Comentarios desactivados en Plantean prohibir funerales católicos a los gays en Wisconsin para evitar “escándalos públicos”
James Bartylla
Lo del escándalo que suponen los casos de pederastia… pecadillo venial… Cínicos.
Un Vicario de la Diócesis de Madison, Wisconsin, propone que los curas eviten el “escándalo” de organizar un funeral católico a una persona homosexual y ofrece alternativas bastante surrealistas. La Diócesis dice que no es una medida oficial pero que al Obispo le parece bien.
Los párrocos de la diócesis de Madison, en Wisconsin, recibieron el otro día un e-mail del Vicario General, el padre James Bartylla, con una serie de directivas a la hora de organizar funerales que son… un poquito escandalosas. Y eso que están pensadas precisamente para evitar un escándalo.
En el e-mail escrito por el Padre Bartylla, bajo el título “Consideraciones de los Ritos Funerarios para una Persona en una Unión Homosexual Civil o Notoria“, el reverendo explica lo siguiente:
El principal problema está en el escándalo y la confusión (que lleva a otros a caer en el pecado o a confundir o debilitar a ls personas respecto a las enseñanzas de la Iglesia Católica respecto a la sagrada doctrina y la ley natural) y por lo tanto la tarea pastoral es minimizar el riesgo de escándalo y confusión en otros ofreciendo alternativas para el fallecido y su familia.
¿Y cuáles son esas alternativas para los homosexuales muertos y sus familias? Lo que se le ha ocurrido es que, por ejemplo, en lugar de hacer un funeral tradicional se haga un pequeño servicio junto a la tumba del fallecido. O que si se hace un funeral la pareja del muerto no tenga “ningún papel público o relevante“. O (la mejor idea de todas) que el cura y los parroquianos no formen parte del funeral.
La idea es tan horrible y discriminatoria que desde la diócesis de Madison han tenido que emitir un comunicado explicando que no se trata de unas directrices oficiales pero reconocen que la idea está “en línea con el pensamiento del obispo (Robert Morlino) y tienen su aprobación“.
Además han explicado que esas directrices han surgido de las preguntas sobre el tema que varios párrocos han hecho llegar al obispo. La diócesis ha recomendado a los curas que “piensen detenida y prudentemente” en el tema y su portavoz, Brent King, ha explicado que “ninguna política se adaptará adecuadamente a cada caso, y la política de la diócesis de Madison siempre ha sido que, respecto a los funerales públicos en general, sea el párroco el responsable de decidir dependiendo de la situación de cada persona.”
Por mucho que diga la diócesis la idea no ha sentado nada bien a la comunidad LGTB+ católica ni a la organización LGTB+ DignityUSA que trabaja para conseguir la igualdad del colectivo dentro de la Iglesia. Tarea para que les deseamos toda la suerte del mundo porque la van a necesitar.
Marianne Duddy-Burke, la directora ejecutiva de DignityUSA, ha calificado el e-mail como “la antítesis del cuidado pastoral” y ha explicado que se trata de una muestra de que “el Obispo cree que las personas gais o lesbianas que han vivido un profundo compromiso con su cónyuge o compañero deben ser menospreciadas incluso en la muerte. Nuestras familias podrían ver cómo se les niegan los sacramentos de nuestra fe en el momento de mayor duelo. Es una enorme falta de corazón. Es crueldad. No es cristiano.”
Comentarios desactivados en “Con letra negrita”, por Gerardo Villar
Yo siento que lo importante es ser buenas personas. Con lenguaje evangélico: construir el reino, la sociedad de hijos de Dios. Ahí es donde hemos de echar el resto. Eso es lo que hizo Jesús. El habló muy poco de sí mismo. Si trabajamos por un mundo de hermanos, eso tiene muchos valores cristianos. Lo que ocurre es que hay que pasar de ser buenos, a ser consecuentes, a ser honestos, a vivir con valores, a comprometer la vida. Fácilmente compaginamos el ‘ser buenos’ con la indiferencia ante el refugiado, el marginado, el preso.
Nos sentimos buenos y no pagamos los impuestos. Somos buenas personas y no nos hablamos con varios vecinos. Nos habituamos a ir tirando, a ser ‘normales’. Y creo que el Evangelio me lleva a tener que tomar opciones especiales, comprometidas, exigentes. Tales como el evangelio. Eso de Jesús: ‘Si quieres… deja, vende, perdona…’
Aquello de yo ni robo ni mato, ni blasfemo… y ya está. Cada frase del evangelio me indica un nivel de exigencia, de compromiso. Nos sabemos las bienaventuranzas de memoria, pero no me interrogan en mi conducta.
Creo que podríamos suprimir la primera lectura de la misa y repetir las veces que sea preciso el evangelio y en comentario común, analizar las exigencias que me supone el vivirlo.
Fácilmente entramos en contradicción: “si cuando vas al altar, te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja ahí tu ofrenda y vete primero a reconciliarte con tu hermano”. No. Es más fácil ponerme en otro banco y así no me cuesta dar la paz. “Comparte con tu hermano…” y lo cumplo porque ya me he venido a misa previsto de moneditas. Pero eso no es compartir… “No digáis muchas palabras al orar…” y me hincho a pedir a los santos para que se me arregle el problema.
Pienso que es muy necesario plantearme si quiero ser cristiano o me contento con la apariencia externa. Qué alegría verme escrito en el libro de partidas de bautismos, o llevar la medalla de la cofradía.
Y algo que me cuesta mucho ver y aceptar es que estemos en la eucaristía y no comulguemos. Vemos, oímos, y nos vamos…. Damos la razón de que no nos hemos confesado, pero yo siento mayor causa. No me paro a pensar que no hay eucaristía sino participo. La eucaristía es desde “el señor está con vosotros, hasta el podéis ir en paz”: participando, orando, cantando, comulgando…
Vamos bajando el grado de conciencia, de compromiso y así estamos, somos uno más dentro de la multitud. Va a ser verdad lo que dice el cardenal Burke: que no son buenas las eucaristías multitudinarias… y a veces son multitudinarias en cuanto pasan de seis.
Necesitamos testigos de Jesús en la vida. Y esto nos invita a hacerlo de una manera fuerte, chocante, que se note de verdad que somos seguidores de Jesús, no miembros de una comunidad sin más. De forma que nuestro comportamiento cree interrogantes. Y hay muchos campos donde lo podemos demostrar: familia, pueblo, sociedad, trabajo, dinero… Que actuemos siempre con letra negrita. Y si hace falta, hasta subrayada. Cuando queremos remarcar una conducta, unas creencias, una fe, es preciso hacerlo enérgicamente, con letra negrita, no para que lo vea la gente, pero sí que lo sienta y lo perciba… y se interrogue.
Comentarios desactivados en “La violencia religiosa hunde sus raíces en el ‘sacrificio’ y en el ‘dogma'”, por José María Castillo.
Olmo Calvo. Homenaje a las victimas de Barcelona.
“La ‘religión de Jesús’ es única y exclusivamente la ‘religión de la bondad'”
“Las religiones, enseñadas y vividas como debe ser, mejoran las conductas de la gente”
(José M. Castillo, teólogo).- Nos preocupa más el hecho de la violencia y sus aterradoras consecuencias, que las causas que originan y justifican la mentalidad y las ideas que llevan a los terroristas a matar con la conciencia del deber cumplido. Y es evidente que, si no atajamos las causas y la mentalidad que la justifica, por más policías que tengamos, la violencia terrorista seguirá campando a sus anchas. Quienes pierden el miedo a que los maten, matarán a otros.
Como es lógico, un fenómeno humano de estas dimensiones, no se puede desentrañar en un breve artículo como éste. Por eso me limito a decir algo sobre una de las causas que motivan la violencia. Me refiero a la religión.
Se dice que los terroristas, por más que les laven el cerebro y los droguen, le pierden el miedo a la muerte porque saben que morir matando por la religión, eso es lo que les abre las pertas del paraíso para gozar sin fin. ¿Qué pueden hacer las fuerzas de seguridad del Estado ante un sujeto que lleva en lo más hondo de sí mismo semejante convicción?
Y es que, según creo, no hemos pensado a fondo que la misma base del cristianismo es un asesinato, la muerte inocente del hijo de Dios (W. Burkert). No olvidemos nunca que “el sacrificio es la forma más antigua de la acción religiosa” (H. Kühn), como ha demostrado sobradamente la paleontología y sus ciencias afines. Así que está más que demostrado que lo primero, en la historia del “hecho religioso”, no es Dios, sino el sacrificio: matar una vida. En realidad, “Dios es un producto tardío en la historia de la religión” (G. van der Leeuw).
Por eso, no nos debería sorprender que, analizando pacientemente el Antiguo Testamento, “en cerca de mil pasajes se habla de que la ira de Yahvé se enciende y castiga con la muerte y la ruina” (R. Schwager; J. A. Estrada).
No es posible analizar aquí este fenómeno más despacio. Sólo quiero indicar que, como es sabido, en el islam, el yihad es “un concepto problemático” (J. J. Tamayo). Porque, como ya señaló Abu al-Mawduli, este concepto justifica la guerra santa en la idea de que el Islam es un sistema integral que tiene como objetivo eliminar los demás sistemas falsos en el mundo.
Pero, en la religión, es determinante no sólo “el sacrificio”, sino además“el dogma”. Esta palabra designaba, en la Antigüedad, los “decretos imperiales” a los que cabe otra respuesta que el sometimiento incondicional. Someter sobre todo la mente. Es verdad que en el N.T este concepto no es fundamental. Pero, a medida que el cristianismo se fue organizando como “institución religiosa”, inevitablemente el “dogma” fue ganando en importancia y presencia en la sociedad y en la vida de los fieles.
El Magisterio de la Iglesia precisó y delimitó las verdades que han de ser aceptadas como verdades “de fe divina y católica”: no sólo las que se contienen en la palabra de Dios, sino que además son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ya sea en un concilio ecuménico, en una definición papal o por el Magisterio ordinario como tales verdades de fe (Conc. Vaticano I. DH 3041).
Un dogma tiene que reunir estas condiciones. No todo lo que se dice en los sermones, en los catecismos, en una encíclica… es “dogma de fe”. Cosa que es lamentable y desconcierta a mucha gente.
En cualquier caso, lo más importante, cuando hablamos de este asunto, es insistir en que está bien comprobado que las religiones, cuando son enseñadas y vividas como debe ser, mejoran las conductas de la gente. Y, por lo que se refiere a un cristiano (como es mi caso), lo que veo con más claridad y seguridad es que el Evangelio nos enseña que Jesús se dio cuenta y defendió, hasta la muerte, la grandiosa afirmación del profeta Oseas (6, 6): “Misericordia quiero y no sacrificios”. La “religión de Jesús” es única y exclusivamente la “religión de la bondad”, de la paz, del bien, que lucha contra el sufrimiento.
Comentarios desactivados en El Supremo de EE.UU. mantiene la prohibición de las Terapias de Conversión en menores en California
El Tribunal Supremo de EE.UU. desestima el recurso de un terapeuta (y ministro religioso) que consideraba que la prohibición de las “terapias” de conversión en menores iba en contra de la libertad religiosa.
En 2012 el estado de California aprobó, mediante una sentencia firme, una ley que prohibía practicar las infames “Terapias de Conversión” en menores de 18 años. Como ya sabrás este tipo de “terapias”, que pretenden volver hetero a una persona homosexual, son un fraude absoluto y no tienen ninguna base científica. De hecho todas las asociaciones de psicología y psiquiatría las condenan porque dado que no consideran la homosexualidad una enfermedad no hay nada que “curar”.
La ley californiana, que fue la primera de ese estilo en aprobarse en Estados Unidos, prohibe a doctores, psicólogos, terapeutas familiares y trabajadores sociales practicar este tipo de “terapias” en menores de edad; pero sí permite que se refiera al menor a un líder religioso para que reciban consejo (que no terapia). Precisamente un líder religioso, el terapeuta y ministro Donald Welch, fue el cabecilla de un recurso grupal presentado ante el Tribunal Supremo solicitando que se eliminara la prohibición porque consideran que coarta su libertad de expresión, la libertad de las familias y además les prohíbe hacer según qué tipo de oraciones o citar ciertos pasajes de la Biblia y que se vulnera su “libertad religiosa”.
Las autoridades californianas solicitaron al Supremo que no consideraran ese recurso puesto que la ley en ningún momento coarta la libertad de nada de nadie, que los líderes religiosos pueden seguir diciendo lo que les dé la gana siempre y cuando no lo hagan durante una sesión de terapia licenciada por el estado.
En una decisión unánime, el Supremo considera que algunas personas no sólo pueden buscar el “cambio” en su orientación sexual por motivos religiosos sino que también puede haber motivaciones seculares, y que los menores de edad tienen toda la libertad del mundo para buscar eso (aunque, repetimos, no sirve para nada y es más dañino que otra cosa) “por si mismos o con ayuda de familiares, amigos o líderes religiosos” una vez cumplan 18 años. Y como la ley lo único que hace es regular lo que ocurre entre un terapeuta y su paciente, los jueces consideran que, efectivamente, los líderes religiosos no tienen nada sobre lo que quejarse.
La ley propuesta por Burke se llama “Prevención de la Neglicencia Emocional y la puesta en peligro de la Infancia”. Que así dicha te va a dejar igual pero que en inglés es la ley por la “Prevention of Emotional Neglect and Childhood Endangerment“. O lo que es lo mismo, la ley P.E.N.C.E.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de este año tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Fuente |San Francisco Gate, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays
Comentarios desactivados en “Teología de la desigualdad”, por José Mª Castillo
De su blog Teología sin Censura:
Una teología de la desigualdad, nunca definida pero claramente aplicada, se encuentra bien formulada en el vigente Código de Derecho Canónico de la Iglesia católica. En el Código, como sabemos, las mujeres no son iguales en derechos a los hombres. Ni los laicos son iguales a los clérigos. Ni los presbíteros tienen los mismos derechos que los obispos. Ni los obispos se igualan con los cardenales. Y conste que no hablo de los poderes inherentes al gobernante, sino de los derechos que son propios de las personas. Ya sé que todo esto necesitaría una serie de precisiones jurídicas y teológicas, que aquí no tengo espacio para explicar. Para lo que en esta reflexión quiero indicar, valga lo dicho como mera introducción a la teología de la desigualdad en la Iglesia.
Como punto de partida, no olvidemos que la religión es generalmente aceptada como un sistema de rangos, que implican dependencia, sumisión y subordinación a superiores invisibles (W, Burkert). Superiores que se hacen visibles en jerarquías que hacen cumplir los rituales de sumisión, según las diversas religiones y sus estructuras correspondientes. En el caso de la Iglesia, durante los tres primeros siglos, las originales comunidades evangélicas fueron derivando hacia un “sistema de dominación”, con las consiguientes desigualdades, que todo sistema de dominación produce, y que quedó establecido en la Antigüedad Tardía (J. Fernández Ubiña, ed.).
Este sistema, como es bien sabido, alcanzó la cumbre de su fortaleza en su expresión máxima, la “potestad plena” (ss. XI al XIII). Un poder que se ejercía conforme a la normativa del Derecho romano (Peter G. Stein), que no reconoció la igualdad “en dignidad y derechos” de mujeres, esclavos y extranjeros.
Como es lógico, este sistema, no ya basado en las “diferencias”, sino en las “desigualdades”, sufrió el golpe más duro, que podía soportar, en las ideas y las leyes que produjo la Ilustración, concretamente en la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, que aprobó la Asamblea Francesa, en 1789. Un documento que fue denunciado y rechazado por el papa Pío VI. Lo que fue el punto de partida del duro enfrentamiento entre la Iglesia y la cultura de la Modernidad. Un enfrentamiento que se prolongó durante más de siglo y medio, hasta después de la segunda guerra mundial.
Naturalmente, esta legislación y esta forma de entender la presencia de la Iglesia en la sociedad se tenía que justificar desde una determinada teología. La teología de la desigualdad, que el papa León XIII recogió de una tradición de siglos, para rechazar las enseñanzas de los socialistas, que, a juicio de aquel papa “no dejan de enseñar… que todos los hombres son entre sí iguales por naturaleza” (Enc. Quod Apostolici. ASS XI, 1878, 372). Cuando en realidad, para León XIII, “La desigualdad, en derechos y poderes, dimana del mismo Autor de la naturaleza”. Y tiene que ser así, “para que la razón de ser de la obediencia resulte fácil, firme y lo más noble” (ASS XI, 372).
Así, el papado de aquellos tiempos pretendió aplicar a la sociedad civil el principio determinante del sistema eclesiástico, que quedó formulado por el papa Pío X, en 1906: “En la sola jerarquía residen el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene otro derecho que el de dejarse conducir y, dócilmente, el de seguir a sus pastores” (Enc. Vehementer Nos, II-II. ASS 39 (1906) 8-9). La teología de la desigualdad quedó bien formulada, como una teoría y una práctica que, con otras palabras, ya había sido formulada desde Gregorio VII (s. XI) y afianzada por Inocencio III (ss. XII-XIII).
Uno de los componentes determinantes de la cultura es la religión. Por eso, una cultura como es el caso de lo que ha ocurrido en Occidente durante tantos siglos, la teología de la desigualdad ha marcado la mentalidad, el Derecho, la política, las costumbres y las convicciones, de la cultura occidental, mucho más de lo que seguramente imaginamos.
El contraste con esta teología está en el Evangelio. Jesús quiso, a toda costa, la igualdad en dignidad y derechos de todos los seres humanos. Por eso se puso de parte de los más débiles, de los más despreciados, de los más desamparados. Esto supuesto, yo me pregunto por qué hay tanta gente de la religión – o muy religiosa – que no disimula su rechazo y hasta su enfrentamiento con el papa Francisco. Más aún, yo me pregunto también si el profundo malestar, y hasta la indignación, que se está viviendo ahora mismo en España, no tendrá algo (o mucho) que ver con la teología de la desigualdad y sus defensores, los clérigos de alto rango. Es más, yo me atrevo a preguntar si España está prepara, en este momento, para aguantar un cambio tan radical, en nuestras leyes, jueces y fiscales, que no fueran los “robagallinas”, sino los más altos dirigentes de la política y de la economía los que se echaran a temblar.
¿Es o no es importante la teología de la desigualdad? En todo caso, yo no tengo soluciones. Ni esa es mi tarea en la vida. Me limito a plantear preguntas, que nos obliguen a todos a pensar.
Comentarios desactivados en El Papa ordena investigar el cese del ex Gran Canciller de la Orden de Malta
“Crisis constitucional” en el organismo presidido por Burke. El cardenal Burke organizó la destitución de su gran canciller sin permiso del Pontífice
La Orden de Malta tilda de “inaceptable” la decisión del Papa de investigar el cese de Von Boeselager
El purpurado aseguró que Roma estaba de acuerdo con su destitución, lo cual es falso
Según publicó el diario romano Il Messaggero, se le acusaría a Boeselager de no haber impedido la distribución de preservativos en diferentes zonas del mundo
“Siempre he afirmado que soy fiel a la Iglesia y su doctrina”, asegura Boeselager
(C. Doody/Agencias).-
La Orden de Malta, una antigua institución católica, seglar y aristocrática, tachó el sábado de “inaceptable” la decisión del papa Francisco de abrir una investigación sobre la destitución de su gran canciller, Albrecht von Boeselanger. El origen de La Orden de Malta se remonta al año 1048 durante la época de las Cruzadas. Está formada hoy en día en su mayor parte por laicos de familias nobles que se dedican a labores humanitarias, quienes mantienen, como parte de esas labores, relaciones diplomáticas con más de cien estados alrededor del mundo.
En una réplica extraordinaria al pontífice, el grupo afirmó que la destitución de su gran canciller fue un “acto de administración gubernamental interna de la Soberana Orden de Malta, y por tanto queda únicamente dentro de su competencia”. Francisco nombró el jueves una comisión de cinco miembros para investigar la salida de Albrecht von Boeselager el 8 de diciembre, en medio de pruebas de que el propio enviado de Francisco en el grupo, el cardenal conservador Raymond Burke, ayudó a organizar la destitución sin permiso del pontífice.
“Un católico liberal no dispuesto a aceptar la doctrina de la Iglesia”. Por ser así, dice Albrecht von Boeselager, le han destituido de su puesto de Gran Canciller de la Orden de Malta, la cofradía católica centenaria cuyo patrono es el cardenal Raymond Burke. Una comisión nombrada este jueves por el Papa Francisco será la encargada de contrastar la veracidad de sus palabras.
El grupo que ha sido encargado de“recoger elementos e informar en breve a la Santa Sede” está formado por Silvano Tomasi, Gianfranco Ghirlanda, Jacques de Liedekerke, Marc Odendall y Marwan Sehnaoui, informó hoy la oficina de prensa del Vaticano. El portavoz del vaticano, Greg Burke, explicó que el nombramiento de la comisión se explica con “la voluntad de resolver el asunto de manera pacífica”.
Según publicó el diario romano Il Messaggero, se le acusaría a Boeselager de no haber impedido la distribución de preservativos en diferentes zonas del mundo donde se encuentran las estructuras médicas gestionadas por los voluntarios de la Orden del mundo. Esto habría sido retenido como contrario a la moral católica y por tanto una grave conducta del Gran Canciller.
Unos de los cargos en contra de Von Boeselager está relacionado con un programa en el que participó hace varios años la rama humanitaria del grupo, que ayudaba a esclavas sexuales en Mianmar e incluía proporcionar condones a las mujeres para que se protegieran de la infección de VIH.
Las enseñanzas tradicionales de la Iglesia católica prohíben los métodos anticonceptivos artificiales. Von Boeselager ha dicho que en cuanto la dirección de la orden en Roma supo del reparto de condones, se congelaron dos de los proyectos. Un tercero continuó, dijo, porque haberlo suspendido de forma drástica habría privado a una región pobre de Mianmar de todos los servicios médicos básicos.
El proyecto terminó suspendiéndose después de la intervención de la oficina sobre doctrina del Vaticano. Burke mantiene una posición estricta sobre las enseñanzas de la Iglesia en moral sexual. Así, la disputa que envuelve a la orden es un reflejo de las divisiones ideológicas más amplias en la Iglesia, que se han intensificado durante el papado de Francisco ante el hincapié del pontífice en el aspecto misericordioso de la institución sobre su lado doctrinario.
Von Boeselager ha dicho que le pidieron que renunciara el 6 de diciembre durante una reunión con Burke y el líder de la orden, en la que le dijeron que la Santa Sede quería su dimisión. Más tarde supo que el Vaticano no había hecho esa petición. Boeselager, en un correo electrónico a miembros de la Orden recogido por The Tablet el 9 de diciembre, niega todas las acusaciones en su contra y afirma que la verdadera acusación que se le ha lanzado ha sido la de ser “un católico liberal no dispuesto a aceptar la doctrina de la Iglesia”. “He dado mi vida a la Orden y por eso a la Iglesia, y siempre he afirmado que soy fiel a la Iglesia y su doctrina”, escribió Boeselager en su email.
La versión del ya ex Gran Canciller contrasta de esa forma con el relato oficial de la Orden, que comunicó hace unos días “la situación extremadamente grave e insostenible respecto del papel de Albrecht von Boeselager como Gran Canciller de la Orden de Malta”.
Según esa nota oficial, el pasado 6 de diciembre el Gran Maestre, Matthew Festing, convocó a von Boeselager a una reunión en presencia del Gran Comendador, Ludwig Hoffmann von Rumerstein, y el cardenal Burke, como representante del Santo Padre ante la Orden de Malta, y le obligó a dimitir. Ante la negativa de Boeselager, se inició un expediente disciplinario que desembocó en su destitución como Gran Canciller el 16 de este mes.
En detalle, la Orden cita “los graves problemas ocurridos durante el mandato de Boeselager como Gran Hospitalario de la Orden de Malta, y el ocultamiento de dichos problemas por su parte ante el Gran Magisterio, como probó un informe encargado por el Gran Maestre el año pasado”.
La destitución obligatoria del Gran Canciller ha causado enormes divisiones en el seno de la Orden de Malta, según han añadido diversos medios de comunicación, con algunos de sus miembros alegando incluso que, por su proceder en cesar a Boeselager, el Gran Maestre ha provocado una “crisis constitucional“. Boeselager es “un hombre de gran valor, a quien respeto profundamente”, dijo un oficial de la Orden a La Croix, medio que asimismo citó a otros miembros de la Orden valorándolo como un católico “piadoso” y “ferviente”.
En su comunicado, los caballeros de Malta dijeron que la decisión del papa de nombrar una comisión para investigar la destitución deriva de un malentendido con el secretariado de Estado Vaticano y señalaron que habían explicado la situación a Francisco en una carta.
La Orden de Malta tiene muchos de los rasgos de un estado soberano. Emite sus propios sellos postales, pasaportes y placas para automóviles y mantiene relaciones diplomáticas con 106 estados, incluido el Vaticano. Sin embargo, la Santa Sede tiene una relación única con la orden porque el papa nombra a un cardenal para “fomentar los intereses espirituales” de la orden, así como su relación con el Vaticano, que es un estado soberano.
Francisco nombró a Burke para ese cargo en 2014 tras destituirle como juez supremo del Vaticano. Desde entonces, el cardenal se ha convertido en uno de los críticos más destacados del papa, en especial por su flexible interpretación de que los católicos que se han casado de nuevo en ceremonias civiles pueden recibir la comunión.
Los caballeros de Malta tienen su origen en las cruzadas del siglo XI, con la fundación de una enfermería en Jerusalén que atendía a personas de toda confesión que peregrinaban a Tierra Santa. Ahora tiene 13.500 miembros y 100.000 voluntarios y empleados, que proporcionan atención sanitaria en hospitales y clínicas de todo el mundo y prestan asistencia en zonas de guerra y desastres naturales.
Declaración del Gran Magisterio de la Orden de Malta
El Gran Magisterio se enteró de la decisión tomada por la Santa Sede de nombrar un grupo de cinco personas para arrojar luz sobre la sustitución del Gran Canciller anterior.
La sustitución del Gran Canciller anterior es un acto de la administración interna del gobierno de la Soberana Orden de Malta y, en consecuencia, cae exclusivamente dentro de su competencia. El mencionado nombramiento del grupo es el resultado de un malentendido de parte de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
El Gran Maestre aclaró respetuosamente la situación ayer por la tarde en una carta al Sumo Pontífice, explicando las razones por las cuales las sugerencias hechas por la Secretaría de Estado eran inaceptables.
Aseguró al Santo Padre su devoción filial y pidió al Pontífice la Bendición Apostólica, tanto para él como para la Soberana Orden de Malta, sus 13.500 miembros y sus 100.000 empleados y voluntarios que seguirán proporcionando una presencia hospitalaria estable y eficiente en más de 120 países en el mundo según el antiquísimo carisma de la Orden de Malta.
Comentarios desactivados en Grupos LGBT, contra el veto de los homosexuales al sacerdocio
Tachan la nueva Ratio de “decepcionante”
La SNAP denuncia que se está usando a los homosexuales como chivo expiatorio
“No es lo que se esperaba del Papa que dice ‘¿Quién soy yo para juzgar?'”
“El Papa Francisco tiene mucho que explicar“. Francis DeBernardo, director ejecutivo de la organización católica LGBTNew Ways Ministry (Ministerio de las Nuevas Formas), reaccionó así al decreto que actualizó las normas para la formación sacerdotal, según el cual “no se puede admitir a quienes practiquen la homosexualidad” o apoyen la “cultura gay”.
“Su aprobación de ese texto es una gran desilusión para mucha gente, lesbianas, gays, bisexuales, personas transégenero y heterosexuales, que tenían grandes esperanzas con su pontificado”, dijo DeBernardo.
Se refería al decreto que actualiza las Normas Básicas para la Formación Sacerdotal (Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis), que fue publicado este jueves por el diario oficial de la Iglesia Católica, L’Osservatore Romano. El documento ratifica una guía redactada hace 31 años, en la que se plasman otras comunicaciones de la Santa Sede en cuanto a las restricciones sobre la sexualidad.
Establece que “la Iglesia, respetando a las personas afectadas, no puede admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a quienes practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente enraizadas o apoyen aquello que se conoce como cultura gay”. También resalta la importancia de la continencia en la formación de los candidatos para ordenarse. “Sería imprudente admitir a un seminarista que no haya alcanzado una afectividad madura, serena y libre, casta y fiel al celibato”, advierte.
El texto avalado por Francisco tiene un agregado. Permite una excepción respecto de las “tendencias homosexuales que sean expresión de un problema transitorio”. Se pone como ejemplo “una adolescencia todavía no terminada”.
DeBernardo no fue el único que criticó al Papa. También se sumó Marianne Duddy-Burke, de DignityUSA (Dignidad Estados Unidos), otra orgranización católica que promueve los derechos LGBT. Para ella el decreto fue “extremadamente decepcionante” y lo tomó como un “tremendo insulto” a los miles de homosexuales que sirven como sacerdotes católicos. “No es lo que se esperaba del Papa que dice ‘¿Quién soy yo para juzgar?’“, agregó.
David Clohessy, que pertenece a la Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP por sus siglas en inglés), dijo que están usando a los homosexuales como chivo expiatorio en lugar de proteger realmente a los niños de los abusos. “Es un error asumir o afirmar que la mayoría de las víctimas son varones”, sostuvo.
Comentarios desactivados en Una ley para prohibir las terapias de conversión llamada (Mike) PENCE
Un legislador de un condado de Nueva York quiere prohibir las terapias de conversión con la ley P.E.N.C.E., inspirada en el homófobo nuevo vicepresidente del país.
Cuando Donald Trump fue declarado vencedor de las elecciones medio mundo se llevó las manos a la cabeza porque el hecho de que Trump sea presidente implicaba que Mike Pence iba a ser vicepresidente.
De Mike Pence ya te hemos hablado en la web porque era el gobernador de Indiana cuando tuvieron lugar las protestas que sacudieron el estado (y medio Estados Unidos) cuando se aprobaron las leyes de “libertad religiosa“ que legalizaban la discriminación hacia personas del colectivo LGTB. Pero es que resulta que Pence es un señor con unas ideas bastante… homófobas.
Pence se mostró en contra de eliminar el “Don’t Ask, Don’t Tell” del ejército, recaudó fondos para luchar contra el matrimonio igualitario, se quejó mucho cuando Obama creó una directriz federal que obligaba a los colegios a permitir que los estudiantes trans utilizaran el baño correspondiente a su género… Y, lo mejor de todo, Pence propuso retirar los fondos de la lucha contra el VIH para dárselos a organizaciones que “proveen asistencia a aquellos que buscan cambiar su comportamiento sexual“. Sí, Mike Pence quería que los fondos públicos de la lucha contra el VIH fueran a pagar “terapias de conversión“.
La ley propuesta por Burke se llama “Prevención de la Neglicencia Emocional y la puesta en peligro de la Infancia”. Que así dicha te va a dejar igual pero que en inglés es la ley por la “Prevention of Emotional Neglect and Childhood Endangerment“. O lo que es lo mismo, la ley P.E.N.C.E.
Burke ha aclarado que el nombre no es casual, que ha decidido llamarla así precisamente para denunciar las ideas homófobas del videpresidente: “Han venido algunos, un puñado de personas que estaban un poquito molestas por el acrónimo y pensaban que sólo intentaba ser divertido. Pero no. Vivimos en tiempos muy serios.” “Hay una tremenda cantidad de pruebas que señalan que infligir esta terapia absurda en niños y adolescentes no es sólo médicamente inútil, sino que va en contra del bienestar del menor. Es hora de que llamemos a esta práctica como lo que es: un abuso. Los niños son excepcionalmente influenciables, y lo último que un niño LGTBQ+ necesita es que le digan que la forma en que nació está mal y debe ser cambiada.”
Ya era hora de que podamos decir lo del “¡¿Es que nadie va a pensar en los niños?!” y sentirnos orgullosos por ello.
Comentarios desactivados en Francisco prepara la rehabilitación de Martín Lutero: “Lutero fue un reformador en un momento difícil, puso la Palabra de Dios en manos de los hombres”
El Papa Francisco, junto a la estatua de Martín Lutero
Francisco defiende la reforma en una entrevista a La Civilità Cattolica antes de viajar a Suecia
El Papa podría proponer la fórmula de la “intercomunión” con los luteranos
Para Bergoglio, el agustino “era un reformador, y en aquel tiempo la Iglesia no era un ejemplo a imitar”
“El proselitismo es una actitud pecaminosa, que pretende convertir la iglesia en una organización“
(Jesús Bastante).- El 31 de octubre de 1517, el agustino Martín Lutero clavaba en la puerta de la iglesia de Wittemberg sus famosas 95 tesis, en las que denunciaba la corrupción y la venta de indulgencias en la Iglesia de Roma. Este fue el germen del segundo gran cisma de la Historia de la Cristiandad, tras el que en 1054 separó a católicos y ortodoxos. Ahora, 499 años después, Francisco quiere sentar las bases para acabar con la división entre católicos y luteranos.
Francisco ha querido viajar a Suecia para abrir la conmemoración del “Año Lutero”, que culminará justo dentro de un año, cuando se cumpla en V Centenario de la Reforma. Aunque oficialmente no se quiere hablar de “celebración”, lo cierto es que el camino a seguir sugiere un momento histórico para el ecumenismo.
Y es que el Papa prevé “rehabilitar a Martín Lutero”. No es posible, como recordó recientemente Kurt Koch, responsable de Ecumenismo de la Santa Sede, levantar la excomunión al fraile (esto solo puede hacerse en vida), pero sí reconocer -el Papa ya lo ha hecho- que “las intenciones de Martín Lutero no estaban erradas“, tal y como afirmó a su vuelta del viaje a Armenia, y ha vuelto a repetir en una entrevista, intencionadamente concedida a La Civiltà Cattolica, días antes de su visita a Suecia.
“Era un reformador, tal vez algunos métodos no fueron correctos, más en aquel tiempo, si leemos la historia del pastor alemán luterano que se convirtió y se hizo católico, vemos que la Iglesia no era precisamente un modelo a imitar: había corrupción, mundanismo, el apego a la riqueza y el poder“, subrayó Bergoglio.
Reconocer que Lutero tenía razón en muchas de las cosas que defendió, y que el futuro ecuménico no depende tanto de anatemas y condenas anteriores, sino de comprensión y fe compartida en el presente y el futuro, supone un paso adelante histórico, pues implica reconocer que no fue un hereje y, sobre todo, que su gesto fue necesario.
“La diversidad es lo que quizá nos hizo tanto daño a todos y hoy procuramos la manera de encontrarnos después de 500 años. Creo que lo primero que hay que hacer es orar juntos. Después debemos trabajar por los pobres, los refugiados, tantas personas sufriendo, y, por último, que los teólogos procuren estudiar juntos… Se trata de un largo camino”, reconocía Francisco, quien esta misma semana se encontraba con teólogos protestantes en el Vaticano, y posaba sonriente ante una efigie de Martín Lutero.
“No todos los días un papa conmemora a Lutero”, comentaba esta semana el portavoz del Vaticano, Greg Burke, al recalcar la importancia histórica de la visita que se inicia mañana. Bergoglio, desde hace décadas, mantiene relaciones de hermandad con líderes ortodoxos y evangélicos, en una suerte de “ecumenismo real” que puede llevar a toda la Iglesia a romper definitivamente con las diferencias doctrinales y centrarse no tanto en una unidad física de confesiones, sino en una unión en el camino de construir un mundo según los designios del Evangelio.
“El proselitismo es pecado”, ha vuelto a decir el Papa. Y es que el futuro no parece estar en una unidad de iglesias, sino en un trabajo común, y en la confesión mutua al mismo Dios. Algo que, en la práctica, ya se hace. Especialmente en aquellos rincones del mundo donde, a día de hoy, ser cristiano supone estar cerca de la muerte y del martirio. “Es el ecumenismo de la sangre”, ha dicho en más de una ocasión Bergoglio.
El lema del viaje a Suecia no ha sido escogido al azar. “Juntos en la esperanza”, es toda una declaración de intenciones. Para ponerlo más claro, el Papa ha anunciado que hablará en español en todas sus intervenciones, lo que sugiere que tiene previsto improvisar en su lengua materna, y nadie descarta que pueda realizar algún “anuncio sorpresa”.
¿Cuál podría ser? Fuentes vaticanas apuntan a la posibilidad de permitir la llamada “intercomunión”, un término que suele utilizarse para designar la participación común en la eucaristía entre cristianos cuyas iglesias no están en comunión entre sí. La mera posibilidad de que ésto pueda producirse ha llevado a los cardenales más ultraconservadores, como Raymond Burke, a amenazar con otro cisma si esto se produce.
Obispos luteranos y católicos han expresado su deseo de que el Papa permita la intercomunión, por lo menos, en un primer momento, para los luteranos casados con católicos. El Papa ha mostrado apertura a que los luteranos reciban la Comunión junto con los católicos y el año pasado dijo a una mujer luterana que «siguiera adelante» guiada por su conciencia. También el año pasado, un pastor luterano de Roma insistió en que el Papa había «abierto la puerta» a la intercomunión entre católicos y luteranos después de que el Papa visitara una comunidad luterana y afirmara que las dos religiones «debían caminar juntas».
El viaje del pontífice para conmemorar uno de los momentos más difíciles de la historia católica, suscita críticas entre los sectores más conservadores, que la consideran inadecuada. Para Koche, “Lutero no quería dividir la Iglesia. No quería crear dos iglesias. Quería reformar la Iglesia Católica, pero en aquel momento no era posible, y dio lugar a la división de los cristianos y ha terribles guerras de religión”, resumió el purpurado.
Además del diálogo interreligioso, Francisco aprovechará para lanzar desde el estadio Malmö un nuevo llamamiento de solidaridad con los refugiados y por la paz, dos temas que unen a católicos y protestantes. Entre los invitados a narrar el propio testimonio en el estadio figura el religioso colombiano Hector Fabio Henao, quien hablará del proceso de paz en Colombia, así como el Obispo de Alepo, la ciudad siria que sufre constantes bombardeos.
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(Jesús Bastante).- “Lutero fue un reformador en un momento difícil, dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres”. Pocos días antes de su viaje a Suecia para participar en la conmemoración ecuménica de los 500 años de la Reforma luterana, el Papa Francisco ha concedido una entrevista a La Civilità Cattolica, en la que habla de los retos del ecumenismo, las tentaciones del proselitismo y el martirio de los cristianos en Oriente Medio.
“A mí me viene una sola palabra, cercanía. Mi esperanza es poder estar más cerca de mis hermanos y hermanas. La cercanía hace bien a todos. La distancia nos hace daño. Cuando nos alejamos, nos cerramos en nosotros mismos, y no hay unidad, somos incapaces de encontrarnos. Debemos empezar a encontrarnos unos a otros. Si no lo hacemos, enfermaremos de división. Mi esperanza es poder dar un paso hacia adelante, para estar más cerca de mis hermanos y hermanas, que viven en Suecia”, incide el Papa cuando se le pregunta por los objetivos de su visita.
Sobre Lutero, Francisco confiesa que “sólo puedo pensar en dos palabras: Reforma y Escritura“. Y es que, para el Papa, “Lutero fue un reformador en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quiso poner remedio a una situación compleja. Después, en parte por situaciones políticas, y también religiosas, esa reforma se convirtió en separación y no en un proceso de reforma de toda la Iglesia, porque la Iglesia es semper reformanda“. Del mismo modo, Bergoglio asegura que “Lutero dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres“.
Para el Papa, “la reforma y la escritura son fundamentales para profundizar en la tradición luterana”, como él mismo pudo comprobar “en las congregaciones previas al cónclave”, en las que “los deseos de reforma estaban vivos y presentes en nuestros debates”.
“El diálogo teológico debe continuar, es un camino a seguir” sostiene, rotundo, el Papa, que recuerda el “gran documento ecuménico sobre la Justificación”. “Por supuesto, hay dificultades, pero hay que continuar el diálogo teológico”, añade Bergoglio, quien insiste en que “debemos perseverar en el entusiasmo por la oración y las obras de misericordia en común, es decir, el trabajo para ayudar a los enfermos, los pobres, los que están en prisión. Hacer algo juntos es una forma alta y eficaz de diálogo. También creo que la educación. Es importante trabajar juntos y no forma sectaria”.
En todo, caso, “debemos tener muy claro que el proselitismo es pecado“, subraya Francisco, quien recuerda cómo “Benedicto XVI ya dijo que la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción. El proselitismo es una actitud pecaminosa, que pretende convertir la iglesia en una organización“.
Frente a esta actitud, el Santo Padre propone otra: “Hablar, rezar, trabajar juntos: este es el camino que debemos tomar. Cuando los cristianos son perseguidos y asesinados lo son por ser cristianos, no porque sean luteranos, calvinistas, anglicanos, católicos u ortodoxos. Hay un ecumenismo de la sangre“.
Sobre la matanza de Niza, el Papa recordó la reciente reunón de Asís, en la que “todos hemos dicho que no se puede hacer la guerra en nombre de la religión, o de Dios. Eso es una blasfemia, es satánico”.
Sobre el terrorismo, Francisco incidió en que “toda persona es capaz de convertirse en un terrorista con el simple uso de la lengua. No hablo de los conflictos que se hacen abiertamente, como la guerra. Estoy hablando de un terrorismo solapado, oculto, que tira palabras como bombas”, y eso duele mucho (…)Es necesario un cambio profundo de corazón para vencer esta tentación “.
Sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio, el Papa se mostró convencido de que “el Señor no abandonará a su pueblo”. En su opinión “Oriente Medio es una tierra de mártires“.
Recordando su visita a Lesbos, Bergoglio narró cómo “me encontré con un padre con dos hijos. Me dijo que estaba enamorado de su esposa. Él es musulmán y ella era cristiana. Cuando llegaron los terroristas, querían llevarse la cruz, y ella se negó, y fue sacrificada delante de su marido y sus hijos. Y siguió diciéndome: ‘Yo la amo tanto, que la quiero tanto’. Sí, es una mártir. Pero el cristiano sabe que hay esperanza. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos“.
Declaraciones contra la igualdad de género o la libertad sexual y actuaciones absolutamente dictatoriales contra algunos sacerdotes que no son de su línea, sin el menor sentido pastoral ni de respeto a las personas, están provocando en no pocos sectores cristianos y de la sociedad civil, verdadero asombro e indignación.
Así:
Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba ha dicho recientemente que “la igualdad de género es una bomba atómica que quiere destruir la doctrina que profesan y la imagen de Dios en el hombre y la imagen de Dios Creador”.
También dijo que «la Unesco tiene programado para los próximos veinte años que la mitad de la población sea homosexual». Criticaba así la supuesta implantación a través de diversos programas educativos promovidos por el organismo de la ONU de una ideología de género que permitiría a las personas elegir su sexo sin tener en cuenta la realidad biológica y que la fecundación artificial es un “aquelarre químico de laboratorio” o que “la ideología de género destroza la familia”.
Fernández se refirió sobre el anuncio papal sobre la nulidad del matrimonio afirmando que “nadie puede deshacer -ni siquiera el Papa- lo que Dios ha unido por voluntad de los esposos en el sacramento del matrimonio”, intentando ser más papista que el papa y mostrando muy poca consideración y respeto hacia los esfuerzos del papa Francisco por implantar reformas muy necesarias en la Iglesia.
Es muy significativo que los partidos con mayor representatividad en el Ayuntamiento de Córdoba, PP, PSOE, IU y Ganemos, hayan condenado unánimemente las últimas declaraciones de este obispo.
Joaquín María López de Andújar, Obispo de Getafe destituye con nocturnidad y alevosía al párroco Francisco Javier Sánchez, aprovechando que éste estaba de vacaciones.
Es significativa la Campaña en Change org contra el obispo. El propio Consejo de pastoral, disconforme, recoge en 120 folios 3.600 firmas contra su decisión
¿Por qué este cese? “Javi no es un cura al uso, no viste de sotana ni usa el lenguaje eclesial ni tampoco impone reglas estrictas, ni ordena ni chilla, aunque sí puedes contar con su ayuda seas quien seas, hagas lo que hagas y pienses lo que pienses. Todo el mundo le conoce cuando pasea por el barrio, y, lo que es más importante, él conoce a todos los que pasan dificultades reales: familias sin empleo, delincuentes, presos, discapacitados, etc. y todos tienen su ayuda”, apuntan desde la parroquia.
Francisco Javier Sánchez asegura que “me sentí humillado, maltratado y vapuleado, quizás como se sienten muchos trabajadores de cualquier empresa, con la diferencia es que mi empresa se llama Iglesia, comunidad, y el que me lo estaba diciendo no era el jefe de personal de la empresa, sino supuestamente mi pastor”. (Jesús Bastante en Religión Digital)
Juan Antonio Reig Plá, Obispo de Alcalá de Henares, ha hecho declaraciones ofensivas contra los derechos de las mujeres; una de las últimas fue contra el aborto y contra el voto. En la primera compara el aborto con los trenes que llevaban a los deportados a los campos de exterminio nazis.
Reig Pla había levantado polémica al celebrar la misa anual en el cementerio de los mártires de Paracuellos del Jarama junto a una bandera de España con el águila franquista, colocada en el mismísimo altar, y ante la presencia de figuras destacadas de la ultraderecha, como Blas Piñar.
Obispos de Getafe (López de Andújar y Rico Pavés) y de Alcalá (Reig Pla) publican carta conjunta contra la ley de transexualidad que provoca escándalo en gran parte de la sociedad y especialmente en el colectivo de LGTB.
Estas actitudes tan poco en consonancia con las actitudes, palabras y gestos del Papa Francisco chocan por su absoluta falta de sintonía con las necesarias actitudes pastorales que se deben exigir a un obispo. Evidentemente no tienen “olor a oveja”. Pero lo que me parece más grave, parece que forman parte de un no pequeño grupo de obispos y cardenales que en todo el mundo se posicionan contra la manera de pastorear del buen papa Francisco que entre otras cosas dijo:”¿Quién soy yo para condenar a los homosexuales?”. Se enfrentan a él.
Así entre los opositores a Francisco figuran el Cardenal Sarah que quiere volver a la misa de espaldas al pueblo, Gerhard Müller, a quien trajo a Oviedo el arzobispo Sanz Montes; junto a estos, como opositores a Francisco figuran también Angelo Sodano, Tarcisio Bertone, Marc Ouellet, Leo Burke, George Pell, Camilo Ruini, Carlo Cafarra, Giovanni Batista Re, Angelo Scola, Elio Sgreccia, Walter Brandmüller, Antonio Rouco con sus afines de Getafe, Oviedo (que en diciembre pasado expulsó, sin justificación ni explicación alguna, a los 35 voluntarios de Pastoral Penitenciaria de la cárcel de Villabona de Asturias), Toledo, Sevilla, Granada, Pamplona y Segovia, así como Martínez Camino, auxiliar de Madrid. (Cita de Faustino Vilabrille en su artículo “Muy bien, Francisco” en Reflexión y Liberación).
Estos obispos por sus posturas tan retrógradas y tridentinas no sólo no huelen a oveja, sino que pueden terminar destruyendo todo el rebaño.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Comentarios desactivados en “La heráldica eclesiástica”, por Alejandro Fernández Barrajón
De su blog Teselas:
Siempre me ha costado entender muchos signos y símbolos que, con frecuencia, acompañan la vida de la iglesia y a sus “dignatarios”: Capas rojas de terciopelo, escudos, anillos, puntillas, báculos de orfebrería, mitras, solideos… etc
Uno de ellos es el escudo episcopal, que muchos obispos, la mayoría, inmediatamente presentan nada más ser elegidos obispos. (Como si ya lo tuvieran preparado, por si acaso) Me resulta muy chocante que un obispo, pastor de una comunidad eclesial, se rodee de estos signos que sólo indican halos de grandeza, estatus de nobleza y que separan de manera significativa a quien lo exhibe y al pueblo sencillo y fiel al que está enviado a servir. No me imagino a Jesús de Nazaret portando y exhibiendo ante sus discípulos todos estos objetos de museo que resultan, además, sumamente caros. En un tiempo en que la iglesia, más que nunca, ha de volver a Jesús, todo esto debería ser revisado, de manera que los pastores puedan llegar más al pueblo y éste los sienta más suyos. “Pastores con olor a oveja“. No es un tema éste, superficial.
La heráldica general y la heráldica eclesiástica surgen en el mismo tiempo, a principios del siglo XIV, y expresan lo mismo: mostrar la identidad familiar de quien lo porta a modo de escudo de armas y de rango superior dentro del escalafón social.
Por eso resulta un anacronismo absurdo mantener en nuestros días los “escudos de armas” de los obispos, así como otros signos que sólo pretenden destacar la grandeza de quien ha de hacerse pequeño para servir a los más pequeños. Mucho más si esos signos son de oro o de piedras preciosas, como báculos, anillos y pectorales, a los que muchos se agarran, como una costumbre, para señalar su condición y no pasar desapercibidos. ¡Penoso!
Eso mismo sucede con los objetos religiosos que usamos a diario para celebrar la Eucaristía: cálices de oro, en ocasiones, con incrustaciones preciosas, signos de un tiempo pasado y piezas más de museo de que exhibición diaria en un momento de tantas miserias humanas como nos rodean y nos cercan: Ahí están los refugiados, llamando ya a las puertas de Europa.
El papa Francisco tuvo el detalle de celebrar con un cáliz de madera la Eucaristía en su viaje a Lampedusa, no sin el escándalo de muchos, más pendientes de las formas que del fondo. Y utilizó también un báculo de madera y no pasó nada.
Todos recordamos el momento en que fue elegido obispo del Mato Grosso, en Brasil, el obispo calaretiano Pedro Casaldáliga, poeta y hombre de Dios, ya sumido en las limitaciones propias de la vejez, pero fuerte y vigoroso en su apuesta por el evangelio de Jesús. Sus símbolos episcopales fueron un sombrero de paja que le regaló un líder campesino, un báculo de madera, elaborado por un indio tapirapé, jefe de una tribu, y un anillo dorado que le regalaron unos amigos de España y que enseguida regaló a su madre. Sus declaraciones fueron entonces muy significativas al respecto: “No tengo ningún capisallo ni pienso llevar ninguna insignia” Y después de una larga vida de entrega a su pueblo esto lo ha cumplido al pie de la letra.
Me pregunto por qué muchos obispos de nuestro tiempo no aprenden un poco de este ejemplo. Me rechinan los dientes de la fe cuando veo fotos de algunos obispos ataviados a la antigua usanza, paseando triunfantes por los pasillos de los palacios episcopales decorados de hermosos cuadros entre ménsulas versallescas doradas y cornucopias al más puro estilo barroco. Una nueva iglesia más sencilla y cercana a los pobres ha de abrirse paso también en lo superficial.
Comentarios desactivados en El Papa Francisco considera que los transexuales son la aniquilación del ser humano como imagen de Dios y relaciona la crisis de los refugiados con la “ideología de género”
“Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.”
(Mt 25, 31-46)
Definitivamente este papa no es el nuestro…
El Papa Francisco: es terrible que los niños puedan elegir su género
Hay escuelas en las que enseñan a los niños que pueden escoger su género, según el Papa
Ha vuelto a suceder. Una vez más, el papa Francisco ha mostrado su peor cara, la que fomenta y promueve el odio tránsfobo. Ha sido en un encuentro con un grupo de obispos polacos durante su estancia en Cracovia con ocasión de las Jornadas Mundiales de la Juventud, tras el cual el propio Vaticano ha hecho pública una transcripción del diálogo que mantuvieron. Francisco, motu proprio y sin que nadie le preguntara por ello (respondía, en realidad, a una pregunta sobre la crisis de los refugiados), aseguró que vivimos un momento de “aniquilación del hombre como imagen de Dios”, momento que relacionó con el hecho de que a los niños “se les enseñara en las escuelas” que cada uno puede “elegir su sexo”. Unas declaraciones que algunos han tildado de peligrosas
Desde el 25 hasta el 31 de julio se celebraban en Cracovia las Jornadas Mundiales de la Juventud, no teniendo el Papa Francisco palabras de consuelo para las familias de los homosexuales que le pidieron una lanza en contra de la homofobia, pero sin embargo, sí tuvo palabras en contra de los transexuales en un encuentro privado con obispos polacos. «Hoy, están enseñando esto a los niños en las escuelas —¡a los niños— quetodo el mundo puede escoger su género (…). Estamos viviendo un momento de aniquilación del hombre como imagen de Dios», dijo Jorge Mario Bergoglio a puerta cerrada, según una transcripción difundida el martes, 2 de agosto, por el Vaticano.
Las declaraciones se produjeron durante su visita al arzobispado de Polonia y fueron posteriormente transcritas por el Vaticano. Reproducimos a continuación las palabras de Francisco, que tienen lugar, aunque no lo parezca, durante una respuesta a una pregunta sobre la crisis de los refugiados. Utilizamos, pese a que su calidad no es demasiado buena, la traducción al castellano que el propio Vaticano muestra en su página web:
(…) Pero el problema es mundial. La explotación de la creación, y la explotación de las personas. Estamos viviendo un momento de aniquilación del hombre como imagen de Dios.
Quisiera concluir aquí con este aspecto, porque detrás de esto hay ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con «nombre y apellido»— es el gender*. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: «Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador». Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Dios nos dio un estado «inculto» para que nosotros lo transformáramos en cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nos devuelven al estado «inculto». Lo que ha dicho el Papa Benedicto tenemos que pensarlo: «Es la época del pecado contra Dios creador». Esto nos ayudará.
Pero tú, Krzysztof, me dirás: «¿Qué tiene que ver esto con los emigrantes?». Está un poco en el contexto. Sobre los emigrantes diré: el problema está allí, en su tierra. Pero, ¿cómo los acogemos? Cada uno debe ver cómo. Pero todos podemos tener el corazón abierto y pensar en hacer una hora en las parroquias, una hora a la semana, de adoración y de oración por los emigrantes. La oración mueve montañas.
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* Nota de dosmanzanas: Gender o “ideología de género” es la expresión que el ámbito más conservador utiliza para denigrar tanto al feminismo como a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB, muy especialmente en los últimos tiempos la lucha en favor de los derechos trans.
Con estas declaraciones, el Papa Francisco sigue la estela de su predecesor Benedicto XVI, que catalogó esta época como la de los pecados contra Dios, creador de todo, y que como ser inteligente, Dios creó el mundo de una forma y no de otra, creando hombres y mujeres, y que la sociedad estaba haciendo lo opuesto a la creación con su comportamiento.
Sin especificar el país ni las escuelas en el que se está aplicando este tipo de pedagogía actualmente, el Sumo Pontífice culpa a las «personas e instituciones que donan dinero» en lo que llamó una «colonización ideológica» respaldada por «países muy influyentes». Según su punto de vista esta «colonización» de la que habla no es otra que la del «género», un tema del que ya había hablado durante su visita a Asia, en 2015, un tema que incluso habría llegado a debatir con su predecesor en el puesto, Benedicto, y que había mencionado ya en su discurso en la ONU.
Mientras las familias del mundo entero deben estar en estos momentos preguntándose si la escuela a la que llevan a sus hijos tiene patrocinadores que promueven el cambio de sexo, activistas y miembros del colectivo LGTB no han tardado en mostrar su decepción por los comentarios del Papa Francisco, como Sarah McBride, que se convirtió en la primera persona transexual en participar en la Convención Nacional del Partido demócrata, la semana pasada. «Los comentarios del Papa sobre la gente transexual son increíblemente decepcionantes y traicionan el mensaje de amor e inclusión que predica», declaraba en su cuenta de Twitter.
Unas palabras que han causado un especial malestar entre colectivos LGTB católicos, como Dignity USA, cuya directora ejecutiva, Marianne Duddy-Burke, ha asegurado que los comentarios del papa«ponen vidas en riesgo» porque, de alguna manera, alientan el acoso y la violencia hacia personas transexuales en muchos países y demuestran una “peligrosa ignorancia” sobre la identidad de género, “un tema que es, literalmente, un problema de vida y muerte para muchas personas, sostiene Marianne Dubby-Burke,explicando que«lo que muchos, incluyendo Francisco, todavía no entienden es que la gente no ‘elige’ su género. Un género es asignado al nacer, y algunas personas descubren que fueron clasificadas incorrectamente, no es una elección, como no lo es la altura o el color del pelo”. “Es muy preocupante que el papa diga algo así. Y demuestra además que el papa no entiende el peligro que sus palabras pueden tender para las personas que no se acomodan a un género, especialmente aquellas que viven en países con leyes o con presiones culturales que ponen a estas personas en riesgo de sufrir violencia”, ha añadido.
Hubo un momento en que algunos miembros de la comunidad LGTB miraban al Papa Francisco con esperanza cunado dijera aquello de «¿Quién soy yo para juzgar?», al referirse a los curas homosexuales. Desde entonces, pocas son las ocasiones en las que ha lanzado, ya no una lanza, sino una mísera cerilla en favor de homosexuales, bisexuales y transexuales, mostrando particular inquina contra estos últimos a quienes ha llegado a comparar con armas nucleares. «No hay absolutamente ninguna razón suficiente para considerar las uniones homosexuales a ser en ninguna manera similares o remotamente análogas al plan de Dios para el matrimonio y la familia», llegó a decir sobre el matrimonio igualitario. ¿Dónde quedan ahora aquellas palabras en las que aseguraba que la Iglesia debería pedir perdón por la homofobia y la discriminación? ¿Seguirá pensado Elton John que «el Papa Francisco es maravilloso»?
La obsesión de la Iglesia católica con la transexualidad
Las opiniones de Francisco, conviene aclarar, no son nuevas. Y es que el argentino, a diferencia de sus predecesores, para haber escogido a las personas transgénero como objeto primordial de sus ataques en materia LGTB. En su ya famosa encíclica Laudato si’, Francisco vertió el que posiblemente ha sido el más importante ataque a las personas transexuales surgido del ámbito católico en los últimos años. La encíclica sobre el medio ambiente, que tantas alabanzas ha recibido incluso desde círculos progresistas, contiene un claro mensaje tránsfobo. Es, en concreto, en el punto 155 de la encíclica, donde el papa aprovechaba para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad” para “reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente”. Según aseguraba el papa, “cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana.
No era, de todas formas, el primer aviso de Francisco. “Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba el papa solo unos meses antes de su encíclica.
Opiniones estas que han servido para rearmar al sector más conservador de la Iglesia católica, que en los últimos tiempos parece haber redirigido específicamente sus cañones hacia las personas transgénero. Es el caso, por mencionar un ejemplo reciente, de los tres obispos madrileños que utilizaron las palabras de Francisco para cargar contra la Asamblea de Madrid por aprobar una avanzada ley integral de transexualidad.
Para Cristina Traina, profesora de Estudios Religiosos en la prestigiosa Northwestern University (Illinois, Estados Unidos), la diferente sensibilidad que Francisco está demostrando hacia las personas homosexuales, hacia las que se muestra compresivo en las formas (aunque no en lo doctrinal) en comparación con sus palabras despectivas hacia la realidad trans puede deberse a su herencia cultural. Según Traina, el papa “tiene un entendimiento del género muy latinoamericano, como binario y natural”.
No sabemos si es así, pero lo cierto es que pese a algún gesto hacia personas concretas, como Diego Neria, el hombre transexual español al que Francisco recibió privadamente en 2015 (sin que trascendiera declaración alguna) tras conseguir este hacerle llegar una carta, el papa que tantos gestos está mostrando en otros aspectos se muestra especialmente falto de la más mínima empatía hacia el grupo más vulnerable del colectivo LGTB. Lo que fue considerado como “un nuevo gesto” hacia el colectivo LGBT, parece ahora estar arrepentido, a juzgar por las fuertes declaraciones realizadas.
Además, cartas como las publicadas por algunos obispos o las últimas negativas a permitir que personas transexuales puedan ser padrinos o madrinas en los bautizos de sus propios familiares refuerzan la idea a la que ya hemos hecho mención en anteriores entradas: a la enfermiza fijación contra las relaciones entre personas del mismo sexo, la jerarquía católica añade ahora la condena a las personas trans, tradicionalmente ignoradas por la institución. El propio obispo de Alcalá de Henares no ha dudado en incluirlas en sus diversas diatribas, como la que lanzó en diciembre de 2014, cuando incluyó a la “despatologización de la así llamada transexualidad” en la lista de supuestos objetivos de una perversa agenda LGTB.
Otro ejemplo es el del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que en enero de 2013 difundía su mensaje tránsfobo en una carta pastoral en la que criticaba la “ideología de género”que “sitúa al hombre por encima de Dios”. “La ideología de género es una filosofía, según la cual el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente”, añadía. “Ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer. Esperamos un bebé. ¿Es niño o niña? La ecografía nos dice claramente que es niña. No. Lo que vale es lo que el sujeto decida. Si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer. Y si quiere ser mujer puede serlo, aunque haya nacido varón. No se nace, se hace. Al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos, escolares, etc. que tratan de hacer ‘tragar’ esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes”, aseguraba enonces el obispo de Córdoba.
Fuente Usa Today/Universogay/Dosmanzanas, Cristianos Gays
Comentarios desactivados en “Renovar la Iglesia es hacer actual el “recuerdo peligroso” de Jesús”, por José Mª Castillo
Leído en su blog Teología sin Censura:
Si la Iglesia quiere renovarse en serio y a fondo, una de las primeras cosas que tendría que hacer es renovar en serio y a fondo el recuerdo de Jesús. No meramente recordando lo que sucedió cuando Jesús andaba por el mundo. Sino actualizando lo que ocurrió entonces. Es decir, la liturgia tiene que celebrarse de tal manera que se haga presente, en lo que vivimos ahora, lo que Jesús vivió, hizo y decidió cuando estaba en esta vida. Concretamente lo que ocurrió la noche aquella en que cenó, por última vez, con el grupo de personas que le acompañaron y compartieron lo que él vivió y cómo lo vivió. En aquella ocasión, Jesús dijo: “Haced esto en recuerdo mío” (1 Cor 11, 24. 25; Lc 22, 19). Lo cual quería decir: “Haced esto para que me tengáis presente”, como en seguida explicaré.
Lo que acabo de indicar se basa en un presupuesto previo: la última cena de Jesús con sus discípulos no fue un ritual religioso. El ritual de la “cena pascual” que celebran los judíos, con motivo del pèsaj, la fiesta del cordero, que marcó el punto de partida de la liberación de los judíos esclavos en Egipto (Ex 12). Por supuesto, sabemos que, según los evangelios sinópticos, la última cena fue la cena de Pascua (Mc 14, 12; Mt 26, 17; Lc 22, 7). Pero el evangelio de Juan, que se escribió después que los sinópticos, puntualiza este dato capital indicando que la cena se celebró antes de la Pascua (Jn 13, 1; 18, 28), de forma que Jesús murió el día de la Preparación de la Pascua (Jn 19, 14; cf. 19, 31. 42). Y san Pablo, que nos ha conservado el recuerdo más antiguo de la cena, ni menciona la Pascua (1 Cor 11, 23). Además, en ninguno de los relatos de la Cena se menciona el cordero pascual, ni se habla de las hierbas amargas, ni hay alusión alguna a los mazzen, ni de la haggadà, ni del primer hallel, ni se mencionan las cuatro copas que eran esenciales en el ritual judío de la Pascua. No hay, pues, traza ni indicio alguno de que allí se estuviera celebrando un ritual sagrado (Ulrich Luz, El evangelio según san Mateo, vol. IV, Salamanca, Sígueme, 2005, 138-139).
Ahora bien, si aquello no fue un “ritual sagrado”, sino una “cena”, en la que se vivieron una serie de experiencias muy fuertes, cuando Jesús les dice a sus “amigos” (Jn 15, 14-15): “Haced esto en memoria mía” (1 Cor 11, 25) o sea,”Haced esto para que me tengáis presente”, sin duda alguna, el término “esto” (toûto) engloba la cena entera, no únicamente el pan, sino el conjunto de experiencias vividas allí aquella noche (François Bovon, El evangelio según san Lucas, vol. IV, Salamanca, Sígueme, 2010, 282-283). Hacer lo que allí dijo Jesús no es repetir rutinariamente un ritual, sino actualizar (hacer presente y operante hoy) lo que allí se vivió aquella noche. El “recuerdo”, la “anamnêsis”, según la raíz original zkr, quiere decir “hacer presente el pasado” (H. Patsch, en Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, vol. I, Salamanca, Sígueme, 2005, 251-254).
Pero, ¡atención!, estos datos no son meras matizaciones – por lo demás, muy elementales – de erudición. Nada de eso. Aquí se juega el ser o no ser de la autenticidad o del fracaso de lo que Jesús quiso. Sabemos que Jesús no fue amante, ni practicante de ritos, ceremonias, altares y templos. Jesús centró sus preocupaciones en tres cosas: el “sufrimiento humano” (curaciones), la “alimentación compartida” (comidas y comensalía, sobre todo con pobres y pecadores), las “relaciones humanas” (sermón del monte, en Mt, o de la llanura, en Lc). Al proceder así, Jesús desplazó la religión: la sacó del templo, la disoció de los “rituales” y la puso en el centro y en el conjunto de la “vida”.
Aquí y en esto está la clave y el secreto de todo lo demás. ¿Por qué? Porque hoy está sobradamente demostrado que los ritos constituyen un factor tan importante en la pervivencia de las sociedades humanas, que, desde hace incontables generaciones, los ritos (religiosos, políticos, sociales…) son decisivos en la integración o exclusión del individuo en la sociedad y, en general, en el sistema establecido (Walter Burkert, La creación de lo sagrado, Barcelona, Acantilado, 2009, 60 ss; ID., Homo necans, Barlona, Acantilado, 2013, 50-61). Pero no se trata de esto solamente. Porque los ritos integran al sujeto en el sistema de tal forma, que, al mismo tiempo que el sujeto hace suyos los valores del sistema, por otra parte, esos mismos ritos no modifican la conducta del sujeto que los cumple. Concretamente, un piadoso creyente se puede pasar cuarenta años comulgando a diario, y al cabo de ese tiempo sigue teniendo los mismos defectos que tenía el día que inició su comunión diaria. Y es que el ritual, por sí solo, no solamente no modifica la conducta, sino que además tiene la virtualidad de tranquilizar la conciencia del observante.
Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando afirmó en la Cena: “Haced esto en memoria de mí”? No se refería simplemente a repetir lo que llamamos ahora “las palabras de la consagración”. Porque esta referencia al recuerdo o memoria (anamnêsis) lo introdujo san Pablo (1 Cor 11, 24. 25), del que depende el relato de Lucas (22, 19), para motivar a la comunidad de Corinto, al decirles a aquellos cristianos que lo que ellos hacían – y tal como lo hacían -, en realidad aquello ya no era la Cena del Señor. Literalmente: “eso ya no es comer la Cena del Señor” (“oúk éstin kyriakòn deipnon phagein”) (1 Cor 11, 20) (H. Patsch, o. c., 252-254). O sea, en Corinto, realizando exactamente el rito, realmente no celebraban la eucaristía. ¿Por qué? Porque la comunidad de Corinto estaba dividida. No por ideas teológicas, sino por la forma de vida que llevaban. Concretamente, porque allí había ricos y pobres. Y cuando se reunían para la eucaristía, los ricos comían hasta emborracharse, mientras que los pobres se quedaban con hambre (1 Cor 11, 21). Es decir, lo que pasaba en Corinto es que allí se repetían las palabras del Señor, pero allí no había una comunidad unida en la que quienes tenían dinero y comida lo compartían con los demás. Cada cual iba a lo suyo. Y Pablo afirma: donde hay división entre ricos y pobres, por mucho y muy bien que se repitan las palabras de Jesús, en realidad la memoria de Jesús está ausente. No se recuerda a Jesús. En esas condiciones, se dirá misa, pero allí no está Jesús. (J. D. Crossan, J. L. Reed, En busca de Pablo, Estella, Verbo Divino, 2006, 398-405).
Conclusión: la Eucaristía no consiste en “decir misa”, observando exactamente lo que manda la Sagrada Congregación de Ritos (o del Culto divino). Se puede hacer eso y no celebrar la Cena que quiso Jesús. Y tal como la quiso Jesús: haciéndonos esclavos unos de otros (Jn 13, 12-15), queriéndonos unos a otros, como él nos quiso (Jn 13, 33-35), mojando todos en el mismo plato, como él lo hizo (Jn 13, 20). Celebrar la Eucaristía no es repetir literalmente un “ritual”. Eso es una misa que nos tranquiliza (incluso nos da devoción). Pero eso no es lo que instituyó y quiso Jesús: el “recuerdo peligroso” (J. B. Metz, La Fe en la historia y en la sociedad, Madrid, Cristiandad, 1979, 100-102; 210-211), que hace actual la subversión de esos presuntos valores que se sostienen repitiendo los ritos. Lo que instituyó Jesús fue un “proyecto de vida”, que se expresa simbólicamente y que hace presente la persona y la vida de Jesús, en nuestras vidas y en nuestra sociedad. El día que resulte más “peligroso” ir a misa que acudir a una manifestación, ese día empezará a ser cierto que celebramos la Cena del Señor, en la que los cristianos vivimos la presencia, en el recuerdo vivo, de aquel Jesús que “aceptó la función más baja que una sociedad puede adjudicar: la de delincuente ejecutado” (G. Theissen, El movimiento de Jesús, Salamanca, Sígueme, 2005. 53). Entonces será cierto y la gente palpará que la misa no es un mero “rito”, sino un “recuerdo peligroso”.
Comentarios desactivados en “Laicidad del Estado, laicidad del Evangelio”, por José Mª Castillo
Leído en su blog Teología sin Censura:
Las recientes declaraciones, que el papa Francisco ha hecho al diario francés La Croix, han dado pie a un nuevo motivo de sorpresa (y en no pocos casos, de escándalo) para muchos católicos, chapados a la antigua, que dan la impresión de estar todavía anclados en el “Antiguo Régimen”. No en el de Franco, sino en el de los monarcas absolutos, previos a la Ilustración. Y algunos hasta tienen el atrevimiento de acusar al papa Francisco de ignorante en temas de historia.
A quienes se rasgan las vestiduras por lo que ha dicho el papa en su entrevista a La Croix, les vendría bien recordar que no es lo mismo “laicidad” que “laicismo”. El “laicismo” consiste en independizarse “de toda influencia eclesiástica o religiosa”. Lo que, en la práctica, equivale a rechazar a Dios y cuanto se refiere a Dios, la Iglesia, la religión, etc. La “laicidad” no es negación o rechazo, sino independencia de la religión o de lo religioso. Un Estado laico no persigue ni margina el hecho religioso. Simplemente lo respeta. Y permite que los ciudadanos vivan y expresen en público sus creencias, con tal que las distintas confesiones respeten las normas de convivencia que emanan de la Constitución del Estado.
Pues bien, hecha esta aclaración semántica, es importante aclarar dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, no es lo mismo hablar de la “religión” que hablar de “Dios”. La religión es el medio o camino para relacionarse con Dios. De forma que la religión es el “medio”, Dios es el “término”. Teniendo en cuenta que el medio, la religión, es siempre un hecho humano, un fenómeno cultural, una realidad histórica y de este mundo. Mientras que Dios es el Trascendente. Que no es, ni puede ser, inmanente, cultural, histórico o mundano. Es verdad que los seres humanos, ya que no podemos ver a Dios, ni tenemos acceso directo a él, nos “lo representamos”, en cada momento histórico, en cada pueblo yen cada cultura, según los valores o criterios determinantes de esa cultura. Es más, se sabe con seguridad que “Dios es un producto tardío en la historia de la religión” (G. Van der Leeuw, E. B. Taylor, Walter Burkert…), que, durante muchos miles de años, no pasó de ser un fenómeno consistente en una notable variedad de rituales, relacionados con la caza, el ciclo vital y la muerte (Ina Wunn, con abundante bibliografía).
Y en segundo lugar, antes que de la “laicidad del Estado”, tenemos que hablar de la “laicidad del Evangelio”. ¿Por qué? Porque, en realidad, la vida pública de Jesús fue una serie ininterrumpida de continuos conflictos con los sacerdotes, con los doctores de la Ley, con los observantes fariseos, con el templo, con las observancias, normas y rituales religiosos, de forma que todo terminó en el enfrentamiento supremo y decisivo, que llevó a Jesús al tribunal religioso, a la condena a muerte y a la ejecución violenta en la cruz. Lo que nos lleva inevitablemente a la pregunta inquietante y peligrosa: ¿el Evangelio es un libro de religión o es la historia de un conflicto mortal con la religión de los rituales, del templo y de los sacerdotes? La respuesta más razonable a esta pregunta es decir que el Evangelio, antes que un “libro de religión”, es un “proyecto de vida”. Un proyecto centrado en la honradez, la honestidad, la bondad y la misericordia sin limitación alguna.
Por esto se puede afirmar que Jesús sacó la religión del templo. Y la puso en la vida, en la existencia humana, en la tarea incansable por humanizar este mundo, esta vida, la relación de cada cual con los demás. Para así contagiar felicidad, progreso, bienestar, igualdad y dignidad para todos. Si Dios y la religión no nos sirven para ser y comportarnos lo mejor posible unos con otros, sea cual sea la cultura y las tradiciones en las que cada cual ha nacido y se ha educado, entonces ¿para qué nos sirve Dios y de qué nos sirve la religión? Es evidente que este proyecto se hace realidad más y mejor en una sociedad laica y en un Estado no confesional, que en una sociedad y un Estado que, desde una determinada confesión religiosa, actúa como un “sistema excluyente!, que inevitablemente divide, separa y confronta a la gente, constituyéndose en un factor de fanatismo y de violencia.
Comentarios desactivados en “La fuerza de los rituales (II)”, por José Mª Castillo, teólogo
De su blog Teología sin Censura:
Lo primero, lo más elemental, en el problema planteado a propósito de los rituales religiosos, es tener muy claro que no es lo mismo hablar de Dios que hablar de la religión. Dios es el fin último que podemos buscar o anhelar los mortales. La religión es el medio por el que (y con el que) intentamos acercarnos a Dios o relacionarnos con él. Por tanto, Dios no es un elemento más, un componente más (entre otros) de la religión.
Por otra parte – si intentamos llegar al fondo del problema -, Dios y la religión no se pueden situar en el mismo plano. Ni pertenecen al mismo orden o ámbito de la realidad. Porque Dios es el Absoluto. Y el Absoluto es el Trascendente. Es decir, Dios se sitúa en el orden o ámbito de la “trascendencia”. Mientras que todo lo que no es Dios (incluida la religión) es siempre una realidad que se queda “aquí abajo”, o sea en el ámbito de la “inmanencia”.
Todo esto quiere decir que “ser trascendente” significa “ser inabarcable” o “ser inconmensurable”. Es decir, Dios no está a nuestro alcance. Por tanto, Dios no es una realidad “cultural”. En tanto que la religión es siempre un producto de la cultura. Otra cosa es las “representaciones” que los humanos nos hacemos de Dios. Pero eso ya no es “Dios en Sí”, sino nuestra manera (culturalmente condicionada) de representarnos al Trascendente.
Hecha esta disquisición, que me parece indispensable, tocamos ya las cuestiones que nos interesan más directamente en esta reflexión. Ante todo, es importante saber que, en la larga historia y prehistoria de la religión, lo primero no fue el conocimiento y la experiencia de Dios, sino la práctica de rituales de sacrificio (así, por lo menos, desde E. O. Wilson, incluso ya antes Karl Meuli). De forma que abundan los paleontólogos que defienden que, desde el paleolítico superior, hay huellas claras de este tipo de prácticas rituales (W. Burkert, H. Kühn, P. W. Scmidt, A. Vorbichler).
Si bien hay quienes piensan que los rituales religiosos relacionados con la muerte se inician a partir del mesolítico (Ina Wunn). En todo caso, se acepta la convicción que ya propuso G. Van der Leeuw: “Dios es un producto tardío en la historia de la religión” (K. Lorenz, W. Burkert). Lo que es comprensible, si tenemos en cuenta que Dios nos trasciende y no está a nuestro alcance, como lo están los rituales religiosos.
Así las cosas, es un hecho que los rituales religiosos, en sus más variadas formas, están más presentes en cada ser humano, ya desde la infancia, que la claridad y la profundidad en la relación con Dios. Dicho más claramente, creo que no es ninguna exageración afirmar que, tanto en los individuos como en la sociedad, están más presentes los rituales y sus observancias que Dios y sus exigencias.
O sea, en la vida de muchos (muchísimos) creyentes, están muy presentes los rituales religiosos y la observancia de los mismos. Mientras que la firmeza, la cercanía y la fiel escucha de Dios es un asunto que son también muchos (muchísimos) los creyentes que no tienen eso resuelto debidamente. Lo que lleva consigo, entre otras cosas, una consecuencia de enorme importancia. Una consecuencia que consiste en que, con demasiada frecuencia, en la conducta de muchas personas se divorcian la observancia de los ritos sagrados, por una parte, y la fidelidad a la honestidad, la honradez y la bondad ética, por otra parte.
Y entonces, nos encontramos con un hecho que lamentamos muchas veces. Me refiero al hecho de tantas personas que son fielmente observantes y religiosas, pero al mismo tiempo son personas que dejan mucho que desear en su conducta ética.
¿Cómo se explica esto? El comportamiento religioso consiste en la fidelidad a la observancia de los rituales sagrados. Pero ocurre que los ritos son acciones que, debido al rigor de la observancia de las normas, se constituyen en un fin en sí (G. Theissen, B. Lang, W. Turner). Y, entonces, lo que ocurre es que el fiel observante del ritual se tranquiliza en su conciencia, se siente en paz consigo mismo, se libera de posibles sentimientos de culpa o de miedos que adentran sus raíces en el inconsciente, al tiempo que la conducta ética, con sus incómodas exigencias queda desplazada.
Y el sujeto se siente en paz con su conciencia, con sus semejantes y con Dios. En lo que he intentado explicar aquí, radica (según creo) la clave para comprender el conflicto de Jesús con los hombres más religiosos y observantes de su tiempo. Es notable que, por lo que narran los relatos evangélicos, Jesús no tuvo enfrentamientos ni con los romanos, ni con los pecadores, los samaritanos, los extranjeros, etc. Los conflictos de Jesús se produjeron precisamente con los más fieles cumplidores de la religión: sumos sacerdotes, maestros de la Ley y fariseos.
¿Por qué precisamente con estas personas y no con los alejados de la religión y sus rituales? Jesús fue un hombre profundamente religioso. Pero Jesús vio el peligro que entraña la fiel observancia de los ritos de la religión. ¿Qué quiere decir esto? Jesús no rechazó el culto religioso. Lo que Jesús hizo fue desplazar el centro de la religión. Ese centro no está ni en el templo y sus ceremonias, ni en lo sagrado y sus rituales.
El centro de la experiencia religiosa, para Jesús, está en hacer lo que hizo el mismo Dios, que se “encarnó” en Jesús. Es decir, Dios se humanizó en Jesús. Dios está presente en cada ser humano, sea quien sea, piense como piense, viva como viva. Sólo reconociendo esta realidad sorprendente y viviéndola, como la vivió el propio Jesús, sólo así estaremos en el camino que nos lleva al centro mismo de la religiosidad que vivió y enseñó Jesús.
¿En qué consiste, entonces, el culto a Dios? La carta a los hebreos lo dice con tanta claridad como firmeza: “No os olvidéis de la solidaridad y de hacer el bien, que tales sacrificios son los que agradan a Dios” (Heb 13, 16). Que no es sino la fórmula tajante que plantea el autor de la carta de Santiago: “Religión pura y sin tacha a los ojos de Dios Padre, es ésta: mirar por los huérfanos y las viudas en sus apuros y no dejarse contaminar por el mundo” (Heb 1, 27).
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Francisco no imaginaba las rivalidades que suscitaría la “Iglesia de la misericordia”
“La negación de la comunión sacramental a estas personas es un portazo pastoral a los fieles”
(Marco Antonio Velásquez, en Reflexión y Liberación).- El anhelo pastoral del papa Francisco de integrar a la mesa Eucarística, a las personas separadas y divorciadas vueltas a casar, se ha convertido en fuente de división en la Iglesia. En efecto, cuando Francisco asume la sede de Pedro no imaginaba las rivalidades que despertaría una cuestión que pastoralmente muchos obispos han resuelto de manera práctica, caso a caso, siguiendo los consejos del buen pastor, compasivo y misericordioso. Seguro que el mismo cardenal Bergoglio, como pastor de la Iglesia de Buenos Aires, lo enfrentó muchas veces.
Con la potestad del pastor de la Iglesia universal, Francisco decide enfrentar esto como un problema pastoral, que doctrinariamente parece resuelto, pero que en la práctica todos los obispos enfrentan en su fuero interno. Se trata de un tema que no sólo afecta a los obispos, sino también a los sacerdotes, quienes reciben requerimientos concretos de personas para facultarlos a recibir la comunión sacramental, ya sea en ocasiones específicas o de manera regular. Es una cuestión que afecta profundamente al corazón de los pastores que conocen cercanamente a sus fieles, porque saben que la negación doctrinaria tajante de la comunión, en estos casos, resulta en una falta de caridad evidente. La experiencia dice que cuando los obispos atraviesan el umbral de la amistad y de la fraternidad humana con sus fieles, optan por conceder, a veces privadamente, la autorización para comulgar.
En el presente, la negación de la comunión sacramental a estas personas es percibida como un verdadero portazo pastoral a los fieles, que concurren necesitados a requerir la compasión misericordiosa de su Iglesia. Los pastores cercanos saben que esas personas han acumulado una avidez de comunión, como muchísimas veces no encuentran entre quienes acuden regularmente a recibir el sacramento.
Éste parece ser el contexto en que Francisco ha querido enfrentar esto, poniéndolo en el corazón de la Iglesia y de los pastores; tema que ha llegado a ser el eje central del Sínodo de los obispos dedicado a la familia, cuya Asamblea Ordinaria se hará efectiva en octubre de 2015.
La Asamblea Extraordinaria del Sínodo, celebrada en octubre de 2014, dio indicios del ánimo pastoral para abordar el tema. La Relatio Synodi ha dejado huellas de la ausencia de un clima pastoral adecuado para respaldar al papa en la idea de integrar a la mesa Eucarística a personas separadas y divorciadas vueltas a casar, aun estableciendo un itinerario penitencial. Lamentablemente, dicha asamblea fue también la señal de partida de una campaña organizada para afianzar posiciones doctrinales tendientes a contrarrestar el imperativo de la misericordia, evitando socavar la disciplina sacramental respecto de la Eucaristía.
Luego de ocho meses de concluida la Asamblea Extraordinaria hay hechos reveladores. Los antagonismos liderados por los cardenales Kasper y Müller dan cuenta de una pudorosa rivalidad que, lejos de atenuarse, se ha agudizado, aunque con algo más de recato.
Los doctrinaristas han conseguido aglutinar consensos a través de la amplia geografía de la Iglesia, comprometiendo el apoyo de los obispos de África. La Iglesia latinoamericana, pese a ser la cuna pastoral del cardenal Bergoglio, no ha conseguido cerrar filas para respaldar el espíritu reformista del papa del tercer mundo. Por su parte, la Iglesia norteamericana, reservorio de tradiciones, no da cabida a mociones aperturistas, al igual que la Iglesia italiana y española. Luego, las principales lealtades provienen del resto de Europa, donde las iglesias de Alemania, de Francia y de Austria lideran una persistente corriente de apoyo. De manera similar y más silenciosa, la Iglesia asiática estrecha lealtades, tanto que el mismo papa acaba de sugerir en privado que “el futuro de la Iglesia está en Asia” (relato del cardenal filipino, Luis Antonio Tagle).
En este contexto, la existencia de una“Filial Súplica a su Santidad el Papa Francisco”, firmada hasta ahora por 460 mil adherentes de todo el mundo, es un hecho inédito y coercitivo de su autoridad papal. La iniciativa, promovida con motivaciones del cardenal norteamericano Raymond Leo Burke, busca presionar al papa para que reafirme la doctrina tradicional de la familia.
Se configura así un verdadero ambiente cismático en torno a la posibilidad de implementar reformas pastorales, que puedan conducir a habilitar canales de acogida sacramental a personas que, con su drama vital, interpelan a la conciencia cristiana de la Iglesia.
Al revisar la nómina de los asistentes a la Asamblea Sinodal de octubre próximo, todo indica que el papa no contará con el respaldo de los padres sinodales (más de dos tercios de los votos) para aggionar a la Iglesia en este ámbito. Recordando que en la Iglesia sólo los concilios y la autoridad del papa tienen facultad resolutiva para emprender reformas de esta naturaleza, todo indica que los padres sinodales darán, en este terreno, una dolorosa señal de soledad al papa de la misericordia.
A buena hora, después de la Asamblea Sinodal la Iglesia entera ha sido llamada a vivir el Año de la Misericordia, un tiempo que se espera permita sanar heridas eclesiales y dar testimonio de misericordia a quienes esperan mucho de su Iglesia. Sólo así el pueblo de Dios estará acogiendo aquel mandato de Jesucristo: “Pero vayan, y aprendan lo que significa: ‘Misericordia quiero, que no sacrificio’; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” Mt 9,13.
Comentarios desactivados en Medio millón de católicos piden al Papa que no dé la comunión a divorciados vueltos a casar y proclaman que “Las uniones homosexuales son contrarias a la ley divina y a la ley natural”
Una impresentable campaña del lobby fundamentalista
“Filial Súplica a su Santidad para el futuro de la familia”, guiada por Burke
Cerca de medio millón de personas firmaron una petición en contra de que el papa Francisco autorice la comunión a los divorciados que se vuelven a casar y de condena a la unión entre homosexuales, informaron este jueves los organizadores de la iniciativa.
Según la página internet www.filialsuplica.org, más de 462.700 personas en todo el mundo habían firmado hasta este jueves la petición. Llamada “Filial Súplica a su Santidad para el futuro de la familia”, los firmantes piden con ese mensaje al “papa Francisco que reafirme categóricamente la enseñanza de la Iglesia de que los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente no pueden recibir la Sagrada Comunión y que las uniones homosexuales son contrarias a la ley divina y a la ley natural”.
La iniciativa fue lanzada por varias organizaciones católicas conservadoras, conocidas por sus campañas en contra del aborto y que cuentan con el apoyo de numerosos dirigentes de la Iglesia católica.
Entre los firmantes figuran varios obispos y cardenales, entre ellos el estadounidense Raymond Burke, cuya influencia en la Curia Romana ha disminuido tras la elección en 2013 del papa argentino.
El pontífice convocó para octubre un sínodo o asamblea de obispos de todo el mundo para debatir varios temas que se anuncian complicados, si bien el documento de trabajo divulgado en junio resulta una mediación entre posiciones progresistas y conservadoras.
La cuestión de los católicos que se casan en segundas nupcias divide a la Iglesia, al igual que el lugar de los homosexuales en su seno o las uniones civiles. El tema es especialmente espinoso en los países en desarrollo, opuestos a cualquier cambio y enfrentados a una línea más moderna, que aspira a conseguir una cierta apertura.
El asunto suscitó fuerte debate durante el sínodo sobre la familia de octubre pasado y deberá ser central durante el segundo sínodo, que tiene que elaborar recomendaciones para el papa. La semana pasada Francisco pidió que no se trate como excomulgados a los divorciados que se vuelven a casar.
“Los divorciados que se vuelven a casar forman parte siempre de la Iglesia”, afirmó el papa quien recordó que esas personas “no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia“, insistió Francisco.
Para la Iglesia, no se puede disolver un matrimonio religioso, y el derecho canónico, que considera a las personas que se casan por segunda vez como infieles a su primer cónyuge, las excluye de los sacramentos, incluida la comunión.
La excomunión es, sin embargo, una sanción más dura, ya que también implica la exclusión de la comunidad.
Ésta es la carta:
Beatísimo Padre:
En vista del Sínodo sobre la familia de octubre de 2015, nos dirigimos filialmente a V.S. para manifestarle nuestras aprensiones y esperanzas sobre el futuro de la familia.
Nuestras aprensiones se deben a que, desde hace décadas, asistimos a una revolución sexual promovida por una alianza de poderosas organizaciones, fuerzas políticas y medios de comunicación, que atenta paso a paso contra la existencia misma de la familia como célula básica de la sociedad. Desde la llamada Revolución del 68 padecemos una imposición gradual y sistemática de costumbres morales contrarias a la ley natural y divina, tan implacable que hace hoy posible, por ejemplo, que se enseñe en muchos lugares la aberrante “ideología del género” aún en la tierna infancia.
Ante ese oscuro designio ideológico, la enseñanza católica sobre el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios es como una antorcha encendida que atrae numerosas personas – agobiadas por la propaganda hedonista – al modelo casto y fecundo de familia predicado por el Evangelio y conforme al orden natural.
Santidad, a raíz de las informaciones difundidas por ocasión del pasado Sínodo, constatamos con dolor que, para millones de fieles, la luz de esa antorcha pareció vacilar por causa de los vientos malsanos de estilos de vida propagados por lobbies anticristianos. En efecto, constatamos una generalizada desorientación causada por la eventualidad de que en el seno de la Iglesia se haya abierto una brecha que permita la aceptación del adulterio – mediante la admisión a la Eucaristía de parejas divorciadas vueltas a casar civilmente – e, incluso, una virtual aceptación de las propias uniones homosexuales, prácticas éstas categóricamente condenadas como contrarias a la ley divina y natural.
De esta desorientación brota paradójicamente nuestra esperanza.
Sí, pues en esta situación una esclarecedora palabra vuestra será la única vía para superar la creciente confusión entre los fieles. Ella impediría que se relativice la misma enseñanza de Jesucristo y disiparía las tinieblas que se proyectan sobre el futuro de nuestros hijos, si esa antorcha dejase de iluminarles el camino.
Esta palabra, Santo Padre, os la imploramos con corazón devoto por todo lo que sois y representáis, seguros que ella jamás podrá disociar la práctica pastoral de la enseñanza legada por Jesucristo y sus vicarios, porque esto sólo aumentaría la confusión. Jesús nos ha enseñado, en efecto, con toda claridad la coherencia que debe existir entre la verdad y la vida (cfr. Jn 14, 6-7) así como nos ha advertido que el único modo de no sucumbir es poniendo en práctica su doctrina (cfr. Mt 7, 24-27).
Al pedirle la Bendición Apostólica, le aseguramos nuestras oraciones a la Sagrada Familia – Jesús, María y José – para que ilumine a S.S. en esta circunstancia tan trascendental.
Comentarios desactivados en Palos en la rueda de Francisco
Perdido el debate doctrinal, la minoría conservadora amenaza con un cisma tras el Sínodo
“Si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que ésa”
(Jesús Martínez Gordo).- A partir del próximo mes de octubre asistiremos, finalizado el Sínodo ordinario de obispos dedicado a la familia, a uno de los momentos más importantes del pontificado de Francisco, a lo que se podría llamar su hora de la verdad.
En efecto, una vez debatidas y aprobadas las resoluciones que los obispos estimen oportunas y presentadas para su ratificación, es de esperar que este papa, lleno de gestos felizmente descolocantes y de un magisterio refrescante, baje a la arena y -dicho coloquialmente- se “moje” aprobando toda una serie de propuestas sobre la familia y la moral sexual. Va a ser particularmente interesante constatar qué decisiones toma sobre la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, es decir, sigan perteneciendo plenamente a la Iglesia.
Como es sabido, ésta es una cuestión abierta por el mismo papa Francisco el 29 de julio de 2013 cuando, a su regreso de las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en Rio de Janeiro y en conversación con los periodistas, reconoció la necesidad de abordar “el problema de la comunión a las personas en segunda unión”, algo, apuntó en aquella ocasión, que es preciso realizar con misericordia: “si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que ésa”.
La oposición a semejante posibilidad no tardó en aparecer. Y estuvo liderada por cinco cardenales de indudable peso en la curia vaticana, al menos durante los pontificados anteriores, y con una contundencia inusitada: “no es coherente con la voluntad de Dios” (Gerhard Ludwig Müller); resulta “insostenible” (Walter Brandmüller); es “ilícita” porque cuestiona “la ley divina” de “la indisolubilidad del matrimonio” (Velasio De Paolis); va “en contra de la voluntad del Señor” (Carlo Caffarra); recurrir a la misericordia sin verdad es un atentado contra la fe (Raymond Leo Burke).
El Sínodo extraordinario celebrado en octubre del año pasado evidenció que, aunque la propuesta favorable a la plena incorporación eclesial de los divorciados casados no alcanzara entonces la mayoría requerida (dos tercios), la posición radicalmente contraria de estos cardenales -y oficial hasta entonces en la Iglesia católica- pasaba a ser sorprendentemente minoritaria en el aula sinodal.
Los opositores del Papa
Y el mismo papa Francisco no solo no retiraba -en nombre de una unidad supuestamente en peligro- el estudio de esta cuestión en un próximo Sínodo, sino que volvía a recabar el parecer de la base eclesial sobre éste y otros asuntos referidos a la familia y a la moral sexual.
Desde entonces se ha asistido a un debate a fondo que, a diferencia de otras ocasiones, ha presentado una particularidad también inaudita: han sido notables las aportaciones que, con una libertad encomiable y con una argumentación impecable, se han esforzado por desmontar el intento de la minoría sinodal por capitalizar en exclusiva la rectitud doctrinal.
No es verdad -y menos infalible- que, a la luz de la escritura, de la tradición patrística, de los concilios y del corpus jurídico eclesial vigente, sea incompatible un comportamiento misericordioso con los divorciados vueltos a casar y el reconocimiento de la indisolubilidad del matrimonio. Más bien, todo lo contrario.
Quizá porque la minoría sinodal da ya por perdido el debate sobre la consistencia doctrinal de quienes -como el cardenal W. Kasper, entre otros- son partidarios de articular misericordia e indisolubilidad, se asiste estas últimas semanas a un cambio de estrategia: da lo mismo -se propala también aquí, entre nosotros, en el País Vasco- lo que se apruebe en el próximo Sínodo ordinario de octubre. El papa Francisco va a dar la callada por respuesta a una propuesta partidaria de reconocer, en nombre de la misericordia, la plena eclesialidad de los divorciados vueltos a casar.
Según este infundio, el papa Bergoglio adoptaría semejante estrategia no sólo ante la supuesta “fortaleza” dogmática, escriturística, jurídica y patrística de la posición minoritaria, sino también ante el temor de un posible cisma en la Iglesia católica. Como contrapartida, enfatizan, impulsaría un magisterio todavía mucho más atento a las contradicciones sistémicas del capitalismo imperante y, sobre todo, a las urgencias sociales que están aflorando.
Sinceramente, no veo a Francisco en esta estrategia. Y no lo veo porque me parece un comportamiento más propio de un “capitán Araña” que de un obispo con entrañas pastorales y convencido -como es el caso- de que hay que estar al lado de la gente hasta el final.
Sí lo veo, en cambio, ratificando lo aprobado en el Sínodo y buscando no romper los puentes con la minoría sinodal, a pesar de que ésta intente marcar (y agrandar) distancias en nombre de la “verdad” y de una supuesta rectitud doctrinal abanderada -tan gratuita como supuestamente- por ellos.
Si la minoría sinodal quiere convencer, tiene que aportar argumentos más consistentes que los esgrimidos hasta el presente. Y, por supuesto, olvidarse de esta estrategia.
Comentarios desactivados en El ‘choca esos cinco’ lo inventó un deportista gay
La mayoría de las personas piensa que el famoso saludo de chocar las manos en el aire es una muestra clara y varonil de lo recio del deporte, en especial del béisbol.
Corría el año 1977. Estaba a punto de finalizar la temporada de béisbol norteamericana. Los Angeles Dodgers estaba a punto de convertirse en el primer equipo donde cuatro jugadores llegaba a los 30 “Home Run”. Pero el récord sólo sería efectivo si Dusty Baker, con 29 a sus espaldas, conseguía el último punto. Y ocurrió.
El público enloqueció por la gesta de sus jugadores, pero realmente lo que pasó a la historia aqulla tarde fue la celebración. Glenn Burke, el primer jugador de béisbol que admitió su homosexualidad, se acercó a su compañero Baker con la mano en alto y este, al no saber qué hacer, le imitó chocándola en el aire con la de su amigo. Había nacido el “high five” o “choca los cinco”.
La mayoría de las personas piensa que el famoso saludo de chocar las manos en el aire es una muestra clara y varonil de lo recio del deporte, en especial del béisbol. Pero este símbolo conocido como “high five” nació en el diamante y se reivindicó en el mundo homosexual hacia 1982.
El famoso saludo de chocar las manos con los brazos erguidos hacia el cielo y dando un pequeño brinco se le adjudica de forma errada a Dusty Baker, pero como el mismo lo confesó, no fue su gesto sino idea de Gleen Burke, se compañero de equipo en Los Angeles Dodgers.
Burke, que fue borrado de la historia del equipo y marginado por ser homosexual fue realmente quien inventó el saludo, como lo reseña Baker.
El béisbol es un mundo visual, el diamante se plaga de códigos no verbales para la comunicación, y los gestos siempre tienen un significado. Aquél de ese día no pasaría desapercibido, porque fue, como lo señala Enrique Alpañés en un artículo: genuino, improvisado y auténtico.
La publicidad de los Dodgers se encargó de hacer lo demás, cientos de carteles y anuncios promocionaban el saludo, pero evidentemente sin la presencia de Glenn Burke por su homosexualidad.
A lo largo de las siguientes temporadas decenas de jugadores se apropiaron del gesto y siguieron chocando las cinco, popularizándolo entre los seguidores del béisbol. Lo que empezó como un gesto espontáneo se intentaba patentar como una marca registrada del equipo. Pero la viralidad del high five no había hecho más que empezar.
Glenn Burke pasaría a la historia como el primer jugador de béisbol profesional en admitir su homosexualidad, fuera de los parámetros de hoy, no lo hizo público en rueda de prensa pero tampoco lo negó, y recorrió desde entonces un amargo camino con la dirigencia de su equipo, y no con sus compañeros, que terminó con la salida de Burke de la pelota mayor, y su retiro.
Los Dodgers siguieron potenciando el uso del “high five” en su propaganda, aunque eliminaron a Burke de forma nada sutil. Pero el símbolo no les pertenecía y estaba a punto de trascender lo deportivo para convertirse en algo totalmente distinto.
En 1982, el deportista confesaba a la revista Inside Sports lo que todo el mundo sabía. Lo hizo en un reportaje titulado La doble vida de un Dodger gay. Aliviado y ya fuera del armario, Burke se mudó a Castro, el barrio homosexual de San Francisco. Allí se convirtió en un miembro muy apreciado de la comunidad y siguió chocando las cinco con todos sus vecinos y amigos, en un saludo que pronto se convirtió en símbolo de identificación y orgullo entre la comunidad homosexual.
Glenn Burke murió a los 42 años víctima del Sida, pero su gesto le sobrevivió para convertirse en un símbolo mundialmente reconocido de triunfo y logro, en equipo y entre amigos que saben divertirse en la vida sin prejuicios.
Comentarios desactivados en El “sí” de Irlanda al matrimonio igualitario impacta profundamente en la Iglesia católica
Aunque hemos ido informando de todas estas noticias, viene bien agruparlas para ver la ofensiva contra el matrimonioigualitario de buena parte de la jararquía vaticana…
Los resultados del referéndum irlandés han caído como una auténtica bomba en el mundo católico, especialmente entre la jerarquía. Una sociedad antaño tenida por firme seguidora de la doctrina de la Iglesia se muestra ahora muy alejada de sus enseñanzas en materia de moral sexual: el “sí” de Irlanda al matrimonio igualitario es también un “no” a la postura oficial de la Iglesia católica. Las reacciones que han trascendido oscilan entre el rechazo a lo que se considera casi una traición y la preocupación ante el toque de atención que supone el resultado.
Difícilmente pueden exagerarse las repercusiones del “sí” de Irlanda al matrimonio igualitario. Entre ellas, está sin duda su impacto en la Iglesia católica. No es de extrañar: Irlanda es un país tradicionalmente católico y con una intensa influencia de la Iglesia hasta tiempos muy recientes. Hasta 1993 las relaciones homosexuales eran delito, y el divorcio no fue legal hasta 1996, tras un referéndum celebrado en noviembre de 1995. La legislación irlandesa sobre aborto sigue siendo una de las más restrictiva del mundo occidental. Y sin embargo ahora la Iglesia católica se encuentra con que su población aprueba el matrimonio igualitario en votación popular y por amplia mayoría.
Entre la jerarquía las reacciones han sido fundamentalmente de dos tipos. Unas han sido indignadas, rechazando frontalmente el resultado y reafirmando sin matices la doctrina oficial. Otras, en cambio, apuntan a un serio problema de sintonía entre esta y una mayoría de fieles, especialmente los más jóvenes.
Quienes deploran la decisión del pueblo irlandés…
Entre las reacciones de rechazo, destaca muy especialmente la del secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, que reconoció sentirse entristecido y aseguró que ”no creo que solo podamos hablar de una derrota de los principios cristianos, más bien es una derrota para la humanidad”. Unas declaraciones que dieron la vuelta al mundo y que numerosos medios de comunicación señalaron como contradictorias con la postura aparentemente aperturista del papa Francisco en materia LGTB.
Más rotundo se mostró incluso el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, uno de los que más visiblemente se opone a los rumbos nuevos, en forma o contenido, del pontificado de Francisco. Literalmente Burke declaró que “esto es un desafío a Dios. Es sencillamente increíble. Los paganos puede que tolerasen los comportamientos homosexuales pero nunca se atrevieron a llamarlo matrimonio”.
… y quienes ven una llamada de atención
Más interés tienen las reacciones de aquellos sectores de la jerarquía católica que aprecian en los resultados del referéndum una llamada de atención a la Iglesia por parte de sus fieles. Destaca muy especialmente la del arzobispo de Dublín y primado de Irlanda, Diarmuid Martin, que reconoció que lo sucedido plantea un desafío y señaló que “la Iglesia católica tiene que poner los pies en la tierra y no negar esas realidades”. Martin afirmó igualmente que “la Iglesia necesita hacer un test de realidad y ver en qué áreas tenemos que preguntarnos: ‘¿Nos hemos alejado completamente de los jóvenes?”. Según el arzobispo de Dublín, la Iglesia debe plantearse si está abierta a todos o “solo para acólitos”.
Eamon Martin, arzobispo de Armagh y primado de “Toda Irlanda” (título eclesial distinto al que ostenta el arzobispo de Dublín) declaró por su parte a la cadena pública irlandesa RTÉ que la Iglesia estaba “de luto”. A su juicio, en la campaña se había confundido el “respeto a los gais” con la cuestión del matrimonio. Igualmente, calificó de “valiente” la decisión de quienes votaron “no”. Sin embargo, en un esfuerzo por evitar el reproche de homofobia, Eamon Martin afirmó que en ocasiones se puede ser ofensivo sin buscarlo y reconoció que el debate sobre el matrimonio había permitido conocer el “aislamiento” que habían vivido gais y lesbianas. En este sentido, el resultado señala a la Iglesia, a su juicio, la necesidad de acercarse a este colectivo.
Igualmente Eamon Martin se mostró favorable a que los hijos de parejas del mismo sexo sean bautizados si así se solicita, insistiendo no obstante en que ello no significa que se esté “de acuerdo” con el comportamiento de gais y lesbianas. Por último, resulta llamativa su declaración de que “no creo que lo que hayan dicho 750.000 personas sea relevante“, refiriéndose a quienes votaron “sí” (confundiendo por cierto las cifras, pues 750.000 fueron los que votaron en contra, mientras que los votos favorables ascendieron a 1,2 millones). Martin trató también de interpretar el voto de muchas personas a favor del matrimonio igualitario como un simple gesto de apoyo a “algún amigo gay” (como si esa amistad no pudiera hacer replantearse seriamente a una persona su postura sobre el matrimonio).
Tambén el diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, propugnaba la tesis del “desafío”que el referéndum plantea a la Iglesia católica. “El margen entre el sí y el no es demasiado amplio como para no aceptar la derrota: ésta es resultado de la gran participación, en particular de los jóvenes”, reconocía en un editorial. “No hay anatema, sino un desafío a enfrentar por parte de toda la Iglesia”, añadía.
En definitiva, parece que sectores significativos de la jerarquía católica aceptan ya que existe un divorcio con la sociedad en materia LGTB. De ahí a que en un futuro se materialicen cambios en la doctrina hay sin embargo todo un mundo.
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