). No    tiene poder sobre nadie, pero tiene autoridad para todos: para  crear, cuidar, promover la vida en amor. Por eso, una iglesia que es “poder” (kratia) es perversa, es diabólica… El contrario, la iglesia ha de ser portadora de autoridad, de creación y mantenimiento de vida, como Dios, como Jesús.

Pilatos (poder imperial auto-krático) que se hace llamar divino es “demoníaco”. Por eso, condena a muerte, porque tiene miedo de la auténtica autoridad, creadora de vida.

En un contexto como aquel, obsesionado por pecados, faltas e impurezas, en un tiempo en que el templo de Jerusalén funcionaba como máquina de expiación y purificaciones, al servicio de la remisión de los pecados, Jesús vino a presentarse como un hombre a quien Dios mismo había enviado para dar testimonio de la verdad, anunciar así un Reino en el que todos los hombres y mujeres serían “reyes”, seres libres, abiertos a Dios por la verdad.

Ciertamente, Jesús utilizó la imagen del Reino de Dios, presentándose implícitamente como servidor y testigo de ese Reino, esto es, de Dios como Reypero no en sentido de dominio económico, social o militar, sino de servicio mutuo, ofreciendo a los hombres el testimonio de la verdad de Dios y del sentido de la vida. Por eso no vino anunciando una guerra apocalíptica, ni la destrucción de los perversos, sino sembrando humanidad, desde Galilea, ofreciendo a los enfermos, marginados y pobres la Palabra, pues otros se habían apropiado de ella, dejándoles sin nada, sin riqueza ni semilla humana. Quiso así que todos fueran reyes, en un Reino fundado en la verdad de Dios y en la fraternidad entre los hombres.

LE VENDIERON POR DINERO (TENTACIÓN DE IGLESIA)

Fuerte es la envidia de los sacerdotes del templo, grande el poder destructor del imperio y los reyes del mundo (Roma). Pero mayor es según el evangelio es poder destructor del dinero (Mammón, antidios) Mt 6,24),  tal como han puesto de relieve los evangelio de Marcos y Mateo. Así lo pongo de relieve en las reflexiones que siguen, que más que de un possible “Judas” concreto exponent el tema del riesgo supremo del dinero en el interior de la misma iglesia, representada por “uno de los doce”. A quien la tradición llama Judas.

La traición “económica” de Jesús no es un relato aislado, sino un argumento central de los evangelios. No es una historia del passado, sino una amenaza actual de la iglesia. Donde ella busca su dinero, abandonando a su suerte a los in-nocentes (=los no poderosos, los que no pueden dañar a otros) la iglesia se destruye (se suicida a sí misma)

El relato de Marcos (14, 10-11).

Judas Iscariote, uno de los doce, fue a hablar a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Ellos se alegraron al oírle y prometieron darle dinero; y andaba buscando una oportunidad para entregarle (Mc 14, 10-11).

Por aquello que ha dicho y ha hecho, Jesús ha roto la lógica monetaria de un tipo de judaísmo, propio de los “sacerdotes renteros” de 12, 1-12, que terminan entendiendo su misión en claves de dinero, y entre ellos se sitúa Judas que, en el momento decisivo, traiciona a Jesús y opta por los sacerdotes-escribas y Jesús,   con quienes decide colaborar, suponiendo que es para bien del pueblo. Marcos no dice que él “pida” dinero, pero los sacerdotes se lo ofrecen, en la línea de los comensales de 14, 6, que calculaban el gesto de Jesús (y de la mujer de la unción) en clave monetaria. De esa forma retoma el motivo esencial del “escándalo” mesiánico de 10, 17-31, donde Jesús había dicho que humanamente hablando los ricos no podía entrar en el Reino de los Cielos. Leer más…

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Jueves 28 de Abril de 2024. “Jueves Santo”.

Jueves, 28 de marzo de 2024
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1ª Lectura:

Éxodo 12,1-8.11-14

Prescripciones sobre la cena pascual

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.

Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones.””

***

Salmo responsorial: 115

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

¿Como pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

***

2ª Lectura:

1Corintios 11,23-26

Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.” Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.” Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

***

Evangelio:

Juan 13,1-15

Los amó hasta el extremo

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: “Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?” Jesús le replicó: “Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.” Pedro le dijo: “No me lavarás los pies jamás.” Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.” Simón Pedro le dijo: “Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.” Jesús le dijo: “Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.” Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos estáis limpios.”

Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: “¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.”

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Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy

Queridos hermanos:

Con esta ceremonia en honor de la institución de la Eucaristía se inicia lo que litúrgicamente se llama el Solemne Triduo Pascual. Tres días para celebrar el acontecimiento religioso cristiano más grande de la historia y naturalmente, del año litúrgico. San Agustín llamaba a este triduo: la fiesta de la Pasión, la muerte y la resurrección del Señor. Esta noche, pues, es como una síntesis, como un resumen de toda la Pascua que estamos celebrando. Para comprenderlo, las lecturas de hoy nos han colocado en una historia vieja de Israel que desemboca en Cristo Nuestro Señor y que El, Cristo, la encarga a su Iglesia para que la lleve hasta la consumación de los siglos.

He aquí tres pensamientos de esta noche santísima del jueves Santo: una historia de Israel.

Un Cristo que la encarna

Y una prolongación eucarística hasta la consumación de los siglos.

1 º UNA HISTORIA DE ISRAEL

La vieja historia nos la ha contado el libro del Exodo que se acaba de leer. Los judíos celebraban en esta luna llena del mes de Nisan, un mes hebreo que coincide con nuestro marzo-abril. “Este será el primer mes del año -les había dicho- celebraréis la Pascua”. La Pascua era la celebración de dos grandes ministerios del Viejo Testamento: la liberación de Egipto y la Alianza con el Señor. Pascua y Alianza. La Pascua era aquel momento en que los israelitas esclavizados por el Faraón en Egipto no podían salir hasta en la décima plaga terrible, que consistió en que todos los primogénitos de Egipto iban a morir esa noche. Y para que se libraran las familias hebreas Dios les dijo, por medio de Moisés, que mataran un cordero y que con su sangre marcaran los dinteles de las puertas porque esa noche iba a pasar el ángel. El paso del ángel, eso quiere decir la Pascua: el paso de Dios que para los egipcios va a ser castigo y para Israel va a ser liberación.

Y aquella noche, mientras los egipcios lloraban a sus primogénitos que morían, los israelitas marcados con la sangre del cordero, salían de la esclavitud todas las familias para atravesar el desierto y encaminarse hacia la tierra prometida. Todos los años celebraban algo así como nuestro 15 de septiembre, la fiesta de la emancipación, la fiesta de la libertad, la fiesta en que Dios pasó salvando a Israel. Y al mismo tiempo que hacían actualidad esta fiesta del pasado, recordaban que había una alianza entre Dios y aquel pueblo, por la cual Israel se comprometía a respetar la ley de Dios y Dios se comprometía a proteger de manera especial a ese pueblo. La Pascua y la Alianza encontraron eco en fiestas que ya se celebraban entre los pastores pero que a través de estas revelaciones y de estos signos, tenían ya un sentido de profecía. La Pascua y la Alianza iban a encontrar una personificación cuando el más grande de los judíos, el nacido de Abraham, de David, de la descendencia santa de Israel, va a celebrar la Pascua.

Esta noche, Cristo Nuestro Señor, como buen israelita, con su grupo de israelitas que eran los apóstoles formando una familia, mandaron también a matar su corderito para comerlo en la noche del jueves Santo como lo comían todas las familias de Israel, recordando la vieja historia de la liberación y de la Alianza. ¡Cómo bullían en la mente de Cristo tantos recuerdos de la historia sagrada, cómo se hacían presente en la vida del Señor esta noche de emociones profundas toda la historia de Israel! No ha habido un patriota con más cariño a su pueblo, y a su tierra, y a sus costumbres, que Nuestro Señor Jesucristo. Cuando queramos ser auténticos salvadoreños miremos a Cristo que fue el auténtico patriota que vio la historia de su pueblo, que sintió como suya y como presente la esclavitud de Egipto, y vivió con agradecimiento a Dios la libertad y la alianza entre Dios y el pueblo. Leer más…

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